¡Hola! Hoy puedo actualizar así que aquí va el segundo capítulo. Hasta la semana que viene voy a tener algunos días ocupados por lo que quizás el tercero recién lo publique para esas fechas.
Este capítulo también es un poco corto pero espero les guste. Agradecimientos a quienes me han hecho comentarios sobre el final. :)
Pequeño glosario de palabras en Japonés que aparecen en este capítulo. (las palabras que aparecen en este glosario están en itálicas dentro del texto)
Yukata = es como un kimono liviano y fresco de verano.
Ofuro = es la bañera o tina donde se meten para relajarse. No se lavan en la misma, sino que para eso usan la ducha. La bañera o tina es el lugar de relajación por excelencia para los japoneses.
Capítulo 2
- Imagino que tu esposo estará por llegar… así que si quieres puedo irme.
- Actualmente no estoy casada y Shinichi, el padre de Ryoma falleció hace dos años.
Lo que me acaba de decir me deja de piedra. – Perdón, no sabía que…
- No te preocupes. Es normal que no sepas muchas cosas. Por supuesto que lo extrañamos y que nos duele. Pero tanto Ryoma como yo lo hemos superado. Estaba enfermo.
- Lo siento mucho.
Nuevamente se instala un silencio incómodo. Internamente estoy insultando a mis padres por no advertirme de algo tan delicado.
Ella me saca de mis pensamientos. - En otro momento te contaré si quieres. Pero ahora no hablemos de cosas tristes, ¿te parece?
Le sonrío a modo de respuesta.
- ¿Quieres quedarte a cenar?
- ¿A cenar…? - Mi estómago reacciona a sus palabras estrujándose de golpe e involuntariamente una mueca de asco se dibuja en mi rostro.
Veo que aprieta los puños y no le gustó nada mi reacción. Con un tic en el ojo derecho me dice amenazante. – ¿No era que habías olvidado todo?
- No tengo idea de qué me pasa… a veces mi cuerpo reacciona solo, te lo juro.
- Bueno… es cierto que cuando comías mi comida hemos tenido que llamar al doctor más de una vez… - reflexiona algo molesta. - No seré la mejor cocinera, pero mi comida es totalmente comestible ahora.
Muchos recuerdos se agolpan en mi mente de repente. Distintos platos, postres de formas y olores que llaman a huir. - Mejor ayudarte, ya que caí de sorpresa, no me gustaría que hagas todo…– le digo intentando ocultar los gestos que dispara la alarma de mi cuerpo.
- A pesar de haber olvidado todo, veo que hasta inconscientemente disfrutas de molestarme. – me dice haciendo un puchero el cual encuentro adorable. – Está bien, si quieres ayudarme…
La sigo a la cocina y comienza a sacar ingredientes de la heladera.
- ¿Tu hijo… no se molestará que me quede a cenar?
- No te preocupes por Ryoma. Son mis reglas y tú eres mi invitado.
Comienzo a preparar el arroz como me pidió y mientras la observo concentrada en lavar los vegetales. No puedo dejar de admirarla. Quisiera preguntarle si todo lo que está en mi mente son recuerdos o si algunos son frutos de mis anhelos luego de haberla pensado tanto tiempo. La cuestión es que más allá de que siento que la conozco completamente, no sé cuánto ha cambiado en todos estos años. Ni hablar que tiene un hijo y ha estado en pareja. Quizás nuestra relación fue solo un amor adolescente y ella ya pasó página. Siendo yo el que quedó en un pasado de a piezas. O quizás nunca tuvimos nada y solamente son sueños que se confunden con la realidad. El viejo me dijo que nos llevábamos como perros y gatos la mayor parte del tiempo, pero que a la vez éramos inseparables y que era obvio que teníamos sentimientos el uno por el otro. Me saca de mis pensamientos dándome otra tarea para hacer y me pregunta por los lugares que he visitado durante mis viajes. Charlamos amenamente mientras vamos haciendo la cena y nuevamente me invade una sensación de familiaridad, como si nunca me hubiese separado de ella.
Terminamos los preparativos y mientras llevo todo a la mesa ella va a llamar a su hijo para comer.
Nos sentamos los tres a la mesa y el niño me sigue mirando con cara de pocos amigos.
- Ryoma, no seas maleducado. – lo reta Akane.
- ¿¡Pero si no hice nada!?
- Sabes por qué te lo estoy diciendo. No me hagas sacarte el mazo.
El escuchar del mazo me trae otra ráfaga de recuerdos y mi boca se mueve por si sola. - ¡¿Seguís usando el mazo?!
Ambos me miran con sorpresa por mi efusividad y contrario a lo que pensé Ryoma se una a mi causa.
- ¿Si lo sigue usando? Nunca sé de dónde lo saca. ¡Y lo usa en las situaciones más injustas! Ya le rompí dos y siguen apareciendo. – Me dice indignado.
- ¿Situaciones injustas? Agradece que más de una vez se solucionó solo con un castigo. Sino tendría que usarlo casi a diario.
