FRAGMENTOS
¡Hola! Tenemos nuevo capítulo :D
- Kayla Lynnet: ¡Hola! Muchísimas gracias por tus felicitaciones y buenos deseos, sí, lo pasé muy bien. Me alegra mucho que estés disfrutando de la historia y que te haya emocionado tanto. La dinámica entre Kagome, Inuyasha está cada vez más intensa. Entiendo completamente tus dudas sobre Kikyo; siempre es difícil confiar en sus intenciones. Además, Miroku siempre sabe cómo añadir un toque divertido con sus comentarios. Es parte del encanto de su personaje, ¿verdad? Jaja Y sí, la llegada de la tía Rin promete añadir más giros emocionantes a la trama (que, por cierto, cada vez crese más). Gracias por tu apoyo constante y por estar al pendiente de las actualizaciones. Pronto habrá más capítulos, ¡espero que sigas disfrutando tanto como yo lo disfruto! ¡Un abrazo grande y nos leemos pronto!
- Annie Perez: ¡Hola! Me alegra que hayas disfrutado del capítulo y de la evolución de Inuyasha hacia la certeza sobre Kagome. Sin duda, el misterio del accidente y el cambio repentino de Kikyo agregan una capa intrigante. Naraku siempre tiene planes ocultos, (siempre dudemos de él) Estoy ansiosa por explorar cómo se desarrollarán estos giros en la trama. ¡Espero que sigas disfrutando de la historia!
- Rosa. Taisho: ¡Hola! ¡Muchas gracias por tu cariñoso comentario y por tus buenos deseos! :) Me alegra mucho que disfrutaras del último capítulo. La dinámica entre los personajes, especialmente la incertidumbre de Inuyasha y los misterios que rodean a Kikyo, ¡definitivamente mantienen la intriga alta! También me has hecho reír con tus observaciones sobre Miroku y su peculiar forma de expresarse, ¡es todo un personaje! Y sí, Rin siempre aporta una perspectiva interesante, (ahora, con su llegada muchas cosas cambiarán) Espero que sigas disfrutando de la historia. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Un abrazo grande!
- Cbt1996: ¡Hola! ¡Muchas gracias por tus buenos deseos y por tu lindo comentario! :) Me alegra mucho que disfrutaras del capítulo y que hayas encontrado interesante la dinámica entre los personajes, especialmente con Kikyo. ¡La situación con ella ciertamente está generando muchas incógnitas y tensión! Inuyasha siempre nos mantiene en vilo, ¿verdad? Esperemos que pronto se aclaren las cosas con Kagome y Koga también. Y sí, la llegada de Rin promete añadir nuevas capas a la historia. ¡Estoy emocionada por ver cómo se desarrollarán las cosas! Gracias de nuevo por tu apoyo constante. ¡Espero que sigas disfrutando de la historia en los próximos capítulos! ¡Un abrazo grande y nos vemos pronto!
- Karii Taisho: ¡Hola! ¡Muchísimas gracias por tus felicitaciones y por tu comentario tan detallado! (amo leer tu reviews) Me alegra mucho que hayas disfrutado del capítulo y que te hayas sumergido tanto en la trama. InuYasha y Kagome ciertamente tienen una conexión complicada. A veces es difícil entender las decisiones que toman, pero seguro que todo se aclara a su debido tiempo. Kikyo, por otro lado, sigue siendo un enigma, y tus teorías sobre sus motivaciones son muy interesantes, tanto como las de Naraku, pronto se sabrá lo que se traen entre manos. La llegada de Rin promete añadir aún más intriga y potencial conflicto a la historia, ¡estoy emocionada por ver cómo se desarrolla todo! Gracias de nuevo por tu apoyo constante y por tomarte el tiempo de compartir tus pensamientos. ¡Espero que sigas disfrutando de la historia en los próximos capítulos! ¡Un abrazo grande y nos vemos en el siguiente capítulo! :)
