La noche se volvió testigo de un duelo frenético bajo un cielo iluminado por destellos de energía. Issei Hyoudou y Kuroka enfrentaban a Trihexa, una manifestación descontrolada de poder liberada por Rizevim Livan Lucifer. Heridos y exhaustos, ambos luchaban con determinación mientras el caos reinaba a su alrededor.
Desde la distancia, Rizevim observaba con desdén la batalla, burlándose de los esfuerzos de sus oponentes. "¿Es todo lo que tienen para ofrecer, simples mortales?", su voz resonó con malicia en el aire tenso.
Kuroka, con sus colmillos al descubierto y una mirada desafiante, se lanzó hacia Rizevim con un ataque rápido y certero. Sin embargo, Rizevim esquivó ágilmente, demostrando una destreza que desafiaba la gravedad. "Cállate, tú también estás en aprietos. Perdiste el control de Trihexa, así que no hables como si fueras superior", gruñó Kuroka, su voz cargada de frustración.
Antes de que pudiera continuar, Trihexa rugió con furia y se abalanzó nuevamente sobre ellos. Issei, luchando contra el dolor y la urgencia del momento, sabía que debía tomar una decisión radical. Con una determinación férrea, invocó su última carta bajo una forma recién descubierta y aún difícil de controlar.
"¡Balance Breaker! ¡Boosted Gear Infinite Dream Divinity!", gritó Issei, su voz resonando con poder mientras un aura celestial lo envolvía. Su figura se transformó, radiando una fuerza que desafió las adversidades.
Pero Trihexa, sintiendo el incremento de poder, contraatacó con una ferocidad renovada. Issei respondió con un ataque igualmente potente, pero Rizevim, en un acto de traición, dirigió un golpe hacia Kuroka, quien apenas podía mantenerse en pie. Issei, en un intento desesperado por protegerla, desvió su atención, lo que permitió que el ataque combinado de Trihexa y él mismo colisionara con una fuerza devastadora.
El impacto resultante no solo dañó severamente a Issei y Kuroka, sino que también provocó una reacción inesperada: la ruptura de un portal dimensional. En medio del caos, mientras sus cuerpos caían inconscientes, fueron absorbidos por el portal, llevándolos lejos de su mundo conocido hacia un destino desconocido.
El silencio se apoderó del campo de batalla mientras el portal se cerraba tras ellos, dejando solo la incertidumbre en su estela.
En un lugar desconocido, una chica de cabello morado estaba con una anciana de baja estatura. La anciana dijo: "Así que Shampoo, esa chica Ranma se escapó a su país de origen."
"Sí, abuela. No pude cumplir con mi venganza," respondió Shampoo, con frustración evidente en su voz.
Sus palabras fueron interrumpidas por un fuerte estruendo. Ambas se apresuraron hacia el lugar de donde provenía el sonido y al llegar vieron a dos jóvenes, un chico y una chica de cabello negro, gravemente heridos. Se acercaron rápidamente y, al verlos de cerca, notaron que el chico llevaba una hermosa espada desconocida, así como ropa de combate severamente dañada.
"¿Quiénes serán?" murmuró Shampoo, mientras la anciana la observaba con ojos entrecerrados.
"La cuestión no es quiénes son, sino de dónde vinieron," respondió la anciana, su mirada llena de preocupación. "Debemos llevarlos a un lugar seguro y cuidar de sus heridas. Puede que sus respuestas lleguen con el tiempo."
Sin dudarlo, ambas mujeres tomaron a los heridos y los llevaron de vuelta al pueblo.
Mientras tanto, en la mente de Issei, Draig trataba desesperadamente de comunicarse con él. La conciencia de Issei flotaba en un mar de oscuridad y dolor, mientras Draig, el Dragón Emperador Rojo, rugía con fuerza, intentando romper la barrera del inconsciente.
"¡Issei! ¡Despierta, muchacho! ¡Necesitas volver en ti, ahora!", la voz de Draig resonaba con urgencia. Issei, sintiendo una leve chispa de conciencia, intentó responder.
"Draig... ¿qué pasó?", murmuró Issei mentalmente, su voz débil y confundida.
"Issei, estamos en tu mente y no hay mucho tiempo. Escúchame: después de ese último ataque, se abrió un portal que nos mandó a otro mundo junto a Kuroka. Desgraciadamente, no sé qué habrá ocurrido con Rizevim", explicó Draig con rapidez.
Issei trató de procesar la información mientras una sensación de urgencia crecía en su interior. "¿Otro mundo... y Kuroka está aquí también?", preguntó, esforzándose por mantener la conciencia.
"Sí, pero ahora lo más importante es que, dentro de poco, perderás todos tus poderes y Kuroka también. Sus rasgos nekomata desaparecerán, aunque quizás pueda seguir usando senjutsu por su naturaleza", advirtió Draig.
"¿Pero qué...?", exclamó Issei, sorprendido y alarmado.
"No me interrumpas, no hay tiempo. Aunque perderán sus poderes, no será permanente. Eventualmente los recuperarán, pero seguirán siendo más fuertes que los humanos normales", continuó Draig, su voz llena de urgencia y determinación.
La mente de Issei se llenó de preguntas e inquietudes, pero la advertencia de Draig era clara: necesitaban despertar y adaptarse rápidamente a su nueva realidad antes de que fuera demasiado tarde.
"Además, Issei, parece que una anciana y una muchacha los encontraron pero vieron la espada Ascalon", continuó Draig, su voz comenzando a desvanecerse. "Maldita sea, Issei, una vez que desaparezca y despiertes, debes hablar con Kuroka. Ella tardará un poco más en despertar."
"Comprendo, Draig, pero ¿qué pasará con Ascalon y Durandal?", preguntó Issei, su preocupación evidente.
"Durandal permanece dentro de ti, pero tenías a Ascalon fuera cuando estabas peleando. Una vez despiertes, evita que se roben Ascalon. No quiero ser desconfiado, pero uno nunca sabe. Eso es todo, Issei. Hasta pronto."
"Entendido. Hasta pronto, Draig", respondió Issei, mientras la voz del dragón se desvanecía en la oscuridad.
Con el eco de las palabras de Draig aún resonando en su mente, Issei comenzó a sentir cómo la conciencia regresaba lentamente. La oscuridad que lo envolvía empezó a desvanecerse, y una luz tenue apareció a lo lejos. Su cuerpo se sentía pesado y dolorido, pero su determinación era más fuerte que nunca. Poco a poco, sus ojos se abrieron, parpadeando ante la luz desconocida que lo rodeaba.
