Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 371. Venganza (1)

Los rayos del sol se abrieron paso entre las nubes, tiñendo el cielo de rojo, pero con el tiempo el rojo se convirtió lentamente en azul.

El Vizconde Vulturi deambulaba con un rostro sombrío por las calles donde los rastros del día rojizo se iban desvaneciendo.

De repente, una chica salió corriendo como si estuviera huyendo de algo, los que caminaban a su alrededor se detuvieron a mirarla. Fue extraño. Parecía una escena de terror.

Estaba recordando una historia que había escuchado de un niño pequeño.

El niño se asustó tanto por la escena que se fue a casa inmediatamente, por lo que dijo que no sabía quiénes eran las personas, o qué había pasado.

Pero a través de un borracho, se enteró de que una persona había estado ofreciendo bebida y comida gratis en un bar no muy lejano ese día.

Esa persona quería celebrar con todos que había tenido un buen día, así que la gente corrió al bar embriagada por el pequeño ambiente festivo.

Incluso los niños pequeños, que jugaban al pilla-pilla en los callejones, fueron allí con sus padres ese día, y se alegraron al recibir dulces. Los verdaderos transeúntes que normalmente habrían pasado por esas calles estaban en el bar.

Despejó las calles a propósito.

El Vizconde Aro rechinó los dientes. Estaba convencido de que alguien había atacado a Jane.

Pero no podía imaginar quién lo había hecho. ¿Quién estaría dispuesto a deshacerse de Jane a costa de tanto dinero?

Aunque Jane era inmadura, no era el tipo de persona que despertaría un odio tan profundo.

—Ah...

Pero al leer el periódico del día, dejó de lado la investigación.

Cuando salió a buscar a Jane, el Vizconde Aro temió que Alec se metiera en problemas.

De hecho, había ocurrido un escándalo en el que estaba involucrado.

La princesa que dio a luz Irina no era hija del emperador, sino del mismo hombre con el que tuvo su primer hijo.

Cualquier persona normal habría dicho, '¡Dios mío, qué locura!' Pero éste no era el caso del Vizconde Aro.

¡Porque 'el primer hijo de la Emperatriz Irina' era su nieto!

Al ver varios artículos sobre esto en el periódico, sintió que la cabeza le iba a explotar.

La gente hablaba de esto con entusiasmo, pero él se sentía abrumado y envejecido. Le costaba incluso pensar.

Mientras no se conociera al padre, la responsabilidad de haber engañado al emperador recaería únicamente en la propia Irina.

Sin embargo, en este caso su hijo había sido considerado el padre.

El hecho de que el primogénito de Irina fuera su hijo podría haber sido ignorado por el emperador, pero no que la princesa también fuera su hija.

Nunca hablé de Alec, ni siquiera cuando ese maldito bastardo de Jacob me cortó la oreja. ¿Por qué ahora?

Aunque el Vizconde Aro quería repetir la prueba, sabía que no tenía la capacidad de hacerlo, lo que agudizó su dolor de cabeza.

Había establecido muchas conexiones con el dinero que recibía de Irina, pero ¿estarían estos amigos dispuestos a asumir una tarea tan arriesgada?

Sólo era el señor de un pequeño territorio sin influencia. No estaba seguro de que alguien le fuera a escuchar. En medio de esto, se enteró de que el Emperador lo estaba buscando. Su miedo no hizo más que aumentar.

Cuando el Vizconde Aro llegó al Palacio Imperial, se le acercaron dos caballeros del emperador que esperaban en las puertas traseras del Palacio.

—¿Qué ocurre?

Preguntó asustado el Vizconde Aro, a lo que uno de los caballeros respondió con severidad.

—Síganos.

Temeroso, el Vizconde Aro les siguió obedientemente.

Sin embargo, caminar por los pasillos le resultaba difícil. Tenía ganas de darse la vuelta y huir.

Pero la idea de lo que podría ocurrirles a Jane y a Alec si huía hizo que el Vizconde Aro recuperara la razón.

Mientras trataba de entender la situación, los tres llegaron frente a la oficina del emperador.

—Lo hemos traído, Su Majestad.

Cuando el caballero habló hacia la puerta, se escuchó un claro y extraño, tilín-tilín.

El caballero abrió la puerta e indicó con la cabeza al Vizconde Aro que entrara.

El Vizconde Aro tragó fuertemente y entró.

—Me estaba buscando, Su Majestad.

El Vizconde Aro inclinó la cabeza en señal de saludo nada más entrar.

El Emperador Jasper estaba sentado en su escritorio, mirando de forma intimidante al Vizconde Aro.

Tenía una expresión aterradoramente fría, y en su interior estaba aún peor.

Jasper se enfureció con sólo mirarlo al pensar que la princesa tenía la sangre del Vizconde Vulturi. Irina había sido la nuera de este hombre, y su familia parecía decidida a arruinar a la Familia Imperial.

—Levanta la cabeza.

Sin embargo, la voz que salió de la boca de Jasper era tranquila.

El Vizconde Vulturi ni siquiera había hecho contacto visual con Jasper, sólo lo miró después de que Jasper le ordenara levantar la cabeza.

Al ver sus ojos, el Vizconde se horrorizó ante la fría mirada del Emperador y se le puso la piel de gallina. Independientemente de lo que el Emperador fuera a decir, ciertamente no sería bueno.

—Te diré dónde está tu hija.

Sorprendentemente, fue Jane a quien Jasper mencionó.

—¿Qué?

Mientras el Vizconde Aro lo miraba desconcertado, Jasper le explicó con frialdad.

—Irina la secuestró e intentó venderla como esclava. Pensé que volvería a ocurrir lo mismo si venía aquí de nuevo, así que la resguardé.

El Vizconde Aro parpadeó con la mirada perdida. No esperaba saber sobre el paradero de Jane aquí.

Más aún... ¿fue Irina quien intentó hacer daño a mi hija incluso gastando una enorme suma de dinero?

El Vizconde Aro, que reflexionaba sobre lo que Irina tenía en contra de su hija, recordó que ambas habían estado en malos términos desde que estaban en su territorio.

Por supuesto, Irina en aquel entonces no estaba en condiciones de enfrentarse a Jane, por lo que era sólo un odio unilateral de Jane hacia Irina.

Puede que Irina aún le guardara rencor. Además, estaba siendo chantajeada por el Vizconde Aro, por lo que quizás liberó todo ese resentimiento contra Jane.

El Vizconde Aro frunció el ceño.

Creí que esa vulgar esclava iba a cooperar obedientemente, pero incluso se atrevió a hacer esto a mis espaldas.

Le horrorizó y enfadó que hubiera llegado a tal extremo por hacer daño a alguien que no le agradaba.

El Vizconde Aro, profundamente indignado en su interior, no tardó en darse cuenta de un punto extraño.

—Su Majestad... ¿por qué me cuenta esto?

Ahora, Jasper debía estar enfadado con él a causa de Alec. No entendía por qué le contaba esto.

—En cualquier caso, tú y tu hijo morirán por haber engañado a la Familia Imperial.

Los ojos del Vizconde Vulturi se abrieron como platos.

Una sonrisa despiadada se dibujó en la boca de Jasper.

—¿Quieres salvar a los otros dos?