Capítulo 10

Ed POV

El día estaba extrañamente soleado como hacía mucho no veía, y especialmente considerando que el clima más recurrente en este lugar era lluvioso, sin embargo, casi podría decir que el clima se había alineado con mi estado de ánimo.

Y ¿cómo no estar de buen humor? Sentía que las cosas con Winry por fin empezaban a tomar un rumbo.

Si bien, el encuentro en la tienda con la señorita Hackman había traído a la mesa un tema que había estado evitando hasta encontrar el momento correcto para explicárselo a Winry; el haber tenido que hacerlo bajo las circunstancias que sucedieron me permitió traer finalmente a colación la existencia de Alfons y su influencia sobre mi vida, y junto con ello, a Noah.

No es que estuviera particularmente emocionado por hablarle a Winry sobre mi expareja, especialmente al ver que la noticia la tomó totalmente desprevenida y por un momento, me arrepentí completamente de haberla mencionado, sin embargo, Winry había logrado ser tan empática como siempre recordaba y el haberle contado como se dieron las cosas con Noah y como posteriormente terminaron, me hizo sentir como si me quitara un enorme peso de encima.

Nunca fui el tipo de persona que tuviera muchas parejas, de hecho, no le mentí en lo absoluto cuando le dije que ella había sido mi primera relación. Mi primer beso había sido con Winry antes del día prometido y probablemente fue apenas la primera vez en que me vi realmente estando en una relación con alguien y en serio era algo que hubiese deseado explorar con ella, sin embargo, la vida o lo que sea me había traído a la Tierra había aplastado considerablemente mis deseos y por mucho tiempo pensé que las relaciones definitivamente no eran para mí.

Noah había sido buena, aunque tuviéramos muchos desacuerdos, con ella decidí darles una nueva oportunidad a las relaciones, aunque Winry se siguiera colando constantemente entre mis sueños y el recuerdo de ese único beso que nos dimos siguiera haciéndome cosquillear el estómago, sin embargo, con Noah nunca sentí lo que ese simple recuerdo de Resembool me hacía experimentar.

-Buenos días, Edward – Escuché que me alcanzó la voz del señor Jones, quien ya tenía preparado el periódico – Luces de buen humor hoy.

-Buenos días, señor Jones – Respondí pasándole un par de monedas y recibiendo el ejemplar de aquel día – Oh, ya sabe, tuve una buena noche.

¿Y cómo no tenerla? Creo que nunca había apreciado el hecho de dormir sobre una cama hasta que anoche volví a la mía… y esta vez con compañía.

Aunque me siguiera incomodando un poco el hecho de que Winry y yo compartiéramos la cama, he de admitir que la charla antes de dormir había ayudado un montón, y, por si fuera poco, de alguna forma su presencia a mi lado había resultado más reconfortante de lo que alguna vez pude haber imaginado.

Creo que incluso podría llegar a acostumbrarme.

El señor Jones soltó una risa quisquillosa – Es bueno saberlo. Espero que tengas un buen día.

-Igual usted – Dije mientras hacía un gesto con la cabeza y continuaba mi camino hacia la librería.

Le eché un ojo rápido a las noticias que salían en la primera plana de ese día, y llamó bastante mi atención que saliera un artículo donde decía que se seguía investigando el caso de la misteriosa enfermedad que había acabado con la corta vida de Wendy Rockwell.

Al leer el nombre de la chica un escalofrío me recorrió la espalda, al recordar que había visto la noticia de su muerte la misma mañana del día en que me reencontré con Winry. Si bien, ya me había quedado demostrado de varias formas que la vida de los dobles de la Tierra no estaba ligada a la de sus contrapartes de Amestris, no podía dejar de pensar en la enorme y misteriosa coincidencia que esto era.

Al hablar de los dobles con Winry había evitado a toda costa mencionar a Wendy Rockwell, por alguna razón sentía que no debería hablarle aún de ella hasta tener un poco más de contexto de lo que había ocurrido con la chica o de cómo es que Winry había logrado pasar a este mundo.

Ambas seguían siendo incógnitas bastante grandes.

Entré a la librería percatándome que como de costumbre, Musson ya se encontraba trabajando – Buenos días, Roy.

