Unos días después, HanaYasha salió de la mansión Higurashi y saltó a cualquier lugar vislumbrado por sus ojos dorados, hasta llegar al hospital del distrito Haruno.

Entró a la sala indicada y saludó a todos los presentes con una reverencia. Sin embargo, al dirigir su mirada al frente, se dio cuenta, con vergüenza, que quien partiría la clase de esa ocasión no sería Shizune.

¡Si no la mismísima Tsunade Haruno!

Roja por la sorpresa, se sentó en silencio en la mesa que le correspondía y sacó sus pergaminos, apuntando el tema del que se hablaría. "Cómo hacer una operación de ojos".

En alguna ocasión, Shisui llegó a contarle que el Sharingan, si bien, es un arma poderosa y preciada para los Uchiha; en el combate contra las criaturas sobrenaturales, tiene un alto precio cuando se usa en exceso.

La pérdida de la vista.

Tragó saliva. Aunque ya no estuviera relacionada con Raíz, aún existían más maneras de ayudar a Itachi, a Shisui y, en el futuro, tal vez a Sasuke.

Cuando Tsunade buscaba preguntas para responder, ella no dudaba en levantar la mano, escuchando y anotando con calma lo que decía.

El tiempo transcurrió, dando por finalizada la clase. Al saberlo, la Hanyou casi cae desanimada por detrás de la mesa, haciendo reír a todos quienes la rodeaban.

-Se está recuperando de maravilla. - pensó la mujer de ojos color miel, esbozando una sonrisa de lado. - Bien hecho, Hiruzen-sensei.

-¡Nos vemos la próxima semana! - dijo una chica para despedirse, guardando sus cosas y marchándose de la sala.

La última en salir fue HanaYasha, aferrándose a las correas de su mochila negra, mientras suspiraba. Pasando por la recepción, se despidió de las ninjas médico que bebían un café, para después cruzar las grandes puertas de cristal.

Las mangas de su camisa blanca y su pantalón holgado de color rojo, se movieron con el viento. Sin embargo, al llegar al muro de concreto que rodeaba el edificio, tuvo que detenerse de golpe.

La siniestra figura de Danzou Uchiha la miraba con desaprobación desde la distancia.

A medida que los golpes de su bastón sonaban más fuertes en el pavimento, el temblor en sus manos empeoraba, teniendo que bajarlas y ocultarlas tras su espalda.

-¿Por qué quieres salvar vidas si aún tienes oscuridad en tu corazón? - su pregunta la descolocó. - ¿O qué? ¿Ya te olvidaste de todas las personas a las que les quitaste la vida, monstruo?

-¡Yo no soy ningún monstruo! - replicó enojada, llamando la atención de las personas que caminaban por los alrededores. - ¡Él único monstruo aquí es usted!

La sonrisa de Danzou se volvió una profunda curva hacia abajo.

-Engendro malagradecido... - dijo enojado, mirándola con el sharingan iluminando su ojo izquierdo. - ¡¿Cómo te atreves a insultarme?!

Ella dio un respingo y agachó la mirada de inmediato para no caer en un genjutsu, haciendo imposible que viera como el anciano levantaba su brazo izquierdo para abofetearla. De pronto, escuchó un quejido de su parte. Abrió los ojos y vio sorprendida la espalda de la persona que la defendió.

-Itachi... - murmuró.

Sobre sus ropas negras, portaba la capa de la organización Akatsuki, consiguiendo que las personas que los veían también se asombraran.

-¡Maldito mocoso! - exclamó Danzou. - ¡Quítate de mi camino!

Itachi parpadeó, activando su sharingan e invocando en el brazo sano del hombre una llama negra. Aterrado, se apartó del muchacho y comenzó a gritar, moviendo su extremidad para quitarse el fuego. Debido a eso, la gente se asustó, despertando a HanaYasha.

Si las cosas seguían así, también criticarían a Itachi a lo lejos. Pensarían que es violento, sanguinario... alguien sin escrúpulos, capaz de quitarle la vida a un miembro de su familia, con tal de sacar provecho. No soportaría que le hicieran lo mismo que a ella. Señalándola como a un Youkai sin serlo realmente.

-¡Ya basta! - exclamó, poniéndose delante del joven para abrazarlo con fuerza. - ¡Para, Itachi! ¡Detente, por favor!

