–Entonces, Annabeth, ¿Mi hijo te esta tratando bien?– preguntó Sally.

–¡Oh, si que lo hace mamá! Aunque algo lento, Sesos de Alga si sabe cómo hacer que una chica se sienta especial–

Percy se rió por dentro. Últimamente estuvan follando como conejos. Es más, ahora mismo tenía que controlar sus gemidos por la delicada mano de su novia alrededor de su miembro en un firme agarre, deslizandose hacia arriba y hacia abajo por toda su verga. Percy estaba muy sorprendido de que su madre no se hubiera dado cuenta de que durante toda la comida Annabeth solo estaba usando su mano derecha para comer, ya que la otra ya estaba haciéndole una paja.

–Me alegra oirlo... espero que no se apresuren a volverme abuela pronto– Le guiñó un ojo a la pareja y Annabeth se sonrojo ante la noticia que aún no revelaba a su novio.

Sin embargo, Percy no solo tuvo una imagen de una muy embarazada Annabeth que por alguna razón tenia sus pechos goteando leche mientras usaba un cintillo con orejas y cuernos de vaca, y collar con campana. Con esos pensamientos en su mente, Percy sintió que sus bolas se tensaban. Silenciosamente empujó a Annabeth y ella entendió el mensaje. Ella 'accidentalmente' tiró su tenedor de la mesa.

–Ups– Se agachó debajo de la mesa, pero en lugar de agarrar su tenedor, colocó su boca en la cabeza de su verga justo a tiempo para que Percy disparara su semen en su garganta.

Rápidamente volvió a poner su verga en sus pantalones, lo que significaba que habían terminado por ahora, agarró su tenedor y se levantó. Percy miró a su madre para asegurarse de que no notara nada y él pensó que no.


Al terminar la cena Sally comenzó a limpiar la mesa, mientras su hijo se retiraba a lo que ella pensaba, con toda seguridad, a follar a su novia como si no hubiera un mañana.

"Ah, la juventud" pensaba con una risilla interna.

Sally no desconocia el sexo, era imposible luego de su experiencia con Poseidón durante esos tres días en esa cabaña en Montaut. Ella había de empacado playeras, shorts y varios biquinis nuevos, los cuales no llegó a estrenar, puesto que su amante divino la había entretenido de tal manera que no llegó a ponerse prenda alguna durante esos días.

–Si, hacer el amor a la orilla de la playa es muy exitante– dijo casualmente una voz que no conocía.

Sally enseguida solto la vajilla y vio a una mujer increíblemente hermosa detrás de ella. Tenía piernas bien formadas que parecían de haber hecho ejercicio con regularidad y que se hinchaban hasta formar una cintura ancha. Tenía la piel pálida y lo único que vestía eran correas negras que rodeaban su cintura, y una larga tela de ceda blanca estaba sobre su coño y un triángulo vacío sobre su trasero para que pudiera verlo. No tenía brasier y sus enormes tetas estaban libres, solo con un par de estampas de conchas de ostra sobre sus pezones. Cuando vio su rostro, el cual era divinamente bello, pudo ver una corona con un par de tenazas de cangrejo.

No había duda, de pie frente a ella estaba la Reina del Océano, y esposa de Poseidón, Anfitrite.

–Así que tú eres la madre de Percy– dijo Anfitrite, haciendo que Sally, que ya estaba teniendo por su vida, se sienta abochornada.

Ella era 'la otra' de Poseidón.

–Oh, no tienes porque temer de mi– dijo esta acercándose, agarró ligeramente la barbilla de Sally y la hizo mirarla a los ojos –Mmnn, no lastimaria a una cosita tan linda como tú– dijo la diosa antes de inclinarse hacia adelante y besarla en la boca.

Sally se sorprendió al principio, pero después de que ella se recuperó de su sorpresa profundizó el beso. Una de las cosas que Poseidón amaba de ella era su amor por el sexo y lamentablemente no había tenido acción que valiera la pena en 17 años, razón por la que lo suyo con Paul no resulto. Terminaron besándose intensamente y después de unos cinco minutos de besos acalorados con un hilo de saliva uniendo sus labios.

