— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
Apartamento vacío
Capítulo 27. Un intento más
…
—Voy al baño —dijo Ferb mientras se levantaba de la cabina donde Lawrence y él están sentados.
Lawrence asintió mientras observaba a su hijo alejarse.
Todo había sido incómodo desde que los Flynn habían dejado la tienda. No fue sorpresa que todo resultará así. En realidad, todo fue extraño desde el momento en el que entró el hijo de Linda.
Diablos, maldijo internamente el castaño. Nunca esperó algo así.
Lawrence suspiro mientras tomaba un sorbo de su té helado. Hace cuanto que no se sentía en conflicto como lo está ahora.
Le gustaba mucho Linda. Era la primera mujer en mucho tiempo por la cual se sentía tan atraído. Era inteligente y hermosa, y lo hacía reír. También tenía un interés en las antigüedades que rivalizaban con las suyas.
Sin duda, una mujer maravillosa. En lo que respecta a Lawrence.
También tenía la impresión de que a Ferb le agrada, o al menos no le importaba.
Cuando Ferb era más joven, Lawrence trató de tener citas donde hubo momentos en los que su hijo fue grosero. Esta vez ese no era el problema.
El verdadero problema surgió en cuanto él entró en la tienda.
Lawrence no tenía nada en contra de Phineas, ya que él no era el primer chico con el que Ferb había estado. Aunque por lo regular el peliverde no dejaba que su padre lo atrapará en el acto. Se trataba más por la forma en la que lo veía Linda.
Fue breve lo que hablaron mientras Linda estaba en la tienda, pero ese poco tiempo fue suficiente para que ella hablara de sus hijos.
Aparentemente tiene una hija mayor llamada Candace en la universidad, de la cual estaban planeando su boda. Mencionó que ambos eran personas honestas y que poseían un gran talento musical; pero que Candace en definitiva era la más salvaje de los dos.
Luego estaba Phineas que era el más relajado de sus hijos. Tenía notas casi perfectas, era el capitán del equipo de fútbol y nunca le dio ningún problema. Lawrence recordó que escucho cosas similares en la convención de lámparas antiguas a la que ambos habían asistido.
Por supuesto, también hubo una plática sobre que muchos padres tendían a preocuparse por sus hijos cuando comenzaban a salir con nuevas personas, pero ese no fue el caso de Phineas. Había estado saliendo con una chica que vivía enfrente de ellos desde su primer año, a la cual Linda pensaba que era extraordinaria.
Ese fue otro problema.
Lawrence podía intuir que Linda no sabía lo que había ocurrido entre ambos chicos. Ella estaba feliz en la inconsciencia de que su hijo no era tan inocente como pretendía aparentar.
Pero, ¿eso fue cierto?
Ferb no era inocente, eso Lawrence lo sabía. Amaba a su hijo, pero sabía perfectamente como era él.
No era un simple adolescente con problemas que se la pasaba bebiendo y teniendo sexo; él era más que eso. Era brillante, siempre lo fue. A veces esa brillantez daba rienda suelta a Ferb de hacer lo que quisiera.
En la etapa más joven del pelo verde, su padre recibió diferentes informes de los profesores. Hubo un pequeño porcentaje que opinaron que aunque era un chico callado y reservado, era un estudiante brillante que no causaba problemas.
Otros decían que Ferb era un alborotador que tenía como misión ir en contra de los demás.
Lawrence pensó que la profesora de cuarto grado, la Sra. Withers, fue la más precisa.
Ferb tenía diez años cuando el castaño se reunió con ella.
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«—Gracias por reunirse conmigo, Sr. Fletcher —dijo la profesora mientras se sentaba detrás de su escritorio.
—Por supuesto —contestó sentándose en el lado opuesto.
—Mire, iré al grano, ya sabe que Ferb se ha metido en muchos problemas últimamente —mencionó con el ceño fruncido.
—Si —suspiró—. Desearía decir que está es la primera vez.
—Está muy aburrido, Sr. Fletcher.
—¿Aburrido?
—Si, completo y absolutamente aburrido. Nunca he visto a un estudiante prestar menos atención en clase —admitió la mujer.
—Pero sus calificaciones han sido buenas. Todas 'A' como de costumbre —dijo Lawrence con voz confusa.
—Oh por supuesto. Entiende muy bien el material, por eso está aburrido. Es demasiado inteligente para cuarto grado —explicó.
—¿Debería ser movido hacia adelante entonces?
La Sra. Withers, suspiro.
—No lo recomendaría. Es brillante, si, pero la actitud que surge de eso es terrible. Es muy consciente de que es más inteligente que otros niños. También parece pensar que lo es más que los maestros, incluyéndome. Es por eso que él no escucha. Su inteligencia lo ha dejado con bastante ego.
Lawrence frunció el ceño una vez más. Quería discutir, pero lo que decía la Sra. Withers tenía sentido. Además —aunque le dolía admitirlo—, no veía a su hijo con la suficiente frecuencia para emitir un juicio real. Ferb estaba con su esposa la mayoría de las veces.
