— NOTAS DE LA TRADUCTORA —

La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.

Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.


Apartamento vacío

Capítulo 34. Cavar agujeros y salir

Lunes, 10 de marzo.

Ciencias de la Tierra fue la clase de ciencias más fácil que la escuela secundaria de Danville tenía para ofrecer. Lo tomaron los chicos que no pudieron aprobar cursos de ciencias más difíciles como: Física, Química o Anatomía. Por supuesto, también lo tomaban comúnmente estudiantes que necesitaban un refuerzo de G.P.A. o una clase de relleno.

Fue por esta última razón que Adyson estaba sentada en el aula de Ciencias de la Tierra junto a Buford durante el sexto periodo.

A Buford le había costado mucho aprobar Química y como le gustaba señalarlo, había aprobado, y era por esa razón que estaba en la sala tratando de mejorar su promedio.

Frente a Adyson estaba sentado Django, quien también estaba tomando el curso para llenar su agenda.

En circunstancias normales, Katie estaría sentada al lado de Django, pero se había resfriado el domingo por la noche y había prometido hacer todo lo que tuviera que hacer para estar lista para la fiesta del viernes por la noche. Adyson se sintió aliviada de no haberse enfermado después de invitar a Katie a su casa, aunque se sentía mal porque su amiga sí lo había hecho.

—Entonces, ¿que has estado haciendo, Buford? —pregunto Adyson.

A la clase se le había asignado hacer una hoja de trabajo, pero sólo tomó unos diez minutos completarla. Al menos ese fue todo el tiempo que les había tomado a los tres. Otros chicos todavía estaban trabajando y la maestra —la señorita Phelps— caminaba por el salón ayudando a los estudiantes que tenían dificultades.

—No he estado tramando nada. He estado esperando esta fiesta, así que ya tengo algo que hacer —dijo Buford antes de mirar a Django.

—Bueno, tengo todo listo. La bebida está en el sótano esperando a ser vaciada —le mencionó al más grande, sabiendo que lo que más le interesaba era el alcohol.

—Gracias a Dios —respondió.

—Como siempre haciendo que mamá se sienta orgullosa —mencionó feliz Adyson.

—Lo que sea para complacerte —respondió en broma Django.

Adyson y Django habían salido durante un par de meses hace aproximadamente un año.

Fue agradable.

Los dos tienen personalidades distintas que rayaban a lo extremo. Django era relajado y casual; mientras que Adyson era grosera y siempre estaba lista para cualquier eventualidad, pero encajaban bien.

Por supuesto, ninguno de los dos se lo tomó con seriedad. La mayor razón de salir era por el simple placer de hacerlo.

Casi habían cumplido la marca de los tres meses cuando Django le preguntó a Adyson una noche mientras estaban tumbados en la playa si pensaba que iban a alguna parte. Ella hizo su parte y respondió un sincero no. Aclaró que él no tuvo culpa alguna, ella jamás quiso algo serio.

No fue una mala ruptura. Django le había dicho que pensaba que era mejor dejarlo antes de que las cosas escalaran más; y eso fue todo.

Todavía eran muy buenos amigos y a Adyson le gustaba pasar el rato con él. Ella no quería estar de esa forma con él. En realidad, ella no quería estar con ningún chico de esa manera. No es que lo hubiera mencionado a alguien alguna vez.

—Lastima que no podrás beber mucho ya que estarás cantando —añadió Buford con una sonrisa.

—Por favor —dijo Adyson poniendo los ojos en blanco—. No sería la primera vez que actuó mientras estoy borracha.

—Solo porque no puedes ir a una fiesta sin que te destrocen —se burló.

—Oh, ¿Cómo te atreves? —señaló la castaña.

—Buford nunca dijo nada —dijo con las manos en alto en defensa.

Su amistad con Buford fue única. No eran muy cercanos, pero les gustaba burlarse el uno del otro y sus personalidades eran tan parecidas de lo que cualquiera de los dos admitiría. Ambos maldijeron demasiado, decían lo que pensaban y bebieron mucho más de lo que nadie creía apropiado. De hecho, Adyson disfrutó mucho de su compañía cuando estaba en una fiesta.

—Escuche que convenciste a Baljeet para que viniera a la fiesta —Django lo mencionó y Adyson lo agradeció.

Desde que recibió el correo electrónico de Mishti, había querido llevar a Baljeet a Buford. No para delatarlo, sino para asegurarse de que Buford no lo supiera.

Ya había tenido una breve conversación en la clase de Matemáticas con Isabella que la dejó bastante segura de que a la azabache no tenía idea de la llegada de Mishti. Y si no lo sabía, estaba bastante segura de que Buford tampoco, pero nunca estaba de más comprobarlo.

—Si, le dirá a sus padres que se quedara con Phineas —dijo Buford en un tono feliz, lo que confirmó que él no tenía idea sobre Mishti.

Buford siempre estaba de mal humor cada vez que se mencionaba o venía de visita Mishti.