Viendo su rostro escondido en su pecho, el mencionado parpadeó para retirar el amaterasu y devolver sus ojos a la normalidad. Cayendo al suelo, Danzou jadeó atónito, revisándose el brazo de arriba abajo. Continuaba intacto.

-Le debes tu vida a HanaYasha. - dijo Itachi, llamando su atención. - No lo olvides.

Tomó una mano de la joven y dio media vuelta. El anciano, viéndolos partir como si nada, bramó lleno de furia:

-¡Jamás debiste nacer como un Uchiha! ¡Nunca serás digno de llevar mi apellido y jamás serás ni la mitad del ninja que fue Obito!

PPPPP

Cuando se internaron en el bosque, aun tomados de la mano, cada uno se internó en sus pensamientos, escuchando solo los ruidos de los animales y las hojas moviéndose con el viento.

La mente de HanaYasha era un lío. Se sentía agradecida de que Itachi apareciera en el momento justo, porque después no hubiera conseguido lidiar sola con sus emociones, terminando humillada por Danzou.

Además, varias personas del clan Haruno los miraban. Por supuesto que ninguna de ellas intervendría. Las únicas que podrían hacerlo en todo caso, serían Tsunade y Shizune.

Con curiosidad, sus ojos dorados voltearon hacia la nuca de Itachi. Danzou lo había comparado con un tal "Obito". El nombre no se le hacía familiar para nada. Ni siquiera por haber visto, en ciertas ocasiones, los álbumes de fotos que Mikoto guardaba de sus hijos.

-¿Recuerdas este lugar? - la cuestionó el muchacho de pronto, despertándola.

La Hanyou analizó los alrededores, parpadeando atónita. En esa parte del bosque, el cual, dividía los distritos Uchiha y Higurashi, fue donde se encontraron por primera vez.

En eso, se detuvieron frente a unos arbustos. Soltando su mano, Itachi se arrodilló y los hizo a un lado, enseñándole una flor de lirio azul, brillando por el rocío de esa mañana.

-Tú eres como ese lirio. - le comentó, volteando hacia ella y sonriéndole. - Sin importar las adversidades, siempre encuentras la forma de abrir muchas puertas y seguir creciendo. - se incorporó. - Jamás lo olvides. En especial, cuando te sientas perdida o mal contigo misma.

La joven enmudeció, observándolo con las mejillas sonrojadas. Entonces, sus ojos bajaron a su abrigo negro con nubes rojas. Acortando su distancia con él, subió su mano derecha al borde, acariciando la franja roja que lo cerraba.

-Gracias. - musitó, entristecida.

Para su gran sorpresa, el Uchiha subió su mano izquierda a su rostro, pidiéndole en silencio que volteara al suyo. Sus ojos dorados no estaban cubiertos de lágrimas como la noche del festival. Pero si le denotaban cierto sentimiento que provocaba que fuera difícil apartarse de su lado. Juntando su frente con la suya, cerró sus ojos.

-¿Itachi...?

El corazón de HanaYasha latió con más fuerza, como si estuviera a punto de estallar. ¿Este sería el momento de la verdad? ¿Por fin sabría cómo la veía?

-Tengo que irme.

Sus palabras bajaron su alma abruptamente a sus pies, dándole paso a una gran decepción que le fue imposible disimular. Mientras tanto, él retrocedió un paso, alejando su mano de su rostro, y le dio la espalda para subir a las ramas de los árboles.

PPPPP

-¿HanaYasha? - su madre llamó su atención.

-¿Qué pasa? - cuestionó su padre, sentada frente a ella en el comedor. - Casi no has tocado tu comida.

Tomando con más fuerza sus palillos, se llevó un par de pedazos de pescado a la boca. La cena que Guren había hecho para ellos, como siempre, era exquisita.

-Me reencontré con Danzou-sama.

-¡¿Se atrevió a hacerte algo?! - interrogó InuYasha de inmediato, poniéndose de pie. - ¡Si es así, iré a ponerlo yo mismo en su lugar!

-Descuida, Itachi me defendió.

Daika y Guren; parada a su lado, suspiraron aliviados.

-Pero, cuando lo hizo, Danzou-sama lo comparó con alguien llamado "Obito".

InuYasha y Kagome abrieron los ojos de par en par.

-¿Ustedes...? - preguntó, volteando de uno al otro. - ¿...saben quién es?

