Hola! Aquí Saori-nee con un OS dedicado a las primas / novias de esta hermosa saga. Sin más que decir de momento ¡Comencemos! c:


Clase de Arte

Habitación de Kaede y Sara

Es una tarde normal en la habitación que mi querida novia y prima modelo Kitajima Sara y yo, Kitajima Kaede, compartimos cada noche para dormir juntas y… bueno, hacer otras cosas de amantes.

Sólo que ahora, tenemos una pequeña crisis entre manos, después de haberle dado una noticia un tanto impactante a Sara.

– ¡Eso no puede ser! ¡Aaaaaahhh!

Sara toma con fuerza uno de sus zapatos de plataforma de sus pies y lo lanza hasta el otro lado de la habitación, sacando así como puede la furia que siente en su interior.

– Sara, trata de tranquilizarte, por favor.

– ¡No me digas que me tranquilice, Kaede! ¿Cómo voy a tranquilizarme después de que me dijeras eso? ¿De verdad esperabas que me lo fuera a tomar bien? Estoy tan enojada que voy a… ¡Aaaaaaaaaaaahhhh!

Sara toma su otro zapato y lo lanza con fuerza al mismo lugar donde lanzó su otro zapato.

– Sara…

Esta realmente furiosa, jamás creí que se fuera a poner así después la noticia que le di hace un momento.


Flashback – Saint Michael's

Resulta que aquel día estaba saliendo de mi salón para reunirme con Sara después de que terminaran las clases, cuando un grupo de chicas de primer año me rodearon y preguntaron.

– Disculpa, senpai ¿Tú eres Kitajima Kaede-senpai?

– Así es ¿En que puedo ayudarlas?

– Nos presentamos, nosotras somos parte del club de artes plásticas de Saint Michael's. Actualmente estamos estudiando sobre la pintura renacentista del Siglo XVI y bueno, queríamos preguntarte si podrías ayudarnos con algo.

– ¿Uh? Bueno, como mis kouhais, por supuesto que estaré feliz de ayudarlas, pero ¿De qué clase de favor se trata?

– Bueno, nosotras queríamos pedirte si por favor… eh… tu pudieras…

– ¿Podrías posar desnuda para nosotras?

– ¿Uh…? ¡¿EEEEEEEEEEHHHHHHHHH?!

Después del gran grito que pegué, me explican que actualmente están practicando su pintura en base a otras pinturas que se hicieron en la época, pero sienten que realmente no pueden avanzar mucho más, sin una modelo real.

– Por eso es que venimos a buscarte, Kaede-senpai. Para ver si por favor, podrías modelar desnuda para nosotras para que podamos mejorar en nuestra pintura.

– ¿Podrías hacerlo, por favor? Kaede-senpai.

– Bueno, yo… entiendo que necesiten a alguien que modele en persona para ayudarlas, pero ¿Por qué me lo piden a mí? ¿No hay otras chicas en su club que puedan hacerlo?

– Bueno, las hay pero…

– ¡Ninguna tiene tanta pechonalidad como la tiene usted, Kaede-senpai!

– ¡¿Eeeeeeeeeeeehhhh?!

– Actualmente estamos aprendiendo a dibujar la forma de las curvas y la redondez de los pechos, pero aunque nos apena mucho decirlo, ninguna en nuestra clase tiene la cantidad de busto necesaria para dibujar esas curvas.

– Y ya que usted además de senpai, es prima de la modelo Kitajima Sara, pensamos podría ser la candidata ideal para ayudarnos.

– Ya… Ya veo – contesto bastante sonrojada.

Aunque considero un honor que hayan pensado en mi para ayudarlas, me pregunto si realmente esa es la única razón de que hayan pensando en mí. Especialmente tomando en cuenta que hay muchas más chicas mucho más hermosas que yo en esta escuela, quienes seguramente estarían más que contentas en ayudarlas en una tarea como esta. Pero yo…

Estoy a punto de rechazarlas haciendo una reverencia, pero antes de que pueda hacerlo, me toman por los lados y suplican con ojitos bastante tiernos.

– ¿Podrías ayudarnos? Kaede-senpai ¡Por favor!

