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Patricia estaba recostada en su habitación, acariciaba dulcemente su vientre mientras sonreía al sentir las pataditas o movimientos de su bebé.
-Paty… - la voz de su novio llamó su atención.
-Stear, acaba de moverse! – dijo sonriendo - creo que le gusta escuchar tu voz.
-Ya falta muy poco. – acarició el vientre mientras le hablaba – pronto te conoceremos bebé… pronto te tendremos junto a nosotros.
El bebé nuevamente dio una patadita, Stear besó la frente de su novia con todo el amor del mundo, agradecía tenerla en su vida.
-Te amo… - susurró antes de besar sus labios.
-Yo también te amo. – correspondió al beso – escuché el timbre… vino Archie?
-Eh? Ah! Lo siento, creo que me distraje. – se rascó la nuca mientras hacía una mueca – te tengo una sorpresa.
-En serio? – dijo feliz – ya dámela – extendió la mano.
-Jajaja – sonrió al ver la actitud infantil de la castaña – primero cierra los ojos – la joven lo hizo.
-Paty… - la castaña sonrió al escuchar aquella voz, inmediatamente sus ojos se llenaron de lágrimas mientras los abría para corroborar que de verdad su amiga estaba frente a ella.
-Candy! – intentó ponerse de pie.
-No! No te levantes. – la rubia se acercó rápidamente – te extrañé tanto Paty.
-Pero… creí que…
-No podía perderme el nacimiento de mi sobrino. – la abrazó nuevamente.
-Gracias… y felicidades – dijo sinceramente.
Candy había conseguido el papel principal, ella sería Salomé, fue una gran alegría haber logrado su objetivo; sin embargo, esa no duró mucho, pues por los ensayos debía cancelar su viaje a Estados Unidos. Cuando la rubia comunicó esto a sus amigos, se dio cuenta de la desilusión en sus voces, aunque la estuvieran felicitando en ese momento.
-Gracias.
-Pero… dijiste que debías practicar más y…
-Hablé con el director Brown, le pedí permiso para ausentarme una semana.
Flashback
Candy había demostrado su talento en el escenario, el director Brown y los maestros quedaron impresionados por la destreza de la rubia. Meredith, quien era la favorita para el papel de Salomé, tuvo miedo de perder su lugar después de ver la presentación de la rubia.
-Las presentaciones fueron magníficas. – señaló el director de la academia. – antes de anunciar los papeles que se les asignaron, deben saber que lo hicieron maravillosamente; sin embargo, todos concordamos en quien tuvo mayor destreza y técnica. Candice. – anunció – felicidades, serás Salomé.
La rubia apenas y estaba digiriendo lo que acababa de oír, cuando escuchó a sus compañeras murmurar. "La americana? No es posible, Meredith lo hizo mejor" "sí, su coreografía fue mejor, más limpia".
A Candy le molestaban aquellos comentarios, desde que llegó a la academia, para muchas de sus compañeras, ella era la americana, la miraban con recelo, muy pocas la saludaban o eran amables.
-Candice – escucharon al director Brown – tu técnica fue exacta, tus movimientos fueron pulcros, no hay duda que el talento que posees es único. – miró a Meredith – estuviste cerca, sin embargo, aunque no tuviste pocos errores, se debió a que la coreografía que diseñaste era muy sencilla, no te arriesgaste a lo que sabemos eres capaz.
El director Brown, así como los coreógrafos, escucharon los comentarios de las bailarinas y el descontento en el rostro de Meredith, es por eso que tuvo que intervenir y aclarar la situación.
-Muy bien, pueden seguir con las prácticas, a partir de ahora nos enfocaremos en la coreografía exacta de los papeles principales para la presentación, así que estos dos meses serán de ensayo continuo.
Oír eso alertó a la rubia, aunque en ese momento no dijo nada, supo que las vacaciones serian de constante ensayo para ellos. Cuando les contó a sus amigos, e incluso en Terry, escuchó en sus voces una desilusión disfrazada de alegría, por eso fue a hablar con el dueño de la academia.
-Director Brown.
-Pasa Candice, me dijeron que quieres hablar conmigo, necesitas algo?
-Yo… quisiera saber si hay la posibilidad de tener un permiso para viajar a América.
-La presentación está cerca, cómo dije deberán ensayar para perfeccionar los movimientos.
-Lo sé – lo miró fijamente – pero antes de saberlo, me había comprometido para estar en América para el nacimiento de mi sobrino.
-Acaso no puedes visitarlos una vez que terminé el curso?
-Su nacimiento es importante para mí – dijo determinada. -Agradezco que me hayan elegido para ser Salomé.
-Entonces, supongo que rechazará el papel. – dijo serio.
