— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas and Ferb pertenece a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
Apartamento vacío
Capítulo 35. Él consigue lo que quiere
…
Viernes, 14 de marzo.
Para cuando llegó la clase de Arte del viernes, Phineas se sentía seguro. Aunque eso no quería decir que estuviera de buen humor. Se sentía agotado.
Desde su breve encuentro con Ferb en el camino de la escuela a casa el día lunes, Phineas se había mantenido alejado del alto adolescente británico. Por supuesto, no lo evitó de forma activa, solo asegurándose de pasar suficiente tiempo con sus amigos.
Baljeet, Buford, Isabella y él habían salido un par de veces; Isabella por lo regular se unió al grupo después de terminar con sus actividades extraescolares, y había sido divertido, aunque un poco estresante. Lo importante había sido que le estaba dando a Ferb su espacio sin ninguna señal externa de que le estuviera molestando, y así era.
A Phineas no le gustaba no caminar a casa con Ferb, y después de bocetear tantas ideas para el auto, odiaba no saber si había algún progreso. Pero esos eran sacrificios que se tenían que hacer.
Phineas sabía que tenía que andar con cuidado con Ferb y elegir sus momentos para hablar con él. Ferb quería alejarlo, así que tuvo que aceptarlo. Era como montar un columpio; cuando querías subir, sacabas las piernas, y cuando empezabas a caer, echabas las piernas hacia atrás.
Cuando Ferb no lo quería cerca, Phineas se apartaba; y cuando al peliverde no le importaba si él estaba cerca, necesitaba hacer todo lo posible para que el otro le importara antes de que su atención volviera escasear.
Fue muy simple. Sería más sencillo si Phineas no quisiera tanto estar cerca de Ferb, pero él sabía que su paciencia daría sus frutos. Solo en ese momento el pelirrojo necesitaba asegurarse de que las cosas iban como él quería.
—Escuché que el padre de Django se fue anoche. Django dijo que le tomó una eternidad subir toda la bebida al piso de arriba —le mencionó Phineas de forma casual a Adyson, aunque había elegido el comentario deliberadamente.
—Escuche lo mismo. ¡No puedo esperar emborracharme! —dijo emocionada.
—He escuchado mucho de eso hoy —mencionó mientras se aseguraba de que la conversación se centrará en el tema de la bebida.
—¿No creo que el Sr. Fletcher es uno de ellos? —preguntó la castaña enviando una sonrisa en dirección a Ferb.
Phineas sonrió en su interior, feliz de que Adyson dijera lo indispensable. Nunca fue difícil con la castaña ya que decía lo que le venía a la mente la mayor parte del tiempo.
—No he dicho ni una palabra sobre el asunto —respondió.
Fue tan cierto.
Ferb no había hablado de la fiesta durante la última semana. A medida que pasaba el tiempo, parecía cada vez más molesto por el tema. Claro, la gente no habló sobre el aspecto de la bebida con Ferb. Normalmente Buford lo había hecho, pero había hecho todo lo posible para no hablar de beber delante de Baljeet ya que el chico más pequeño era un peso ligero y no bebía mucho.
Adyson estaría muy entrada en el tema y como estaba actuando, sin duda, está muy concentrada en eso.
Entonces eso significaba que Phineas necesitaba liderar la conversación allí con la esperanza de que al menos captará un poco la atención de Ferb.
—Bueno, tal vez deberías. Buford dijo que actuaste como si supieras beber —mencionó la castaña.
—Lo suficientemente bien para no actuar como un idiota —dijo con su típica voz monótona. Es posible que alguien más se haya ofendido por la declaración, pero no Adyson, que era con lo que Phineas contaba.
—Deberías demostrárselo a Buford. Dijo que quería verte beber contra alguien bueno —explico con una sonrisa en su rostro.
—Disculpa si me importa un carajo demostrar mi valía ante ese idiota antiojeras —dijo con una voz tranquila a pesar del evidente veneno en la declaración.
—Aunque no sea para demostrar tu valía ante Buford, planeas venir y beber, ¿no? —preguntó la castaña mientras Phineas agradeció al cielo que Adyson estuviera diciendo todas las palabras correctas.
—¿Tengo que confirmar mi asistencia a esto para que dejen de preguntarme si voy a ir? —preguntó el peliverde en tono sarcástico en su voz.
