Saludos aquí de nuevo trayendo otro capítulo se este fic que mi amigo y yo estamos llevando de la mejor manera posible una vez más agradezco los consejos de IzanagiOmega autor de Sekiryuutei supremo y su secuela.
Agradezco a los que le an dado una oportunidad al fic y sin más que decir aquí el cap.
-¡Mierda!-. El castaño gritó su angustia mientras saltaba hacia la izquierda, esquivando el golpe de garra entrante de una criatura… ¿Cómo decirlo? A sí, sacada directamente de parálisis de sueño de un lunático.
La criatura en cuestión lucía como el típico hombre lobo que había visto más de una vez en los animes, pero con diferencias que lo hacían ver como un verdadero monstruo. Su pelaje negro como el mismo abismo del que había venido, con los ojos tan rojos como la sangre.
Al principio se paró sobre cuatro patas con garras afiladas preparadas para rasgarle la carne de un tajo, para luego pararse sobre sus dos patas traseras haciéndolo ver enorme e imponente. Una especie de armadura formada por huesos estaban esparcidos por todo su cuerpo y una máscara de hueso con marcas rojas se hallaba en su cara.
También tenía protuberancias agudas que estaban esparcidas, lo que dificultaba que Issei intentara asestar un golpe para tomar represalias.
Usó todo su cuerpo en la pelea, haciendo uso de todas y cada una de las extremidades, dientes y garras para tratar de matar al adolescente. Tenía que encontrar una manera de escapar o derrotar a la maldita cosa, pero tampoco se le presentó ninguna oportunidad.
-{Maldita sea. ¿Cómo podría Dios arruinar la teletransportación?}-. Pensó Issei para sí mismo mientras levantaba su mano con el guantelete para desviar otro golpe de la garra de la bestia. La fuerza detrás del golpe lo derribó, con la bestia abalanzándose sobre él.
Issei aterrizó con fuerza sobre su espalda con un gruñido, pero se mantuvo fuerte y sostuvo la mandíbula de la bestia con sus manos. El Grimm se inclinó, tratando de morderle la cara, mientras que el castaño mantuvo los pies en su pecho para evitar que se acercara. El hedor repugnante y la sensación de saliva goteando sobre su rostro no ayudaron, pero no tuvo tiempo de quejarse.
-[¡Boost!]
Una especie de voz salió del guantelete junto con un breve destello verde, lo cual hizo que Issei sonriera feliz por ello. Su fuerza acababa de duplicarse y la presión de evitar que la bestia sobre su persona lo devorase se había ido. De hecho, con el lobo Grimm apoyándose en él, y su mayor fuerza, Issei dio una buena patada con ambas piernas hacia arriba. Los resultados fueron una bestia voladora sobre su cabeza, estrellándose contra un árbol cercano, derribándolo momentáneamente.
Issei se dio la vuelta sobre su estómago y se levantó. Su ropa estaba sucia, hecha jirones y manchada de sangre fresca y seca. Los pocos jirones con piel abierta tenían marcas de garras cruzadas. Ninguna severa, pero todavía estaban frescas. Un poco de sangre también goteó por su barbilla, cortesía de él mordiendo su lengua por culpa de la bestia que lo llevó a un árbol propio antes, y la herida sobre su ojo izquierdo.
-Eres un…dolor real en…el jodido trasero…-. Issei gruñó, jadeando pesadamente, miró al lobo ante él mientras se secaba el sudor en el rostro, para después sacudir la cabeza furiosamente. El Grimm también lo miró fijamente, sus ojos brillaban de un rojo peligroso que parecía acentuado por la noche de escena de terror que los rodeaba.
-En serio Dios ¿En qué carajos estabas pensando cuando me teletransportaste? Espero que fuera un accidente, porque si no…-.
-[¡Boost!]
Ese fue el número tres, Issei sintió otra oleada de poder y sintió que el dolor se adormecía un poco más. Ralentizó su respiración, tratando de calmar su corazón que latía rápidamente, la adrenalina seguía bombeando y le temblaban las manos, pero tenía que mantener la calma.
Sin embargo, fue extraño. No sentía miedo corriendo a través de él, no, Issei no le tenía miedo a la criatura. Ya fuera el conocimiento de su deber y su necesidad de tragarse ese miedo o el hecho de que su adrenalina e instinto para sobrevivir lo suprimieran. No le importaba cuál era…
Actualmente, el miedo solo lo mataría, y no tenía ningún deseo de morir por segunda vez, además, este monstruo no se acerca ni de chiste al monstruo que lo mató en su viejo mundo o al menos eso desea creer.
El lobo gruñó antes de cargar una vez más. Issei lo observó, cerrando la distancia con un ligero cojeo en su pata delantera derecha. Se movía más lentamente y estaba tratando de mantener el peso fuera de él, una lesión infligida por el árbol que se derrumbó sobre él.
Bueno, eso significaba que Issei podía encontrar una abertura. Solo tenía que esperar, el Grimm se paró sobre sus patas traseras una vez que estaba cerca de su presa, su garra izquierda bajo en un golpe con toda la intención de despedazarlo, se apresuró a moverse hacia su lado derecho.
El Grimm trató de seguirlo, pero tropezó ya que puso demasiado peso sobre la extremidad y cayó hacia adelante. Esta era la oportunidad que Issei estaba esperando y no la desaprovecharía.
-[¡Boost!]
Bueno, si lo que tenía en mente iba a funcionar, necesitaría toda la fuerza que pudiera reunir, el castaño conectó un uppercut en la mandíbula de la bestia. Tropezó, pero no cayó, lanzó un gancho, fracturando su pecho esquelético. Lanzó una patada debajo de la pata derecha, aterrizando en su pecho expuesto y debajo de la barbilla. El Grimm fue enviado volando y atravesó otro árbol antes de estrellarse contra el que estaba justo detrás de él. Issei corrió hacia el tronco caído del árbol.
-{¡Por favor, que sea lo suficientemente fuerte! ¡Por favor, sé lo suficientemente fuerte!}-. Pensó frenéticamente mientras levantaba su puño blindado. Lo derribó con tanta fuerza como reunió y para su total sorpresa, el árbol se astilló como el papel.
-¡Jaja, a esto me refería!-.
Issei estaba extasiado. ¡De hecho, tenía el poder de atravesar un árbol como si nada! Y eso es solo el comienzo. ¡Algo así como Goku! Un gruñido lo devolvió a la realidad y recordó dónde estaba, una vez volviéndose hacia atrás, levantó los restos astillados del tronco. El Grimm estaba empezando a reincorporase una vez más, pero prefería no pasar por otra embestida de la bestia.
Issei cargó hacia adelante, sosteniendo el extremo astillado del tronco hacia la bestia. No sabía qué tipo de suerte tuvo cuando el Grimm se paró sobre sus patas traseras y soltó un aullido y, aun así, eso le impidió llevar el tronco hacia el vientre expuesto de la bestia y lo empujaba de nuevo al árbol. Chilló de dolor, pero Issei no prestó atención.
Tenía que matar esta cosa si es que quería vivir, la criatura rugió de dolor y se rascó el tronco, tratando de alcanzar al castaño. Issei cavó sus talones, empujando con todas sus fuerzas mientras los puntos afilados cavaban más profundo, forzando aullidos de dolor de la bestia mientras continuaba arrastrando sus garras a través de la madera, tirando de astillas y trozos de corteza. En lugar de sangre, una niebla negra era emitida por las heridas del ser. Pero no podía concentrarse en eso ahora, tratando de evitar que el Grimm se liberara.
El adolescente todavía podía sentir sus manos temblando. Todavía había una sensación de incomodidad en el fondo de su mente. Estaba matando a otra criatura viviente, no se había dado cuenta de eso hasta ese mismo momento, pero en realidad estaba matando a esta criatura. Malvado o no, seguía siendo un animal que vivía y… ¿Tal vez respira? Lo que sea, se movió, luchaba, estaba vivo. Y él le estaba quitando eso último.
Pero esto era lo que tenía que hacer, al final del día, estas cosas amenazaban y mataban a la gente, de una forma u otra, tendría que matarlos. Dios le dijo que seguirían viniendo y que seguirían matando, esto es lo que tenía que hacer o al menos, eso es lo que tenía que seguir diciéndose a sí mismo.