–Mmnn, ya veo lo que vio mi marido en tí– dijo la reina a Sally, solo para hacer que la ropa de esta resbalara de su cuerpo, como si fuera agua, acumulándose a los pies de la mortal –Eres preciosa–

Sally se sonrojó aunque no hizo nada para cubrir su desnudez y las dos se quedaron mirándose fijamente por un momento. La sensación de los labios de Anfitrite desató otros deseos que estaba acostumbrada a reprimir. Pero ahora, con la esposa de su amante, no tenía ganas de reprimir esos impulsos.

—¿Quieres que... vayamos a mi habitación? —pregunto Sally y prácticamente podía sentir su cuerpo vibrar por el nerviosismo.

La reina del mar levantó una elegante ceja.

–¿Mmnnn? ¿Nerviosa por hacerlo fuera de la habitación del semental de tu hijo?– preguntaba. Entonces sonrió con burla –Tranquila, como verás el está MUY ocupado ahora–

Sally aún estaba pensando en la razón por la que Anfitrite sabría que si hijo era un semental para cuando la diosa hizo invisible la puerta y parte de la pared de la habitación de Percy, revelando lo que pasaba adentro.

La belleza mortal estaba con la boca abierta y los ojos extremadamente abiertos al no solo ver a su hijo follando con su novia de misionero, sino que habían más mujeres a su alrededor. A ambos lados de su hijo, abrazándo sus fuertes brazos, estaban dos bellezas opuestas. Una era una despampanante mujer voluptuosa cuyos rasgos no dejaban de cambiar pero eran igualmente hermosos; la otra era una belleza ágil y feroz con cabello castaño y ojos como la luna. También a otras dos mujeres; una belleza bronceada con ojos de fuego estaba siendo comida por otra pelirubia con el cuerpo cubierto por una especie de enredadera. Por ultimo noto que Annabeth estaba sobre otra mujer, la cual parecía sumisa con el hecho de que Annabeth este usando sus tetas como almohadas.

Para este punto Sally se dió cuenta que Anfitrite la había arrastrado a la puerta invisible, lo que la alarmó. Ella jadeó un poco al sentir el toque de Anfitrite en sus hombros, era como fuego en su piel. Sus manos recorrieron sus brazos para luego abrazarla.

–Casi ninguno de ellos puede vernos– susrro la reina en su oido y Sally se tensó por un momento cuando noto la mirada de las mujeres que no conocía, pero se relajó al final. Con Poseidón había explotado una vena exhibicionista cuando la follo junto a dos docenas de nayades o los hacía indetectables par a poder jugar en medio de la multitud.

Además, algo del cuerpo de Anfitrite la tenía ligeramente desconcertada. Ella podía sentirla, no solo su enormes pechos, sino también un bulto familiar presionado contra su trasero.

–¿Te gusta? La hice pensando en Percy. Es todo un don Juan entre las inmortales– susurro mientras mordía su oreja.

Sally solo se concentro en cómo la vara al rojo vivo contra su piel evitando pensar que sería follada por las medidas de su hijo, o que follaba a varias diosas y sin lugar a dudas a otras semidiosss. A pesar de lo raro de esto, se empujó contra ella, lo que hizo que Anfitrite jadeara. La diosa se apartó un poco y deslizó su verga entre los muslos de la milf, con la parte superior de su pene deslizándose contra la hendidura húmeda de su coño mientras Sally jadeaba.

Anfitrite se relamia al tener a esta deliciosa mortal en sus brazos. Su cuerpo era muy esbelto, podía apreciar su piel impecable con cada leve brillo por una capa de sudor que la empezaba a cubrir. Tenía las caderas anchas de una mujer madura, con un trasero burbujeante, de esos que pedían a gritos que les den una paliza. También tenía un par de tetas pesadas coronadas con bonitos pezones rosados. No era un perfecto, para estándares dibinos, pero tenía todo lo que los dioses buscaban en los mortales que los hacía lucir increíbles. Su verga estaba furiosa y dura.

Por eso, Anfitrite, que todavía estaba abrazando a Sally, comenzó a pasar una de sus manos por su cuerpo. La otra, que todavía la rodeaba, la encontró en sus pezones y comenzó a frotarlos en círculos, lo que provocó que la milf jadeara. Uno de sus brazos subió buscando su muñeca, pero no para apartarla de su pecho, sino más bien para sostenerse.

—Anfitrite —dijo ella, jadeando y gimiendo cuando la otra mano de él encontró su coño.

