Pétalos de Arena
Por
Kuraudea
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Capítulo 7
El itinerario
Parte 1
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«El matrimonio es como un viaje; la forma segura de estar equivocado es pensar que lo controlas—John Steinbeck»
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Habían subido al auto proclamados como los esposos que desde ahora serían; se habían marchado con la victoria escondida en medio de aquel apretón de manos; gesto que les dió valor & veracidad a sus acciones como a sus palabras en aquel despacho denso de codicia. Pues lo que anhelaron alcanzar, sin lugar a dudas, lo cumplieron: Mai sería libre de las garras del Señor Zuhnama, y por ende, del Hanabi. El silencio durante su trayecto se justificó debido a las emociones que abordaban a ambos y se mantenían fijas en sus mentes ocasionando ciertas sensaciones en el estómago ante lo arrebatado de la situación; pues resultaba que de no ser nada, ahora serían el TODO para cada uno de ellos. Si bien se había ganado una de las partes claves del plan, ahora seguiría una igual de complicada: el matrimonio. El fingir bien iba ser fundamental en el papel íntimo de su convivencia junto con otros atributos, para así, al paso de cumplirse un mes, poder colocar la última pieza del rompecabezas para la liberación absoluta de Mai.
Sin mucho qué decir al respecto, el joven azúl manejaba con la mirada hacia enfrente atento a los señalamientos de tránsito. Su mente divagaba, por supuesto, en aquel anhelo de haber conquistado a la mujer del Hanabi durante las noches de función & escenario. Aquellas ganas de salir con la pétalo a toda costa; en el éxtasis, en la maravillosa hipnosis que los conectó incluso al bajar el telón, así como cautivar su corazón para que se le permitiera comenzar una relación. Sin embargo, ahora la mujer estaba a su lado, y nunca imaginó que algo como ésto iba a sucederle, o que el motivo para emparejarse sería distinto; anteriormente era el impulso por la fascinación que le tenía a la fémina, pues ahora de acuerdo al plan, se trataba solo de fingir, de ser su tabla de salvación. Aunque en ambos casos se cumplía el objetivo de estar a su lado; el propósito & los medios, solo lo hacían diferente.
Hasta que la plática para la pareja se dió justo al frenar en la gran matriz de la Corporación Cápsula—Si no te molesta tengo que pasar a mi trabajo a firmar unos documentos; será algo rápido, lo prometo—aseguró al dirigirse a ella.
—A-Adelante...—asintió despacio la de flequillo.
—Enseguida vuelvo.
El joven salió del auto y la azabache observó el cómo subía aquellos infinitos escalones. A su paso los saludos no se hicieron esperar por parte del personal —«Buenas tardes, Presidente Brief»— gesto que el nombrado solo respondía al asentir, así que tras cruzar la puerta de cristal de la recepción, la mujer lo perdió de vista. Fue así, que el empresario tomó el ascensor & solicitó acudir al último piso en el cuál estaba ubicada su recinto de trabajo. Al llegar, de inmediato se dirigió al escritorio de su secretaria.
—Rita, qué tal.
—Señor Brief, buen día.
—Dime, ¿qué es lo que tengo que firmar?
—Es esto, Señor—le entregó una carpeta con documentos. Trunks tomó asiento y mientras le daba un vistazo a los archivos, iba firmando a la vez. Pero, sin haber detenido su actividad, preguntó:—¿Hiciste lo que te pedí?
Rita se sorprendió ante la cuestión:—¿Entonces no me diga que en verdad lo hizo, Señor?
—Sí, sí lo hice: "me casé"—afirmó.
—¿Y ahora qué...?
Al frenar una de sus firmas, se dirigió hacia la mujer—Pues nada,—contestó—ahora tendré esposa por un mes y no sé qué más vaya a pasar. Por lo pronto a partir de esta noche tengo que dormir a su lado.
—Entiendo ...—contestó un poco anonadada.
Su asistente personal era una de sus grandes confidentes; Rita era de su completa confianza. Por lo que la noticia de la supuesta boda llegó a sus oídos por medio del empresario junto con otros detalles de los sucesos a grandes rasgos.
—Pero Señor Brief, ¿realmente es conciente de que ciertas personas a su alrededor tendrán que saber de esta noticia? Sería inevitable, y no tanto por su familia sino más bien me refiero dentro del ámbito laboral; si no quiere ser descubierto por esa extraña mujer del Hanabi, tendrá que incluir a la Señorita Mai en ciertas actividades junto a usted.
—Lo sé.
—¿Qué les dirá a esa gente después de que pase el mes?; lo preguntarán debido a que ya no la verán a su lado.
—Simplemente les diré que me divorcié, es todo—contestó directo—; no tengo más qué decir al respecto, Rita.
La mujer tras esbozar hizo entrega de un par de hojas engrapadas —Aquí está lo que solicitó, Señor Brief.