El monstruo seguía gritando y chillando de dolor. La estrategia parecía buena, pero obviamente no fue rápida y ni de lejos indolora. Todavía tenía que encontrar ayuda y preferiría no tener que luchar contra otra de estas cosas, Issei tuvo que terminar la pelea rápido o podría encontrarse en más problemas.
El castaño miró hacia abajo al Boosted Gear, la gema brillando a pesar de la falta de luz. Tomo nota de las puntas afiladas con garras. Miró hacia a él Grimm que todavía estaba luchando, en un intento desesperado y con movimientos erráticos estaba golpeando y mordiendo el aire para tratar de alcanzarlo. El tronco se iba a separar de la falta de fuerza en su centro a medida que rasgaba y rasgaba más y más trozos de corteza, Issei miró entre la garra y el Grimm una vez más.
El tronco cedió y se dividió en dos mitades con un torrente de astillas y trozos de madera volando por todas partes. Issei ya estaba presionando hacia adelante y llevó la tensión en sus piernas a un nuevo impulso a medida que avanzaba, la bestia estaba cayendo, pero antes de que sus patas pudieran golpear el suelo, Issei estaba frente a ella. Por un momento, el rojo brillante se encontró con un verde brillante más siniestro. Pasó solo un segundo antes de que Issei clavara su guantelete a través del pecho del Grimm, justo donde debería haber estado su corazón, con el guantelete atravesando el otro lado.
Su suposición de su punto vital fue precisa cuando cayó hacia adelante, colapsando sobre él y su cuerpo cayendo, cojeando en su nueva montura. Estaba muerto…
Para su sorpresa, el Grimm comenzó a desintegrarse ante sus ojos. Las partículas negras, casi como una niebla, cubrieron el cuerpo de la bestia de la cabeza a los pies antes de desaparecer. Haciéndolo ver como si nunca hubiera estado allí, sin rastros, sin sangre, sin extremidades, sin garras, ni si quiera un solo hueso. No quedaba absolutamente nada. Estas criaturas realmente eran diferentes.
Era como si fueran complementos sacados directamente de un videojuego. Excepto que no dejaban caer un botín. Pero hizo que subiera de nivel y aún más de un refuerzo de experiencia. Sin embargo, esto era la vida real y no un videojuego. Tenía una vida y mucha gente contaba con él.
No NPCs, era gente real. Por mucho que quisiera disfrutar de su primera victoria, Issei sabía que era solo un trampolín, uno de los muchos por los que tendría que luchar, uno de los muchos que necesitaría tomar y uno de los muchos que continuaría tomando. Un destello de plumas negras llenó su visión, instintivamente su puño se apretó y su sangre comenzó a hervir.
-{NO CONFÍES EN NADIE}-. Le dijo Dios en un tono serio…
-{Encuentra tus propias respuestas hijo mío}-. Esas palabras, que aún persisten en sus oídos. Todavía quedaba mucho por asimilar y lo echaron de la sartén para arrojarlo al fuego. No volvería a ser débil, no volvería a morir sin causa, no le fallaría al mundo por segunda vez…
-¡...!-.
Issei se volvió para ver un arbusto temblando violentamente.
-¿¡..!?-. Se puso en guardia con una gota de sudor bajando por su rostro ante la tensión que sentía, pudiendo escuchar su corazón latiendo con fuerza. Dos más a ambos lados comenzaron a imitar al primero. No pasó mucho tiempo antes de que todos los arbustos temblarán. Y no pasaron más que unos segundos más antes de que la fuente del movimiento se hiciera visible.
Aparecieron seis Grimm más, parecidos a lobos. Todos ellos tan grandes y peligrosos como el primero. Issei chasqueo la lengua mientras apretaba los dientes, los momentos finales del primer Grimm lobo se reproducían en su mente. Todos esos aullidos de dolor y agonía, no fue solo por eso, fue para pedir ayuda. Así que estas cosas viajan en manada; genial, simple y jodidamente genial.
Issei apenas pudo manejar uno. Seis era como si alguien subiera el nivel de dificultad a imposible, todavía estaba herido y no había señales de que llegara ningún tipo de respaldo. Si es que tenía alguno para empezar. Este tipo Ozpin era un director, ¿Qué razón tendría que estar en el bosque?
-¿Cómo podría empeorar esta situación?-. Irónicamente como si hubiese tentado al universo, un nuevo sonido salió del guantelete
-[¡Reset!]
De repente, toda la fuerza lo abandonó tan pronto como la palabra retumbó en todo el claro. Sus piernas se convirtieron en gelatina e inmediatamente cedieron cuando se derrumbó en el suelo, sus manos apenas podían moverse, pero estaban a tiempo para parar su caída, la dificultad imposible fue llevada a otro escalón. Ahora estaba superado en número y sin energía.
Solo tenía que preguntar ¿eh? El cliché tonto de esas caricaturas lo golpeo en el trasero. Acababa de empezar y el mundo ya estaba empeñado en matarlo. Tal vez estaba maldito.
Los monstruos cargaron hacia adelante, todos enfocados en él. Colmillos desnudos y la lujuria por la sangre iluminando sus ojos en la noche. Issei cerró los ojos, maldiciéndose a sí mismo por ser débil.
Los Grimm estaban sobre él en segundos. El más cercano se abalanzó, con garras listas para desgarrarlo. Cerró los ojos y se preparó para el inevitable dolor que le seguiría.
…
…
…
Pero nunca llegó, sin dolor, sin mordidas, sin rasgaduras, sin huesos triturados. Había una picazón en su mejilla, pero nada realmente serio.
Issei decidió echar un vistazo. Tal vez los Grimm decidieron que no valía la pena. Pero no, no fue así. En el momento en que pudo ver claramente, sus ojos se abrieron como platos.
Uno de los lobos estaba directamente frente a él, con sus garras literalmente a centímetros de sus ojos. ¿Esa cosa iba a arrancarle los ojos? Eso no era genial, al menos trató de acabar con sus hermanos rápidamente. Pero parecía que querían que sufriera y se retorciera de dolor mientas lo mataban. Sí, morir definitivamente no era una opción. Aun así, ¿Por qué eran solo…? Espera, están flotando.
-Honestamente, nunca puedo entender cómo Ozpin hace estas cosas-. Una nueva voz entró en la zona.
-{¿¡Alguien estaba realmente aquí!? ¿¡Fue salvado!?}-.
Esos eran los pensamientos del castaño, que pudo ver cómo un resplandor púrpura envolvía a los lobos antes de colapsar hacia adentro sobre ellos, aplastándolos hasta que literalmente no había nada. Una vez más, sin sangre, sin derrames, y ni siquiera la niebla oscura esta vez.
Issei arrastró sus manos debajo de él, la tensión en su cuerpo agotado ya era lo suficientemente dura, sin embargo, tuvo que encontrarse cara a cara con la persona que lo acaba de salvar. Mencionaron a Ozpin, por lo que debe haber sido un aliado y uno fuerte en eso con la facilidad con la que se deshizo de esos Grimm.
Un quejido audible se le escapó mientras giraba al menos lo suficiente para ver quién era la persona que lo salvó. Si bien el dolor que sentía le decía que simplemente se desmayara de una vez, no podía hacer eso todavía, era una cosa de pura voluntad de su mente lo que todavía lo mantenía despierto.
Algo se reforzó cuando no pudo llegar a ese papel el cual destinado en su mundo. Un fracaso que se tomó en serio, y con ello una voluntad que moldearía en acero.
-No debes esforzarte chico, cualquier esfuerzo de más y simplemente le darás más trabajo a las enfermeras-. Reprendió la voz, con un leve toque de autoridad, era femenina y muy firme. En realidad, fue bastante severa. De repente, una sensación de ingravidez se apoderó de Issei cuando sintió que era levantado del suelo. Se habría sorprendido si no fuera porque su agotamiento pudo ver unos agudos ojos verdes con los que se encontró cara a cara. Para un color tan brillante y vivo, eran tan fríos como el hielo.
Issei podía sentir que su cuerpo se endurecía repentinamente, pero esa fue la gota que colmó el vaso, fue en ese momento después que su cuerpo cedió y se apagó por completo. Cayó inconsciente, su mundo cayendo en la oscuridad y la voz de la mujer convirtiéndose en nada más que una incoherencia amortiguada.