Sally se arqueó contra él, lo que la hizo frotar su longitud de arriba a abajo con sus muslos y la hendidura de su coño cada vez más húmedo. Fue entonces cuando Anfitrite comenzó a frotar tentativamente sus labios inferiores, haciendo que la mortal jadeara y gimiera en voz baja. Mientras ella la complacía, Sally se frotaba contra ella, lo que también le producía placer; podía sentir que su excitación comenzaba a cubrir su longitud mientras se movía.

Mientras que la reina del mar le follaba los muslos y molestaba su coño. Sally no podía evitar ver como su hijo llenaba a su novia con el enorme contenido de sus bolas. La rubia tetona tenía una mirada perdida mientras su vientre crecía cual barriga de embarazada. Sally se mordió el labio al pensar si las bolas de Anfitrite contenían tanta masa para bebés como lo tenía su hijo. Que como macho alfa empezó a follar a la diosa de ojos de luna.

Anfitrite encontró el cuello de Sally y comenzó a succionarlo y besarlo mientras le hacía pasar un buen rato a su amante potencial. Pero no estaba siendo totalmente desinteresada cuando comenzó a mover sus caderas contra Sally también, aumentando la fricción que ella ya le estaba dando y estimulándola aún más en el proceso.

Mientras la euforia iba aumentando, Sally pudo ver qué si hijo no solo había terminado con la diosa lunar, que ahora estaba pegada a uno de los pechos de la diosa sumisa junto a Annabeth. En ese angulo pudo ver los conos chorreantes de abundante masa para bebés que caían en las sabanas de su hijo como cascadas. Su mente estaba lo suficientemente confusa para pensar en que su hijo terminaría volviendola abuela, pero no lo suficiente para no notar que la diosa cambiante estaba convulsionando con el culo al aire y su coño relleno, y a su lado su hijo recibía una doble mamada de las últimas diosas.

Sentir como unas manos se dirigían a sus caderas La devolvió a su propio placer y colocó las suyas sobre las de Anfitrite. Con eso, la diosa marina comenzó a embestir con más fuerza. Esa parte dominante de la diosa quería tomarla aquí y ahora, pero no lo haría. Quería escuchar de los dulces labios de Sally como le pedía que perforaba su coño, no lo haría hasta escucharla pedírselo.

–Si lo quieres, solo pídelo– decía sensualmente la diosa mientras besaba el cuello de la delicia mortal en sus brazos.

Mientras Anfitrite embestía, Sally se sintió tan excitada cuando su verga rozaba su coño goteante estimulándola. Ese movimiento que estaba haciendo estaba lo queria dentro de ella. Pero, si algo caracteriza a Sally Jackson es su rebeldía y, para ella, pedirle a la esposa de su amante sería el equivalente de disculparse por hacer que Poseidón le follara un hijo.

Está diosa sabría quién es Sally Jackson.

Sally comenzó a empujar hacia atrás para encontrarse con las embestidas de Anfitrite. Ambas mujeres estaban haciendo un acto muy convincente de sexo real, todo lo que se necesitaba era un ligero cambio de ángulo de cualquiera de ellos y Anfitrite podría deslizarse fácilmente dentro de ella. La mortal espero y justo cuando Anfitrite iba a darle una embestida especialmente dura Sally se inclino hacia adelante, permitiendo que la verga de niña de Anfitrite la penetrara toda hasta el útero.

–¡Dioses/Morirás!– exclamaron ambas mujeres completamente abrumadas.

Por un lado, Sally no había tenido algo tan grande estirandola en años, dándole un dolor-placer intenso que casi la hizo llegar ahí mismo. Por el otro, Anfitrite nunca había hecho esto de follar a una mujer con un miembro falso, de no ser por la sugerencia de Afrodita ella no lo abría pensado. Era increíble lo sensible que era esta cosa entre sus piernas, en parte podía entender lo cachondos que podían ser los hombres... en parte. El Coño de Sally era una delicia apretada y judosa. Joder, le costaba no venirse en su útero solo por el delicioso apretón de del cuello uterino alrededor de la cabeza de su pene.

Ambas se quedaron ahí sin moverse y respirando agitadamente. Cuando ambas estaban más o menos en control, pudieron volver a pensar de manera casi racional. Sally miró sensualmente por encima de su hombro.

–Uf... entonces... ¿vas a moverte o no?– preguntó la mortal con una voz baja y profunda que hizo temblar las bolas de la diosa.

