¡HOLA MIS BELLAS!
Si... Aquí estoy otra vez.
Seguimos con el encierro de Bella. Espero que no os canse esto, pero debéis ir viendo los cambios en Bella... y cómo le van explicando.
MIL GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS. ALGUNOS SON BUENÍSIMOS.
A ver si las que no comentan se animan a dejar alguna palabrita. Sería muy gratificante.
CAPÍTULO 29
Bella tomó algún bocado del tentempié que Esme le había subido, y se bebió el zumo de naranja.
Esme, Rosalie y Elish se marcharon despidiéndose con caras llenas de amor, dejando a Carlisle con Bella a solas.
- Bueno señorita, se que estás al límite, pero Jasper ha conseguido calmarte lo justo. - Bella frunció el ceño - Si, lo justo de que preguntes lo que ha estado a punto de hacerte padecer un infarto. - La miró con cierta seriedad.
Tras casi un minuto de mutismo, Bella tomó aire y lo soltó.
- ¿Como murió Amelia.? La verdad.
- Tal como te dijo Edward, - Carlisle lo mencionaba apropósito - El cuerpo de una mujer humana no está preparado para parir el bebé de un padre vampiro. El embarazo es igual, dura menos, pero la gestación es igual, y el parto también. Pero el bebé es… más inteligente y no espera a las contracciones, sino que él produce el parto… Me explico… Va empujando, desgarrando a la madre en el proceso - Bella abrió la boca y los ojos, desencajada. - La causa de la muerte, es por desangro masivo.
Carlisle la dejó unos instantes para que procesara.
- Él dijo… que no la convirtió y que la dejó morir de forma humana… ¿Qué quiso decir exactamente?
- Amelia no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir, de forma humana. Para que no muriera, tendríamos que haberla convertido en vampira. Como nosotros. - Dejó a Bella ir asimilando - Esa decisión era de Edward, ya que era su esposa… y él tenía claro desde hacía mucho que no iba a concederle la inmortalidad, y me pidió que yo tampoco interviniera. Aunque fuese su decisión, te confesaré, para que veas que si somos sinceros contigo, que todos estuvimos de acuerdo con ese final. - Bella jadeó. - Amelia tenía el síndrome de Asperger, y en un grado bastante alto. Ya nos habíamos informado y ella necesitaba estar en un centro, si no ya, sin tardar. Ya que en cuanto se hiciese un poco más mayor, las manías que tenía, vamos a definirlas así, irían en aumento. Ella no podría ejercer de madre con Elish… Y aunque fue una decisión dura, fue la mejor.
- Es cruel.
- Si. Estoy de acuerdo. Pero al quedarse embarazada, sus posibilidades se redujeron.
- ¡Oh! - la claridad de los hechos, invadió el cerebro de Bella. - Al dar a luz, solo había dos posibles desenlaces… la muerte o… ser como vosotros.
- Exacto.
Bella comenzó a hacer gestos nerviosos. La siguiente pregunta estaba clara, pero las palabras no salían de su garganta. Estaba aterrorizada por la respuesta que le diese Carlisle. Marcaría, claramente, la relación con ellos desde ya.
- Pregúntalo, Bella. No voy a contestarte hasta que la formules en voz alta. Te repito que no escucho mentes. - la mirlo con un brillo entre malicioso y divertido.
- Y si… - Tomó una profunda inspiración - ¿Si fuese yo la que me viese en ese caso? Me dejaríais morir, o…
- Edward no te dejaría morir. Ha encontrado en ti su pareja. - Sonrió al ver la cara confusa de Bella. - Cuando un vampiro encuentra el amor, cuando se enamora, lo hace de por vida. Hasta el fin de la eternidad. - Bella dejó salir un suspiró angustioso; no sabía cómo sentirse ante eso - Si su pareja muere, suele buscar la manera de seguirla. La expresión que él te dijo antes "No puedo vivir en un mundo donde tu no estés", fue literal. - Bella negaba con la cabeza, nerviosa.
- No… - Pestañeó agobiada.
- Perdona… me he puesto algo, romántico. Contestando a tu pregunta, aunque creo que con lo que te acabo de decir, queda bastante claro… - la miró fijamente y Bella bajó la mirada - Nadie dejaría que murieras. Antes, te convertiríamos. - Bella suspiró. - Voy a contestarte sin que me lo preguntes… Si, lo haríamos aunque no nos hubieses concedido tu permiso.
Guardaron silencio unos instantes. Realmente ahora, estaba escuchando y entendiendo, y había mucho por asimilar.
