¡TRADUCCIÓN!
— NOTAS DE LA AUTORA —
*Advertencias*
Ninguna.
*Derechos de autor*
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
¡Apartamento Vacío!
Capítulo 13. Muro de las Creaciones
…
Viernes, 21 de febrero.
Los viernes eran los favoritos de Ferb. La escuela era aburrida, y una vez que llegaba el fin de semana podía ir a la taberna para relajarse, sin mencionar que parecía que todos los demás pensaban lo mismo.
Sobre todo este fin de semana, ansiaba relajarse. Había estado ayudando a su padre todos los días después de la escuela en la tienda, y aunque todo estaba en orden, no todo tenía un precio. Sin mencionar que Lawrence recibe nuevos envíos cada día.
En realidad, el negocio iba bastante bien; el trabajo era muy abundante.
Por supuesto, el padre de Ferb le había dado el viernes libre para hacer sus pendientes, ya que él mismo iba a cerrar la tienda temprano. Tenía una cita con el médico.
Cuando Ferb entró en clase de Inglés, pensó en lo cansado que estaba de trabajar en la tienda. Tal vez llegara temprano a la autopista de peaje; de todos modos no estaba trabajando esa noche.
Se sentó en su lugar de la primera fila y se preparó para escuchar a su profesora menos favorita.
La Sra. Clearwater entró al aula con un evidente enfado. No parecía estar teniendo un buen día, no es como si alguna vez hubiera tenido alguno.
—Hola clase —dijo enojada mientras arrojaba sus cosas sobre el escritorio.
Nadie respondió, pero Django solo se volteo hacia Phineas y le dio una mirada que decía: Esto va a ser malo.
—¡Dije hola clase! —esta vez gritó.
Los adolescentes parecían encogerse en sus lugares, pero solo algunos se atrevieron a murmurar saludos. En cambio, Ferb no se movió; pero enarcó una ceja, divertido.
—Hoy les voy a asignar un proyecto —camino frente a la clase, los tacones golpean el suelo con brusquedad.
—Um… Sra. Clearwater, ¿está bien? —pregunto una chica de cabello castaño desde su lugar en el fondo del aula. Ferb la reconoció como una de las integrantes de las Fireside Girls.
—Estoy bien, Holly —respondió como si le ofendiera que le preguntara.
Holly solo se encogió en respuesta.
—Ahora, como estaba diciendo antes de que me interrumpieran —miró con furia a la castaña—. Tienen un proyecto nuevo. Los pondre en parejas y ustedes analizaran una obra de mi elección.
—¿Podemos escoger a nuestra pareja? —el tono indico que no había sido una pregunta inteligente—. Las parejas serán las siguientes —comenzó por nombrarlos.
Ferb se quedó atrás mientras esperaba escuchar el nombre del su compañero. Probablemente le asignaria un idiota para castigarlo por ser mas inteligente que ella.
—Sr. Fletcher, trabajaras con Phineas. Quizás él pueda ayudarle a entender el proyecto cuando sin duda se sienta confundido —mencionó en un tono sarcástico—. Lo siento, Phineas
El peliverde no podía ver a Phineas desde donde estaba, pero incluso si se pudiera, no lo hubiera mirado. Estaba más ocupado riendo que no se iba a molestar en voltear.
—¿Algún problema, Sr. Fletcher? —preguntó irritada.
Dejó de reírse, pero mantuvo una simple sonrisa con deje de burla en ella.
—Me parece divertido que asuma que no entenderé el proyecto. Sin embargo, estoy seguro que usted se confundirá al calificarlo.
El rostro de la Sra. Clearwater de repente se volvió del mismo color que su cabello rojo recién teñido.
—Ve a la oficina del director. Ahora —menciono mientras apretaba los dientes.
Comienza a recoger sus libros y después se levanta—. Bueno, de todos modos planeaba ir más al rato.
Algunos estaban atónitos y otros solo contenían las risas.
No obtuvo respuesta de ella, pero puede jurar que después de cerrar la puerta del aula escucho una engrapadora golpear la pared.
Sonrió.
...
Tardó un rato en salir de la oficina del director. La última reunión que tuvo con el hombre había transcurrido a la perfección, pero esta no resultó tan bien.
El Sr. Jones era un anciano al que no le quedaba algún cabello en la parte superior de la cabeza; por supuesto, todavía tenía un poco en ambos lados de la cabeza con canas. Llevaba anteojos grandes y algunos dientes de oro en la parte posterior de la boca en donde le habían empastado hace algunos años atrás. Era alto y delgado.