Issei despertaba a una nueva realidad, con una misión clara: proteger a Kuroka, recuperar sus poderes y descubrir el propósito de su llegada a este nuevo mundo.
Shampoo, quien terminaba de vendar las heridas del chico, llamó a su abuela con voz urgente. "¡Abuela, el chico está despertando!"
La anciana, con paso rápido pero seguro, entró en la habitación y se acercó a la cama donde yacía Issei. Observó con atención cómo el muchacho comenzaba a abrir los ojos, parpadeando mientras intentaba enfocarse en su entorno.
Issei se encontraba en una habitación pequeña y sencilla, con paredes de madera y un ambiente cálido. A su lado, una chica de cabello morado y ojos atentos lo miraba con curiosidad y preocupación. Junto a ella, una anciana de baja estatura, pero con una presencia formidable, lo observaba con una mezcla de interés y desconfianza.
"¿Dónde... estoy?", murmuró Issei, su voz apenas audible mientras intentaba moverse, soltando un quejido de dolor.
"Estás en nuestra aldea, joven," respondió la anciana con voz firme. "Soy Cologne, la líder de esta tribu amazónica. Mi nieta Shampoo te encontró junto a esa chica y te trajimos aquí para que te recuperes."
Issei trató de recordar lo que había sucedido, pero todo era un torbellino de confusión. "Kuroka... ¿dónde está Kuroka?" preguntó, intentando incorporarse a pesar del dolor.
"La chica que estaba contigo está descansando en otra habitación. Está herida, pero estará bien," respondió Shampoo, con una voz suave pero segura. "Te curamos lo mejor que pudimos."
Issei asintió lentamente, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación. Miró a Cologne y Shampoo con gratitud. "Gracias por ayudarnos. Por cierto, ¿dónde está mi espada?"
Shampoo señaló una esquina de la habitación donde una espada hermosa descansaba sobre una mesa. "¿Te refieres a esta?" preguntó.
Issei asintió con la cabeza. "Sí, esa. ¿Podrías regresármela, por favor?"
Cologne levantó una ceja, observando a Issei con una mirada penetrante. "Es una espada inusual. ¿Por qué es tan importante para ti?"
Issei tomó una respiración profunda, buscando las palabras adecuadas. "Es más que una simple espada. Tiene un significado especial para mí y necesito tenerla cerca."
Cologne intercambió una mirada con Shampoo antes de asentir lentamente. "Muy bien, pero espero que comprendas que, aunque te hemos ayudado, también queremos asegurarnos de que no seas una amenaza para nuestra aldea."
"Lo entiendo," respondió Issei, su voz firme pero agradecida. "Solo quiero asegurarme de que Kuroka y yo estamos a salvo. No tenemos intenciones de causar problemas."
Shampoo se acercó a la mesa, recogiendo la espada con cuidado y llevándola de vuelta a Issei. "Aquí tienes," dijo, entregándosela con una sonrisa ligera. "Espero que te recuperes pronto."
"Gracias, Shampoo. Gracias, Cologne," dijo Issei, sosteniendo la espada con alivio. Sabía que aún había muchas preguntas sin respuesta, pero en ese momento, la seguridad de Kuroka y la recuperación de ambos eran su principal preocupación. Con su espada de vuelta en sus manos, se sentía un poco más preparado para enfrentar lo que fuera que este nuevo mundo les deparara.
Issei se enderezó con cuidado, sintiendo aún el dolor persistente en su cuerpo mientras sostenía la espada recuperada. Miró a Cologne con respeto y gratitud, consciente de la necesidad de mantener su origen oculto por ahora.
"Gracias, Cologne. Entiendo que nuestra llegada aquí pueda parecer extraña," comenzó Issei, eligiendo sus palabras con cautela. "Estábamos en medio de una situación complicada y nos encontramos perdidos. Lamento haber causado problemas."
Cologne lo observó con una expresión evaluadora, sus ojos oscuros evaluando cada palabra y gesto. "Es cierto que no es común encontrar viajeros heridos por estos rumbos," admitió con seriedad. "Y tu habilidad para hablar chino también es sorprendente."
Issei asintió, manteniendo su compostura. "He tenido la suerte de aprender algunos idiomas durante mis viajes. Es un mundo grande y diverso," respondió con humildad.
Shampoo, quien estaba junto a su abuela, intervino con una sonrisa amistosa. "Issei-san, ¿de dónde vienes exactamente? No pareces ser del continente, pero tus ropas y tu espada son muy diferentes."
Issei se tomó un momento para considerar su respuesta. "Soy de un lugar lejano, donde las cosas son un poco diferentes. Estábamos en una misión importante, pero todo se salió de control y los únicos que sobrevivimos fuimos Kuroka y yo. En cuanto a nuestro enemigo, no sé qué habrá pasado con él," dijo Issei, cuidando sus palabras para no revelar la verdadera naturaleza de su enfrentamiento con Trihexa.
Cologne y Shampoo intercambiaron una mirada significativa, pero no presionaron más sobre el tema. Cologne asintió con seriedad. "Entiendo. Bienvenidos a nuestra aldea, Issei y Kuroka. Pueden quedarse aquí hasta que estén completamente recuperados."
Issei agradeció nuevamente a ambas mujeres y se prometió a sí mismo encontrar respuestas mientras protegía a Kuroka y aseguraba que sus poderes y la espada Ascalon estuvieran a salvo en este nuevo y misterioso lugar.
Issei, recordando que cuando ocurrió el enfrentamiento con Rizevim estaban viviendo en Kyoto después de que Kuoh fue destruida, decidió responder con cautela a la pregunta de Cologne.
"Estábamos viviendo en Kyoto, Japón," dijo Issei con calma, eligiendo no mencionar detalles adicionales sobre su pasado en Kuoh para evitar complicaciones.
Shampoo se sorprendió al escuchar que Issei y Kuroka vivían en Kyoto, Japón, antes de llegar a su aldea en China. Ella inclinó la cabeza ligeramente, mostrando su desconcierto.
"¡Kyoto en Japón! Eso está muy lejos," exclamó Shampoo, mirando a Issei con curiosidad. "¿Cómo terminaron tan lejos de casa?"
