Pétalos de Arena

Por

Kuraudea

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Capítulo 5

Una solución.

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«Solamente hay un derecho humano básico: el derecho de hacer lo que a uno le plazca. Y con él, viene el único deber humano: cargar con las consecuencias»—Friedrich Nietzsche

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El haber pasado cerca de la puerta principal del despacho de la Princesa Serpiente, había sido tan oportuno como bendecido de su parte. No era que quisiese en sí haber escuchado como tal la conversación entre ambos sujetos. Sin embargo, por el hecho de resonar el nombre de su querida amiga, fue el motivo suficiente que la hizo frenarse—Están hablando de Mai...— así que de manera muy sigilosa captó toda la información necesaria. En ese momento, sintió una terrible angustia en su interior debido a que Ranfán le tenía cierto aprecio a la azabache. Por lo que haber sido testigo del siniestro plan que se avecinaba, se obligó a sí misma en hacer algo al respecto, o como mínimo, hacérselo saber & buscar una pronta solución. Aunque ciertamente era algo bastante complicado para poder interferir, y todo a causa del contrato que firmaban al entrar al Hanabi, pues cedían toda responsabilidad como sus derechos a su promotora.

Así que Ranfán entre más le daba vueltas al asunto, no parecía encontrar un remedio efectivo. Sin embargo, hizo memoria de aquellas palabras y recordó entonces que SÍ EXISTÍA una última tabla de salvación. Pues a tan solo un margen de tres días en lo que durarían los edictos, Mai tendría que estar ligada con alguien más. Y ese «alguien» debería de tener ciertas & tales características. Entre ellas, una muy buena posición económica que beneficiara a ambas partes, porque de no ser así—...Casarán a Mai con el Señor Zuhnama ...—se contestó a sí misma a su previo análisis—No, no puede ser..—se lamentó Ranfán & huyó de escena para informarle a Violet lo antes posible.

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Esa noche el Hanabi descansaba como de costumbre. Todo lo que se tenía planeado hacer durante la jornada del día, se había cumplido correctamente. Así que todas las Pétalos de Arena permanecían en sus habitaciones resguardadas. Pero hubo una de tantas, que no pudo conciliar el sueño—Qué fastidio...— dijo Violet a la nada. Tras esbozar volteó de reojo con su compañera de cama, la observó tan plácidamente dormida que decidió ir al baño sola para poder fumar un cigarrillo.

Al ponerse de pie tomó una vieja lámpara de petróleo para iluminar el largo pasillo que la llevaría a su destino. Con pies descalzos daba pasos suaves como constantes sobre el alfombrado rojo. Pero justo antes de doblar a mano derecha, con la misma lámpara alumbró el orígen de unas escaleras que conducían a la entrada de un subterráneo; ese lugar estaba prohibido para ellas. No existía una explicación como tal para dicha restricción, pues solo le bastó a la doncella el ordenar que tenían estrictamente proscrito sobrepasar esos límites. Aunque como típico secreto a voces, se decía que ese camino llevaba a los mortales al mismísimo Inframundo; las raíces del Hanabi.

Fue entonces, que sin previo aviso, sintió a sus espaldas una mano recorrer su hombro; la acorralaron con rapidez. Y para evitar que se le escapara un grito cubrieron su boca. Cuando la violeta divisó de quién se trataba, descubrieron sus labios & le nombró a media voz—Ranfán...

—¿Vas a los baños?

—Sí, ¿pa-pasa algo...?—Violet se sintió confundida.

—Te acompañaré...hay algo que debo informarte; es importante.

De solo ver en su faz seriedad, accedió—D-De acuerdo.

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En plena soledad de la media noche, Ranfán estaba recargada sobre una de las paredes del baño tapizada de azulejos entre tonos rojizos & blancos; éstos contaban con diseños grabados de una peculiar serpiente plateada rodeada de nubes doradas. En ese momento no hizo falta encender la luz, mucho menos la lámpara de la violeta. Pues fue gracias a una ventana inalcanzable con sus respectivos barrotes, típico de las cárceles, que dejó entrar la luz del claro de Luna.