Trunks las tomó & revisó. El documento en cuestión se trataba de un tipo de «Itinerario» que Rita diseñó de acuerdo a las necesidades & compromisos de su jefe. Al ser concientes los presentes de que la etapa del matrimonio sería difícil, como que la contrayente tampoco era muy cooperativa con su actitud; lo mejor era trabajar con algunas pautas establecidas que facilitarían el proceso de convivencia. Por lo que teniendo una agenda a disponer, así como también ausentarse lo mayormente posible de la Corporación & apoyar con sus deberes por medio de Home Office, ayudaría sin duda al cierre de la locura.
—Veamos, qué tenemos aquí...—entre tantas actividades el joven azúl mencionó solo algunas de las cosas a realizar. Muchas de ellas eran labores sencillas que ayudarían a «despistar» a la Princesa Serpiente, como por ejemplo ir de compras, salir a cenar, como asistir a algunos partidos de béisbol, conciertos y museos. También se percató de un próximo convivio y del partido amistoso de básquetbol que tendría con sus excompañeros de la Blue Hal. Otro dato a destacar de la lista era la próxima cena-baile por motivo de festejar a todos los empresarios de la Capital del Oeste.
—Espero le sea de utilidad, joven Brief.
—Lo será, verás que sí—pues había un mar de opciones para sobrellevar la crisis del mes—Al menos ya tengo «algo» en qué basarme; agradezco tu apoyo, Rita; también por el tiempo en que estarás sola al mando de la Corporación. De igual manera estaré al pendiente de mi teléfono; te apoyaré desde casa. Pero si necesitas algo o requieres de mi presencia, no dudes en decírmelo e inmediatamente estaré aquí.
—No se preocupe, haré mi mayor esfuerzo.
—Gracias.
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En su espera observaba su rostro en el espejo retrovisor, mismo, que poco a poco se manchaba por ligeras gotas de lluvia pronosticando así precipitaciones en el clima; suspiró hondo ante lo nublado melancólico. Después desvió su mirada hacia al gran edificio blanco sobresaliendo en él la insignia de «CC»—¿Me pregunto si le faltará mucho?—se dijo a sí misma mientras los dedos de sus manos jugueteaban impacientes debido a los nervios, pues a su regreso sería un hecho que tendrían cada quien que tomar sus respectivos roles de marido & mujer. Entretanto, siendo la protagonista de tan peculiar película, pensaba en cómo actuar ante el joven; era conciente de su gran ayuda como de su actitud obstinada . Sin embargo, en su mente divagaba la idea de que quizá él pudiera aprovecharse de la situación y eso no se lo permitiría—Eso sí que no...—imaginando lo peor brincó a su mente en idear alguna estrategia para ver si en verdad su acción era de buena fé, por lo que pensó simplemente en sacarlo de sus casillas como para ponerlo a prueba.
Pese a tener ese lado introvertido que circulaba por sus venas, Mai era audaz, tenaz e inteligente, ¡era una Pétalo de Arena! una diosa en el escenario, o como vulgarmente diría la Princesa Serpiente: una rata de alcantarilla, ya que ella sobrevivía a lo que fuera.
Así que tras divisar que se acercaba su "esposo" quien huía de la ligera brisa, asintió firme, y por último dijo:—No te burlarás de mi, maldito.
—Disculpa la demora—entró el joven al auto con algunos folders de plástico que contenían algunos documentos, mismos que colocó en el asiento trasero. Fue así, que se acomodó en el asiento, abrochó el cinturón de seguridad & antes de encender el auto, aseguró:—Ahora sí, vayamos a casa.
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—Adelante, pasa.
Era la segunda vez que visitaba ese hermoso departamento; tenía que admitirlo era un bello & fino lugar.
—¿Tienes hambre?, ¿necesitas algo?—el joven Brief por mera educación ofreció.
—Por el momento estoy bien, gracias.
—Bueno, si cambias de opinión de aquel lado está la cocina—señaló con la mano— puedes tomar lo que gustes, estaré en mi despacho por un momento, tengo algunos pendientes qué resolver; siéntete libre.
—Gr-Gracias.
Fue así, que con el permiso que se le otorgó caminó a pasos lentos por el amplio departamento. Observaba todo a su paso a detalle, como cuadros & ciertas decoraciones abstractas que embellecían el entorno. Al toparse con algunos libros en su mayoría de temas empresariales & tecnológicos, se percató que el Brief tenía el hábito de la lectura como cierto gusto por el arte, pues en su recorrido explorador apreció una réplica a menor escala de la estuatilla de la Rosa Venus, así como la de un misterioso Dragón que, por algún motivo, le pareció familiar. Entonces, al dirigirse hacia la cocina, husmeó en el refrigerador y tomó un simple frasco de jugo de duraznos; al darle el primer sorbo, le reconfortó su frescura—Ah, qué alivio.
