— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
Apartamento vacío
Capítulo 33. Intocable
…
Sábado, 8 de marzo.
La tentación es algo horrible. Al menos eso es lo que pensó Ferb mientras miraba todos los bocetos completados del día anterior. Fueron brillantes. No había ninguna duda al respecto.
Era tarde y él estaba sentado en el garaje mirándolos. Había decenas.
Phineas y él habían trabajado unas horas el día de ayer. Dibujaron, escribieron fórmulas y crearon una lista de suministros hasta que fuera estaba demasiado oscuro para ver.
El tiempo había pasado muy rápido. Trabajaron juntos de manera tan perfecta. Se acercaron el uno al otro, agregando cosas y corrigiendo los errores del otro. Todo fue tan fluido.
Phineas no se interpuso ni una sola vez en su camino. El chico parecía saber como moverse alrededor de Ferb. Era como si hubieran trabajado juntos un millón de veces.
Eso enojó a Ferb.
En ese momento había sido tan dependiente de Phineas. No solo había sentido curiosidad por saber como funcionaba la mente del contrario. Necesitaba saberlo. Necesitaba ser parte de ello. Se había sentido tan desesperado.
Que deplorable, pensó Ferb.
Depender de otras personas nunca llevo a nadie a ninguna parte. En especial a alguien como Ferb.
La gente no era perfecta. La gente decepciona a otras personas. Ferb lo sabía muy bien. Y cuando dependes de alguien, es como si los empujará a decepcionarte. Eso era cierto para cualquiera.
Sin embargo, para Ferb fue un poco diferente. Ferb no era agradable. No era el tipo de persona que la gente conocía y simpatizaba al instante. El no se relacionaba con la gente y viceversa. Hizo que fuera fácil para la gente no preocuparse por él.
No se acercaban a él, y eso bueno porque la mayoría de las personas parecían sentir desagrado al británico. Pero en una o dos ocasiones en que alguien se acercó, lo único que hicieron fue joderlo sin pensarlo dos veces. Y fue difícil para ellos porque —para empezar— no lo consiguieron.
Incluso cuando se preocupaba por alguien era como si no pudieran verlo.
Tal vez solo era él.
Quizás era un poco frío y difícil de leer. De todos modos pensó que no tenía sentido angustiarse por eso. Nunca iba se alguien por el quien otra persona más se preocuparía por él a largo plazo. Demonios, su propia madre ni siquiera le importo su bienestar. En el mejor de los casos, siempre sería alguien con quien la gente se intrigaba por un momento y luego se iría.
Y eso estaba bien, porque realmente no quería tener que ver con la gente que conocía. Preferiría estar solo que lidiar con ellos.
Una vez más miro los bocetos que tenía delante.
La idea de acercarse más a Phineas lo atormentaba. Era muy inteligente. La primera persona que Ferb había conocido que estaba realmente a su nivel, pero también sabía que era alguien que necesitaba con desesperación un salvavidas… alguien a quien aferrarse.
Ferb estaría condenado si el pelirrojo pensara que sería él.
Estaba tan frustrado con sus pensamientos que no escuchó abrirse la puerta del garaje. Solo un segundo después, agarró una llave inglesa del banco del trabajo y la arrojó al suelo con frustración. Fue cuando su padre jadeo que se dio cuenta que ya no estaba solo.
Con rapidez se giró para mirar a su padre que estaba parado con dos cervezas en las manos.
—¿Teniendo problemas? —preguntó Lawrence mientras miraba hacia la mesa de trabajo donde había papeles esparcidos.
Ferb respiro hondo antes de acercarse y recoger la llave. No solía tener arrebatos de ira como ese.
—No —respondió mientras dejaba la llave en el banco de trabajo—, voy a salir.
Con eso Ferb paso junto a su padre, ignorando la cerveza en su mano que obviamente había sido para él a favor de salir hacia su auto.
Lawrence suspiro mientras veía partir a su hijo. No podía decir que estaba sorprendido de que se haya ido. Se había quedado en casa la noche anterior y era poco probable que no saliera en todo el fin de semana.
No pueden culparlo por tener ese tipo de esperanza.
Camino hacia la mesa de trabajo para ver que es lo que tenía a Ferb tan frustrado. Su primera suposición había sido el auto, pero las cosas relacionadas con la mecánica nunca agobiaban a su hijo. Ese tipo de cosas le resultaron sencillas.