– Chicas…


Habitación de Kaede y Sara – De vuelta al presente

Al final les dije que necesitaría hasta el día de mañana para pensarlo, ya que antes de tomar cualquier decisión, quería platicarlo con mi querida Sara para que me diga ¿Qué es lo que opina al respecto?

Después de todo, además de ser alguien muy importante en mi vida, ella también cuenta con mucha experiencia modelando en el mundo del entretenimiento, aunque jamás en algo tan erótico como modelar desnuda.

Quería saber cual era su opinión tanto personal como profesional sobre modelar desnuda para las chicas de aquella clase. Sin embargo cuando llegó a casa y se lo dije, no pensé que fuera a reaccionar de la manera que lo esta haciendo ahora.

– ¡Esas malditas chicas! ¿Quiénes eran, Kaede? Dijiste que eran del club de artes plásticas ¿No es así? ¿Recuerdas como eran? Cuando las encuentre voy tomarlas del cuello para recordarles quien es la novia de con quien están tratando y luego…

– ¡Sara! Ya no digas más, por favor. No tienes que molestarte tanto por esto, después de todo, todas en la escuela somos chicas y nos hemos visto muchas veces desnudas en los vestidores y regaderas de la escuela.

– ¡Pero esto es distinto! Si de verdad quisieran a una cualquiera para que modele desnuda para ellas, podrían poner un afiche buscando solicitudes en la escuela o preguntarle a alguna conocida de ellas en su clase ¿Por qué fueron a buscarte a ti específicamente?

– Bueno, yo… no quería decirlo en voz alta, pero… es que ellas están buscando aprender a dibujar curvas y formas redondas, y bueno, yo… eh…

Sara voltea a ver mi busto donde tras mi ropa descansan ahora las dos enormes bolas de masa que cuelgan de mi pecho, y al captar lo que trato de decir, explota.

– ¡Aaaaaahhh! ¡Ya estuvo! ¡Kaede, Te prohíbo que vuelvas a hablarles o siquiera acercarte a esas pervertidas!

– ¡¿Eeeeeeeehhhh?! Pero tú… ¡No puedes hacer eso!

– ¿Por qué no? Además, no es como tú realmente quieras modelar desnuda para ese grupo de desconocidas ¿O sí?

– Claro que no. O bueno… yo no…

Aunque al principio pensaba en declinar la oferta de aquellas chicas, el escuchar que Sara me lo prohibiera…

Firme la miro a los ojos como la prima mayor entre las dos y le digo.

– Una cosa es que yo no quiera hacerlo y otra cosa muy distinta es que tú me lo prohibas. No puedes prohibirme hacer algo nada más porque a ti no te guste la idea. Así no es como funciona una relación amorosa ¿Entendiste, Sara?

– Ya lo sé, no estoy tratando de imponerte nada, es solo qué… tu no lo entiendes ¡No estás entendiendo nada, Kaede!

Dicho eso, Sara me da la espalda y sin decir nada más, se abraza a si misma poniendo sus manos sobre sus hombros, como queriendo consolarse a si misma.

Viendo como se ha puesto, intento ser un poco más amable con ella, aunque aún tratando de darle a entender mi punto.

– Sara. Intenta un momento ponerte en mi lugar. ¿No consideras que es algo hipócrita que me digas esto, cuando tú has modelado para varias revistas a lo largo de todo el país? Incluso algunas veces en traje de baño.

– Eso es muy diferente y lo sabes. Modelar es parte de mi trabajo, además no es como que yo elijo con que modelar ni…

– Ya lo sé, Sara y lo entiendo. Estoy muy orgullosa de tu trabajo y de verdad te digo, amo mucho ver lo mucho que disfrutas haciéndolo, es sólo que… bueno, si en verdad quieres saberlo, ha habido algunas veces en que te he visto en esas revistas, tan alegre y sonriente en todos aquellos hermosos vestidos y accesorios y… no puedo evitar sentirme un poco celosa, pensando en que yo no soy la única a la que le estás dedicando esa sonrisa.

– Kaede-chan.

En ese momento Sara voltea y se limpia un par de lagrimas que tiene en los ojos.