En una postura de brazos & pies cruzados, terminó la de cabello esponjoso en dar la noticia.—Y eso fue todo lo que escuché.

—Esto es una maldita locura...—la violeta caminaba de un lado a otro con desespero mientras en su mano se mantenía un cigarrillo a medio fumar—¿Có-Cómo es posible?—llevó su mano libre a la cintura y se dirigió a su compañera.

—La Princesa Serpiente es muy codiciosa, así que todo puede ser posible.

—¿Y si Mai simplemente escapa?

—El contrato que todas hemos firmado no es un papel común, Violet, tiene cierto poder oculto. La Princesa Serpiente tampoco es un ser ordinario; la encontrará, lo sabes. Además, según ella cree que le estaría haciendo un favor al autorizar dicho matrimonio, pues habrá un beneficio mutuo. Ya te mencioné que solo hay una forma de evitarlo: Mai tiene que estar ligada a alguien más. Así que necesitan de un buen prospecto, de alguien poderoso que pueda hacer posible algo como ésto.

—¿Y dices que solo hay tres días para poder planear algo & evitarlo, verdad?

—Sí, así es.

—¡Caray, suena imposible!—estaba angustiada la violeta.

—Lo sé, es algo inaudito.

—Lo peor es que no se me viene nada a la mente—lanzó el cigarrillo y salió a relucir su frustración—¡Maldición!

—¿Le dirás a Mai?

—Tengo que decírselo; la despertaré & le contaré todo.

—Yo por mi parte veré qué puedo a hacer. Pensaré en algo también; si me entero de otras cosas te mantendré informada.

—Te agradezco, Ranfán.

—Regresaré a mi dormitorio, no quiero que me descubran.

—Claro, descansa y ...gracias.

Al salir Ranfán, Violet elevó la mirada & observó a la matriarca Lunar. Entonces, le suplicó:—Ayúdanos por favor...danos una pronta solución a este problema.

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La protagonista en cuestión de la próxima boda sorpresa, estaba más que aterrada al descubrir lo que pretendían hacer con ella sin tenerle siquiera un gramo de consideración. Así que temblando & aferrándose a su almohada, trataba de procesar toda la información que le había brindado la violeta; había sido un golpe muy duro para Mai, que incluso, se sintió abrumada ya que confiaba ciegamente en la Princesa Serpiente por lo que se le hizo un acto deshonesto de su parte. La azabache jamás pensó que la involucraría en un embrollo de ese índole—¿Có-Cómo es posible...?—el miedo fue natural, y el mismo se manifestó en su interior como una sensación gélida que le abarcó parte del pecho, estómago & vientre. De solo imaginar el contexto de casarse con el Señor Zuhnama, en verdad le hizo sentirse fatal.

—¿Pe-Pero por qué tengo que ser yo...?—estaba atónita, e incluso, su respiración era agitada debido al miedo. Entretanto, una gota de sudor se resbalaba por su sien—Es injusto...

—Lo sé, Mai. Y todo esto es gracias a los caprichos del Señor Zuhnama. Por desgracia nuestras herramientas como recursos son muy limitados—la de cabellos cortos no lo quiso decir, pero la resignación estaba más que presente como su única opción.

—¿Qué voy a hacer, Violet? Ni siquiera escapar es una solución para mi—agachó el rostro.

—Vamos, tranquila.—se montó a la cama junto a ella. Ambas estaban sentadas frente a frente en medio del colchón, y eran alumbradas a luz tenue por la vieja lámpara que permanecía en el piso—Si tan solo existiera alguien capaz...

Fue así, que un triste silencio predominó el irremediable & fatal destino. Suspiros por parte de Violet como una que otra lágrima que se deslizaban sobre la mejilla de Mai, eran motivados por la impotencia de no poder hacer NADA, más que simplemente aceptar.

