Mi esposo dormía tranquilamente. No se parecían en nada al hombre con el que soñaba casi todas las noches, se había vuelto casi una tortura al principio, pero ahora ya era cosa de todos los días, lo que parecía que dolería por siempre ya casi se desvanecía, mi corazón se había entumecido ante el dolor.
Suspiré sonoramente y volví a intentar dormirme.
-¿Mamá?—podía escuchar su voz a lo lejos-¿Mamá?
Abrí los ojos, la luz me segó un instante para luego encontrarme con un par de hermosos ojos verdes. Di un profundo suspiro y volví a cerrar los ojos.
-¡Mamá!—se quejó. Sonreí
-Está bien, está bien, ya desperté—le dije, quitándome las cobijas y sentándome a la orilla de la cama. —¿Qué paso?-le pregunté a mi hijo, él me miró con su cara de fastidio que parecía que ya no se le quitaba en todo el día.
-No encuentro mi playera negra
-Seguramente tienes más playeras que te puedes poner-le dije, Tony suspiro con fastidio y me volteo los ojos, tener un hijo preadolescente constantemente me sacaba de quicio, y eso que apenas tenía 12 años, no quería pensar cómo iba ser cuando tuviera 15 años.
-No me voltees los ojos-lo regañe
-Mi playera mama!-me suplicó. Me miró con esos ojos verdes suplicantes, mi interior se apretó al reconocer los ojos de su padre, habían pasado muchos años y aun así había momentos en que me recordaba tanto a él, él parecía darse cuenta, lo sabía, y había empezado a aprovecharse de eso.
-Anthony, usas las playeras negras todos los días, y solo tienes como 5, haz cuentas, si quieres ponerte una diaria, pon la lavadora.- Le dije mientras me paraba de la cama y evitaba verlo a los ojos. Jacob ni se inmutó, seguía dormido a pesar de que mi hijo no estaba hablando tan bajo como quisiera.
-¿Entonces todas están sucias?-preguntó con fastidio.
-Si, si recuerdas, el fin de semana pasado fue tu partido de futbol, no pude lavar, así que hay bastante ropa sucia que lavar, ponte otra cosa.
Salió de mi cuarto hecho un fastidio, antes había sido un niño muy tierno y cariñoso, su cambio de actitud empezó a los 10 años, de ahí todo iba empeorando, trato de tomármelo con calma, había leído ya bastante libros sobre la adolescencia, el mejor consejo que había tomado de eso, es que no me tome sus actitudes como personal, está tratando de lidiar con su búsqueda de identidad.
-Tal vez debería comprarle más playeras negras-dijo Jacob con voz ronca.
Voltee a verlo sorprendida- pensé que seguías dormido!
Me sonrió. -Solo no tenía ganas de despertar con el conflicto de las playeras.
Le aventé una almohada.
-Tal vez tengas razón, el fin de semana lo voy a llevar de compras y donaré todas esas playeras de colores, es una lástima-me quejé- se ve tan guapo cuando se viste con colores azules y verdes. Su padre se veía tan guapo cuando vestía con esas playeras verde oscuro, sus ojos resaltaban tanto. -Pensé, pero inmediatamente suprimí el pensamiento, me sentía tan culpable cuando pensaba en Edward, sentía que traicionaba de alguna manera a Jacob, anhelando a alguien que ya no podía tener.
Fui a la cocina a empezar el desayuno, ya tenía la avena lista y el café ya se estaba preparando en la cafetera. Preparé unos huevos estrellados y tosté pan. Tony bajó vestido con sus habituales pantalones de mezclilla y una playera verde oscuro, el cabello cobrizo revuelto, contuve la respiración y me quedé embobada viéndolo.
-¿Qué?-preguntó cuando se dio cuenta de cómo lo miraba.
-Así te pareces mucho a tu padre- le dije sonriente. Solo me volteo los ojos y se sentó en el taburete frente a la barra donde ya le tenía el desayuno listo, había dado ya un estirón, iba ser alto, aun no le llegaba a la altura a Jacob, pero ya no le faltaba mucho.
