Capítulo XXXIII

Sueño profundo

Jack y Elsa habían cruzado el portal tan rápido como este se había materializado. Una vez al otro lado salieron directo a los jardines de Arendelle, casi en el mismo lugar donde Elsa se había marchado horas atrás. Todo seguía exactamente igual que como estaba antes de marcharse, incluso los charcos de sangre coagulada, el cielo tan imperturbable con sus nubes amontonadas, el aire limpio, los sonidos del las aves y el oleaje chocar contra las costa del fiordo a lo lejos, todo estaba tan pacífico como lo había estado siempre el reino.

- Todo está en paz - susurró Elsa más tranquila, volteo a ver a Jack notando algo diferente en sus rasgos, sin poder descifrar qué era en realidad - ¿Estás bien?

- Si, ¿Porqué lo preguntas?

- Por nada - respondió en voz baja

Elsa había insistido en volver al reino inmediatamente, luego de reparar parcialmente con hielo las tiendas destruidas y buscar a los nativos del bosque, se dispusieron a volver a Arendelle.

Jack se adelantó un par de metros hacia el palacio, mientras Elsa se despedía de Nokk que se dirigía hacia el océano, no tan lejos de ellos. Tenían que juntarse con los demás e hilar un plan para detener a Pitch, ya no podían permitir que sus poderes siguiesen creciendo, debían averiguar cómo neutralizar su fuerza.

La reina de las nieves ya había trazado un plan en su cabeza, no estaba completamente definido, no era exacto, pero era necesario. A Elsa no le interesaba nada más que cumplir su objetivo, se sentia renacida, con más fuerzas de las que alguna vez tuvo, pero colmada en miedos y dudas, no permitiria que su propia indeterminación la privaran nuevamente de quienes amaba, esta vez protegeria a su hermana como a de lugar.

En el palacio, Norte los esperaba pacientemente, había hecho oídos sordos a las quejas de Aster, al igual que Thoot se había dedicado a tranquilizar al guardian de la esperanza. Los guardianes estaban en el salón, permanecían a solas a pesar de las horas transcurridas, los demás permanecían en sus habitaciones descansando a pesar del sol del atardecer que iluminaba el cielo, más cansados de lo que los guardianes podían recordar era ser mortal. El palacio seguía su día, los sirvientes y demás empleados hacían sus deberes, más los reyes de Arendelle seguían en su alcoba, los reyes de Corona imitaban su actuar, e Hiccup y Mérida habían desaparecido al igual que los demás. Cansancio, esa palabra habían empleado cada uno como si fuera un acuerdo tácito.

Los guardianes deseaban entender, algunos de los seis faltantes llevaban muchas horas sin dormir, algunos casi habían muerto y los demás tan solo habían usado todas sus energías en defenderlos. Los siglos les hacían más ajenos a aquellas necesidades mundanas.

- ¿Cuánto tiempo más necesitan descansar? - murmuró Aster, quien ya estaba menos arisco y sarcástico, a pesar de sus palabras

- Seguramente tu también estás algo cansado, Conejo - le dijo Santa olvidando que el aludido no estuvo presente en los acontecimientos previos

- Para nada - respondió con brusquedad

- Chicos, tranquilos, no es momento - comentó hada volando entre ambos, pero aterrizó rápidamente, más pálida de lo usual

- ¿Estás bien? - le preguntó Aster con rapidez mientras le ayudaba a incorporarse - ¿Te sientes bien? - agregó aún mas preocupado

- Hada, tus plumas... - susurró Norte mientras observaban como caían algunas de sus plumas coloridas al suelo

- ¡Oh, por los cielos! - exclamó llevando ambas manos a su boca

- Las luces... - susurraron los tres al unisono, suponiendo que se apagaban con más rapidez de lo que esperaban

Las miradas del trío estaba cargada de incertidumbre, se observaban buscando alguna respuesta en el rostro ajeno, pero solo se sumergían en preguntas más profundas, menguado lentamente sus esperanzas. Norte desvío sus ojos a través del cristal, observando el inminente anochecer con sus estrellas tintineantes en el cielo, sobre ellas una tenue luna llena se asomaba por el manto oscuro.

