¡TRADUCCIÓN!
— NOTAS DE LA AUTORA —
*Advertencias*
Ninguna.
*Derechos de autor*
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
¡Apartamento Vacío!
Capítulo 14. Luz y Fuego
…
Phineas y Ferb tocaron por horas, sin medir el tiempo en ningún momento, tocando docenas de canciones… se perdían en el uno y en el otro, sin poder evitarlo. Ambos versados en la música, era imposible no perderse.
A punto de probar una nueva canción, la voz de una mujer llama a Phineas desde el pasillo.
El pelirrojo mira al contrario, sorprendido. No había escuchado entrar a su madre.
—Supongo que mi madre está en casa —dice, poniéndose de pie con la guitarra.
Ferb lo siguió, y ambos volvieron a colocar las guitarras en sus lugares. Phineas lo guio por el pasillo y por las escaleras. Una vez abajo, vieron a Linda en la cocina.
—¡Hola mamá! —saludo con entusiasmo.
—Hola Phineas… —pronunció la mujer mientras miraba a Ferb de arriba a abajo.
Preocupado por la mirada de su madre, se frotó el hombro—. Uh… Mamá, él es Ferb.
Ella sacudió la cabeza un segundo antes de reír.
—Es un placer conocerte Ferb, soy Linda. Siento haberme quedado mirando, pero te ves exactamente como un hombre que conocí en una convención de lámparas antiguas el fin de semana pasado en Illinois.
El mundo es tan pequeño.
—¿De casualidad ganó una pelea por una lámpara? —pregunto el peliverde con una ceja alzada.
—De hecho, lo hice. Y al parecer creo que le conoces —miro a Ferb, curiosa.
—Es mi padre —explicó.
—¿Enserio? ¡Que coincidencia! No esperaba volver a oír de él —habló con suma felicidad.
—Vivimos al final de la calle —mencionó con suavidad.
—¡Ustedes fueron los que compraron la antigua casa de los Smith! Me detuve hace una semana o dos para conocer a los nuevos vecinos, pero nadie respondió —explicó mientras guardaba los comestibles, aunque Phineas ya había guardado la mayoría de ellos.
—Es probable que estuviéramos trabajando en la tienda.
Explicó, aunque es posible que el único que estuviera en la tienda era su padre y él estuviera en la taberna.
—¿No es la nueva tienda de antigüedades? —preguntó con entusiasmo en la voz.
—Esa misma.
—¡Eso es tan emocionante! Me alegré mucho cuando descubrí que habría una tienda local. ¿Está abierta? No he estado en ese lado de la ciudad en un tiempo —pregunto, animada.
—Acaba de abrir esta semana.
—En ese caso, Phineas y yo deberíamos de pasar por ahí —menciono mirando a su hijo que acababa de llegar a su lado—. Y tal vez podamos alejar a Candace de la planificación de la boda el tiempo suficiente.
Phineas se rio entre dientes mientras colocaba las manos sobre el mostrador, una sobre la otra.
—Si —respondió—. Candace es mi hermana mayor —le explicó.
Ferb asintió.
—Entonces, ¿Qué han estado haciendo ustedes dos? Escuche las guitarras arriba. ¿Estaban en la sala de música? —dirigiéndose mas a Phineas que al invitado.
—No, estábamos haciendo un proyecto escolar en mi habitación. Sacamos las guitarras cuando terminamos —respondió con una mirada nerviosa en el rostro.
—Espero que el lío no los haya distraído —dijo ahora dirigiéndose a Ferb.
El inglés se sintió casi ofendido. La habitación de Phineas estaba perfectamente limpia. Lo único que parecía un desastre era el desorden de los planos en la pared, hablando sobre los que no estaban firmemente pegados en las paredes. Algunos de ellos revoloteando un poco.
—Tremendo lio brillante —dijo en respuesta, tratando de amortiguar el tono de ofensa en su voz. Por supuesto que Linda no lo tomó de esa manera.
—Bueno, Phineas siempre ha sido creativo —menciono sonriendo y despeinando al pelirrojo. Es obvio que no fue su intención ofender en la declaración anterior.
Phineas parece algo avergonzado mientras movía las manos. Linda no se dio cuenta porque ya se había dado la vuelta para ir al fregadero. Abrió el grifo y se lavó las manos antes de cerrarlo.
—Maldita sea. El grifo está goteando de nuevo —suspiro—. Voy a tener que llamar al plomero.
—¿Lo hace a menudo? —pregunto Ferb acercándose para mirarlo.
—Lo ha hecho varias veces a lo largo de los años. Mi ex marido solía arreglarlo y me mostró como hacerlo, pero estoy lista para una solución más permanente —dijo mientras se alejaba del fregadero.