- No te estoy intentando convencer de nada. ¿Con qué fin? Si quisiéramos hacerte algo, ya te lo hubiésemos hecho, ¿no crees? - le preguntó gesticulando con la cara. - Cuando tuviste la rotura de arteria, no te haces idea de la sangre que salió de tu cuerpo… Toda la sangre que te introducía salía incluso más veloz, y Edward no se movió de tu lado; él estuvo allí, aguantando el olor de tu sangre estoicamente. Y eso, que entonces, aun no quería ceder al hecho de que ya estaba perdidamente enamorado de ti. - Sonrió de forma dulce.
De los ojos de Bella caían lágrimas descontroladas y silenciosas.
- La sangre… - Murmuró ella.
- ¡Ah, por fin lo mencionas! - Rió. - Si, los vampiros bebemos sangre. Pero nosotros, somos vampiros vegetarianos. - Sonrió - Solo tomamos sangre animal. Salimos a los bosques y a las reservas naturales y cazamos. Somos extremadamente fuertes, así que no necesitamos armas.
- Dijiste que no escuchabas los pensamientos. - Sonrió con cara tristona.
- No… no los oigo, pero tenemos la vista muy desarrollada. Te estaban saliendo subtitulos en la frente. - Soltó una cantarina carcajada - Eres tremendamente expresiva. ¿Algo más? - Le alzó una ceja. Bella negó.
- Creo que por un día… bueno, por una vida entera… - rodó los ojos. - Ya tengo suficiente información. - Un bostezó inconsciente salió de sus labios.
- Bueno, la pastilla empieza a hacer efecto. Descansa querida. - La arropó con cuidado de no tocarla. - Si necesitas algo, llama a cualquiera y subirá. No hace falta que grites - le guiñó un ojo.
Cuando Carlisle estaba por salir del dormitorio, Bella lo hizo volverse.
- Antes dijiste… - Carlisle sonrió divertido a la par que se giraba. - Que Edward no quiso convertir a Amelia, y que te pidió a ti, que no intervinieras.
- Observo que estabas atenta. - Asintió complacido.
- ¿Por qué tu y él? El resto… ¿No puede hacerlo?
- Para convertir a alguien, debes morderlo. - Bella se estremeció - Realmente pensé que sería una de las primeras preguntas que me harías - Inclinó la cabeza confuso. - Nosotros solo bebemos sangre de animal, como te comenté… pero nuestra naturaleza real, es beber sangre humana - Bella respiró, intentando mostrarse normal - Cuando la probamos, entramos en un estado de… frenesí. Es como si fueses un exdrogadicto y pruebas un poco de la droga que más te gusta; el parar hasta acabar la dosis, es prácticamente imposible - Bella asintió, dándole a entender que comprendía la explicación - Solo Edward y yo, tenemos ese autocontrol con la sangre. Aunque creo no equivocarme en decirte que si tuvieses un peligro de muerte inminente, cualquiera se arriesgaría a intentarlo - La miró con comprensión, mientra Bella dejaba entre ver una tierna, pero discreta, sonrisa - Nuestros dientes deben atravesar una vena… realmente, una arteria es mejor. - Bella lo miraba con los ojos abiertos, pasmada - para que nuestra saliva entre al torrente sanguíneo, y un poco de la sangre del humano, entra en nuestra boca; en contacto con nuestras papilas gustativas, y tras saborear esas gotas de sangre, es muy difícil parar. Hay que tener un autocontrol excepcional.
- ¡Oh… vaya! Y, morderlo… - Susurró con timidez.
- No tenemos saliva como tal, tenemos una sustancia llamada ponzoña. Es un veneno, y es eso, lo que produce el cambio. - Bella se puso lívida. - Por besarte, no pasa nada. Aunque tenemos humedad en la boca, no tenemos la ponzoña constante, como los humanos saliva. Tenemos que querer segregarla… A veces puede segregarse sola, ante un estímulo… Ante un peligro. Pero tranquila, no por haberte besado con Edward - Bella se puso roja como un tomate. - O donde quiera que haya puesto su boca, te vas a convertir - Carlisle soltó otra divertida carcajada, ante la cara de bochorno de la chica.
Se acercó a ella y con movimientos calculados y muy lentos, le dio una caricia en la cara. A penas un roce con los dedos en su mejilla.
- Gracias por dejar que te explique. Ha sido muy amable y considerado por tu parte. - Bella se mordió el labio, con culpa en su rostro. - Y si me permites el atrevimiento… - Bella frunció el ceño - No le tengas a Edward - apretó los ojos. - en cuenta su comportamiento. Sobre todo, no le temas… Él no iba a hacerte daño. Te aseguro que antes de tener el riesgo de eso, se arrancaría él mismo sus propios brazos.
- Carlisle… - suspiró - Hay formas peores de hacer daño, que usar la fuerza física. - Carlisle asintió.
