FRAGMENTOS
¡Hola! Nuevo capítulo :)
- Cbt1996: ¡Hola! ¡Qué alegría saber que el capítulo te causó tantas emociones! Me emociona mucho que hayas sentido tanto con Rin e Inuyasha. Sesshomaru siempre tiene esa forma tan única de sorprender, ¿verdad? ¡Ya veremos qué se traerá entre manos! Y Moroha es simplemente adorable, (coincido jeje) Koga es un personaje complejo, con una historia que sin duda genera muchas reflexiones. ¡La familia Hirano parece tener tantos secretos! ;) veremos si existe alguna conexión o no. Y sí, la situación de Kagome es realmente desgarradora, solo queda esperar que las cosas mejoren poco a poco. ¡Me alegra que te gustara el giro al final! ¡Gracias por tus palabras y nos vemos en el siguiente capítulo! ¡Un abrazo!
- Rosa. Taisho: ¡Hola linda! Me alegra mucho leerte por aquí de nuevo y saber que cada capítulo te emociona tanto. Rin llegó con determinación para descubrir la verdad, y aunque Inuyasha logró calmarla un poco, Sesshomaru siempre sorprende, ¿verdad? ¿Qué nos deparará su relación con Rin? Muy pronto lo sabremos jaja. Por otro lado, la situación entre Kagome y Koga fue intensa, con Naraku causando siempre problemas. Entiendo completamente cómo Kagome se sintió con Koga, un personaje tan intrigante en la trama. Y por supuesto que comparto tus sentimientos hacia Kikyo en el fic. Son personajes tan malvados que es difícil no querer saltar y defender a Kagome en esos momentos. :( La fiesta fue toda una montaña rusa emocional. ¡Y qué sorpresa enterarnos de que Kikyo está embarazada! La intriga está en su punto máximo al saber si es verdad o solo son rumores. Pronto lo sabremos. Gracias por tu entusiasmo y por compartir tus emociones. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Cuídate mucho y un montón de besos!
- Annie Perez: ¡Hola! ¡Entiendo completamente tu preocupación! Naraku y Kikyo ciertamente saben cómo jugar con las emociones y crear intriga en la trama. Pero confiemos en que Kagome encontrará la fuerza para enfrentar cualquier obstáculo. ¡La historia promete emociones intensas! Gracias por tus comentarios y por estar tan involucrada en la trama. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Un abrazo! :)
- Kayla Lynnet: ¡Hola! ¡Qué gusto leerte y saber que estás tan metida en la historia! Rin está pasando por momentos realmente intensos, ¿verdad? Entiendo totalmente tus sentimientos hacia Inuyasha en esta situación tan complicada. Sobre Sesshomaru, siempre es un misterio, :D ¡Esperemos descubrir más sobre su rencor pronto! La conversación entre los hermanos fue genial ¡y me alegra que te haya sacado una carcajada el comentario tan atinado de Sesshomaru! Por otro lado, Morohita es toda una curiosa, ¡y ver a Inuyasha en su faceta de papá es realmente tierno! Sobre su decisión de dormir con Kikyo, ¡la intriga está al máximo! ¿Habrá caído completamente en su teatro o por qué lo hizo? Son preguntas que esperemos muy pronto tengamos alguna respuesta. Koga y Kagome nos están dando muchas sorpresas, :O Esa historia de la hermana de Koga es intrigante, ¡y tus teorías son parte del misterio! Puede que haya algo por ahí que nos sirva para atar algunos cabos sueltos ¡Y ese giro con Kikyo embarazada al final fue impactante! ¿Será cierto o solo un rumor? La historia promete más emociones y giros inesperados, eso de seguro jaja. ¡Gracias por tu entusiasmo y review ¡Nos vemos en el próximo capítulo para más revelaciones! ¡Un abrazo!
- Karii Taisho: ¡Hola, hola mi querida Karii! ¡Qué alegría leerte siempre! No te preocupes por la extensión, ¡me encanta que compartas tantos detalles y reflexiones sobre la historia! Es cierto, Koga llamando a Kagome y ella no negándolo frente a Inuyasha fue un detalle intrigante. ;) La trama está llena de drama y sufrimiento, especialmente con la situación de la portada de revista de Inuyasha y cómo afectó a la familia de Kag. Por otro lado, Inuyasha confiando en Rin con detalles tan íntimos muestra cuánto confía en ella (no fue broma cuando dijo que prácticamente crecieron juntos y son como familia). Y sí, Sesshomaru siempre tiene ese toque de metiche y chismoso, (al menos en esta historia jaja) ¡seguro tiene más cartas bajo la manga! Los momentos entre Inuyasha y Moroha son realmente tiernos y emotivos. La situación con Kikyo e Inuyasha está llena de complicaciones y emociones encontradas. La participación de Naraku en la desaparición de Kagome añade más intriga, y tus teorías sobre la historia de Koga son realmente interesantes y bien pensadas (algunas de ellas sin duda no se me hubiera cruzaron por la cabeza, pero encantan) ¡Y ese giro con Kikyo al haber rumores de que está embarazada al final fue sorprendente! ¡Estoy segura de que los próximos capítulos traerán aún más drama! (;) lo digo enserio jaja) ¡Gracias a ti por tu entusiasmo y por seguir la historia tan de cerca! Nos vemos en el siguiente capítulo para descubrir más secretos y emociones. ¡Un abrazo grande y cuídate mucho!