El castaño se dirigió al banco y comenzó a mirar los papeles esparcidos.
Él estaba asombrado.
Los dibujos eran muy detallados y las fórmulas matemáticas esparcidas a lo largo de las páginas eran demasiado complejas para que él pudiera siquiera comenzar a comprenderlas. Por supuesto, lo que más lo desconcertó fue cuando se dio cuenta de que no todos los escritos eran de Ferb.
No, en definitiva había dos tipos de escritura diferentes, y eso hizo que Lawrence se preguntará quién podría haber estado junto a Ferb.
Pasaron unos minutos antes de que su mente divagara hacia el hijo de Linda.
Ella había dicho que él era inteligente, pero ¿lo era tanto?
Pero entonces, ¿Quién más podría ser? Lawrence no pudo pensar en alguien más, a menos que fuera alguien que no conocía.
En caso de que si fuera él, quedó impresionado. Quizás no podía entender lo que estaba mirando, pero sabía que era increíble.
Ahora solo se preguntaba que era lo que tenía a Ferb tan molesto.
Adyson estaba sentada frente a su computadora mirando su Facebook mientras Katie hablaba con ella. Katie pasaría la noche en su casa y en ese momento estaban hablando del baile de graduación.
—Solo faltan dos meses, Adyson.
—Lo sé, pero ahora estoy más concentrada en el concierto en el que vamos a tocar —le dijo encogiéndose de hombros.
—Bueno, por supuesto que sí, señorita. Ya he ido al baile de graduación dos veces —bromeó la rubia.
—¿Qué puedo decir? Los chicos me aman —dijo con una sonrisa mientras se giraba por un minuto para mirar a Katie que estaba trabajando en pintarse las uñas.
Katie se rio—. Hablando de chicos, ¿con quien piensas ir este año?
—¿Quién sabe? Tal vez asistiré sola este año —dijo mientras continuaba haciendo clic en sus notificaciones.
—¿En realidad? —pregunto sorprendida.
Aunque Adyson no había salido con nadie en unos meses, era difícil deshacerse de la reputación de tener siempre a un chico del brazo.
—Puedes coquetear con cualquiera cuando vas sola —señaló justo cuando aparece un icono que le alertaba de que tenía un correo nuevo.
Ella sonrió sabiendo que solo había una persona que le enviaba correos con regularidad.
—Supongo que es cierto —coincidió Katie—. Por supuesto que aun apoyo a Django y a ti para que lo intente por segunda vez.
Adyson soltó una carcajada antes de abrir el correo frente a ella.
—Odio reventar tu burbuja, Katie; pero nunca sucederá. Django y yo solo somos amigos —dijo antes de comenzar a leer.
—Oh, esta bien, si tu lo dices. Aunque ustedes eran perfectos el uno para el otro —argumento mientras agitaba las manos.
Adyson solo tarareo. No lo eran, pero no llegó a pensar demasiado antes de dejar escapar un ligero grito ahogado.
—¿Qué? —preguntó Katie mientras se giraba para mirar a la castaña.
—Nada —aclaro con rapidez—. Me preguntaba si tal vez insistes tanto en Django porque quieres ir al baile de graduación con él.
La rubia resopló antes de sacar la lengua—. Si como no.
Ambas rieron, pero la risa de Adyson fue un poco forzada. Estaba feliz de haber logrado ocultar la verdadera razón por la que había jadeado.
Para Adyson:
No se si ya lo has oído, pero me quedaré con Baljeet durante las vacaciones de primavera. ¡Estoy emocionada de verte de nuevo! Espero tener noticias tuyas pronto :)
—Mishti—
Adyson no tenía idea de porque Baljeet no le había contado a nadie sobre la llegada de Mishti, pero podía adivinar que tenía algo que ver con Buford. Fuera cual fuera la razón, ella no quería tener nada que ver con eso. Si Buford fuera a enojarse con alguien, no sería ella.
Para Mishti:
No, aun no me había enterado, ¡pero estoy muy emocionada de que vengas! Tendremos que ir a la playa e ir a bailar a algún lado. ¡Todavía quiero aprender a bailar como tú! Avísame cuando llegues :)
—Adyson—