– Yo… lamento mucho si te hago sentir así con mi trabajo, Kaede. A decir verdad, yo también… me he sentido un tanto celosa cada vez que veo que alguna de mis compañeras se acerca corriendo contigo. Desde aquella vez que fuiste a la escuela con tu cabello suelto y sin tus lentes puestos porque yo te lo sugerí, yo… no he podido dejar de pensar en lo mucho que todas aquellas chicas quedaron enamoradas de ti y yo… tengo mucho miedo de que si me descuido por mi trabajo o si alguna te vuelve a ver sin tus lentes y tu cabello suelto, alguna de ellas te termine robando de mí. Yo solamente no quiero que nadie más nos separe. Por favor, no te molestes conmigo.

– Sara…

Al ver que Sara comienza a llorar, la abrazo y la consuelo, tratando de hacerla sentir mejor con mi abrazo.

– Tranquila, Sara. No estoy molesta contigo.

– Deberías estarlo, soy una celosa y posesiva contigo.

– Cierto, quizás eres un poco celosa cuando se trata de mí y mi relación con las otras kouhais, pero… sabes que tú eres la única para la cual yo tengo ojos ¿Cierto? Déjame preguntarte algo, cuando te toman esas fotografías para las revistas en las que sales y te piden que muestres aquella hermosa sonrisa que tanto amo ¿Piensas en alguien más además de mí?

– No, Kaede-chan, jamás.

– Entonces para mí esta bien que sigas modelando y haciendo lo que te gusta, me gusta mucho saber que aquella sonrisa que muestras la estás dedicando únicamente a mí.

– Kaede-chan…

Nos quedamos en ese brazo por un momento hasta que finalmente Sara termina de llorar y cuando nos separamos, le paso un pañuelo para que limpie las lágrimas y los mocos que aún caen de sus ojos y nariz respectivamente.

– ¿Ya te sientes mejor, Sara?

– Sí, eso creo. Lamento mucho haber actuado como una niña pequeña enfrente de ti, Kaede.

– Descuida, sabes que siempre puedes expresar lo que sientes conmigo y no me molestaré. Además, me gustó verte de esa manera tan vulnerable, me recordó mucho a la pequeña niña llorona que siempre necesitaba que la consolara cuando éramos niñas.

– Muoh, eso fue hace ya varios años. Ahora soy una mujer más madura y sólo soy un año menor que tú ¿Eh?

– Jejeje.

Río al ver el pequeño puchero de Sara, quien después se vuelve a sentar a mi lado y sin mirarme a los ojos, tomándome de las manos me dice.

– Kaede-chan, si tu… aún quieres modelar desnuda para esas chicas, yo… no te voy a prohibir hacerlo.

– Sara ¿De verdad?

– Sí, confío en ti y en el amor que sientes por mí. Aunque yo… sólo tengo une petición que hacerte.

– ¿Uh? ¿Cuál es?


Habitación adjunta al Salón de Arte – Saint Michael's

Al día siguiente después de que terminaran las clases, me encuentro en el salón del club de artes plásticas de Saint Michael's, específicamente en una muy pequeña habitación adjunta donde guardan todos sus utensilios y artículos para la clase.

La razón de que este aquí adentro es que después de que llegara al salón acompañada de mi prima Sara, me entregaron una bata de baño color blanco y me pidieron que por favor entrara aquí para desnudarme y saliera con la bata de baño puesta cuando estuviera lista.

Y si se preguntan ¿Por qué es que Sara esta conmigo? Es porque este es el trato que nosotras hicimos anoche.

Habíamos acordado que podría posar desnuda para la clase (un grupo de unas 12 a 15 chicas aproximadamente) siempre y cuando, Sara estuviera allí para acompañarme en todo momento.

– Tú ¿Quieres acompañarme?

– Así es. En el mundo del entretenimiento cada vez que voy a una sesión fotográfica para alguna revista, mi manager siempre me acompaña para asegurarse que siempre haya un aura de respeto en el ambiente, y que los fotógrafos y la producción nos se sobrepasen conmigo ni tampoco me tomen alguna foto muy comprometedora o reveladora que pueda dañar mi imagen (esto último especialmente cuando tomamos sesiones en trajes de baño o poca ropa).