- Valentinehigurashi: ¡Hola Zeidy! ¡Qué gusto leerte y saber que el capítulo te llevó por una montaña rusa de emociones! Me alegra mucho que disfrutaras de los momentos divertidos con los Taisho y especialmente de un Sesshomaru más fresco y juguetón. ¡Definitivamente añade un toque especial a la historia! Y entiendo completamente tus sentimientos sobre Moroha y Kikyo. Y como dijiste, es una situación complicada y emocional cuando los hijos tienen que convivir con la nueva pareja de un ex. Me alegra saber que la historia resonó contigo y que pudiste identificarte en algunas escenas. :) Eso significa mucho para mí como escritora. Gracias a ti por tu apoyo constante y por compartir tus pensamientos tan sinceros. Como ya es costumbre me alegra saber que la historia te ha inspirado y motivado en momentos difíciles (te abrazaría en estos momentos si pudiera) ¡Espero que tengas unos días igual de maravillosos y llenos de momentos especiales! Un abrazo grande lleno de cariño y agradecimiento. Nos vemos en la próxima entrega, Zeidy. ¡Cuídate mucho! :)
- Cindy osorio: ¡Hola! ¡Qué alegría leerte y saber que disfrutaste del capítulo! Sé que dejé muchas incógnitas, jaja ¡pero pronto revelaré más detalles! :D Entiendo tu curiosidad sobre lo que pasará cuando vea a Rin (tengo un haz bajo la maga, eso de seguro). ¡Será emocionante descubrirlo juntas! Gracias por tu entusiasmo y por seguir la historia tan de cerca. ¡Nos vemos en el próximo capítulo para más emociones! ¡Un abrazo!
- Guest: ¡Hola! ¡Qué alegría saber que te encanta la historia! ¡Gracias por tu apoyo y por seguir disfrutando de cada capítulo! (porque sé que lo haces jeje) ¡Espero seguir sorprendiéndote y entreteniéndote con lo que está por venir! ¡Un abrazo y nos vemos en el próximo capítulo!
- MegoKa: ¡Hola! ¡Gracias por tu comentario! Me alegra saber que el capítulo te ha mantenido en vilo y has experimentado tantas emociones. Jeje ¡Koga siempre sorprende, ¿verdad?! Esa situación fue definitivamente un giro inesperado pero ingenioso para evitar complicaciones mayores (;) tú y yo lo sabemos jaja). Rin está pasando por momentos difíciles, pero espero que encuentre la paz y la comprensión con el tiempo. Y sí, Inuyasha guarda sus cartas muy cerca, ¡aunque a veces los chismes pueden complicarlo todo! ¡Prometo resolver esas tensiones e intrigas pronto! Mientras tanto, gracias por tu paciencia y por seguir tan de cerca la historia. ¡Un fuerte abrazo y nos vemos en el próximo capítulo para más sorpresas! ;)
- Ferdy Arevalo: ¡Hola! ¡Muchísimas gracias por tu mensaje tan lindo y alentador! Me alegra mucho saber que estás disfrutando de la historia y que la sigues tan de cerca. No te preocupes por los reviews, ¡sé que pueden existir algunas complicaciones! ¡Pero me alegra leerte de nuevo! Jeje :D Respecto a Kikyo y esos rumores, ¡la verdad es que los rumores pueden ser ciertos en algunas ocasiones! ¿Será esta la ocasión? No lo sabremos, hasta que se aclare jaja. Y entiendo completamente tu preocupación sobre Moroha y su relación con Kikyo. Es una situación difícil y emocional, ¿verdad? Muchos sentimientos en juego. Por otro lado, ¡Sango tiene tantas respuestas y seguro que jugará un papel importante en las revelaciones que están por venir! (o no) Y ahora que Rin y su madre saben sobre Moroha, ¡las cosas seguramente se pondrán más interesantes! ;) Gracias por tus buenos deseos para mis estudios y mis vacaciones ¡Me inspiras a seguir adelante! Un abrazo enorme a distancia y besos de vuelta. ¡Nos vemos en las próximas actualizaciones con más sorpresas y emociones!