- Valentinehigurashi: ¡Hola! Muchas gracias por tus hermosas palabras y buenos deseos. Y lo repito, me alegra mucho saber que mis historias han sido un bálsamo para ti en tiempos de cambios. Es realmente reconfortante tener una comunidad como la nuestra en Fanfic. ¡Gracias por ser parte de ella y por esperar con ansias cada actualización! Y sí, entiendo completamente lo demandante que puede ser la universidad o cualquier otra etapa de estudios. Es genial que hayas concluido tu licenciatura en administración de empresas y que estés encontrando tu camino con tu hijo. ¡Eso es realmente admirable! :) Y me alegro mucho por ti querida Zeidy (Creo haber leído tu nombre en anteriores reviews, si no es así corrígeme por favor :3). Respecto a Kagome, Inu, y Miroku, ¡qué divertido leer tu reacción! Sin duda hay mucho que Inuyasha sabe y sospecha, pero, está esperando el momento para confirmarlo. Y sobre Sesshomaru y Rin, ¡esperemos que las futuras actualizaciones nos den más pistas de la relación que llevan! jaja Un abrazo enorme para ti también y muchos éxitos en todo lo que emprendas. ¡Cuídate mucho también y nos vemos en la próxima actualización! :)
- joiscar: ¡Hola! ¡Qué lindo saber que te gustó el capítulo y el reencuentro entre tía y sobrina! Es genial compartir esos momentos especiales en la historia. Kagome seguro encontrará el apoyo que necesita en su hermana, pero aún nos falta descubrir su reacción cuando la vea ¡Esperemos que todo se resuelva de la mejor manera posible! ¡Gracias por tu entusiasmo y por seguir disfrutando de la historia!
- Cindy Osorio: ¡Hola! ¡Entiendo completamente la ansiedad por querer saber más! Jeje, pero se acabó la espera, tenemos nuevo capítulo, espero que lo disfrutes tanto como los anteriores.
- MegoKa: ¡Hola! Jajaja, me encanta tu entusiasmo y tus observaciones sobre el último capítulo. Inu, trata de ser centrado cuando habla con Kagome, al llamarla por "Escargot" está buscando seguirle el juego, en cambio Koga, es mucho más descuidado, y claro, porque él aún no comprende la magnitud del misterio, Koga sigue creyendo que Kagome está muerta y que Escargot es otra mujer. Por otro lado, ¡Entiendo completamente las banderas rojas con Kikyo! Esperemos que Inuyasha lo note pronto. Y sobre Rin y Moroha, veremos qué sucede ¡Gracias por tu apoyo y por tomarte el tiempo de dejar tu review, aunque sea breve! Espero seguir sorprendiéndote en los próximos capítulos. ¡Un fuerte abrazo de vuelta y nos vemos pronto en la siguiente actualización!
¡Hola a todos!
Quiero agradecerles por sus buenos deseos, de verdad los aprecio mucho. Les cuento que he terminado mi semestre en la universidad ¡Yey! Oficialmente estoy de vacaciones, lo cual es genial porque podré actualizar más seguido ahora que tengo tiempo libre :) Por supuesto, sin descuidar mis otras historias, que admito que he dejado un poco abandonadas :(
¡Gracias por todo su apoyo!
En cuanto a la historia, darlings, se vienen cosas interesantes, ¿están listos? El próximo capítulo estará lleno de tensión, les aseguro que habrá drama (que a todos nos encanta, ¿verdad?) jaja
He estado leyendo algunos de sus reviews y veo la conmoción que causó cuando Koga llamó a Kagome por su nombre y ella reaccionó. Bueno, solo puedo decir que Inuyasha sabe algunas cosas jaja. Solo está esperando el momento adecuado para confirmarlas, mientras tanto, está jugando el juego de nuestra querida "Escargot" jeje
Por último, recuerden que los rumores no siempre son reales, pero...
Jajaja Ya sabrán de lo que hablo.
¡Disfruten de esta actualización! ¡Nos seguimos leyendo!
Atte. XideVill
Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
CAPÍTULO 11.
INUYASHA
–Qué lindo es, ¿cómo se llama? –preguntó.
–Kuma.
Rin le sonrió al tiempo que acariciaba a la mascota de mi hija.
–Si quieres me quedo con Moroha mientras tú vas a hablar con Rin –ofreció mi madre, mientras se paraba junto a mí en la puerta de la habitación.
–Gracias –susurré.
Ella dejó una palmada cariñosa en mi hombro antes de adentrarse.
–Rin –pedí en tono calmado y ella me miró fijamente– Podemos hablar un momento.
Volvió a mirar a Moroha y asintió con la cabeza.
