EPILOGO 2: LA FELICIDAD QUE TODOS COMPARTIMOS
Al fin luego de tantas pruebas y obstáculos cada uno estaba con la persona dueña de su corazón. Pero no por ser pareja significa que las cosas se volverían color rosa o que todo es como llamaban "miel sobre hojuelas", sino que aparecieron nuevas pruebas para ver cuánto duraba dicha unión. Ese era el caso de Naruto y Sasuke que luego de haber tenido tantas complicaciones en sus vidas, ya sea como amigos o amantes, las cosas entre ellos jamás eran sencillas. Por ello muchos les pedían consejo sobre cómo proceder con sus parejas o futuras parejas.
Naruto tenía un pequeño grupo de amigos más allegados con los que conversaba sobre su relación con Sasuke sabiendo que ellos no lo veían mal, lo apoyaban y de hecho le pedían consejo. En su grupo estaban Hinata, por ser quien conocía de primera mano cómo se dio la relación entre él y el Uchiha. Por otro lado, estaba el chunnin favorito del rubio, así es, Iruka estaba aconsejando de manera paternal o recibiendo consejos sobre cómo tratar con la perversión de su novio, ya que se encontraba en el comienzo de su relación con Kakashi.
A sabiendas que el Hokage era gay ¿Para qué ocultarse? No tardó ni un día el ninja de cabello plateado en declararse al castaño y éste aceptó gustoso, debido a que por la misma razón que Hatake no se había declarado: miedo. Miedo a perder a todas las personas que querían. El ojiazul primero se opuso rotundamente, pero no por sus orientaciones sexuales, sino porque Kakashi era un pervertido de primera, por lo que le daba consejos para mantener a raya a ese incorregible ninja copia. También estaba Kiba que no sabía cómo hacer para averiguar si tenía o no alguna esperanza con su compañero de equipo Shino. Y el último y menos pudoroso de todos ellos era Sai que tenía el ojo en cierto Kazekage. Siendo tan directo como solía ser él. ¿Cuál era su necesidad de pedir consejo? Simple, el pelirrojo se pasaba demasiado tiempo para su gusto, con Uchiha, dándole celos que no sabía manejar.
Por el otro lado estaba el "grupo misterioso" y era apodado así ya que todos los de ese grupo eran de pocas palabras y en su mayoría pocas expresiones faciales. Ese era el grupo de Sasuke, en el que estaban por supuesto Neji, quien fue el primero con el que se sinceró, que le hablaba de cómo iban las cosas con Hinata. Además, de alguna manera que aún no alcanzaba a entender, se les agregó Kakashi. Éste último alegaba que como era maestro del menor de los Uchiha merecía estar allí, con la intención de que le dé su secreto para hacer que su pareja grite su amor por él a los cuatro como lo hizo Uzumaki.
El inexpresivo y silencioso que era Shino, se apareció de la nada en una de las reuniones del Uchiha, Hyuga y Hatake. Tal y como sucedió cuando Neji se apareció de la nada consolando al moreno en el lago, Aburame consiguió que ese grupo lo aceptara como si nada, siendo libre de confesar su atracción por Inuzuka. El último en unirse fue el más curioso, ya que era nada más ni nada menos que el Kazekage, que se suponía tenía más afinidad con el actual Hokage, pero contrario a lo que todos esperaban se unió al grupo de Sasuke.
¿Cómo sucedió eso? La respuesta es tan simple como complicada: celos. Si, era muy sencillo lo que pasó. Un día mientras visitaba Konoha con el objetivo de volver a ver al pintor que tanto lo sacaba de quicio, pero que también llamaba su atención, lo encontró demasiado CERCA de su amigo rubio. Curioso y algo metiche como los mapaches, los siguió para ver que hacían, cuando en medio de su misión de acosa…, de su misión de reconocimiento como Kazekage, se encontró con el portador del sharingan. Quien le explicó que era novio de Uzumaki y que desaparecería a su copia barata si le llegaba a meter mano, a lo que el pelirrojo contestó que se quedaría sin novio, si le correspondía al anbu de falsa sonrisa.