El aludido levantó la mirada y me dio una sonrisa socarrona – Buenos días, casanova.

Rodé los ojos con impaciencia mientras dejaba mis cosas donde acostumbraba, por supuesto que para este momento ya habría hablado con la señorita Hackman y una ronda de burlas es lo mínimo que podría esperar.

-No es lo que estás pensando – Me adelanté, aunque sabía que era inútil.

-Por supuesto que lo es – Refutó de inmediato mientras cesaba del trabajo y me miraba con una ceja levantada – Aparentemente tenías a una señorita bien escondida ¿no?

-Es una amiga, y estoy seguro de que eso fue exactamente lo que te dijo la señorita Hackman – Respondí tratando de desviar la mirada – Recién llegó a la ciudad.

-Entiendo, y muy amablemente te ofreciste a ir con ella de compras – Roy era tan observador que estaba seguro de que a la más mínima vacilación de mi parte podría sospechar más de lo que debería – ¿De dónde es? Digo ¿la conoces hace mucho tiempo?

Supongo que mis respuestas podían ser ciertas sin la necesidad de ser totalmente ambiguas – Es de donde yo nací, su familia y la mía eran vecinos y crecimos juntos.

-Entonces están comprometidos desde niños – Respondió con total naturalidad – Tiene mucho sentido.

-No somos pareja – Aclaré de inmediato sintiéndome sonrojar.

Roy soltó una risa – Sabes, me guardaré mis comentarios para cuando la conozca esta noche, pero estoy casi seguro de que eso es una mentira.

-No nos veíamos hace mucho tiempo – Defendí tratando de recobrar la compostura – Simplemente estoy ayudándola a asentarse en la ciudad en lo que decide si volver a casa o no.

Podría definir aquello que dije como una verdad bastante parcial, ya que, en efecto, estaba tratando de que Winry se sintiera cómoda en este lugar, sin embargo, hasta la fecha ella todavía no me había dado muchos detalles de cómo llegó a la Tierra o siquiera si tenía deseos e intenciones de volver a Amestris.

Ahora que lo pensaba, todavía teníamos un montón de asuntos que tratar y me sentí un poco tonto por haber tomado casi toda la noche anterior hablando de mí mismo.

-Ed ¿de dónde eres? – Dijo Roy captando mi atención nuevamente – Digo, no hablas mucho de ti, pero ahora que lo pienso nunca te he preguntado donde naciste, solo sé que estuviste en Alemania y Ámsterdam antes de venir aquí, pero estoy casi seguro de que no eres de esos países.

Lo bueno de haber viajado con los gitanos tanto tiempo, es que nunca hicieron hincapié en mi pasado, el único que probablemente tuvo interés en aquello fue el mismísimo Alfons, y con quien supe como cubrirme las espaldas apenas un libro de geografía llegó a mí. Y aunque le tenía confianza a Alfons, y Roy también se la había ganado, no concebía algún escenario en el que alguien de este mundo siquiera me creyera de donde es que en realidad era, ya que tendría que dar demasiadas explicaciones inexplicables.

Odiaba las mentiras, pero en este caso eran necesarias.

-Nací en un pequeño pueblo de Rumania – Respondí lo mismo que alguna vez le dije a Alfons cuando se interesó en el tema – Mis padres murieron cuando era muy joven y terminé por dejar el pueblo a los 16 años, y no veía a Winry desde entonces.

-Oh, no tenía idea – Dijo Roy tomando una postura más seria – Lo lamento Ed, por tus padres.

-Gracias, aunque sucedió hace mucho tiempo – Respondí restándole importancia.

Roy se removió incómodo y pude darme cuenta de que por un momento vaciló antes de finalmente hacer otra pregunta que me dejó totalmente helado – Y ¿cómo perdiste tu pierna?

Abrí los ojos con sorpresa, se supone que me había asegurado bien de esconder ese detalle – ¿Cómo lo sabes?

Roy bufó – Hemos trabajado juntos lo suficiente como para darme cuenta de que haces un ruido metálico cuando te golpeas con las estanterías, y una vez te vi en el almacén acomodando tu prótesis.

Bien, definitivamente no había sido tan sigiloso como pensaba.