Issei suspiró, pensando rápidamente en una respuesta que no revelara demasiado. "Fue un evento inesperado. Estábamos en medio de una situación peligrosa y nos vimos arrastrados aquí por circunstancias fuera de nuestro control."
Cologne observó la conversación con una expresión pensativa. "Interesante. Parece que hay mucho más en su historia de lo que están dispuestos a contar, pero no vamos a presionarlos más por ahora."
Issei asintió con agradecimiento hacia Cologne y Shampoo, consciente de que su historia incompleta podría levantar más preguntas. Decidió centrarse en su recuperación y en descubrir cómo navegar en este nuevo y desconocido mundo, manteniendo sus verdaderos orígenes en secreto por el momento.
Una amazona llegó rápidamente y se dirigió a Cologne con respeto. "Señora, he traído algo para que coma el muchacho que ya despertó," anunció, esperando permiso para pasar.
Cologne asintió con aprobación. "Gracias, Mousse. Puedes dejarlo aquí," indicó, señalando una mesa cercana donde Issei estaba sentado.
Mousse, una amazona de cabello corto y vestimenta de batalla, colocó con cuidado un plato de comida sobre la mesa frente a Issei. "Espero que te sientas mejor pronto," dijo con una sonrisa amable antes de retirarse con respeto.
Issei agradeció con un gesto y comenzó a comer, apreciando el gesto de hospitalidad y la preocupación mostrada por los habitantes de la aldea amazónica.
Después de comer, Issei intentó levantarse, pero el dolor lo hizo retroceder rápidamente. Shampoo advirtió con preocupación que estaba demasiado debilitado y Cologne respaldó su consejo. Issei aceptó con renuencia quedarse quieto, aunque expresó su necesidad de ver a Kuroka. Shampoo lo ayudó gentilmente y lo llevaron a la habitación contigua, donde Issei observó con frustración el estado grave de Kuroka. Una mueca de impotencia cruzó su rostro, lamentando no haber tenido más tiempo para dominar sus poderes, lo que podría haber cambiado el resultado de la batalla.
Cologne notó la frustración de Issei pero decidió no comentar al respecto. Después de asegurarse de que Issei estuviera cómodo en su habitación nuevamente, Cologne y Shampoo se retiraron, dejándolo solo para descansar. Con el tiempo, el día llegó a su fin y Cologne, antes de retirarse con Shampoo a sus habitaciones, aseguró a Issei que estaban disponibles si necesitaba algo durante la noche.
Mientras caminaban hacia su habitación, Cologne habló seriamente con Shampoo sobre el estado crítico de Issei y Kuroka. "Es un milagro que no hayan muerto por las heridas que sufrieron," dijo Cologne en voz baja pero firme. "Tenemos que mantener un ojo en ellos. Esta situación es inusual, incluso para nosotros."
Shampoo asintió en silencio, compartiendo la preocupación de su abuela. "Esperemos que se recuperen pronto. No podemos permitirnos bajar la guardia, especialmente con esos dos."
Cologne asintió y entraron en su habitación, dejando que la gravedad de la situación se asentara mientras se preparaban para descansar, conscientes de que el amanecer traería nuevos desafíos para todos en la aldea amazónica.
Issei se despertó abruptamente al escuchar los gritos desesperados de Kuroka resonando a través de las paredes. A pesar del dolor que sentía en su cuerpo, no dudó en levantarse y dirigirse hacia la habitación contigua, donde encontró a Kuroka sumida en una pesadilla agitada. Ella se retorcía entre sueños, llorando y expresando su angustia en sus gestos.
Ignorando su propio malestar físico, Issei se acercó a Kuroka con cuidado y la abrazó suavemente, hablándole con voz tranquila y reconfortante para calmarla. "Tranquila, Kuroka. Todo ha pasado. Estamos a salvo aquí," murmuró Issei, acunando su cabeza contra su pecho.
En ese momento, Cologne y Shampoo, despertadas por los gritos, entraron en la habitación y encontraron a Issei consolando a Kuroka. Observaron la escena en silencio, viendo cómo Kuroka poco a poco se calmaba en los brazos de Issei, aunque no soltaba su agarre.
Entre susurros y movimientos soñolientos, Kuroka murmuró: "No te vayas..." con una voz cargada de vulnerabilidad y necesidad.
Issei sintió un apretón en el corazón al escuchar las palabras de Kuroka y, sin vacilar, decidió quedarse a su lado para asegurarle que estaba allí y que no la dejaría sola. Con cuidado, se acomodó junto a ella en la cama, asegurándose de que Kuroka se sintiera protegida y tranquila mientras dormía.
Cologne y Shampoo intercambiaron una mirada significativa, comprendiendo la conexión profunda entre Issei y Kuroka, y salieron de la habitación en silencio para dejar que los dos descansaran. Mientras tanto, Issei se mantuvo vigilante, decidido a estar ahí para Kuroka en su momento de necesidad, sin importar los desafíos que enfrentaran en este nuevo y desconocido mundo.
Issei se despertó con cuidado en la habitación donde había pasado la noche junto a Kuroka. Al abrir los ojos, vio a Kuroka aún dormida pero con una expresión tranquila, aferrándose a él como si buscara consuelo incluso en el sueño. Una sonrisa suave se dibujó en el rostro de Issei al verla así, encontrando cierta paz en el momento compartido.
En ese instante, la puerta se abrió y Cologne ingresó, seguida de cerca por Shampoo. Ambas mujeres observaron la escena con respeto y comprensión, reconociendo la conexión especial que se había formado entre Issei y Kuroka en tan poco tiempo.
Cologne se acercó con calma mientras Shampoo permanecía a un lado, observando en silencio. "Buenos días, Issei. Veo que has pasado la noche junto a Kuroka," comentó Cologne con una sonrisa cálida.
Issei asintió suavemente, manteniendo su voz baja para no perturbar a Kuroka. "Sí, tuvo una pesadilla anoche. Quería asegurarme de que estuviera bien."
Cologne asintió con entendimiento. "Es comprensible. Has mostrado una gran preocupación por ella," dijo con admiración mientras observaba a Kuroka empezar a despertar lentamente.
Kuroka parpadeó somnolienta y se movió ligeramente, sintiendo la presencia de Issei a su lado. Al verla despertar, Issei le dedicó una sonrisa suave y tranquilizadora.
Issei le dio los buenos días suavemente a Kuroka, observando cómo ella se despertaba un poco desorientada. Con cuidado, esperó a que ella reuniera sus pensamientos antes de hablar.