Para todos esos grupos eran de lo más chistosos, por un lado, los más alegres, expresivos, incluso Sai a su manera, sociables y demostrativos de sus pensamientos y sentimientos. Y, por otro lado, el grupo donde todos eran fríos e inexpresivos, pero sobreprotectores con sus parejas, extremadamente celosos y en ese grupo en particular, psicópatas, con quien se los quisiera quitar. Nadie negaba esto último, gracias a las personas que quedaron atrapadas en un genjutsu por el sharingan del Hatake o el Uchiha si se acercaban con segundas intenciones a sus novios. Las apariciones de insectos venenosos a las mujeres que se acercaran Kiba o la amenazante arena lista para hacer un ataúd de arena a quien pretendiera a Sai.
¿Cuál era el problema de dichos grupos? Uzumaki y Uchiha aún no habían pasado de besos y abrazos. Ambos aún seguían vírgenes. No era que no quisieran hacerlo, pero no sabían cómo pedírselo al otro. El de ojos negros no podía pedirle a Naruto lo que quería, ya que sabía que le gustaban las mujeres y él era la excepción, se sentía nervioso por eso. ¿Y si encontraba su cuerpo desagradable por ser un hombre? Por su lado el rubio pensaba que quería hacer bien las cosas con Sasuke, él apenas sabía algo de cómo lo hacían un hombre y una mujer, menos iba a saber cómo lo hacen dos hombres. Se preguntaba constantemente: ¿Y si me equivoco? ¿Si hago algo mal y lo lastimo?
Esas dudas y temores fueron los que llevaron al Rokudaime a la situación actual. El rubio parado en el poste más alto gritando lo más alto posible a su novio que se encontraba parcialmente perdido. ¿Cómo era que alguien se pierde parcialmente? ¿Y cuál era la razón de que el Uzumaki lo buscará?
Hacía ya seis meses que eran novios, pero como se aclaró, ninguno avanzaba más de unos cuantos besitos. Aprovechando que supuestamente se hallaba en una misión, el azabache usó el henge no jutsu y se transformó en Sai para sacarle información a su pareja de si le molestaba hacer el amor con otro hombre. El rubio muy convencido de sus palabras le dijo que a él no le atraían para nada los hombres, que prefería mil veces a una mujer. Y Dobe como él solo, no expuso las cosas claramente, no aclaro que al único al que deseaba era a Sasuke.
Apenas terminó de decirle esas verdades a medias, apareció de la nada el verdadero Sai, haciendo que Naruto cayera en cuenta de que el Sai con el que habló era su novio. Desde ese momento Uchiha se borró de su vista, no se fue de la aldea, pero si usaba el henge no jutsu para evitar a su pareja. Lo peor es que él no sabía en quien se convertiría el de ojos noche. Por eso se la pasó buscando todo el día a su amargado novio, pero antes de encontrarlo tuvo varios intentos de hallarlo: todos fallidos.
Intento número 1: Siendo su compañera de equipo, no le sorprendería que Uchiha eligiera transformarse en Sakura, sabiendo que esta lo cubriría de ser necesario. Y con esta resolución se acercó a la misma que se encontraba ocupada, pero atendió al Hokage que llevaba más de veinte minutos gritándole.
—Ya te encontré bastardo a mí no me engañas ttebayo —afirmó el rubio señalando a "Sasuke" convertido en Sakura.
—Hokage-sama por última vez yo no soy Sasuke-kun —contestó frustrada la kunoichi ya que aún no le creía.
—Claro que sí, deja de mentirme —ordenó mientras se acercaba y le tocaba el inexistente pecho—. ¿Ves? Estas demasiado plano, y ni siquiera Sakura-chan lo está. Además, ella no sería tan tonta de usar un sostén si no tiene nada que sostener en su pecho.
