CAPÍTULO LVII

AMISTAD

(Hace poco más de cuatro años)

Y sin que nada se interpusiera a su imponente paso, en las lejanías se perdió el tren, arrancando de su tierra a esos hombres para llevarlos a morir a una ajena.

La aguamarina, sin que la imaginación le alcanzará para visualizar el terrible destino que aguardaba no solo por los que se marchaban, sino también por los que se quedaban y en medio de su tristeza por haber tenido que separarse de su único hermano, no pudo evitar preguntarse; "¿Será esta la ultima vez que lo veremos?"

A pocos pasos de ella y también sumida en el más profundo de los dolores, Rei lloraba por su amado Nicolás.

"Los jóvenes no tienen miedo, ni aún siquiera temen a la muerte, pero cuando se llega a viejo no se piensa en otra cosa", lamentándose Heinre expresó.

Michiru no supo qué responder y tan solo se limitó a bajar la mirada.

"Aún y cuando el dolor es insoportable y aunque sé que es difícil, debemos continuar con nuestras vidas"

"Es verdad, papá"

"Aún me quedan alumnos a los que debo darle clase, no sé si mañana seguirán aquí. Te veo más tarde", agregó el viejo en un intento por mantenerse fuerte.

"Si, padre"

Del otro lado del andén y habiendo esperado a que se marcharan, el tren que acababa de llegar del Sur por fin abrió sus pesadas puertas y al instante comenzó un desfile muy diferente.

"¡Dios mío!", cubriéndose los labios para no gritar, Rei gimió al ver que derrotados y malheridos aquellos hombres descendían. "No debiste ir, Nicolás", añadió al borde del colapso al contemplar que a uno de ellos no le quedaban miembros.

"¿Estás bien?", acudiendo en auxilio de su buena amiga, Michiru cuestionó.

Agitada, la pelinegra negó con la cabeza. "No… y a partir de hoy no habrá día en el qué lo esté. Se han ido, Michiru… ¿Crees que habrá tren que nos lo regrese?. ¿Crees que volverán siendo los mismos?", sabiendo cuales eran las respuestas, rompió a llorar de forma abierta. "Nicolás no debió ir, no debí permitírselo"

Ante sus dolorosas preguntas y la terrible escena que se abría frente a sus ojos, la aguamarina no supo qué responder. "Gunther se ha marchado, lo deseaba tanto que no hablaba de otra cosa, pero ¿Cuántos de esos hombres lo habrán hecho obligados?...


(Presente. Tres días después)

"Hoy ha sido un gran día", contemplando a sus alegres alumnos, Michiru pensó. Y es que esa mañana a clase se presentaron el doble de niños que el día anterior. "Sin embargo no dejo de preguntarme dónde estarán los demás", murmuró y acto seguido se mordió los labios.

"¿Se encuentra bien, profesora?", al verla tan callada, cuestionó una de sus pequeñas alumnas.

Michiru sonrió y replicó; "Si, por supuesto"

Consultando la hora en su reloj, uno de los oficiales que custodiaban el lugar asintió e hizo sonar la campana, anunciando que la clase ya había terminado.

"Nos vemos mañana, por favor no olviden hacer su tarea"

"No, profesora. Hasta mañana", como si se tratara de un coro, los niños expresaron.

Curioso Hans camino hacia ella; "¿Hoy vendrá el soldado?", cuestionó refiriéndose al rubio.

"No, tiene mucho trabajo", ella contestó, lo que era verdad. Tendría que volver a casa sola, cosa que le preocupaba.


(Cerca de ahí)

Contentas porque habían recibido el pago que les correspondía, Mina y la castaña Lita regresaban al edificio que ocupaban.

"¿Qué va a ser lo primero que compraras?", cuestionó la alta mujer.

"Estando en guerra hubo veces en las que me olvidé de que soy mujer, así que compraré muchos dulces, vestidos y maquillaje. Luego iré a bailar. ¿Y tú?", emocionada replicó.

Lita sonrió; "Antes que nada voy a enviarle dinero a la abuela y a Igor para que terminen de reconstruir sus hogares, pero en cuanto regrese voy a abrir una pastelería"

En sentido contrario a ellas caminaba la hermosa aguamarina, quién sonriendo llevaba una mano sobre el vientre mientras que con la otra sostenía sus libros de trabajo.

Y sucedió que cuando estuvo a la altura de las dos oficiales, uno de los libros que llevaba resbaló y cayó al suelo.