Parecía un hombre de buen humor, pero no espero que Ferb regresará pronto a su oficina, en especial por el tipo de quejas que recibía de la misma profesora. No quería que se armara una disputa entre maestra y alumno. Le había explicado sobre la importancia de respetar a las figuras de autoridad, a lo que Ferb le respondió preguntando si la Sra. Clearwater merecía algún respeto.
Eso solo creo una platica mas profunda respecto sobre como clasificaba a una persona como una figura de autoridad y que cualidades debería abarcar los maestros. Fue un comienzo tranquilo, pero la conversación se enfrió por la mitad.
Ferb era una persona inteligente, pero aun era un estudiante y el Sr. no podía simplemente excusarse por las acciones de la Sra. Clearwater, porque es probable que esta misma no fuera tan buena maestra. Al final, dejo ir a Ferb con una advertencia.
La próxima vez que la Sra. Clearwater te mande aquí a mi oficina, estarás en detención.
Acepto antes de salir de la oficina para ir a clase. Había perdido bastantes. Entró a la mitad de Economía Doméstica, sólo para encontrar a Buford y Baljeet juntos trabajando bien.
Ni siquiera tuvo que ayudarlos.
Se salto el almuerzo por completo. No porque no tuviera hambre —siempre tenía, por cierto—, pero quería un tiempo a solas para pensar. Fue a su lugar habitual para fumar, trayendo un libro con él.
Fumo mientras leía. Se preguntó que obra tendrían que analizar Phineas y el. Ferb estaba bastante instruido en ese tipo de cosas, y no se sorprendería si ya hubiera visto cualquier obra que le pusieran para analizar. Preguntándose otra vez si el pelirrojo ya la había leído antes.
Sabía que Phineas tenía buenas notas. Nunca se quedaba perplejo en clases cuando le hacían preguntas y los profesores parecían pensar que era perfecto. Con eso una nueva pregunta surge: ¿Phineas era alguien inteligente por naturaleza? ¿O solo era alguien que sacaba buenas notas por ser cumplido en todo?
En lo personal, Ferb podía lograr un GPA de 4.0 con poco o sin ningún esfuerzo. Bueno, supuso que sostener el lápiz y escribir respuestas en los exámenes requería cero esfuerzo.
Solo quería terminar el proyecto con rapidez. La sensación de intranquilidad de que Phineas tenía algo raro, no se iba como tanto le gustaría.
El pecoso no habló con Ferb sobre el proyecto hasta después de que terminó la clase de Arte. El tiempo que tuvieron para hablar en Matemáticas lo utilizaron para que Phineas le informará a Baljeet sobre lo ocurrido con la Sra. Clearwater.
El moreno se sorprendió de que Ferb le respondiera a un profesor de esa manera, pero con un encogimiento de hombros el peliverde terminó la conversación. Unos segundos después, el Sr. Richardson comenzó la clase.
Cuando llegó la hora de Arte y consiguió sus materiales, nuevamente no hubo mención alguna del proyecto. Por supuesto, no tenia idea de cuando debía de entregarse al ser enviado a la oficina del director.
La clase transcurrió con tranquilidad, los alumnos se dedicaban a terminar sus acuarelas que debían de entregar ese día. Terminó su campo de maíz y lo entregó unos minutos antes de que sonara la campana. A pesar de haber culminado, decidió agregar algunos detalles al azar para mantenerse ocupado.
Unos segundos después de Ferb, Phineas entregó la escena del paisaje de una playa. El peliverde pudo notar un detalle de corazón con las letra dentro de él. Al parecer Isabella tendría más arte para colgar. Era gracioso el como el pelirrojo siempre esperaba hasta el final para agregarle un detalle que lo marcará para ser un regalo para su novia.
Ferb se sentó, miró el reloj en la pared hasta que sonó la campana y se levantó para dirigirse a su casillero. Guardo sus cosas y tomo su mochila. Una vez listo para irse, cerró el taquillero y se dirigió hacia la puerta.
No avanzó tanto por la calle porque Phineas ya estaba a lado suyo.
—La fecha límite del proyecto de Inglés es el lunes.
Phineas no lo miro en ningún momento.
—¿Cuál es la obra?
—El Crisol, ¿La has leído?
—Mujeres desnudas bebiendo sangre de gallina y hombres sudando como sementales. Por supuesto que la he leído —bromeo.
Phineas soltó una breve carcajada y sonrió.