- Lin Lu Lo Li: ¡Oh, qué sorpresa! :) ¡Es genial tenerte de vuelta! Y gracias por haber dejado tus reviews en los capítulos anteriores! En verdad lo aprecio demasiado :) Ahora bien, respecto a la historia, es comprensible cómo Moroha pueda ser un punto sensible para la familia de Kagome y cómo el miedo de Kagome refleja la angustia de muchas madres en situaciones similares. Esperemos que, con el tiempo se resuelvan algunas de esas situaciones complicadas. ¡Gracias por seguir la historia y compartir tus pensamientos! Un abrazo.
¡Hola a todos!
Disfruté mucho de mi tiempo hoy releyendo y respondiendo todos sus Reviews. Gracias por todo lo que escriben, son muy curiosas e ingeniosas y eso me fascina. :)
¡Mis vacaciones apenas comenzaron y ya las siento pesadas! Es complicado acostumbrarse a una rutina y luego no tener que levantarse temprano para ir al paradero. Supongo que solo es cuestión de acostumbrarse de nuevo.
Con mi hermana, estábamos pensando en viajar a casa de mis papás, ya que nos aburrimos bastante aquí sin hacer nada. Dijimos, ¿por qué no? ¡Vámonos! jajaja Probablemente sea un día entre semana, aún está por verse.
Por cierto, para quienes aún no me siguen en Facebook, inicié una nueva dinámica para desarrollar la historia de Miroku y Sango a fondo, o al menos para explorar cómo nacerá el amor entre ellos. Los invito a visitar la página XideVill (XideVill fanfics) para leer pequeños fragmentos de su historia bajo el título 'Ensueño'.
Sin más que añadir, ¡espero que disfruten este nuevo capítulo! ¡Saludos!
Atte. XideVill
Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
CAPÍTULO 12.
KAGOME
Las mujeres se miraron entre ellas.
–¿Y tú quién eres?
–Eso no importa –solté–. Dime, ¿es verdad lo que dijiste?
–Qué… –Sonrió mientras se miraba en el espejo– ¿Sobre si Kikyo está embarazada?
Aquella sola palabra me provocó un escalofrío.
–Todo el club habla de eso –continuó– Es evidente que…
–Solo son rumores absurdos.
–¿Estás diciendo que soy una mentirosa? –exclamó ofendida.
–Fuyi…
–Suéltame, Kara. Creo que esta mujer no sabe con quién está hablando.
–Solo quiero saber el origen de ese rumor.
–¿Y por qué te lo diría?
Tragué saliva antes de mirarla fijamente.
–Porque Kikyo Hirano es mi hermana, y si escucho a alguien hablando de ella, es de mi completo interés. ¿Así o más claro?
Las dos mujeres de su costado solo me miraron en silencio.
–¿Su hermana?
–Así es –afirmé.
–¿Y eso qué? –dijo con altanería– Para lo que me importa que seas la hermana de esa… sosa.
Dudo mucho que esa palabra haya sido su primera opción.
–Kikyo está casada, ¿o no? Entonces, ¿por qué tanto escándalo por un rumor de embarazo? –Sonrió volviendo a mirarse en el espejo– Además, su esposo es un Inuyasha Taisho…
–Fuyi… –dijo su amiga.
–¿Qué? Todas sabemos la fama que tiene, y no dudo que Kikyo haya quedado embarazada la misma noche de bodas –Se rio con burla y yo apreté mis manos en un puño–. Después de todo, Inuyasha Taisho es un hombre viril. Ya todo el mundo sabe que tuvo una bastarda fuera del matrimonio…
Di un paso.
–¡ELLA NO ES UNA BASTARDA!
–¿Qué está pasando aquí?
–Señora Izayoi.
–Señora Izayoi.
Las mujeres inclinaron la cabeza en señal de saludo, pero yo permanecí inmóvil, con la sangre hirviendo y decidida a confrontar a esa tal Fuyi. No permitiría que llamara bastarda a mi hija y se saliera con la suya tan fácilmente, no mientras yo estuviera presente.
–Hice una pregunta –insistió Izayoi, adentrándose y cerrando la puerta tras ella.
–Na… nada –balbuceó la mujer– No pasa nada, señora Izayoi.
–Quiero dejarle claro, señorita Fuyi, que mi nieta es una Taisho y merece todo el respeto que se le debe.