Pero no habían respuestas, hace tiempo que no las habían.

Las puertas de la sala de estar se abrió abruptamente, los tres guardianes se voltearon para recibir a los dos faltantes, Elsa y Jack habían vuelto al fin, trayendo consigo algunas de las respuestas que necesitaban y con esto algo más de preguntas.

Elsa paseo su mirada por los demás guardianes, sentía que todos estaban algo cambiados, un aire más lúgubre los envolvía, un aura difícil de descifrar en ese momento.

- ¡Ya era hora! - Exclamó Aster como saludo, así quizo verlo Jack por lo menos, tratando de evitar otra inútil discusión

- ¿Cómo está mi hermana? - preguntó Elsa angustiada, mirando hacia Norte con súplica

- Está descansando, todo ha estado tranquilo por aquí - le informó, provocando el alivio de la otra - y felicidades - agregó luego con complicidad

- Gracias - le agradeció Elsa, tanto por cuidar de su hermana como por su sobrino. Sin querer se sonrojó con levedad - ¿Ya se los dijo? - preguntó luego, para después arrepentirse - claro, por supuesto que lo dijo - sonrió apenada por no pensarlo en primer lugar

- ¿Decir qué? - preguntó Jack algo confundido, Norte rió

- Elsa será tía - informó con una leve carcajada - ¡La reina está en cinta! - exclamó con júbilo

- ¿Serás tia? - le preguntó ahora mirándola directamente, alzando una ceja curiosa

- Así parece - respondió en un hilillo de voz apenada, se sentía el centro de atención cuando debía ser otra persona, tomó aire para agregar algo más alto - Anna será madre

- Felicidades, una nueva vida... - susurró con una suave sonrisa en los labios, algo inusual en el guardian - eso es esperanza - agregó - no confío en ti, pero sé que harás lo correcto por tu sobrino - dijo luego

- ¡Aster! - exclamó Hada - eso es grosero

- Pero muy sincero - dijo Elsa con tono ligero - gracias

- ¿Lo encontraron? - interrumpió Norte, Jack y Elsa asintieron

- Nokk volvió y recuperé la totalidad de mis poderes - anunció algo más segura - pero hay cosas que deben de saber

- ¿Más cosas? - preguntó Conejo frunciendo el entrecejo - ¿Qué más?

Jack la observó expectante, el trayecto de vuelta hacia el palacio fue tan rápido que no les había dado tiempo para hablar ni resolver nada. El guardian de la diversión también tenía sus dudas al respecto.

Elsa los observó, estaba completamente nerviosa, sentía su corazón latir con fuerza a tal punto que sus oídos zumbaban, la ansiedad subía por su estómago hasta su garganta, anudandose ahí sin querer bajar una vez más, y por más que respiraba, Elsa sentía que le faltaba el aire. Trató de serenarse, sabía lo que debía hacer, debia confiar.

Ellos habían sacrificado mucho por ella.

- Lo justo es empezar por la verdad - dijo entre titubeos, jugando con sus dedos mientras trataba de obviar los cuatros pares de ojos que la escudriñaban - yo ayude a Pitch Black...

- ¡Lo sabía! - le acusó Aster

- Si, si, muy interesante... ¡Déjala terminar! - lo calló Jack

- Cállense los dos - los reprendió Norte, Elsa le agradeció con la mirada

- Yo... Él me manipuló, uso mucho de mis miedos para poder hacer fluir su magia... Lo oculté por meses en el bosque encantado pensando que ustedes lo buscaban para... Bueno, digamos que no eran amigables precisamente - su voz se iba apagando de apoco, avergonzada de su ingenuidad, desvió su mirada hacia un punto ciego de la habitación evitando los ojos azules de Jack en especial - me dijo que ustedes lo habían alejado de su hija, ahora sé que no es cierto, pero en ese momento... Por eso cuando entendí que todo era una farsa oculte parte de mi magia en el Ahtohallan, junto a la forma inmortal de Nokk, quien se escondió para protegerse y proteger el glaciar... solo quiero decir que... - suspiró ampliamente aplacando su voz tan acelerada como sus latidos - lo lamento, lamento haber hecho su trabajo tan difícil desde un principio, haber ocultado cosas y no creer en ustedes, por poner en peligro la estabilidad del mundo por mis temores - culminó con sinceridad, recordando la charla previa que había tenido con Nokk

Un largo silencio había habierto una pequeña brecha imaginaria.