– Ya veo – supongo que es algo que muy bien podría pasar si no hay nadie hay cuidando por ella – Entonces tú ¿Vas a acompañarme para ver que no hagan nada indecente conmigo?

– Así es. Es la única condición que pongo para aceptar que te pinten desnuda. Entonces ¿Qué dices? ¿Tenemos un trato?

– Sí, es un trato. Será un placer trabajar contigo, manager Sara.

– ¡De acuerdo! Primera lección, vamos a practicar tu elasticidad y a darle mayor forma a tus pechos. Y tengo la solución perfecta para eso.

– ¿Eh? ¿Qué estás diciendo? ¿Sara? ¡Aaaaah, Sara!

Al final Sara se me lanzó encima y terminamos haciendo el amor varias veces esa noche. Primero allí en la cama donde estábamos con nuestra ropa puesta. Después en la bañera donde nos lavamos el sudor y terminamos haciéndolo un poco más y finalmente cuando salimos del baño donde continuamos haciéndolo aún un poco más intenso.

Sin embargo fue en esa última ronda de sexo, cuando Sara me estaba dando un cunnilingus con su lengua, chupando y besando las partes más íntimas de mi sexo, que ella se dejo llevar y clavó de más sus dientes en mi entrepierna, dándome un beso bastante íntimo y pesado en mi muslo izquierdo, justo a un lado de mi vagina.

– ¡Ah, Sara, espera un momento! Me vas a arrancar la piel ¡Sara!

Dicho eso, deja de chupar mis muslos para volver a concentrarse en mi vagina y después de hacer un 69 bastante intenso, las dos nos terminamos por venir descansando excitadas sobre la otra.

Sin embargo cuando finalmente nos separamos para limpiar nuestros jugos regados sobre nuestras entrepiernas, en mi muslo izquierdo, justo donde Sara me había besado con intensidad noto que…

– ¡Sara!

– ¿Qué pasa?

Resulta que me había dejado un enorme chupetón en la entrepierna, justo a un lado de mi vagina.

– ¡Esto es terrible! No puedo dejar que me vean desnuda estando así. Si las chicas del club ven este chupetón en mi entrepierna, definitivamente sabrán que nosotras…

– Tranquila, Kaede-chan, no pasará nada. ¿No puedes llamar a las chicas del club para decirles que no podrás hacerlo?

– No, ya les mandé un mensaje antes de que nos metiéramos a bañar diciéndoles que lo haría. Si lo cancelo ahora se preguntarán por qué, además de que les causaría muchos problemas después de ya haberles confirmado mi ayuda.

– Ya veo. Hum…

– ¿Qué vamos a hacer?

– Tranquila, que esto tiene solución. A ver, cierra las piernas.

– ¿Así?

– ¡Exacto! Si mantienes las piernas cerradas, nadie verá nada ni sabrán del enorme cunnilingus que te di hace un momento. De todas maneras, no es como que planeabas mostrar tu entrepierna a todas en la clase ¿O sí?

– ¡Por supuesto que no! Pero… mantener las piernas así de cerradas en todo momento será un poco difícil.

– Sí, quizás un poco, aunque tampoco me molestaría que te vieran. Si lo hicieran, entonces todas en el club sabrían que esa vagina ya tiene dueña.

– ¡De ninguna manera pueden saberlo!

Diablos, conociéndola podría pensar que incluso quizás me hizo este chupetón a propósito para asegurarse de que ninguna de las del club me vea con las piernas abiertas (cosa que de todas maneras no planeaba hacer de ninguna manera).

Pero bueno, ya no tiene ningún caso pensar en eso. Lo mejor que puedo hacer ahora es exactamente lo que me dijo Sara y mantener mis piernas cerradas en todo momento para que no me vean. "De otra manera, será mi fin".

– ¡Kaede-senpai! Ya estamos todas listas esperándote ¿Estás listas?

– ¡Sí, ahorita salgo!

Será mejor que este plan funcione.


Clase de Arte – Saint Michael's

Así cuando me llaman salgo de la habitación adjunta, vistiendo únicamente la toalla de baño para cubrir mi cuerpo desnudo, tal y como me lo habían pedido.