- Él no pretende herirte, de ninguna forma. Todo se complicó demasiado… Realmente, esperamos mucho a decírtelo. Temíamos que no lo entendieras y… desaparecieras. - Suspiró - Elish era la que insistía en esperar. Ella es la que más miedo tenía a tu reacción. - Bella dejó salir el aire de sus pulmones, acongojada. - Sin que ella lo supiera, Edward y yo habíamos decidido decírtelo una vez comenzado el encierro. - Bella lo miró con el ceño fruncido. - Así nos asegurábamos que no escaparías. - El vampiro mostró un rostro culpable; de poder, estaría colorado. - No queremos tenerte como una prisionera, pero si te ibas sin que te explicáramos, sin saber las cosas bien… - Suspiró.
Bella pestañeó de forma lenta. El sedante estaba empezando a funcionar.
- ¿No se puede evitar lo de Elish y Jacob? - Preguntó con tono lleno de odio.
- No. De ninguna manera. Ya te lo explicó Edward… nadie puede separarlos.
- No entiendo porque me da tanta rabia… Jake siempre me gustó. Me calló genial en seguida. Pero… desde que empecé a notar como la miraba… - Se estremeció - Y ahora, sabiendo que él, siendo un chucho, va a… - meneó la cabeza, disgustada.
- Te sientes así porque la proteges. La quieres, la mimas y la enseñas, como una madre. - Bella abrió los ojos, sorprendida. - Si… desde el principio, y cuando Edward se fue, tu adquiriste sin darte cuenta el roll de madre y padre con ella. Y ella, te siente de la misma forma.
- Si… - dejó salir el aire adormilada. - La quiero… moriría por ella…
Bella, por mucho que lo intentó, se dejó caer en la almohada. Por mucho que quisiera, no podía luchar contra el efecto de la pastilla que Carlisle le había dado.
Carlisle activó las persianas automáticas y las bajó un poco, dejando la habitación en una agradable penumbra y tras lanzarle una última mirada repleta de amor a la chica, salió del piso.
·
"¿Cómo Edward pudo descuidarse así, eyaculando dentro de ella…? Realmente no puedo culparlo, tras tantos meses de tensión entre ellos… Su atracción era palpable. Aunque no estuviese en días fértiles… Esperemos que entre eso, más el disgusto y tensión tan altísimos que está padeciendo, sea capaz de luchar contra el esperma de Edward, pero lo veo difícil. ¿Cómo se lo tomará?... Aunque, estaría encantado de tenerla entre nosotros, como una igual. Sería maravilloso tenerla de hija y… otro nieto… ¡Vaya!"
Meditando sobre eso, llegó al salón, donde Edward estaba de pie, frente a la puerta, mirándolo con la cara seria, tensa al punto de romperse. Carlisle se quedó un tanto avergonzado, ya que contaba que estaba fuera de la casa.
- ¿Lo crees posible, verdad? - Le preguntó directamente.
Rose, Emmet, Alice y Jasper que estaban en el salón, miraron de uno a otro, sin entender.
- ¿De qué habláis? - Preguntó Emmet. Edward suspiró.
- Podría haber una posibilidad de que Bella se quedé embarazada. - Soltó Carlisle.
Una jadeo unánime invadió el silencio de la estancia.
- ¿Te has corrido dentro de ella? - Soltó Emmet molesto. - ¡Joder! ¿No aprendiste nada con Amelia? - Edward bajó la cabeza abochornado y compungido.
- ¿Qué? - Elish entró como un tsunami en el salón.
Su oído se había potenciado en el último desarrollo, y la familia no estaba adaptada a sus nuevos atributos.
- Se me ha escapado de la cocina. - Esme entró tras Elish. Aunque su rostro estaba algo contrariado, sus ojos delataban que la noticia no le parecía mal; al contrario.
- Esme… - Carlisle la llamó mirándola con advertencia. - No creo que Bella…
- Bella quiere ser madre. - Soltó Rosalie. - Es su sueño más profundo e íntimo. Tan, tan íntimo, que no creo que tu - se dirigió a Edward. - fueses capaz de escucharlo en sus pensamientos.
- Así es. Por eso mi cara. - Ahora Esme, sonrió más abiertamente. - Si realmente está embarazada, estará feliz.
- ¿De un vampiro? ¿Estáis seguras de que me querría a mi como padre? - Preguntó Edward con un dolor que cortaba la respiración de los presentes.
- Esme… si lo está, ella solo tendrá dos opciones. Y no tengo ahora mismo muy claro, cual escogería. - Contestó Emmet visiblemente molesto.
- En cuanto lo asimile, ella no querrá morir. De ninguna manera. - Respondió tajante Rose. - Perdió un bebé y le costó muchísimo superarlo… ¿Creéis que no querría vivir para su hijo?