Entonces, como si un rayo de luz la hubiese iluminado, Violet elevó la mirada & volvió a repetir:—"Si tan solo existiera alguien ..."—en su faz se observaba que procesaba una & otra vez la misma frase, hasta que de pronto la claridad llegó a su mente; le dijo a su amiga a media voz:—Un momento...creo que sí hay alguien...

—¿Có-Cómo dices...?

El rostro de Violet se fue impregnando de positivismo, por lo que repitió:—Dije que sí hay alguien...

—Por favor, deja de bromear; esto es serio—la nombrada observó fijamente a la violeta. Frunció el entrecejo y al paso de escasos segundos, descubrió de quién se trataba. Así que segura de ello, contestó:—Olvídalo...

—¡¿Pero qué estás diciendo?! ¡Él es el único que pudiera darte una solución, Mai!

—NO.

—Vamos, deja ese orgullo a un lado, mujer.

—Dije que NO.

—En estos momentos ponerte así no te servirá de nada, ¿lo comprendes, no es así?

—¡Es que no lo entiendes!

—Bien, de acuerdo—se cruzó de brazos molesta—Entonces cásate con el Señor Zuhnama para que tengas hijos del tamaño de un rinoceronte & te lleve lejos de aquí.

—¡¿Qu-Qué?!...—al mencionarle eso fue cuando hizo que entrara en razón. Pues puso una expresión de absorto especialmente en la parte de los "rinocerontes".

—Escúchame...no hay tiempo para que te exaltes; el empresario Brief es el único que podría ayudarte.

—Pe-Pero...

—Y aún así, no existe una garantía definitiva; debido a lo ocurrido no podemos saber si acepte o no; es un hombre libre, igual puede ser que hasta haya perdido el interés por tí. Así que por lo que sea qué pase, te recomiendo que vayas olvidando lo de esa noche... esa tipa lo hizo con deseos maliciosos, es obvio, nada tuvo que ver él; ya olvídalo—sugirió.

—Pero Violet...

—Pero nada; espera un momento.

La de cabello cortos se levantó de la cama. Se fue corriendo a los cajones de su cómoda & al husmear por un rato, encontró el vínculo que les ayudaría—¡Mira, aquí lo tengo!— le mostró aquel teléfono móvil que tenía de contrabando. Cuando ésta volvió con Mai, le dijo:—Recuerda que yo tengo el teléfono del joven Son Goten, puede ser de utilidad.

Era un hecho que a Mai le angustiaba sobremanera que la unieran en matrimonio con aquel extraterrestre. Sin embargo, también estaba nerviosa por saber que su destino dependería del empresario Brief; no sabía exactamente si iba a socorrerla o no, ya que fue tajante debido a lo del beso & decidió cerrarle las puertas por completo. Pero en caso de que sí aceptara, también le aterraba; cada posibilidad traía consigo consecuencias, sus pros & contras.

—Sé que solo tenemos permiso de salir en el día un par de horas. Pero mañana no hay trabajo en el Hanabi, así que tendrás que ayudarme a escapar en la noche, ¿de acuerdo?

—S-Sí.

—Citaré al joven Goten & le diré que me lleve a la casa del Presidente Brief. Ahí le platicaré lo qué pasa.

Mai tenía un semblante de inconformidad, también era feo el hecho de que ella misma no pudiese decidir lo mejor para su bienestar.

—No pierdas los ánimos; te prometo que habrá una solución—Mai solo asintió como respuesta.

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La noche del día siguiente llegó. Y era el momento preciso para aplicar acción & llevar manos a la obra. Así que, como habían pactado, Mai ayudaría a Violet a escapar; los minutos & las horas eran de gran valor, no había tiempo que perder.

—Creo que la Princesa Serpiente ya descansa en su alcoba—así que con una soga la ayudaría a bajar por la ventana de su habitación; ellas estaban situadas en el tercer piso del edificio del refugio.

—Lo haremos con las luces apagadas, ¿de acuerdo?; no hay que levantar sospechas.

—Sí, me parece bien.

