Chilli estaba confundida, no sabía qué era lo que estaba sucediendo, su hija menor había hecho que su hermana mayor ahora era un macho, eso quería decir que ahora era su hermano mayor, lo peor es que Mackenzie ahora era hembra. Y eso la preocupa más.
—¿Qué le vamos a decir a los Border Collie? ¿Qué Mackenzie ahora es una chica gracias a una de tus ideas científicas Bingo? —berreó Chilli al ver a su hija y ahora hijo.
—Chilli, mi cariño, ¿No quieres tomarte 5 minutos? —sugirió Bandit temblando de miedo ante lo que pudiera pasar si Chilli se salía de control—. Está bien, me tomaré cinco minutos, pero después hablaremos niñas.
—Sí. —Todos le tenían terror a tal grado que prefirieron no corregir a Chilli de que ya no tenía dos hijas.
—Ah —suspiró—. Bueno, debo llamar a los padres de Mackenzie, deben saber qué es lo que sucedió.
—No, por favor, no señor Heeler.
—Tranquila Mackenzie, ellos tal vez sean más comprensivos que mi esposa.
3 doritos después.
—Papá de Mackenzie no es nada malo, las chicas solo entraron a una feria de ciencias, por eso Bluey y Mackenzie se prestaron al proyecto, yo espero que tenga cura. —explicó Bandit al saber que los Border Collie se lo tomaron muy bien—. Sí, pueden venir a la casa para hablar con más tranquilidad. ¿Hola?
Bandit lo último que escuchó fue el sonido de la llamada que había sido colgada, El Heeler adulto dirigió su mirada a la ahora amiga de ahora hijo. Estaba preocupado por la familia de Border Collie. Tenía escalofríos de saber si ellos vendrían a ver a su hijo o no. Su mente comenzaba a maquinar algunas posibilidades como demandas hacia él o a su familia, que su amistad nunca más fuera la misma, o algo mucho peor que eso.
De repente se escuchó que el timbre había sido tocado, Bandit fue abrir la puerta para recibir a los Border Collie.
—¡¿Dónde está?! —preguntó la madre del Border Collie que estaba entusiasmada de ver a su ahora hija, mientras que su esposo solo se limitó a golpearse la frente con su mano derecha—. Solo dinos donde está Mackenzie —estableció con seriedad.
—Están en la sala —contestó el Heeler adulto.
Los adultos pasaron a la sala donde se encontraban los hijos de las dos familias, Bluey y Mackenzie ahora sentían que el final de sus vidas estaba cerca. A Mackenzie la abraza su madre, que estaba emocionada al ver a su hija.
—¡Esto es increíble! —se maravilló la madre de Mackenzie.
—¿Nos explicas qué sucedió? —reclamó el padre de Mackenzie.
—Verán…
Bingo en ese momento les explicó lo que había sucedido con los dos: Pues la máquina en lugar de cambiar los cerebros de los dos para que Mackenzie tuviera el cuerpo de Bluey y Bluey en el de Mackenzie, la máquina al tener energía de más en lugar de cambiar los cerebros de los dos cambió la testosterona y biología de los dos jóvenes haciendo que Bluey se volviera macho y Mackenzie en hembra.
—¿Y todo esto fue por qué nunca le preguntan a Mackenzie si él quiere ser parte de todo esto? —discutió el padre de Mackenzie.
—Bueno, tal vez yo tenga la culpa —se disculpó Bluey.
—Bueno, Bluey tiene razón.
—¡Bingo! —gritaron tanto el padre como su hermano.
—Lo siento, aunque no tenemos ni la menor idea de cómo regresarlos a la normalidad, podemos intentarlo para ver qué sucede —comentó Bingo.
—Bueno, espero que puedan hacer que esto regrese a la normalidad.
—Y si no, ¡es mejor! Siempre quise una niña —celebró la madre de Mackenzie.
—Bueno, siempre quise un niño, pero como Bluey fue una niña, aun así, la llamamos Bluey —respondió Bandit.
—¡¿Qué?! —El gritó que dieron los dos afectados hizo que los adultos escondieran su rostro, ya que ellos no podían creer que ellos no eran lo que ellos deseaban.
—¡Vámonos chicos! —exclamó Bingo tomando a los dos sujetos de pruebas.
Los dos estaban en shock por lo que ahora decían sus padres, cuando Lila se dio cuenta de que uno de los tornillos que conecta la energía con unas cápsulas saca chispas, eso no le gustó, pero eso explicaría por qué el proyecto falla. No quería sacar conclusiones sin que Bingo le dijera lo que ella había hecho.
—Bien, van para dentro —comunicó Bingo haciendo que su hermano y amiga entraran a las cápsulas.
—Bingo, ¿Si te das cuenta de que la máquina no está bien?, ¿Verdad? —informó Lila.
—¿Ah?, ¿de qué hablas? —preguntó Bingo.
—De esto. —Lila le enseñó a su amiga que uno de los tornillos estaba causando chispas.
—Oh, uh, eso no es bueno, por eso falló el proyecto.
—No, ¿es serió?, no me digas —se burló lila.
—Lo siento, no fue intencional, no tenías que usar el sarcasmo —lloriqueó Bingo.
—Ah… —suspiró mientras ponía sus manos en su hocico—. Veamos si podemos revertir esto que hiciste.
Así sucedió, como dijeron la maltesa, porque esto lo causó el descuido de Bingo al apretar los tornillos. La máquina estaba comenzó a hacer su trabajo, las luces que señalaban que podía ir bien a estar en riesgo se mostraba de color naranja haciendo énfasis en que todo, no todo se encontraba bien. Entonces las chispas que volvió a lanzar se convirtieron en fuego, las chicas estaban asustadas, aunque debían traer un extintor para que el fuego no se expandiera tan rápido por todo el jardín llegando a las flores de Chilli y que Bingo realmente esté castigada. Mientras tanto…
—Bandit, ¿De dónde saco tu hija dinero para este proyecto escolar? —preguntó el padre de Mackenzie.
—Oh, eso no lo sé, yo no tengo tanto dinero para que ella haga esto.
La joven Red Heeler había usado los fondos universitarios de Bluey para hacer el proyecto de cambio de cerebro, aunque nadie más lo sabía le traería problemas con su familia.