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Issei se despertó, la primera sensación fue de shock, la segunda fue el dolor. Así que todavía estaba vivo, herido, adolorido, un poco hambriento y con la boca seca como un desierto, pero vivo. Y a juzgar por la habitación blanca y los vendajes en él, estaba en la oficina de la enfermera de la que habló la aterradora dama antes de desmayarse.
-Debo decir que, derribar a un Beowulf sin ningún tipo de entrenamiento es toda una hazaña.-Un hombre de apariencia más adulta de la que debería aparentar habló desde el lado del adolescente.
El mencionado se encontraba sentado en una silla con una taza de café en la mano. Issei no se sorprendió, de alguna manera había sentido la presencia del hombre antes de poner los ojos en él, tanto o casi como si lo sintiera.
-¿Imagino que tú eres Ozpin no es así?-. Más que una pregunta, parecía una confirmación, todo mientras no dejaba de ver al hombre en cuestión, como si lo estuviera estudiando.
-Profesor Ozpin.El director de la Academia Beacon.-Ozpin tomó un sorbo de su taza de café-Pareces estar bastante tranquilo chico, al parecer tu conmoción inicial está pasando-.
-Sí, bueno, realmente tampoco puedo explicarlo. Así que tú eres de quien Dios habló.
Issei se giró para ver mejor al hombre. Tenía una mirada muy madura. Canas, gafas que parecían más por apariencia que por que las necesitara. También le daba un aire espeluznante como que ocultaba algo grande. Dios le advirtió que no confiara en este hombre al pie de la letra y sus instintos le decían lo mismo
-¿Cómo me encontraste?-. Pregunto queriendo saber cómo pudieron ubicarlo en medio de un bosque lleno de esas cosas.
-Tu llegada no fue exactamente sutil como uno esperaría, realmente fue un milagro que te encontráramos antes de que cada Grimm, cazador o curioso viniera a ver qué causó tal conmoción-.
Issei levantó una ceja, dijo que fue un milagro, lo que significa que habló de salvarlo antes de que lo devoraran, lo cual era poco probable porque la aterradora dama dijo que Ozpin ya lo sabía. Así que eso dejó la segunda opción en mente.
-Lo puedo tomar como que no deseas que la gente sepa de mí y de mi origen ¿No es así?
Preguntó, poniendo su mejor cara de póker. No llevaba mucho tiempo conociéndolo, pero ya le pareció el tipo de persona que no confía en los demás.
Ozpin cerró los ojos y tomó una larga inhalación. Issei pudo ver los años de agotamiento y estrés interminables aparecer y desaparecer en su rostro. También había una tensión extraña en sus hombros, bolsas debajo de los ojos y parecía estar demasiado relajado a pesar de todas las pistas que representarían que no lo estaba. Estaba escondiendo algo y tratando de mantenerlo oculto. Este hombre debe haber estado luchando durante mucho tiempo. ¿Debería Issei esperar lo mismo para sí mismo? Sea como fuese, solo pudo ver como el director exhaló.
-Por ahora…así es, la situación es muy complicada y se ha mantenido en secreto. Si la gente supiera…-.
-¡Espera! ¿¡La gente no sabe de la amenaza?!-.
-Si te refieres a los Grimm, lo hacen. Una plaga como esa no es algo que se pueda mantener oculto-.
Ozpin luego se inclinó hacia adelante, colocando ambas manos en su taza mientras miraba inexpresivamente a los ojos del castaño.
-Es lo que hay detrás de los Grimm lo que debe mantenerse en secreto-.
El castaño volvió a mirar a los ojos del hombre mayor, en ellos había una mirada de suma seriedad, como una advertencia de un peligro. Un peligro mucho mayor de lo que él pudiera imaginarse…algo en el fondo de su mente le decía que esto era más profundo, lo que puso en alerta sus sentidos de que cualquiera que fuera la amenaza, no era algo sobre lo que debería permanecer inactivo. Era una sensación que conocía, pero no sabía cómo lo sabía. Fue... Premonitorio, pero a lo que no sabía y eso…eso era realmente aterrador.
-Ya veo-. El castaño se recostó en su cama una vez más…
-Entonces, ¿Cuál es el plan por ahora? Puede que haya matado a ese Grimm, pero estoy lejos de estar listo para salvar al mundo…-. Miró sus vendajes, imaginando las cicatrices que yacían por debajo de estas, algunas sanarán, pero otras no lo harían, estas serían el recordatorio constante de que tenía que fortalecerse si quería tener alguna oportunidad de salvar a estas personas.
-Tienes una buena cabeza sobre tus hombros-. Ozpin se puso de pie, acercándose al adolescente. El clic de un bastón contra el suelo era el único sonido audible, hasta que se detuvo justo enfrente de la cama.
-Sin embargo, primero tendrás que descansar y recuperarte. Un proceso que aceleraremos ahora, Issei se mostró escéptico a esas palabras, pero quien era el para juzgar, de todas maneras, si dios existe ya todo le daba igual-.
-¿Cómo?-. Pregunto intrigado, pero si era posible recuperarse más rápido no se quejaría, después de todo no tiene tiempo que perder, Ozpin dio otro paso más cerca de la cama, colocó su taza y colocó su bastón a un lado. El hombre de pelos grises luego se paró cerca del castaño y lo vio con seriedad.
-Uhm…-.
-Issei, ¿conoces el aura?-. ¿Aura? Esa palabra confundió al adolescente que solo negó con la cabeza…
-No ¿Qué es?-. El chico pregunto al hombre en cuestión, el mencionado solo soltó un suspiro y empezó su explicación.
-El aura es la manifestación del alma de uno, es algo que nos ayuda en nuestra la lucha contra los Grimms…se puede usar como escudo para protegernos e incluso se puede usar como arma para derrotarlos. Las habilidades y fortalezas específicas difieren de un individuo a otro, pero todo ayuda al final. Incluso tiene el poder de acelerar los tiempos de recuperación. Los rasguños moretones pueden sanar en cuestión de minutos. Los huesos pueden repararse en cuestión de horas o días. Incluso he visto que se usa para traer a alguien de vuelta de la tumba.
Issei tuvo que admitir que eso sonaba bastante bien.
-Eh, el aura parece bastante cool-.
-Sí, estoy de acuerdo. Es "cool", como dicen los jóvenes de ahora-. Ozpin sonrió, mirando al castaño una vez más, mientras formulaba su pregunta…
-Ahora dime chico, ¿Tienes alma?-. Esto hizo que Issei lo viera como si le hubiera salido otra cabeza. El tono y la expresión del hombre parecían juguetones, como si estuviera bromeando con él. La pregunta, sin embargo, también tenía un trasfondo serio.
-Supongo que sí…-. O eso cree, es decir, si no la tuviera ¿Como es que Dios lo revivió?
-Bueno, lo creas o no, tienes un aura-. Respondió Ozpin y espero la reacción del chico…3…2…1…
-¿¡Qué!? ¿¡De verdad!?-. Y ahí estaba la reacción que Ozpin se esperaba, Issei se levantó instantáneamente y lamentó esa decisión. Su cuerpo adolorido y sus heridas enviaron una ola de dolor por todo su cuerpo. Lentamente volvió a su posición anterior. Dejó escapar un quejido que prometió que hasta el final de los tiempos era el quejido más varonil que un hombre podía hacer, todo bajo la risa poco disimulada de Ozpin.
-Estás bastante ansioso, puedo respetar eso. Pero no te muevas tanto cuando tu aura ni siquiera ha sido desbloqueada todavía-. Ozpin cerró los ojos mientras sus manos se aferraban al adolescente, una fue colocada sobre su hombro mientras el otro descansaba sobre su cabeza, la palma apoyada contra su frente. No fue incómodo, pero lo suficiente como para mantenerlo quieto mientras Issei no intentara moverse demasiado.
-Debo admitir que tienes un factor de curación acelerado mayor al de la mayoría de los civiles, posiblemente un regalo de tu mundo-.
Los ojos de Issei captaron el brillo rojo de su Boosted Gear cuando la luz que se abrió paso a través de las cortinas lo golpeó. Sí, fue por el equipo que estaba vivo.
-Si dominas tu aura, es posible que puedas recibir una gran cantidad de daño y aun así estar casi intacto. Sí, realmente puedo sentir un profundo charco de aura dentro de ti. El más profundo que he visto en mi vida, realmente los de tu mundo están dotados en ese aspecto. ¿O es quizás que tu eres especial? Si, quizás sea eso, por algo ese Dios extranjero te envió-.