Así que Mai sujetó la cuerda en la cabecera de la cama con un fuerte nudo. Y el resto de la soga la restiró hasta lanzar el excedente por la ventana. De cualquier manera ella también sostendría parte del cordel para darle más apoyo a Violet.

—Bien, ha llegado el momento.—la exmilitar de la Red Ribbon se colocó en posición para comenzar a bajar: colgó medio cuerpo al abismo del callejón. Por último, se dirigió a su amiga & finalmente antes de desaparecer, le dijo—Espero tener suerte.

La azabache solo asintió en silencio, pues al final de cuentas cualquier resultado era de su preocupación—Ten mucho cuidado, por favor...—aunque ciertamente el Brief era su mejor propuesta, pero aún así, se sentía angustiada; habia un mundo de posibilidades por lo que cantar victoria era demasiado precipitado.

Para esto, el atuendo apropiado de Violet, habían sido unos pantalones flojos en tonos marrones junto con una camiseta de resaque verde con las insignias de las «R-R»; botas sin tacón que sujetaban parte de sus piernas con agujetas. La comodidad era prioridad para poder deslizarse & maniobrar. Sin embargo, tuvo un ligero resbalón «¡Aaah!», pero unos brazos oportunos la sujetaron de inmediato y la salvaron de caer—La tengo.

—¡Joven Son Goten...!—le nombró Violet estando en sus brazos con pequeños rubores en sus mejillas. El muchacho vestía unos jeans & chamarra de cuero negro—¿Có-Cómo hizo para llegar tan rápido?

—Usé una de mis viejas artimañas—le lanzó un guiño, pues se refería a su habilidad de volar por los cielos, aunque para que no sospechara, parte del trayecto lo había hecho en motocicleta; misma, que señaló después—Fue gracias a ella.

—Oh... comprendo—divisó el transporte a distancia, luego volvió al Son—Disculpe las molestias, lo hice venir hasta aquí.

—Descuida, de cualquier manera vine lo más rápido que pude—colocó a la mujer de pie.

—Le agradezco en verdad.

—Vamos, no seas tan cordial conmigo—le dijo de frente a la fémina.—De ahora en adelante háblame de «tú»; así que solo dime Goten.

—D-De acuerdo.

—Eso es.—mostró una sonrisa—Y bien...¿a qué se debe tu llamado?

—Verás...—agachó la mirada, después se dirigió al joven—necesito que me lleves a ver a tu amigo Trunks.

—¿A Trunks?—alzó una de sus cejas.

—Así es.

—Pe-Pero... —al mostrarse un poco confundido, preguntó con inquietud—¿Sucedió algo...?

—Es de carácter urgente...es algo que tiene que ver con Mai.

—Comprendo.—asintió serio.

—¿Crees qué podría charlar con él?

—Pues...últimamente Trunks a tenido mucho trabajo; no te garantizo que esté despierto ...así que más vale que tomemos camino pronto; es la una de la madrugada.

—Sí, adelante.

—Sirve que me cuentas qué fue lo que pasó.

—Claro.

—Anda, vámonos

La pareja montó la motocicleta, y mientras se preparaban para el viaje, el joven le entregó un casco extra a su acompañante en tonos verdes fluorescente —Aquí tienes.

—G-Gracias—se lo colocó; él también hizo lo propio.

—Sujétate bien— la violeta se aferró a su cintura sin pensarlo—; por dentro de los cascos había instalados intercomunicadores para poder charlar— Te estaré escuchando—la mujer asintió ante la indicación & alzó su dedo pulgar para confirmar.

Y tras encender la motocicleta & la luz principal de ésta para alumbrar su sendero, partieron con buena velocidad.

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Desde que pasó aquella escena bochornosa del inesperado beso, Trunks decidió en ya no darle más cabida a lo que tuviera que ver con el Hanabi. No era en sí que ya se hubiese olvidado de la Pétalo de Arena, sino al tener prioridades laborales que cumplir, se exigió a sí mismo a hacer a un lado ese tema. Ciertamente, el exceso de trabajo hacía que todos los días llegara cansado a su hogar, por lo que la jornada del día no había sido la excepción, pues solo bastó tomar un baño & cenar algo ligero para ir a la cama.