Fue bastante irritante para Mishti, pero nunca dijo mucho al respecto. Mishti siempre le decía a Adyson que era mejor ignorarlo y dejar que Buford hiciera el ridículo.

Adyson y Mishti se habían vuelto cercanas cuando la morena los visitó durante el verano entre su primer y segundo año. Por alguna razón, Mishti pasaba gran parte de su tiempo libre con Isabella ese verano en lugar de Baljeet. Fue durante esos momentos que Adyson empezó a hablar realmente con ella.

Mishti e Isabella se llevaban bastante bien, pero no congeniaban. Sin embargo, Adyson y Mishti se hicieron casi amigas al instante; por lo que las tres pasaron mucho tiempo juntas mientras Mishti estaba en la ciudad. Después de ese verano, ambas chicas comenzaron a enviarse correos electrónicos para mantenerse en contacto. También empezaron a enviarse mensajes de texto, pero solo cuando la chica hindú estaba en Estados Unidos, ya que los costos de los mensajes de texto internacionales eran una mierda.

Cada vez que Mishti la visitaba, se aseguraba de reservar tiempo para que las dos pudieran pasar el rato.

Y pensó que pasarían mucho tiempo juntos si Baljeet planeaba mantener su visita en secreto por mucho más tiempo. Se necesitarán muchos besos para que Buford lo perdonara.

Por supuesto, incluso si Baljeet se lo dijera a Buford, el matón todavía se enojaría por eso. Los celos de Buford eran ridículos. La gente a veces debatía sobre si los dos chicos estaban teniendo sexo o si al mas grande no le gustaba que Baljeet tuviera una novia antes que él.

Adyson supuso que algo estaba pasando allí, pero no intentó involucrarse ni entenderlo. Había algunas cosas que ni siquiera ella quería saber.

—Es bueno escucharlo. Tal vez si lo emborrachamos, se divertirá un poco —dijo Adyson medio en broma mientras se permitía olvidarse del agujero que Baljeet podría estar cavando para sí mismo.


Phineas se sentía un poco mejor de lo habitual cuando la clase de Arte estaba llegando a su fin. Probablemente tuvo algo que ver con su entusiasmo por el auto de Ferb.

Phineas admitía que no sabía nada sobre autos, bueno, al menos nada fuera de la teoría basada en lo que había visto hacer a otros, pero de todos modos estaba extasiado. Había pasado el fin de semana investigando cosas sobre Nedlington Nymphs; pero en algunas cosas nuevas y finalizando algunas ideas de las que no estaba seguro.

El viernes había sido increíble. Ferb y él habían sido como una sola persona. Phineas no creía haberse sentido así antes, pero quería seguir sintiéndose así.

Estaba empezando a pensar que Ferb lo dejaría.

Después de todo, había sido Ferb quien casi exigió a Phineas compartir sus ideas.

Y cuanto más pensaba Phineas en ello, más se concentraba en ese aspecto. Ferb lo había querido allí. Ferb, quien lo había estado manteniendo a distancia y dejando claro que ahí era donde se iba a quedar.

Phineas ya se había dado cuenta de que había algo en él que hacía que Ferb se quedara. Estaba empezando a pensar que en realidad podrían ser sus inventos, lo que lo dejó boquiabierto porque nadie más los había visto nunca de manera positiva, pero no estaba seguro.

Aunque eso no importaba en este momento. Lo único que importaba era que lo que fuera que lo hiciera interesante para Ferb, eso hacía que el británico se acercara.

La campana sonó mientras Phineas todavía estaba en sus pensamientos, sacudió la cabeza y limpió con rapidez sus materiales de arte. Habían estado haciendo piezas abstractas y era interesante porque podían usar cualquier cosa que quisieran.

Cuando Phineas limpió todo, corrió a su casillero. Ferb de alguna manera siempre lograba limpiar a tiempo y salir de prisa del salón.

Cuando llegó a su casillero vio que Ferb ya había agarrado sus cosas y se dirigía hacia la puerta. Phineas agarró sus cosas y estaba listo para seguir al chico más alto cuando Isabella apareció frente a él.

—Hola Phineas —dijo con felicidad mientras le daba una sonrisa ganadora que haría que mariposas volaran por el estómago de la mayoría de los chicos.

—Hola Isabella —respondió con una sonrisa mientras intentaba no mirar hacia Ferb—. Tienes el comité de graduación esta noche, ¿verdad?

—Si, finalmente estamos con los últimos detalles del tema para esa noche, gracias al cielo. Deberíamos haber comenzado a ordenar las cosas hace meses —explicó sonando abrumada—. Solo quería decirte adiós ya que probablemente no tendré oportunidad de verte esta noche.

—Valdrá la pena cuando la noche del baile de graduación sea perfecta —dijo tratando de tranquilizarla mientras colocaba un mechón de cabello detrás de su oreja. Era triste lo fácil que era interpretar el papel, especialmente cuando lo único en lo que podía pensar era en el chico que ya había dejado la escuela.