Anfitrite, lejos de sentirse insultada, solo llegó a apreciar aún más a esta mortal. No solo por parir a su amante, sino por como era está mujer y madre batalladora y atrevida.

–Oh, creo que me estoy enamorando– dijo Anfitrite con un sonrojo dorado en sus mejillas antes de empezar a embestir el coño de su amante.

Sally sintió cada embestida, las bofetadas lascivas de sus pieles golpeándose entre sí, la fricción de su carne 'viril' en su estrecho canal. Antes de darse cuenta, sintió que su orgasmo se acumulaba. Ya no podía luchar contra la reacción de su cuerpo ante Anfitrite. Tener sexo real después de tanto tiempo la llevó al límite mientras gemía en voz alta y temblaba. Pero, Anfitrite estaba igual y finalmente gimió, y Sally pudo sentir su miembro hincharse entre sus piernas.

Ambas lucharon por mantener la cordura mientras llegaba su clímax y se apretaron la una a la otra. Sally sintio cómo la verga de Anfitrite se hinchaba de repente y de un repentino latido vino una descarga de sustancia caliente y espesa. Sally llegó mientras se arqueaba hacia atrás y lanzaba un grito silencioso, con sus ojos rntornados y sus labios formando una perfecta 'o'.

Sally sintio cómo du semen salia disparado de su verga llenado su útero. Era tan espeso que una parte de la milf Jackson se sintió culpable por recibirlo dentro de ella por lo que pasaría. Pero, su instinto femenino impulsaba a su cuerpo a dejar de lado la precaución, tomar la semilla y dejar que cumpliera con su propósito de mujer otra vez.

Pronto ambos bajaron jadeantes y ligeramente sudorosos. Anfitrite giró la cabeza de Sally y la besó. Esta vez fue más apasionado, pero nunca presionó demasiado. Ambas se tomaron un momento para recuperar el aliento y se separaron.

–¡Moiras eso fue saxy!– dijo una voz chillona que hizo notar a Sally que las diosas que follaban con su hijo estaban todas a su alrededor.

Con una mirada rápida vio que su hijo ahora estaba volviendo a follar con su novia. ¿Que tanta resistencia tenía? Hasta Poseidón necesitaba descansar.

–Mmnn...– fue lo único que se le ocurrió emitir, sin saber si debería estar avergonzada, estando igual de desnuda e inchada de semen que las otras mujeres que la veían con una sonrisas amables y algo lujuriosas.

–Tranquila sra. Jackson, solo venimos a presentarnos formalmente a nuestra futura suegra y ha entregarle nuestros 'dotes' prenupciales– dijo la diosa de ojos abrazados pero acogedores.

–¿Nupcias? Pero mi hijo está con A-¡Mmtch!– la pregunta de Sally quedó a medias cuando la diosa avojedora la beso con pasión.

No fue la única, las otras inmortales también se abalancearon contra ella. Dos se prendaron de sus pezones y otra atacó su clítoris. De inmediato un placer antinatural invadió a Sally, no solo por el acto de las chicas, sino que su cuerpo estaba empezando a cambiar. Sus canas y arrugas habian desaparecido, su trasero se volvió más burbujeante y sus tetas se habían vuelto más firmes, y estaban soltando leche. Fue tanto el placer que Anfitrite tuvo que sostenerla en postura de Full Nelson, porque sus piernas no dejaban de temblar.

Una vez que se separaron, de alguna forma la atontada mortal sabía el nombre de cada una y las razones por las que eran solo algunas de sus nueras... Si, iba a tener una LARGA charla con su hijo más tarde.

–Ahora tenemos que retirarnos, mama. Disfruta del regalo de Nea– dijo Afrodita, acariciando el vientre ligeramente hinchado de Sally –¡Oh! Casi lo olvido, te dejé mi número en tu móvil para 'conocernos mejor' más adelante– dijo guiñándole un ojo, a lo que se sonrojo.

–¿Regalo de Nea?– preguntó Sally cuando las demás diosas se desaparecieron, viéndola por sobre su hombro.

–Bueno... No solo me vesti de esta forma para tí, Sal– dijo Anfitrite algo avergonzada y Sally levantó una ceja.