—¡Shanaro!
Resultado: una mancha rubia volando en dirección a la torre Hokage.
Intento número 2: Por alguna razón que nadie entendía, Uzumaki estaba convencido que su novio se transformaría en mujer. Tal vez porque él mismo solía hacerlo. Buscó hasta que halló a una chica que bien pudo ser la hermana gemela de Sasuke. Seguro que era él. Tenía el pelo negro al igual que sus ojos y la misma piel blanca. Se acercó a toda velocidad a reclamarle al ver como besaba a otro hombre.
—Hokage-sama buenas tardes —saludó respetuosamente la azabache.
—Estás siéndome infiel y encima lo engañas a él —dijo el Uzumaki señalando a otro sujeto que estaba sin palabras por lo que le decían a su novia—. Le haces creer a este imbécil que tus pechos son naturales cuando obviamente son falsas. ¿A quién crees que engañas?
Aun siendo el líder una ofensa como aquella no quedó impune. La joven le soltó una fuerte cachetada que le dejó en claro al jinchuriki que se equivocaba. El hombre al que besaba siendo su novio tenía una pregunta a la chica.
—¿En serio son falsas? —preguntó inocentemente. Fue otro que sintió la fuerza que poseía aquella chica en sus manos.
Ya cansado de sus persecuciones el rubio se sentó a descansar en el techo de una casa.
—Qué inútil es mi contenedor, ese Uchiha sí que te tiene en donde quiere jajaja —se burlaba el demonio de nueve colas.
—Ya cállate. ¿Qué no tienes nada mejor que hacer que meterte en mi vida amorosa? —recriminó y cuestionó el contenedor.
—No, qué va. Aquí dentro no tengo televisión, ¿sabes? Además, tu relación con Uchiha es más entretenida que las novelas de ese sannin pervertido.
—Pues me pondré una antena parabólica en el culo para que te lleguen las mejores novelas y ¡me dejes de joder! —gritó en voz alta el Hokage cosa que todos los aldeanos oyeron.
—Ya quedó claro quién es el activo en esta relación —se mofó el bijuu sabiendo que su contenedor siempre se confundía con los roles de pareja.
—¡Tengo que encontrar a Sasuke ÉL ES MI SEME y no se lo dejaré a nadie más ttebayo! —exclamó haciendo que todos los aldeanos se enteraran de que su líder era el que mordía la almohada—. Pero no sé dónde más buscar. Ese bastardo se desapareció.
—Bueno yo tengo la solución a eso. Pero quiero algo a cambio.
—No te daré mi cuerpo, lo necesito ttebayo.
—No es el tuyo el que me interesa. Quiero el cuerpo del mocoso Uchiha.
—¡¿QUE?! Estás loco no te lo daré. Ni yo lo he tenido aun —reclamó algo avergonzado el rubio.
—Bueno la tendrás difícil para someterlo. Hagamos un trío, haces un bunshin donde vaya mi conciencia y listo, yo te digo como encontrarlo.
—Sólo por darle una lección al Teme —accedió finalmente el de ojos color cielo.
—Usa el modo sennin, y lo encontrarás en un suspiro.
El rubio se golpeó mentalmente por la solución tan obvia y lo peor es que pudo haberse ahorrado el trato con el demonio en su interior. Pero lo hecho, hecho está, y la prioridad era encontrar a Sasuke. Se sorprendió al darse cuenta de lo increíblemente cerca que estaba. El henge no jutsu que usó era el de un simple y mugroso gato. Ahora sí que se preparara porque se iba a enterar. Lo alcanzó sin mucha dificultad en un callejón.
—Sasuke déjame explicarte lo que yo dije era por... —dijo Naruto planeando primero se disculparse y después se vengaría por lo que le hizo pasar.
