Disclaimer: El universo y los personajes que reconozcáis pertenecen a JK Rowling. Solo la trama es mía. No obtengo beneficios económicos ni lucrativos al escribir la historia.
Aviso: "Esta historia participa en la actividad multifandom del foro Alas Negras, Palabras Negras.
La tabla escogida es Tropos y el elemento sorteado fue Nieto idéntico
No cumple con la temática del mes.
Fandom: Harry Potter.
Bryan Dumbledore.
Bryan adoraba a su abuelo. Era el hombre más excéntrico y brillante que conocía. Su niñez había estado llena de luces en forma de animales, caramelos a escondidas y juguetes que bailaban.
Cuando ya tenía uso de razón y comenzaba a comprender las cosas, siempre se le quedaba en la cabeza cuando cada bruja y mago que veía le aseguraban que era igualito a su abuelo.
-Tienes su cabello. También sus ojos. Me pregunto si serás tan brillante como él. -Solían decirle.
Y aunque al principio le había encantado, pues era genial que le dijeran esas cosas ya que adoraba absolutamente a su abuelo Albus, poco a poco sus sonrisas se volvieron más forzadas y sus respuestas más escuetas.
Porque, si bien estaba orgulloso de todo el bien que su abuelo había hecho, también tenía el listón muy alto. La gente estaba pendiente de cada uno de sus movimientos, de cada cosa que hacía y las comparaciones le hacían sentir encerrado y presionado. Las expectativas eran gigantescas y Bryan no sabía si podría alcanzar todo eso.
El mundo mágico esperaba cosas de él que no sabía si quería cumplir. Y todo fue peor cuando en su primer año se hizo amigo de Harry Potter.
A veces odiaba que fueran como hermanos pero el sentimiento se le pasaba rápido porque sabía que no cambiaría su amistad por nada.
Así que, cuando a los diecinueve años Harry le propuso irse a vivir a Finlandia, Bryan dijo:
-¡Joder, sí!
Ambos estaban hartos del escrutinio público tras la derrota definitiva de Voldemort hacía dos años.