El Brief descansaba, su semblante, pese a todo, reflejaba una reconfortante serenidad. Una de sus manos se mantenía sobre su estómago al contrario de la otra que reposaba a su lado; la sábana cubría solamente parte de sus piernas, pues como todo hombre se destapó al sentir calor.

Fue así, que si sus oídos no le fallaban, escuchó entre sueños el sonido del timbre de la puerta; poco a poco sus ojos se fueron abriendo en ligeros parpadeos, por lo que volteó a su buró & observó la hora—Son las dos de la madrugada—acto seguido fue cuando tomó su celular y desde una aplicación que convergía con las cámaras de seguridad de su departamento, observó a su amigo en compañía de alguien más, aunque no había reconocido quién era la otra persona debido al casco—¿Pero de qué se trata esto..?

Entonces, sin pensarlo, de inmediato se puso de pie. Se colocó una bata que no cerró, tampoco se peinó por lo que sus lacios mostraban cierta rebeldía. Así que descalzo se dirigió a la entrada principal; la suavidad del alfombrado era una caricia para sus pasos. Sin embargo, en su interior, sintió una extraña sensación como una corazonada, pues si bien, no era muy usual recibir visitas a esas horas, por lo que lo primero que pensó era que algo seguro había pasado.

Al teclear el código de seguridad & mover la perilla de la puerta, dió la bienvenida yéndose directo al grano.

—¿Sucedió algo? ¿Todo está bien?

—Hey Trunks...—le saludó el azabache a lo que respondió:—En realidad, alguien necesita tener una charla contigo.

Y fue así, que la violeta se mostró detrás de la espalda del Son—Buenas noches, Señor Brief—mostró modales la mujer.

El empresario la observó con cierta sorpresa, y le nombró:—Violet...

Se había jurado que no quería saber nada de lo que había ocurrido en el Hanabi con Mai. Pero el Hanabi, de algún modo, llegó a él.

—¿Podemos charlar...?

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La luz cálida de la chimenea que se mantenía en su despacho particular, alumbraba tenue e irradiaba calor en compañía del exquisito olor que se desprendía de las tres tazas de café para cada uno de los miembros presentes. El presidente de la Corporación Cápsula se mantenía en pijama en su silla de alto respaldo, mientras que del otro lado del escritorio de cedro, estaban Violet & Goten.

Sin más remedio, le cedió la palabra a la mujer:—Te escucho, Violet.

—Bueno, verá, lo qué pasó fue...—las palabras de la violeta fueron haciendo que el semblante del joven estuviese cada vez más perplejo, atónito & ligeramente boquiabierto.—Y la única forma de impedirlo, según Ranfán, es que ella esté casada con alguien de gran poder adquisitivo & exista un documento que lo avale.

—E-Espera un momento ...—el azúl agitó ligeramente la cabeza para luego volver en sí, a lo que concluyó:—¿Entonces me estás tratando de decir qué tendría que casarme con Mai?

—Prácticamente sí.

—Pe-Pero ella me odia, Violet. ¿Imagínate qué sería de todo esto?

En eso, Goten intervino:—¿Y qué tal si sea solo una actuación?

—¿Q-Qué quieres decir con eso?—cuestionó Trunks.

—Busquemos la forma de sacar una «supuesta» acta de matrimonio; hay maneras de conseguir sellos & demás, aunque ese será nuestro pequeño gran secreto. Por lo que dudo que la Princesa Serpiente se ponga a investigar con profundidad su autenticidad. Y como esa será nuestra mayor debilidad, debemos darle credibilidad a la mentira.

—¿Y eso cómo lo haremos...?—anexó la mujer violeta.

—Podemos realizar una sesión de fotos. Ya sabes, vestirse de novios, firmar el acta, portar anillos, etc.