-También era un niño cuando eso ocurrió – Expliqué tratando de no ahondar en recuerdos que jamás podría explicarle a Roy – Nuestra casa se quemó y me quedé atrapado en mi habitación porque un pedazo del techo me cayó en la pierna, los doctores no pudieron hacer demasiado, y desde entonces uso prostéticos.

-Demonios, Ed – Respondió Roy viéndose notoriamente incómodo de aquella conversación – No debí haber preguntado.

-No te preocupes, nunca había hablado de mi después de todo y creo que merecías saberlo – Dije tratando de restarle importancia – Estoy bien, ya he superado todo aquello.

-Pues, en ese caso me alegra saber que ahora tengas a alguien que te conoce bien y con quien te sientas cómodo – Contestó en un tono más calmado – Estoy ansioso por conocer a tu amiga.

Agradecí que mantuviera su humor luego de haberle contado aquello, por lo que decidí esta vez ser yo quien lo molestara un poco para aligerar la tensión que se había formado – Y yo estoy ansioso por verte llegar del brazo de la señorita Hackman.

Vi como Roy se sonrojó notoriamente – ¡Baja la voz! Se supone que el señor Hackman aparezca hoy en cualquier momento.

Rodé los ojos – No es como si disimules que se te cae la baba cuando ella está por aquí, sin importar si su padre está presente o no.

-Cierra la boca, no quiero quedarme sin trabajo – Respondió empezando a tomar algunos papeles del mostrador.

-No es como si fuese un pecado que estés enamorado de ella – Dije tratando de dar por finalizada aquella conversación.

Y aunque esperaba una respuesta diferente de parte de Roy, la que llegó a mis oídos me sorprendió – Lo mismo te digo, casanova.

Y he de suponer que entonces, yo era más transparente de lo que pensaba.

oOo

Me encontraba terminando de vestirme en el baño, ya que había preferido cederle la habitación a Winry para que ella se arreglara sin apuros, aunque no la recordaba por ser alguien que demorara mucho.

Me sentía algo inquieto desde la conversación que tuve con Roy en el trabajo y honestamente también desde la pasada noche. Sentía que, aunque todavía no tuviera mucho contexto de sea cual sea haya sido la forma en que Winry cruzó a la Tierra, yo no quería perder más tiempo del que ya había desperdiciado.

Eran 5 años en los que muchas veces me pregunté como sería mi vida con ella si yo no hubiese llegado a la Tierra, y definitivamente estaba listo para empezar a averiguarlo. Algo la había vuelto a poner en mi camino y estaba listo para aprovechar la oportunidad de tenerla en mi vida como lo había soñado esos últimos años.

-Ed – Escuché mi nombre desde la habitación – ¿Crees que podrías ayudarme?

Terminé de recoger mi cabello en mi acostumbrada coleta y tras un último vistazo en el espejo, salí del baño con rumbo a la habitación. Di unos toques a la puerta y al escuchar su afirmación, finalmente pasé para encontrarla sentada en la cama mientras sostenía su vestido con ambas manos por el frente.

-No me acostumbro a estos vestidos, aún – Dijo mientras se ponía de pie – ¿Crees que puedes ayudarme con la cremallera de la espalda? Ya lo intenté todo.

Solté una ligera risa nerviosa y asentí con la cabeza – Claro.

De inmediato, Winry se giró sobre si misma para darme la espalda, por suerte ya había recogido su cabello y acomodó su vestido aun sosteniéndolo por la parte delantera – Bien, ya puedes subirlo.

Sin embargo, yo me había quedado de piedra por un momento, ya que la cremallera de aquel vestido era tan larga que me daba una vista completa de su espalda blanquecina, la cual solo se separaba de la total desnudez por el broche de su brassier.

Me iba a ir a infierno por la cantidad de pensamientos impuros que estaba teniendo en ese momento.

Ante semejante vista, mi primer instinto fue pensar en si su piel era tan suave como parecía a simple vista y si esta estaría fría o caliente, y sin mencionar las enormes ganas que tuve de llevar mis manos directamente a su brassier de encaje y desabrocharlo, sin embargo, solo tenía una cosa por hacer y por mi propio bien debería hacerla rápido.