- Viendo como protege a Elish… y no es su hija biológica, yo también creo que ella escogerá transformarse. - Añadió Jasper convencido mirando tierno hacía su sobrina.
- No conjeturemos. Ella no está en días fértiles y, tras toda la tensión sufrida… Puede haber una oportunidad de que no le esté. - Sentenció Carlisle, cortando la discusión que se avecinaba.
- Si no lo está, puede que ella te lo llegue a pedir en un futuro. - Soltó Alice mirando divertida a Edward, ganándose las miradas de todos. Miradas perplejas.
- Alice… - la llamó Edward con el tono ronco.
- Es una posibilidad. De entre muchas. Estos días, me han entrado muchas visiones muy diferentes de ella. - Se inclinó de hombros, restándole importancia. - No hay ninguna que sea segura… Solo son ideas, de las que Bella no es ni consciente de pensar.
- Como quiera que sea - Tomó la palabra Carlisle - Quiero que estéis tranquilos con este tema. Se que hay posibilidades, pero no sería una noticia facil de digerir para Bella. Así que, vamos a darla por finalizada. - Miró directamente hacía Elish. - Seguramente que a ti, te abra las puerta de su zona, que se relacione más contigo, así que vete mentalizándote en estar normal con ella. Ahora está susceptible a cualquier cambio, o gesto que note fuera de lugar, así que no debes darle motivos de alarma.
- Elish… - La llamó Edward con tono un tanto autoritario.
- Papá… un hijo… Otro hijo - puntualizó - con Bella. Un hermano… ¿Cómo puedes estar así de serio?
- Lo estoy porque ha sido… - se apretó el puente de la nariz. - Ella lo verá como una traición. Otra más, por mi parte.
- Prometo estar normal con ella, pero por favor… no sufras por esto. Ella estará feliz.
- Ojalá tengas razón.
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Todos comenzaron a hablar, haciendo cábalas sobre el futuro próximo, tomando asiento. Tras tres largos días, parecía que el cielo se abría con cierto optimismo.
- Me alegro de que consiguieras hacerla escuchar, y preguntar. - Comentó Edward a Carlisle, quedándose en un aparte.
- Tenía la esperanza de que conmigo se abriera. El perder tu los papeles de esa forma, y yo intervenir a su favor fue un acierto. - Carlisle miró con reproche hacía su hijo. - Debes mantener la calma… Se que es difícil; Bella se pone muy ofensiva contigo, pero piensa que le costó mucho abrir sus sentimientos por ti, y ahora se siente muy traicionada.
- Edward, ella sigue amándote. - Jasper se unió a la conversación. - Ahora mismo, el primer sentimiento que capto de ella es traición y dolor… Pero el amor por ti, sigue ahí. Sus sentimientos por ti, eran y son puros. - Le explicó, dándole un poco de paz a su maltrecho corazón. - Pero has de armarte de paciencia, porque no te lo pondrá fácil. - Lo miró con intención.
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Bella despertó de madrugada, al final el sedante hizo más efecto del que creyó Carlisle; pero le vinieron estupendamente las horas extras que había dormido de más, para descansar cuerpo y mente.
Tras ir al baño y lavarse la cara, comprobó que eran las 3 de la madrugada.
"Tengo el reloj completamente trastocado. Es tardísimo, pero tengo hambre… muchísima. No se ni las horas que llevo sin comer. Si bajo despacio no me sentirán, ¿no? ¿Ellos duermen? ¡Joder! Si hubiese preguntado más… pero… ¡ufff, qué difícil!"
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Edward avisó de que Bella iba a bajar a la cocina, por lo que abandonaron el salón en completo silencio.
Ninguno creía que Bella fuese a entrar en el salón, a riesgo de encontrarse con alguno de ellos, pero prefirieron evaporarse antes que asustarla.
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Bella se fue a la cocina por su puerta privada, y con todo el cuidado que pudo, tomó comida que, con alegría, encontró preparada en el refrigerador.
"¡Vaya! Esme sigue preparándome la comida… Realmente, ¿qué ha cambiado entre nosotros? A parte de mi evidente encierro… Pero ellos son lo que son… Hay tanto por saber, tantas dudas que solventar…"
Tomó una bandeja, la llenó con comida y bebida y se fue a su apartamento con cuidado.
Al haber dormido tantas horas, como era lógico, no tenía sueño por lo que se fue al salón y eligió una película en una de las plataformas y cenó/desayunó, tras tres días con el corazón en un puño, sintiéndose más tranquila.
Pasadas las 6, el sueño comenzó a hacer mella en ella por lo que se fue al dormitorio, acurrucándose entre las sábanas.