Con el paso de las horas el azúl solicitó comida a domicilio; era tarde & ninguno de los dos habían probado algún bocadillo. Cuando Trunks recibió los paquetes se dirigió a la cocina, Mai estaba ahí sentada en uno de los bancos de la barra hojeando una revista de temas científicos que se dió la libertad de tomar—Llegó la comida—dió aviso el muchacho & colocó los recipientes sobre la formica de la barra—Espero te guste, es un poco de xiao long bao, arroz pekín, costillas agridulces & pollo con almendras; sírvete con confianza.
—Gracias...—la mujer en un plato se sirvió un mix de los guisos para poder probar un poco de cada uno. Después del típico «¡Buen provecho!», tomó los palillos chinos y justo antes de meter el primer bocado a su boca, se frenó. Observó de momento al joven, y segura de sí misma quiso dejar algo en claro—No te confundas conmigo, Trunks Brief; el hecho de estar aquí contigo no significa que estaré a tu merced; NO prepararé alimentos y TAMPOCO haré labores domésticas & esas cosas; NO voy a besarte bajo ninguna circunstancia & mucho menos tendré intimidad contigo aunque duerma a tu lado, ¿me escuchaste?.
—"Te escuché"—le respondió el azúl de inmediato—Descuida, no pretendo que hagas nada de esas cosas; finalmente solo quise mostrar modales contigo, pues más que mi esposa, serás como una invitada para mí. Por cierto, toma esto— le pasó las hojas del itinerario a Mai.
—¿Qu-Qué es esto...?—recibió & fue revisando el texto.
—Es el estilo de vida que llevaremos a partir de mañana—le respondió—; la convivencia que tendremos en el mes será fundamental, lo sabes. Y debido a que no se está dando de «forma natural», como tampoco quiero estar en conflicto contigo o hacerte pasar mal el rato, mi asistente diseñó éstas actividades que, por el bien del plan—se retractó y acentuó su corrección —O quise decir: "por tu bien", tendremos qué hacerlo juntos. Recuerda que la bruja serpiente nos observará en todo momento & hasta que el señor Zuhnama regrese a su planeta natal, habrás obtenido tu liberación definitiva.
—Pe-Pero esto lo diseñaron como si yo fuera un objeto a presumir: ¿citas, salidas, reuniones?¿qué es esto?—le reclamó, pues le había molestado el hecho de que nuevamente "planearon algo" sin su consentimiento; en el papel se remarcaba incluso el comportamiento que debía de tener en momentos públicos:«ser una señorita tierna & cortés con su esposo»—¿Es en serio?
—No puedes pasarte todo el mes encerrada aquí sin hacer nada que te involucre a mi lado; esa actitud tarde que temprano te delataría.
—¿Por qué no me lo consultaste?
—¿Y cómo se supone que haría eso?
—Pues... preguntándome al menos qué me parece, ¿no crees?—se cruzó de brazos & frunció el entrecejo.
—Oh, claro, como si me lo hicieras tan fácil; por poco arruinas el plan en el Hanabi por no querer tocar mi mano—le echó en cara.
—¡Pe-Pero cómo te atreves a decir algo así!—refunfuñó frente a él, después quiso justificarse debido al que el joven tenía razón—¡Además tú...!
—Ya basta.—el muchacho le interrumpió tajante; su faz de pronto se mostró irritada. Así que mirándola fijamente a los ojos, le dijo:—Aunque me lo tomes a mal, es algo que beneficiará este acuerdo. De cualquier forma tampoco me dejas otras alternativas, pues cosas tan absurdas te molestan—ejemplificó de inmediato—Ni siquiera puedo dirigirme hacia a ti o preguntarte algo porque solo recibo indiferencia o un vocabulario muy básico de tu parte; simplemente esto es para no «volarme» la cabeza. Además, te recuerdo que estás en mi casa & que tu pellejo sigue en riesgo;—le aclaró firme antes de finalizar—Tengo muchas otras cosas en qué pensar, sabes...así que ve moderando esa abstinencia sin sentido & por favor termina de comer.
La mujer reprimió todas sus palabras al no dejarlas salir. Tanto así, que al apretar los puños sus cachetes parecían hincharse del coraje —«Ese maldito»—pensó. Pues ciertamente el muchacho le lanzó tremendo home run; motivo por el cual volvió a fruncir su mirada añil. Ahora, además de la comida, tuvo que tragarse una generosa cantidad de orgullo; no negaría que moría de hambre ya que sus tripas rugieron con buen sazón ruborizando así sus mejillas. Por lo que se obligó a ignorar de momento al hombre y comenzó a comer en desesperación. Finalmente: "comida era comida" & esa era una de sus grandes debilidades; sería tremendo pecado desperdiciar ese manjar por estar peleando, pues para eso habría tiempo de sobra.
—Eso es.—sonrió a discreción el muchacho & se dispuso también a comer.
