Disclaimers: traigo la adaptación de una película con los personajes de CCS, de las Clamp. Así que, aún a mi pesar, los personajes no me pertenecen. Que disfrutéis de la historia.
THE BEAUTY INSIDE.
Capítulo 1.
Cuando Shaoran Li despertó, lo primero que vio fue la espalda de una hermosa mujer. La ropa de ambos y algunas latas de cerveza indicaban que en la noche anterior había reinado el desenfreno entre ellos. Una vez que tomó conciencia de dónde estaba, se levantó cuidadoso de no despertar a su acompañante y se vistió rápidamente, aunque esta vez la ropa le estaba ajustada y tuvo que colocarse las zapatillas a modo de chancla porque respecto al día anterior, ya no le valía el número y su pie superaba con mucho el tamaño de las zapatillas. Y al igual que había hecho con otras citas, abandonó aquel apartamento antes de que la durmiente mujer despertara.
Mientras se desplazaba en el autobús, aprovechó para analizar su nuevo rostro en un espejo del vehículo.
Ayer mi mano era más grande que mi cara, pero hoy, mi cabeza es el doble de mi mano y hoy soy más bien feo. Pero no está tan mal. Es temporal. Mañana cambiará. Hombre, mujer, anciano, niño, a veces incluso un extranjero. Me despierto con una cara diferente cada mañana. Mi vista y mi voz también cambian y tengo que acostumbrarme cada día. Debido a todos esos cambios en casa tengo ropa de hombre, de mujer e infantil, así como calzado de diferentes tallas y modelos. Por eso tengo un medidor de números. Cada día coloco mi pie encima para saber qué número necesito. También tuve que adquirir un juego de lentes que me indica las dioptrías en el caso de que el cuerpo de turno necesite gafas. No sé por qué me ocurre esto o cómo volver a ser como era.
Cada día era prácticamente igual. Después de levantarse y buscar lo que necesitaba para su físico de turno, bajaba al piso de abajo, donde Shaoran tenía un taller. Eso sí, antes de nada, siempre se ponía un anillo de hilo en su dedo corazón.
Fabrico muebles artesanales. Los diseño, los construyo y los vendo por internet. No me molesta. Todo es posible cuando no necesitas mostrar tu rostro por vivir online.
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Un nuevo día llegó y tras la rutina diaria de buscar lo que su nuevo físico necesitaba, Shaoran bajó al taller y se puso a trabajar en sus muebles. Después de todo el día, se dispuso a mirar correos electrónicos para comprobar si tenía nuevos encargos cuando Eriol, un hombre de su edad real, moreno y con gafas entró al taller con una caja. Tras posarla junto a él, sacó lo que parecía ser un tirador de un mueble con cierto pesar, dando a entender que cualquier pomo valdría.
Eriol es el único amigo que tengo.
–Hay cierto diseñador que no es capaz de elegir un tirador y la producción entera está en espera. –se quejó Eriol refiriéndose a Shaoran. –Ya sabes de quién hablo, ¿no? Mira, no estamos haciendo tronos para la reina de Inglaterra. Eres Shaoran Li, diseñador y carpintero de muebles Clow.
–Lo sé. Pronto decidiré cuáles usar. –dijo Shaoran interrumpiendo a Eriol, que además de su amigo, era su socio y el que llevaba la gestión del negocio. En caso de que hubiera alguna reunión, era él quien hacía acto de presencia.
–Bonita cara, por cierto. Sería un desperdicio no divertirnos con ella. ¿Vamos?
Tras sonreír, tomó una ducha, se vistió y se marchó con Eriol a algún local de moda. Aquella noche casi no le hizo falta hacer nada para que las chicas se interesaran por él.
–¿Vienes mucho por aquí? –preguntó una joven que también estaba en la barra.
–En realidad no, pero mi amigo sí. –respondió Shaoran. En realidad sí que solía ir allí, pero como cada vez tenía una apariencia distinta, debía decir que no.
–¿Cómo te llamas?
–Shaoran Li. –respondió él. Siempre decía el mismo nombre. De todas formas, jamás lo volverían a ver.
–¿A qué te dedicas?
A esa pregunta, Shaoran cada vez respondía de forma diferente por diversión. Unas veces decía que era bombero, otras dentista, humorista, piloto, etc.
–Tienes una herida en el dedo. –dijo la mujer al ver que Shaoran tenía una tirita y aprovechando para cogerle de la mano. –¿Nos vamos?
Por su parte, Eriol estaba un poco más alejado con otra mujer. Aunque él siempre tuviera el mismo aspecto, no tenía problemas para hablar con mujeres, debido a que también era un hombre atractivo, aunque a veces solía estropearlo.
–¿Sabes? Tengo un amigo que cambia de cara cada vez que despierta. –dijo Eriol.
–Sí, claro. –dijo la chica riendo por la ocurrencia.
–Te lo juro. Unas veces se despierta como hombre y otras como mujer. A veces es un viejo y otras una adorable ancianita. –insistió Eriol mientras la chica no dejaba de reír por la insólita historia de aquel tipo. –Así que, básicamente tengo un amigo distinto cada día.
–Eso no es posible. –dijo la chica.
–Te digo la verdad. –dijo Eriol.
–Vale, lo que tú digas. Si me disculpas, tengo que ir a lavarme las manos. –se excusó la chica.
–No olvides el abrigo. –dijo Eriol, que sabía que aquella mujer no regresaría y volvería a quedarse a dos velas.
Eriol contaba aquella historia a cada mujer que conocía cuando salían a tomar algo. De todas formas nadie le iba a creer. Tenía la esperanza de que pensaran que era una persona muy creativa para contar historias divertidas e interesantes, pero esas mujeres eran una minoría y normalmente iban con algunas copas de más. Pero la mayoría pensaban que quien iba pasado de copas era él.
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Al día siguiente, cuando Shaoran despertó se sintió realmente cansado y al mirarse la mano, supo por qué. Como siempre, se marchó antes de que la muchacha con la que pasó la noche despertara. En el autobús probó su vista mirando el móvil. Hoy era un anciano con poco pelo y que parecía no llevar muy buena vejez.
Ayer mi piel era tersa y mi vista era perfecta. Hoy apenas veo. Nunca puedo enamorarme por tener un rostro cada día.
Cada día, tenía la costumbre de grabar un pequeño vídeo con la webcam de su ordenador portátil, donde dejaba constancia de su voz y de los diferentes cuerpos que habitaba desde que sufría aquella condición. Siempre decía lo mismo.
–Eso es todo por hoy.
Continuará…