-Amm… Gracias-. Respondió torpemente Issei. No sabía cómo aceptar el cumplido, fue extraño ver cómo hablaba tan bien de su alma.
-Antes de continuar, debes poner tu arma en un estado inactivo-. Dijo el hombre mayor, haciendo un gesto al guante, Issei parpadeó dos veces antes de enfocarse de nuevo.
-Si es como dice tu dios, esa pieza debe llevar una gran cantidad de poder; un poder que muchos matarían por tener. El guantelete en sí mismo se puede hacer pasar como tú arma de cazador, pero los poderes dentro de él deben mantenerse en secreto y prefiero que no interfiera en el ritual-.
Issei echó una mirada hacia su Sacred Gear una vez más. Luego recordó la advertencia de Yuuma sobre este mismo también…era la razón por la que ella lo había matado, si no lo hubiera tenido, nada de esto estaría sucediendo, el estaría viviendo su vida con normalidad, sin saber de la inminente desaparición de su mundo y sin saber del mundo en el que vino a parar hoy.
Se tragó el nudo en la garganta, Ozpin tenía razón, no debería revelar sus poderes al mundo, el conocimiento podría llevar a alguien a venir tras él de nuevo antes de que pudiera fortalecerse. No quería una repetición de Yuuma, especialmente con los resultados finales que podrían producirse debido a su fracaso. Issei no quería fallar antes de poder comenzar, no una segunda vez.
El castaño sabía que se estaba repitiendo, pero tenía que hacerlo, para seguir adelante, por el bien de la gente de este mundo, para redimirse por fallar a sus propios amigos y familiares. No habría una tercera oportunidad…
Por ahora, tendría que hacerse fuerte por su cuenta. Hasta que pueda dominar el Boosted Gear y derrotar a cualquiera que lo amenazara. ¡Además, no quería perder la oportunidad de un campo de fuerza potencial de su propia alma! Era como un trato tipo patea traseros de otro anime que vio mientras crecía.
-Correcto... Debería... Probablemente debería ocultarlo-. Murmuró, inseguro de cómo hacerlo, después de todo no lleva ni un día con esta cosa y Dios no le dio un manual de instrucciones… ¿Por qué las cosas siempre tienen que ser tan complicadas para él?
-Sí, sabes…prefiero que tampoco haya múltiples informes de maestros de que traigas armas a clase sin permiso previo-. Esto lo dijo con un tono de broma, pero podía ver qué realmente no quería lidiar con más papeleo del necesario.
-Jejeje, sí, eso sería malo-. Hubo una extraña y larga pausa tras decir eso ultimo. Tanto tiempo que Ozpin realmente se quitó las manos para mirar al castaño. Issei miraba el guantelete fijamente, con el ojo temblando mientras probaba diferentes señales de mano para tratar de deshacerse del equipo. Así que se miraron el uno al otro durante unos cinco segundos más antes de que se volviera dolorosamente obvio.
-... No sabes cómo hacerlo, ¿Verdad?-. Issei solo pudo encogerse ante su mirada. Quería mentir, pero mentir solo habría cavado una tumba más profunda. Así que agachó la cabeza y se rindió.
-No…-. Ozpin tomó una inhalación y exhalación rápidas. Ahora recuerda por qué nunca tuvo hijos…
-Yo diría que simplemente deberías ser capaz de eliminarlo, digo, es una parte de ti y aparece cuando lo llamas, ¿Verdad?-.
Issei parpadeó un par de veces. Su razonamiento, aunque descabellado, tenía algún tipo de sentido, además, era mejor que lo que era su plan B. Usar una palanca para tratar de arrancarla fue una idea terrible.
-Claro, vamos con tu idea-. Respondió Issei, luego se volvió hacia el equipo y cerró los ojos. Podía sentir su flujo de poder y su conexión con él…el poder que fluía de él parecía vasto e interminable, pero fluía a través de un canal estrecho con una puerta. Se atrevió a intentar abrirlo, pero se dio cuenta de que no era la mejor idea para la situación actual. Necesitaba que desapareciera por ahora para poder obtener su aura.
Tal vez debería intentar silenciarlo, como si fuera un pensamiento en su cabeza. Después de unos segundos, un destello verde familiar iluminó la habitación antes de desaparecer y, con él, el Boosted Gear también desapareció.
-¡Jaja, lo hice!-.
-Bien hecho muchacho-. Ozpin dio un asentimiento de aprobación.
-Ahora, comencemos de una vez, cuanto más rápido te cures, más rápido podremos comenzar tu entrenamiento-.
-¡Sí! ¡Cómo usted diga director!-. Issei asintió con entusiasmo, cualquier oportunidad de entrenar, era bienvenida. Quería fortalecerse, quería proteger a la gente, después de luchar contra los Grimm de primera mano, se dio cuenta de lo grande que era la pared que tenía que escalar. Cuanto antes empezara, mejor…
-Muy bien, entonces, comencemos-. Ozpin devolvió sus manos a su posición original, cerró los ojos y comenzó a concentrarse, Issei siguió su ejemplo, respirando profundamente para calmar su corazón que latía rápidamente. Estaba emocionado, ansioso, extasiado y cualquier otro sentimiento similar que no pudiera nombrar en este momento…el adolescente no sabía por qué, pero la oportunidad de ser un héroe, lo emocionó. No tanto como las tetas, pero era un sentimiento cercano, nada podía superar la idea de convertirse en rey del harem. Aun así, ser un héroe estaba cerca.
Probablemente fue de todas las historias que había leído con Irina. Las historias de héroes, monstruos malvados, oh, y sin mencionar a las hermosas princesas que siempre se enamoraban del héroe. Demonios, algunos tenían varias mujeres adulándolas.
¡No! ¡Céntrate carajo! Tenía que salvar a la gente, ante todo. Debía ser un protector, un salvador, más...las mujeres no estaban exactamente en su mente. No después...
-"Siempre recordaré nuestra cita, Issei. Me lo pasé de maravilla engañándote."
-"Apreciaré esto. Un recuerdo en tu memoria."
Sí...la gente, los que no podían valerse por sí mismos. Tenían que ser lo primero, ojalá pudiera disfrutar de las tetas sin la idea de que las mujeres lo usaran o intentaran matarlo...Cuando Issei terminó sus pensamientos, Ozpin comenzó.
-"Porque es en la determinación que logramos el éxito. A través de esto, nos convertimos en un dechado de luz y humanidad. Elevarse por encima de lo que es la oscuridad. Infinito en la muerte y sin ataduras por-".
-¡¡AAAAAAAAAAAHHHHH!!-.
Los ojos de Ozpin se abrieron mientras retrocedía conmocionado. Jadeó mientras veía a Issei comenzar a retorcerse y girarse en su cama violentamente. Los ojos del niño estaban muy abiertos y su boca estaba abierta de par en par mientras dejaba escapar un grito agonizante. Sus manos se agarraron a las sábanas y al borde de la cama. Sus pies patearon hacia adelante y hacia atrás ferozmente, arrancándole la cubierta y arrojándola al suelo.
Finalmente, Issei se levantó de la cama, aterrizando en el suelo con dureza. El equipo médico y el vidrio cayeron, rompiéndose contra las baldosas, fragmentos derrapando por la habitación. A Issei poco le importó y busco cualquier cosa que pudiera sacarlo de su sufrimiento. Todo lo que pudo alcanzar era un fragmento de vidrio y se vio tentado a usarlo, pero solo por medio segundo.
Después de todo este dolor… Este dolor era mucho peor que lo que Yuuma le había hecho. Era como si todo su cuerpo hubiera sido incendiado y lo estuviera quemando de adentro hacia afuera. Se aferró a su carne para tratar de deshacerse de la sensación de ardor, pero hizo poco para aliviarla. Simplemente se rascó furiosamente a sí mismo, provocando que su piel se pusiera roja por el estrés de sus uñas rastrillando en ella.
-¡Duele! ¡Duele! ¡Duele! ¡Maldita sea, duele!-. Gritó cómo pudo, sintiendo que sus palabras salían de su boca como una llamarada.