—Entonces, ¿qué debemos hacer? —pregunto, apesadumbrado.
—Déjelo donde está. Con suerte, en algún momento se dará cuenta de que toda su actitud le va a traer problemas.
—¿Qué pasa si él nunca se da cuenta de eso?
—Entonces llevará una vida bastante solitaria, pero me gusta pensar que alguien con tanta inteligencia no se sometería a eso —dijo antes de extender su mano para estrechar la de Lawrence.
Él solo asintió una vez más antes de devolverle el gesto…»
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Ferb nunca dejó de pensar que era más inteligente que los demás. Se esforzaba por no señalar, pero Lawrence sabía que seguía siendo cierto, al igual que el peliverde que sentía que merecía más que eso.
Por esas razones, el castaño no se sorprendería que Phineas solo fuera un chico inocente. Inocente y muy confundido.
Tan confundido que tal vez —para el pesar de Lawrence—, Ferb se había aprovechado de eso.
¿Y de quién sería la culpa?
Lawrence fue quien dejó que Ferb hiciera lo que quisiera. Hace tantos años que dejó de intentar disciplinar a su hijo. Él fue quien dejó que su hijo fuera a bares y llegará a casa tan tarde.
Si Linda quisiera culpar a alguien de que Ferb se hubiera aprovechado de su hijo, era él.
Y se lo merecía.
Porque no sería solo Linda y Phineas los que se arruinarían, sino también Ferb.
Porque si Ferb seguía por ese camino de libertinaje, tarde o temprano lo alcanzaría.
Lawrence una vez consideró enviar a Ferb a una escuela de chicos problemáticos en Inglaterra, pero al final no pudo hacerlo. Quiso creer que su hijo resolvería sus cosas por su cuenta.
Y aunque Lawrence le preocupaba que Ferb se haya aprovechado de Phineas, también hubo otra posibilidad de que fuera todo lo contrario.
Cuando Linda habló de Phineas, también habló de Ferb. Todas las cosas que había dicho habían sido buenas.
Hablo sobre como Phineas disfrutaba su tiempo con él. Dijo que era asombroso lo mucho que los chicos tenían en común. Aparentemente, el pelirrojo mencionó que las habilidades futbolísticas de Ferb eran incluso mejores que las suyas, además de que era un gran músico.
Phineas solo podía saber eso si pasará tiempo con Ferb.
Lo que sorprendió a Lawrence fue que su hijo no pasaba tiempo con sus compañeros de clase. No hizo amigos, y no expreso algún deseo de hacerlos.
Sin embargo, pasó su tiempo con Phineas.
Será posible… ¿Qué realmente le gusta?
Gustarle como le había gustado esa chica cuando solo tenía catorce años. Vanessa… algo. En realidad, nunca llegó a conocerla.
Pero recordaba con exactitud como salía sonreír Ferb cada vez que iba a verla.
Fue un tiempo en el que se preocupó más de lo normal por Ferb antes de que conociera a la chica. El peliverde acababa de empezar a trabajar en Turnpike y Lawrence lo odiaba. Por supuesto, no había mucho que pudiera hacer. Su hijo encontraba problemas a dónde fuera y él no podía detenerlo.
Entonces, Ferb conoció a está chica en esa caverna, y cambió. Su habitación había dejado de oler a sexo y alcohol, y parecía más feliz. En realidad, le importaba. Lawrence no podía creer que su hijo estuviera dejando entrar a alguien.
Por un tiempo, Lawrence pensó que Ferb iba a estar bien.
Pero de la nada, el peliverde dio un giro. Salía toda la noche los fines y algunos días entre semana; cuando regresaba siempre olía muy fuerte a alcohol y sexo.
Cuando Lawrence le preguntó a Ferb sobre Vanessa, la cara de su hijo se contrajo de dolor para después pasar a la ira y escupir:
—Se fue.
A Ferb le tomó mucho tiempo después de eso volver a la normalidad. Él corazón de su hijo estaba roto y desde entonces no se había molestado con nadie
Pero ahora estaba pasando tiempo con Phineas, y se preguntó —con una chispa de esperanza en el interior—, si Ferb lo estaba intentando de nuevo.
Por esa vaga posibilidad, Lawrence no le diría a Linda lo que sabía.
Si existiera esa oportunidad de que su hijo comenzará a preocuparse por alguien nuevamente, Lawrence haría todo lo que estuviera a su alcance para permitir que sucediera
—Lo siento, tomó un tiempo —le dijo Ferb a su padre mientras se sentaba frente de él con una Red Bull en la mano.
—Está bien —Lawrence, sonrió—. ¿Te he contado alguna vez como me perdí en la ciudad de Nueva York?
Ferb alzó una ceja, esperando a que su padre continuará.
—Era 1986, y era mi primer viaje a Estados Unidos…
Su estado de ánimo era mucho mejor que hace una hora.
— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
Bueno, ahora sabemos que el Sr. Fletcher es team Phinerb xD
Actualice más pronto de lo que creí, espero traer más en estas semanas. Besitos :3
Historia original:
El link está en mi perfil.
¡LolitaMick14 fuera, paz!