Kuroka parpadeó varias veces, orientándose lentamente en la habitación. Finalmente, respondió con voz suave y un poco ronca por el sueño: "Buenos días, Issei. Me siento... mejor, gracias."
Issei se acercó a Kuroka con ternura y le susurró algo al oído, asegurándose de que solo ella pudiera escucharlo. Kuroka asintió con una pequeña sonrisa, indicando que entendía lo que Issei le estaba transmitiendo sin mencionar detalles sobre su batalla, que él explicaría más tarde.
Mientras tanto, Shampoo intervino con curiosidad y cortesía. "¿Te llamas Kuroka, verdad? ¿Cómo te sientes esta mañana?", preguntó, mostrando preocupación genuina por el bienestar de Kuroka después de la difícil noche que habían pasado.
Kuroka respondió con sinceridad, reconociendo su cansancio y dolor, pero asegurando que estaría bien. Cologne, escuchando su respuesta, comentó sobre el estado en que los encontraron, expresando alivio de que hubieran sobrevivido. Luego, solicitó a Shampoo que fuera por hierbas medicinales, a lo cual Shampoo asintió y se retiró para cumplir con la tarea encomendada.
Cologne luego se dirigió a Issei con una seriedad notable. "Issei, no quería mencionarlo antes, pero mientras más pronto aclaremos esto, mejor," dijo en un tono reflexivo. Issei, confundido, preguntó qué quería decir con eso, a lo que Cologne respondió directamente.
"No puedes engañarme respecto a tu origen. De dónde realmente son, no pueden ocultármelo. Tengo más de 300 años de experiencia, y sé reconocer cuando alguien miente," afirmó Cologne con una mirada penetrante, dejando claro que estaba consciente de la necesidad de la verdad en esa situación.
Issei respiró hondo antes de comenzar a relatar su historia. Observó a Kuroka, quien le dio una leve señal de apoyo antes de que él empezara a hablar con Cologne y Shampoo presentes en la habitación.
"Venimos de un mundo diferente, uno donde la magia y los seres sobrenaturales son parte de nuestra realidad," comenzó Issei con calma, consciente de la importancia de ser honesto en ese momento. Cologne escuchaba atentamente, su mirada expresando curiosidad y una sabiduría acumulada a lo largo de los años.
"Aunque esto suena extraordinario, he vivido lo suficiente para saber que hay muchas cosas en este mundo que desafían la lógica común," comentó Cologne con una voz calmada pero intrigada. "Pero, ¿cómo acabaron así?"
Issei tomó un momento para organizar sus pensamientos antes de continuar. "Yo era un estudiante normal en la Academia Kuoh. Mi vida cambió drásticamente cuando conocí a una chica llamada Yuma, quien resultó ser un ángel caído. Ella me traicionó y me dejó al borde de la muerte. Fui revivido como un demonio bajo la casa demoníaca Gremory por su heredera, Rias Gremory," explicó, mientras observaba la sorpresa en el rostro de Cologne.
"Rias me introdujo al mundo sobrenatural, explicándome que seres como demonios y ángeles existen pero se ocultan de la vista humana. Hay diferentes facciones con sus propias reglas y conflictos. Desde entonces, he estado adaptándome a esta nueva realidad," concluyó Issei, esperando la reacción de Cologne ante la revelación de su verdadera identidad como un demonio reencarnado.
Issei negó con la cabeza, corrigiendo la suposición de Cologne. "No exactamente. Aunque fui revivido como demonio, con el tiempo adquirí habilidades y poderes más allá de los demonios ordinarios. Me convertí en el poseedor del Boosted Gear, una poderosa arma conocida como el Red Dragon Emperor."
Cologne frunció el ceño, tratando de entender. "Boosted Gear... ¿qué es eso?"
Kuroka intervino para explicar. "Las Sacred Gears son artefactos especiales que se otorgan a ciertos humanos, y pueden ser muy poderosos. El Boosted Gear de Issei es uno de los más poderosos, capaz de matar dioses."
La sorpresa de Cologne era evidente. Issei continuó contando su historia. "He enfrentado muchos desafíos y misiones peligrosas. Kuroka, por ejemplo, fue considerada una criminal porque eliminó al demonio de alto rango que la reencarnó. Ella y su hermana eran las únicas de una raza llamada Nekoshou, y Kuroka lo eliminó porque él estaba haciendo experimentos crueles. Fue considerada una criminal y se unió a un grupo terrorista, pero solo para proteger a su hermana. Tuvimos nuestros encuentros, y eventualmente, la verdad se aclaró."
Kuroka asintió, añadiendo, "Es verdad. Aunque con el tiempo, todo salió a la luz."
Issei continuó. "Además de eso, tuvimos que enfrentarnos a ese grupo terrorista muchas veces. Incluso me mataron una vez, pero Ophis, la Diosa Dragona del Infinito, y el Gran Rojo, la existencia más poderosa, lograron llevarme a otro plano. Crearon un nuevo cuerpo para mí con la carne y sangre del Gran Rojo y el poder de Ophis, convirtiéndome en una existencia prohibida."
Cologne asimilaba la información con asombro. Issei prosiguió, "Todo se complicó cuando uno de los reyes demonio originales, Rizevim, apareció. Sobrevivió y quería despertar a Trihexa, el monstruo del apocalipsis en nuestro mundo. Planeaba dominarlo y destruir el mundo, dejando solo a aquellos que considerara dignos. Logramos detener sus intentos un par de veces, pero al final, logró su cometido. Perdió el control, y el mundo quedó prácticamente destruido. Peleamos lo mejor que pudimos, pero fuimos vencidos. Solo quedamos Rizevim con Trihexa como nuestro enemigo, Kuroka y yo. Yo era el único con el potencial de vencer a Trihexa, pero no dominaba mis nuevos poderes."
Issei hizo una pausa, su expresión llena de tristeza y frustración. "Después de esa pelea, acabamos aquí. No sabemos qué pasó con Rizevim y Trihexa."
Cologne asintió lentamente, procesando toda la información. "Entiendo. Su historia es extraordinaria, pero veo la verdad en tus palabras.
Issei y Kuroka intercambiaron una mirada de alivio y gratitud. Sabían que aún tenían un largo camino por delante, pero al menos, habían encontrado un refugio temporal donde podrían sanar y planear su próximo movimiento.