–¿Ahora soy Sally? ¿ya estamos tratandonos con diminutivos?– preguntó burlona a lo que Anfitrite se sonrojo y aún más cuando está le dió un ligero beso en los labios –Es bueno saberlo, 'Anfi'–

El corazón de la diosa dió un vuelco. Oh realmente amaba a esta mujer. Ella solo sonrió con amor

–Ven, que nos están esperando– dijo Anfitrite cariñosamente antes de hacerlas desaparecer del apartamento.

En eso la puerta principal del mismo sonó.

–¡Yo voy!– grito Percy, quien saco la cabeza de su habitación, asefurndose de que no allá moros en la costa.

Al confirmarlo, salió llevando a Annabeth en sus brazos. La cuál estaba abrazada a el cpnnlos brazos y piernas cruzadas en su espalda. Estando aún unidos por la cadera. Percy llegó a la puerta y tras mirar por la mirilla la abrió, revelando a Piper MaCleam, Hazel Lavesque, Reyna Ramirez Arellano y Thalia Grace, dodas usando abrigos largos.

–Mmmnn ¿llegamos tarde a la fiesta?– preguntó una Thalia relamiéndose los labios.

–Eso depende ¿Se vistieron para la ocasión?– preguntó Percy.

En eso las chicas abrieron sus abrigos y estos callejón al suelo. Casa una vestía un conjunto de lencería diferente, menos Hazel que iba toda desnuda. Las otras se le quedaron viendo a la chica afroamericana y ella solo se encogió los hombros.

–Me pareció que la ropa interior estorbaría... Y quería irme a casa goteando la esencia de Percy por todo el camino– dijo la chica morena solo aparentemente tímida.

–¡Oh, Percy volvió a ponerse duro!– gimio Annabeth solo parcialmente conciente.

–Y por eso tu serás la siguiente– dijo Percy a Hazel, tomándola de la mano mientras tras regresaba a su habitación.

–... Perra– dijeron Thalia y Reyna, mientras que Piper se maldecia por no pensar en eso.

Hazel solo les saco el dedo medio y la lengua, antes de hacer un circulo con su otra mano con el pulgar y el índice, y proceder a meter y sacar el dedo de su otra mano a través de él. Luego se volteo y siguió a Percy a la habitación, seguida de las demás chicas.


Amas mujeres aparerieron bajo el agua. Sally jadeo sin aire solo para ser rápidamente besada por Anfitrite y gimiendo tras separarse noto que podía respirar agua con normalidad notando que estaba en un palacio hecho de corales. Entonces, Anfitrite la agarró por las caderas y la llevo nadando, asegurándose de aún estar profundamente encerrada en su amante.

Con algo de vergüenza Sally se dio cuenta de lo que estaba en el Palacio de Poseidón, el lugar al que él quería llevarla. Ella imagino como sería visitarlo varias veces pero nunca imagino que sería por la esposa de su amante mientras la follaba en el agua en Full Nelson. Cuando Anfitrite la sacó de la habitación y la llevó por los amplios pasillos sus los tritones de la fortaleza se miran unos a otros antes de encogerse los hombros al ver tal exhibición. Cómo miembros de la mitología griega esto era bastante normal para sus estándares.

Caminó hacia las habitaciones se toparon con varias Nereidas sirvientas, las cuales se inclinaron y dieron sonrisas sensuales, y besos al aire a Sally. Una incluso llegó a acariciarle su vientre abultado mientras le chupaba de uno de sus pezones, bebiendo su leche, y otra se inclino para besar su pansa mientras acariciaba las bolas de Anfitrite. Al atravesar unas enormes puertas llegaron a la habitación principal, dejando a Sally anonadada por la escena que se estaba gestando.

En la estúpidamente grande cama de esponja marina está Poseidón, el cual estaba esposado de manos y pies, y vendado, mientras una mujer parecida Annabeth pero pelinegra rebotaba sobre si miembro.

"Llegamos Atenea" dijo Anfitrite telepáticamente, lo cual sorprendió a Sally por poder escucharlas.

"¡Finalmente!" Dijo la que Sally identifico como la madre de Annabeth "Ya le he privado de su eyaculación más de 15 veces. Una más y creo que sus testículos explotaran"

Y no mentira, Sally y Anfitrite podían ver qué los huevos del Dios estaban azules y tres veces más grandes de lo que deberían. Anfitrite, que ahora sabía lo que era tener bolas, sintio un dolor fantasma desagradable en su región inferior.

–Mi-mi reina, no creo poder aguantarlo mas– gruño Poseidón.