Así lo veía la reina de las nieves.

- ¿Cómo lo ayudaste? - preguntó Conejo en primer lugar, junto a su tan habitual tono receloso

- ¿No te has limpiado las orejas? - se burló Jack

- ¿Y tú crees que solo lo ocultó en el bosque? - le devolvió molesto

Jack sabía que Elsa no solo había ocultado a Pitch en el bosque, ella misma le había dicho que lo había ayudado con sus poderes, pero aún existían muchos detalles que desconocía, él también temía escuchar algo más. De todas formas no dependía de él sacar el tema a relucir.

- Alimenté su poder con mi miedo - dijo Elsa con toda la voluntad que pudo encontrar en si misma, movida por el sentimiento de ponerle un alto a quien podía destruir a quienes amaba

A quien llegó a querer alguna vez

- ¿Cómo? - continuó indagando Bunny

- Conejo, silencio - le dijo Thoothiana molesta ya de la actitud de su amigo

- ¡No lo sé! - exclamó con culpa - solo sé que siempre decía que fue por mi... Intentaba convencerme de ayudarle a crear un mundo nuevo...

- Uno en el que solo exista él...- completó Jack recordando una conversación similar años atrás

Un nuevo silencio nació en el grupo, hasta que Norte fue capaz de cortar la tensión.

- Quizás seas el quinto espíritu, pero también eres humana, errar es parte de nosotros - le respondió con tono paternal - es parte de ti - aceptó - lo importante es que ahora estás dispuesta a enmendar tus errores

Elsa sintió un cálido sentimiento emergen entre la agobiante angustia que la sobrecogia, una vez más el viejo guardian le hacía sentir bienvenida.

La brecha ya no estaba

Pero no hubo oportunidad de decir nada más, un estruendo seguido de una fuerte sacudida los sacó a todos de la conversación para desviar su atención a algo más. Los que tuvieron la oportunidad se asomaron por los cristales de las ventanas a observar como enormes dragones atacaban desde los cielos al pueblo, quemando con sus flamas los techos más altos de las casas o incluso copas de los abetos que adornaban el lugar.

Elsa sintió como un puñal helado en sus entrañas.

Su pueblo, el reinado, todo por lo que lucho su familia, su ascendencia, sus padres; todo estaba siendo atacado y reducido a cenizas.

Los gritos provenientes de los pasillos del palacio sacaron a Elsa de la burbuja en la que se había ensimismado, se levantó con dificultad buscando abrir el ventanal, pero una ola de sonido reventó y lanzó a todos metros más allá de las ventanas, y con ellos los cristales que salieron disparados como armas letales. Aster agarró a Hada antes de que algún cristal filoso diese con ella, cayendo ambos un par de metros lejos de los demás, ocultos por una mesa que había salido disparada al igual que los cristales. Norte en cambio no había corrido con la misma suerte, buscando proteger a Elsa y Jack se había visto lastimado por más de un cristal, un alarido gutural se ahogó en su boca mientras buscaba incorporarse.

- ¡Norte! ¿Estás bien? - exclamó angustiada la rubia, con la culpa brotandole en los labios

- Como nunca, - musitó con dificultad como respuesta una vez en pie - solo fue una brisa - agregó mientras retiraba algunos pedazos de vidrios que habían quedado incrustados en su piel

Otro fuerte estruendo interrumpió nuevamente, los rugidos de los dragones que peleaban por los cielos alertaban a la población que buscaba escapar del caos, despavoridos, asustados. Elsa corrió nuevamente al ventanal asomándose por este, horrorizada, sus ojos se paseaban por el pueblo destrozado, décadas de historia sucumbia entre las llamas, llevándose consigo más que tan solo los inmuebles del lugar.