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La noche había llegado para la mujer del Hanabi. Antes de ir a la cama, había decidido darse una ducha en el baño de la recámara del Brief, lugar de su nuevo aposento matrimonial. Estaba a punto de compartir cama con el azúl, así que tras cepillar su larga cabellera negra, se observó al espejo y se preguntó:—¿Y ahora ...?—Fue así, que con el afán de molestar, y a sabiendas de que el hombre no podía hacer nada al respecto, observó su acostumbrada bata de dormir, pero justo se centró en la parte de los pechos. Así que al jalar del listón de en medio, aflojó dicha área de tal manera que hizo lucir más prominentes sus encantos. Para finalizar se untó un ligero brillo en sus labios de color cereza; era de esos bálsamos para los labios resecos. Y así, al sentirse lista, salió del baño para meterse a la cama.
No iba a mentir: estaba nerviosa. Y sí bien, en la cocina había dejado en claro sus condiciones que la respaldaría, así como el Brief había diseñado ese dichoso itinerario a su beneficio, ella estaría dispuesta a darle guerra. Pues el haber trabajado en el Hanabi, sin duda, forjaba el carácter para saber mover a masas de hombres, por lo que esto sería cosa fácil, o al menos eso esperaba. Así que respiró hondo & escogió el lado derecho de la cama; descubrió el edredón que gozaba de suavidad en su escala de grises; se sentó sobre el colchón ligeramente dando la espalda a la puerta principal con intensión de verse sensual en espera del muchacho.
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Sin darse cuenta había sido plenamente observado a desnudez por el clan de la Serpiente.«¡¿Pero por qué tenemos que ver eso, su Alteza?!». Ignorando tal acción por parte de los contrarios que se valieron de la herramienta virtuosa del mágico espejo, y tras los ligeros altibajos en cuanto a la revelación del itinerario matrimonial, como sacar adelante la acumulación de trabajo de la Corporación Cápsula, el azúl solo deseaba descansar & tener un instante de paz; aunque desde luego eso implicaría el tener compañía en cama. De cualquier manera la mujer ya había estipulado sus condiciones en la cocina, por lo que el NO sobrepasarse se debía de respetar, aunque siendo concientes que en definitiva «el fingir» sería la clave para el éxito.
Fue así, que al salir de la ducha & secar su cuerpo, se valió simplemente de unos pantalones flojos, & mientras caminaba por el pasillo que conducía a su recámara, llevaba sobre sus hombros aquella toalla que atrapaba las gotas que destilaban sus lacios. Entonces, antes de tocar la puerta de su habitación cerró los ojos, suspiró, apretó los labios & después tomó postura para advertir su llegada.
La mujer escuchó el aviso, y justo cuando el muchacho expresó torpemente el común saludo de «H-Hola»; ella se dirigió hacia él con la intención "según" de provocarlo con su escote y hacerle pasar mal la noche tras despertar en él deseos bajos.
Sin embargo, su rostro se desencajó debido a que se había olvidado de esos ojos, de esa mirada penetrante & azúl; la misma que la admiraba arriba de los escenarios coloridos del Hanabi. Solo que ahora de una forma más natural y relajada, pues apreció en primer lugar su pecho fornido como la frescura de su piel. Entonces, la Pétalo de Arena, volvió a sentir aquella sensación de inicio, aquel ardor distintivo por lo cual se sonrojó & respondió de igual manera borrando de su mente el plan siniestro de su parte.
—H-Hola...
Por supuesto que él se había percatado de su escote como de lo pronunciado de sus pechos blancos; eso era como un castigo para él, pues estaba tan cerca de ella & a la vez tan lejos de poder cumplir aquellos anhelos prohibidos a su lado. Por lo que al tomar su respectivo lugar en la cama para después dejarse caer como buen roble, cerró los ojos y esbozó al sentir descanso en el arco de su espalda.
En esa postura le dijo a su «esposa»—Me dices cuando quieras que apague la luz.
Al sentirse nerviosa, Mai rápido ocupó su lugar y se sumergió en las profundidades del edredón gris—Ya puedes hacerlo...—ordenó & le dió la espalda inmediatamente.
—Bien, de acuerdo.
En penumbras la tensión se podía sentir; pero ella no lo demostraría, y ni él tampoco lo haría, solo bastaba realmente descansar & continuar el plan con la ayuda del itinerario al día siguiente.
—Buenas noches, descansa.
—Igualmente tú.
Esas fueron sus últimas palabras como los primeros buenos deseos en sus roles como esposos.
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Los primigenios rayos de luz iluminaron su alcoba al amanecer; la azabache estiró los brazos y bostezó sin tapujos abiertamente sin preocuparse de que alguien la observara. En ese instante, cuando volteó su cuerpo hacia el centro de la cama, se encontró con el rostro del muchacho quien estaba muy cerca de ella, al punto de casi rozar sus narices. Así que rápidamente cubrió sus labios para no dejar escapar un grito ante la sorpresa, pues en realidad se había olvidado que él había dormido a su lado.