—Ya sé que no lo dijiste por mí, sino porque no te interesan los cuerpos de los hombres —contestó tranquilamente—. Pero yo soy tu única excepción ¿no? —afirmó el de ojos negros, pero viendo la duda en la cara de su novio se apresuró a contestar la muda pregunta en la cara del rubio—. Me lo contó Hinata.
Sin darle tiempo a reclamar por las cosas que debía guardar su amiga como confidencialidades, el azabache se abalanzó contra los labios de su novio, mientras lo arrinconaba en la pared. Subiendo con una de sus manos los brazos del menor sobre su cabeza, metió una de sus piernas entre las de su rubio y le apretó el trasero de manera lujuriosa.
—Sasuke quítate —pidió Naruto y trató de apartarlo—. Aún estoy molesto por desaparecerte. Además, si ya sabías que eres al único al que deseo tocar. ¿Por qué me dejaste pasar todos esos vergonzosos momentos?
—Fácil, era divertido ver cómo te equivocabas y saqué algo extra, toda la aldea se enteró de que yo soy tu seme —afirmó viendo como el otro luchaba por liberarse de su agarre volvió a hablar—. No me quitaré así que abre las piernas, quiero hacerlo ahora —contestó autoritario y lujurioso el azabache.
—¿Qué estás loco? Estamos en medio de la calle —reclamó escandalizado el Hokage.
—Quiero meterlo en ti ahora mismo, tanto que no puedo soportarlo. Aunque entiendo, tendré que soportarlo hasta llegar a casa —accedió Sasuke a regañadientes.
Usando sus habilidades como ninjas ambos llegaron en muy pocos segundos a la mansión de Sasuke. Apenas terminó de entrar el Hokage se dio cuenta que había una barrera alrededor de la casa.
—Hey, no hay de que asustarse —se burló el Uchiha.
Viendo como su novio buscaba posibles salidas el de ojos ónix se abalanzó sobre él nuevamente, más que dispuesto a reclamar la virginidad de su, ahora, presa. Mientras este se retorcía e intentaba salir de esa situación.
—Incluso si insistes con tantas fuerzas en negarte no haré nada para lastimarte. Pero ciertamente mañana no podrás sentarte a firmar documentos —habló el dueño del sharigan en un tono ronco a la vez que le quitaba toda la ropa.
Sintiéndose impotente por no poder contra la fuerza del líder de su escuadrón anbu, Naruto no tuvo otra salida que dejar que el zorro reclamara el pago por su ayuda. Sin que Sasuke pudiese siquiera verlo venir, un bunshin de ojos rojos apareció detrás de su espalda sosteniéndolo con fuerza sin dejarle posibilidad de revertir la situación. El bunshin de Naruto lamía la mejilla derecha del Uchiha, mientras que el original se le acercó por delante, para atacar el lóbulo de su oreja izquierda.
Una vez que le quitaron toda la ropa sólo podían deleitarse con la piel blanca de quien estaban sometiendo, el líder anbu sólo conseguía gemir sin control. Sin percatarse de cómo ni cuándo ambos rubios estaban totalmente desnudos, teniendo al rubio original sentado detrás sosteniéndole medio sentado con la copia de su novio entre sus piernas, besándolo y tocándolo sin ningún reparo. Un rato después de los besos y caricias por todo el laberinto carnal que suponía el cuerpo del de cabellos negros, venía la hora de prepararlo para hacerlo suyo.
—Relájate, Sasu-chan mis dedos ni siquiera se están moviendo —dijo el Naruto kyubi luego de ver la mueca incómoda del moreno al momento de meter dos de sus dedos dentro del ano virgen que tenía frente a sus ojos.
Para tratar de distraerlo de aquellos intrusos que se movían rápidamente en su interior, comenzó a lamer el semi erecto pene que se encontraba algo olvidado desde hace algún tiempo. El original lo besaba con pasión y desesperación tocando y pellizcando los rosados e indefensos pezones con ambas manos.