"¡Rayos!", alcanzó a mascullar.

Mina se inclinó un poco y tomándolo se lo entregó. "Aquí tiene"

"Muchas gracias, es usted muy amable", replicó la aguamarina contemplando su limpio uniforme y las medallas que tintineantes descansaban sobre su valeroso pecho.

Pero en cuanto levantó la mirada y la fijo en la de la hermosa rubia, la expresión de ambas cambió y se observaron como quien busca reconocer a alguien que no ha visto en mucho tiempo. Cosa que no pasó desapercibida para la castaña.

"¿Estás bien?, rompiendo con el silencio que de pronto se formó, Lita cuestiono.

"Si, es solo que...", la alguna vez deidad no supo qué más decir.

"Entonces vámonos", añadió sin comprender a qué podía deberse la actitud de su amiga.

"¡Ah!, si", titubeante Mina replicó. "Con su permiso", añadió escapando a esa hermosa, pero fría mirada que bien pudo comparar con el océano.

"Adelante", Michiru respondió.

Así pues las tres continuaron su camino.

"¿La conoces?... Creo haberla visto antes", la alta mujer preguntó y señaló.

"He tenido la misma sensación… está en cinta, quizás alguna vez ha estado en la clínica", tratando de recordar dónde es que la había visto, fue la única explicación convincente que Mina encontró. Muy lejos estaba de imaginar que hacía ya tanto tiempo y en un lejano lugar, ambas habían sido malas amigas, o buenas enemigas.

Pero fue Michiru quien deteniéndose, giró la cabeza para poder verla.

"¿En dónde he visto a esa oficial?", se cuestionó y luego continuó su camino. "Es verdad, hay muchas mujeres soldados en la calles, quizás sin darme cuenta la conocí", sin tomarle ya mucha importancia siguió avanzando.

Mientras tanto la pelinegra Rei se ocupaba en limpiar lo que hacía no mucho había sido el jardín.

"Nicolás, ¿Dónde estás?", gimió recordando el día en que muy contentos sembraron las primeras flores, pero también a ella volvió aquel doloroso recuerdo.

-Flashback-

Habiendo recibido carta en la que le informaban que su esposo tuvo que regresar a causa de sus heridas, es que ella se presentó en el hospital militar al que había sido trasladado.

"Espere aquí", le ordenó una enfermera.

"Aunque el mismísimo H. le ordene regresar al frente, no se lo permitiré. De lo contrario la próxima vez me lo entregaran muerto", sin imaginar en qué estado se encontraba, pensó.

"Ya le dije que no quiero verla, dígale que se vaya", molesto, desde detrás de aquella cortina escucho al castaño gritar, luego al suelo arrojó la charola de medicamentos.

"Tiene que calmarse o de lo contrario volverá a lastimarse", la joven enfermera recomendó, pero él continuó luchando.

Y fue a consecuencia de los anestésicos que sus débiles miembros no le permitieron seguir de pie, provocándole una dolorosa caída.

Presa del nerviosismo Rei avanzó hacia ese punto y apenas levantó la cortina, observó a su amado, a quien le habían amputado el brazo. "¡Nicolas!", horrorizada gimió.

Él levantó la mirada y frunciendo el entrecejo, a gritos molesto respondió; "Ya me viste, ahora vete"

-Fin flashback-

Y ella habría seguido en lo suyo, pero entonces la vio pasar.

"¿Michiru?", creyendo que se encontraba frente a un fantasma, la llamó.

"Buenas tardes", deteniéndose, la aguamarina saludó con una sonrisa engalanando su fresco rostro.

Sin poder creer lo que sus ojos veían y sin que la emoción la abandonara, la pelinegra acudió a su encuentro; "¿De verdad eres tú?. Por favor dime qué no estoy soñando", tocándola para cerciorarse de que no se tratara de un sueño o una visión, cuestionó.

Por su parte Michiru no pudo evitar reír un poco; "Si, Rei"

"¡Estás viva!", sin aliento, la pelinegra exclamó.

"Es cierto, hacía ya mucho tanto tiempo que no nos veíamos. No desde que nos pidieron defender la ciudad"

"Disculpa, pero todas pensamos que habías muerto, ¿Dónde estabas?"

"Oculta. En casa de los Kremer", contestó en voz baja.