»¡¿Pero por qué está tan cerca?!—pensó en silencio al sonrojarse.
Fue así, que el ligero movimiento de la cama hizo despertar al muchacho. Éste con una faz más relajada regresó a su lugar tomando su postura original: boca arriba; luego saludó sin ni siquiera voltear—Buenos días...
Mai lo observó & regresó el saludo—B-Buenos días...— pues la educación no estaba peleada con los desacuerdos.
—Hoy iremos al centro comercial, ¿de acuerdo?—el joven se estaba guiando por el primer punto del itinerario—Me alistaré; te veré en la sala en media hora—se levantó de la cama y se fue dejándola sola para que dispusiera del baño de la habitación e hiciera lo mismo.
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Al estacionar el auto en el centro comercial «Capital West», ambos adultos bajaron por sus respectivos lados; Mai portaba un vestido verde pistache con estampados floreados en tonos rosa pastel; no era una prenda al cuerpo sino más bien algo floja. Trunks por su parte se valió de unos jeans a la par de una playera blanca, encima de ésta llevaba una camisa a cuadros con las mangas enrolladas a medio brazo, su cabello, entretanto, se escondió debajo de una gorra. Antes de tomar camino, y por supuesto, para no tener que tomarse de las manos, el Brief decidió tomar uno de los carritos del mandado mientras Mai solo sostenía el haza de su bolso marrón.
Cuando se filtraron en el establecimiento pudieron sentir la ráfaga del aire fresco del interior. Así que solo bastó dar un par de pasos cuando el Brief le dijo a Mai a discreción—No te lo tomes tan en serio, te garantizo que en casa no hace falta nada; trata de relajarte y si necesitas algunas cosas como ropa o algo más personal, puedes tomar lo que gustes; estaré en el área de libros por un rato y luego te veré en caja para pagar—le cedió el carrito a su mujer & justo antes de irse agregó una oración de acuerdo al plan para entrar bien en su papel:—"Estaré en aquella área, cariño"
Mai simplemente se quedó pasmada, así que cuando estuvo sola, se dijo a sí misma:—Pero qué le pasa...
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Su esposo, tal y como lo mencionó, circulaba por los pasillos del área de libros & de electrónica. Mai a distancia estaba viendo algunas prendas puesto que casi no tenía ropa, así que aprovecharía la oferta de adquirir algo nuevo para su guardarropa.
Fue entonces, que sonó el teléfono de Trunks; éste contestó debido a que se trataba de su amigo Goten.
—¡Hey, Trunks!, ¿qué tal?
—Nada qué contar; estoy de compras con mi supuesta esposa.
—¿De verdad? Eso suena bastante bien, pero cuéntame, ¿qué tal su primer noche?
El azúl antes de contestar, esbozó—Tranquila, supongo; estaba muerto, te juro que no supe de mi.
—¿Entonces "nada"?—preguntó pícaro refiriéndose al tema íntimo.
El empresario agachó el rostro y con la mano libre cubrió parte de su mejilla & boca, a lo que contestó:—¡POR SUPUESTO QUE NO! ¡Pero qué preguntas haces!
—Tranquilo bobo, era una simple broma.
Al tomar postura & al divisar los títulos de algunos libros como sus portadas, comentó:—Si todo hubiese sido a conforme a nuestro plan, ya sabes, algo más natural y no esto que surgió de la nada...seguro estaría prendido a su piel como una asquerosa garrapata.
—Ya lo creo—el Son rió del otro lado del teléfono—Eso significa que te ha dado un poco de guerra, ¿no es así?.
—Resultó ser que la Pétalo de Arena tiene bastante carácter.
—Creo que todas las chicas del Hanabi tienen ese distintivo—debido al comentario fue Trunks quien ahora rió.
—Bien, te dejo; recuerda que esa mujer serpiente me vigilan las 24 horas del día, así que tengo que cuidar mi comportamiento.
—De acuerdo, luego hablamos.
—Claro, nos vemos después—al colgar, una linda chica rubia se acercó al empresario.
—¿Disculpe?
—¿Sí...?—el azúl se dirigió a la mujer.
—¿Usted me recomienda a este autor?—le mostró un libro de pasta gruesa pintoresca.
—Pues...—el muchacho observó su portada, & pronto se le hizo familiar—Por supuesto, es una buena obra.
—¿De verdad?
—Claro, mira, trata temas como...
En lo que se daba una grata plática literaria, Mai desde lejos se dió cuenta que Trunks estaba platicando con una chica; observaba como reían & las buenas pintas de sus rostros. Así que no se explicó el cómo ni el porqué...pero unos celos repentinos invadieron todo su ser; pensó en cosas tan absurdas como: «No le bastó lo del beso con aquella mujer en el Hanabi, ahora coquetea con otra chica en el centro comercial» «¿Pe-Pero de qué estarán platicando...?» «¡Eso da igual, se supone que él es mi esposo!»