—Espera ¿Qué ahh estás ughh metiendo? —protestó el anbu sintiendo una intrusión extraña en donde antes estaban los dedos del rubio.
—¿Qué quieres decir con qué? Es mi lengua —respondió divertido y algo malicioso mientras lamía el ano de Sasuke.
—Idiota ahh está sucio —intentó protestar mientras el original le lamía el cuello y lo masturbaba.
—No está sucio y si no lo consigo poner mojado y agradable será duro para ti. ¿Sabes? —dijo con la voz ronca el Naruto original.
De improviso le metió tres dedos de un sólo movimiento arrancándole un grito que nadie podría definir si era de dolor o placer. Era una mezcla difusa cuya separación entre una y otra, no era muy evidente.
—Bésame, Sasuke —pidió roncamente el Naruto original girando la cara del azabache para devorar su boca—. Oh si buen chico es hora de que me mueva en tu interior.
Teniendo cuatro manos tocándolo en todos los lugares erógenos de su cuerpo, el de ojos noche no sentía la capacidad de mover su cuerpo por sí mismo, todo estaba en manos de lo que decidieran hacer con él su pareja y su copia. El Hokage masturbaba a su novio, a medida que lamía su cuello rojizo, por las anteriores mordidas y chupones. El Naruto kyubi se dedicaba a meter tres dedos y los sacaba, los movía de manera que simulaba penetraciones y con su mano libre sostenía la cara de Sasuke obligándolo a que lo vea directamente a la cara.
—Vamos abre tus ojos quiero que me mires cuando te vengas —dijo el demonio quien no dejaba de admirar ese rostro de facciones tan delicadas.
—Ah deja de ahh mm mirarme así —ordenó Sasuke susurrando en medio del placer que sentía.
—Asombroso, ver tu rostro tan encendido hace que sienta como casi me vengo también —mencionó el demonio hablaba enronquecido de la excitación que tenía después de ver caer esa cara de orgulloso que tenía el dueño del sharingan, mostrando en su lugar una mueca de goce absoluto.
—Vamos ven, Sasuke no seas terco —reclamaron ambos rubios al ver los intentos de negativa ante el cambio de posición que pretendían, para al fin cumplir lo que tanto añoraban.
Uzumaki pese a ser alguien altruista y de buen corazón poseía el defecto de tener cierta inclinación predilecta ante uno de los siete pecados capitales. Y no, a pesar de la situación en la que estaba con su amado novio no caía en la lujuria, sino en otro juzgado por todos de manera mucho más estricta: la codicia. No porque su sueño fuera ser Hokage era que el caía en aquella categoría sino por su necesidad de poseer más. Sabía que tenía el amor y el corazón del Uchiha y aun así deseaba más, quería que su cuerpo le perteneciera a él y sólo a él, que nadie más lo tocara. Toda esa piel blanca como la nieve debía poseer manchas rojizas que fueran pura y exclusivamente cortesía suya. Ansiaba ser el dueño de cualquier rastro de lujuria en el de ojos negros, que sus pensamientos más pecaminosos lo tuvieran a él de protagonista y jamás se atreviera a pensar en alguna otra persona.
Uno de los rubios le sostuvo ambas manos por sobre la cabeza obligándolo a recostarse por completo, acomodándose mejor para observar hasta el último detalle en las expresiones de Sasuke y el otro se acomodaba entre sus piernas listo para comenzar a penetrarlo. Sin muchos preámbulos el de ojos azules comenzó a introducirse dentro de aquel paraíso carnal que tenía a su alcance.
—Estás tan apretado… relájate si lo meto hasta el final se pondrá bueno —pidió el jinchuriki en un tono de orden, pero de manera cálida, expresando que no era simple sexo lo que tenían, sino que hacían el amor, por lo que requería colaboración de ambas partes.
