En otros momentos...

-ah... mamá... -Era lo que Rin se había acostumbrado a escuchar todas las mañanas y las noches.

En este caso estaban en la sala. Len había tenido un día muy lleno de trabajo y llegaría tarde, y aunque Rin propuso a Haru que vieran una película, las cosas se habían levantado un poco de temperatura en unos cuantos minutos luego de empezar a ver Shrek 2. Rin llevaba un sueter y una falda larga que pronto había caído al suelo y su hijo su pijama cuyos pantalones habían tambien terminado al lado de la ropa interior de ella.

La"cita" había iniciado de hecho, de forma tranquila, como de madre e hijo viendo una película. Pero debido a que Haru deseaba acostarse en las piernas de su madre, esto llevó de una cosa a otra. Ahora Rin estaba lamiendo el pene de su hijo mientras este le pracaticaba sexo oral a él. Hacer la 69 en plena noche de viernes, Rin pensó... bueno, al menos se queda en familia.

-Ah... te vuelves muy agresivo... -dijo Rin soltando un intenso gemido al sentir la lengua de su hijo entrando bien profndo sin siquiera avisarle.

-Perdón, es que creo que encontré como causarte más plaer y disfruto el sabor de tus fluidos -dijo Haru, volviendo a succionar y a lamer la vagina de su madre,volviendo a saborearla como un intenso helado.

Lo peor es que estaba en lo cierto, Rin estaba especialmente sensible a esa clase de movimientos, y Haru no se contenia al momento de frotar su lengua, y era como si nunca se cansara. Decidió devolver la moneda, acariciando y lamiendo en la base del glande de su hijo, sabiendo que era en donde más rápido le causaba placer.

-Mmmmm espera... ¡Mamá, me voy a correr! -gimió el chic antes de liberar su semen sobre la cara y un poco del cabello y el sueter de Rin.

-Vaya... fue mucho... y no te bastó con lo del miercoles... -dijo Rin mientras trataba de limpiar el semen de su ropa.

-Desde ayer ya estaba deseoso... -dijo Haru acariciando el trasero de su madre, besando su vagina una vez más.

En ese momento, sin que pudieran haberlo premeditado, la puerta comenzó a abrirse, apenas dándoles el suficiente tiempo para colocarse la manta sobre las piernas, en donde podrían esconder lo que acababa de pasar.

-¡Hola familia! -dijo Len entrando con alegría del descanso a la casa, dejando su gabardina y su maletín de lado-. No tienen idea de lo alocado que está el tráfico hoy en la noche, pareciera Rapidos y furiosos -dijo mientras se acercaba y encontraba a Rin sentada al lado de Haru, ambos con la manta sobre las piernas.

-Hola papá... -dijo Haru, solo para después ver a su padre cambiar de expresión a una de sumo descontento.

-No puedo creer que me hayan hecho esto... -dijo Len mientras suspiraba con indignación.

Haru se quedó calllado, no sabía que decir, mientras que Rin se apresuraba en colocarse la ropa interior.

-Eh... ¿a que te refieres, mi amor? -preguntó ella fingiendo inocencia.

-¡No digan que no saben! -respondió Len-. Empezaron a ver Shrel 2 sin mi, ahora tendrán que regresarla toda porque no pienso perdermela -les dijo mientras que se sentaba en el sofá individual tomando algunos de los bocadillos que habían traído.

Aquella fue la situación más cercana hasta ese momento en la que se vieron envueltos, tuvieron además la suerte de que Len tenía una pequeña enfermedad de la nariz y no pudo olfatear los fluidos de los dos.

Hasta ese punto la situación había sido algo extraña para Rin. Su corazón estaba dividido en dos partes, por una, el amor a su hermano gemelo que había perdurado por años, mientras que por el otro lado, su hijo había llegado como una bomba que había cambiado todo lo que creía y lo que deseaba. Len... seguía siendo el mismo, con sus modos, con sus gustos y sus pasiones, pero Haru era tan encantador, tan carismático, tan tierno en todo lo que hacía, y aun así tenía ese toque picaresco, entretenido, intenso, que provocaba que Rin se derritiera por dentro. De alguna forma, lograba enamorarse más de Haru que de Len por momentos, pero solo le hacía falta volver a sentir los brazos de su hermano, sus besos, para poder volver a encontrar esa calma y esa paz que le había hecho casarse con él.