Miro a ambos y comienzo a reír como hacía mucho no lo hacía. Ambos se unen a mi risa y estamos los tres disfrutando del momento.
Terminamos de cenar y Akane prepara nuevamente un té. No quiero irme pero ya es tarde y aún tengo que buscar un lugar donde hospedarme.
- Te agradezco por todo lo de hoy, Akane.
- ¿Ya te vas?
- Se ha hecho tarde y no quiero seguir molestando.
- ¿Dónde te hospedas?
- Creo que hay un hotel cerca de la estación. Iré a buscar por allá.
- ¿No tienes ninguna reservación? Entonces, ¿por qué no te quedas?
Su amabilidad me toma de sorpresa por un momento. Pero en mis recuerdos Akane siempre fue una persona amable, la más amable que he conocido hasta ahora.
- ¿Segura que no seré molestia?
- Para nada. Ve a usar el ofuro mientras te preparo la habitación. Voy a pedirle a Ryoma que te traiga una yukata para que estés más cómodo.
Ryoma me trae la yukata y dice que va a acompañarme hasta el ofuro. Cuando llegamos a la puerta del baño, la abre, me indica las toallas limpias y antes de salir me mira serio.
- ¿Qué es lo que quieres con mi mamá?
Su pregunta me agarra desprevenido. Cómo explicarle a un niño de esa edad lo que me ha pasado durante todo este tiempo.
- Tu mamá fue alguien muy importante para mí. Y quisiera volver a ser amigos con ella.
- ¿Por qué ahora?
- Tuve un problema de salud que hizo que me alejara de ella. – Creo que es la mejor manera de resumirlo – Ahora ya estoy mejor y por eso vine a encontrarme con ella.
- Sé que eres artista marcial y muy bueno. Me lo dijo mi abuelo.
¿Le han hablado de mí?
- Pero yo también lo soy. Y si la haces llorar te voy a patear el trasero como que me llamo Ryoma Tendo.
Palabras decididas para un niño de su edad. Sonrío de lado, se nota que es protector de su madre. ¿Acaba de decir Tendo? – Te doy mi palabra de que no la voy a hacer llorar. Lo último que quiero es lastimarla. Yo no me lo perdonaría.
- Te voy a estar vigilando. – Y cierra la puerta en seco.
Vaya chico. Me parece curioso que lleve el apellido de su madre y no del padre. Tampoco cambió el nombre en la entrada de la casa. ¿Por qué será? Postergo mi curiosidad por ahora para darme una ducha rápida y entrar al ofuro. Estar en este baño también se me antoja nostálgico. Acabo de decirle que quiero volver a ser amigo de Akane, pero eso es una mentira. No sabía qué esperar al verla en carne y hueso, pero el impacto ha sido demasiado fuerte. Me siento perdidamente enamorado de ella. Puedo afirmar que siempre lo estuve, pero no tengo el recuerdo de habérselo dicho en mi memoria. Toda esta situación me es surrealista. De encontrarme con ella en la puerta luego de 7 años, a quedarme a dormir en su casa. Nunca me hubiera imaginado este escenario.
Salgo del baño y me dirijo nuevamente a la sala donde Akane está sentada mirando distraídamente la televisión.
- Gracias por el baño.
Ella me sonríe y me invita a sentarme.
- Que bueno que la yukata de Shinichi te queda bien. Era bastante alto pero no tenía el físico tan atlético. Era bastante delgado.
Me miró de arriba abajo rápido y ¿puedo percibir un leve rubor?
- Es el de aquella foto, ¿verdad?
- Sí. Esa foto la sacamos cuando fuimos de excursión a las montañas. Fue un lindo día de verano. La pasamos muy bien.
- Se los ve felices.
- A pesar de su enfermedad Shinichi siempre fue muy optimista, me hizo ver muchas cosas de otra manera. Siempre fue muy compañero. Era una excelente persona, de las mejores que conocí. A pesar de no practicar artes marciales era muy fuerte. En su espíritu. Aunque físicamente era un debilucho. – Cuando dice eso suelta una pequeña risa como rememorando algún recuerdo gracioso. No puedo evitar sentir un poco de envidia del lugar que parece ocupar Shinichi en el corazón de Akane.
- ¿No era artista marcial? ¿Entonces el dojo…?
- ¿Quieres ver el dojo? – me pregunta con ilusión.
- Claro.
Se levanta como un resorte y extiende su mano hacia mí. La tomo cohibido, otra vez sintiéndome como un adolescente. Con gran alegría me arrastra de la mano hacia el fondo de la casa. Nunca suelta mi mano hasta llegar a las puertas del dojo. Las abre, ingresa y prende la luz. Me hace una seña para entrar con ella y me quedo impactado por lo lindo que se ve el lugar. Se nota que tiene historia, pero también que está muy bien cuidado. Que ha renovado muchas de sus maderas y veo nombres colgados de las paredes.
Comienzo a recorrerlo y ella me dice desde mi espalda.
- Yo soy la sensei del dojo.
Me volteo con sorpresa. – ¿En serio?
