N/A:Todos los personajes, así como lo que podáis reconocer pertenece a J.K. Rowling.

N/A: Hola!! Se que dije que no iba a Actualizar hasta el lunes pero no podía dejar de sacar un hueco para escribir este capítulo. Espero que les guste. Los reviews siempre son bienvenidos

Flashback 17

Unos pasos alertaron a la mujer que estaba encogida en una esquina de las mazmorras de la mansión Lestrange. La puerta de la celda se abrió y la mujer que se escondía en la esquina tembló de pánico al observar el rostro de la locura en la cara de aquella mujer de rizos negros alborotados y ojos oscuros como el demonio.

-Bellatrix…- susurró la mujer sin fuerzas, escondiéndose más en la penumbra de su esquina-

-Cissy…mi querida hermanita, estás hecha un asco…-La mortifaga escupió en el suelo y miró a la mujer con desprecio- Hoy tenemos visita, tu querido hijo vendrá a prestar sus servicios al amo- soltó una carcajada histérica.

-Bellatrix- la mujer se levantó cogiendo las pocas fuerzas que le quedaban- deja a Draco fuera de esto, es solo un niño…-la rubia sabía que su hermana no iba a mostrar ni un atisbo de solidaridad con ella pero aún así la miró implorando-

-Hermanita…no querrás que tu hijo corra la misma suerte que su padre. Tiene que demostrar que la debilidad de su padre no está en sus genes y sí la valentía y lealtad de los Black, igual que su querida tía- una siniestra sonrisa se dibujó en su cara- por cierto Cissy…Ahora Draco es el Señor Malfoy, tú te has convertido en una viuda.- Bellatrix salió de la celda canturreando y dando saltitos.

Nagini lo mató…Nagini se lo comió..y la pobre Cissy viuda se quedó….

Narcissa ahogó un grito y el horror se reflejó en su rostro. Lucius estaba muerto…a pesar de no compartir con su esposo las creencias y la lealtad hacia el Señor Tenebroso, y la situación en la que puso a ella misma y a su propio hijo al involucrarlo en esta locura …ella lo había amado profundamente… ahora solo quedaba esperar. Estaba segura que su hora se acercaba, pero no temía por ello. Lo único que tenía en mente era que Snape pudiera cumplir su juramento y salvar a Draco.

Llevárselo lejos de todo este horror y que pudiera tener una vida medianamente en paz, a pesar de los demonios que ella sabía que su hijo albergaba en su interior.

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Draco se había quedado en el jardín tras la huida de Hermione.

Ya se había resignado a aceptar que esa noche no dormiría debido a los acontecimientos así que no tuvo prisa en subir a encerrarse en su habitación.

Su mente empezó a recrear el momento en que la besó y cuando una ligera sensación de bienestar empezó a emanar en su interior al recordar su aroma cuando besó su cuello, el brazo empezó a palpitarle.

Un leve latido había empezado a surgir en su antebrazo izquierdo haciendo que la marca tenebrosa se tornará de oscuro hasta terminar con una quemazón que le recorría el brazo entero.

Snape apareció por la puerta del jardín y Draco se agarró el brazo con furia por la forma tan mezquina en que fue sacado de su deleite con el beso que minutos antes le había dado a Granger.

· Vamos, El Señor nos está llamando- dijo Snape con tono de preocupación en sus palabras-

· Como si la marca no me hubiera avisado, ya sé que tenemos que irnos- gruñó Draco.

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El salón de la mansión Lestrange empezó a llenarse de mortifagos que se postraban ante su amo. En el centro del salón una jaula con barrotes de acero encerraba a una mujer rubia.

Draco se apareció junto con Snape y al sortear algunos mortifagos y llegar al centro, no pudo evitar que su alma se le cayese a los pies. Apretó los puños con fuerza y su mirada solo reflejaba odio.

Mamá…¿que te han hecho?...

Narcissa Malfoy se encontraba en un rincón de la jaula, los signos de maltrato y violencia se reflejaban en cada poro de su cuerpo cubierto de sangre seca y ropas desgarradas. Su mirada estaba perdida, sin vida.

Draco se acercó temblando de furia hacia la jaula pero Snape le puso la mano en el hombre advirtiéndole con la mirada que no hiciese ninguna locura. Miró con pena a su madre que también hizo un gesto de negación con su cabeza.

Voldemort presenciaba todo desde su sillón con un aire divertido.

· Aquí están los protagonistas de esta noche- dijo Voldemort arrastrando las palabras y mirando fijamente a Draco-

· Mi Señor- Snape se adelantó ocultando a Draco tras de sí para que Voldemort no descifrara sus ojos; a pesar de lo buen oclumante que era Draco, no estaba seguro si tras ver a su madre en ese estado su muro hubiera caído y entonces Hermione, Draco y él mismo estarían condenados a morir-.

· Severus, Severus. ¿Has encontrado ya la forma de saber donde se esconden Potter y sus amigos? – Voldemort acariciaba la cabeza de Nagini que se enroscó alrededor del sillón como protegiendo a su amo-

· Mi Señor, tras matar a Dumbledore me ha sido difícil ponerme en contacto con ellos- me consideran un traidor.