Issei miró a Cologne con una expresión seria. "Faltó aclarar algo más, y esto también te concierne, Kuroka," dijo, volviéndose hacia ella.
Kuroka lo miró con curiosidad y preocupación. "¿Qué sucede, Issei?"
Issei tomó aire y explicó, "Aunque hemos explicado nuestra historia y cómo llegamos aquí, hay un detalle importante sobre nuestra situación actual. Cuando fuimos transportados a este mundo, algo cambió en nuestros cuerpos. Hemos perdido temporalmente nuestros poderes. Según Draig, no podré usar magia ni la Boosted Gear, y tú, Kuroka, has perdido tus habilidades nekomata, aunque tal vez aún puedas usar senjutsu debido a su naturaleza. Además, tienes una apariencia totalmente humana, ya que no tienes tus orejas ni cola de gato."
Kuroka suspiró con resignación. "Sí, lo he notado," dijo, tocando donde solían estar sus orejas de gato.
Issei continuó, "Este cambio no es permanente. Eventualmente, recuperaremos nuestras habilidades, pero por ahora, somos más fuertes que los humanos normales, pero no mucho más. Necesitamos tiempo para adaptarnos y recuperar nuestra fuerza. Lo bueno de todo esto es que de las armas sagradas, Ascalon estaba fuera cuando peleábamos y está aquí," dijo Issei, mostrando a Kuroka la espada Ascalon. "Pero Durandal permanece dentro de mi dimensión de bolsillo, y debido a que no podemos usar nuestros poderes, esa espada permanecerá sellada prácticamente."
Cologne asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. "Eso explica por qué sobrevivieron a pesar de sus heridas. Aunque son más fuertes que los humanos comunes, están en un estado vulnerable. Haré lo que pueda para ayudarles a recuperarse y adaptarse a este nuevo entorno."
Kuroka miró a Cologne con gratitud. "Gracias por su ayuda. Sabemos que nuestra historia suena increíble, pero estamos muy agradecidos por su hospitalidad y comprensión."
Cologne sonrió suavemente. "He vivido más de 300 años y he visto cosas sorprendentes. No tengo razones para dudar de su historia. Ahora, enfoquémonos en su recuperación. ¿Hay algo más que debamos saber?"
Issei y Kuroka intercambiaron una mirada. "No por ahora," dijo Issei. "Agradecemos su ayuda y hospitalidad. Prometemos no causar problemas."
Cologne asintió, satisfecha con la respuesta. "Bien. Ahora, descansen y recuperen sus fuerzas. Estamos aquí para ayudarles en lo que necesiten."
Con esa promesa, Cologne dejó la habitación, dejándolos a ambos con un sentido renovado de esperanza y determinación para enfrentar los desafíos que aún les esperaban.
Cologne asintió, satisfecha con la respuesta. "Bien. Ahora, descansen y recuperen sus fuerzas. Estamos aquí para ayudarles en lo que necesiten." Luego añadió, "Ah, por cierto, Issei, Kuroka, estén tranquilos. No revelaré a nadie lo que hablamos. Ustedes podrán decírselo a Shampoo cuando crean que sea el momento adecuado."
Issei y Kuroka asintieron, agradecidos por la discreción de Cologne. "Gracias, Cologne," dijo Issei con sinceridad. "Apreciamos mucho tu comprensión y ayuda."
Kuroka sonrió débilmente, aún sintiendo el cansancio en su cuerpo. "Sí, gracias," añadió. "Prometemos ser honestos con Shampoo cuando llegue el momento."
Cologne les dedicó una última mirada comprensiva antes de salir de la habitación, dejándolos a solas. "Descansen bien," les dijo antes de cerrar la puerta.
Issei y Kuroka se quedaron en silencio por un momento, asimilando todo lo que había sucedido y lo que habían compartido. "Es un gran alivio saber que podemos confiar en Cologne," dijo Issei finalmente, mirando a Kuroka.
Kuroka asintió, sus ojos mostrando una mezcla de cansancio y gratitud. "Sí, lo es. Ahora necesitamos descansar y recuperar nuestras fuerzas para lo que venga."
Issei sonrió y le dio un suave apretón en la mano. "Estaremos bien, Kuroka. Lo superaremos juntos."
Con esa resolución, ambos se acomodaron para descansar, sabiendo que, aunque estaban en un mundo desconocido y con poderes limitados, tenían el apoyo de nuevas aliadas y la determinación de seguir adelante.
Luego de unas horas, Cologne regresó con Shampoo para dar tratamiento a Issei y Kuroka. Al entrar al cuarto, vieron a ambos acostados en camas cercanas, hablando en voz baja. Aunque aún se notaban los signos de cansancio y dolor en sus rostros, la presencia del otro parecía brindarles consuelo y fortaleza.
Cologne sonrió al verlos juntos. "Me alegra ver que han decidido quedarse juntos," comentó mientras Shampoo se acercaba con una bandeja llena de hierbas y ungüentos.
Shampoo sonrió también, dejando la bandeja sobre una mesa cercana. "Trajimos algunas hierbas medicinales que ayudarán a acelerar su recuperación. Vamos a aplicarles un tratamiento para aliviar el dolor y sanar sus heridas," explicó.
Issei y Kuroka asintieron agradecidos. "Gracias, Shampoo," dijo Issei, apreciando el gesto. "Y gracias a ti también, Cologne, por cuidarnos."
"Es lo menos que podemos hacer," respondió Cologne mientras comenzaba a preparar las hierbas. "Necesitan recuperarse lo más pronto posible. Este tratamiento es tradicional en nuestra tribu y ha demostrado ser muy efectivo."
Shampoo comenzó a aplicar un ungüento en las heridas de Issei, mientras Cologne hacía lo mismo con Kuroka. El alivio fue casi inmediato, y ambos suspiraron de alivio al sentir el frescor de las hierbas en sus cuerpos.
"Esto es increíble," comentó Kuroka, sintiendo cómo el dolor se desvanecía poco a poco. "No esperaba que algo tan simple fuera tan efectivo."
Cologne sonrió con orgullo. "Nuestra tribu ha perfeccionado estos tratamientos a lo largo de los siglos. La naturaleza nos brinda todo lo que necesitamos para sanar."
Issei observó a Cologne y Shampoo trabajar con destreza, sintiéndose afortunado de haber sido encontrado por estas mujeres tan sabias y compasivas. "Les debemos mucho," dijo con sinceridad. "Haremos todo lo posible por recuperarnos pronto."