-No lo conocimos en persona, pero... - habló la sacerdotisa. - cuando tú tenías 3 años... nos enteramos de que se había suicidado.

La Hanyou se sorprendió.

-Creo que tenía 18 años en aquel entonces.

-¿Por qué lo hizo?

-Jamás se supo. - respondió InuYasha. - Fugaku, sus hombres y nosotros, nunca encontramos algo que nos diera una pista de sus motivos. Pero cierto día, me enteré que el más afectado por esto, había sido Danzou. Ya que lo empezó a cuidar cuando sus padres murieron.

PPPPP

Tres días después, al salir del hospital del distrito Haruno, HanaYasha corrió y saltó hacia el distrito Uzumaki, dirigiéndose enseguida a Ichiraku Ramen. Removiendo la cortina del puesto callejero, fue recibida por las enormes sonrisas de Teuchi Uzumaki y su hija Ayame.

Sin embargo, antes de tomar asiento, se sorprendió de que ella no sería su única comensal a esa hora. Un hombre de puntiagudo cabello grisáceo; ladeado a su izquierda, y vestido con ropas negras, miraba con tranquilidad el menú, cuando, en eso, sintió sus ojos dorados sobre él.

Se giró. Y, con bastante nostalgia, le sonrió a la joven por debajo de su máscara negra. HanaYasha le devolvió el gesto, sentándose a su lado derecho e iniciando una conversación, mientras quedaba listo su pedido.

-¿Qué si conocí a Obito Uchiha? - preguntó Kakashi.

La Hanyou asintió.

-Si... él y yo éramos mejores amigos. ¿Por qué te interesa?

-Es que... - se acercó a él para hablarle en voz baja, ya que no quería inquietar a Teuchi con un tema inapropiado. - ...supe lo que le pasó hace mucho tiempo.

La mirada del mayor se tornó seria y melancólica.

-Mis padres me dijeron que jamás lo conocieron, pero que, por sus habilidades, tuvieron que investigar lo ocurrido con el señor Fugaku y la policía militar.

Kakashi asintió.

-¿Qué quieres saber?

-¿Cómo se conocieron?

-Bueno, ambos pertenecemos al mismo clan. - comenzó, recibiendo su plato. - Él perdió a sus padres en el ataque sorpresa de un Youkai y yo perdí al mío cuando fue emboscado en una misión. Nos quedamos huérfanos en el mismo año.

El corazón de HanaYasha se estrujó al escuchar aquello.

-Sin embargo, fuimos adoptados por dos personas diferentes. Él se fue a vivir con Danzou-sama y yo con Hiruzen-sama. Luego de unos años, cuando nos graduamos de la academia ninja, terminamos en el mismo equipo, con Minato Uzumaki como sensei... y una niña Hanyou que fue adoptada por su clan. Cuando nosotros éramos pequeños, aún no existía el clan Higurashi. Y los pocos niños Hanyou que había, como mi compañera Rin, eran adoptados en secreto, por el clan Uzumaki o por el clan Hyuga. Tanto en el clan Haruno como en el clan Uchiha, no se permitían ni se toleraban cualquier tipo de lazos con los Youkai.

-¡JA! ¡No me sorprende del clan Haruno! - exclamó, cruzándose de brazos. - Pero, del clan Uchiha...

-Danzou-sama perdió movilidad en las extremidades de su lado derecho y su esposa fue devorada frente a sus ojos. - explicó, con sus ojos fijos en el caldo del ramen. - Sus desgracias las iniciaron los Youkai, por eso no tolera cualquier cosa que tenga que ver con ellos. Aunque... - levantó la vista y le dirigió a su antigua pupila una sonrisa bajo su máscara. - tomando en cuenta que él fue quien propuso tu matrimonio con Itachi, creo que se ha ido suavizando con los años en ese asunto.

FFFFF

-¿Por qué quieres salvar vidas si aún tienes oscuridad en tu corazón? ¿O qué? ¿Ya te olvidaste de todas las personas a las que les quitaste la vida, monstruo?

FFFFF

-Si... - asintió, volteando al caldo del ramen que Teuchi le sirvió. - soy muy afortunada de formar parte de la familia de Danzou-sama...