Divisando aún la escena, dijo a media voz—¿Conque todo hay en casa, eh?—así que con una actitud retadora empujó el carrito & echó en él cada artículo de la estantería que cruzaba en su camino. «¡Ahora verás!»
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—Muchas gracias por la recomendación, qué amable de su parte—se despedía la rubia satisfecha de la buena atención del azúl.
—No hay de qué; disfruta la lectura. Hasta luego—ambos se sonrieron & la chica partió.
Fue entonces, que Trunks recordó que seguramente Mai estaría esperándolo en cajas para pagar. Así que se dirigió en su búsqueda; con las manos dentro de los bolsillos del pantalón caminaba dándole un visto a los pasillos, fue así, que al llegar al área pactada, se encontró con su esposa.
—Aquí estás, ¿encontraste todo lo que necesitabas?.
—Claro, hasta más que eso diría yo.
—Me alegra—fue entonces, que al poner la debida atención, se dió cuenta que detrás de la azabache & su hermosa postura angelical, había una larga fila de carritos de mandado al tope—¡¿Pe-Pero qué significa todo esto, Mai?!—el azúl estaba sorprendido.
—Cosas que necesitamos en casa, cariño.
—¡Pero llenaste diez carritos, querida!—se acercó a una de ellos y tomó una de las latas, luego le echó en cara al mostrarle—¿Alcachofas? ¿Es en serio?
—Comprendo, siempre supe que no confiabas en mis decisiones—agachó la mirada con una faz triste & ojos vidriosos. Entretanto, la cajera como el resto de la gente que rondaban por ahí, observaban todo.
—¿Qué...?—el Brief estaba anonadado.
Sin embargo, la empleada metía presión—¿Señor, va llevar todo eso?
—Un momento, por favor—le contestó a distancia a la cajera para después dirigirse a Mai; ésta continuaba con su papel de buena mujer.
—Se supone que soy tu esposa; sé que es lo mejor para nuestro hogar.
El muchacho casi se le metía a los ojos, y por un momento, mostró su verdadero ser—¡¿Pero qué diablos estás haciendo?!—preguntó entre dientes pero con una pinta amenazante; mismo semblante que ponía cuando estaba a punto de perder los estribos con alguno de sus empleados dentro de la Corporación.
—¿Ahora vas a gritarme? ¿así es cómo vas a tratar a tu pobre e indefensa esposa?—cuestionó con voz quebrada llevando ambas manos a su pecho.
—¿Eh...?—eso lo hizo desatinar un poco, pues debido a ello alzó así una de sus cejas—¿Pe-Pero qué dices...?
—Seguro piensas que llevo toda esta comida porque...—guardó silencio por escasos segundos & luego alzó la voz a todo pulmón—¡PORQUE CREES QUE ESTOY GORDAAAA!—comenzó a sollozar abiertamente—¡Crees que soy una cerda y que reventaré como un gran GLOBO de gas y ya no seré linda ni sexy para tíííí, cuando yo solo busco nuestro bienestar! ¡Ahhh~~!
El azúl simplemente estaba impactado por semejante actuación, boquiabierto, estupefacto. Mientras tanto, en el ambiente se escuchaba el murmullo de la gente decir: «Pero qué cretino» «Es un idiota» «Oh, qué estúpido» «¿Cómo se atreve a decirle esas cosas a su esposa?»«Debería de darle vergüenza».
Al percatarse de los dimes & diretes de toda la audiencia del Capital West, el empresario trató de calmar las aguas—No, no, les juro que eso no es verdad—expresó con rápidos movimientos de sus manos negando por completo todo—¡En verdad les juro que no es así!...es solo que a veces ella exagera un poco, je, je—rascó su nuca mientras una gota de sudor se deslizaba sobre su sien.
Al regresar la mirada a Mai & al admirar su sollozar, frunció la mirada & al torcer los labios, le dijo sin más remedio:—Bien, iré a pagar.
La cajera cobró todo artículo que estaba dentro de los diez carritos de mandado; la tarea fue difícil pero se cumplió—Son 130 mil Zenis, Señor—el hombre sacó su tarjeta de crédito & para colmo tuvo que pagar un cargo adicional pues debido a que era muchísima la mercancía, la enviarían a su domicilio al día siguiente.
—Gracias por su compra, qué tenga buen día.
—"Desde luego..."—contestó desanimado con aires de ironía. Así que tras guardar la tarjeta en su cartera, se retiró.
Mai salió del establecimiento muy adelante de él como si nada hubiese pasado; no había rastro de lágrima alguna. Sin embargo, el azúl aún no entendía qué había pasado, pues fuera del dinero que en sí, no era el problema principal, de cualquier manera quiso abordar el tema dentro del auto. Así que sin detenerse, le reclamó al dar el portazo:
—¡¿Por qué diablos hicistes eso, Mai?!.
—¿Acaso fue malo...?.
—¡POR SUPUESTO QUE SÍ, me dejaste como todo un idiota!
