Disclaimer: El universo y los personajes que reconozcáis le pertenecen a JK Rowling. Solo la trama es mía.
No obtengo beneficios económicos ni lucrativos al escribir este fic.
Aviso: "Esta historia participa en el reto multifandom n. 2 del foro Alas negras, palabras negras.
Fandom: Harry Potter.
El fic está basado en la canción I Knew You Were Trouble De Taylor Swift.
Un puto problema.
Daphne odiaba sentirse así. Era insultante que tuviera ganas de llorar todo el tiempo y no le apeteciera salir. Terence no merecía sus lágrimas ni su tiempo. Y aunque ella lo sabía, no podía evitar cómo se sentía.
Sus amigas le habían dicho que no se fiara de las palabras bonitas y los regalos caros. Que Terence iba a lo que iba, que a la larga sería un problema.
Sin embargo, y a pesar de que Greengrass sabía perfectamente cómo era Terence, pensó que con ella sería diferente. Que si le daba cariño, si le mostraba comprensión, él... Cambiaría.
Recordaba las noches juntos en la cama tras hacer el amor y cómo él le decía bajito cuánto la quería, lo hermosa que era y lo especial que le hacía sentir.
Daphne se creyó todas sus palabras e ignoró los consejos de Millicent y Tracy.
Pensó que ellas tenían envidia. No tenía mucho sentido porque el marido de Millie le traía cosas hermosas de sus viajes y el de Tracy la llevaba a cenar a restaurantes lujosos dos veces por semana. Pero a Daphne no le gustaban todas las críticas a Terence y se ponía a la defensiva.
Astoria le dijo también que él era un problema. Que cuando se aburriera se iría. Y como Daphne se disgustó tanto, su hermana dejó el tema aunque pensara que Terence no merecía a alguien tan increíble como Daphne.
Terence se reía con sus amigos. Marcus, Adrian y Casius no le recriminaban todo el tiempo sobre cómo había tratado a Daphne. Estaba harto de los comentarios, las miradas, las maldiciones... Lo suyo con Greengrass había sido interesante... Hasta que dejó de serlo. Él no le prometió amor eterno. Simplemente lo pasaron bien, y se acabó.
¿Por qué no era tan simple para los demás? Si sabían cómo era él, ¿por qué insistían en gritarle?
-Deja de pensar en ello. -Marcus ordenó. -Estamos aquí para pasarlo bien. No para darle vueltas a por qué Greengrass es tan estúpida.
Casius y Adrian jalearon y brindaron por eso. Terence se unió segundos después. Marcus tenía razón. Estaban allí para tener una buena noche.
Y si tras terminar, conseguía que Patil fuera con él a su casa, la noche sería más que increíble.
Daphne no entendía cómo Millicent y Tracy seguían hablando con ella. No es que hubiera sido la mejor de las amigas en estos meses. Se había comportado como una mierda con ambas.
Pero allí estaban, pasando por su chimenea cuando las llamó.
Se sentaron en el suelo junto a ella. No parecía importarles.
-Es mi culpa. -Daphne suspiró. -Si hubiera sido más lista...
-Una no puede evitar cómo se siente. -Millie dijo en voz baja. -Es comprensible que te sientas así. Tú le querías y él te dejó.
-Además en un lugar muy público. -Tracy apretó los puños. -Ese imbécil no tiene vergüenza ni sentido de la decencia. Pero teniendo la madre tan basta que tiene... -Davies resopló. -No me extraña que el hijo tenga esos modales tan espantosos.
Greengrass sonrió un poco.
-Ahora vamos a tener un día de chicas. Nos maquillaremos, nos relajaremos y lo más importante. Comeremos helado. -Millicent aplaudió. -Y puedes desahogarte con nosotras todo lo que quieras. Pondremos a caldo a Terence.
-Y pensaremos en muchas venganzas. Podemos escribirlas... Y luego quemar el pergamino porque si alguien lo encuentra, nos interrogarán durante horas. -Tracy se levantó y le tendió la mano a Daphne.
Greengrass sonrió un poco. No estaba sola. Eso era más de lo que merecía. Y escribir venganzas para Terence que nunca cumplirían... Probablemente, sonaba más que bien.
Highs podía ser el problema de otra ahora.
Y aunque Daphne tendría que repetirse eso bastante a menudo los próximos días, iba a superarlo. Y tal vez aceptaría una cita con Lucian Bole. No aún, pero quizá algún día.