Las movió para estirarlas, y una tenue fragancia que conocía muy bien, entró en su sentido del olfato, dejándola congelada.
"Las sábanas huelen… huelen a él. Ummm… ¡Dios… qué olor! Debería quitarlas de la cama, no permitirme olerlo. No puedo dar un paso en falso o estaré perdida, más perdida aún por él… ¡Mierda, no pienses! Tengo que hacer un esfuerzo por controlar estas charlas conmigo misma… ¡Shu! Silencio"
Tras dar varias vueltas en la cama, regodeándose con el olor de Edward, consiguió al fin, dormirse.
·
Por la mañana, todos se habían repartido por la casa. Parecía que reinaba un ambiente un tanto más animado y se notaba en todos los miembros de la familia.
Edward estaba tocando el piano, cuando Alice se acercó y en silencio, lo contempló tocar.
- ¿Tu sabes que le pasaba ayer a Bella con las sábanas? - le preguntó fingiendo inocencia. Edward sonrió ampliamente.
- Pensaba en que olían a mí. - Alice asintió con gesto pícaro - Tuvo la intención de retirarlas de la cama, pero no pudo. Desde ayer, puedo escucharla más. Creo que al tener el cerebro funcionando en todo momento, no hace lagunas. - Comentó girando en la banca del piano.
- Yo también tengo más visiones de ella, y también había llegado a la misma conclusión que tu.
- Así que, en una de tus visiones… - Edward no sabía cómo continuar la frase.
- Es una de tantas, pero si. Tras meses, estáis juntos de nuevo y ella te pide que la hagas madre antes de convertirse. - Edward alzó la cabeza hacía Alice, perplejo. - Se que ahora te parece imposible, pero en esa visión, ella sabe todo de nosotros. Absolutamente todo, y está convencida con el cambio… - Alice cayó, demasiado de golpe.
- ¿Qué escondes? Por favor… - le suplicó.
- No creo que esa visión llegue a cumplirse, - Edward frunció el ceño apenado. Todas sus ilusiones se fueron a la basura en cuestión de medio minuto. - Hay visiones más fuertes que esa. Pero no voy a revelarlas todas, porque te volverías loco. Vamos a dejar que los acontecimientos vayan ocurriendo y te iré contando. - Edward asintió. Sabía que si ella no lo contaba, era mejor no preguntar.
Cuando Bella volvió a despertar, era cerca de la una del medio día. Esa vez, se levantó más perezosa y algo adormilada.
Se metió en la ducha, dejando el agua caer para ayudarla a espabilar.
Los recuerdos de su encuentro con Edward en esa misma ducha, no dejaban de invadir su cerebro, haciéndola sentirse "acalorada".
Al final, tuvo que acortar su relajante ducha, porque sentía como se iba encolerizando por momentos, y casi lo peor de todo, otro sentimiento que se arremolinaba en su centro.
Al salir, sintió unos golpecitos en su puerta, acompañando una vocecilla:
- Bella, ¿Puedo pasar? O… ¿Prefieres que te deje tiempo para vestirte? - La prudente voz de Elish la hizo entristecerse por un momento.
Hace cuatro días, ella no necesitaba tener esos cuidados, pero ahora… Si que habían cambiado las cosas; ella era la que hacía que cambiaran.
- Pasa Elish. Estoy en el dormitorio. No necesitas esperar…
- Te traje un almuerzo. Café, zumo y unas tostadas. Esme y yo, supusimos que tendrías hambre. Está preparando unas albóndigas con ese arroz al curri que tanto te gusta. - La informó ilusionada. - Te he dejado la bandeja en el salón.
Elish fue discreta en no mirar directamente a Bella mientras se cambiaba, no por pudor, si no porque nada más entrar y verla, pudo distinguir perfectamente las marcas, ahora amarillentas, de los dedos de su padre en el cuerpo de Bella.
·
Tras vestirse, ambas se fueron al salón para que tomara su almuerzo.
- ¿Ya no comes nada? - Le preguntó, observando como ella no tomaba café, como hacía hasta ahora.
- Muy poca cantidad, y de muy pocas cosas. He perdido el gusto por la comida - se inclinó de hombros.
- Entonces, ahora… ¿bebés más sangre?
- ¿Puedo contestarte abiertamente? O, ¿prefieres que endulce la respuesta?
- Abiertamente. No quiero medias tintas. Si no se las cosas tal como son, no puedo procesarlas y ponerlas en su sitio… Ya lo sabes. - Ladeó la cabeza simpática.
- Antes, hasta el último cambio, no solía acabar un animal entero. Pero ahora si. Mi sed ha ido aumentando y el hambre, disminuyendo.
- Y, ¿cazas tu sola? - Preguntó con miedo.