—¿Ajá...?—el empresario escuchaba atento.

—Lo que trato de decir es, que solo es cuestión de un par de semanas para que se vaya ese tal Señor Zuhnama a su planeta, y así, terminen con la actuación del supuesto matrimonio. De ese modo ustedes no tendrían repercusiones futuras con algún otro trámite legal, ya que «ésto» será algo que no tendrá registro en el sistema ciudadano; prácticamente solo se le estaría haciendo el favor a Mai, ¿qué les parece?

Viéndolo desde esa postura sonaba un poco más razonable—¿Y cuánto tiempo queda para poder hacer todo eso?—preguntó el Brief.

—Solamente nos quedan dos días—indicó Violet—Sin embargo, aunque el plan de Goten suena brillante, la Princesa Serpiente no es fácil de engañar, y más, por lo sorpresivo que le resultará la noticia; podría sospechar.

—¿Pero por qué lo dices con tanta seguridad?—indagó el joven azabache.

—Se dice que ella tiene ciertas influencias como raras habilidades ocultas. Además, tiene en sus manos un espejo mágico con el que diariamente puede observar a sus víctimas por escasos segundos.

Debido a esa información, el Son sugirió:—Entonces con mayor razón tendrían que comportarse lo más parecido a un matrimonio, como vivir juntos, compartir cama, salir como pareja, ese tipo de cosas que no la hagan sospechar.

Con esos puntos en claro, el azúl quiso flaquear de momento—Saben, creo que no estoy seguro de esto...

—Vamos, Trunks, solo estarán «fingiendo» ser esposos por un par de semanas solamente; que esto sea el motivo para que ustedes limen asperezas.

—¿Y ella está de acuerdo con esto?—preguntó al ritmo que su dedo índice daba constantes golpecitos en la mesa del escritorio.

—Mai no tiene otra elección más que aceptar—agregó Violet. Pero al ver la faz pensativa del muchacho, insistió:—¿Entonces le ayudará a salir de este apuro, Señor Brief?

Trunks cerró los ojos por algunos segundos; llevó su mano a frotar parte de su ceño fruncido. Respiró hondo & al expulsar el aire, se cuestionó muy en su interior si estaba bien hacer algo así, o que si el plan sugerido funcionaría a la perfección. Y ante todo, si su convivencia no sería una tremenda pesadilla. Pero siendo sincero consigo mismo, no deseaba ver a Mai casarse con ese extraterrestre, ni con ningún otro hombre; le había sido muy penoso el hecho de que ella, en estos instantes, no pudiera decidir lo que mejor le convendría, dejándola por completo fuera de voz & voto. Por lo que sin lugar a dudas, el Hanabi, como la Princesa Serpiente, guardaban muchos secretos. «¿Qué hago?» «¿Realmente esto podría ayudarla?»; continuaba el bombardeo de preguntas. Sin embargo, recordó cuando naufragó por primera vez en su hermosa mirada añil, en la fragilidad que escondía, en el amor, en la mujer, en lo que sintió cada una de las noches cuando fue a verla, e incluso, la misma noche en la que todo se estropeó & fue testigo de su irremediable desilución.

—¿Vas a ayudarla, Trunks?—preguntó Goten pues deseaba al igual que Violet saber la respuesta definitiva.

Al elevar la mirada, el azúl se dirigió hacia ellos. Entonces, al tragar saliva, contestó:—Lo haré.

—¡Bien!—expresó el Son al cerrar sus puños, satisfecho de la decisión que había tomado su amigo.

—Muchas Gracias, Señor Brief; esto es muy generoso de su parte.

—Aún no me agradezcas, Violet; ya veremos qué tal resulta este plan.