-¡Carajo! ¡¿Se supone que debe doler tanto?! ¡Esta mierda duele anciano!-. Ozpin corrió alrededor de la cama a su lado. Las enfermeras también habían entrado corriendo por la puerta al escuchar los gritos del castaño.
-Esto no era lo que tenía que pasar…entonces ¿Por qué? ¿Qué es lo que falló?-. Preguntó el director en voz alta, más para sí mismo que otra cosa.
Tampoco es como si Issei pudiera oírlo, realmente apenas se dio cuenta de que las enfermeras lo llevaron de vuelta a la cama como mejor pudieron. Todo lo que podía escuchar eran sus propios gritos, lo único que podía sentir era el intenso sufrimiento de su sangre sintiéndose como si hubiera sido reemplazada por lava fundida. ¿¡Por qué fue tan doloroso!? Esa y otras preguntas pasaron por su mente en cuestión de segundos…
-[¡Grooooooaaaaaaar!]-.
De repente el castaño escuchó algo,otra voz aparte de la suya casi parecía rugir en agonía. Sin duda la voz era profunda, poderosa y su dolor sonaba tan mal como el suyo, Issei movió los ojos desesperadamente alrededor de la habitación, pero no vio a nadie. Solo a las enfermeras tratando de averiguar qué le pasaba y a Ozpin de pie con una mirada temerosa en su rostro. Entonces, ¿De dónde venía la otra voz?
Pasaron los minutos, aunque se sentían más como horas para el adolescente y finalmente el dolor comenzó a disminuir, sus gritos habían cesado, ya que su garganta ya no podía soportar tal castigo. Issei volvió a caer sobre la almohada, cubierto de sudor y completamente agotado, su respiración era irregular y todo su cuerpo se sentía entumecido, sus ojos todavía se movían, pero ni siquiera podía girar la cabeza.
-¡Issei! ¡Issei! ¿¡Qué pasó!?-. Ozpin trató de ir con él, pero una de las enfermeras lo detuvo, asegurándose de que no tocara a Issei en su estado actual. El director sólo pudo observar al chico, que parecía al borde de la inconsciencia.
-Yo…No…No lo sé…-. Contestó como pudo, le dolía hablar y hacía un gesto de dolor con cada palabra que soltaba, sus ojos se sentían secos y dolorosos, pero cada parpadeo era incluso peor, por lo que los mantenía abiertos todo el tiempo que podía, moviéndose con cada parpadeo necesario.
Ozpin lo miró por más tiempo, esperando más. Pero nada llegó. Issei yacía allí mientras la enfermera que no sostenía al hombre de cabello gris se movía para ayudarlo. Ella le colocó una toalla húmeda en la frente y le proporcionó una botella de agua fría. Bebió con desesperación, pues nunca sintió tanta sed en toda su vida. Era como un regalo de Dios con lo celestial que sabía. Lo bebió hasta que no quedaba nada más que aire y trató de beberlo también hasta que la enfermera lo apartó.
Ozpin había dado un paso atrás para tratar de reflexionar sobre las cosas. Nunca antes había visto una reacción como esa en alguien que tratará de desbloquear su Aura. Algunos simplemente dicen que sienten una sensación de hormigueo, pero ver tal nivel de dolor era inaudito. ¿A lo mejor era porque él no era de su mundo?
Mientras Ozpin trataba de averiguar qué salió mal, las enfermeras revisaron doble y triplemente al adolescente. Se aseguraron de que ninguna de sus heridas se hubiera reabierto y tomaron nota de la piel enrojecida de donde se había rascado, se encargaron de frotar un poco de ungüento antes de finalmente dar un paso atrás y dar un suspiro de alivio. Aunque se quedaron cerca, solo por si acaso.
Issei todavía estaba tratando de averiguar de dónde habían venido los otros gritos. La persona o ente sonaba como si estuviera directamente en su oído, pero no podía ver a nadie. Era casi como si fuera una voz en su cabeza, pero la persona sonaba como alguien completamente diferente, completamente separado de su cuerpo, pero tampoco al mismo tiempo. ¡No entendía nada!
¿Estaba imaginando cosas? ¿¡Nada podría ser fácil para él o qué!? Debía de estar maldito o algo así, quería ser un protagonista de anime, pero incluso ellos tuvieron algo de buena suerte para ayudarlos al principio. ¿Dónde estaba la suya maldita sea? ¡Al menos una ayuda mental o algo…!
-Issei…-. El castaño se giró hacia el director, quien aún tenía una mirada mortificada y de absoluta seriedad.
-¿Qué fue lo que pasó?-. Volvió a preguntar una vez más, parecía desesperado por obtener una respuesta.
-No lo sé…-. Issei repitió de nuevo, le resultó un poco más fácil hablar ahora, pero aún le dolía un poco en la parte posterior de la garganta.
-¿Nada en absoluto? ¿Nada que pudiera causar tal reacción?-.
Issei pensó por segunda voz por un memento, no vio a nadie más gritando y las únicas otras personas en la habitación estaban demasiado preocupadas por él y no mostraban signos de dolor. Luego, pensó en el Boosted Gear, el ominoso y antiguo poder que emitía. ¿Había algo más? ¿Algo que podría conectarse con la otra voz? ¿También era posible que fuera la razón por la que no podía desbloquear su aura? Tantas preguntas que responder en tan poco tiempo e Issei carecía de la capacidad cerebral actual para hacerlo. Todavía tenía dolor y ni las enfermeras, ni Ozpin, le daban tiempo y espacio para pensar.
- "No confíes ciegamente en nadie, ni siquiera Ozpin"-.
Las palabras de Dios volvieron a sonar en su cabeza. ¿Fue este uno de esos momentos en los que retuvo tales pensamientos? Todavía tenía poca comprensión y podía estar equivocado en sus sospechas. No sabía si el Boosted Gear era el problema. Tampoco sabía si la segunda voz tenía alguna conexión con ella. Probablemente era mejor no decir nada hasta que tuviera algo más concreto.
Issei se mordió el interior de la mejilla, parecía que tenía mucho más que descifrar, realmente deseaba que Dios le hubiera dado una guía para principiantes sobre esto. Salir de la sartén y entrar en el fuego nunca tuvo más sentido que ahora. Issei notó que Ozpin todavía estaba esperando una respuesta.
-No sé qué pasó, estabas haciendo el ritual y de repente, sentí un dolor agudo, sin advertencia ni nada. Lo siento…-.
-No, no, es mi culpa. Creo que apuré demasiado las cosas y no tuve en cuenta ciertas cosas-. Ozpin se apresuró a asumir la culpa, algo que hizo que Issei se sintiera un poco culpable. El director parecía genuinamente disculparse e Issei le guardaba secretos, el hombre parecía lo suficientemente inteligente, era posible que pudiera resolver el problema. Pero Issei todavía sentía que algo estaba mal en Ozpin. No lo hizo relajarse alrededor del hombre, ni confiar en él hasta que pudiese comprender la situación por sí mismo. Sería mejor si se quedara solo…
-Marie, Bell, ¿Pueden darnos un momento por favor?-.
Las enfermeras miraron a Issei para confirmarle que estaba bien. El joven asintió, asegurándoles que estaría bien por ahora, se mostraron algo reacias, pero se fueron sin decir una palabra. Issei no podía creer que las mujeres fueran tan amables cuando no sabían que era tan pervertido. Tal vez debería tratar de contenerse un poco en este nuevo mundo… Aunque será muy difícil, lo sabe bien.
-Me disculpo por haberte causado tantos problemas en tan poco tiempo-. Ozpin habló, rompiendo el tren de pensamientos del adolescente.
-No es… Nada-. Respondió Issei lentamente, intentó aclararse la garganta, pero a cambio sintió una ligera punzada de dolor.
-No lo creo. Si tal cosa te causa tanto dolor, es posible que tengamos que posponer tu entrenamiento…-.
-¡No!-. Issei gritó, tratando de sentarse en su cama y fracasando miserablemente. Todo lo que hizo fue tirar una mano y tirar las revistas sentadas sobre la mesa al suelo. L-lo siento-.
-Olvídalo. ¿Por qué eres tan inflexible para entrenar?-. Ozpin preguntó, entrecerrando los ojos ligeramente. La cara de Issei se contorsionó en una expresión sombría. La visión de sus amigos, su madre, su padre, todos los estudiantes y maestros de la academia Kuoh, siendo masacrados, quemados y asesinados por solo Dios sabe qué, plagaron su mente. Apretó las sábanas de la cama con sus puños tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos.
