Hola a todosss, dejé mí trabajo pero la vida sigue, al igual que esta historia xd
Enjoy.
Capítulo 5:
Los Ángeles, Estados Unidos. Gimnasio del Club Grayson. 07:45 P. M.
Hiccup estaba caminando por los pasillos del inmenso Club de sus tíos, estaba allí por una cena a la cual los habían invitado pero aún faltaban minutos para que sirvieran la comida, Heather se había quedado en casa por culpa de su jetlag y él como estaba aburrido se había puesto a curiosear por ahí mientras tanto. Dio un paseo por las piscinas, admiro el grandioso campo de Golf, la cafetería, los salones de conferencias, el enorme salón de eventos y estaba pasando por el frente del gimnasio cuando la vio, la belleza rubia a la que había conocido en la playa estaba sudada y golpeando un saco de boxeo como si de eso dependiera su vida. El chico no lo pudo evitar, sus pies lo llevaron directamente a ella.
— ¿Se puede saber a quién quieres matar? —inquirió una voz familiar a su espalda
Astrid se giró respirando con dificultad, en el gimnasio quedaban muy pocas personas y era comprensible porque desde los enorme ventanales del lugar ya se podía avistar un precioso cielo nocturno. La chica se pasó la lengua por los labios y se mostró realmente sorprendida de ver nuevamente al chico de la playa. Él usaba camiseta, pantalones y sus clásicas Converse, no tenía ni una gota de sudor encima y ella asumió que su presencia en el Gym no tenía nada que ver con entrenamiento personal.
— No quiero matar a nadie —contestó con suavidad— Solo estoy muy molesta...
— Pues, no quisiera ser la persona que lo causó —comentó él
— ¿Qué haces aquí? ¿Acaso me estás siguiendo? —preguntó ella con diversión
— Mis tíos son los fundadores del Club, nos invitaron a mí y a mis padres a cenar —respondió con una sonrisa torcida y agregó— ¿No será que en realidad tú me sigues a mí?
— ¡De ninguna manera! —expresó la rubia soltando una carcajada
— Entonces es una grata coincidencia —concluyó él encogiéndose de hombros
— Así que, ¿eres primo de Patán Grayson?
— Desafortunadamente —contestó él rodando los ojos
— Mi más sentido pésame
Hiccup rio con ella y Astrid comenzó a quitarse los guantes, soltó un gemido de dolor cuando flexionó su mano y el chico moreno la observó preocupado, se acercó a ella y le tomó las manos.
— ¿Estás bien? ¿Te has lastimado?
— Creo que estuve mucho tiempo golpeando sin parar y con fuerza, no te preocupes, se me pasará —mencionó ella zafándose del agarre del joven, había sentido un chispazo eléctrico por el contacto que solo la había turbado
— Vamos a la enfermería, seguro tendrán alguna crema que te ayude con el dolor —sugirió él
— En serio no hay que hacer tanto alboroto por esto, mejoraré pronto —aseguró
— Pues, yo no me quedaré tranquilo hasta que te pongas un ungüento o algo para quitarte la hinchazón y el enrojecimiento
— Está bien —cedió con un suspiro— Pero solo para que dejes de preocuparte
El chico le mostró una sonrisa y se fueron juntos a la pequeña enfermería del club. El médico que atendió a la rubia la examinó y le aseguró que no tenía ningún hueso roto, le aplicó una pomada para la hinchazón y le prohibió practicar boxeo hasta que sus manos se curaran.
— ¿Tú no tenías una cena a la que asistir? —inquirió Astrid cuando el chico insistió en acompañarla a su auto
— Prefiero estar aquí —repuso él de forma honesta y ella se sonrojó
— Bueno, yo debo volver a casa así que...
— ¿Puedo saber tu nombre? —la cortó Hiccup— ¿Podríamos volver a vernos?
— Yo... —Astrid agachó la cabeza y negó— No. No creo que sea lo mejor
— ¿A qué te refieres?
— Mi vida se ha complicado el doble y no creo que sea buena idea que sigamos viéndonos e incluso conociéndonos —contestó ella
— ¿Estás bien? —atinó a decir él realmente preocupado
— Sí... ¿No? Da igual, es mejor que no te involucres conmigo —farfulló la rubia— Gracias por todo pero en serio, yo simplemente no puedo volver a verte
Astrid se alejó de un Hiccup totalmente desconcertado y se dispuso a subirse a su vehículo. El moreno miró el modelo y se dio cuenta de que era un Millenium de los más recientes, hizo una mueca y sacudió la cabeza.