- No… siempre voy a acompañada. Casi siempre con papá. Él lo caza para mi, lo sujeta y yo… bebo. - Sonrió con ternura, ante el recuerdo. - Cuando desperté del último crecimiento, hace tres días, fuimos papá y yo a cazar y derribé mi primer ciervo, sola. - Su rostro iluminado por la ilusión y el orgullo. - Era un macho joven - suspiró - Pero papá es muy protector y temía que una pieza mayor, me hiriera.
- Bonita conversación nada más despertarme y estar tomando café… - Bella miró para una afligida Elish, y soltó una carcajada. - No te disgustes, ha sido una broma, - le alzó ambas cejas. Elish sonrió, dejando salir un suspiro de alivio. - ¿Y tienes alguna preferencia animal? - Elish abrió los ojos pasmada. - ¿Qué? A mi me gusta más la carne de vaca, que cualquier otra… Supongo que vosotros tengáis preferencias también. La sangre no es igual de una persona a otra, así que supongo que en los animales sea igual. - Contestó Bella con soltura. - Se lo de la sangre porque ayer estuve buscando por google. - Le alzó las cejas, cómplice.
- Eres alucinante, ¿lo sabes? - Elish miraba a Bella soltando chispas de amor puro por ella.
- Me lo dicen muy a menudo - Bella alzó la cabeza, exagerando una muestra de vanidad.
Ambas se quedaron mirándose unos segundos; en silencio. Cómodo y placentero.
- Bella… - Gimió Elish.
Esta posó la taza de café en la mesa y se volteó hacía "su niña".
- Ven… - abrió los brazos mirándola con ternura.
Elish no tardó más que medio segundo en dejarse caer en los brazos de Bella. De su tutora, de su amiga… De su hermana. De su madre.
- Por favor… No desaparezcas. No podría soportarlo. - Gimoteó. Bella apretó el abrazo protector sobre ella, acariciándole la melena. Se inclinó y le dio un tierno beso en la coronilla.
·
·
Abajo, siete vampiros respiraban tras cuatro días con el corazón oprimido.
- Ha sido… precioso. - Rose sonreía melosa; pocas veces se la veía mostrar un gesto como ese.
- Lo que la pequeñaja no consiga… - Emmet estaba al borde de babear.
- Bella necesitaba pasar por su duelo. - Comentó Carlisle, también feliz - Y ahora, va volviendo a su ser. Pero, vayamos con calma… - miró hacía los presentes, con advertencia. - No os volváis locos, que os veo venir. Dejarla… necesita su tiempo. Ella tiene aun mucho que saber de nosotros, y puede haber aspectos de nuestra naturaleza que no acepte. - Los avisó.
- Edward, estás muy callado. - Esme lo miró con duda.
- Sus pensamientos… - Apretó los ojos con pena. - Aunque se ha mostrado natural y tierna con Elish, ella no dejaba de pensar… hipótesis sobre nosotros. Ideas que la torturan.
·
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- Oye… - la llamó Bella, haciendo a Elish incorporarse y volviendo a sentarse - ¿Estás más tranquila? - La "niña" asintió con una hermosa sonrisa. - Tu crees que… ¿Yo podría ver eso?
- ¿Ver qué? - Elish frunció el ceño, suponiendo la respuesta.
- Ver como cazais. - Contestó casi en un susurro.
- ¡No! De ninguna de las maneras. - Elish la miró con pánico, ante la cara confusa de Bella. - En esos momentos, nos dejamos llevar… - Suspiró - Bella, mi familia es… siento decírtelo así, pero quieres verdades completas. - Bella inspiró hondo y asintió. - Peligrosa. Tienen una fuerza descomunal, y unos sentidos que por mucho que te explicara no llegarías a entender. Son los depredadores más peligrosos del planeta. - Bella había dejado de respirar. - Siempre están controlados, porque ponen toda esa fuerza y esos sentidos en ello, pero en la caza… Se liberan. Dejan sus sentidos libres. Su olfato, siempre retraído para no oler a los humanos como comida - Bella se estremeció - se desata. Se guían por él para prácticamente todo. Es su forma de distinguir a las presas, sin verlas.
"Pero… Edward… él, él me hizo el amor… bueno, me echo unos polvos de alucinar, y nunca me hizo daño. Jamás observé un gesto… raro"
- Tu cerebro no asimila lo que te he dicho, pensando en cuando te acostaste con papá, ¿verdad? - Bella miró a Elish con la cara desencajada y roja como un tomate. Elish no pudo evitar reírse.
- No… no leo mentes. - la miró con un poco de seriedad. - Pero eres tan obvia.