Todas en la clase me ven maravilladas, expectantes por ver lo que hay debajo de mi bata mientras Sara vigila a todas aquellas chicas, atenta de que ninguna intente tocarme o algo parecido.

A pesar de que todas estas chicas están a punto de verme desnuda, intento cubrirme lo más que puedo con la bata y digo algo nerviosa.

– E-Estoy lista.

– ¡Excelente! En ese caso por favor, pasa al centro y siéntate sobre este banco que hemos puesto para ti. El resto por favor, pasen a sus asientos para iniciar con la clase.

– ¡De acuerdo!

Todas las chicas pasan a sus asientos emocionadas, bastante expectantes porque ya me quite la bata. A Sara no le gusta nada esto, pero se aguanta por mí.

– Antes de comenzar – dice la presidenta del club – quisiera que todas le agradeciéramos una vez más a Kitajima-san por haber aceptado a ayudarnos y acompañarnos el día de hoy. Así que todas, por favor.

– ¡Muchas gracias, Kitajima-senpai!

– No hay de que.

– Ahora respecto al resto, recuerden por favor ser muy atentas con nuestra compañera y siempre dirigirse a ella con mucho respeto ¿Esta claro?

– ¡Sí, senpai!

– Muy bien, en ese caso, Kaede-senpai, puedes quitarte la bata de baño ahora.

– S-Sí, de acuerdo.

Bastante nerviosa hago lo que me dice y me quito la bata de baño por completo, revelando mi cuerpo desnudo ante todas.

– ¡INCREÍBLE!

– ¡Es incluso mucho más esplendoroso de lo que imaginada!

– ¿De verdad serán naturales?

– Quiero tocarlas para averiguarlo.

Las chicas murmuran entre ellas, mientras Sara pretende no escucharlas para no hacer un escándalo frente a todas.

Ya que me he quitado la bata, la entrego a la presidenta del club quien la toma y procede a darme instrucciones.

– Kitajima-san ¿Podrías por favor acomodar tus brazos de esta manera?

– ¿A-Así?

– Así es. Ahora también, por favor alza tu barbilla un poco más, pon tu mano derecha de esta manera y finalmente, haz tu mentón de cabello a un lado para que podamos captar mejor las facciones de tu rostro.

– De acuerdo ¿Así esta bien?

– Sí, pero aún siento que algo falta. Mmmhh… ¿Crees que podrías quitarte los lentes y soltar el cabello de tu trenza? Creo que quedaría mejor para poder apreciar verdaderamente mejor la bella figura que tienes. Así que ¿Podrías, por favor?

– ¡¿Eh?! B-Bueno…

– ¡Objeción! – Interviene Sara desde su lugar – el objetivo de esta práctica es dibujar las increíbles tetas redondas de Kaede-chan ¿No es cierto?

– ¡SARA! – Le grito desde mi lugar. Sin embargo, continua.

– En ese caso ¿Por qué tendría que soltarse la trenza y quitarse los lentes? Además, Kaede-chan no puede ver bien sus lentes, para ello necesitaría sus lentes de contacto, los cuales están en su casa. No hay ninguna razón que justifique eso.

– Bueno, supongo que tienes razón en eso. Puedes conservar tus lentes y tu trenza si lo deseas.

– M-Muchas gracias.

Ya que lo ha decidido, las chicas del salón murmullan.

– Oh, que mal. Realmente quería ver a Kaede-senpai sin su trenza y sin sus lentes puestos.

– Lo sé. Dicen que se veía demasiado hermosa el día que vino a la escuela sin ellas ¿Lo recuerdan?

– Sí, Sí, dicen que lucía igual a una reina sacada de un cuento de hadas.

– Ah, me habría encantado verla.

– Pero bueno, al menos tenemos una hermosa vista de sus asombrosas tetas ¿No lo creen?

– Así es, aunque ahora que las veo bien… son mucho más grandes y redondas de lo que me imaginaba.

– Sí, nos tomará todo un semestre entero poder hacerle justicia a unas tetas tan asombrosas como esas con nuestra pintura.

– Sí.

Sara escucha estos comentarios pero de nuevo, se aguanta las ganas de ir y abofetear a estas chicas.