–Señora Izayoi yo…
–Silencio. Agradezca que fui yo quien escuchó el cómo se refería de esa manera tan atroz de Moroha, porque si hubiera sido mi marido o mi hijo, tenga por seguro que usted y toda su familia ya habrían sido expulsados de mi casa.
–Lo lamento mucho.
–Sé lo mucho que lo lamenta, querida.
Mis manos aún temblaban llenas de ira. No podía terminar así, no así de fácil, yo aún necesitaba ajustar algunas cuentas.
–Pero no es suficiente –sentenció Izayoi–. Quiero que le pidas perdón a su madre.
–¿Cómo dice…? –cuestionó Fuyi y yo miré rápidamente a Izayoi.
¿Había escuchado bien? Izayoi me miró fijamente y comenzó a hablar.
–En su ausencia quiero que se disculpe conmigo como si yo fuera la madre de Moroha.
–¿Qué…?
–Hágalo señorita Fuyi.
El incómodo silencio que se instaló fue suficiente para removerme el estómago.
–Yo... me arrepiento sinceramente. Le pido disculpas por haberme referido de esa manera de... de su hija.
Relajé mis manos en el momento en que lo dijo. Izayoi asintió con la cabeza y volvió a mirar a la mujer.
–Muy bien, ahora váyase, no quiero verla a usted ni a sus simpáticas amigas cerca de mi familia esta noche.
–Con su permiso señora Izayoi.
–Propio.
–Con su permiso –dijeron las otras mujeres, y al irse supe de inmediato que si me quedaba con Izayoi sería peligroso.
–Con su permiso señora Izayoi…
–Espera un momento querida –Me detuvo– ¿Cómo has estado? Hace mucho que no te veía.
–Es cierto –dije regalándole una sonrisa fingida– Ya sabe cómo es esto, tuve que acompañar a mi prometido a uno de sus tantos viajes de negocios.
–¿Aburrido? –preguntó con una sonrisa cálida.
–Demasiado –fui sincera y ella se rio mientras tomaba mis manos.
–Gracias por lo que hiciste –soltó– Sé muy bien que si yo no hubiera llegado a tiempo tú habrías defendido el honor de mi nieta como se debe.
–Yo solo…
–Lo sé, actuaste por impulso –afirmó– Así como solo las madres solemos actuar en ocasiones.
Sus ojos marrones enfocaron los míos y por primera vez tuve miedo, miedo de ser descubierta y arruinarlo todo.
–Señora Izayoi, yo…
Entonces la puerta se abrió bruscamente, impactando con la pared.
–¡Ay, eres un salvaje…!
Sesshomaru entró besándose con una mujer que le rodeaba el cuello y se deshacía en sus brazos. La escena nos resultó simple y sencillamente incómoda.
–¡SESSHOMARU TAISHO! ¡¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?!
–Ma… madre –exclamó apartándose rápidamente de la mujer.
Esa no era… ¡¿Kagura Hirano?!
Sesshomaru me miró de reojo y luego salió disparado del lugar.
–¿A dónde crees que vas? –Izayoi dio un paso, pero regresó a mí para susurrarme al oído– Tú y yo tenemos una conversación pendiente, cariño…
La vi perderse por la puerta en busca de su hijo. Mientras tanto yo era un mar de emociones.
–¿Se lo dirás?
–¿Qué? –cuestioné sin entender de qué hablaba.
–A mi tío –aclaró– ¿Le dirás que me viste con el hijo mayor de Toga Taisho?
–Mira, Kagura. Lo que hagas o dejes de hacer no es de mi incumbencia. Si tú quieres cogerte a Sesshomaru es tu problema. Yo ya tengo demasiados como para sumarme los tuyos también.
–Pero vaya, veo que alguien está de mal humor.
Rolé los ojos y me alejé de ella.
–No estoy de humor para tus tonterías.
–¡Saluda a mi tío Naraku por mí! –gritó cuando salí del baño.
¡Vaya escándalo con el que me vine a encontrar! Lo que menos quería era involucrarme en los problemas de la familia Taisho, pero parecía que solo los atraía como la miel a las moscas. Unas escurridizas, sucias y…
–¡Ay…!
Unas manos taparon mi boca y sentí una presión en el pecho al ver esos intensos ojos dorados tan cerca de mí.
–Te voy a soltar, pero no grites –advirtió con aquella gravedad en la voz que me encantaba.
Asentí con la cabeza e Inuyasha me soltó de inmediato. Después de unos segundos, abrió la puerta que estaba al costado y me invitó a entrar con la mirada. Suspiré y accedí sin objeciones.
–Te esfumaste –comentó.
–Lo sé.
–¿Por qué?