La jodida cremallera de por si era engorrosa, por lo que me dio un poco de trabajo hasta que finalmente la subí, apreciando lentamente como la vista de su espalda semidesnuda desaparecía poco a poco frente a mis ojos.

Maldito sea el momento en que creí que comprarle ropa nueva a Winry acabaría con aquellos pensamientos tan primitivos.

-Está listo – Musité.

-Gracias – Dijo Winry girándose sobre si misma de nuevo y sonriéndome – Este es el vestido que la Lisa tuvo que ayudarme a poner, es hermoso, pero la cremallera es una pesadilla.

Una pesadilla se le quedaba corta a la tortura que representaba aquel cierre.

-Solo me queda peinarme y ya podremos irnos – Anunció ella mientras tomaba el cepillo y se soltaba su cabello rubio.

-No te apresures, todavía tenemos tiempo – Dije mientras me recostaba en el marco de la puerta y me dediqué a mirarla descaradamente mientras se peinaba el cabello.

Pocas veces la había visto utilizando un vestido, prácticamente solo en nuestra infancia ya que durante la adolescencia solía utilizar overoles o pantalones para trabajar y en ocasiones faldas, pero al verla con vestido y viéndose más mujer de lo que recordaba hizo que apreciara lo hermosa que me parecía, y no solo arreglada, incluso esa mañana tras despertar juntos no pude evitar pensar que se veía bastante adorable con el cabello revuelto y con mi pijama puesta.

En cualquiera de estas versiones, Winry me parecía la mujer más hermosa que había conocido y aquello solo aumentaba mis deseos por no dejarla de ir de mi lado cuando la vida la había traído de vuelta a mí.

Me fijé como decidió recoger la mitad de su cabello en una coleta y el resto lo dejó suelto, ni siquiera estaba seguro de haberla visto con otros peinados en el pasado, aunque claro, no es que en aquel entonces fuese el más detallista del mundo.

- ¿Qué te parece? – Dijo ella acercándose de nuevo a mi mientras señalaba su peinado – Sé que no es demasiado elaborado, pero he visto que las chicas aquí se peinan muy bonito y he tratado de imitarlas.

¿Imitarlas? ¡No necesitaba jodidamente imitar a nadie! Me había enamorado de ella mientras la veía utilizar grasientos overoles, aunque por supuesto que verla de esta forma también era de mi agrado.

Estaba decidido, la vida me había dado una segunda oportunidad al volver a verla, incluso si aún no sabía cómo había llegado a este lugar, iba a aprovechar cada minuto juntos, empezando desde esta noche.

Era hora de continuar lo que habíamos dejado inconcluso en Resembool hace 5 años.

Aunque Winry ya se encontrara solo a unos pocos metros de mí, decidí acortar aún más la distancia entre nosotros, siendo separados solo por unos centímetros mientras veía como ella se tensaba ante esta inesperada acción de mi parte.

Acerqué mi mano hasta su oreja, la cual pude notar que, a diferencia de hace unos años, Winry había vuelto a usar joyería alrededor de esa parte de su cuerpo, solo que esta era diferente y no la utilizaba en grandes cantidades como antes de darme sus aretes en Briggs. Finalmente terminé por pasar un mechón de cabello detrás de su oreja, dándome cuenta como este inesperado gesto la hacía sonrojarse… y también a mí.

-Te ves hermosa, Winry – Dije sin poner distancia entre nosotros y mirándola intensamente.

Ella abrió los ojos notoriamente sorprendida y separó sus labios levemente para hablar en un suspiro– Gracias, Ed.

Los dos nos habíamos quedado paralizados en medio de la habitación simplemente esperando por que el otro hiciera algo, sin embargo, yo era el que había iniciado esto y estaba dispuesto a llevarlo hasta donde pudiera.

Y creo que sabía por dónde empezar.

-Win ¿recuerdas mi última sesión de mantenimiento en Resembool? – Sentía mi corazón empezar a acelerarse.

Ella asintió con la cabeza y luego habló viéndose tan nerviosa como yo – Peleamos como nunca lo habíamos hecho.

-Si, y no fue lo único que hicimos que se salió de nuestra rutina – Respondí viendo como sus orbes azules y brillantes no dejaban de mirarme – Te dije que volveríamos a vernos, aunque claro, no tenía idea de las circunstancias, pero el punto es que volví a verte y aunque no lo hemos mencionado, quiero que sepas que no he olvidado lo que pasó ese día ni tampoco como me sentía.

