Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.
Capítulo 367. La Desesperación De Irina (1)
Sin embargo, ahora Irina estaba sufriendo más que Jasper.
Un día después de visitar el templo, Irina estaba llena de resentimiento hacia el Duque Riddle. Ayer estaba tan sorprendida que ni siquiera podía expresarlo adecuadamente. Ahora que recordaba lo sucedido, todo le parecía tan injusto que se sentía abrumada por las emociones. Todavía no podía aceptarlo.
Se preguntaba cómo la princesa se había convertido de repente en la hija de Alec, y por qué el Duque Riddle había aparecido con Ian en sus brazos...
En menos de un día, Glorym dejó de ser la princesa y se convirtió en un hazmerreír. Todo esto era tan doloroso que incluso le resultaba difícil respirar.
—¿Dónde está la princesa?
Después de enterarse que Jasper ordenó quitar a Glorym el título de princesa. Irina trató de averiguar más a través de una de sus sirvientas, pero sólo le informó que la Vizcondesa Clearwater había abandonado la habitación de la princesa con ella.
Intentó encontrar a la princesa, pero nadie le dijo dónde estaba. Unas horas más tarde volvió a preguntar a la sirvienta, pero esta vez ella se mostró fría. La miró como diciendo, ¿Por qué llamas a tu hija princesa? Ya no lo es.
—No lo sé. ¿No sería más rápido si lo averiguas por ti misma?
La mirada burlona de la sirvienta hirió el orgullo de Irina. Le disgustó que la sirvienta, a la que ella misma había elegido, actuara de esta manera.
Aunque fuera a ser expulsada en el futuro, ahora seguía siendo la emperatriz. Incluso los caballeros no tuvieron más remedio que contener su enojo mientras Irina los golpeaba. Además, sin que nadie lo supiera, Irina contrató deliberadamente a chicas necesitadas para que fueran obedientes. No entendía por qué actuaba de esta manera.
—¿Por qué te diriges así a la emperatriz?
De hecho, al principio fueron genuinamente buenas con Irina, pero se volvieron más temerosas que respetuosas cuando una de sus compañeras fue encarcelada por un desliz y su padre estuvo a punto de morir. En medio de esto, empezaron a surgir malos rumores sobre Irina, por lo que los demás empleados del palacio decidieron mantenerse alejados de todas las nuevas sirvientas de la emperatriz. A partir de entonces, las sirvientas se limitaron a hacer su trabajo y dejaron de seguir a Irina. Sin embargo, cuando la princesa, que era el último pilar de Irina, fue removida, comenzaron a pensar, ¿Por qué ser cortés con alguien que va a caer de todos modos?
Calcularon que para poder quedarse aquí si una nueva emperatriz llegara al palacio del oeste en el futuro, debían distanciarse de Irina ahora. Irina murmuró molesta y desconcertada.
—Qué insolente eres...
—Es Su Majestad quien es insolente. ¿Cómo se atreve a engañar al emperador con una hija cuco?
—¿Cuco? ¿Acabas de llamar cuco a la princesa?
Nota: Es un ave que pone sus huevos en los nidos de otras aves.
—Ya no es una princesa. Además, no nació de un matrimonio, por lo que tampoco puede llamarse noble.
Las sirvientas del Palacio del Oeste llegaron sin una educación adecuada de etiqueta al igual que el resto de empleados, por lo que hablaban irrespetuosamente. Irina no pudo soportarlo y se levantó de inmediato. Su sirvienta intentó huir a toda prisa, pero Irina corrió y le dio una patada en la pantorrilla primero.
—¡Ah!
—No importa que yo sea un cuco o que la princesa sea un cuco, ¡tú eres un gusano! Un gusano que puede ser comido por un cuco o cualquier otra ave. ¡No olvides que soy la Emperatriz y puedo matarte!
—¡Detente! ¡Ah!
—¡Detente! ¡Detente! ¡Cierra tu maldita boca!
Irina no era una persona que dijera groserías con regularidad, pero en el transcurso de su vida como esclava había escuchado muchas.
Mientras Irina agredía verbal y físicamente a su sirvienta, ésta consiguió escapar aterrorizada. Pero Irina estaba tan enojada por las insolentes palabras de su sirvienta que la siguió para seguir agrediéndola.