—Puedo echar un vistazo si no le importa —ofreció.
—¿Sabes algo de plomería? —preguntó Linda con curiosidad.
—Hago algunas reparaciones del hogar —dijo encogiéndose de hombros.
—Puedes echar un vistazo si quieres —le sonrió.
Ferb asintió antes de abrir los gabinetes donde están las tuberías.
Lo primero que notó fue la cinta aislante en una de las tuberías. No era buena señal. Miro un poco más de cerca y rápidamente localizó el problema.
—¿Tiene una llave inglesa? —preguntó mientras miraba detrás del fregadero.
—¿Sabes que tiene de malo? —pregunto sorprendida.
—Una de las tuberías necesita apretarse, y aquí arriba necesita soldadura. Creo que su ex trato de arreglarlo con cinta aislante. Contrariamente a la creencia popular, la cinta aislante no puede arreglar nada. Mucho menos una tubería —sacudió la cabeza.
—Bueno, todavía tengo algunas de las herramientas viejas de mi ex marido. Estoy segura de que hay una llave inglesa, pero no hay suministros —le informo—. Phineas puede mostrarte.
—Uh… claro —el pelirrojo cada vez más inquieto con la conversación—. Sígueme —dijo comenzando a caminar hacia la puerta trasera de la casa.
Ferb se levanto de su posición agachada y siguió a Phineas.
Salieron de la cocina y luego a una puerta lateral que conduce al garaje. Phineas luego llevó al peliverde a un viejo banco de trabajo que albergaba varias herramientas. Tenía una gruesa capa de polvo cubriéndolo.
El inglés pudo hallar con rapidez la llave inglesa que necesitaba y le quitó el polvo.
—¿Por que nunca has usado alguna de estas? —pregunto, pensando que alguien con estas herramientas y el conocimiento podía crear lo que sea.
—Nunca me sentí bien usándolos —mencionó encogiéndose de hombros, pero en su rostro solo había desolación.
El contrario solo asintió, no quería entrometerse.
—Deberías conseguir unas gafas de sol.
—¿Ahora? —pregunto confundido.
Asintió.
—Ok —camino hacia el auto de su madre. Lo abrió y, al buscar alrededor de la guantera, encontró un par de gafas de sol negras.
Una vez que tuvo las gafas, Ferb y él salieron del garaje para regresar a la cocina, donde Linda estaba sentada a la mesa esperando a los chicos.
—¿Encontraron lo que necesitaban, muchachos? —pregunto.
—Si —respondió Phineas intentando que su respuesta fuera breve.
Ferb levantó la llave inglesa respaldando su respuesta.
—Bien. Temía que no encontraran nada con el gran polvo en el que estaba cubierta. Nadie ha usado esas herramientas en mucho tiempo —pensando en la última vez en la que fueron utilizadas.
—Apenas lo note —dijo siendo sarcástico mientras se agachaba para mirar por debajo del fregadero. Luego miro a Phineas, invitando a echar un vistazo.
La mama del pelirrojo se rio levemente del comentario de Ferb mientras su hijo imita la acción del otro. Toma la llave y apretó con facilidad el tubo. Luego se inclinó hacia atrás para colocar la llave en el suelo.
—Entonces, ¿Necesitaba lentes de sol para esto? —el pelirrojo preguntó confundido, pero divertido a la vez.
—No —saco una pequeña herramienta de su bolsillo—. Los necesitas para esto.
—¿Qué es? —preguntó mirándolo con curiosidad.
—Un soplete en miniatura —respondió de una manera casi feliz.
Los ojos de Phineas parecieron brillar en ese momento.
—Eso es tan increíble.
—¿Un soplete? —preguntó Linda sorprendida.
Ferb levantó la pequeña herramienta—. Normalmente tendría que cerrar las válvulas de agua para soldar esa tubería, pero la modifique para que solo roce la superficie.
Linda se cuestionó en ese momento si dejar o no a un adolescente arreglar el fregadero.
—¿Cómo lo modificaste? —pregunto Phineas, emocionado.
Ferb comenzó a darle una explicación que Linda no podía entender, pero sabía que Phineas si. Vio como los ojos de su hijo se iluminaban al escuchar al otro. Phineas amaba la ciencia y la tecnología. Inclusive leía manuales de construcción solo por diversión. Siempre deseo enseñarle sobre las herramientas que él leía, pero ella no era hábil sobre el tema.
Escuchar al peliverde, le hizo sonreír. No se parecía en nada a los chicos con los que Phineas se solía juntar. El aura de aquel joven era más ruda que la de Buford y menos emocional de lo que ella alguna vez había visto en alguien. Casi inmutable. Pero parecía inteligente y diestro con las manos. Linda no pudo evitar pensar que sería un gran amigo para Phineas.