"Por favor pasa para que podamos hablar", mostrándole el camino dijo. "Disculpa que todo esté tan sucio, pero es que no logró acabar con este maldito polvo, además ayer la pared del fondo se derrumbó. Voy a traerte algo de beber"

"Gracias", tomando asiento, sonrió ante el pequeño hijo de su amiga, quien jugaba en la habitación vecina.

"Aquí tienes"

"Muchas gracias"

"¿Es verdad que la escuela ha vuelto a funcionar?", sentándose frente a ella, fue la pregunta que siguió.

"Así es, vengo de dar mi clase"

"En las próximas semanas volveré a ocupar mi puesto de trabajo, así que enviaré a Uwe a la escuela. Muy probablemente sea tu alumno"

Y tan contentas estaban por haberse encontrado, que fue hasta ese punto que la pelinegra se dio cuenta de ese detalle.

"¡Vaya!... estas... estas...", titubeante la mujer no pudo terminar la frase. Temía llegar a herirla.

La aguamarina por su parte rió un poco; "Así es, nacerá en verano", posando la mirada y la mano en su vientre, contenta señaló.

Ante las palabras de su buena amiga la mujer bajo la mirada y se mordió los labios; "Supongo que debió ser terrible"

Imaginando los horribles pensamientos que habían cruzado su cabeza, la aguamarina negó con la cabeza; "No, no sucedió así", contestó. "Si, no voy a negar que el padre de mi bebé es un coronel del ejército del Sur, sin embargo él en ningún momento me lastimó ni permitió que alguien más lo hiciera. Es bueno y todo este tiempo ha cuidado de mi"

"¿Hablas en serio?, ellos no mostraban respeto por nadie"

"Lo sé, yo misma fui testigo de ello. Fue él quien me ofreció ir con él a cambio de compañía y yo acepté porque era mejor estar con él que rodeada por tantos demonios"

"Supongo que es bueno contigo, ¿No?"

"No niego que en un principio tenía muy mal genio, pero tampoco puedo culparlo. Es un hombre que por culpa de la guerra perdió todo lo que amaba… me veía a mi como culpable de su desgracia", recordando al pequeño Fiódor, no pudo evitar entristecerse.

"¡Vaya!"

"En un principio le temía, pero entonces me demostró que no es una bestia, ni ese demonio que aparentaba ser. Sino un hombre como todos... Un hombre con profundas heridas"

En ese punto Rei sonrió un poco; "Por como hablas de él puedo decir que lo quieres, ¿Verdad?"

Antes su pregunta Michiru negó con la cabeza y bajó la mirada; "No, no lo quiero", expresó y ante su mentira se mordió los labios.

"¿Estás segura?

"Lo amo", replicó segura de sus palabras y sin importarle que su amiga llegara a juzgarla. Su cariño hacia él era aún más importante que las mal intencionadas habladurías.

"¿De verdad?, ¿Y lo que sientes no se tratara de agradecimiento?"

"No, lo amo porque puedo sentirlo. Deseo toda una vida a su lado"

"Y él, ¿Te quiere?"

Ante su pregunta la aguamarina se encogió de hombros; "No lo sé. Se preocupa mucho por mí y mi bebé. Supongo que me aprecia lo suficiente como para seguir a mi lado, como para no haberme echado luego de que quedara embarazada"

"Debo decir que fuiste muy afortunada"

"Agradezco mucho haberme encontrado con él"

"Pero dime, ¿Qué noticias ha habido de tu hermano?"

"Él me ha dicho que quizás Gunther fue capturado por el ejército y enviado a prisión de por vida… pero es más que obvio que murió"

"Maldita guerra. Nicolás se fue y entonces volvió sin un brazo, luego pasó aquello… "

Sabiendo a qué se refería, Michiru bajó la mirada.

"Él se fue siendo un hombre bueno y aunque regresó, debo decir que jamás volvió a ser el mismo. Siempre callado o hablando a medias… si, perdió un brazo, pero supongo que ahí perdió mucho más… luego llegaron ellos para cobrar su venganza... Incluso perdí un hijo que no sé si era suyo y aunque me duele mucho admitirlo, creo que fue lo mejor. Habría crecido sabiendo cual pudo haber sido su doloroso origen"

"Lo siento mucho"

"Nicolás considera que lo sucedido es mi culpa y aunque se fue de mi lado alegando que lo hacía porque no quería ser una carga, sé que lo hizo por vergüenza y lo que es peor, cree que el hijo que estoy esperando no es suyo"

"¡Vaya!", atónita ante las lamentables palabras de su buena amiga, Michiru no supo qué más decir.