Atenea le hizo una señal a Anfitrite para que se acercara rápido y otra a Sally para que guardara silencio. Ella no lo entendía, hasta que vio que Atenea se levantó coño de la verga de Poseidón, causando un doble gemido de perdida en la diosa sabia y el dios marino solo para que Sally se sintiera igual cuando la verga de niña de Anfitrite desaparecio, solo para que fuera reemplazodo por el de Sally, causando que tuviera tuviera que reprimir un gemido cuando el falo enorme se hundió fácilmente en su coño, lo que la hizo temblar.

—¡Oh, Dios! —gimió Sally mientras se adentraba lentamente en sus profundidades. Ella extendió la mano por encima de ella queriendo algo en lo que apoyarse. Anfitrite sonrió mientras tomaba las manos de Sally y las sujetaba mientras la mujer se balanceaba y giraba con sus gemidos.

—¡Oh, cariño, te sientes genial! ¡No puedo contenerme!"– gruñó Poseidón de repente mientras Sally daba sentones ayudada por las otras dos mujeres y, en verdad, se sintió maravilloso.

Su verga entraba y salía de su coño empapado mientras su cuerpo se sentía rápidamente abrumado por su atención. Se volvió aún más cuando tanto Anfitrite como Atenea tomaron sus pechos y comenzaron a apretarlos y jugar con ellos, y chupar y mordisquear sus pezones.

La milf estaba indefensa cuando Poseidón llegó al clímax y gritó, su cuerpo temblando mientras se corría alrededor de la verga de Poseidón. Su coño relleno con el semen de Anfitrite termino por volverse más resbaladizo lo que le permitió un ritmo aún más rápido. Toda esa atención placentera fue demasiado, ya que el clímax de Sally se prolongó mucho más de lo normal y su corazón latía con fuerza en su pecho. Poseidón no se quedó atrás, ya que su ritmo se aceleró aún más y gruñó mientras se corría dentro de ella. Luego de negarsele la liberación tantas veces sus bolas se vaciaron de una forma increíble, llenando a la pobre mujer como un pavo de acción de gracias. Ese maravilloso calor que se derramaba en ella hizo que su clímax pareciera aumentar de nuevo mientras su espalda se arqueaba empujando su pecho contra los rostros de Anfitrite y Atenea mientras sus piernas se se volvían gelatina y su coño sufría espasmos alrededor de Poseidón.

Después de que terminó, Sally se quedó sin fuerzas y respirando con dificultad mientras las diosas se separaban de sus pezones con leche materna en sus labios, Atenea le dió un rápido beso antes desaparecer y Anfitrite le quitó la venda a su marido, el cual se al ver a Sally en ese estado, a pesar de su sorpresa, disparo otro chorro de semen viril en el ya muy expandido vientre de la mortal, haciéndola ver como una embarazada de seis meses. Mientras que en su interior las escénicas de Poseidón y Anfitrite se mesclaban e invadian sus ovarios desprotegidos, y lo demás se derramaba de sus labios vaginales, que aún se retorcían alrededor de la virilidad del dios.

–¿¡Sa-Sally!? ¿Que estás... cómo?– intento decir pero

–Ssssh, no te preocupes cariño. Lo que importa es que ahora los tres seremos una familia felíz– dijo Anfitrite sonriendo mientras tomaba las manos de su esposo y su futura esposa-hermana.


Tiempo paso y tras el cambio dimensional Sally se volvió la segunda esposa de Poseidón y dió a luz a gemelos de distinto padre. Sus hijos, Stella y Frisos, habían sido un regalo para la familia de Atlantis, sobretodo Anfitrite que no había tenido más hijos desde hace miles de años.

–¡Moh! Son tan lindos mis pequeños alevines– arrullo Anfitrite mientras cargaba al par de bebés en sus brazos –No puedo esperar para darles más hermanitos–

Al momento de decir eso fue abrazada por Sally. Un escalofrío recorrió su espalda por lo que susurro ella.

–Entonces no esperemos mas– dijo la ahora diosa, haciendo crecer un bulto enorme que la otra reina sintió contra su trasero –Mmnn, hace meses que quiero 'devolverte el favor'–

"Estoy en peligro" pensó Anfitrite sintiendo crecer más el bulto de Sally.

"Ni te lo imaginas" respondió Sally en su mente, a lo que Anfitrite trago duro.