Para Haru, las cosas eran más claras que eso, él sabía que estaba profundamente enamorado de Rin. Rin... llamarla de esa manera le llenaba de alegría y amor, en lugar de decirle "mamá". Deseaba que llegara el día en el que esas restricciones familiares quedaran destruidas y pudiera llamarla de esa manera. Cómo deseaba poder volver a nacer en el tiempo en el que Rin era solo una joven de su edad, sin ser su hijo...

Se desesperó bastante de pronto se encontraba encarnando a Edipo, como si no bastase todo el incesto cometido, ahora, contemplando la envidia que le tenía a su propio padre, aparte de la lujuria por su propia madre... Pero él sabía que no tenía las mismas capacidades que Len, él no era un adulto como él, no tenía las experiencias de Len...

Pero podía usar lo que tenía.

Se levantó de la cama, buscó una buena excusa de entre todas las que habrían podido existir y se dirigió al cuarto de sus padres. Escuchó por la puerta, los dos estaban dormidos, no había rastros de que hubieran hecho el amor. Entonces confió en su suerte y tocó la puerta, solo tres veces como eran sus posibilidades. Tres, porque podrían despertarse ambos, como cuando él lloraba siendo un bebé y los ds se aproximaban a ver lo que tenía. Podía despertar solo Len, como era en las noches de escuela primaria, cuando él era el que despertaba para ver cual era el miedo que le había provocado una pesadilla a su hijo. O podría ser Rin... quien él querría que le despertara siempre.

Escuchó unos pasos, y pronto, la puerta se abrió, revelando a Rin, frotando sus ojos. Esta miró a su hijo a los ojos.

-Haru... ¿que haces aqui? -preguntó mientras volteaba hacia atrás, Len estaba preparándose para dormir, tomando unas pequeñas pastillas naturales.

-Haru, ¿Que pasa, hijo? -dijo Len mientras se estiraba un poco de manera final para poder dormir mejor.

Len se estaba acomodando la camisa, e incluso Rin parecía estar algo despeinada. Un horror llenó su cuerpo al percatarse de que habían tenido relaciones antes de que él llegara... algo completamente natural y permitido en una pareja de casados, aunque quizá no tanto en una pareja de hermanos gemelos. Haru trató de desviar toda su envidia, tenía un deseo que no podía contener en ese momento.

-Ah... yo quería ver si podía... dormir con ustedes... -dijo mientras trataba de observar todo lo que pudiera.

-N-no creo que esa sea una buena idea... -dijo Rin mientras que sostenía la puerta, como si no quisiera que su hijo entrara.

-¿Por qué de pronto te dio por dormir con nosotros? Pensé que ya eras un niño grande... -dijo Len con genuina curiosidad.

-Tuve una pesadilla muy rara... algo acerca de un demonio persiguiendome en un pasillo y... me dio mucho miedo, por favor, déjenme dormir con ustedes... -dijo con voz insistente, mirando a su madre a los ojos.

Pero Rin conocía lo suficiente a su hijo, sabía que esa voz que usaba no era de miedo real, sino de miedo finjido, como esa vez en la que, para quedarse en casa jugando videojuegos, le dijo a su papá que había soñado con que un avión les caía encima, o como cuando le dijo a sus amigos, de forma bromista, que un pulpo estaba oculto en el fondo de un estanque en donde iban a nadar, tan solo para asustarlos. Ella omenzaba a suponer lo que era.

-Haru, ya tienes edad para que no te de miedo eso -dijo Rin, como queriendo cerrar la puerta.

-Pero Rin, es verdad que tenemos que tomar en serio eso -dijo Len llegando a un lado de su esposa y hermana-. Nunca se sabe cuando esos extraños sueños demoniacos pueden volverse verdaderos, y no pienso dejar que mi hijo se quede solo con esos miedos -intervino abriendo la puerta y dejando que entrara.

-Gracias, papá... -dijo Haru con una sonrisa sincera, quizá era el momento en el que a Rin le dio un poqueño escalofrío.

-Está bien... si te parece bien a ti -dijo Rin a su hermano, volviendo a la cama, dejando que Haru se acostara entre los dos.

-Claro que si, pero si llega a pasar algo, tendrán que despertarme con algo extremo, estas pastillas me hacen dormir de forma muy profunda y relajada.

-Jeje, no te preocupes, papá, no te despertaremos -dijo Haru con una mirada un poco pícara, dirigida a su madre, mientras los tres se recostaban.

Len se colocó en su lugar y se puso a dormir, tan profundo como él mismo había dicho que lo haría. Eso dejaba a Rin con su hijo Haru. Era tan extraño pensar que todo aquello había iniciado por un asunto familiar...