Dicho eso, todas sacan sus utensilios de pintura y a la indicación de la presidenta, todas comienzan a dibujar.

Al ser una clase de arte libre, todas prueban dibujarla con el estilo que ellas desean. Algunas lo hacen con grafito, otras con lápices de colores, otras con pintura al óleo, etc.

En todo caso, todas se mantienen concentradas observando mi cuerpo desnudo de vez en cuando, especialmente mi pecho tratando de capturarlo lo mejor posible en su dibujo.

Mientras todas están concentradas en su dibujo, mi único trabajo es mantenerme quieta en la pose que me han indicado y evitar moverme lo más que pueda.

Sin embargo la pose que me indicaron es una muy exigente, especialmente tomando en cuenta que debo mantener las piernas cerradas.

– Kitajima-senpai ¿Podrías no mover tanto tu brazo, por favor?

– Sí, lo siento.

Esto es malo, las chicas han comenzado a notar mi constante movimiento y por ende, empezando a preocuparse si realmente estaré bien.

Cuando me indican por cuarta vez que por favor no mueva tanto una parte de mi cuerpo, la presidenta del club interviene yendo conmigo y me pregunta.

– Kaede-san ¿Estás bien? Te noto algo tensa, como si te estuvieras esforzando demasiado.

– Para nada, descuida, sólo… necesito mantenerme más fuerte.

– Lo dudo mucho, lo que necesitas es relajarte. Mmhh… ya sé ¿Qué te parece si pruebas abriendo un poco más tus piernas?

– ¡¿EH?!

– He notado que las tienes muy juntas ¿Por qué no las separas un poco? Seguro que te sentirás mejor si las relajas.

– Bueno, es que yo…

– Tranquila, no tienes que preocuparte por nada, todas somos chicas aquí después de todo, así que no veremos nada que no veamos en nosotras mismas todos los días. A no ser que… Kaede-san – se acerca para preguntarme al oido – ¿No te has depilado allá abajo?

– ¡Claro que lo he hecho!

– ¡Muy bien! En ese caso no hay ningún problema.

Diablos, ahí va mi única oportunidad de escape de esta situación.

Aunque estoy segura de que la presidenta del club no me esta pidiendo con ninguna mala intención, no puedo hacer eso que me pide. Si lo hago, todas verán el chupetón que tengo en la entrepierna y entonces…

Sin embargo, parece que no tengo elección.

"Perdóname, Sara".

Ya con la idea en mi cabeza cierro los ojos, comienzo a abrir muy lentamente las piernas preparándome para lo que viene pero antes de que cualquiera pueda verme allá abajo.

– ¡Un momento!

Sara se levanta de su lugar e interviene llamando la atención de todas.

– ¿Sucede algo, Kitajima-san?

– Así es.

Ya con la atención de todas en ella, Sara pasa al frente junto a mí y la presidenta.

– Como seguro ya varias aquí sabrán, yo trabajo como modelo por lo que tengo bastante experiencia en esto del modelaje y quizás pueda ayudar. Lo que queremos ahora es ayudar a que Kaede-chan relaje su cuerpo para que se sienta más cómoda y no se mueva tanto ¿Verdad?

– Así es.

– Bueno, en ese caso ¿Me permitirían sugerir una pose para Kaede?

– Seguro, adelante.

Dicho eso, Sara se coloca detrás de mí y le pregunto.

– ¿Qué estás haciendo, Sara?

– Lo siento mucho, Kaede-chan.

– ¿Uh? ¿Por qué te disculpas? ¡Kyaaaaaa!

Sara me toma de las manos y las coloca detrás de mi cabeza, de tal manera que ahora mis tetas, brazos y axilas están completamente expuestos a la vista de todas.

– ¿Qué les parece?

– ¡KYAAAAAAAA! ¡Sara-Chan, Eres Genial!

– ¡Esa pose es mucho mejor que cualquiera que pudiera imaginar!

– ¡Por algo Sara es una modelo profesional!

La presidenta del club también da su aprobación pero antes de retomar la clase, me pregunta.

– ¿Qué me dices tú, Kaede-san? ¿Te sientes más cómoda en esa posición?