–Viajé.
–¿A dónde?
–Los Hamptons.
–¿Con quién?
Solté un suspiro.
–¿Es esto un interrogatorio?
–Tal vez –dijo sereno.
Me adentré en la habitación y supe de inmediato que era la de invitados.
–Bonita fiesta –comenté recorriendo con las yemas de los dedos la suavidad de las cortinas– ¿Quién la organizó?
–Tu padre.
Asentí.
–Claro, quién más sino… –susurré.
–¿Dijiste algo?
Negué mirándolo.
–Por cierto… –Volví a mirar por la ventana– Felicidades.
–¿Por qué?
–Por… tu hijo… –musité, a ver si así conseguía que doliera menos.
–Gracias, pero creo que estás equivocada. No tengo un hijo, sino una hija, y ella es la princesa de esta casa. Creo que aún no la conoces –Se colocó frente a mí—. ¿Te gustaría conocerla? Estoy seguro de que la adorarás, y ella a ti…
–No, Inuyasha. No estoy hablando de Moroha, sino del hijo que Kikyo está esperando.
Aquel semblante cálido y afectuoso, desapareció en segundos.
–¿Qué dijiste?
–Ahora entiendo por qué lucían tan felices hace un momento.
–No…
–Y está bien –exclamé tratando de sonar calmada–. Es una buena noticia, un hijo siempre lo es… Felicidades.
Decir aquello me dolió profundamente, me quemó por dentro y me destrozó por completo. Dejé que sus pensamientos hicieran estragos en él mientras me dirigía hacia la salida, sintiéndome como una completa perdedora.
Y es que eso era, había perdido mi vida y ahora a mi familia…
–Hermosa, espera… –Inuyasha me abrazó por la espalda– No sé de dónde sacaste eso, pero te aseguro que es mentira.
–No asegures nada, no tienes por qué.
–Claro que sí –susurró y su aliento cálido golpeó mi cuello.
Cerré los ojos y unas lágrimas mojaron mis mejillas.
–¿Por qué, si tú y yo no somos nada?
Me giró y me apresuré a secarme la cara, pero inuyasha me tomó del rostro y acarició mis mejillas con sus pulgares.
–Quizá no somos nada –repitió–. Pero por ti siento todo. Hermosa, es como si te conociera de siempre…
–Inuyasha…
–Y sé que tú sientes lo mismo –dijo pegando su frente contra la mía– Estoy seguro de que si te pregunto cuál es mi color favorito, responderías sin dudarlo, ¿y sabes por qué?
–¿Por qué…? –susurré rozando sus labios y con miedo de la respuesta que fuera a dar.
–Porque tú…
–¡Papi…!
–¡No puedes hacer esto…!
Aquellos gritos provenían de afuera.
–¡Moroha! –Inuyasha salió corriendo de la habitación y yo lo seguí de cerca.
¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué había tanta gente aglomerada en medio del salón?
INUYASHA
–¡Moroha!
Llegué a donde estaban mis padres lo más rápido que pude.
–Mi hija ¿dónde está?
–Papi…
Volteé de inmediato y vi que un hombre vestido de policía la tenía sujetada.
–Moroha…
–Ni un paso más Taisho –advirtió la madre de Kagome.
–¿Naomi? –exclamé confundido– Pero ¿Qué haces?
–Vine a llevarme a mi nieta.
–No puedes hacer eso, Moroha es mi hija, no puedes…
–¡Qué! –exclamó– ¿Llevármela? Claro que puedo, así como tú me quitaste a mi hija.
–Papi… papi… –Moroha lloraba, estaba asustada y yo solo quería calmarla.
–Por favor –supliqué mirando a Moroha y luego a Naomi– Date cuenta, la estás asustando.
–Papi…
–Tranquila mi amor, todo estará bien ¿sí?
Ella negó con la cabeza y sus lágrimas me destrozaron.
–Hijo…
Mi padre me alcanzó una carpeta llena de papeles.
–¿Qué es esto? –cuestioné sin entender.
–Eso –dijo Naomi– Son los documentos que avalan mi autoridad como única tutora legal de Moroha. Mi nieta.
–Qué…
–Súbanla al auto –ordenó.
–¡No! ¡Yo… yo quiero estar con mi papi!
La vi desesperarse y entonces fui hacia ella.
–¡No voy a dejar que te la lleves!
Pero los policías presentes saltaron en mi contra.
–Hijo –escuché el llamado de mi madre.
–Todo esto es completamente legal, Inuyasha –aclaró Naomi– La corte me entregó la custodia de Moroha y si interfieres te esperan varios años en prisión.