Shampoo le dio una sonrisa alentadora. "Lo importante es que se tomen el tiempo necesario para sanar completamente. No apresuren el proceso."
Después de aplicar los tratamientos, Cologne y Shampoo se quedaron un rato más, asegurándose de que Issei y Kuroka estuvieran cómodos. Finalmente, cuando estuvieron seguros de que ambos estaban bien atendidos, se retiraron, dejándolos descansar.
"Vamos a revisarlos más tarde," dijo Cologne antes de salir. "Si necesitan algo, no duden en llamarnos."
Issei y Kuroka agradecieron una vez más, sintiéndose un poco más tranquilos y esperanzados gracias al cuidado y la hospitalidad de sus nuevas aliadas.
Issei, aún recostado pero sintiéndose un poco mejor gracias al tratamiento, miró a Kuroka con curiosidad. "Kuroka, ¿crees que podrías intentar usar senjutsu? Draig mencionó que podrías aún tener acceso a esas habilidades." Kuroka asintió lentamente, con una mezcla de duda y determinación en su mirada. "Puedo intentarlo. No estoy segura de qué tan efectiva seré sin mis rasgos nekomata, pero vale la pena probarlo." Cerrando los ojos, Kuroka comenzó a concentrarse, buscando la energía natural que normalmente podía manipular con su senjutsu.
Al llegar la noche, Cologne entró en la habitación con una bandeja de comida. Issei y Kuroka, ya sintiéndose un poco mejor, agradecieron la comida con una sonrisa.
"Gracias, Cologne," dijo Issei, aceptando el plato que le ofrecía.
Kuroka también asintió en señal de gratitud. "Sí, gracias por todo lo que han hecho por nosotros. Realmente apreciamos su hospitalidad."
Cologne sonrió, complacida por la gratitud de los jóvenes. "Es lo menos que podemos hacer por ustedes. Ahora díganme, ¿cómo se sienten?"
Issei y Kuroka intercambiaron una mirada antes de responder. "Nos sentimos mucho mejor," dijo Issei. "Creo que es gracias a las medicinas y al descanso. Aunque ahora no contamos con nuestros poderes, nuestros cuerpos al no ser humanos sanan más rápido. Creo que para mañana estaremos mejor."
Kuroka asintió, añadiendo, "Sí, la sanación es más rápida de lo que esperaba. A este ritmo, deberíamos estar en condiciones de movernos sin demasiada dificultad mañana."
Cologne asintió, satisfecha con la respuesta. "Eso es bueno escuchar. Mañana, entonces, les daremos un recorrido por nuestra tribu y les enseñaremos nuestras costumbres. Es importante que se familiaricen con nuestro estilo de vida mientras se recuperan."
Issei y Kuroka miraron a Cologne con interés y agradecimiento. "Nos encantaría aprender más sobre su tribu," dijo Issei, sinceramente curioso. "Siempre es fascinante conocer nuevas culturas y costumbres."
Kuroka asintió con entusiasmo. "Sí, sería una excelente oportunidad para aprender y adaptarnos a nuestro entorno. Gracias por ofrecernos esta experiencia."
Cologne sonrió, complacida con la actitud positiva de los jóvenes. "Nuestra tribu tiene una rica historia y muchas tradiciones que estoy segura encontrarán interesantes. Mañana, Shampoo y yo les mostraremos los alrededores y les explicaremos nuestras costumbres. Aprenderán sobre nuestra forma de vida, nuestras prácticas diarias y las habilidades que enseñamos a nuestros jóvenes."
Issei asintió, intrigado por la perspectiva de aprender algo nuevo. "Estoy seguro de que será una experiencia enriquecedora. Y también nos ayudará a adaptarnos mientras recuperamos nuestras fuerzas."
Cologne continuó, "Además, será una buena oportunidad para que conozcan a otros miembros de la tribu. Nuestra comunidad es unida y todos estarán interesados en conocer a nuestros nuevos huéspedes."
Kuroka sonrió, sintiéndose un poco más aliviada por la amabilidad de Cologne. "Será un honor conocer a los miembros de su tribu y aprender de ustedes. Agradecemos su hospitalidad y su disposición para ayudarnos."
Cologne asintió, complacida con la respuesta. "Entonces, es un acuerdo. Descansen bien esta noche, y mañana empezaremos con el recorrido. Recuerden que estamos aquí para apoyarlos en lo que necesiten."
Issei y Kuroka asintieron, sintiéndose cada vez más agradecidos por la generosidad y la amabilidad de sus anfitrionas. Mientras se preparaban para dormir, ambos se sintieron más optimistas sobre su recuperación y su adaptación a este nuevo mundo.
La noche transcurrió tranquila, y a la mañana siguiente, Issei y Kuroka se despertaron sintiéndose considerablemente mejor. Aunque aún no estaban completamente recuperados, sus cuerpos mostraban signos claros de sanación.
Cologne y Shampoo llegaron a la habitación temprano, trayendo un desayuno nutritivo para los jóvenes. Después de comer, Cologne anunció, "Es hora de comenzar nuestro recorrido. Les mostraré nuestra aldea y les explicaré nuestras costumbres y tradiciones. Espero que disfruten la experiencia y encuentren algo útil que les ayude en su recuperación y adaptación."
Issei y Kuroka se levantaron con cuidado, siguiendo a Cologne y Shampoo mientras salían de la habitación. El sol de la mañana iluminaba la aldea, revelando una comunidad vibrante y llena de vida. La arquitectura tradicional, los sonidos de la naturaleza y la actividad diaria de los habitantes creaban un ambiente acogedor y pacífico.
Cologne comenzó el recorrido explicando la historia de la tribu, sus orígenes y cómo habían mantenido sus tradiciones a lo largo de los siglos. Mientras caminaban, mostraba los diferentes edificios y áreas importantes de la aldea, explicando sus funciones y significados.
"Esta es nuestra sala de entrenamiento," dijo Cologne, señalando un gran edificio donde varios jóvenes estaban practicando artes marciales. "Aquí, entrenamos a nuestros jóvenes en el arte del combate y la defensa personal. Es una parte integral de nuestra cultura."
Shampoo, quien caminaba junto a ellos, añadió con una sonrisa, "Entrenamos duro para ser fuertes y protectores de nuestra tribu. Todos aquí, hombres y mujeres, aprenden a luchar y a defenderse."