-Dios no te habló de nuestro mundo, ¿verdad?-. Issei tomó respiraciones dolorosamente lentas para calmarse. Parecía que había algo de amargura en el recordatorio de que su mundo se había ido, pero era esa amargura la que podía crear el bien. Solo tenía que mantenerse enfocado.
-No compartió mucho. Solo que estabas siendo enviado aquí con un poder que podría darnos para salvarnos en esta guerra-. Ozpin se sentó en su silla, apoyando los brazos en sus muslos mientras se inclinaba hacia adelante.
-¿No te pareció algo difícil de creer toda esta situación?-. Preguntó Issei con los ojos enfocados en el techo, perdiéndose en sus pensamientos.
-He estado luchando durante mucho tiempo. Me han mentido, me han apuñalado por la espalda, me han traicionado, me han vendido y muchas otras versiones de la palabra. Tu dios tenía una mirada de agotamiento total en su rostro. Estaba lleno de gran pérdida y luto, como si hubiera perdido todo lo que le era cercano y querido, si tuviera que dudar de él mientras estaba en tal estado de depresión, no podría llamarme hombre-.
Respondió con una mirada llena de resolución, pero también Issei podía notar un atisbo de dolor mostrando que no mentía al decir que conocía el amargo sabor de la traición. Solo pudo soltar un suspiro antes de poner su mirada en el hombre mayor.
-Ya veo. Bueno, deberías entender por qué no quiero decepcionarlo-.
-Eso no justifica que intentes suicidarte muchacho-.
-No significa que puedas detenerme tampoco, tengo que fortalecerme, a toda costa-. Contesto con una mirada de desafío, pero también llena de determinación. Una que mostraba que no le importaba su propio bienestar, algo que preocupó al adulto frente a él.
-Esas son palabras peligrosas y más para alguien como tu…-. Ozpin entrecerró los ojos con suma seriedad.
-Peligroso no es ni la mitad-. Issei hizo lo mismo, los dos se miraron el uno al otro durante unos largos segundos. Casi parecía que el barco se inclinaría antes de que pudiera salir de los muelles…pero el hombre mayor finalmente suspiró derrotado. Parecía que realmente tenía algo difícil entre manos.
No quiere decir que fuera malo, pero definitivamente sería estresante. Y, desafortunadamente, esto no era algo que pudiera encargar a Glynda e ir a disfrutar de una taza de café. Sin embargo, era ese tipo de fuerza y voluntad lo que necesitan para ganar esta guerra.
Jaja... Ozpin juró que se estaba volviendo demasiado viejo para esto… El director se levantó y agarró su bastón que había puesto junto a su silla.
-Está bien,Está bien en el momento en que te hayas recuperado comenzaremos a entrenar en todos los ámbitos posibles, pero no aceptaré menos del ciento diez por ciento. ¿Está claro?-. Los ojos del niño se iluminaron y una gran sonrisa se dibujó en su rostro como respuesta.
-¡Sí señor!-. Con eso dicho se acomodó en la cama, emocionado ante la idea de poder hacerse más fuerte. No volvería a fallar y salvaría este mundo, eso era una promesa que no estaba dispuesto a romper. Ozpin golpeó el bastón contra el suelo y abrió la puerta.
-Bien ahora descansa un poco… Realmente necesito otra taza de café-. Declaró con pesadez la última frase y con eso, la puerta se cerró dejando solo al castaño con sus pensamientos y una sonrisa en el rostro. Issei mentalmente bombeó el puño, ya que físicamente no podía en este momento. Las cosas finalmente pueden estar mejorando para él.
Tenía un maestro para entrenarlo y aún si no tuviera aura, se convertiría en un cazador patea traseros en poco tiempo, se convertiría en el héroe de este mundo y derrotaría cualquier mal que estuviera amenazándolo. Esos Grimm no tendrán ninguna oportunidad una vez llegue al campo de batalla. Tal vez su suerte estaba cambiando finalmente.
Issei sintió el agotamiento abriéndose camino a través de él…el sueño lentamente comenzó a filtrarse y esta vez no opuso resistencia. Pero a medida que su conciencia se desvanecía lentamente, se preguntó cuál sería el tipo de entrenamiento que le darían.
¡Esperaba que fuera algo genial que involucrara espadas y armas! ¡Oh, tal vez incluso láseres! Sí, las cosas definitivamente estaban mejorando ahora
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O al menos eso fue lo que pensó…
Actualmente se encontraba en lo que sería el despacho de Ozpin en la academia Beacon, con este al otro lado de su gran escritorio. Se le veía bastante relajado a comparación de Issei…
-¡Me mentiste!-. Grito indignado, golpeando sus manos sobre la mesa, parecía que en cualquier momento saltaría a la garganta de Ozpin, quien estaba recostado en su silla junto a su inseparable taza de café como si nada pasara.
-No tengo idea de lo que quieres decir-. Contestó, bebiendo de su taza, incluso suspiró feliz, después de haber tomado el primer sorbo de la taza de café recién hecho. Issei tuvo un tic en su ceja ante el descaro de este sujeto.
-¡¡Mierda!! ¡¡Sabes exactamente a qué me refiero!!-. Grito indignado ante el descaro del sujeto, pero luego sintió un escalofrío que lo obligó a calmarse un poco.
-Lenguaje, Sr. Hyoudou. – Una nueva voz se unió a la conversación.
Issei se volvió hacia la fuente de la voz, llegando a ver un conjunto familiar de ojos verdes escalofriantes. La expresión severamente familiar y la fusta en su mano tampoco ayudaron a calmarlo. No es que debiera. Después de todo, se había familiarizado demasiado con ese sentimiento en la última semana.
-Me disculpo, Srta. Goodwitch…
-Asegúrate de que no vuelva a suceder-. La mencionada le dirigió una mirada que prometía un castigo ejemplar y severo si volvía a faltarle el respeto al director. Esto hizo que el castaño tragara saliva audiblemente.
-Sí, señora…-. Contestó firme en su lugar, casi como un soldado sin tener la menor intención de provocar la ira de la mujer…
Glynda Goodwitch superó con creces a la presidenta del Consejo Estudiantil, Shitori Souna. Tal vez fue el hecho de que ella tenía una fusta consigo y no dudaba en darle un buen uso cuando se trataba de castigar a los estudiantes. Aunque tiene entendido que a algunos les gustó, je, masoquistas. Pero Issei definitivamente no era uno de ellos.
Ahora que lo piensa ¿Quien elige una fusta como su arma de caza preferida? La telequinesis era genial y todo, pero ¿Quién decide canalizarla a través de una fusta? Una varita lo entiende, combinaría con su nombre, pero ¿Una maldita fusta?
Eso era…Issei juró por su segunda vida, que la mujer tenía que estar usándola para sesiones secretas de BSDM con alguien. Solo podía imaginar que quién fuera el pobre diablo o diablesa con quien práctica, era sin duda un/una súper masoquista. Esperen, se estaba desviando del tema.
-¡¡Ozpin!!-. Gritó, volviéndose hacia el hombre mayor.
-¿Sí, mi chico?-. Tomó otro sorbo. ¿Alguna vez dejó de beber café? Es más ¿Tan siquiera duerme? ¡No, deja de distraerte maldita sea! ¡Enfócate Issei!
-¡¡No hicimos ningún tipo de entrenamiento!! ¡¡Toda esta semana, no hicimos nada!!-. Volvió a gritar, poniendo sus manos sobre el escritorio del director, viéndolo a los ojos mientras él continúa con su mirada tranquila y bebiendo de esa maldita taza. Jura que se deshará de esta como venganza.
-Yo diría que hicimos mucho-. Respondió el director con una calma aterradora, una vez más sintió un tic en su ceja junto a que podría jurar que una vena en su cuello se hincho…
-¿¡Qué!? ¿¡Esas interminables salas de estudio escuchando al Profesor Port hablar sobre sus batallas con Grimms y sus desvaríos de juventud!?, ¿¡Las interminables conferencias de historia del doctor Oobleck!? ¿¡La meditación que adormece el cerebro que tú y yo hicimos!? ¿¡ESO fue entrenamiento!?-. Preguntó con ira e incredulidad ¿¡Donde estaban las espadas, las armas láseres o cualquier cosa que fuera realmente emocionante!? ¡¡Regrésenle su emoción y expectativas!!