–No puedes hacer esto…
–Debí hacerlo el día que me quitaste a mi hija –afirmó– Pero nunca es demasiado tarde para hacer que pagues por todo el dolor que le causaste a mi familia. Vámonos.
–¡NO! –exclamé.
–¡Papi, papito!
–Al menos déjame despedirme de ella, déjame calmarla…. por favor –rogué.
Naomi miró hacia todos los presentes, cada segundo era una tortura. Entonces con una mano dió la orden para que el hombre soltara a mi hija. Ella corrió hacia mí con los ojos llorosos y yo la abracé lo más fuerte que pude cargándola en brazos.
–No me quiero ir… papi… –sollozó temblando por el llanto– No dejes que me lleve…
–Shh… shhh… –dije acariciando su cabeza y besando su frente– No llores princesa…
–Papi…
–Te amo, lo sabes ¿verdad? –Ella asintió secándose las mejillas con sus pequeñas manos– Y eres muy valiente, pero eso también lo sabes.
–S… si…
–Muy bien, porque ahora quiero que seas muy valiente mi amor…
–Papi…
–Escúchame, princesa –dije limpiando sus mejillas–, voy a hacer lo imposible para traerte de vuelta ¿está bien? Volveremos a estar juntos, lo prometo. Pero mientras tanto quiero que te portes muy bien con tu abuela.
–No quiero… yo quiero quedarme aquí…
–Lo sé mi amor, pero mira, vez a la señora que está allí.
Moroha miró a Naomi con recelo y asintió con la cabeza.
–Ella es la mamá de tu mami.
–¿Su mamá?
–Así es –Le dije jugando con sus manos y sonriendo para calmarla– En su casa tiene un montón de cosas que le pertenecían a ella.
–¿De verdad?
–Sí, así es, y tu abuela está aquí porque quiere que tú la acompañes a ver las cosas que eran de tu mami.
Moroha volvió a mirar a Naomi, quien ahora nos miraba fijamente.
–¿Puedo llevar a Kuma conmigo, papi?
–Puedes, mi amor, claro que puedes.
Miré a mi madre y la vi dirigirse hacia la habitación de Moroha. Cuando regresó, traía consigo el transportín de Kuma y una pequeña maleta rosa, que supuse que contenía la ropa de Moroha, además de algunas mantas.
Izayoi se las entregó a Naomi tras intercambiar una mirada profunda, y luego se acercó a nosotros.
–Mi niña hermosa –Le dijo peinando y tomando en brazos a Moroha– Come toda tu comida, ¿está bien?
Ella asintió y mi padre aprovechó para rodearlas a ambas en un abrazo. No escuché muy bien lo que le dijo a mi hija, pero mi madre lo miró con reprobación.
–Papi –Moroha estiró los brazos para que me uniera a ellos y así lo hice.
No me importó tener a toda la gente mirando la escena con curiosidad. Para ser honesto, solo me importaba mi hija, y el dolor de separarme de ella.
–Bien, ya es suficiente –soltó Naomi– Es hora de irnos.
Mi madre bajó a Moroha, pero antes de irse con la madre de Kagome, me abrazó muy fuerte y buscó mi mirada.
–Papi, voy a ver a la tía Rin –dijo sonriente y aquello me partió el alma.
Su inocencia me sorprendía a niveles inimaginables.
–Así es mi amor, vas a ver a la tía Rin –respondí–, la saludas por mi ¿de acuerdo?
–Está bien.
Naomi tomó a Moroha del brazo, y aunque quise oponerme, no lo hice, estaba atado de manos, no podía hacer nada. Cuando desaparecieron por la puerta, quedé hecho pedazos, aún no podía creer lo que había pasado.
Kaede y mis padres se encargaron de despedir a todos los invitados, y una vez que nos quedamos solos abracé a Izayoi y me derrumbé en sus brazos. Mi madre me consoló y al hacerlo me sentí como un niño pequeño.
Había perdido a mi hija, y el solo pensar en no volver a verla me sobrepasaba.
KAGOME
(Minutos atrás)
–Aquí estás –Retumbó la voz de Naraku a mis espaldas– ¿En dónde te habías metido?
Me quedé en silencio observando la escena. Aún no podía asimilar que tenía a mi madre delante de mí después de tantos años.
–¿Qué es esto? –Inuyasha cuestionó y yo me tensé al ver los papeles que tenía en las manos.
–Eso –dijo mi madre–, son los documentos que avalan mi autoridad como única tutora legal de Moroha. Mi nieta.
–Madre… –musité dando un paso.