—Podía ayudar —dijo Adyson encogiéndose de hombros antes de continuar—, pero estoy tratando de entablar una conversación educada y dirigir tu atención a algo que pueda gustarle.
—Eres una buena samaritana —mencionó poniendo los ojos en blanco.
—Entonces, ¿estás confirmando tu asistencia?
—Claro, suena como las pelotas del perro —respondió, ignorando la mirada confusa de Adyson ante su fraseo.
Phineas, por otro lado, tuvo que reprimir su sonrisa. Eso era justo lo que quería oír.
—¿Sabes donde vive Django? —preguntó Phineas, sin parecer demasiado involucrado en la conversación.
—No.
—Puedes seguirnos a Buford, Baljeet y a mí si quieres. O viajar con nosotros, realmente no importa —ofreció, asegurándose de sonar casual.
Se encontró con una mirada que al principio parecía indiferente, pero tras una inspección más profunda parecía un poco enojado.
—Puedo seguirte —dijo Ferb, con cierto tono ligero en su voz que casi Phineas no noto.
—Esta bien, nos vemos en tu casa a las ocho —le dijo sin ofrecer nada mas.
Ferb solo asintió aun con esa leve mirada de ira todavía en sus ojos, pero Phineas decidió que no iba importarle.
Estaba consiguiendo lo que quería y afrontaría las consecuencias más tarde.
Baljeet y Buford estaban sentados uno al lado del otro en su última clase de Historia. Solo quedaban unos diez minutos de clase antes de que sonara el último timbre, y el Sr. Ray le había dado ese tiempo a los estudiantes para trabajar en su tarea. Por supuesto, había muy pocos alumnos que iban a usar su tiempo para eso.
—Está bien, ¿podemos repasar el plan para esta noche una vez mas, por favor? —Baljeet le preguntó a Buford mientras intentaba calcular si había alguna forma de que las cosas salieran mal.
—Si —respondió Buford, sonando un poco irritado por tener repasar el plan otra vez—. Conduzco, me reuniré contigo y Dinner Bell en su casa. De allí iremos a la fiesta. Cuando termine, dejaremos a Phineas en su casa y luego regresaremos a la mía.
—¿Y tu madre no estará en casa?
—No, ella estará fuera de la ciudad visitando a mi tía. Tenemos el lugar para nosotros solos —respondió con una sonrisa en el rostro.
Baljeet sonrió ante eso mientras miraba hacia el suelo. No recordaba la última vez que estuvieron solos en una de sus casas.
—Va ser increíble, Jeet —le mencionó al más pequeño. Baljeet no estaba seguro si estaba hablando de la fiesta o de estar solos.
—Estoy seguro de que así será —dijo igual con una sonrisa, aunque había algo extraño en ella.
Baljeet se enteró por su madre de que Mishti y su familia estaban en Estados Unidos esa mañana. Aún no estarían en casa. Se estaban tomando un tiempo para hacer turismo y no llegarán hasta dentro de una o dos semanas.
Aun así, tenía a Baljeet nervioso. Sabía que tarde o temprano tendría que decirle a Buford que Mishti vendría. Por el momento, su plan era al menos esperar hasta después de la fiesta para dar la noticia. Al menos entonces existía la posibilidad de que Buford estuviera de buen humor.
—No tienes de que preocuparte, Jeet, nuestros padres no sabrán nada. Buford lo tiene controlado —dijo con orgullo mientras señalaba su pecho.
—Lo se —estuvo de acuerdo mientras intentaba aclarar su mente de las cosas relacionadas con Mishti—. ¿Quién conduce a casa?
—¿Qué quieres decir?
—De la fiesta. ¿Quién nos llevará a tu casa? —pregunto feliz de concentrarse en los detalles de lo que, con suerte, sería una gran noche.
—Eh, ¿yo? —dijo Buford como si fuera sentido común.
—¡Pero estarás borracho! —grito antes de calmarse y darse cuenta de que todavía estaba en un salón de clases—. Tú no puedes conducir.
—No está tan lejos y no estaré tan borracho —dijo con un gesto de la mano.
—¿Estás loco? Conducir en estado de ebriedad es muy peligroso y… ¡No te dejaré hacerlo! Conduciré —siseo Baljeet.
Buford se limitó a sonreír en respuesta.
—Bien por Buford.