—Bueno, me alegro de que ambos la hayamos leído. ¿Quieres trabajar en ello esta tarde?
No, no quería en absoluto, pero tenía que ayudar a su padre el sábado y el domingo. Podría terminar el proyecto lo suficientemente rápido para obtener algo de su propia libertina diversión. Por supuesto, no podían trabajar en su casa. No quería imaginarse la reacción de su padre si ve de nuevo al pelirrojo.
—No podemos ir a mi casa.
—Podemos trabajar en la mía —respondió.
Ferb asintió en respuesta mientras caminaban por la acera en silencio. Noto que Phineas se rascaba el hombro y lucho contra el impulso de abofetearlo. Era un habito irritante.
Pasaron por delante de la casa del peliverde en el camino, y algunas casas más tarde se detuvieron frente a una casa color amarillo.
—Aquí es —dice al pasar por la puerta principal.
Una vez dentro, Phineas dejó su mochila y se quitó los zapatos, pero se mantuvo la chaqueta roja puesta. Vio como Ferb hizo lo mismo, solo quitándose la chaqueta.
—No hay nadie en casa, pero mi mamá debería estar en una o dos horas de regreso —mencionó mientras esperaba a Ferb.
El otro asintió en respuesta. Deseando profundamente que la mamá de Phineas estuviera en casa.
Lo condujo por las escaleras hasta llegar a la segunda puerta del final del pasillo a la derecha. El pelirrojo vaciló frente a la puerta antes de voltear a Ferb.
—Está algo desordenado… —hablo con nervios antes de abrir la puerta.
Ferb juro que casi se le salen los ojos fuera de la cabeza mientras seguía a Phineas dentro de la habitación. Las paredes estaban cubiertas de bocetos de objetos que el más alto nunca había visto antes. Parecía la habitación de un loco.
—Si, uuh… dibujo mucho —explicó.
Pero el contrario no escucho ni una palabra, solo se dedicaba a mirar una de las paredes.
Máquina del tiempo
Globo aerostático
Submarino
Casa encantada
Perro mecánico gigante
Tapas mecánicas de fatalidad
Más, más… ¡Y muchas cosas más!
Cada plano contiene tantos detalles que dejó sin aliento a Ferb. Sacó un dibujo de la pared de una montaña rusa y lo examinó de cerca.
—Mira, sé que es algo molesto. Podemos trabajar aba…
—Funcionaria —habló sorprendido.
Hizo números en su cabeza, preguntándose si todos esos inventos y estructuras funcionarían, y lo hicieron. No lo podía creer.
—¿Qué? —pregunta, incrédulo. No podía creer lo que estaba escuchando.
—Todos ellos. Todos funcionarían tan jodidamente bien. Cada uno de ellos —escaneo cada dibujo que estuviera cerca de él. Estaba en shock—. Eres brillante.
Phineas parecía asombrado, como si nadie le hubiera dicho algo parecido antes.
—Podrías construirlos. Cada uno.
Camino y miro a los que encontraba más interesantes. Nunca había deseado tanto tener una sierra para metales. Nunca había querido construir algo tan desesperadamente en todo lo que lleva de vida.
—¿Alguna vez has construido alguno de estos? —preguntó.
Comenzó a mirar más dibujos alrededor de la habitación. En algún punto de su pequeño recorrido. sacó un lápiz y comenzó a corregir los errores matemáticos cometidos, aunque no eran muchos. No le importó que no fueran suyos.
—No. Nunca he sido capaz de hacerlo. No sabría como —lucía cada vez más incómodo mientras se frotaba el hombro.
—Deberías. Carajo.
Todavía permitiendo que su mente procese todo lo que estaba viendo. Los dibujos en las paredes de Phineas eran extraordinarios y únicos. Jamás se detuvo a pensar en algo así.
Al final, tuvo que detenerse y dejar que todo el aire escapara, el cual no sabía que estaba reteniendo. Estaba en total shock.
Phineas no hablo, ni siquiera cuando Ferb dejó de mirar todo su alrededor. Lo miro y espero que el contrario dijera algo. Cuando no lo hizo después de varios minutos, el pelirrojo rompió el silencio.
—Deberíamos trabajar en el proyecto —sugiere.
Respiro hondo antes de comenzar a asentir. Estaba aquí para trabajar. No estaba ahí para mirar todos los inventos que Phineas había dibujado. Pero… Dios, era lo único que quería hacer después de haberlos visto.
—Ok —dijo mientras giro para verlo.