Pero aún en medio de su dolor la pelinegra sonrió un poco; "Lamentó mucho haberte molestado con mis problemas"

"No, está bien"

"Para mi todo parece perdido, pero no para ti. Si lo amas, ¿Por qué no se lo dices?"

"Nada ganaría. Por lo que pasó, el jamas llegara a amarme"

"Quizás sea así, pero callando tu cariño nada ganas, si al final nada consigues al menos lo habrás intententado"


(Esa noche. Casa de los Kremer)

Y aunque estaba ocupada en la preparación de la cena, recordando las penas de su amiga Rei es que su pensamiento voló lejos, trayendo a la memoria aquel día.

-Flashback-

Del callado ambiente de pronto se apoderó la alegre música que del fonógrafo escapaba.

Olvidando por un breve instante que estaban en guerra, es que la aguamarina se preparaba para disfrutar de un paseo por el parque.

"¿Vas a salir?", cuestionó su padre ante su alegría.

"Así es", ella contestó mientras se acomodaba el cabello.

"¿Una cita?, ¿Quién es él?"

Ante sus suposiciones, Michiru rió un poco; "No"

"Pense que tenias algun enamorado del que no me habías hablado"

"Tampoco es el caso. Voy sola"

Y ambos hubieran seguido con sus planes, pero entonces alguien llamó a su puerta.

"Yo atiendo", expresó Michiru y sin imaginar con que se encontraría, abrió.

"Buenas tardes", saludo un soldado, luego se quitó el gorro militar.

"Buenas tardes", titubeante replicó.

"Tengo un mensaje para ustedes", dijo al mismo tiempo que le entregaba el sobre. "Con su permiso", agregó y subiendo a su auto se alejó.

Aún sin abrir la correspondencia, ella se quedó contemplandola mientras era embargada por un violento escalofrío.

"¿Qué pasa?", cuestionó Heinre.

Llenándose de valor la aguamarina la abrió y tomando la única página que contenía, sin terminar de leer el mensaje estuvo a punto de derrumbarse.

Ante el pálido de sus mejillas Heinre la sostuvo. "¿Algo sucedió con tu hermano?"

"Gu… Gunther y todo el comando al que pertenece ha desaparecido en combate", ella gimió, hundiendo el rostro en el pecho del hombre.

Y fue ante lo trágico de la noticia, que Heinre no pudo tolerar la terrible emoción, provocando que sin conocimiento cayera al suelo.

"Padre, padre", ella gritó sin obtener respuesta.

-Fin flashback-

"Ese día perdí a ambos", Michiru murmuró mientras se limpiaba las lágrimas que por su rostro resbalaron.

"¿Estás bien?", cuestionó el coronel al verla tan callada.

" Si, es solo que estaba pensando en...", prefirió callar.

"¿En tu hermano?"

Ella asintió de forma ligera.

"¿Qué tal tu día?, ¿Tuviste más alumnos que ayer?", esperando poder distraerla, cuestionó.

"Así es, además hoy me encontré con una amiga a la que no veía hacía ya mucho tiempo"

"Me alegro mucho que regreses a tus antiguas amistades"

"A mi también… pronto le serviré la cena"

"Gracias", él contestó mientras se dirigía hacia el estudio para concluir sus pendientes. " Podría escribir algunas cartas preguntando si alguien sabe que paso con él… aunque la respuesta podría ser aún más dolorosa de lo que ella piensa", pensó sentándose detrás del escritorio.


Notas de autor;

Feliz año nuevo, mis estimados lectores. Gracias por seguir leyendo mis historias.

Michelle; Haruka es todo un papá pollo procurando que su pollito tenga lo mejor. Me alegra mucho que te gustará.

Kaiohmaru; Bien tierno Hans con Michiru, fue muy valiente de su parte lo que hizo, lo bueno es que Haruka no lo tomó a mal, otro oficial si lo hubiera reprendido.

Isavellcota; Todo tiene que volver a la normalidad, aunque tardarán mucho en recuperar sus vidas, cosa que perdieron en cuestión de minutos.

Dark in The night; Gracias. Felices fiestas.

Kyoky; Muchas gracias por tus buenos deseos, espero y la inspiración jamás me abandone. Hans se paso de travieso, todos parecen adivinar lo que uno siente por el otro, menos ellos XD.