—Sé que tienes razón —dijo Isabella antes de inclinarse para besarlo—. Te amo —dijo mientras se alejaba con lentitud; deseando tener más tiempo.

—Yo también te amo —respondió justo cuando dos chicas doblaban la esquina.

—¡Isabella! ¡Estamos a punto de comenzar! —llamo Holly.

—¡Si, dile a Phineas que lo recogerás más tarde! —añadió Ginger con una sonrisa.

Isabella se sonrojo ligeramente mientras ponía los ojos en blanco—. Te veré más tarde —dijo antes de girarse para mirar a sus amigos—. ¿No pueden hacer nada sin mí, chicas? —preguntó mientras se dirigía hacia ellas.

—¡Django dijo que no empezáramos sin ti! —explicó Holly.

Mientras las chicas hablaban, Phineas salió de la escuela. Quería alcanzar a Ferb. Estaba tan concentrado en ello que apenas pensó en como había mentido acerca de amar a Isabella. Por supuesto, la culpa lo carcomería más tarde. La culpa siempre lo alcanzaba en algún momento.

Phineas camino con rapidez y no pasó mucho tiempo antes de que viera la cabellera verde que estaba buscando. Llegó a su lado en un santiamén.

—Entonces, ¿Cómo va el coche? —preguntó el pelirrojo, incapaz de ser tímido con toda la energía reprimida que se había estado acumulando dentro de él durante el fin de semana.

—Hice el pedido de algunas piezas —dijo secamente, y su tono sonó inusual. No era su típico sonido monótono.

—Eso es bueno, ¿han llegado ya? —preguntó mientras intentaba analizar el tono en su cabeza.

—Algunas… —dijo Ferb cuando su casa apareció a la vista.

—Danville tiene un personal de entrega muy bueno. Paul puede conseguirte cualquier cosa en menos de media hora —menciono mientras pensaba en las cosas aleatorias que su familia había ordenado a lo largo de los años.

—Es bueno para mi saberlo —respondió mientras daba un giro brusco hacia su casa, sin tomarse ni un segundo para mirar a Phineas.

Fue entonces que Phineas se dio cuenta cual era el tono de Ferb. Él estaba enfadado.

Al darse cuenta, el pelirrojo apresuro su paso hacia su propia casa.

Phineas no tenía duda de que Ferb estaba enojado por su culpa. Actuó normal todo el día, hasta que lo alcanzó en el camino a casa. Pensó que Ferb estaba una vez más tratando de reestablecer un límite, uno que no involucra al pelirrojo fuera de la escuela.

Negar que no le dolía, sería una mentira. Después de lo feliz que había sido el viernes, que lo rechazaran fue demasiado.

Sintió que una lágrima se le escapaba y cuando levantó la mano para limpiarla solo vio sangre en ella.

La miró fijamente un segundo antes de guardarla en su bolsillo.

No podía seguir así. Las cosas volvían a ponerse mal. Esta no era la primera vez en las últimas semanas que se sacaba sangre. La ansiedad era demasiada para él y sentía que una crisis nerviosa era inevitable.

Ya podía sentir que su respiración se hacía pesada cuando finalmente abrió la puerta de su casa vacía. La cerró de golpe antes de apoyarse contra ella y respirar con profundidad.

La culpa por haber engañado a Isabella le pesaba como un saco de ladrillos, lo que solo aumentaba los sentimientos que tenía a diario. Fue mucho que manejar.

Pero se sentía mejor con Ferb. Nunca sintió que algo malo le pasaría cuando estaba junto a él. Se sentía tranquilo junto a él.

Sacó la mano del bolsillo y la miró, fijando la vista en la sangre en las yemas de sus dedos.

Necesitaba la calma que Ferb le daba. ¿Y qué si Ferb decidiera que no quería pasar tiempo con él? Ferb parecía tener el hábito de dejar que Phineas se acercara solo para alejarlo, lo que significaba que había dejado que el pelirrojo se acercara de nuevo.

La única diferencia fue que Phineas vio lo que estaba pasando ahora. Y aunque él mismo sabía que era un desastre de persona, también sabía que tenía la capacidad de leer personas y usar ese conocimiento a su favor.

Entonces, si Ferb quería seguir alejándolo como si fuera una especie de juego, estaba más que perfecto. Porque iba a jugar e iba a ganar.

Mientras miraba su mano, no pensó que tenía otra opción.


—NOTAS DE LA TRADUCTORA—

Hola mis buenos seguidores, como verán o han notado he estado actualizando muy seguido las traducciones de esta historia y es que ya he tenido más tiempo para ello por lo que me propuse actualizar cada viernes a las 6PM y terminar de traducir todos los capítulos que se han publicado hasta ahora.

Espero que me gane más inspiración y hacer los mismo con las demás historias que tengo en emisión.

Por ahora eso es todo; sigan disfrutando de la lectura.

Besos y abrazos.

PDTA. Siempre me dan ganas de llorar cuando Ferb trata feo a Phineas :'(

¡LolitaMick14 fuera, paz!