Una manera algo particular de hacerlo, pero para este par todo debía ser un reto, ambos eran orgullosos y testarudos que no cedían ante nadie, ni entre ellos en algunas ocasiones. Por lo que hasta para entregarse mutuamente en aquel acto de amor hacían relucir los rebeldes que podían llegar a ser.
—¿Y bien? ¿Cómo se siente tener a un hombre sumergiéndose fuerte dentro de ti? —preguntó satisfecho el zorro mientras veía a su contenedor penetrar al azabache.
—No jodas ahh con... —quiso protestar Sasuke, defenderse, al menos verbalmente, de aquel comentario que no le agrado de ese demonio.
Una vez que el Naruto original logró introducir su pene en el estrecho interior de su pareja, el Naruto bunshin se alejó para deleitar su vista con aquel porno gay que tenía a su disposición en vivo y en directo. Luego de estar embistiendo suavemente por delante al azabache, Naruto se decidió cambiar de posición lo volteó dejándolo a cuatro en la cama.
—Míralo ¿Piensas entretenerlo con tus expresiones mientras eres follado? —preguntó Uzumaki con la única intención de aumentar la excitación de su pareja mientras lo embestía con fuerza—. Ya que conseguí prepararte antes no duele, ¿No?
—Más —pidió desesperado Sasuke porque dejara de jugar con él y lo satisficiera como deseaba—. No, no mires. ¡Deja de mirarme! —ordenó dándose cuenta de que el bijuu lo observaba con una mueca de suficiencia.
—¿Por qué? ¿Es vergonzoso? —preguntó algo divertido el rubio—. Tu piel es realmente hermosa, no hay cicatriz o marca en ella —admiró mientras con su mano recorría ese fuerte y plano pecho sin dejar de besar el cuello pálido.
—No soy ninguna mujer para que digas esas cosas ahh tan vergonzosas —reclamó Uchiha como pudo.
—Puedes participar si quieres —dijo Naruto de improviso a su bunshin viendo que el demonio gozaba de espectador decidió aumentar el libido del momento—. Te mostraré el lugar por el que estoy entrando y saliendo.
Naruto levantó a Sasuke dejándolo sentado mirando de frente a kyubi que lo observaba divertido. Dejando toda su intimidad, si se le puede llamar así en este momento, exhibida ante el de ojos rojos.
—No –gruñó Uchiha mientras intentaba inútilmente cubrirse los genitales con sus manos para aplacar el pudor que le daba mostrarse tanto.
—Sasuke quita las manos —reclamaron continuamente los rubios al ver que se empeñaba en negarles esa hermosa vista.
Cansado el zorro uso su chackra para forzar a que Uchiha dejara de ocultar lo que tanto deseaba ver, era sostenido por colas de chackra en cada brazo y pierna, atando su brazo derecho al tobillo derecho al igual que hizo con sus extremidades izquierdas.
—No, ahh no, así no —protestó el portador del sharingan en vano ya que no le hacían caso.
Para callarlo volvió a desplazar con suma lentitud y delicadeza su lengua por el cuello de Sasuke y pellizcar sus pezones que se encontraban completamente duros por las atenciones recibidas.
—Mira sigues diciendo eso, pero tu cara me dice que lo disfrutas tanto como nosotros o incluso más, vamos grita más fuerte quiero oírte gemir mi nombre —exigió el rubio disfrutando del poder que le suponía reclamar a su novio como correspondía—. Mira él viene, es tu culpa por excitarlo —señaló al de ojos rojos que sin soportar más sin hacer nada se decidió a participar de nuevo.
Se acercó a Sasuke para besarlo hasta robarle todo el aire que dificultosamente juntaba con su boca. Respirar se había vuelto una misión complicada para el azabache, que no sabía cómo hacer para no morir por falta de oxígeno si esos dos pervertidos no le daban descanso para que se recupere. Pero ese era el plan del demonio y el rubio, intoxicar al Uchiha de excitación para que resultara más fácil de manejar, lo harían disfrutar tanto que jamás intentaría sodomizarlos de nuevo. Y sí, era a ambos, ya que kyubi sentía que si el portador del sharingan era el activo sería como si los dominara a ambos y eso era algo que el zorro no permitiría.