Issei y Kuroka observaron con interés, impresionados por la dedicación y la habilidad de los jóvenes guerreros. "Es increíble ver cuán dedicados son," comentó Issei. "La disciplina y el esfuerzo que ponen en su entrenamiento son admirables."
Cologne sonrió, complacida con su reacción. "La disciplina es fundamental en nuestra tribu. Creemos en la importancia de la fuerza, no solo física, sino también mental y espiritual."
Continuaron el recorrido, pasando por varias áreas de la aldea, incluyendo la plaza central, donde los habitantes se reunían para eventos y celebraciones, y el mercado, donde se intercambiaban bienes y productos cultivados o fabricados por los miembros de la tribu.
Finalmente, llegaron a un hermoso jardín, lleno de plantas medicinales y hierbas. Cologne explicó, "Este es nuestro jardín de hierbas. Aquí cultivamos plantas que usamos para medicinas y tratamientos. Es una parte vital de nuestra comunidad, ya que nos permite cuidar de la salud de nuestros miembros de manera natural."
Kuroka miró alrededor con interés. "Es impresionante ver cuán autosuficientes son. Todo aquí parece estar interconectado y bien organizado."
Cologne asintió, con orgullo. "Nos esforzamos por vivir en armonía con la naturaleza y ser autosuficientes. Es una forma de vida que nos ha permitido prosperar durante siglos."
Issei y Kuroka sintieron una creciente admiración por la tribu y su modo de vida. Mientras continuaban aprendiendo sobre las costumbres y tradiciones de la aldea, se dieron cuenta de que estaban en un lugar especial, lleno de sabiduría y fuerza.
A medida que el día avanzaba, Issei y Kuroka comenzaron a sentirse más integrados en la comunidad, agradecidos por la oportunidad de aprender y crecer en este nuevo entorno. Aunque su viaje y recuperación aún tenían un largo camino por delante, la hospitalidad y el apoyo de Cologne, Shampoo y los demás miembros de la tribu les proporcionaron un sentido de esperanza y pertenencia en su nueva realidad.
Cologne les explicó que hay dos reglas estrictas en la tribu que podrían no agradarles. Kuroka, intrigada, preguntó: "¿Cuáles son esas reglas?"
Cologne tomó aire antes de responder con seriedad. "Bueno, en nuestra tribu, aunque hay hombres, es mayormente una tribu de mujeres guerreras. Estas deben seguir dos reglas muy estrictas. La primera es que, si una guerrera amazona pierde contra una forastera, debe darle el 'beso de la muerte.' Este beso simboliza un juramento de seguir a la forastera hasta el fin del mundo para quitarle la vida, debido a la humillación de la derrota."
Issei frunció el ceño, sorprendido por la severidad de la regla. "¿Es tan importante para ellas vengar la derrota?"
Cologne asintió, su expresión permaneciendo seria. "Para las amazonas, el honor y la fuerza son fundamentales. Perder en combate es visto como una gran deshonra, y el beso de la muerte es una manera de restaurar su honor."
Kuroka, comprendiendo la gravedad de la situación, preguntó, "¿Y cuál es la segunda regla?"
Cologne continuó, "La segunda regla es igual de importante. Si una amazona es derrotada en combate por un hombre, debe casarse con él. Es una tradición que ha existido durante generaciones. Creemos que quien puede derrotar a una guerrera amazona es digno de ser su compañero, ya que ha demostrado ser fuerte y valiente."
Issei y Kuroka intercambiaron una mirada de sorpresa y preocupación. "Eso suena... complicado," comentó Issei, tratando de procesar la información.
Kuroka asintió, con una mezcla de preocupación y curiosidad. "Sí, entiendo la importancia de las tradiciones, pero eso puede llevar a situaciones muy complicadas."
Cologne asintió comprensiva. "Lo sé. Nuestras costumbres pueden parecer duras y anticuadas a los forasteros, pero son parte de nuestra identidad y han sido esenciales para nuestra supervivencia y cohesión como tribu."
Shampoo, que había estado escuchando en silencio, añadió, "Es por eso que el entrenamiento y la fuerza son tan valorados aquí. Nos esforzamos por ser las mejores para evitar esas situaciones."
Issei y Kuroka asintieron, reconociendo la determinación y la disciplina de las amazonas. "Gracias por explicarnos," dijo Issei. "Respetamos sus costumbres y haremos lo mejor para adaptarnos mientras estamos aquí."
Kuroka añadió, "Sí, apreciaremos cualquier orientación y apoyo mientras aprendemos más sobre su tribu y sus tradiciones."
Cologne sonrió, aliviada por la comprensión de los jóvenes. "Agradezco su disposición a aprender y adaptarse. Nuestra tribu valora a quienes respetan nuestras tradiciones, y estoy segura de que encontrarán su lugar aquí mientras se recuperan."
Issei y Kuroka se sintieron un poco más tranquilos, sabiendo más sobre las reglas y las expectativas de la tribu. Mientras continuaban su recorrido y aprendizaje, ambos se comprometieron a respetar las costumbres de sus anfitrionas y a integrarse lo mejor posible en su nueva realidad.
Cologne sonrió sinceramente ante las palabras de Issei y Kuroka. "Es reconfortante escuchar que están dispuestos a respetar nuestras tradiciones. Esa actitud será valorada aquí."
Kuroka, cuidando de no revelar demasiado, continuó con una sonrisa tranquila. "Es interesante cómo las costumbres varían en diferentes culturas. En el lugar de donde venimos, algunas familias practican matrimonios arreglados."
Shampoo, intrigada, preguntó de manera curiosa. "¿Matrimonios arreglados? ¿Qué significa eso?"
Issei suspiró suavemente antes de responder. "Significa que, en algunas familias, los padres deciden con quién se casarán sus hijos. Es una tradición antigua que algunos todavía siguen."
Shampoo parecía reflexiva. "Entiendo. ¿Y qué piensas tú, Issei? ¿Estás a favor de esos matrimonios?"
Issei frunció el ceño, pensativo. "Personalmente, estoy en contra de los compromisos forzados. Creo que el matrimonio debería ser una decisión basada en el amor y el consentimiento mutuo. Sin embargo, entiendo que en algunas culturas estas prácticas son valoradas de manera diferente."
Kuroka asintió, apoyando las palabras de Issei. "Exactamente. Lo importante es que ambas partes estén de acuerdo y sean felices con la decisión."