-No, si usted me escucha. – el hombre se acomodó en su silla - usted dijo que me escogieron por la técnica y talento que tengo. – respiró antes de proponer lo que quería, el hombre la escuchaba con atención – por favor, confíe en mí. – Candy mostraba una seguridad impresionante – le demostraré que no se equivocó al darme su apoyo.
-Tendrás una semana nada más – la rubia sonrió – pero mientras no estás instruiremos a Meredith, ya sabes, por si acaso. – Candy asintió – no perderás tu papel; si demuestras que tu ausencia a los ensayos no te perjudicó.
-No se arrepentirá! – se puso de pie – le demostraré que puede confiar en mí, no voy a defraudarlo.
-Eso espero.
Así fue que Candy obtuvo permiso especial para estar presente en el nacimiento del hijo de sus amigos.
Fin del flashback
Paty estaba feliz de tener nuevamente a Candy con ella, todos sus amigos organizaron una pequeña fiesta de bienvenida, lastimosamente, Terry no estaba presente, pues tenía guardia esa noche.
-Candy?
-Luisa – sonrió amistosamente. – cómo estás?
-Bien, gracias. – se veía tímida – Archie me contó que obtuviste un papel principal para la próxima presentación. Felicidades.
-Gracias. – dijo sinceramente – Luisa… - la joven la miró – sé que tuvimos problemas en el pasado; pero Archie cree en tu cambio y yo confío en las decisiones de mi amigo.
-Lamento haber sido parte de todo lo que Susana y Elisa te hicieron y dijeron de ti. Fui una tonta al creerles.
-Lo fuiste – dijo sonriendo para aligerar la tensión que se sentía – pero es parte del pasado, sólo te pido que no lastimes a mi amigo.
-Yo lo amo, nunca dejé de hacerlo – confesó – me dolía verlo alejado de mí, y más, saber que yo fui la causante de todo eso.
-Entonces aprende de tus errores.
A lo lejos Archie veía a su novia y a su amiga hablar amenamente; al principio, temía que la rubia rechazara a Luisa, él no podría elegir entre las dos, es por eso que, cuando las vio sonreír se alegró bastante.
La fiesta transcurrió con calma, más tarde cuando la rubia ya estaba en casa, recibió la llamada de su novio, quien expuso su descontento al no estar con ella en ese momento; pero le prometió dedicarle un día sólo a ella.
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Terry había organizado sus horarios para pasar el mayor tiempo posible con Candy, habló con sus compañeros para que encargarse de las guardias nocturnas y él de las matutinas, sólo aceptaron cuando le prometió a cada uno, suplirlo más adelante, cuando lo necesitaran.
-Sólo será un momento.
-No te preocupes, agradezco lo que hiciste para estar conmigo.
-Hoy, estará dedicado solo a ti mi amor. – le dio un beso – pero debo dejar esto a mi tutor. – mostró unos documentos.
-Me alegra que considere tu opinión en esta investigación.
El mentor de Terry, al ver su gran potencial y dedicación a la medicina, le pasó los documentos de una investigación sobre la evolución de una enfermedad neurológica, el castaño le entregaba sus apreciaciones y observaciones cada semana.
-Hola doctor Graham – saludó una enfermera de manera coqueta, no le importó ver que el castaño entraba tomado de la mano de Candy.
-Buenos días Esther – no le dio importancia al tono de la enfermera – el doctor Charles está en su consultorio?
-Está en una cirugía en este momento. – le sonrió – le dejarás los documentos?
-Sí – le extendió el sobre – gracias, hasta luego.
-Estarás de guardia está noche?
-No, hoy es mi día libre y lo pasaré con mi novia. – levantó la mano que sostenía de Candy – Esther, te presentó a mi novia, Candice White.
-Mucho gusto… - se vio desconcertada al ver a la rubia.
-Mucho gusto. – Candy se había puesto seria al oír la insinuación de la enfermera – mi amor, se nos hace tarde.
-Claro mi amor. – correspondió con una sonrisa – por favor entréguele cuanto antes ese informe, el doctor Charles lo está esperando.
-Eh… sí.
Esther se había desconcertado al escuchar a Terry hablar de manera tan cariñosa a su novia, pues el joven se mostraba tan serio ante todos que pensaron que era una de esas personas frías que no les gustaba mostrar sus emociones a nadie.
-No pudo esconder que le gustas. – dijo la rubia con mal humor.
-Pues a mí, ella, no me gusta - sonrió al ver los celos de la rubia.
-No le dijiste que tienes novia?
-No escuchaste? Se lo dije.
-Terry! – dijo perdiendo la paciencia. – sabes a lo que me refiero.
-No, no se lo dije antes – se detuvo antes de subir al carro – porque no hablo mucho con ella, además de que no tengo esa confianza para revelarle asuntos de mi vida personal.
-Osea, que soy un asunto?