-Oye... mamá... -dijo Haru de pronto, Rin se volteó a verlo.

-¿Qué es lo que pasa? -dijo ella, tratando de no conversar demasiado.

-¿Estás enojada conmigo? -preguntó el pequeño al momento de sentir la espalda de su madre contra él.

-No, no es eso, solo que es así como me gusta dormir, mirando hacia afuera de la cama, no me gusta darle la espalda al vacío oscuro del cuarto -dijo Rin con una risa.

-Creo que eso lo heredé de ti, a mi tampoco me gusta eso... -dijo Haru mientras se giraba y quedaba mirando la nuca de su madre.

-Está bien... si lo deseas puedes... abrazarme por la espalda... -dijo ella como si se ofreciera, moviendo sus caderas para alcanzar a tocar un poco con su trasero las posaderas de su hijo.

-Eh... esto me trae recuerdos... -dijo Haru mientras la abrazaba con cariño, pasando una de sus manos entre sus pechos y la otra entre sus muslos, pegando su boca al oído de su madre y su cadera contra los gluteos de ella.

-Mmm... ah... -no pudo evitar Rin gemir mientras sentía la fuerza tan cariñosa con la que su hijo la sostenía por detrás-. ¿Recuerdos? ¿Recuerdas acaso cuando eras más pequeño y dormías con nosotros dos? -preguntó sintiendo algo duro entre las nalgas.

-Algo así... hasta hace un tiempo eso me causaba conflictos, pero ahora... se me hace algo tierno, todo se ha juntado en ese mismo amor, desde tu cariño, tus cuidados, tu lujuria... -dijo él mientras que empezaba a mover los caderas, con cuidado de no moverse demasiado para no despertar a Len.

-Me hace sentir mal eso... -admitió Rin, permitiendo que su hijo frotara sus pechos y empezara a empujar su miembro contra la entrada de ella, cuidado con la tela de sus pijamas-. me hace sentir que te manipulé para que fueras mi amante desde que eras pequeño.

-No... no me manipulaste... no más de lo que lo hiciste con papá... creo que esto del incesto es algo que corre entre nuestra familia -dijo Haru mientras que empezaba a meter su mano entre el pantalón de la pijama de su madre, notando lo humeda que estaba ya y que no llevaba ropa interior.

-Haru... espera... yo... -dijo mientras se separaba un poco de él, mirándolo de frente-. Yo no sé como he podido seguir con esto, pretendiendo que puede ser normal... pero por más que pueda decirle a tu padre que lo que tenemos tu y yo no es diferente... lo cierto es que hay demasiados matices que hacen distintas a nuestras relaciones... en primer lugar, porque no había nadie en mi vida en la medida en la que ahora Len lo está...

-Lo entiendo... al menos por mi parte, yo sé donde está mi corazón -dijo ahora Haru, mirando las manos de su madre-. Y pase lo qu pase, yo estoy más que dispuesto a defender esta situación, este amor que siento por ti...

-Pero ni siquiera te importa que tu propio padre esté a tus espaldas... casi a punto de despertar... -pero Rin no pudo terminar la pregunta, Haru besó sus labios con lujo de pasión, usando todas sus habilidades de su lengua que había aprendido en las semanas que llevaba como novio de su madre.

Rin no se pudo resistir, este beso se sentía más agresivo, más consumista, más deseoso de hacerla suya, y todo estando en la cama, en la seguridad de que sus manos podrían recorrer sus cuerpos a plenitud. Len, todavía dormido, no la había besado de esa manera en años.

-Dime... mamá... -dijo Haru, sintiendo su miembro tan duro que levantaba su pantalón de Pijama -¿Por qué no te resististe a los encantos de tu propio hermano cuando este trató de seducirte? -preguntó en lo que empezaba a besarle el cuello.

-Porque... no fue él el que me sedujo... yo... fui quien dió el primer paso -dijo ella, tratando de no gemir, pero las manos de su hijo la sujetaban de la cadera y la empujaban más contra su propio miembro erecto.

-Ya veo... entonces... ¿Por qué fue que no te resististe a tus propios sentimientos, que fueron los que te provocaron seducir a tu propio hermano? -preguntó Haru mientras que sus dedos empezaban a abrir la pijama de su madre, alcanzando a percibir el aroma de su sudor, solo para despues introducirse en la tela y acariciar sus pezones.