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Todo se trató de hacerlo lo más rápido posible, de forma precisa e inteligente. El reto momentáneo era ir un paso adelante de los famosos edictos. Pues éstos al culminar, le darían a Trunks la oportunidad de ir personalmente al Hanabi a reclamar a su «mujer» como tramitar su renuncia del centro. Al saber de ante mano que la Princesa Serpiente era avariciosa, le daría una cantidad generosa de Zenys junto con un auto convertible de gama alta con garantía & prestigio de la Corporación Cápsula. Quizá no era "mucho" en comparación de todos los planetas de los cuales era poseedor el Señor Zuhnama, y que seguro, al tratarse de quedarse con Mai, le había ofrecido uno de ellos a la excéntrica mujer. PERO existiendo un trámite de matrimonio previo, no habría otra cosa más que liberar a Mai & entregársela a él.

Por lo que una noche previa antes de llevar acabo el plan, Goten ayudó a escapar a Mai & Violet bajo el mismo método de la soga para así llevarlas al departamento de Trunks. Ranfán se encargó de poner bultos de ropa en la cama de las mujeres que al igual tapó con una sábana para simular que dormían plácidamente —Adelante, yo me encargo de cubrirlas—; así que, montados los tres en la motocicleta del joven Son, partieron a afinar los últimos detalles de la boda.

Mai estaba hecha un manojo de nervios, los cuales aumentaron cuando Violet le dió ayer la noticia de que el Brief había aceptado hacerse pasar por su esposo.

»¡¿Di-Dijo que sí?!

»Así como lo oyes, Mai: Trunks Brief será tu esposo.

Por lo que gracias al gran vestuario que contaba el Hanabi para sus presentaciones nocturnas, encontraron un vestido blanco liso, de hechura muy sencilla, también Violet habia tomado uno para ella, pues cierta zona del departamento de Trunks seria decorada para darle más realismo a la boda. Y siendo ella una invitada especial como testigo del acto de unión, era necesario también lucir radiante. Todo eso iba resguardado dentro de una cápsula Hoi-Poi, además de un neceser con maquillajes como con algunos aretes & adornos que seguro servirían para su arreglo personal.

El objetivo de citarse era firmar los documentos pertinentes que tanto Goten como Trunks se habían encargado de hacer bajo ciertos programas de edición. Todo con el fin de poder imprimir el clon de una acta matrimonial, misma, que ya tenía estipulada sus nombres, sellos oficiales de la Capital del Oeste, nombre de los testigos & la fecha marcada que indicaba que tal suceso se había llevado acabo justo el mes anterior. Así que solo era cosa de improvisar una cena, intercambiar argollas & realizar una sesión de fotografías de los supuestos novios. Por lo que TODO en cuestión hizo que a la Pétalo de Arena se le subiera la bilirrubina. Y era obvio, pues se había prometido no volver a ver a Trunks JAMÁS en su vida, como el hecho de haber externado que NUNCA necesitaría de su ayuda, le hizo comerse sus propias palabras. Pues ahora, resultaba ser, que tendría que estar con él fingiendo ser su esposa para no caer en las manos del Señor Zuhnama.

—Hemos llegado—dijo Goten & eso provocó en Mai un cosquilleo en su estómago. Podría decirse que sintió hasta un poco de éxtasis debido a lo rebuscado de la situación.

Fue así, que Goten las hizo pasar—Adelante— ya que el azúl se estaba alistando en su habitación. Las mujeres al filtrase al hermoso departamento, observaron que cierta zona del área del balcón, estaba decorada con dos mesas recubiertas con manteles de seda, un pastel pequeño, y algunos adornos de tul & flores; todo era sencillo pero de buen gusto.

Entonces, el Son les dijo a las mujeres—Pueden utilizar esa habitación—indicó con la mirada— cuenta con baño & espejos grandes para que puedan alistarse. Yo también iré a darme una ducha rápida; ¿así que qué les parece si en 30 minutos nos vemos en el despacho de Trunks para firmar los papeles?

—Sí, de acuerdo—contestó Violet—Anda Mai, hay que alistarnos.

—S-Sí.

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—¿Estás nerviosa?

—Sí...—contestó a media voz.

Mai estaba sentada en una silla frente al gran espejo de la habitación. Violet quien lucía un vestido negro entallado & altas zapatillas, terminaba el peinado de la novia al decorarlo con algunas flores naturales.