En un instante Elsa se encaramó en el marco del ventanal ignorando las palabras de los demás, con sus manos comenzó a materializar sus poderes con presicion y velocidad, tan rápido como el palpitar en su pecho, deslizandose sobre su magia hasta llegar al porton principal, levantó su mano derecha impulsando una brisa congelada que lo abrió con fuerza, luego se perdió entre las llamas que buscaba amagar.

Jack y Norte se observaron con complicidad y rápidamente siguieron los pasos de la reina de las nieves, el primero salió junto a viento en dirección al pueblo, mientras Norte se deslizaba por la superficie congelada con sus sables ya desenvainandos, preparado para la acción. Aster, a diferencia de ellos, se quedó atrás junto a hada, deteniendo su inminente paso a la batalla, preocupado en su interior por la fuerza de su amiga, quien ya no poseía aquel brillo en sus plumas que la caracterizaba, los colores vibrantes habían sucumbido ante la duda del mundo.

- ¿Qué haces? No puedes ir tras ellos - le recriminó con brusquedad, Thoothiana le devolvió una mirada cargada de frustración

- ¿Y que se supone que haga? - le espetó molesta de su propia debilidad

- Quédate aquí - le pidió tomándola por los hombros - ve por los demás, los necesitamos a todos está vez - agregó

La hada asintió con determinación, Aster le sonrió con suavidad para luego formar un túnel bajo sus pies y desaparecer tan rápido como este, Thoot no perdió el tiempo y se marchó con rapidez por los pasillos del palacio desidida en buscar a los faltantes, en especial al encantador de dragones.

Fuera del palacio Norte despedazaba las sombras que acechaban los jardines, las cuales buscaban entrar al castillo, más adelante Jack congelaba con dificultad los caballos construidos por las arenas oscuras, los superaban notoriamente en números y pronto se vieron truncados por las fuerzas de estos. Jack cayó por un golpe sertero lanzado por una pesadilla que se materializaba tras él, intentó reincorporarse apoyándose en sus brazos pero fue nuevamente derribado por otra de las pesadillas, pronto una tras otra cayó sobre este cubriéndolo casi por completo, el guardian concentro sus fuerzas provocando una estela de hielo que congeló a todas las figuras a su alrededor, lanzandolas metros más allá debido a la onda de poder.

Jack se levantó de un salto, preparado para continuar con cuántas pesadillas se lanzasen, seguro de su fuerza y su centro, dispuesto a continuar aún con la desventaja de la falta de su cayado, a su lado Aster apareció de debajo de la tierra, dispuesto a unir fuerzas contra la maldad.

- ¡Hay que detener a Pitch! - alzó la voz Bunny mientras lanzaba su búmeran

- ¡Lo sé, no tienes que decírmelo! - le respondió entre gritos mientras se defendia de otra pesadilla

- Gracias, creo que eso deberías decir - le dijo con sorna una vez su búmeran volvió a él, después de despedazar la sombra que atacaba a Jack

El guardian sonrió con ironía mientras se lanzaba contra una pesadilla tras el animal antropomorfo, destruyéndola con una patada helada.

- De nada - respondió con suficiencia, Aster chasqueo la lengua

- Mocoso engreído - escupió

Mientras tanto, en el palacio, Thoothiana corría por los pasillos buscando llegar primeramente a la habitación de la reina de Arendelle. Sus pasos eran secundados por su respiración agitada, pequeñas plumas iban cayendo de su cuerpo como la nieve afuera que comenzaba a aparecer. Thoothiana se detuvo frente las puertas enormes de lo que era la habitación de Anna, golpeó varias veces sin respuesta, luego miró a ambos lados notando los pasillos desolados, siendo consiente del silencio a su alrededor, el caos solo estaba fuera de las paredes del palacio, como si estuviesen sumergidos dentro de otra dimensión lejana.

La pequeña hada, quien ahora empezaba a sucumbir ante su angustia, empujó ambas puertas para abrir paso dentro de la habitación, vio a Anna en una extraña posición tan dormida a pesar del ruido exterior, junto a ella su esposo descansaba en la cama, ambos sumergidos en un profundo sueño, ignorantes y ajenos al infierno que se desataba afuera, placidos.