—Yo solo quería contribuir a nuestro plan e itinerario; supuse que la Princesa nos observaría y quise ayudarte.
—¿Ayudarme?.
—Sí, "cariño"; así que no entiendo tu enojo.
La mujer sin darle más pie a los reclamos, se colocó el cinturón de seguridad dando por finalizada la discusión. Pero justo, detrás de la frase de "Cariño" fue que Trunks descubrió todas sus finas intenciones de haberlo fastidiado a propósito—«¿Conque esas tenemos, eh?»— pensó para sí mismo al saber de qué artimañas se iba a valer su mujer para el supuesto beneficio del itinerario. Aunque eso definitivamente no se quedaría así, pues algo haría al respecto para "contribuir" al plan.
Así que sin más qué agregar, dijo antes de arrancar.—Volvamos a casa, cariño.
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Al llegar a su hogar, Mai se fue directo a la recámara. Por algún motivo ya la hacía como el lugar exclusivo para ella, puesto que tenía baño particular, y no tenía que toparse con Trunks salvo para ir a dormir. Entonces, al caer la noche en lo que cada quien le dedicó tiempo a sus asuntos: Mai en leer & comer, Trunks, entretanto, en su despacho con trabajo de la Corporación en compañía de tazas de café, fue que se aproximó el momento de ir a dormir. Así que al ponerse la pijama, se acostó de golpe en la cama con los brazos extendidos; al cerrar los ojos en sus labios se le pintó una sonrisa llena de satisfacción por lo ocurrido en el supermercado, por lo que rió al esbozar «Ja,ja,ja»—Qué alegría—pues qué fácil había sido cumplir su cometido.
Al ser desterrado de su aposento particular, Trunks pensó que ese sería el motivo perfecto para su venganza, ya que le parecía injusto no disponer de su habitación plenamente, entonces maquiló que si eran esposos no había necesidad de tener que ducharse en el baño de las visitas, pues podía hacerlo cerca de Mai.
Así que al entrar a la habitación sin ni siquiera haber avisado, tomó su playera & se la retiró frente a ella para así continuar con el pantalón. Por supuesto, que la fémina al estar ahí la hizo de emoción por lo que se sentó de una y externó con cierta histeria:
—¡¿Oye, pero qué haces?!
—¿Que qué hago?—la observó al tirar la playera al piso—es obvio, me desvisto.
—¡ESO YA LO SÉ! ¡¿Pero por qué aquí?!
—Pues porque es mi habitación—contestó— Además, eres mi esposa y hay que "contribuir al plan", ¿no es así? —hizo un guiño. Así que con el pecho desnudo prosiguió en desabrocharse el cinto y de ahí el botón del pantalón.
—¡AHHH, DETENTE!—la mujer le lanzó una de las almohadas —¡BASTA! ¡Sal de aquí!
—¿Pero qué sucede, Mai? ¿acaso tienes miedo?.
—ESO NUNCA.—contestó con fingido valor al respingar el rostro.
—¿Estás egura?—el muchacho se fue montando a la cama como todo un tigre hambriento para hundirse encima de la mujer
—¿Qu-Qu-Qué haces?—tartamudeó, pues en un santiamén el hombre estaba sobre ella mientras sostenía el peso de su cuerpo con los brazos; la observaba desde lo alto.
Al agachar ligeramente su rostro, le dijo cerca de la oreja:—¿Qué te parece sí le damos un toque más realista a esto?.
—Pe-Pero...—estaba sonrojada—¿Qu-Qué intentas decir?—sus manos se apretaron en puños y éstos tensos los llevó a su pecho.
—Intento decir que me dejes besarte...y... que tengamos intimidad como cualquier pareja.
—¡¿QUÉ?!—se mostró impactada al abrirse sus ojos con exageración. Así que la azabache, sin más, se vió sometida pues los labios del muchacho poco a poco se iban acercando a los suyos.
Entonces, éste murmuró en un tono seductor—¿Quieres que te bese?, ¿o prefieres que te haga el amor?. Tu solo pídeme lo que desees...y yo haré lo que sea por ti—un poco de verdad se asomó de pronto entre la escena.
A Mai solo le restó cerrar los ojos en espera del beso. Fue así, que al mínimo roce para llegar a su unión, en los labios del Brief se iba formando una grata sonrisa que pronto estalló—Ja,ja,ja...
Mai al saber que había sido engañada, abrió los ojos y molesta lo aventó hacia el otro lado de la cama «¡Largo de aquí!» el cuál, cayó sonriente pues no cesaba esa carcajada.
—Hubieras visto tu cara, parecías toda una polluela asustada.
—Eres un maldito.—al buscar cualquier pretexto, le dijo—¡Respeta tu lado de la cama!.
Al calmar la risión, el azúl se dirigió hacia ella—¿A sí? ¿y por qué debería?. Es mi cama, ¿o no?.
—Pues porque soy tu esposa.