PPPPP

Después de bañarse, HanaYasha volvió a su habitación para seguir estudiando otra lección sobre ninjutsu médico. No obstante, las palabras de Danzou y las de Kakashi; arremolinándose en sus pensamientos cada cinco segundos, hacían imposible que pudiera concentrarse, por lo que, resoplando, se levantó de la silla de su escritorio y caminó con pereza a su cama, acostándose con la vista fija en el techo.

-Hay algo que no concuerda. - pensó.

Danzou había propuesto su matrimonio con Itachi. Pero, al mismo tiempo, continuaba despreciándola, tanto a ella como a su padre, por sus orígenes.Entornó los ojos. Se levantó y se aproximó de nuevo a su escritorio. Tomó un pergamino en blanco y, con un pincel lleno de tinta, escribió varias palabras.

"Intolerancia", "Poder", "Cambio", "Rencor", "Acuerdo", "Suicidio".

-¡Hermana!

De repente, escuchó un par de toques en la puerta, dirigiendo sus ojos dorados a ella.

-¡¿Puedo pasar?!

-¡Adelante! - exclamó enseguida.

Un segundo después, Daika movió una de las puertas correderas, sosteniendo en su mano derecha un plato con pedazos de manzana.

-¡¿Qué haces?! - preguntó, viendo entusiasmado el pergamino extendido sobre la mesa del escritorio. - ¡¿Es un juego?!

-Si... algo parecido... - asintió con una sonrisa, notando lo concentrado que estaba al tratar de descifrar el mismo misterio que ella.

-No entiendo nada... - dijo ofuscado, consiguiendo que lo viera con una gotita de sudor bajando por su cabeza. - Por cierto, Guren me pidió que te trajera esto. - comentó sonriendo, entregándole el plato. Acto seguido, volvió a la puerta corrediza. - Tengo que terminar mi tarea, pero volveré más tarde. ¡Suerte!

HanaYasha sonrió. Una vez que lo vio salir, comió unos pedazos de manzana y siguió escribiendo más palabras en el pergamino.

PPPPP

Sin saber en qué momento había sucedido, la joven terminó siendo víctima de un sueño profundo. Parpadeando hasta recuperar su visión y respirando mientras se levantaba, notó dos detalles que la descolocaron.

El primero, que se encontraba en su cama. Y el segundo, que, mientras descansaba, fue cubierta por una capa negra con nubes rojas.

Girándose a su derecha, dio un respingo al encontrar a Itachi, parado junto al escritorio... ¡Y leyendo el pergamino bajo un rayo de luz lunar!
Ruborizándose de golpe, dio un salto y le quitó el papel con rapidez, consiguiendo que volteara hacia ella.

-¡¿T-T-T-TE VOLVISTE LOCO?! - le preguntó aterrada en voz baja. - ¡¿Sabes lo que te hará mi papá si te encuentra aquí?! - entonces, hizo una pausa, tranquilizándose. - Espera... ¿Qué haces aquí?

-Quería invitarte a dar un paseo por el parque. - explicó con una sonrisa. - Pero como te encontré dormida, te acosté en tu cama y... - levantando su mano derecha, señaló el pergamino. - ...vi eso.

-¡Por favor, no pienses que es algo raro! - dijo apenada, escondiendo el pergamino detrás de su espalda. - ¡S-Solo es una tontería que se me ocurrió hacer, en serio!

Itachi bufó.

-Cualquier cosa que hagas o decidas hacer, no es ninguna tontería. - comentó, haciéndola sonrojar de golpe. - Por cierto... felicidades por haber entrado al curso de ninjutsu médico. - su expresión se suavizó, volviéndose triste. - Iba a decírtelo el otro día en la entrada del hospital, pero...

-Danzou. - completó la Hanyou, poniendo los ojos en blanco.

Itachi vio divertido su mueca. Pero, para que no se quedara enojada; recordando lo de aquel día, subió sus dedos índice y medio de su mano derecha y le dio un pequeño golpe en la frente, llamando su atención.

Su sonrisa le dio un vuelco en el corazón. Y mientras lidiaba de nuevo con sus emociones, él se acercó a su cama y tomó su capa de Akatsuki, poniéndosela encima de los hombros. Luego, dándole la espalda, caminó hacia el balcón.

-Descansa. - pidió, subiéndose al grueso borde superior de la construcción y observándola por encima de su hombro izquierdo.

HanaYasha asintió con timidez, viendo cómo saltaba y se escondía en la oscuridad del bosque.

Fin del capítulo.