Cologne observó la conversación con interés, sintiendo la profundidad de las diferencias culturales entre sus invitados y su propia tribu. "Es fascinante aprender sobre sus costumbres. En nuestra tribu, el honor y la fuerza son centrales en nuestras tradiciones."
Issei y Kuroka asintieron, expresando su respeto por las costumbres de las amazonas. "Estamos aquí para aprender y adaptarnos lo mejor que podamos," aseguró Issei con sinceridad.
Shampoo sonrió, impresionada por la apertura y la disposición de los visitantes. "Estoy segura de que encontrarán su lugar aquí mientras se recuperan. Nuestra tribu valora a aquellos que respetan nuestras tradiciones y se esfuerzan por entender nuestra forma de vida."
Con estas palabras de entendimiento mutuo, Issei, Kuroka y las amazonas continuaron conversando, compartiendo sus historias y aprendiendo unos de otros mientras se preparaban para el recorrido por la tribu que les esperaba al día siguiente.
Cologne miró a Shampoo con una expresión comprensiva mientras explicaba. "Shampoo, aunque los matrimonios arreglados ya no son comunes entre nosotros, la regla sigue vigente. Es posible que no estés al tanto de todos los detalles porque eres joven y algunas prácticas antiguas han caído en desuso."
Shampoo asintió, absorbiendo la información con curiosidad. "Entiendo, abuela. Gracias por explicármelo. ¿Qué otras reglas antiguas existen?"
Cologne sonrió, apreciando el interés de Shampoo por conocer más sobre su herencia. "Hay muchas tradiciones y reglas que han sido importantes para nuestra tribu a lo largo de los años. Algunas de ellas son sobre el respeto a la naturaleza, el valor en la batalla, y el honor de nuestra tribu."
Shampoo escuchaba atentamente, absorbiendo cada palabra. "Me gustaría aprender más sobre nuestras tradiciones. ¿Podrías enseñarme más, abuela?"
Cologne asintió con afecto. "Por supuesto, Shampoo. Estoy aquí para guiarte y enseñarte todo lo que necesites saber. Es importante que comprendas nuestra historia y nuestras costumbres para llevarlas adelante con orgullo."
Con esta conversación, Shampoo demostró su interés en aprender y preservar las tradiciones de su tribu, mientras Cologne y los demás continuaban compartiendo conocimientos y experiencias.
Issei observó con atención a las amazonas que practicaban combate en el área cercana, notando sus movimientos precisos y técnicas disciplinadas. Kuroka, siempre burlona, no perdió la oportunidad de hacer un comentario juguetón.
"¿Qué pasa, Issei? ¿Te quedaste embobado viendo a esas amazonas?" bromeó Kuroka, arqueando una ceja con diversión.
Issei rió suavemente, respondiendo con una sonrisa. "Quién sabe. Su manera de pelear me llamó la atención, eso es todo."
Kuroka continuó con su tono ligero. "¿Tan rápido quieres volver a la acción?"
"No, Kuroka. Por ahora no," respondió Issei con seriedad. "Pero necesito mantenerme en forma y entrenar, aunque sea un poco."
Ambos compartieron una mirada cómplice, entendiendo la importancia de mantenerse preparados incluso en tiempos de descanso y recuperación. Mientras tanto, Cologne observaba con benevolencia desde un lado, reconociendo la determinación y el espíritu de ambos jóvenes mientras se adaptaban a su tribu.
Issei y Kuroka asintieron con gratitud mientras seguían a Cologne y Shampoo fuera de la habitación hacia donde podrían obtener ropa adecuada para usar. Aunque aún se sentían un poco doloridos por sus heridas recientes, estaban ansiosos por explorar la tribu y aprender más sobre las costumbres de las amazonas.
Después de cambiarse, Kuroka fue la primera en salir con su nueva ropa. Cologne y Shampoo la elogiaron por cómo le quedaba, destacando la elegancia y la adecuación al estilo de las amazonas. Issei salió después, vistiendo ropa que también había sido proporcionada por la tribu. Shampoo, al verlo, quedó momentáneamente sorprendida y admirativa por su apariencia renovada.
Kuroka, siempre dispuesta a hacer una broma, se dirigió juguetonamente a Shampoo. "¿Qué pasa, Shampoo? ¿Ves algo que te guste?" dijo con una sonrisa traviesa, notando la mirada fija de la joven hacia Issei.
Shampoo se ruborizó ligeramente y trató de disimular su reacción. "¡N-no, no es eso! Es solo que... se ve bien con esa ropa," respondió un poco apresuradamente, tratando de desviar la atención.
Cologne sonrió ante la escena y intervino con calma. "Ambos lucen muy bien. Ahora que están listos, podríamos empezar el recorrido por la tribu. Hay mucho que les gustará conocer."
Con todos listos y vestidos con ropas adecuadas para moverse cómodamente, Cologne lideró el camino mientras Shampoo y Kuroka seguían detrás, con Issei cerrando la fila. Recorrieron los senderos de la aldea amazona, explorando las estructuras de madera y observando las actividades diarias de las guerreras. Kuroka se mostraba curiosa y atenta, absorbiendo cada detalle de las costumbres y tradiciones que Cologne les explicaba.
Durante el recorrido, aprendieron sobre las técnicas de combate de las amazonas, sus rituales de iniciación y las historias de heroísmo que formaban parte del tejido cultural de la tribu. Issei, aunque físicamente recuperándose, estaba intrigado por la disciplina y habilidades de las guerreras, pensando en cómo podría integrar algunos de esos aspectos en su propio entrenamiento cuando recuperara sus poderes.
El día transcurrió entre conversaciones animadas y descubrimientos culturales, mientras Cologne y Shampoo se esforzaban por hacer sentir a Issei y Kuroka parte de la comunidad amazona. Al caer la tarde, regresaron a la casa donde se hospedaban, cansados pero llenos de nuevas experiencias y entendimientos.
Cologne les aseguró que podían descansar el resto de la tarde y la noche, prometiendo continuar su exploración de la tribu al día siguiente. Issei y Kuroka agradecieron la hospitalidad y se retiraron a descansar, conscientes de que, aunque estaban lejos de su mundo y sin sus poderes, habían encontrado un lugar donde serían acogidos y cuidados.
Con esos pensamientos reconfortantes, se dejaron llevar por el sueño, preparándose para enfrentar los desafíos y aventuras que les esperaban en la tierra de las amazonas.
Fin del capítulo.