– ¿Eh? Bu-Bueno… yo…

¡Es Demasiado Vergonzoso! Así como estoy ahora, pareciera como si las estuviera invitando a que me las chupen de a una por una. Es algo mucho más erótico e indecente a lo que había accedido.

Sin embargo, entiendo por qué Sara hizo lo que hizo. En esta pose, puedo descansar mucho más brazos al igual que mis piernas, además de que de esta manera, todas las miradas estarán puestas en mi busto y nadie se fijará en mis piernas.

Pero aún así… ¡Esto es Demasiado Vergonzoso!

"Muoh, Sara… Ya verás cuando terminemos con esto".

Arreglado este asunto la clase se retoma con normalidad y las chicas logran hacer sus dibujos conmigo al centro de ellas.

Ya que todas están terminando con sus dibujos, por unos segundos cruzo mi mirada con la de Sara quien me sonríe orgullosa y me dice con su mirada lo bien que lo hice.

De igual manera le agradezco a Sara por lo que hizo y por haberme acompañado a esta sesión.

En verdad soy muy afortunada de tener una novia tan increíble como Sara.


Bonus Short Story – Casa de Kaede y Sara

Al terminar la clase de arte después de que me haya vestido de vuelta en mi uniforme, las chicas del club de arte me agradecen con un pequeño ramo de flores y todas hacen una reverencia como agradecimiento por la ayuda prestada este día.

Con una sonrisa les agradezco a todas de vuelta y les digo que será un placer volver a ayudarlas si algún día me necesitan (ya que no tenga un chupetón que ocultar en mi entrepierna).

Por lo pronto, escuché entre las chicas del club que la próxima semana se enfocarían en aprender a dibujar los cuartos traseros, por lo que le pedirían ayuda a nuestra amiga, Sawaguchi Mai para ver si podría ayudarlas modelando desnuda para ellas.

– Ya me puedo imaginar el escándalo que armará su Reo-san cuando le diga (si es que le dice).

– Muoh, aunque yo creo que Kaede-chan también tiene un magnífico trasero – murmura Sara un tanto celosa de que no me hayan considerado para ello – Pero mejor para mí, así el trasero de Kaede-chan se queda sólo para mí.

Dice Sara agachándose y abrazándome por las piernas, restregando su mejilla contra mi trasero.

– ¡Kyaaa, Sara!

En fin, ya que nos hemos despedido todas, Sara y yo regresamos a nuestra casa donde tras subir a mi habitación, nos cambiamos a nuestra ropa casual para estar más cómodas.

– Por cierto, Sara. No había tenido oportunidad de hacerlo antes debido a la situación en la que estábamos, pero ahora que estamos a solas… quisiera darte las gracias por todo lo que hiciste por mí allá en la clase. Tenías razón en que eso no es algo que pudiera hacer cualquiera y tuve mucha suerte de tenerte ahí a mi lado para ayudarme. A pesar de la última pose tan vergonzosa que me hiciste hacer… hiciste un excelente trabajo como mi manager, Sara. Así que muchas gracias por ello.

– No hay que, Kaede-chan. Tú también hiciste un excelente trabajo como modelo para todas esas chicas. Y de hecho…

Las mejillas de Sara se sonrojan, sin embargo se arma de valor y me confiesa.

– Al haberte visto posar desnuda para todas esas chicas en la clase, me inspiraste a yo misma querer mostrar más de mi cuerpo para mis fans, así que ahora, después de haberlo hablado con mi manager…

Sara saca una revista de su mochila y declara.

– ¡Decidí hacer mi debut desnudo para la revista PlayBunny! ¿No es eso genial?

La revista que lleva en la mano es una de la marca PlayBunny y emocionada va conmigo para enseñármela.

– Mírala bien, Kaede-chan, mira todas las posiciones tan eróticas y sensuales en las que toman fotografías a estas chicas ¿No te emociona que yo también seré una de ellas?

Orgullosa Sara hojea la revista en sus manos y en cada una de sus hojas, todo lo que puedo imaginar es a Sara siendo fotografiada en todas esas posiciones tan indecentes y todos los que la verían.