Jake llegó en ese momento, fue directo a la cafetera, y mientras se tomaba su café volteo a ver a Tony.
-Anthony, ¿sabías que existen los peines? - le dijo- ¿qué te cuesta peinarte un poco?
-No me gusta el gel-le dijo-me deja el pelo todo duro y al final de todos modos acabo despeinado, así que no le veo el porque molestarme en peinarlo si no se me acomoda de todos modos- subió los hombros en una seña de que no le importaba.
Jake se acercó a él y le pasó la mano por el pelo cobrizo revolviéndoselo aún más. Tony quito la cabeza y Jake le sonrió- Listo!, así te pareces aún más a Edward-Le dijo sentándose a su lado, Tony solo sonrió de manera torcida, justo como su padre y vio disimuladamente la foto que tenía de Edward en la sala.
Y comenzaron una animada conversación acerca de un videojuego del cual no tenía ni idea.
Era genial ver que mi familia funcionaba como debería ser, Jake era como un padre para mi hijo, cuando Edward desapareció, todo parecía que se iba venir abajo, mi mundo se había derrumbado, al principio no perdía la esperanza de que lo encontraran, pero después de un tiempo, me hice a la idea de que había muerto.
Edward y Jacob se habían enlistado en el ejercito juntos, eran los mejores amigos, estaban estudiando piloto aviador, en una ocasión los mandaron a una zona de práctica, habían diseñado una nueva nave, y como Edward y Jake eran los mejores pilotos, iban a ser los primeros, junto con otros dos, en probar si la nave era segura; pues no lo era, el avión donde iban se estrelló, Jake fue el único que sobrevivió, Erick murió en el accidente, pero Edward y su otro compañero nunca aparecieron.
-Prométeme que volverás-le pedí a Edward, tenía un mal presentimiento.
-Claro que volveré niña tonta-su voz salió melodiosa y aterciopelada-Te amo, nunca te dejaría, eres mi vida.
-No quiero que te vayas Edward, no puedes decir que te enfermaste o algo así. -Le suplique
-Sólo serán unos días amor, todo estará bien.
Me besó con ternura y devoción, yo hundí mis dedos en aquellos cabellos cobrizos y me pegué más a su cuerpo, profundizando el beso. Las lágrimas comenzaron a salir a borbotones.
Sabía que era estúpido estar así, pero no podía evitarlo, anteriormente Edward se había ido por mucho más tiempo y no me había puesto de esta manera, y ahora que solo serían un par de días, no podía soportarlo.
-Te lo juro, volveré-me dijo contra mis labios.
-y yo te esperaré-le dije quedito.
-Mas te vale que sea así-me dijo juguetonamente. Mientras me dedicaba una de sus sonrisas torcidas que tanto me encantaban.
Me dio un pequeño beso en la nariz, y subió al autobús junto con Jacob, los dos agitaron su mano para despedirse de mí.
-Te amo!-le grité, cuando vi que el autobús comenzó a avanzar.
-Yo también te amo-me grito con una enorme sonrisa.
Esa fue la última vez que vi a Edward.
Al principio era tan extraño continuar, en un mundo donde no existía él, era como querer respirar debajo del mar, sentía que me ahogaba del dolor, nunca me hubiera imaginado un mundo sin su voz. El corazón me dolía como si encajaran en él mil agujas, ahora este roto corazón se estaba congelando después de haber estado ardiendo con el fuego de sus besos, de sus caricias. La desesperación silenciosa en mi interior iba creciendo más y más. Era tan extraño estar así, era tan difícil de pensar que nada sería igual, era tan extraño despertar cada mañana y querer volver a comenzar, pero cada día dolía más, era tan difícil de soñar, de planear en el futuro, donde yo sabía que ya no estaría. Nunca. Él jamás volvería a estar conmigo.