- Su magestad - susurró Thoot una vez que recuperó el aliento - ¡Su magestad! - exclamó algo más alto acercándose a ellos, pero permanecían impávidos en su cama - ¡Despierten, por favor, despierten! - gritó con más fuerza mientras movía a la reina con suavidad, pero solo logró que esta volviera a acomodarse sin inmutarse, pequeñas motas de arena oscura comenzó a caer por los ojos de la cobriza, como si fueran lágrimas silenciosas, la hada levantó la mirada hacia el rubio notando lo mismo en este.

Thoothiana retrocedió lentamente aterrada del alcance de las pesadillas, sintiéndose más pequeña de lo que era, su poder no era el suficiente para hacerle frente y estaba sola, se alejó de la cama hacia el portal, dispuesta en ir por alguien más, temiendo que todos hubiesen sucumbidos ante las pesadillas. Salió rápidamente por el pasillo, sin posibilidad de volar corrió con dificultad recordando el ardor que causaba en las piernas, sus propios pasos rebotaban en su cabeza confundiendose con los estruendos de las explosiones afuera de los gruesos muros, giró por el pasillo para quedar frente las puertas de dónde se suponía estaba Hiccup descansando.

Mientras tanto, fuera del castillo, el caos y el infierno se abrían paso en el poblado, las edificaciones y casas estaban reducidas a ruinas y cenizas, por sus calles se agolpaban algunos aldeanos intentando escapar del pueblo y los demonios alados, Elsa les abría el paso mientras congelaba las llamas que les impedian huir.

- ¡Su alteza! - exclamó una anciana que se aferraba a sus ropas - ¡Salvenos, por favor, se lo ruego! - le pedía en un hilillo de voz, sucumbia por el miedo. Elsa tragó con dificultad el nudo que se había formado en su garganta

- Me haré cargo - la reina de las nieves intentó calmar a la anciana poniendo sus manos sobre los hombros de esta - usted debe ir con los demás - le rogó, pero la señora solo se aferraba con mas temor a las ropas de Elsa

Sobrecogida, la rubia se tomó un segundo para buscar con la mirada a alguien más que pudiese llevarse a la anciana de ahí, pero sus ojos celestes solo se perdieron en el desastre que los envolvían, que envolvían al reino y su gente, las pesadillas atrapando a quienes trataban de huir, las llamas que caían desde el cielo, el rugido de Gale tratando de sacar lo que pudiese de las calles en ruinas. El corazón de Elsa se partía cada vez más, consiente de lo que había causado ella misma con sus acciones.

- ¡Hey! - gritó a una joven mujer que trataba de escapar, reconociendola como Mary, una panadera - ¡Mary! - exclamó ahora llamando la total atención de la aldeana

- Su alteza Elsa - respondió confundida, con la adrenalina inyectada en sus pies dispuesta a correr

- ¡Necesito que te la lleves, por favor, corre peligro...

El estruendo de una bola ardiente contra los adoquines de las calles les obligó a caer, las tres mujeres gritaron por la impresión, Elsa levantó sus manos sobre su rostro creando una especie de domo de cristal que las cubrió por un momento, manteniendolas ilesas ante las llamas.

- ¡Huyan! - les ordenó ahora la reina de las nieves, ambas aldeanas se observaron despavoridas antes de empezar a correr

Elsa se levantó con torpeza, en su oído un pitido le molestaba, cortesía del fuerte ruido anterior, compuso una mueca de dolor antes de comenzar a amagar las llamas que empezaban nuevamente a crecer. La desesperación de Elsa y sus miedos sobrepasaban la calma que buscaba mantener en su interior, manifestándose en columnas afiladas que iban apareciendo con rapidez, la nieve comenzaba a hacerse presente siendo levantada del suelo en el caía por las ráfagas salvajes de Gale, pequeños tornados se iban formando, alejando a los dragones de Grimmel, más no derrotandolos.

- Mi reina de las nieves - la voz burlesca de Pitch se hizo presente, pero no había rastros del señor de las pesadillas

- ¡Pitch! - exclamó jadeante, por un momento se detuvo mientras buscaba al portador de la voz desagradable - !Muéstrate!