Pero en cuanto salió corriendo por la puerta, Irina se detuvo al chocar contra el firme pecho del Duque Riddle. Se tambaleó hacia atrás y el Duque Riddle extendió rápidamente su brazo para sostenerla.
—Duque Riddle...
Irina lo miró perpleja por un momento, pero pronto su rostro se distorsionó. Al ver su cara recordó los sucesos de ayer, un repentino sentimiento de traición y decepción la invadió, eclipsando su preocupación por el futuro y su enojo con la sirvienta. Ella rechinó los dientes.
—Mala... mala persona.
Irina le miraba con lágrimas en los ojos. Aun así, tenía un leve sentimiento de esperanza. El Duque Riddle era quien siempre aparecía y la ayudaba cuando estaba en problemas, el único que le daba fuerzas cuando todos la atormentaban, así que, al verlo, se sintió herida pero un poco esperanzada.
—¿Por qué hiciste eso?
Preguntó Irina con voz apagada.
En lugar de responder, el Duque Riddle suspiró mientras examinaba el rostro de Irina.
—No tienes muy buena cara.
—¿Por qué hiciste eso?
—Entremos para hablar.
—Por qué...
—No es una buena idea hablar aquí.
Sólo después de escuchar las palabras de Tom, Irina se dio cuenta de que estaba frente al pasillo. De hecho, los caballeros que estaban de pie a ambos lados los miraban con mucha curiosidad.
Irina se estremeció, se dio la vuelta y entró primero en la habitación. El Duque Riddle la siguió en silencio y cerró la puerta.
Luego, intentó sentarse naturalmente en el sofá, pero se detuvo cuando Irina le gritó.
—¡No te sientes!
—Está bien.
Aunque sea desagradable, el Duque Tom respondió con calma y enderezó sus piernas ligeramente flexionadas. Al ver esto, Irina se sintió aún más herida y volvió a preguntar.
—¿Por qué hiciste eso?
—¿De qué estás hablando?
Preguntó el Duque Riddle con una sonrisa.
—¿Es porque no secuestre al nieto del Vizconde Vulturi como me pediste? ¿O es porque lo lleve al templo? Si no es así...
Sin embargo, había gruesas espinas incrustadas en cada palabra tranquila. Irina quería taparse los oídos. No podía creer que le estuviera hablando de esta manera. Además, este no era el final. El Duque Riddle hizo una pausa, luego puso la caja que había traído sobre la mesa y la abrió.
Al abrir la caja, en su interior apareció una pila de pagarés y el documento en el que se comprometía a darle un puerto. No puede ser... Irina miró sorprendida al Duque Riddle.
—¿Es porque estos documentos se harán públicos en el futuro?
Su suposición era correcta. Irina apenas consiguió hablar.
—Qué... Qué es esto...
—Es hora de que me vayas pagando lo que me debes.
Irina miró conmocionada al Duque Riddle. Jamás se habría imaginado esto, incluso trajo los pagarés.
El Duque Riddle no tenía un corazón tan frío.
Irina preguntó con los labios temblorosos.
—¿Por qué? ¿Por qué me estás haciendo esto?
—Tu forma de hablar ha cambiado.
—¿Qué?
—Me gustaba cuando hablabas llamándote a ti misma.
A Irina le parecieron extrañas las palabras del Duque Riddle, sentía que su forma de hablar no era diferente a la de antes.
Irina sintió que este momento no era real. No tenía la menor idea de lo que estaba pasando. No podía ver la cara de Jasper, ni sabía dónde estaba la princesa. Sólo podía dar vueltas alrededor por el Palacio del Oeste, por lo que no era diferente de estar encarcelada.
Irina gritó de ira.
—¿Qué intentas hacer ahora?
—¿Te duele?
—¿Creíste que no me dolería?
Ella se sentía más alejada de la realidad debido a la expresión despreocupada del Duque Riddle.
Irina trató de recuperar la compostura. Pero por más que intentó calmarse, las lágrimas brotaron de sus ojos. Irina apretó los puños y lloró mientras golpeaba el sofá.