-Mira mi amor, podemos ir a mi departamento y perder el tiempo que tenemos con una discusión sin sentido – sonrió de lado al ver la expresión de su novia – o podemos salir a pasear y disfrutar de nuestro día juntos.
-Tienes razón… - dijo avergonzada – lamento mi comportamiento.
-Te entiendo, estabas celosa.
-No lo estaba! Lo estoy. – afirmó – te extraño mucho… cada día a cada hora – repitió las palabras que él le había dicho aquella noche.
-No tienes que estarlo – la abrazó – no sería capaz de engañarte ni con la mirada, sabes que…
-Lo sé – lo interrumpió – confío plenamente en ti. – sonrió para que sepa que decía la verdad – es sólo que me molesta que ellas te miren. – miró hacia el hospital.
-Te aseguro que yo no las miro a ellas.
-Más te vale – rodeó su cuello – sólo puedes verme a mí. – lo besó siendo correspondida de inmediato.
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-Te sientes bien?
-Estoy enfadada por el comportamiento de nuestra hija. – dijo Rosemary – me parece irresponsable de su parte dejar los ensayos de esa manera.
-Rose, nuestra hija es mayor de edad – dijo William mirándola de frente – ella sabe lo que está haciendo.
-Pero… - trató de protestar.
-Deja que ella tomé responsabilidad de sus actos.
-No lo entiendes Will – suavizó su voz – ella es joven y necesita de nuestra guía.
-No te discuto eso.
-Si ella pierde esta oportunidad, podría ser su fracaso – dijo preocupada - acaso no entiendes eso?
-Candy ha demostrado ser constante en sus decisiones. Estoy seguro que no va a defraudarnos.
-Tienes razón – dijo resignada al recordar que su hija era responsable – Candy es muy responsable y no sería capaz de arruinar su futuro por una tontería.
Cuando Candy le contó a su madre que tomaría el siguiente vuelo a Nueva York, la mayor trató de persuadirla de quedarse y seguir con su estudio; sin embargo, la rubia hizo caso omiso de sus órdenes.
La madre, sólo esperaba que su hija continuara su carrera de bailarina como lo había estado haciendo hasta ahora. Pues la mayor desaprobó la conducta de su amiga Patricia al quedar embarazada tan joven, sabiendo que tenía un buen camino por delante como bailarina.
Ahora, a sus dos días de estadía en América, la menor le informó que se quedaría con Terry ese día… y esa noche, se molestó por aquel comportamiento, pero al final sólo le quedó aceptar y confiar en el juicio de su hija.
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La pareja paseaba por la ciudad, estaban sumidos en ellos mismos sin darse cuenta que una persona conocida las observaba a lo lejos.
-Entonces cambiaste tu especialidad?
-Lo hice, esta investigación me ayudará en mi proyecto, hablé con el doctor Charles y está de acuerdo con mi decisión.
-Neurología… no es un campo difícil?
-En la medicina todos los campos son complejos. – se sentaron en una banca de aquel parque – la evolución de una enfermedad varía de acuerdo a la persona. El campo neurológico no es la excepción, pero sin duda es la más incierta, quiero ayudar a esclarecer ciertas patologías que a futuro ayuden a los pacientes.
-Lo harás – aseguró orgullosa – sé que un día ayudarás a muchas personas.
-Gracias por tu confianza princesa.
-Terry…
-Mmm?
-Quiero ir a tu departamento. – dijo tímida - yo… esta noche… quiero quedarme contigo.
-Candy… - sonrió al verla tímida de repente, pues para ellos no era nuevo pasar la noche juntos, en Londres él se había quedado con ella y por una semana compartieron, no sólo el departamento, sino también la cama; sin embargo, ahora la madre de Candy vivía en la misma ciudad.
-Le informé a mamá que me quedaría contigo esta noche. – él la miró sorprendido – quiero pasar contigo la mayor parte del tiempo.
Terry no necesitó que la rubia le rogara o convenciera, tomó su mano y la guió hacia donde estaba aparcado el auto, antes de abrirle la puerta, la besó con pasión.
Cuando llegaron al departamento, apenas cerraron la puerta, el castaño se volvió a apoderar de sus labios mientras la guiaba a la recamara.
-Te amo… te necesito…
-Aguanta un poco más amor… - Terry se entretenía brindándole caricias en el vientre, seguía un recorrido pausado y pasional que estaba volviendo loca a su novia.
-Terry…!
-No te impacientes princesa… prometo que valdrá la pena. – dijo sonriendo con arrogancia ante su promesa.
Candy apretaba con fuerza las sábanas, poco a poco las sensaciones en la rubia se iban intensificando, Terry estaba cumpliendo su promesa.
Sin poder aguantar más Candy empujó al castaño y se puso a horcajadas sobre él sonriéndole con seducción.
-Quieres tomar el control amor? – dijo de manera juguetona.