–Quieta –advirtió Naraku, sujetándome del brazo– Si haces algo estúpido, te aseguro que esta será la última vez que verás a tu querida madre, a Inuyasha, y por supuesto, a esa niña. Mira a tu alrededor, gatita. En cada esquina de esta casa tengo a mis hombres, perfectamente armados y listos para actuar si haces una tontería –Peinó con delicadeza un mechón de mi cabello–. No queremos eso, ¿verdad? No queremos ver cómo una bala atraviesa el pecho de aquellos que amas.
Negué con la cabeza mientras me sumergía en un miedo inmenso. Pero, no podía quedarme de brazos cruzados al ver el sufrimiento de Inuyasha y el de mi hija; no podía ser indiferente a ese dolor. Mi madre estaba siendo extremadamente injusta, aunque también entendía su dolor y todo el resentimiento que había cargado durante años. Pero el verdadero culpable no era Inuyasha, sino Naraku, él y su maldita ambición.
–Creo que lo mejor será que nos vayamos –La voz de Koga me trajo de vuelta a la realidad– Bonita, no tienes por qué ver esto.
Lo miré a los ojos y me di cuenta de que todos comenzaron a desaparecer, Naraku también se había ido.
–¿Qué pasó? –dije al darme cuenta que me había perdido en mis propios pensamientos.
–Ya todo terminó –respondió tomando mi brazo y llevándome hacia la salida– Se llevaron a la niña, qué lástima…
–Qué…
–¡Inuyasha!
En ese momento una mujer pasó corriendo por mi lado. Su aroma me resultó extrañamente familiar.
–¡Inuyasha! –volvió a gritar con la voz desesperada.
Me detuve y volteé a verla ¿Quién era ella?
–Escargot ¿te sientes bien? –Koga sonaba preocupado.
Yo asentí, pero antes de seguir con nuestro camino la reconocí.
Rin…
INUYASHA
–¡Esto no se va a quedar así! ¡De ninguna manera lo voy a permitir!
–Cariño, cálmate por favor, piensa en tu salud.
–No me pidas que me calme, Izayoi. ¡Viste lo que hizo esa mujer! –exclamó mi padre– Se llevó a nuestra nieta. Dime, ¿qué derecho tiene de venir aquí, a nuestra casa, y destruir a nuestra familia?
–Naomi solo está dolida…
–No la defiendas, mujer.
–¡No la estoy defendiendo! Yo también estoy destrozada por lo que hizo.
–Por favor ya no discutan –pedí incorporándome y abrazando a mi madre– No ganaremos nada, si solo peleamos entre nosotros.
–Tienes razón, cariño. Toga, nuestro hijo tiene razón.
Mi padre se cruzó de brazos y recargó la espalda en la silla. El estudio se llenó de una fina, pero pesada bruma de tensión.
–¿Qué harás? –cuestionó mi padre, mirándome a los ojos.
–Hablaré con mi abogado, veré si existe forma de apelar la custodia.
–Perfecto, yo hablaré con Myoga. Si hay alguien capaz de devolverme a mi nieta rápidamente, ese es Myoga.
Asentí con la cabeza antes de volver a mirar a mi madre. Sus ojos enrojecidos por el llanto me partían el corazón.
–La recuperaremos… –Le susurré– Te lo prometo…
–Disculpe señor Toga –Kaede apareció– La señorita Rin está aquí.
–Hágala pasar –demandó mi padre– Escuchemos lo que tiene que decir.
–Padre…
–Inuyasha –dijo Rin al entrar–, lo siento, en verdad lo lamento mucho, no pensé que mi madre actuaría de esta forma, nunca lo habría imaginado, de ser así yo…
–Tú ¿qué? –soltó mi padre– ¿Qué hubiera hecho, señorita Higurashi?
–Señor Taisho –Rin agachó la cabeza– Lo lamento, no lo había visto…
–Me di cuenta.
–Padre por favor –Insistí– Rin no tiene la culpa.
–Oh, no. Por supuesto que no –respondió con una sonrisa burlona– Pero me pregunto dónde estaba ella cuando Naomi se llevó a mi nieta.
Sus palabras estaban cargadas de frustración y desconfianza, mientras miraba fijamente a Rin, cuestionando su ausencia en un momento tan crucial.
–Yo…
–No tienes que responder, querida –Intervino Izayoi– Mi marido solo está un poco molesto por las acciones de tu madre, pero tú no tienes la culpa de nada. ¿Verdad, Inuyasha?
Yo asentí con la cabeza.
–Así es, no te preocupes, todos estamos disgustados por lo que acaba de pasar.
–Lo siento, pero te prometo que hablaré con mi madre, haré que cambie de opinión.