Mi mente estaba yendo a mil por hora, así como mi corazón y en un impulso tomé sus manos entre las mías sin dejar de mirarla – Winry yo… – Sin embargo, una interrupción llegó de su parte antes de que pudiera completar cualquier oración.

-Estoy comprometida, Ed – Soltó ella en un hilo de voz, haciendo que todo a mi alrededor se quedara en silencio.

Creí no haber escuchado bien, o más bien, quería no haber escuchado bien. Esto no podía ser cierto.

Me quedé estático simplemente viéndola como si se tratara de una desconocida, sintiéndome como un imbécil mientras mi pecho se contraía. Winry siguió hablando – Sé que no te he dicho casi nada de mí y con lo sincero que fuiste conmigo anoche sobre Noah, todo el día me he sentido terriblemente culpable por no haberte dicho nada de esto… pero, necesitabas saberlo.

Seguía mirándola y pude denotar el miedo en sus ojos, en efecto, esto sin duda era algo que yo querría saber, sin embargo, no sé si estaba preparado para ello.

Winry estaba comprometida. Ella había prometido su vida a alguien más y eso dolía como el infierno.

Solté nuestras manos y caminé rápidamente con dirección a la cocina, sintiendo mi garganta arder por todos los sentimientos encontrados, sin embargo, sabía la forma de aligerar esa sensación. De cualquier manera, había sido mi método para evadir la realidad por 5 años.

Tomé la botella de whiskey que estaba en la alacena y la que había tenido olvidada por casi una semana, y sin vacilar me serví un trago para luego tomármelo al seco sin dudas, y dándome cuenta de que quizás necesitaría comprar algo más concentrado ya que por primera vez, ese ardor en la garganta no se sintió lo suficientemente fuerte para alivianar la sensación en mi pecho.

-Ed – Dijo Winry para hacerme volver a centrar mi atención a ella. Incluso con los ojos levemente llorosos, se veía hermosa y ahora solo pensar eso dolía.

-Ya tenemos que irnos – Contesté tratando de ignorar aquella sensación tan sofocante en mi pecho – La señorita Hackman y Roy deben estar esperándonos.

Vi como ella tuvo la voluntad de querer decir algo más, sin embargo, no lo hizo y simplemente pasó por mi lado y se dirigió hacia la puerta, por lo que me vi en la necesidad de acercarme a ella mientras me ponía mi saco, para finalmente irnos.

Aunque la realidad es que, por un momento tuve grandes deseos simplemente de quedarme en casa y ahogarme en alcohol hasta olvidar que Winry estaba comprometida o que siquiera, pensé en tener alguna oportunidad con ella.

Y creo que jamás me había sentido tan miserable.

oOo

N/A: ¡Hola a todos! Ya he vuelto a mi rutina y espero que todos estén super bien.

Por aquí les dejo el décimo capítulo de esta historia y como habíamos quedado en el pasado, Winry se sintió bastante culpable por no haber dicho prácticamente nada de si misma y pues aquí ya no se aguantó y lanzó esa bomba cuando Ed ya estaba más que listo para retomar lo que dejaron pendiente en Resembool.

Además, quise dedicarle una parte del capítulo a que Ed hablara sobre si mismo a Roy y que además este último se haya dado cuenta hace ya tiempo que a Ed le faltaba una pierna, aunque este no se lo dijera, me parece que a este punto los dos ya habrían forjado una buena amistad y confianza como para molestarse mutuamente, pero también hablar de temas como estos.

Espero que les haya gustado y agradezco a todos los que siguen por aquí apoyando la historia y tambien a quienes se suman poco a poco en el camino.

Nos leemos la próxima semana.

Un abrazo enorme.

ACLARATORIA: Esta historia es de mi autoría, no existen colaboraciones con nadie y en el caso de que las hubiese se le darían sus respectivos créditos. Esta historia solo es publicada a la fecha en las plataformas FanFiction, Wattpad y AO3; si está en alguna otra es porque no está autorizada por mi persona y se considera plagio. No se permite la copia y/o adaptación de esta historia.