Phineas ignoró la mirada sorprendida y casi aturdida en los ojos de Ferb. Se sentó en la cama y le indicó al otro que hiciera lo mismo.
El peliverde negó con la cabeza y se sentó junto al pelirrojo. Fue difícil dejar de mirar los múltiples dibujos que estaban alrededor, pero de alguna manera apartó la mirada para prestarle atención a Phineas.
El más bajo abrió la boca para hablar cuando un chirrido vino desde la puerta. Los chicos se voltearon para ver a la mascota de Phineas.
Un ornitorrinco.
—¡Hey, Perry! —llamó a la criatura para que se acercara. El mamífero volvió a gorjear mientras dejaba que su dueño lo acariciara.
—¿Tienes un ornitorrinco como mascota? —pregunto Ferb, desconcertado.
El ornitorrinco era el animal favorito del peliverde. No espero conocer a alguien que tuviera uno.
—Si, él es… —señalo al piso donde había estado el ornitorrinco hace unos segundos—. Oye, ¿Y Perry? —se preguntó a sí mismo mientras miraba alrededor.
Ferb volteo hacia todos lados. No se había dado cuenta de la partida del animal.
—Que extraño. Se mueve rápido para ser un ornitorrinco.
—Si, no hace gran cosa —dijo despreocupado y encogiéndose de hombros—. Así que tenemos que escribir un artículo de dos páginas al respecto —explicó mientras sacaba una laptop debajo de la cama, descartando el tema de la mascota.
—Suena bastante simple —respondió, permitiéndole cambiar de tema.
Una vez abierto el documento de Microsoft Word, comenzaron a hablar sobre las escenas y la importancia de la obra. Resultó que ambos conocían bastante bien el escrito. El proyecto avanzó con rapidez. Pudieron desglosar las escenas con facilidad y simplificar todo para la profesora.
Terminaron con prontitud, tardando solo media hora en escribir el documento. Una vez mecanografiado, Phineas lo guardó en su unidad flash y le dijo al peliverde que iba a imprimir el trabajo en la computadora de escritorio de la planta baja. El otro asintió, pero no lo siguió.
Con el pelirrojo afuera, Ferb se tomó más tiempo para mirar los planos en las paredes. Todavía estaba desconcertado, aunque trabajar en el proyecto de inglés lo había calmado un poco.
Por supuesto, el proyecto también lo había sorprendido. Creyó que tener un compañero para el trabajo lo retrasaría, pero no sucedió. Phineas y él trabajaban con fluidez, como si pudieran predecir lo que el otro iba a decir. Es como si el pelirrojo pudiera meterse en su cabeza y el peliverde en la suya.
Fue un sentimiento extraño.
Cuando Phineas entro de nuevo en la habitación, Ferb seguía mirando las paredes.
—Imprimí el documento —dijo mientras sostenía el papel engrapado.
En respuesta, el otro le dio un pulgar hacia arriba sin dejar de observar los planos.
—¿De verdad crees que son tan buenos? —preguntó, casi susurrando.
Era extraño. Si bien el chico podía pasar de ser tímido a agarrar una confianza firme, nunca había hablado con tanta suavidad.
—Si no lo fueran, no estaría mirando —respondió.
Quería preguntarle a Phineas el porque de su cuestionamiento. La inseguridad se asomaba cuando se trataba de ellos, por lo que no creía que alguien los hubiera visto antes. Dudaba incluso que el pelirrojo dejara entrar a alguien a la habitación.
Phineas se frotó el hombro y sonrió, cohibido.
—¿Quieres tocar? —preguntó señalando las guitarras que estaban recargadas en la esquina de la habitación.
—De acuerdo —respondió.
Normalmente no aceptaría, pero Phineas comenzó a intrigarlo. Todavía no estaba listo para irse.
El más bajo se volteo para agarrar los instrumentos, tratando de ocultar el rastro de una sonrisa que se estaba formando en el rostro.
Con las guitarras en manos, le entregó una a Ferb, y se sentaron en la cama de Phineas y comenzaron a tocar el mismo juego que habían realizado en la casa del más alto, tratando de tocar canciones que el otro no conocía.
Ferb canto mas por esta vez. Phineas pensó que si los oídos pudieran derretirse… los suyos sin duda lo harían.
— NOTAS DE LA AUTORA —
Y esto avanza más. Recuerden, la historia original esta en mi perfil :3
Sin más que decir, abrazos y besos.
¡LolitaMick14 fuera, paz!
Obra:
—The Crucible (The Salem Witch) by Arthur Miller.