-F-fue porque... -respondió Rin entre suspiros y gemidos-. fue porque estaba sola... porque quería a una pareja de por vida... porque... -pero Haru sabía que ella estaba mintiendo, o cuando menos no diciendo la verdad.

-Anda... había más opciones... la selección de tu propio hermano para poder hacer esto... fue algo premeditado, ¿No? -dijo él mientras que comenzaba a lamer los pezones de su madre, recordádole a ella los momentos en los que solía amamantarlo-. Después de todo, el amor es caprichoso... pero creo que tu lo eres más.

-Ah... -se contuvo Rin, moviendo un poco sus piernas, tocó con su rodilla el pene de su hijo-. Es verdad... fue muy premeditado... -dijo en lo que trataba de alcanzar el miembro de su hijo con las manos, liberándolo de su encierro en su pijama, dejándolo salir al aire-. lo cierto es que, no podía imaginarme algo más cercano y más íntimo que estar con mi propio hermano, y eso me provocaba una sensación tan erótica como no tienes idea -dijo ella, finalmente admitiendolo-. P-pero Len... él resultó ser más que solo eso...

-Lo sé, resutó ser un gran hombre, sumamente responsable, muy tierno... -dijo Hari, y su legua ahora comenzaba a bajar más y más-. Pero eso no quita que... ese mismo sentimiento dentro de ti, siga dormido, ¿Verdad? -dijo él en lo que exploraba el espacio entre los muslos de su madre con su lengua.

-Ah... pero Haru... no es solo eso... ah... -volvió a gemir mientras el muchacho introducía dos dedos dentro de ella.

-Es otra vez la misma historia, ¿Verdad? Ese deseo de romper las normas, de seguir el instinto que el corazón guía por sobre todo lo demás... de seducir porque eso es la vida... para esto estamos, ¿no? -dijo el muchacho mientras le retiraba a su madre el pantalón de la pijama-. ¿Qué puede haber más sórdido que follar con tu propio hijo mientras tu esposo duerme a un lado? -preguntó él, sosteniendo su pene en sus manos.

-Ah... creo que nada más que eso... -admitió Rin, despojándose también de su pantalón-. quizá hacerlo sin usar condón... -contestó ella, como si fuera a darle permiso.

-Está bien... seré cuidadoso... -dijo Haru, emocionado como unca antes, ayudando a su madre a separar bien su intimidad para verla, comenzando a frotar la punto de su miembro contra las rosadas paredes que lo vieron salir alguna vez.

-Si... hazlo... déjame sentirte desnudo dentro de mi... -dijo con un susurro mientras lo abrazaba del cuello.

Haru la sostuvo de las caderas, comenzando a entrar lentamente en ella, al principio encontrando algo de dificultad, como si su pene estuviera golpeando una barrera de carne, pero encontrando la manera, penetrando de manera intromisiva. Era una unión tan significativa para él, su cuerpo entero se sentía caliente, lleno de deseo y placer al momento de ser uno solo con su madre.

Rin, solo miró a un lado, Len estaba sorpresivamente dormido para el movimiento que estaban haciendo, solo pensando una úlima vez "lo lamento mucho, Len". Después de eso, se dió el lujo de liberar todo el placer, sintiedo uno de los orgasmos más fuertes de su vida al recibir el miembro caliente y duro de su hijo en el interior de su ser.

Ahora estaban en el coito, de forma tan elegante y delicada a la vez que se repartían el paler mutuamente. Haru comenzaba a mover sus caderas, soriendo mientras miraba a los ojos a su madre.

-¿Cómo se siente mi pene? -dijo él mientras que sostenía a su madre de los hombros, moviendose de forma circular, tratado de explorar el interior de madre, conteniendose para no liberar el orgasmo al instante.

-Hijo mio, tu pene es increible, muevete un poco más -dijo ella en lo que sostenía al muchacho, abrazándolo del cuello y besándolo con pasión.

Ella colocó sus piernas alrededor de la cintura del muchacho empujándolo más contra él. Los dos se movían con tanto deseo, se cansaban mutuamente, se entregaban pasión y terminaban por besarse cada varios minutos. Los labios de Rin compartían esapasión, deseaba saborear el cuello y el sudor de su pequeño muchacho, y Haru, como si no lo hubiera hecho toda la vida, succionaba los pezones de su madre con antojo.