Ella afirma orgullosa. – Deberíamos hacer un sparring.
- Primero que acabo de salir del baño y segundo no peleo con mujeres.
- Ya lo sé. – me dice con un deje de tristeza. Quiero borrar esa expresión de su bello rostro.
Coloco un dedo en su frente y la empujo como jugando. Su cuerpo se hace levemente para atrás perdiendo el equilibro – Una abertura.
Ella me mira frunciendo el ceño - ¡Eso es trampa!
Le saco la lengua – Siempre hay que estar alerta.
Lanza un golpe hacia mi rostro que casi me agarra desprevenido. Lo esquivo por poco.
Y así comienza una seguidilla de golpes y patadas. Voy esquivando y retrocediendo a medida que intento que se calme. – Era solo una broma. – Se detiene y me mira seria.
- Si puedo asestarte un solo golpe, quiero que me contestes a una pregunta.
- Akane, por favor. No quiero pelear.
- ¿El gran Ranma Saotome huyendo de un reto? Veo que algunas cosas si cambiaron.
Me acaba de provocar - ¿Quién está huyendo? Ya te dije que me acabo de bañar y no peleo con mujeres.
- ¡¿Aceptas el reto o no?!
Se me acabó la paciencia, aunque nunca fui de tener mucha. – Acepto.
No termino de ponerme en pose de defensa que continua atacándome. Se nota que es sensei, es demasiado buena. Pero puedo esquivar todos y cada uno de los golpes. Voy a dejar que se canse y finalmente la inmovilizaré con alguna llave para no lastimarla y terminar la pelea.
- ¿Qué soy para ti, Ranma?
Su repentina y de tinte totalmente personal pregunta me hace perder el equilibrio y caigo de culo al piso. Ella da un suave golpe a mi rodilla y me mira con media sonrisa por haberme hecho caer en la trampa.
- ¡Eso no se vale! – respondo ofendido con su treta.
- Soy de la escuela de vale todo, así que como dice el nombre todo vale. Te asesté un golpe. Quiero mi respuesta – dice en actitud desafiante.
Exhalo rendido. En un principio vine con todas las intenciones de decirle lo que siento, pero al encontrarme en la puerta de la casa mi voluntad empezó a flaquear y me dudé si era el momento, quizás ese tren ya había pasado para mí. Ahora ella es quien me reclama una aclaración. Me extiende una mano para ayudarme a ponerme de pie. La tomo y me paro frente a ella. Mi corazón late desbocado y no por el ejercicio. Siento mis mejillas arder. Pero lo voy a decir. Ella no aparta su mirada de la mía lo que me hace poner más nervioso aún. Y vuelve a repetir la pregunta. – Quiero saber por qué volviste… ¿Qué soy para ti, Ranma? – Ahora la veo enrojecer levemente.
- Eres… eres Akane. Eres mí Akane.
Veo que se sobresalta por lo que digo.
- Como te dije antes, olvidé todo lo vivido durante mi maldición. Es como si esos años nunca hubiesen existido. No recuerdo a nada ni a nadie, excepto a ti. Te soñaba y aún lo hago cada noche y cada día… eres muy importante para mí. Y vine… porque necesitaba decírtelo…
Baja la mirada y guarda silencio mientras aprieta los ojos. Va a rechazarme, qué equivocado estaba en venir. No era el momento, acabamos de vernos luego de 7 años. ¡¿Qué se supone que estaba esperando que pasara?! Siento que mi mundo se derrumba. De golpe alza la mirada nuevamente, una mirada llena de decisión.
- Esto no quita que necesitamos hablar – me dice seria y procede a tomar con fuerza el cuello de la yukata para bajarme a su altura y estampar sus labios en los míos.
-FIN DEL CAPÍTULO-
¡Gracias por haber leído hasta aquí! Espero aún te siga pareciendo interesante.
Por otro lado, emocionada de que ayer se publicó el primer teaser de la re-edición del anime de Ranma y para alegría de todo el fandom van a seguir trabajando ¡los mismos seiyuu! (seiyu = actores de voz, al menos los japoneses) para Ranma, Ranma-chan y Akane. El resto del elenco varía muy poco, pero que mantengan a los principales es una gran noticia.
Y ahora sí, los agradecimientos:
Alexander0621: Gracias por tomarte el tiempo de comentar y de seguir mi historia. Ojalá no te decepcione con este capítulo y quieras seguir leyendo.
Barbycgg: Gracias por tu comentario y por decirme lo del formato. Creo que pude arreglarlo ahora. Tengo toda la historia en un word y cuando la pegué aquí me rompió todo, no se por qué. Pero creo que ya le encontré la vuelta. Me alegro que hasta ahora te haya gustado.
María1235: Muchas gracias por tu comentario. Esta vez actualicé rápido, pero el próximo quizás sea ya para la semana que viene por mis tiempos. Desde mañana vuelvo al trabajo. Acerca del padre de Ryoma, se irá revelando poco a poco su historia. :)
Besos y nos leemos dentro de poco.