¿En qué estaba pensando? ¡Él estaba prometido con la hija de los que fabricaban esos autos! Además estaba Heather de por medio y si incluía a la rubia en la ecuación de su desastrosa vida solo iba a empeorar las cosas. Estaba siendo totalmente irracional y sin embargo, algo en ella lo atraía con tanta fuerza que no podía evitar querer verla de nuevo.
— Irónicamente, yo tampoco debería volver a verte —murmuró Hiccup ofuscado y ella se le quedó mirando perpleja
— ¿Tienes novia? —inquirió Astrid y luego se sonrojó— Perdón, no es de mí incumbencia
— No te preocupes, y sí... Sí tengo novia pero es mucho más complicado que eso
— Yo también tengo novio —confesó ella recordando a Dave, ¿qué pasaría con él?— Pero tampoco es el meollo del asunto y será mejor que ni siquiera te enteres
Hiccup asintió, realmente no comprendía las razones de la chica pero él tenía las suyas que eran demasiado extravagantes para explicar así que se limitó a dejar el tema en paz. En parte, sabía que lo que sea que sucediera con ella no iba a llegar a ningún lado, estaba comprometido y no podía zafarse de eso. También tenía que ver cómo enfrentaría a su novia y después... Bueno, ya se encargaría cuando llegara el momento.
— Adiós —profirió ella
— Adiós, mi lady —contestó
Astrid lo miró una última vez, repasó su prominente altura, su piel salpicada de pecas y su cabello castaño rojizo despeinado. Era realmente guapo y algo en él la atraía como las polillas a la luz, pero se dio cuenta que era mejor cortar todo de raíz. Ella seguía con Dave, lo quería y también estaba dispuesta a luchar por su relación, si sus padres creían que ella se iba a casar a la fuerza con un extraño estaban muy equivocados, prefería morir mil veces antes de hacer algo semejante. Les haría creer que estaba de acuerdo con el compromiso y luego huiría con Dave, el plan aún no estaba fríamente calculado pero con ayuda de su novio lograrían ponerlo en marcha. No renunciaría a su libertad, jamás.
Los Ángeles, Finca de los Haddock. 10:43 A. M.
El chico no había querido bajar a desayunar alegando que se sentía mal y en parte era así, solo que su malestar era más emocional que físico. Solo Toothless se encontraba con él en la habitación y eso era suficiente para Hiccup, no quería ver a nadie y se sentía culpable por evitar a Heather. No sabía con qué cara dirigirse a la chica, ella no se merecía toda esa mierda y a la trastada del compromiso concertado se le sumaba el hecho de que había conocido a la rubia que no salía de su cabeza y desestabilizaba sus emociones, aunque no había pasado absolutamente nada entre ellos, Hiccup sentía que había engañado a su actual novia al fijarse en la otra chica. Sí, era consciente que lo de él con Heather ya tenía fecha de caducidad pero a pesar de eso, su novia merecía que le fuera fiel de mente y emociones hasta las últimas circunstancias, y en eso él había fallado estrepitosamente.
— ¡Amor, me han dicho que te sientes mal! —saludó Heather entrando a su cuarto sin previo aviso
— Oh, sí... Un poco, no te preocupes —farfulló él irguiéndose en su cama
— Sí que me preocupo, eres mi novio y vine a consentirte para que te mejores rápido
— Yo...
— ¡Dios, qué oscuro está aquí! Abriré las cortinas
La chica morena corrió las gruesas telas y la luz diurna entró al cuarto iluminando cada rincón. Hiccup se encandiló y se frotó los ojos para tratar de recuperar su visión.
— ¡Oh por Dios! —chilló Heather— ¿Esas son unas sandalias de K's Soul?
— Eh... Sí, pero...
— ¡Me encantan! —manifestó la chica contenta observando las plateadas sandalias de la rubia
— Espera, Heather...
— ¡Ay, no son mi talla! ¿Cómo pudiste equivocarte?
— ¡Es que no las compré para ti! —explicó Hiccup apresuradamente
— ¿Y entonces de quién son? —inquirió la chica cruzándose de brazos
Hiccup le quitó las sandalias y las tiró dentro de su armario, hubiese querido hacerlo con menos brusquedad pero su novia estaba a punto de montar una escena y no podía darse el lujo de tratar a unos zapatos con delicadeza, por más increíble que fuese su dueña.
— No lo sé —explicó él con sinceridad— Estaba en la playa cuando apareció una chica usándolas y yo le ofrecí mis zapatos para que no se doblara un tobillo, ya viste lo enorme que son los tacones
— ¿Y por qué tú tienes sus zapatos ahora?
