NO CORRESPONDIDO
Morgie le Fay parloteaba sin ser escuchado. Sus palabras llenas de emoción sobre los nuevos hechizos que había aprendido se perdían entre la neblina de aquella fría noche en la Laguna Negra.
En cualquier otro momento, Garfio pondría suma atención a sus palabras y aportaría el veneno necesario para continuar la conversación, pero ese día había algo diferente en él.
El hechicero lo había notado desde aquella tarde en la que ni siquiera había participado en la sesión de chisme con Uliana.
Bien, no hacía falta ser un genio para saber qué le pasaba, tan sólo era necesario ser un poco observador y recordar que, antes que un villano, su compañero seguía siendo humano.
Un humano ilusionado.
Un humano enamorado en secreto
Un humano ilusionado y enamorado en secreto DE MALÉFICA.
Por eso había propuesto pasar la noche en la guarida de Uliana, ella siempre tenía un plan para mantener sus mentes entretenidas y, aún si no era así, siempre había alguien contra quien poder desahogarse, alguien a quien pensar en molestar, alguna venganza por cobrar o simplemente momentos de desahogo en los que se quejaban de cada maldita persona cuya simple existencia les era molesta a ella o sus amigos: Úrsula, Peter Pan, Zeus, Cronos o las decenas de princesas cursis que estudiaban a su lado.
-...También aprendí a convertirme en una especie distinta de serpiente. Aunque quiero intentar algo más grande, como un lobo o algo así. ¿Tú qué piensas?
Eso fue lo último que se escuchó antes de que su marcha se detuviera súbitamente y supiera que todo intento de alegrar a Garfio se había echado a perder.
La escena que vieron entre la neblina los dejó estupefactos. Maléfica recargaba su espalda en uno de los árboles más firmes y menos muerto del bosque y Hades, notablemente más alto que ella, la aprisionaba con su cuerpo .
Garfio recorrió la imagen más de tres veces tomando detalle de cada centímetro de la escena: La mano derecha de Hades posada en el tronco para sostenerse y su mano izquierda, agarrando la cintura de Maléfica con inusual cuidado; Las manos de Maléfica, por su parte, rodeaban el cuello del Dios atrayéndolo más hacia ella.
Lo peor de la imagen eran sus rostros, cercanos, tan cercanos que sus labios no dejaban de jugar con los del otro. Un beso largo, luego uno corto, una mordida de labio acompañada de una risa traviesa y un beso largo de nuevo.
En ese momento todo estaba cobrando sentido para el capitán adolescente. La proximidad con la que esos dos se hablaban últimamente, la forma en la que sus manos llegaban a rozarse "accidentalmente" durante las clases, el modo en que siempre buscaban caminar al lado del otro, esa forma tan obvia que tenían de pasarse mensajes con la mirada y esa manera en la que, en ese momento, se estaban perteneciendo no sólamente con deseo, sino con obvio cariño.
No había duda. Ellos estaban enamorados.
Y eso, en estricto sentido, no tenía nada de malo.
-Oye, James, ¿qué te parece si mañana navegamos un rato? Escuché que habrá barcos con buena carga, será divertido y tal vez obtengamos algo caro.
Morgie lo abrazó del hombro y lo encaminó a la guarida de Uliana, tan sólo deseando distraerlo del shock, pues sabía muy bien que dentro del frágil cuerpo humano de James Garfio, su corazón había explotado en miles de fragmentos.
Hey!
Yo sé que Garfio y ella parecen tener una amistad muy unida pero déjenme soñar con un trio amoroso xD.
Me encantaron las versiones jovenes de Hades, Maléfica y Garfio, quiero seguir escribiendo de ellos. Nos veremos hasta entonces.