Jacob, estuvo a mi lado todo el tiempo, y después cuando me enteré de que estaba embarazada, él se hizo cargo de mi hijo, él se fue ganando poco a poco mi cariño hasta que al final terminamos juntos.
Al principio Jake me pidió que le permitiera ser el padre mi hijo, tanto en crianza como en papel, pero no pude, quería que mi hijo supiera de su padre, que lo amara tanto como yo, Tony sabía quien era su padre biológico, que había muerto y amaba a Jake, y le decía papá, obviamente Jacob se supo ganar el amor de mi hijo y lo ama, al principio Tony se quería parecer a Jacob, quería el corte de pelo igual que él, le gustaba el mismo deporte, las mismas películas, lo admiraba, como fue creciendo y fue entendiendo más que él no era su padre biológico comenzó a preguntarme más por Edward, cuales eran sus gustos, me pidió fotos e iba con su abuelita Esme para que le platicara de él, hasta que un día a los 10 años me pidió que ya no le cortara el pelo.
-¿Por qué?- le pregunté extrañada, siempre lo había llevado casi a rapa, decía que le daba calor.
-mi papá solía usarlo más largo- me había dicho con vergüenza- quiero llevarlo como él.
Al principio pensé en automático en Jacob, hubo una época en que lo llevó largo hasta media espalda, cuando teníamos como 16 años, me reí.
-Hijo, no fue la mejor época de tu padre, créeme, ni se te acomodaría por que él tiene el pelo tan lacio que le quedaba bien, pero tu lo tienes muy rebelde. -le dije divertida, el solo negó con la cabeza.
-Me refería a Edward- me dijo.
Me quedé muda, mirándolo, mi hijo era un clon de Edward, lo único que lo hacía diferente era el pelo, o más bien, el corte de pelo, pero hasta la personalidad era idéntica. Jacob incluso ya me había mencionado eso, que a veces sentía que Edward había reencarnado en Tony, "parece que estuviera platicando con mi mejor amigo", me había dicho.
Había sido tan difícil al principio, y todavía había unas veces en que era demasiado difícil, como en ese momento, no dije nada, solo empecé a llorar.
Anthony se paró espantado, preguntándome que, si estaba bien, yo inmediatamente intente tranquilizarme, pero él me veía tan preocupado.
- ¿Está mal mamá? -me pregunto angustiado- si quieres me sigo cortando el pelo.
Negue rápidamente. - Es solo que a veces lo extraño muchísimo y eres tan idéntico a él, le dije mientras acariciaba su rostro, el me miró con esos ojos tan verdes angustiados- te vas a ver muy guapo- le dije más tranquila-solo ten cuidado de no ir rompiendo corazones a las chicas- se río de mí.
-Ay mama! No! Ni siquiera les prestó atención a las niñas- me dijo mientras se alejaba de mi
-Por eso mismo lo estoy diciendo- le dije divertida.
Por la noche había hablado con Jacob de eso, él como siempre se comporto muy lindo y comprensivo.
-Es normal que se quiera parecer a su papá, cuando le crezca el cabello va haber un momento en que le valga la vida y se lo dejará así como amanezca, todo parado hacia todas direcciones y sin ningún control-dijo divertido guiñándome un ojo. Haciendo referencia a como solía llevarlo Edward.
Pero a pesar de todo lo bueno que era Jake, el amor que sentía por él era muy diferente al que sentía por Edward, a veces sentía que amaba a Jacob como se ama a un amigo de toda la vida, por que tener intimidad con él siempre había sido un tema fuerte para mí, al principio había sido tan doloroso, tanto físicamente como emocionalmente, él por supuesto me dio mi tiempo, pero era obvio que en algún punto iba a pasar, y a pesar de sentir que no podía hacerlo, me forcé a hacerlo, habían pasado 3 años desde que Edward había desaparecido, ya Jake y yo llevábamos 1 año de casados pero nunca habíamos tenido intimidad, así que lo hice, mi cuerpo simplemente sentía que no estaba diseñado para él, a pesar de que Edward era más grande que Jake siempre tuve dificultades para que no me doliera, tenía que usar lubricantes para poder si quiera tolerarlo, después de un tiempo lo había asimilado, no podía disfrutarlo, pero tampoco me negaba cuando él me buscaba.