-Eres bastante honesto ¿No?-. Volvió a darle otro sorbo a su taza ante la mirada exasperada de Issei.
-Mi nombre significa literalmente "Honestidad"...-. Está nueva información hizo que el director alzará una ceja. Pero no le tomó mucha importancia.
-Debo decir que es un entrenamiento muy adecuado para ponerte al día-. Respondió Ozpin, girando su asiento para mirar hacia la ventana.
-¿Recuerdas que la orientación es hoy?-. Le hablo sin verlo mientras contemplaba los campos de la academia.
-Sí, lo hago, pero eso todavía no explica ¿Por qué…?-. Su pregunta fue cortada cuando Ozpin se giró y lo vio con seriedad. Una que parecía imposible de refutar.
-Debes recordar que solo viniste a este mundo hace siete días, sin ningún conocimiento de este-.
El castaño tuvo que darle un punto, aún no sabía casi nada de Remnant. Saber cómo se llama este mundo era lo mejor que sabía hasta ahora, pero aún desconoce muchas cosas, como el por qué la luna está destrozada.
Además, estuvo incapacitado durante tres de esos siete días. En ese corto período de tiempo, tuvo que ponerse al día tanto como fuera posible para que estuviera preparado una vez que comenzara el año escolar y aún necesita sesiones de estudio para mantenerse al día una vez que comiencen las clases… Hugh, vaya mierda. Ozpin luego se volvió y se encontró con la mirada firme de Issei con la suya propia.
-¿Y necesito recordarte tu situación de Aura?-.
Pasaron unos segundos antes de que Issei retrocediera. Ozpin tenía razón y muchas de las enseñanzas eran una necesidad. Ahora tenía una mejor comprensión del mundo y un objetivo más claro para ayudarlo a descubrir los problemas en este. Sin embargo, todavía tendría que estudiar y tener clases particulares de tutoría si quería mantenerse al día con los otros estudiantes. Aun así, deseaba poder entrenar, aunque fuese un poco.
-Además, estoy seguro de que Glynda te prestó atención más que suficiente en tu entrenamiento de fuerza física-.
Issei sintió un escalofrío aún mayor dispararse por su columna vertebral. Deseaba no tener que vivir tales pruebas nunca más. Quería entrenar sí, pero más con el Boosted Gear. El "entrenamiento", si es que pudiera llamarlo así, que la mujer rubia le había sometido bien podría haber sido el infierno. Era tortuoso, ella era implacable y él nunca supo cuántos músculos tenía hasta que sintió que todos le gritaban a la vez de dolor. Todos los animes que vio nunca mostraron esta parte de fortalecerse. Por lo general, era solo un montón de gritos y flashbacks en forma de montaje. Maldita sea ¿Por qué no podría tener ese lujo?
-Ahora, debes estar fuera. Los estudiantes ya han llegado y me gustaría que mantuviéramos nuestra relación en secreto.- Ozpin se levantó del escritorio, agarrando su bastón en su mano libre, el otro todavía sosteniendo su taza de café, a lo cual Issei asintió con la cabeza en respuesta.
-¿Cuándo se reanudará mi entrenamiento?-. El director puso los ojos en blanco juguetonamente. El castaño en realidad estaba decidido a hacerse más fuerte.
-Todo a su debido tiempo, por ahora concéntrate en pasar tu iniciación, eres un futuro estudiante de Beacon y no haré ninguna excepción para un viajero de otro mundo. Una sonrisa creció en la cara del adolescente.
-Solo preocúpate de hacer un régimen de entrenamiento increíble. Déjame la iniciación a mí, después de todo estoy listo-. Y con eso, Issei se giró y se dirigió al ascensor. Presionó el botón y dio una sonrisa segura y dentada antes de que las puertas se cerrarán. Fue entonces cuando Glynda habló.
-¿Estás seguro de que pasará? Ni siquiera tiene su Aura desbloqueada, sigo pensando que esta es una mala idea Ozpin-. El mencionado no dijo nada. Él, en cambio, optó por terminar su café antes de responder.
-¿Este es un buen café…sabes? Te preocupas demasiado Glynda, creo que el chico, con Aura o sin ella, no se rendirá. Fue enviado aquí por una razón, recuerda, todavía lo necesitamos. Alejarlo solo causaría más problemas y pondría más vidas en peligro, los ojos de la maestra se entrecerraron con algo de escepticismo.
-¿Y si falla?-.
Ozpin finalmente quitó los ojos de las puertas del ascensor. Lo que la mujer vio fue una mirada de seriedad que no había visto en algún tiempo. La última vez fue cuando envió a Qrow a investigar en Grimmlands. Eso fue hace meses, entonces, para que se mostrará una vez más, no estaba en su estado de ánimo generalmente despreocupado.
-No fallará, si su dios cree en él, si un ser de tal poder puede poner tanta fe en él ¿Por qué no debería hacerlo yo?-.
-Sin embargo, guardas secretos de él-. Glynda señaló algo evidente, provocando que los labios del director se fruncieran.
-Todavía es solo un niño, tiene suficiente en su plato y prefiero no causarle más coacción con los peligros que se avecinan mucho más en el futuro, por ahora, debería tratar de disfrutar de su tiempo como niño. Los hermanos lo saben, no durará-.
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Issei estaba recorriendo el campus de la academia todavía no se había dado el tiempo de admirar lo con detalle, realmente tiene que admitir que supera con creces a la academia Kuoh, se pregunta cuánto es lo que reciben de presupuesto para mantener algo así de grande
Se dio cuenta que ya había muchos chicos y chicas dispersos por aquí mostrando que ya casi seria hora de ir al auditorio estaba a punto de darse vuelta para ir se cuándo…
-¡Achoo!-. El sonido de alguien estornudando, seguido rápidamente por una explosión, llamó la atención de Issei. Se volvió en la dirección del disturbio y notó a dos chicas en medio de una discusión. Bueno, más bien una reprendiendo a la otra.
La primera tenía la cabeza gacha y parecía extremadamente cohibida, juntando los dedos en lo que se podía suponer que era vergüenza. Parecía ser la más joven del lugar, tenía el cabello negro corto terminando en puntas rojas también pudo ver que tenía un par de ojos plateados por un momento se perdió en ellos era la primera vez que veía ese color de ojos y la verdad sentía que le quedaba a la chica.
Llevaba un vestido estilo lolita gótica de color negro con detalles en rojo y para completar el estilo, llevaba una capa roja con capucha sobre ella junto a unas medias y unas botas negras de combate con la suela roja.
Tenía que admitir que la chica era linda, aparte ese estilo la hacía ver cómo una versión Lolita gótica de la caperucita roja. Su mirada luego paso a ver a la otra chica que parecía que en cualquier momento escupiría fuego de lo molesto que estaba.
La otra chica estaba cubierta de hollín y le estaba gritando a la primera que solo podía encogerse ante el regaño que parecía estar recibiendo. Parecía la típica chica fina y sabía si su uso de palabras complicadas y postura altiva era algún indicativo.
Tenía el cabello blanco como la nieve con ojos azules tan fríos como el hielo, no tanto como los de Glynda, sin embargo, y una ligera cicatriz en el lado izquierdo del rostro, pero tenía que admitir que eso solo aumentaba su belleza, llevaba un vestido blanco de aspecto caro con forro rojo, un collar alrededor de su cuello y botas blancas de tacón alto. Al ver eso no pudo evitar preguntarse cómo lucharía con eso puesto.
-¡Increíble! ¡Esto es exactamente de lo que estaba hablando!-. Oh, ella realmente estaba gritando y se notaba muy enfadada.
-¡No deberías jugar con el Dust!-.
-Lo siento mucho…-. La primera chica trató de disculparse, la segunda no tuvo la mejor reacción, ya que continuó su arrebato contra la pobre chica que realmente se notaba afectada por los gritos.
-¡Silencio! ¡¿No eres demasiado joven para estar aquí de todos modos?! ¡Esta es una prestigiosa academia para lo mejor de lo mejor! ¡No es el patio de recreo del kínder!-.