- Bueno, pues si… Es, muy complicado de asimilar comparándolo con ese momento. - Suspiró - No me percaté de que su corazón estaba silencioso, - Meneó la cabeza con molestia - Pero… no hubo un mal movimiento o gesto que pudiera asustarme. - Pestañeó asombrada consigo misma.
- Puede que estuvieses demasiado "despistada" como para percatarte de algo "raro" - puntilló al aire con los dedos; una sonrisa pícara asomaba de sus labios.
- Elish… - se llevó las manos a la cara, abochornada. - Vamos a cambiar de tema… sigo sin saber el alcance de esos sentidos super desarrollados, y no me gustaría que sobre todo él, estuviese escuchando esta conversación.
- ¿A qué oido te refieres? ¿Al normal o al mental?
- ¡Oh, si! Eso es otra… ¡Dios… que don más inoportuno! - Bella se dejó caer hacía atrás en el sofá, tapándose la cara con las manos, otra vez. - Es… ¡bufff!
- ¿Has pensado muchas guarrerías con él? - Elish la miró con una picardía diferente a la habitual.
Bella pudo observar, en ese gesto, que si que había sucedido un cambio importante en Elish; no solo que pareciera más mayor, una adolescente plena, si no… más adulta.
- Si… - contestó al fin, dejando salir el aire de sus pulmones con resignación. - No te haces una idea, de las cosas que he pensado con y sobre él. Y él, las ha escuchado todas, como si se las hubiese dicho a la cara. - Su gesto cambió a uno de enfado. - Siempre jugó con ventaja. Sabía que hacer en cada momento… Por eso me pareció siempre tan perfecto.
- Bella, muy pocas veces ha sabido como actuar contigo. Creeme. Lo tenías desesperado. Es verdad que tiene cierta ventaja, pero no ha jugado contigo. Nunca. - le declaró solemne. - Y Bella, siempre te pareció perfecto, porque para tí, lo es. Sin trucos, sin dones… Cuando alguien dice algo así de otra persona, por mucho que lo quiera tapar con tonos desagradables, el que habla, es el corazón.
Bella se levantó airada del sofá, recogiendo las sobras de su almuerzo. El tema ya estaba saliendo de los parámetros seguros.
Tocar el tema Edward y sentimientos, juntos, era peligroso para ella.
- Voy a ducharme… ¿Te importa bajar tu la bandeja? - Le dijo inclinada, mientras recogía, dándole la espalda.
- El oido "normal", puede llegar a escuchar cerca de dos kilómetros, si está familiarizado con el sonido, o la voz, algo más kilómetros. La mental, tiene menos alcance. Kilómetro y medio... dos como mucho - Le explicó. Bella se irguió pero quedando de espaldas, la cual se movía enérgica ante la respiración jadeante.
- Dos… ¿Dos kilómetros? - Preguntó ahogada.
- Si. Siento haberte agobiado con mi respuesta, un tanto brusca. Pero se que el tema de la audición, es algo que te preocupaba y que no le preguntarías a papá.
- Dos kilómetros - Repitió turbada. - ¿Qué intimidad hay con eso?
- Es menos invasivo de lo que crees.
- ¿Menos invasivo? - Preguntó girando y encarando a Elish con brusquedad. - Te refieres a estar a dos kilómetros de él… - meneó la cabeza - de ellos - Gesticuló con la mano.
- Hay sonidos, con los que están tan familiarizados que no los registran. Además, todos tienen los mismos sentidos, por lo que no hay vergüenza entre nosotros…
- Elish… YO NO SOY COMO VOSOTROS. - Resopló, intentando tranquilizarse. - Perdona cielo… Pero, necesito estar unos momentos a solas. No quiero descargar mi rabia contra ti. Contra ti, con la que menos, pero entiende que hay cosas que me superan. Y por favor, diles al resto que no suban, a nada. Tengo que estar sola, por favor.
- Todos… Están escuchándonos. - Soltó con cuidado. Bella se quedó al borde de un ictus.
- ¿Qué? ¿Cómo que están escuchando? ¿Todo? ¿Todo lo que hemos hablado? - Elish asintió.
- Están en el salón. Todos están desolados por lo ocurrido, deseando que todo vuelva a ser como antes. - Le dijo con voz débil, pero con un brillo en los ojos.
- Pero… - Los niveles de adrenalina se dispararon, invadiendo su cerebro - Esto es… acojonante. - Tomó una gran bocanada de oxígeno. - En serio Elish, es mejor que te vayas…
- Vale… Pero, por favor, no te tortures sola. Deja que suban, - Bella la miró con los ojos abiertos de pánico. - O el abuelo… con él, te sientes más tranquila para hablar. - Bella se volteó, dándole la espalda. - Me voy ya… Sabes que te quiero. - Bella cerró los ojos y una opresión le golpeó el pecho.