· Y acaso…¿No lo eres?- Voldemort miró a Snape con incertidumbre-

· Para ellos si mi Señor. Por eso necesito más tiempo. He encontrado la manera de llegar hasta ellos, quizás si supiese algo más de la misión de Draco podría acelerar las cosas – Snape sabía que El Señor tenebroso no iba a revelarle la pieza que faltaba en la misión de Draco, el contenido total de la profecía; pero tenía que intentar ganar tiempo porque la paciencia no era una de las características de Voldemort-

· Siempre has resuelto muy bien tus encargos, confío en ti así que si necesitas más tiempo lo tendrás – Voldemort se levantó – pero Severus…no me hagas esperar demasiado o podría empezar a sospechar que no quieres encontrarlos…

Snape se inclinó hacia su amo rezando porque Draco hubiera podido gestionar sus emociones y sus ojos no revelasen ninguna emoción.

Voldemort se acercó lentamente a Draco hasta quedar justo delante de él. El rubio estaba rígido, sus ojos grises se habían vuelto fríos y sin expresión alguna,como el hielo.

· Ha llegado el momento de informarte sobre el encargo que estás destinado a hacer. Esta vez no puedes fallar- Voldemort miró de reojo a la jaula donde se encontraba Narcissa y comenzó a pasear por el salón-.

· ¿Dónde está mi padre? – preguntó Draco desviando la mirada de soslayo hacia la jaula donde su madre había comenzado a temblar-

· Ah si…Lucius…el joven Malfoy quiere saber dónde está Lucius- Bellatrix y algunos mortifagos más incluido Rodolphus Lestrange y el licántropo Greyback rieron.

Draco intentó disfrazar el miedo que empezaba a sentir al no ver a su padre allí junto a su madre.

· Lucius tuvó que pagar tus errores, y también los suyos por supuesto. – Draco apretó sus puños- además…Nagini tenía hambre.

En ese preciso momento ,el muro que Draco había construido instantes antes se derrumbó.

Si no fuese porque su madre seguía en esa jaula se hubiese lanzado contra Voldemort y le hubiese arrancado los ojos, el deseo de matar se reflejó en su mirada y Voldemort se carcajeó.

· ¡Ahí está!, ese es el Draco que quiero ver. Esta vez no fallarás, el destino de los débiles ya sabes cuál es, no quieras acabar como tu padre- Voldemort lo apuntó con su varita -.

· ¡CRUCIO!- la luz roja salió de la varita disparada y dando de lleno en el pecho de Draco que comenzó a sentir un dolor insoportable en todo su cuerpo. Era como si miles de cuchillos le rajaban toda la piel; hundiéndose cada vez más en su carne, retorciéndose hacia dentro.

Narcissa gritaba en su jaula -¡NOOO! ¡DRACOOO! –

Draco estaba intentando aguantar y no caer al suelo pero cada vez era más difícil mantenerse en pie.

Snape apretaba los dientes sin poder hacer nada.

Cuando Voldemort se sintió satisfecho retiró la maldición.

Draco cayó al suelo de rodillas, derrotado y sudoroso.

…Tengo que resistir, tengo que hacerlo por ella, tengo que sacarla de aquí…

Draco tenía que aguantar todo el sufrimiento, tenía que someterse a Voldemort. Su padre ya estaba muerto y no estaba dispuesto a perder a su madre. Haría lo que fuese necesario.

· Has aguantado mejor de lo que esperaba… veo que tu entrenamiento con Severus está dando sus frutos-Voldemort miró a Snape- No estaba convencido de que te lo llevarás bajo tu custodia pero ahora veo que estás haciendo un buen trabajo.

· Gracias mi señor…- Snape hizo una inclinación de reverencia-.

Narcissa lloraba silenciosamente sintiendo un dolor que le desgarraba las entrañas al ver a su hijo derrotado en el suelo sin poder ayudarlo.

Tras unos segundos, Draco consiguió levantarse. Miró duramente a Voldemort y con una serenidad y tranquilidad que sorprendió hasta al mismísimo Voldemort manifestó – Mi Señor, estoy dispuesto a servirle lealmente. Cualquier encargo que se me asigne lo llevaré a cabo sin dudar. Ejecutaré cualquier orden.

· Vaya Draco…-Voldemort lo miró sorprendido- no sabía que la muerte de tu padre podía hacer esto en tí; has entendido perfectamente lo que tú Señor espera de ti. -Draco seguía manteniendo la mirada firme, parecía un soldado dispuesto a dar todo por la batalla, sin miedo a la muerte, ignorando por completo los sollozos de su madre que se habían descontrolado al escuchar a su hijo como declaraba su sumisión total al Señor Tenebroso.

Voldemort se acercó al oído de Draco y susurró para que solo él escuchase- …Tienes que encontrar a la sangre sucia amiga de Potter, Hermione Granger… tráemela. La quiero viva.-

· Lo haré Mi Señor. – los muros de la mente de Malfoy estaban tan consolidados que ni si quiera temblaron al oír el nombre de Hermione Granger.