Al demonio le fascinaba ver como el de ojos noche parecía saltar sobre el pene de su contenedor mientras sólo gemía que le diera más fuerte y profundo, aun atado e indefenso contra sus perversiones. Y luego notó que estaba escurriendo presemen. Era momento de que llegara a su tan ansiada culminación, así que el bunshin se inclinó y saboreó el miembro de Sasuke que seguía erecto y más que dispuesto a ser tocado y atendido. Se le antojaba atacarlo con su experta boca, lo cual no tardó en hacer, con sus manos se aseguró una posición cómoda entre esas blancas y suaves piernas y comenzó el vaivén más ardiente que jamás se pudiese imaginar.
—Él te hará venir desde el frente —aclaró Naruto a su novio a su espalda sin dejar su trabajo de embestirlo como venía haciendo.
—No ahh no lo hagas.
—Sé que no quieres venirte en mi boca, pero quiero ver expresamente tu cara cuando llegues al placer máximo —dijo de lo más malicioso el bunshin antes de retomar su trabajito con la lengua.
Teniendo a uno de ellos saboreando su sexo y el otro embistiéndolo por detrás no pudo aguantar más y se vino en la boca del demonio que sólo le sonrió con superioridad antes de besarlo apasionadamente y al fin desaparecer. Cuando el Naruto original recibió la información de su bunshin no soporto más y se corrió en el interior de su novio, dejándolo marcado con su blanquecina esencia. Ambos se recostaron abrazados en la cama tratando de recuperar sus funciones cerebrales después de tan grandioso orgasmo.
—Eres un maldito —se quejó el de ojos noche cuando respiró un poco más normal le pegó despacito sin fuerza ni verdadera intención.
—¿Yo? —se señaló indignado el rubio—. Eras tú, maldito Teme el que intentó hacérmelo en medio de la calle y encima pusiste una barrera en tu casa para que no me escapara. ¿Verdad?
—Bueno sí, pero es que a los pasivos hay que tratarlos así para que se den cuenta que les gusta.
—¿De dónde sacaste esa idea?
—Bueno es que le funcionó a Kakashi. Él se lo hizo a Iruka en un callejón y ya ves lo felices que son juntos.
—¡¿Qué le hizo qué?! —gritó Uzumaki escandalizado.
—Ya no hagas drama, aun no sé si fue realmente sucedió o se lo inventó para presumir —tranquilizó Uchiha con desinterés.
—Espero que sea sólo invento suyo —suspiró Naruto por su maestro mentiroso—. ¿Por qué no hace lo que una persona normal? Yo consulté en libro que me recomendó Sai llamado kamasutra homosexual y terminó mejor de lo que soñaba
—Hmm no te acostumbres en cuanto me pueda volver a mover me voy a vengar y ya vas a ver que soy todo un activo.
—Je, je, je eso quiero verlo, pero por ahora no estás en condiciones de negarte, ¿o sí? —preguntó el blondo con una ancha sonrisa zorruna presagiaba una segunda ronda.
Aprovechándose de las dificultades motrices que suponían un orgasmo, Uzumaki se colocó sobre su aun indefensa pareja y le abrió las piernas para comenzar la segunda ronda.
—Y yo que creía que el seme era el que más se cansaba por tener que hacer todo el trabajo, pero me equivoqué ttebayo —confesó al ver a Sasuke más cansado que él.
Al fin habían solucionado las dudas recurrentes que habían tenido hasta ahora la pareja por culpa de sus pasados confusos. Sin embargo, siempre hay nuevos retos y ellos los seguirían afrontando juntos como hasta ahora.
FIN