Nuevamente el señor de las tinieblas había aislado su alrededor del caos, enjaulando a Elsa en una burbuja oscura de pesadillas, separándola del caos de allá afuera tal como si la tierra se hubiese abierto y la hubiese atrapado en sus profundidades. Elsa giraba sobre sus pies buscando alguna abertura por dónde escapar, pero solo la oscuridad inmaculada se abría paso delante sus ojos, recordándole los temores que llevaba consigo materializandose como la misma nieve que ella podía crear.

- ¿Lo consideraste? - preguntó únicamente, la voz grave y rasposa chocó por los muros mientras Elsa continuaba buscándolo con la mirada

- ¡No tengo nada que considerar! - exclamó agitando sus brazos mientras expulsaba rayos congelados, buscando romper algún muro oscuro

- Yo creo que sí - le susurró tras ella junto a su oreja

Elsa al sentir el frío aliento tras su nuca se volteo de golpe, sus manos permanecían alzadas delante su pecho, preparada y dispuesta a atacar, pero tras ella solo quedaba la estela de sombras que se difuminaban en la atmósfera. Volvió a girarse con brusquedad buscando al rey de las pesadillas nuevamente, Elsa apretó su mandíbula con fuerza, la pena y desolación se iba transformando en una ira inconmensurable buscando forma, buscando detener todo el dolor que le causaba esa batalla sin sentido.

La rubia cerró sus ojos con fuerzas mientras concentraba su magia en sus manos, las cuales se iluminaron con intensidad evidenciando el poder que se iba a liberar, los gritos y estruendos del exterior tan solo alimentaban la ira de Elsa, aumentando entropia en su control, aún no estaba preparada para dominar tal energía.

- Aún no estás preparada - susurró Pitch como si se hubiese materializado nuevamente tras Elsa, está giró sin encontrar nada una vez más - todo ese poder por explotar sin control - susurró otra vez

- ¡No juegues conmigo! - se defendió tratando de controlar su propio miedo, consciente de que este era la ventaja del otro - ¡Yo no te temo!

- Pero si nunca lo hiciste, - respondió con ironía, manteniendo la calma en su timbre - tu no me temes, solo le temes a lo que puedes hacer - agregó con vigor, materializandose delante los ojos de Elsa, esta solo guardó silencio - por eso tu y yo nos parecemos

- ¡Mentira! - exclamó

- Oh, tu sabes que si - continuo mientras se paseaba por el lugar, suspendido por su propio poder - tu solo quieres cuidar a tu familia y yo busco traer la mía de vuelta...

- No tienes que fingir, ya lo sé todo - le cortó Elsa

- ¿Todo? - preguntó con la burla aflorando sus pálidos labios - ¿Crees que lo sabes todo? - se carcajeó - No entiendes nada - siseo furioso, sus ojos amarillos se iluminaron con fuerza, un enorme nudo se agolpó en la boca del estómago de Elsa, impidiendole tragar el miedo que se iba asomando en su pecho - ¡Tu no sabes lo que es perderlo todo! - bramó Pitch mientras su cuerpo crecía con violencia, volviendo el espacio cada vez más pequeño - ¡No tienes idea de lo que es el dolor! - culminó lanzandole con la guía del cayado de Jack una onda de pesadillas que Elsa no supo preveer

Elsa levantó sus manos sobre su rostro buscando parar el impacto, de sus manos que habían permanecido cubiertas de la estela de su poder helado, disparo con estas un rayo congelado buscando detener las energias oscuras que querian atacarla, poco a poco su fuerza se iba descontrolando debido a sus temores, las ansias la empezaron a cubrir como si de agua se tratase, empapando su interior tanto como el exterior, poco a poco el auto de sus manos fue creciendo hasta transformarse en una esfera sin contencion, iluminando el lugar con tenues reflejos celestes, Elsa sentía como su alcance iba perdiendo eficacia, sus fuerzas se vieron truncadas y el brillo los cegó a ambos presenten.

Por un momento todo se volvió oscuro, tanto las pesadillas como el hielo desaparecieron dejando tan solo a Pitch junto a Elsa atrapados en la enorme esfera oscura, un segundo después todo se volvió a iluminar y los poderes de la reina de las nieves volvieron a estallar con fuerza entre ambos.