—Oh, claro...—asintió simpático—Pero qué mentesilla tan perversa tienes; o sea que soy tu esposo cuando se trata de que compre toda la mercancía absurda del centro comercial, pero cuando quiero ejercer mis derechos maritales, es cuando no lo soy—soltó una carcajada.
—Ríete, no me importa—se acostó y extendió uno de sus brazos justo en la línea imaginaria que "según" dividía la cama; sobrepasando así los límites permitidos.
Entonces, el muchacho hizo lo mismo; su brazo cayó en su cintura haciéndola exaltar—¡Oye, pero qué haces!
—Ahora estamos iguales—contestó el Brief al emparejar la situación.
La mujer frunció la mirada y sin externar, pensó para sí misma de forma retadora: »¡Ahora verás!.
Continuaron retándose, así que luego fue pierna por pierna, hasta que poco a poco fueron haciéndose como un nudo humano lleno de orgullo & terquedad. Sin embargo, esa absurda pelea entre pieles, fue televisada en vivo por el famoso espejo tv del Hanabi.
—¿Pero qué se supone que están haciendo, Princesa?—preguntó una de las chicas; todas estaban atentas al suceso.
—Bueno, pues ...supongo que es una forma de seducción. Ya saben, cosas de humanos que no comprendemos.
—¿Entonces, es así como ellos hacen "eso"?—preguntó la asistente más rubia refiriéndose al acto sexual.
—Puede ser...—meditó un poco la mayor al alzar una de sus cejas «mmmm...»; luego afirmó—sí, creo que es probable que vayan a aparearse—los observaba la princesa con cierta repulsión.
—A mí me parece que solo están peleando—dijo otra de ellas.
—Lo que sea que estén haciendo es demasiado raro—contestó Su Alteza.
En eso, la transmisión se acabó.
»¡Oh, no!—se escuchó ese quejido grupal de las chicas.
—Vamos, no se desanimen, nosotros continuaremos vigilando firmes; estoy segura que algo muy turbio se esconde en todo esto—se cruzó de brazos la de piel verdosa, luego le ordenó a sus chicas—Vayan a dormir, mañana será otro día.
—Sí.
Los protagonistas de la escena, al final de todo pleito, terminaron por respetar sus lugares en la cama, llegando así, el momento de dormir.
—Buenas noches, Mai—dijo Trunks, sonriente.
—Buenas noches—contestó la mujer, dándole la espalda.
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CONTINUARÁ.
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Nota del final:
Hola amigos, ¿qué tal están?, espero que todos anden muy bien. Tenía tiempo que no hacía notas de final más elaboradas, por falta de tiempo, supongo, o quizá también para NO abrumar sus mentes con mis cosas, jaja. Sin embargo, a estas alturas del partido creo que ya es necesario platicar. En primer instancia, una de mis Canes partió a sus 14 años de edad hace ya más de una semana, por lo que Pétalos de Arena, en especial este capítulo que fue cuando ocurrió el suceso, se lo dedico con mi alma a mi perrita; aún me parece imposible que no esté; al menos partió tranquila, ese fue mi consuelo. Así que, Candy, mi gorda, mi mami, te extraño & siempre te voy a amar.
Regresando al fic, las cosas para este par de tortolitos se pone complicado, ¿no?, pues cierto es que un matrimonio es difícil, imagínense ahora emparejarse con alguien que quizá sí conozcas pero no lo suficiente, saltándose incluso la etapa previa al noviazgo; que sin duda, es una parte fundamental para poder decir el "SÍ". Aunque tratándose de ellos, viendo el cómo se va desarrollando la historia, supongo que sí existe "algo de cariño" & por supuesto de orgullo, jaja. Ya veremos más delante qué les va deparando el destino. Ahora bien, ¿ustedes creen que en algún momento podrían ser descubiertos los supuestos esposos?, pues no olvidemos que hay otros personajes en cuestión que giran alrededor de la trama principal, como La Princesa Serpiente & sus chicas, el Hanabi, Ranfán, ¿qué será de Goten & Violet?, sin olvidarnos, claro, del gigantesco Señor Zuhnama; aún hay otras cositas más qué contar, por lo que aún me da pie en desarrollar unos cuantos capítulos más, así que espero poder darle terminación al fic en su décimo episodio o máximo en el onceavo/doceavo (eso espero).
Sin más qué agregar, solo agradezco las 700 lecturas; los rws por parte de Cereza, Lya, Velmon, Trumai Love, REI III NGE & la chica Fernanda Villalba que me saludó por mi Fanpage y me externó que le encantaba la historia, ¡a todos gracias! También agradezco el espacio que me brindan las comunidades del Trumai que gentilmente comparten mis actualizaciones como cualquier otra cosa de mi contenido, a los que dan like a esas misma, mil gracias.
Pues bien, como es un clásico de mi parte, diré lo de siempre: ¡Nos leemos pronto!
Cariños siempre:
Kuraudea~