— Solo hicimos un estúpido intercambio, ella se quedó con mis Converse y yo con sus sandalias, es todo
— Hiccup, no tienes que mentirme. Si te enamoraste de otra...
— ¡Para nada, Heather! No te miento, así fue como pasaron las cosas —exclamó él, cansado
— De acuerdo, ¿y por qué no tirar las sandalias luego?
— Yo... Da igual —masculló Hiccup— ¿Por qué te molesta tanto? Solo son unas sandalias y además, de una chica totalmente desconocida que jamás volveré a ver en mí vida
— Pues no volverla a ver parece que te molesta más de lo que debería —espetó la chica e Hiccup no supo que contestar, en parte su novia tenía razón y odiaba la idea de no volver a ver a la rubia
— Heather, no le des vueltas al asunto. No es importante —suplicó y ella suavizó su expresión
— Está bien, solo tengo miedo de perderte —confesó— Estás distante y desde que llegamos todo parece estar mal
El chico suspiró y la abrazó, su novia no era estúpida. Heather era brillante y ya comenzaba a sospechar de todo, cómo deseaba no hacerla sufrir pero al parecer no tenía de otra. No solo por su compromiso sino por sus engañosas emociones que parecían haber comenzado a pertenecerle a la fugaz desconocida.
— Salgamos —sugirió él— Te debo un tour desde que llegamos
— Me parece bien —cedió ella, las dudas cruzaron por su mirada pero ni siquiera se calmaron al besar al moreno
Los Ángeles, Estados Unidos. Bazar, 02:55 P. M.
Hiccup y Heather estaban caminando por las ajetreadas calles de Los Ángeles, él hubiera preferido quedarse en su habitación esperando el día del juicio final pero su novia finalmente se había animado mucho con la salida que propuso, entonces allí estaban; ella señalando y sonriendo por todas las cosas nuevas que veía y él mientras tanto pensando en cómo terminarle a la chica sin que le doliera tanto, decirle la verdad debería ser la opción pero cómo le dices a tu novia que de pequeño tus padres te comprometieron con una chica extraña y ahora debes dejarla porque te tienes que casar con ella. ¿Quién diablos se creería eso? Y más importante: ¿quién demonios se dejaba manipular hasta tal punto? Solo él y es que siempre había sido débil, como deseaba ser valiente y enfrentar a sus padres por lo que quería, aunque, ¿qué era lo que deseaba? Ya sabía que no amaba a Heather, él no sentía el amor suficiente como para luchar por esa relación y sin embargo, tampoco quería casarse con aquella desconocida.
— Amor, ¿te sientes bien? —preguntó Heather
— No realmente... Hay algo que tengo que decirte... —dijo él armándose de valor
— No me asustes... ¿Qué pasa?
— Debemos terminar... —soltó
— ¿Qué demonios? ¿Por qué? ¿Es por la chica de las sandalias? —exclamó ella completamente confundida y dolida
— No, es mucho más complicado que eso...
Hiccup le contó a Heather todo el trato y lo que sus padres le están obligando a hacer al finalizar ella solo lo miro con decepción mientras lágrimas rodaban por sus mejillas.
— Hiccup, si no quieres salir conmigo tienes que decírmelo no es necesario que inventes esa loca historia —dijo Heather enojada
— ¡Pero todo lo que te dije es cierto! —replicó Hiccup
— Hiccup, por favor...
— ¡Es la verdad! Y créeme que intenté hacer entrar en razón a mis padres pero...
— ¡Es suficiente! —soltó Heather y paró un taxi
— ¿Qué haces? —preguntó él
— Sube al taxi —ordenó ella con dureza— Iremos a hablar con tus padres, si estás diciendo la verdad, entonces ellos me van a escuchar...
— ¡Te has vuelto loca! Probablemente mi madre no te haga nada pero mi padre es un demonio cuando se enoja —espetó Hiccup
— Escucha, si quieres ser un cobarde y no enfrentarlos ese es tu problema pero yo no me quedaré de brazos cruzados mientras me obligan a dejar a alguien a quien quiero
"Bien, ahora sí que se va a formar una grande". Pensó y a la vez, le dolió saber que Heather lo quería tanto que estaba dispuesta a luchar por ese amor que sentía.
Reviews:
sup8pdct: Hi! Waos, I'm so glad to read you. Actually, I was feeling blue but your words were like a cure for my heart, thank u! I feel really honored to know that you enjoy my story enough to read it using a mechanic translation, I know how annoying it could be, so, I'll try to do my best to you enjoy it. Thanks again! Take care