Por supuesto, también había algo en el que le hacía sentir que estaba apartado. El lenguaje corporal era manso, pero a la vez algo incómodo. Era como si tener a dos personas en la misma habitación con él fuera abrumador, aunque no había dicho nada.
Pero la forma en la que Phineas lo miraba la hizo dejar de lado sus sospechas. Dejaría que Ferb hiciera lo que quisiera a menos que él le diera una razón para no hacerlo.
Al terminar la explicación de Ferb, el muchacho miró a Linda como si pidiera permiso.
—Está bien.
Ferb sacó un par de gafas de sol del bolsillo opuesto en el que había estado el soplete. Se las puso y Phineas lo imitó.
Teniendo los lentes encima, los chicos se acercaron a la tubería y el peliverde quitó la cinta aislante para después encender el soplete.
—Pon la punta de la flama al lado del borde de la tubería. Espera a que se ponga de un azul profundo antes de presionar esta palanca hacia abajo —le explico Ferb a Phineas, quien miraba feliz—. Entonces simplemente desliza sobre ella con un movimiento circular.
La mano de Ferb estaba perfectamente firme mientras colocaba un talón limpio a través de la tubería, evaporando el agua que había estado goteando. Una vez terminada la soldadura, giro la perilla para apagar el soplete y se quitó las gafas de sol. Phineas hizo lo mismo antes de que ambos se sentaran.
—La soldadura estará caliente por un tiempo, así que no la toquen durante al menos media hora —mencionó.
—Entonces, ¿la fuga está arreglada? —pregunta Linda.
Ferb abrió el grifo y luego lo volvió a cerrar. No hubo filtración alguna.
La pelirroja le sonrió—. Vaya, me acabas de ahorrar un montón de dinero en efectivo con un plomero.
Se encogió de hombros—. No hay problema.
—¿Te gustaría quedarte a cenar? —preguntó con una sonrisa—. Comeremos pollo frito.
—Uh… —antes de responder, su celular sonó. Levantó un dedo en señal de espera para poder contestar.
Linda asintió y Ferb procedió a contestar.
—Hey.
—Hola Ferb. Acabo de llegar a casa del dentista y quería verte. Tu auto está aquí, pero tus cosas no están junto a la puerta —Lawrence divago.
El peliverde intuyo el porque de la confusión de su padre, teniendo en cuenta que aun no eran las ocho. No había forma de que Ferb fuera al bar directamente desde la escuela.
—Estaba haciendo un proyecto escolar; estaré en casa en un par de minutos.
—Esta bien, solo quería saber como estabas.
—Bien, nos vemos.
—Adiós.
Con eso, corta la llamada.
—Era mi padre —dice, guardando el celular en el bolsillo—. Tengo que irme.
—Está bien. Quizás la próxima vez —mencionó Linda con una sonrisa antes de buscar en su bolso, sacando su billetera y también algo de dinero—. Ten, por la plomería y la lámpara.
Él se negó—. La casa paga.
—Insisto, me ahorraste un montón de dinero.
—No me costó nada. Y mi padre me mataría por tomar el dinero sobre la lámpara —respondió con facilidad.
Suspira, derrotada—. Bien, pero siéntete libre de venir cuando quieras y dile gracias a tu padre.
—Para servirle —se despide dirigiéndose hacia la puerta principal.
Phineas le siguió para acompañarlo hasta la puerta. El británico volvió a ponerse la chaqueta antes de colgarse la mochila al hombro.
—Te veo el lunes —el pelirrojo musito.
Ferb asintió antes de buscar en su bolsillo y sacar el soplete.
—Pruébalo —dijo antes de arrojarlo a las manos del más bajo.
—¿Enserio? —pregunto sorprendido.
—Tengo uno de respaldo en casa —dijo encogiéndose de hombros antes de abrir la puerta y salir.
Phineas procedió a cerrarla mirando el soplete en su mano.
—Gracias.
Se dijo a sí mismo, metiéndolo en el bolsillo del pantalón para después ir a ayudar a su madre con la cena.
— NOTAS DE LA AUTORA —
Ulala señoritas y señoritos míos, aquí con una nueva actualización de la traducción de esta grandiosa obra. Y como pueden desde el capítulo anterior, el interés de Ferb hacia a Phineas comienza a surgir —y no solo para el delicioso 7u7—. El siguiente capitulo será una exquisitez, ya lo verán :3
Sin más que decir, besos y abrazos.
Historia Original: LINK EN MI PERFIL
¡LolitaMick14 fuera, paz!