–Gracias… –Solté un suspiro– Pero sé cómo es Naomi cuando está molesta, solo te pido que cuides a Moroha, al menos esta noche, quédate con ella, no la dejes dormir sola.
Rin me sonrió con tristeza.
–Te prometo que la cuidaré muy bien.
.
Me dejé caer sobre la cama y abracé algunos de los peluches que Moroha no se pudo llevar. Necesitaba a mi hija; no podría estar tranquilo hasta saber cómo estaba y verla otra vez.
KAGOME
–Aún no comprendo por qué mi madre actuó de esa forma –solté de pronto.
Naraku se mantuvo en silencio, con la mirada impenetrable y carente de emociones.
–No tiene ningún sentido. Cómo pudo interesarse de la existencia de Moroha, eso es imposible.
Kikyo soltó los cubiertos con brusquedad y bebió el vaso de jugo de un solo golpe.
–¿No piensan decir nada? –exigí– Necesito que me cuenten cómo mi madre se enteró de mi hija.
–No eres la única que sabe jugar sus cartas, querida –dijo Naraku recargándose en la silla– Tenía grandes planes para Moroha, una vida perfecta en Saint Elizabeth, con una buena educación y cuidados, pero todo se arruinó cuando la entregaste a Sango y la hiciste traicionarme.
–Fue lo mejor para ella y no me arrepiento de haberlo hecho, pero eso qué tiene que ver…
–De alguna forma tenía que conseguir apartar a esa niña de los Taisho –comentó con serenidad–, esa familia supone un gran problema con ella cerca.
Kikyo se levantó, caminó hasta la pequeña mesa de revistas y dejó caer una delante de mí. En ella aparecían Inuyasha, Moroha y Kikyo muy sonrientes y felices, como una gran familia unida.
–¿Qué es esto? –cuestioné al verlos.
–Una perfecta carnada –respondió ella– Sabíamos que tu madre vería la foto, reconocería a una niña idéntica a ti, y no tardaría en reclamarla como suya.
–Naomi es tan predecible –agregó Naraku– Hizo el trabajo sucio por nosotros.
–¡No hables así de mi madre!
Naraku soltó una gran carcajada.
–Tu madre fue de gran ayuda. Creo que debería de agradecerle.
–No quiero que te acerques a ellas –advertí.
–Es demasiado tarde para eso, gatita. Tengo hombres vigilando tu casa. Cualquier movimiento en falso y daré la orden de incendiar todo el lugar con ellas dentro.
Volvió a reír y esta vez me provocó un escalofrío.
–Mi hija y mi familia no suponen un gran peligro para ti –hablé– Déjalas en paz, ya me tienes a mi y estoy haciendo todo lo que me pides.
–¿Estás segura? –cuestionó.
–¿Qué…?
–¿Estás segura que estás haciendo todo lo que te pido? –Asentí lentamente– Mira a Kikyo, mi hija ha estado fingiendo ser una buena madre todo este tiempo.
–Y no tienes idea de lo agotador que fue –dijo Kikyo– Soportar a esa mocosa y a su ridículo pato fue una tortura. No sé cómo es que Inuyasha la tolera; sus gritos y berrinches estaban colmando mi paciencia.
–Estás mintiendo, Moroha no hace berrinches.
Kikyo apartó la mirada de la mía.
–Cómo puedes saberlo, no vives con ella.
–Yo la crie –aclaré–. Durante cinco años viví con ella y sé lo dulce que es. ¿Qué pasa, Kikyo? Por qué no admites que te encariñaste con ella.
Ella me miró de frente.
–¡Te has vuelto loca, quien querría a una niña fea!
–¡Bueno ya! –intervino Naraku– Ya me cansé de sus gritos. Kikyo, es hora de que regreses a la mansión Taisho, y tú –Me apuntó con un dedo– Mañana a primera hora tienes una cita.
–¿Una cita? –dije confundida– ¿Con quién?
Vi a Kikyo sonreír con malicia mientras intercambiaba una mirada con Naraku.
–Con la modista, querida –soltó ella– Tu boda es dentro de cinco días ¿ya lo olvidaste?
–¿Qué…?
–La boda se realizará en la mansión de los Okami, y ya todo está organizado –Se puso de pie y caminó hacia mí– Kagome, solo quiero tres cosas de ti, si quieres seguir viendo a tu hija con vida por supuesto.
–¿Qué es? –dije de inmediato.
–Que digas "sí" en el altar, que te adueñes de las acciones de los Okami, lo cual seguramente te será fácil, dado lo enamorado que está de ti. Y por supuesto…
–¿Qué? –solté impaciente– Dilo de una vez.
–Que tengas un hijo de Koga Okami.
Continuará...