—Creéme que fuera peor si mañana te estuvieras casando con el Señor Zuhnama.

—Lo sé...pero tampoco esto me complace del todo.

—Lo comprendo, es natural sentirse así; Trunks igual es un desconocido para ti.

—Violet...

—Dime...

—Ya no podré regresar al Hanabi, ¿qué será de mi después de que termine esta farsa?—la bella novia temía por su bienestar, pues no deseaba vivir otra vez en las calles.

—Cuando llegue ese momento ya sabremos qué hacer, algo se nos ocurrirá; no te preocupes—al colocar el último adorno en el recogido de Mai, ambas ya estaban listas. Así que la violeta, se acercó a su amiga, la tomó de los hombros & viéndose en el espejo, le dijo—Eres la novia más bonita que he visto.

—Gracias...

—Anda, ponte aquellos pendientes, ya casi es hora de vernos con los muchachos.

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El Brief & el Son estaba en el lugar acordado. Ambos relucientes & vestidos con trajes negros, esperaban la presencia de las damiselas para llevar acabo lo correspondiente. Pues de algún modo, los pétalos tenían que regresar al Hanabi antes del amanecer.

En eso, Violet avisó:—¿Podemos pasar?

—Claro, adelante, las estábamos esperando—contestó el Son.

Entretanto, Trunks, permanecía recargado al ras del escritorio con brazos cruzados & mirada cabizbaja; más que gustoso se le notaba pensativo. Entonces, Violet entró—Estamos listas para comenzar—expresó con aquel tono durazno en sus labios.

—Excelente.—el azabache ofreció su brazo para recibir a la mujer.

—Qué amable.

—Luces hermosa.

—Lo mismo digo de ustedes.

Fue así, que el sonido de unos tacones, advirtió su próxima entrada. Y bajo ese ritmo, fue que Mai se filtró al despacho del empresario—H-Hola...—saludó nerviosa, avergonzada, pues sus mejillas estaban sonrojadas. Sus manos, entretanto, sostenían un ramo de flores artificiales con algunos destellos tornasol.

El novio en cuestión poco a poco elevó la mirada e iba quedando hipnotizado, pues su novia lucía un vestido entallado & liso; era tipo strapless & de la parte de abajo era corte sirena. No llevaba un velo como tal, ya que su cabello fue recogido y adornado por flores con algunas guías de perlas colgantes. Labios rojos, sombras rosa pastel & delineado pronunciado, fue lo suficiente para hacerla lucir hermosa.

La mirada penetrante de Trunks, la devoró; ella lo sintió. Pues desde aquel incidente ya tenía días que se había privado de apreciar a la hermosa Pétalo de Arena. Pero en vez de saludarla de la misma manera, le dijo a los testigos:—¿Nos permiten un momento a solas por favor?.

«¡¿Eh?!»—expresaron los presentes haciendo de Mai que se sonrojara aún más.

—Cl-Claro.—contestó Goten.

Trunks entonces con su mano y un movimiento de cabeza, le ofreció asiento a la mujer. Tras haberle ayudado a adquirir postura, él regresó a la silla principal de su escritorio; ella estaba cabizbaja, observaba exclusivamente a su ramo. En tanto el azúl, no le quitaba la mirada de encima. Fue así, que del cajón sacó los papeles pertinentes, un bolígrafo, y tras juguetear un rato con el mismo, le preguntó—¿Estás segura?

—¿Có-Cómo...?—elevó la mirada.

—No sé exactamente qué decirte pero ...lo haré si tú quieres que lo haga.

—Si usted no me salva de esto ...yo estaré perdida, lo sabe.

—Entonces, Señorita Mai...tome esto como muestra de mi generosidad hacia usted—y firmó los documentos.

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CONTINUARÁ...

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Hola a todos, muchas gracias por estar aquí. Les mando un abrazo & nos vemos en el próximo capítulo.

Cariños:

kuraudea.