Regresé a mi realidad cuando Tony se despidió de mí.
-Ya me voy mamá- me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.
-Que te vaya bien- le di un beso en la frente mientras tomaba su rostro entre mis manos, y lo veía con tanta adoración. Lo solté y salió de la casa con la mochila al hombro hacia el carro de Jake.
-Te veo al rato- se despidió Jacob mientras me observaba analíticamente, a veces me veía así, por muy abierto que fuera él acerca del tema de Edward sabía que a veces me analizaba así, si la mirada que tenía correspondía a que estaba pensando en Edward o en alguna otra cosa, yo siempre trataba de ocultar cuanto aun extrañaba a Edward y trataba de trasmitirle cuanto lo amaba a él. Por alguna razón sentía que si se enteraba que aun soñaba con él mi familia se desmoronaría de repente, que, si él era tan abierto al tema de Edward, era porque estaba seguro de que yo ya no sentía nada por Edward, sólo nostalgia. Y prefería que siguiera pensando eso, de hecho, yo nunca pronunciaba el nombre de Edward a menos que fuera estrictamente necesario, Jacob lo mencionaba más seguido, pero me había entrenado muy bien que ya no me estremecía al escuchar su nombre, y sabía que por esa razón él lo mencionaba, quería asegurarse que ya no lo extrañaba, que él ahora mi mundo.
Me besó profundamente, yo le correspondí el beso, su lengua caliente invadiendo la mía, sus brazos apretándome a su cuerpo, sentí como empezó a rozar su semi erección en mi vientre. Aquí es donde gimo, por el bien de nuestra relación. Mis brazos se apoyan en sus bíceps esperando que tome lo que quiera tomar. Se aparta, le sonrío, me sonríe y se va satisfecho de comprobar que lo amo a él.
Alice, mi excuñada, me decía que lo que hacía era una tortura, ya que a ella todo le platicaba, de hecho ella nunca aprobó que me casara con Jacob.
-Prefiero que te cases con un desconocido, sería muy raro, ¡Te imaginas! Si Edward regresara no le haría nada de gracia saber que su mejor amigo le robo a la novia.- Había dicho cuando le dije que me iba casar con Jake.
-Pero él no va regresar- le contesté enojada. Alice enmudeció, ella era su hermana, nunca perdió la esperanza, y hacia oídos sordos cuando todo mundo dio por muerto a Edward, ella aún, a pesar de todos los años que pasaron sigue pensando que puede regresar un día.
Después de la boda, nos distanciamos como un mes, pero después regresó a pedirme disculpas, diciéndome que no se podía imaginar estar en mi lugar y comprendía que necesitara a Jake para poder estar de pie para Tony.
A partir de ahí nos volvimos inseparables.
Mi trabajo también me ayudaba a no pensar demasiado en Edward, era chef y tenía una empresa de banquetes que Jake me había ayudado a levantar.
Estaba en mi oficina organizando los pedidos cuando Jessica toco la puerta, Jessica me ayudaba tres veces a la semana con la limpieza de la casa.
-Le hablan por telefono
-Gracias-dije mientras me levantaba a tomar el telefono de la sala.
-diga
-Por que no contestas el celular?-era Alice, había reconocido su voz de inmediato
-No se donde lo deje gruñona-le dije divertida al captar su tono de voz.
-Bella lo vi-dijo con su tono de voz seria y de inmediato mi animo cambio, estaba alerta.
-¿a quien?-pregunté, mi mente haciendo especulaciones inmediatamente, Vio a Tony fuera de la escuela? a Jake haciendo algo que no debería estar haciendo?
-a Edward