-Cállate! – dijo mientras lo besaba e iniciaba con los movimientos.
Terry, gustoso disfrutó del panorama frontal que la rubia le ofrecía. Cuando intentó tocarla, Candy tomó sus manos y las puso sobre su cabeza mientras lo volvía a besar, estuvieron así por unos cuantos minutos hasta que el joven volvió a tomar el control.
Terry se sentó mientras besaba a la rubia, sin escuchar las protestas de la joven, la acomodó bajo su cuerpo y finalmente le dio lo que hacía unos minutos le había exigido.
Entre palabras de amor y algunas incoherencias que sus voces producían, la pareja llegó al clímax; pero haciendo uso de sus últimas fuerzas Terry la besó con tanta dulzura que la rubia no pudo evitar derramar algunas lágrimas antes de decirle nuevamente que lo amaba.
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Eran las tres de la madrugada cuando el celular de la rubia comenzó a sonar despertando a Terry, quién fastidiado por aquel sonido, tomó el aparato para apagarlo o tal vez tirarlo, cuando distinguió el nombre de su amigo en la pantalla.
-Hola, Stear.
-Terry? – creyó haber oído mal – disculpa te llamé a ti? Quería hablar con Candy.
-No, no te equivocaste, es el celular de ella – dijo riendo – sucede algo?
-Eh… sí, disculpa por la hora, es que Candy me pidió que la llamara cuando llegue la hora.
-La hora? – repitió – oh! Paty está en labor de parto?
-Si, en este momento la están atendiendo, nos dijeron que tardará un poco más tiempo para que el bebé nazca.
-Ok, en este momento le informo, te veremos allá.
-Gracias. – terminaron la llamada.
-Candy… - susurró cerca del oído femenino – amor, despierta – dijo con cariño.
-Mmm… qué sucede? Por qué me despiertas? – cuestionó con los ojos cerrados.
-Amor… - sonrió al ver que la rubia volvía a dormirse – princesa – dijo sobre su mejilla – Stear acaba de llamar.
-Stear…? – repentinamente abrió los ojos – Paty? – dijo mirando a su novio quien asintió al comprender la pregunta implícita. – tenemos que ir!
-Qué te parece si primero te vistes. – dijo al verla completamente desnuda mientras buscaba su ropa.
-Eso pienso hacer. – dijo mirándolo – tú también vístete rápido. – ordenó.
Candy le había pedido a su amigo llamarla cuando Paty esté lista para dar a luz, le hizo prometer que lo haría sin importar la hora, ella quería estar presente y darles todo su apoyo.
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Stear caminaba de un lado a otro por el pasillo del hospital, le habían pedido que esperara en afuera mientras preparaban a la futura madre.
-Stear! – Candy se acercó a él.
-Candy, no era necesario que vinieras.
-Sabes que no me perdería el nacimiento de mi sobrinito.
-Gatita! – Archie se acercaba con una taza de café para su hermano – hola Terry, no era necesario que vinieran – saludó al ver al castaño.
-Hola Archie. – le extendió la mano en saludo - Ya la conoces, quiso estar cerca.
-Señor Cornwell. – una enfermera llamó a Stear – ya está lista, puede verla antes de que la llevemos a la sala de parto.
-Gracias. – Stear entró nuevamente a la habitación, antes de ingresar completamente escuchó la voz de Candy pidiéndole que le diera a Paty un mensaje.
Dentro de la habitación.
-Candy está aquí?
-Sí, me dijo que te dijera que ya no falta nada. – acarició su frente.
-Lo sé… pronto tendremos a nuestro bebé con nosotros. – sonrió ante la idea.
-Ya es hora de llevarla señora Cornwell. – dijo la enfermera.
-Los veré después mi amor. – el moreno besó los labios de Paty, quien se hubo sonrojado al ver a la enfermera sonreír.
-Te veremos después.
El camillero se puso detrás de la cabecera de la camilla para empujarla y sacar a Paty por una puerta que conducía a la sala de partos.
-Puede aguardar en la sala de espera, lo buscaré en cuanto nazca su bebé.
-Por favor cuídenla. – pidió sin apartar la vista de la puerta.
-No se preocupe, estarán bien.
Stear estaba cada vez más nervioso, sus madre y suegra trataban de tranquilizarlo diciéndole que era normal que tardara tanto, Candy estaba con Terry y Archie esperando noticias de la próxima madre.
Unos minutos más tarde una enfermera aparecía en la puerta con un bultito cobijado en mantas blancas.
-Señor Cornwell – todos la miraron – quiere conocer a su hijo?
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Lamento la tardanza de la publicación, pasó algo con la plataforma que no me permitió ingresar estos días, no sé si solo me pasó a mí; pero bueno, finalmente lo conseguí.
Espero que hayan disfrutado del capítulo, tengan buena semana.