El muchacho hacía su esfuerzo, deseaba complacer a su madre a más no poder. Empujaba sus caderas con toda la habilidad posible, sitiendo como su lene entraba hasta lo más profundo de ella, cada instante produciendo un nuevo nivel de intensidad den los gemidos de Rin. La sostenía de la cintura y pasaba a lamer su cuello, sus hombros, sus pechos, sus axilas, el sudor de su mamá era seductor a más no poder, y lo motivaba como ningún otro enervante odría haber hecho.

Rin se entregaba por completo, su interior ya solo obedecería y sería del pene de su pequeño hijo Haru, se había rendido al orgasmo, que ahora iban y venían en cada veinte o diez estocadas que alcanzaban la entrada de su últero. Apoyando a su hijo en su primera vez, lo sostuvo de los gluteos, ayudándolo a entrar hasta el fondo.

-Es increible... tu miembro... hijo, es increible como puede estar tan duro y caliente -comentaba ella sin poder dejar de salivar, casi sin importarle si Len hubiera despertado.

-Es como tu me pones, mamá... ah... siempre quise hacer esto -dijo él mientras se movía más y más, a punto de llegar al límite.

Rin lo comprendió, comenzando a separarse un poco, pero Haru cotinuó.

-Eh... espera Haru... no es seguro que lo hagas dentro -dijo mientras que lo miraba a los ojos.

-Mamá... por favor... puedo... ¿aunque sea solo esta vez? -dijo mientras respondía a la mirada, todavía con esa exigencia.

Nuevamente fue el acabose para la cordura de Rin.

-Está bien... hazlo... hijo mio, correte dentro de tu madre... pero si quedo embarazada... -se acercó a él-. tendrás que hacerte responsable -susurró en su oído.

Haru comenzó a moverse a toda velocidad, no podía comprender como esas palabras lo habían excitado tanto. La idea de su esperma alcanzando el óvulo de su madre, formando una nueva vida, era tan asombrosa para él, como si el entero cometido de su vida fuera eso y nada más que eso. Sin que Rin pudiera decir nada más, Haru estalló, su orgasmo llegó a su limite y su esperma se disparó con todas sus fuerzas dentro del interior de su madre.

El esperma, cálido y espeso, llegó hasta el fondo de Rin, y ella gimió asombrada por la gran cantidad que podía sentir, respodiendo su cuerpo con un orgasmo comparable al placer de la concepción. Ella lo abrazó con fuerza, estaba hecho de la mejor manera posible.

-Ah... perdón... mamá... -dijo Haru mirando si su padre habría despertado, pero no-. No quería que te sintieras forzada a... dejarme hacerlo dentro... -dijo verdaderamente pensando en lo que había pasado.

-Está bien, Haru, me gustó bastante... -dijo Rin acariciando la mejilla de su hijo-. De hecho... desde hace un poco he querido volver a ser madre... ahora que estamos así, me gusta pensar que podré concebir de nuevo... -dijo mientras lo miraba a los ojos.

-¿De... de verdad quieres tener un bebé conmigo? -la emoción en la voz de Haru era incomparable, no podría ni siquiera imaginar que esa posibilidad cuando apenas se le había declarado a su madre.

-Si... sería lo más hermoso del mundo... -dijo ella acariciando su vientre.

-Y... ¿Qué haremos? ¿Tendríamos que huir o algo así? -dijo él encarado de todas las posibles cosas que podrían pasar.

-Tranquilo... tu papá no tiene tan buena memoria, le podemos decir que es de él -dijo ella mientras sonreía, asegurandose así a un complice.

-¿Estará bien eso? -preguntó Haru-. Ah... sería crecer con mi propio hijo como si fuera mi hermano.

-Eso no sería lo más raro de todo esto -dijo Rin con una sonrirsa mientras besaba los labios de su hijo.

-Jeje, tienes razón... -besó los labios de su madre, sacando finalmente su miembro, todavía un poco duro-. Ah... mamá... podemos ¿hacer otra ronda? -dijo él mientras contemplaba su miembro duro de nuevo.

Rin se enrojeció, no había escuchado una propuesta como esa en años. Solo besó a su hijo en los labios, entregándose a él toda la noche, distintas posiciónes y sensaciones que probaron.

Len no habría podido comprenderlo, o mejor dicho, él no habría deseado entenderlo, de haberse despertado, probablemente habría pensado que era un sueño, y se habría vuelto a dormir.

Fin del capítulo 10

Holaaaaa espero que disfrutaran esto, y tranquilos, todo estará bien para Len, tendrá su venganza 7u7 por ahora... ¿Se les ocurre algún buen nombre japonés para niña? Algo que tenga que ver con el otoño o los árboles o el campo? Gracias.