- Yo también a ti…
·
·
- Os lo dije… - Carlisle suspiró abatido - Le falta mucha información y es difícil de asimilar.
- Cuando Elish le dijo lo de los dos kilómetros, pensé que iba a darle un ataque de pánico. - Comentó Jasper - Se quedó muy cerca. - Su mirada tensa y preocupada. Edward resopló, lanzando un suspiro pesaroso.
- Edward… calma. - Lo avisó Alice.
Elish entró desencajada al salón, mirando con ojos envenenados hacía su padre.
- ¿Has escuchado? - Edward asintió. - ¿Y…? ¿Qué tienes qué decir al respecto?
- ¿Qué quieres qué diga? No es contigo con quien tengo que disculparme - Elish asintió - Pero ella no quiere mis disculpas.
- ¿Las querrías tu, si fuese el caso al revés? Yo te contestaré, ¡No! - Alzó la voz. - No debiste seducirla antes de decirle lo que éramos.
- Elish, no ataques a tu padre por ahí… - la cortó Jasper. - Esperamos por ti. Tu fuiste la que no querías que se lo dijéramos. - Elish apretó la mandíbula con fuerza en respuesta a las duras palabras de su tío.
- Lo se… Y aun no he encontrado valor para decírselo, ni para hablarle de mí don… Pero tu - volvió su mirada envenenada hacía Edward - Debiste ser fuerte y no acostarte con ella mientras no supiera.
- En eso tienes razón… - Bajó la cabeza abochornado.
- Edward, no debes avergonzarte por nada. - Le recriminó Alice. - No la forzaste ni la seduciste - Alice miró recriminatoriamente hacía su sobrina. - Es verdad que fue un paso en falso, - rodó los ojos - Pero te contuviste, mucho. No quiero imaginar los esfuerzos que debiste hacer, escuchando sus pensamientos, para no hacerlo antes.
- Además, ella lo deseaba tanto o más que tu. - Añadió Jasper - De eso, no te quepa la menor duda. Solo que ahora, se siente ultrajada.
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Todos callaron al escuchar música salir del dormitorio de Bella; alta… muy alta.
Abrió la puerta de su terraza y se sentó allí.
"La música, ¿conseguirá mitigar su oido? Me siento como vigilada por una cámara constante… Como en esas películas gore donde los observaban mientras se hacían mutilaciones… ¿Cómo se llamaba…? Saw… Esas… Dios, eran brutales"
Edward miraba hacía arriba con una sonrisa triste en los labios.
- Ha puesto la música más alta, en un intento de tener intimidad… - Suspiró. - Está comparando su situación con las películas de Saw.
- Bueno… tiene una vena gore… Le encantan esas películas, y quitando las mutilaciones, no anda desencaminada. - Soltó Emmet, ganándose miradas reprobatorias del resto.
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Una hora después, Bella bajaba a la cocina, encontrándose con Esme.
- Buenos días. - la saludó la matriarca, emocionada de verla.
- Buenos… días. - Tartamudeó. No esperaba encontrarse con nadie. - Vengo a por algo de comer.
- Te he echo albondigas y arroz al curri. - le anunció la vampira sonriente.
- Elish me lo ha dicho. Muchas gracias. Yo… - Respiró profundo, nerviosa.
- No me cuesta nada, en serio.- Bella asintió, mordiéndose los labios.
- ¿Te importa si me lo sirvo y… subo?
- Por supuesto que no. Deberías comer en la terraza. Hace una temperatura agradable y se escapa algún rayo de sol. Tu habitación, es la que más claridad tiene. - Le comentó Esme, guardando las distancias.
- Buena sugerencia. - Le sonrió bastante natural.
- Bella… ¿Puedo comentarte algo? - Bella volvió a respirar hondo.
- Mientras no sea de Edward, lo que quieras. - Esme suspiró de forma audible.
- No te machaques los oídos con la música tan alta… No sirve de nada. - La miró con disculpa. Bella apretó los ojos, su rostro hundido.
- Vale. Gracias por el consejo. - Bajó la cabeza, sumisa y sin pronunciar ni una sola palabra más, abandonó la cocina.
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Bella se atrincheró toda la tarde en su apartamento, no saliendo para nada.
Machacando su cerebro, poniendo en orden todo lo que le habían dicho hasta ahora sobre ellos.
La sangre.
Los sentidos desarrollados.
Los dones.
Todo era de ciencia ficción. Pero… los miraba, y los veía a ellos. Ninguno había cambiado, solo su percepción de ellos lo había hecho.
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Otro capitulazo...
Bella pregunta, se informa y entra en pánico... Enfadándose.
Edward, controlando su genio... A ver hasta cuando se podrá controlar.
MORDISQUITOS MIS BELLAS!