– Ya quiero probar que tanto me van a pedir que haga, quizás incluso algún día me animaría a hacer algo un poco más… ¿sexual? Será el inicio de mi nueva faceta como modelo erótica ¿No estás emocionada, Kaede-chan?

– Claro que no.

– ¿Uh?

– ¡De NINGUNA manera te voy a dejar que te fotografíen de esa manera! ¡¿Esta Claro?!

Le grito muchísimo más furiosa de lo que jamás he estado, ante lo cual Sara no aguanta más la risa y finalmente se echa reír.

– Ay Kaede-chan, tranquila que es sólo una broma jajaja.

– ¿Eh? ¿Una broma?

– Pues claro ¿Creíste que realmente saldría en una revista de estas? Aún si quisiera hacerlo y tuviera la edad para ello, mi manager Jamás me lo permitiría ¿Te imaginas el escándalo que armaría? Sería el final de mi carrera y de la imagen de chica tierna y pura que venden de mí.

– ¿Pero y las revistas? – refiriéndome a las que tiene en mano – ¿De donde las sacaste?

– Se las pedí a algunas de mis compañeras de trabajo. Te sorprendería todo lo que se encuentra en el mundo del entretenimiento.

– Claro, ya veo. Entonces tú… ¿No vas a hacerlo?

– Obviamente que no, la única persona que quiero que me vea en esas posiciones eróticas, eres tú, Kaede-chan.

– Ya veo… que alivio… pensé que…

Antes de que pueda continuar, Sara me silencia con sus labios dándome un cálido y reconfortante beso en los labios llenos de todo su amor.

Al separarse me mira sonriente a los ojos y dice.

– Descuida, lo sé. Aunque quizás no sea lo correcto, me alegró mucho ver lo celosa que te pusiste cuando te lo dije.

– ¿En serio?

– Por supuesto, lo tomo como una señal de lo mucho que me amas.

– Sara… Así es, en verdad te amo mucho, mi Sara.

– Y yo a ti, mi Kaede-chan, mi príncipe.

Dicho eso nos acercamos a la otra y nos besamos, uniendo nuestros labios en un beso entregando así todo nuestro amor a la otra, al separarnos nos miramos enamoradas a los ojos y Sara me dice.

– Jeje, jamás creí que vería una mirada tan enojada y celosa en tu rostro.

– Muoh, pues claro que me pondría celosa con una noticia como esa, después de todo yo… yo quiero ser la única para la que modeles de esa manera, Sara.

– Jeje, lo sé y por eso ahora…

Toma una de las revistas PlayBunny de su mochila y dice.

– ¿Qué te parece si tomamos esta revista y modelo para ti haciendo todas las poses en esta revista? Cada una de ellas ¿Te gustaría eso, Kaede-chan?

– S-Sara…

Me sonrojo ante su erótica sugerencia, sin embargo, no puedo negar que me emociona ver a Sara haciendo todas esas posiciones eróticas, así que le digo.

– D-De acuerdo, Sara.

– ¡Genial! En ese caso ¡Comencemos ahora! ¡Tenemos una larga sesión fotográfica por delante!

Declara Sara alegre retirando toda su ropa de un solo movimiento con gusto y con una sonrisa le digo.

– De acuerdo, comencemos ahora, Sara.

Así, tal y como dijo, Sara realiza cada una de las posiciones en esa revista, pidiéndome que la fotografíe en aquellas posiciones tan eróticas mientras las hace, obviamente utilizando una cámara de mano profesional para evitar que las fotografías se filtren.

Cuando terminamos con la revista, incluso me pide realizar algunas de esas posiciones tan eróticas de otra revista, tomándome algunas fotografías bastante vergonzosas ahora con la cámara en sus manos.

Sin embargo, esto no me preocupa realmente, ya que sé que la única persona que podrá ver estas fotos será Sara y solamente Sara.

Después de todo, ella es la única para mí y yo soy la única para ella. Lo confirmamos durante el dulce sexo que tenemos una vez dejamos la cámara de lado y comenzamos a hacerlo de lleno en la cama, donde una vez que terminamos nos abrazamos y descansamos alegremente en los brazos de la otra.

Sí, definitivamente el lugar entre los brazos de Sara es donde siempre quiero estar.

FIN