Con eso Issei tuvo suficiente, odiaba ver a alguien ser intimidado, especialmente después de que ese alguien se disculpó, inconscientemente comenzó a caminar a su dirección y antes de darse cuenta ya estaba parado entre las dos chicas que se mostraron sorprendidas de que alguien se metiera de la nada.
-¡Oye! ¡Ella dijo que lo sentía!-. Gritó, tratando de sonar lo más duro posible. La primera chica parecía aliviada por el apoyo, pero la segunda no estaba nada impresionada. Incluso llegó a fulminarlo con una mirada aguda que no lo amedrento.
Luego recordó que estaba en su nuevo atuendo de cazador que el profesor Port le había regalado ayer. Fue un estilo único que lo hizo destacar. Una gabardina roja con acolchados de hombro de cuero negro, un chaleco negro debajo con botones de forro blancos, pantalones de combate gris azulado y botas negras hasta la espinilla con forro rojo en la parte superior. Incluso si esta chica no lo creía, sabía que se veía rudo.
-¿Y quién eres?-. Preguntó la chica con una actitud y semblante de princesa mimada.
-Issei, Issei Hyoudou, harías bien en recordarlo-. Bueno, decidió ser un héroe, después de todo este podría ser un buen comienzo ¿No? El chico vitoreó mentalmente, siempre quiso decir una línea genial como esa. Sin embargo, la chica solo bufo desinteresada en su presentación algo que lo desánimo un poco pero no lo mostró tenía que al menos mantener la imagen.
-Como si tuviera tiempo para recordar a un patán como tu-. ¡Ay! Eso dolió, aunque admitía que sus palabras quedaban con el aire que daba…
-¿Sabes con quién estás hablando?-.
-No, en realidad no. ¡Pero tampoco tengo pinta de que me importe! ¿Verdad?-. Issei respondió de inmediato y no mentía.
Después de todo, apenas si se sabía el nombre del planeta, menos va a conocer a una princesita mimada como la que tiene enfrente. La chica encapuchada puso una mano sobre su boca para tratar de tapar su risa, la miró, confundido, al menos hasta que giró para ver la expresión de la otra chica. La princesa no estaba contenta en lo absoluto.
La mirada en su rostro parecía ser la cara más ofendida que alguien podría hacer, casi parecía como si ella estuviera genuinamente sorprendida por su ignorancia. Hey, no es su culpa no saber nada de este mundo, apenas si lleva una semana aquí, denle un respiro. Además, estaba siendo honesto, eso no es ningún crimen.
-Weiss Schnee, heredera de la SDC. Una de las compañías más grandes que producen y refinan el mejor dust en Remnant-. Esto fue mencionado por otra persona que se metió en la conversación.
El trío se giró para ver a otra chica avanzando, con un frasco lleno de polvo rojo en la mano. Issei podía decir que esta chica parecía el tipo tranquilo e intelectual. Tal vez era el libro en su mano lo que lo hizo pensar eso, tal vez.
Tenía el cabello largo y negro, algo que resaltar eran sus ojos dorados de apariencia casi felina. Al rededor de ellos tenía una sombra de ojos de color violeta, haciéndolos resaltar aún más. También le daba un aire aún más misterioso, de hecho, se veía casi como un gato en general. Sin duda algo extraño en verdad.
De todos modos, su atuendo consistía en un chaleco negro abotonado con abrigos y un solo botón plateado en la parte delantera, por debajo había una camiseta blanca sin mangas y de cuello alto. También llevaba pantalones cortos blancos, medias negras casi moradas y botas negras de tacón bajo.
Para colmo, también llevaba un lazo negro en el cabello que extrañamente se mantenía erguido a pesar de la brisa que soplaba en la zona era algo raro la verdad.
-Finalmente, algo de reconocimiento-. Dijo la ahora llamada Weiss, parece que no le importaban mucho los pequeños detalles, estaba feliz de que alguien la reconociera.
-La misma compañía con fuerzas laborales controvertidas y socios comerciales turbios-. Agregó la chica nueva. Auch, eso hasta a él le dolió. Hubo un momento antes de que la heredera registrara lo que dijo.
La gratitud se convirtió en molestia. Su límite finalmente fue alcanzado, a lo que ella rápidamente recogió sus maletas desparramadas cerca del cráter antes de darse la vuelta e irse dando fuertes pisadas, mostrando su molestia por lo dicho.
Issei podría llamar a eso una victoria. No hizo mucho, pero parecía haber evitado la amenaza por ahora. Esperemos que no tenga que lidiar con ella de nuevo. Era bonita, pero también demasiado altiva y gruñona, así que gracias, pero no.
Sintió un tirón en la manga de su abrigo y se giró para ver a los ojos de la chica encapuchada que tenía una mirada tímida, pero notaba su gratitud por acudir a su ayuda.
-Ahm… Gracias por… Ya sabes, ayudarme-. Dijo tímidamente la chica. Issei no pudo evitar que la palabra linda sonara en su mente y pensar que era como… Yuuma.
No, no, no, este es un mundo nuevo. Yuuma no estaba allí…ella no iba a controlar su mente. El castaño puso su mejor sonrisa e incluso frotó la parte superior de su cabeza, fue una acción automática, su mano simplemente se movía por sí sola.
-No te preocupes por eso, fue divertido bajarle de espuma su chocolate, si tú me entiendes-.
-Jeje, sí, eso fue bastante increíble-. Respondió la niña con algo de gracia.
-Oh, gracias también… Ahh-. Se había girado para agradecer a su otra salvadora, pero se detuvo cuando notó que la chica de cabello negro se alejaba. Issei igualmente giró y también lo notó, pero no estaba tan molesta como la chica con puntas rojas. Tenía muchos compañeros de escuela así en su mundo.
-No te preocupes, estoy seguro de que ella sabe que apreciaste lo que hizo-. Le aseguró Issei a la niña.
-¿Lo crees así?-. Pregunto poniendo una cara algo insegura. Realmente le hubiera gustado haber podido agradecer su ayuda.
-Lo sé, rayos donde están mis modales, me presento, mi nombre es Issei, por cierto, si no lo escuchaste la primera vez-. Se volvió a presentar con una sonrisa amigable que la caperucita regresó.
-Ruby Rose-. Respondió la joven con una sonrisa. Era tan inocente que casi hizo llorar a Issei, si tal vez Yuuma podía recrear tal sonrisa, pero algo de esta chica desprendía pura inocencia. Mirándola a simple vista, ahora podía ver que tan falsa era la de su ex. La comparación ni siquiera estaba cerca.
-Bueno entonces, es un placer conocerte Ruby-. Aún estaba sonriendo, algo en esa chica hacía que se sintiera tranquilo y estaba seguro de que ella jamás haría algo para dañar a otra persona a propósito.
-Igualmente Issei-.
Un corto período de silencio reinó entre los dos. Ninguno de los dos tenía la mejor vida social, por lo que la charla pequeña tampoco era realmente la especialidad de ninguno de los dos. De hecho, se podría decir que ambos eran individuos torpes y nerds.
Issei siempre fue un pervertido y nunca pudo hablar con nadie fuera de sus dos mejores amigos igualmente pervertidos. ¿De qué se podría hablar con una chica? ¿Historietas? ¿Televisión? Mierda, ni siquiera era de este mundo. ¿Tendrían el mismo tipo de cosas? Probablemente no...
-Entonces… ¿Quieres explorar la escuela antes de que comience la orientación?-. Ofreció con una sonrisa nerviosa. Realmente ahora entiende mejor porque Ozpin estaba tan ansioso a que aprendiera cosas sobre Remnant. Así no quedaría como un ignorante o un antisocial que ha vivido bajo una roca. Ruby parecía igual de nerviosa e incómoda. Una nota que ayudó a Issei a relajarse un poco.
-Claro. ¿Te importa si hablamos de armas?-. Ok, no se esperaba eso, pero lo tomara no es como si él fuese un experto. Pero lo peor sería seguir en un silencio incómodo.
-¡Por supuesto eso suena divertido!-.
Aunque una pregunta paso por su mente ¿Realmente busco la manera de disfrutar su vida anterior?
Y con esto el viajero de otro mundo hace su primer encuentro con una chica que, a pesar de su corta edad, posee una gran determinación en cumplir su sueño y ayudar a los demás ¿Y quién sabe? Puede que ayude a nuestro héroe a sanar su lastimado corazón… Pero solo el tiempo lo dirá.
