Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 369. Educación Prenatal (1)

Al salir de la habitación de Irina, el Duque Tom se dirigió inmediatamente a la oficina de Jasper.

Jasper frunció el ceño por un momento al ser informado de su visita, pero le permitió entrar. Él también quería hablar con el Duque Riddle.

—Me alegro de ver a Su Majestad.

Al entrar en la oficina de Jasper, el Duque Tom le saludó como un noble respetable.

Jasper miró a Tom con ojos llenos de hostilidad y desagrado.

Hace unos días, había tratado de enviar al Duque Riddle de vuelta a su país utilizando como excusa el escándalo con Irina.

Pero después de lo ocurrido, Jasper también tenía curiosidad. ¿Qué buscaba exactamente el Duque Riddle?

Al principio pensó que le odiaba, pero después de que se atreviera a llevar al primer hijo de

Irina al templo, parecía ser un odio no contra él, sino contra Irina.

Sin embargo, eso tampoco explicaba del todo sus acciones. En cualquier caso, ahora tenía la oportunidad de saber la respuesta.

Después de pensarlo, Jasper ocultó su despreció y preguntó con calma,

—El día de la prueba, ¿por qué fuiste al templo?

—Porque no sabía qué hacer con el pobre niño.

—Hablo en serio, Duque Riddle.

—Ya veo. Entonces seré preciso.

Asintiendo ante las palabras de Jasper, el Duque Riddle puso la caja que antes había sorprendido a Irina sobre el escritorio y mostró su contenido. El documento y los pagarés cuidadosamente organizados fueron revelados.

Los ojos de Jasper se fueron abriendo lentamente a medida que pensaba de qué se trataba.

—Aunque el dinero prestado no pueda ser devuelto, al menos quisiera tomar el puerto.


—¿Por qué quiere verme?

Cuando pregunté desconcertada, la Condesa Jubel sacudió la cabeza.

Detrás de la puerta frente a mí, el Duque Berkshire estaba esperando a que lo dejara entrar. No sabía para qué quería verme.

Su visita fue muy inesperada.

He oído que el Duque Berkshire se había resignado últimamente como el Marqués Caius, pero a diferencia del Marqués, que estaba colgado boca abajo como un murciélago, el Duque Berkshire sólo se inclinaba ligeramente para no perder su honor de alguna manera.

Me sorprendió que viniera a verme de repente, sería diferente si fuera Edward. Desde que quedé embarazada, no hacía más trabajo que el necesario, y tenía que aplazarlo cada vez que me sentía un poco cansada o indispuesta.

No había ninguna razón para que el Duque Berkshire me visitara, ni personal ni laboral.

Sin embargo, al pensarlo detenidamente... el Duque Berkshire nunca se enfrentó directamente a Edward ni a mí, aunque había sido un ayudante cercano de Kate, no tenía su sangre.

Es el tipo de persona que puede cambiar de opinión en cualquier momento. Entonces, ¿vino aquí porque quería ponerse de mi lado? ¿También tenía que ver con Lorenzo?

—Déjalo entrar.

En vez de tratarle con frialdad, le saludé con una sonrisa al entrar. Aunque teníamos diferencias, no había necesidad de ser enemigos abiertamente.

Después de eso, él comenzó a hablar como cualquier otro noble, e intercambiamos comentarios de cortesía mientras abordábamos temas de la alta sociedad, del Imperio Occidental y de Whitemond.

Eventualmente, el Duque Berkshire se quedó mirándome por un momento, y cuidadosamente sacó el tema que realmente le interesaba.

—Su Majestad, hay algo que quisiera decirle, pero podría resultar incómodo...

—Está bien. Dilo.

—¿No te llevabas bien con Irina en el Imperio Oriental?

¿Qué? ¿Por qué habla ahora de Irina? No creo que realmente quiera saber si nos llevábamos bien o no.

Aunque me pareció sospechoso, traté de mantener una expresión de calma. El Duque Berkshire suspiró, sacó un sobre y me lo extendió.

—Su Majestad, mire esto.

Acepté el sobre, lo abrí y saqué la carta,

—… ¿Fue mi infertilidad la razón del divorcio?

El contenido de la carta era desagradable.

A juzgar por el contenido y la redacción, la carta parecía ser de Irina... sonreí forzadamente, desconcertada.

Ahora nos encontrábamos lejos, por lo que no debería importarle. No sé por qué intentaba atacarme enviando una carta así a un noble de otro país, incluso a un noble que se oponía a mí.

¿No ocupaba la posición de Emperatriz del Imperio Oriental? ¿Acaso creía que debía ser la única Emperatriz en este mundo? ¿O su felicidad es ver a los demás infelices?

Mientras miraba la carta, el Duque Berkshire dijo con cautela.

—Puedo imaginar por qué la Emperatriz del Imperio Oriental me envió esta carta.

Aunque también podía imaginar por qué le había enviado esta carta, pregunté.

—¿En serio?

—Pensó que de esta manera podría distanciar a los nobles de la Emperatriz.

—¿Eso crees?

—¿No es esa la única posibilidad? ¿Por qué otra razón me enviaría una carta como ésta de la nada?

El Duque Berkshire suspiró y sacudió la cabeza como si Irina fuera una persona terrible.

Esa actitud fue un poco divertida. Debía haber una razón para que Irina decidiera enviar la carta al Duque Berkshire.

La carta podría convertirse en una debilidad para la propia Irina. No la enviaría al Duque Berkshire de la nada, por lo que debió darse cuenta de su aversión.

Pero el Duque Berkshire debe haber venido aquí sabiendo que yo pensaría eso.

—Ya veo.

El hecho de que el Duque Berkshire me diera esta carta de Irina era una señal de que bajaría su cola.

Fue bastante inteligente. Ya que quedé embarazada, esta carta no sería útil de todos modos. ¿No estaba tratando de ganarse mi confianza ofreciendo un arma inútil?

Aunque existía cierta enemistad, siempre que pusiera de su parte sería posible olvidar las diferencias del pasado. En vez de actuar de forma inflexible, bebí el té con una sonrisa.

El Duque Berkshire sonrió torpemente y bebió el té como si se hubiera dado cuenta de mi intención.

—Una carta como esta sin duda representa una ofensa, incluso si fuera enviada al Emperador Jasper. No sé cómo pudo escribir esto. Sí. No puedo creer que la Emperatriz Irina siga atacándola maliciosamente a pesar de estar aquí. Su Majestad debe haber sufrido mucho en el Imperio Oriental.

Continuamos intercambiando algunas palabras mientras bebíamos té.

El Duque Berkshire, que había actuado sereno en todo momento, me preguntó de repente con voz inquietante.

—Su Majestad es del Imperio Oriental, así que conoce bien a Lady Tanya, ¿verdad?

Era un tema imprevisto, ¿por qué mencionaba a Tanya de repente?

Cuando lo miré con asombro, se cubrió la boca con el puño, tosió con fuerza y dijo.

—En realidad, Su Majestad. Hmm... me da mucha vergüenza decir esto, pero... si no lo digo, creo que habrá malentendidos.

¿Malentendidos? ¿Qué iba a decir?

—Si mi hijo sigue detrás de Lady Tanya, ¿puede decirle que lo rechace con más firmeza?