Una vez solos en el estudio, no sabía por dónde empezar.
–Verás…
–Se parece a ella –dijo de pronto.
–Sí, lo sé.
–Cuando vi la foto no lo pude creer.
–¿Qué foto?
Rin me miró extrañada.
–Tú y tu perfecta familia están en la portada de la revista más famosa de todo Tokio. ¿En verdad pensabas que no lo íbamos a ver? –cuestionó algo molesta– Cuando mi madre lo vio…
–¿Naomi lo vio?
–Fue la primera en hacerlo, debiste haberla visto, se puso como loca. No tienes idea de lo mucho que le ha costado recuperarse de la muerte de mi hermana, para que de pronto vea a una niña idéntica a ella junto a ti y, por supuesto, junto a tu perfecta esposa.
–No pensé que…
–¡Exacto, Inuyasha! No lo pensaste, no pensaste en todo el dolor que causarías. ¡Es evidente que no! –gritó exasperada–. Si lo hubieras hecho, si solo hubieras pensado en nuestro sufrimiento, Kagome estaría aquí, y mi madre tendría a su hija y yo a mi hermana.
–Estás siendo injusta al culparme de todo.
–¿Injusta? –dijo, caminando hacia mí–. Bueno, entérate que la vida no es justa para nadie.
–Solo estás herida, Rin. Tú no eres así.
–¡¿Por qué tuviste que reabrir el pasado, Inuyasha?! ¡¿Por qué?!
–No fue algo que yo busqué –aclaré–. Moroha llegó de repente, y no supe cómo reaccionar o qué pensar. ¡Yo también estaba sufriendo por lo que le pasó a Kagome, y no hay un solo día en que no lo haga!
–Mientes…
–¡No!
–Lo haces, siempre lo haces.
–¡Rin! ¡¿Qué acaso no lo ves?! –la tomé de los hombros y ella luchó para liberarse– ¡Yo perdí al amor de mi vida! Kagome era todo mi mundo. Yo no quería hacerle daño... ¿cómo podría? Si yo daría mi vida por ella.
–Sin embargo, aquí estás –dijo mientras me apartaba–. Vivo, y jugando a la familia feliz como si nada hubiera pasado.
La habitación se llenó de una densa bruma. Sabía que cualquier cosa que dijera no aliviaría su dolor; Rin lo sentía intensamente y con toda la razón.
–Moroha…
–Sí –respondí de inmediato– Es mi hija… y de Kagome.
Ella me miró con una sonrisa llena de tristeza.
–Te burlas ¿No es así?
–Rin…
–Disfrutas riéndote de nuestro dolor.
–No es así. Lo que digo es verdad –Solté un suspiro– Quiero que me escuches, porque lo que te voy a contar es serio.
–¿Serio? –sonrió con ironía– Bien, te escucho.
Nos sentamos en el sofá y comencé a contarle todo. Desde cómo Moroha interrumpió mi boda con Kikyo, hasta mis sospechas sobre Escargot Hirano. No omití ni un solo detalle, hablé de Kuma y de lo que encontré en su interior. Le mostré la foto y el oso destrozado. Quería sincerarme completamente.
–Me hice una prueba –finalicé–, y salió positiva, Moroha es mi hija.
Rin no paró de llorar hasta que la atraje hacia mí instintivamente. Odiaba ser la causa de sus lágrimas; ella no merecía eso. De alguna manera, podía entender el impacto de descubrir que alguien a quien amaste y creías muerto está vivo, en algún lugar, pero vivo.
–Tengo que verla.
–¿A quién?
Se incorporó.
–A escargot.
–Rin, espera.
–Necesito verla. Sabré en cuanto la vea si realmente es ella o no. ¿Dónde está?
–No lo sé.
–¿Qué?
–En serio no lo sé, no la he vuelto a ver en semanas –fui sincero.
–Inuyasha, prométeme una cosa –Yo asentí con la cabeza–. Promete que me llamas en cuanto sepas algo de ella.
–Lo haré.
–Promételo –exigió.
–Lo prometo.
La vi buscar entre mis cosas para apuntar su número en una hoja pequeña.
–Aquí tienes –Tomé lo que me alcanzaba– Ya me voy, pero volveré. Después de todo, ahora tengo una sobrina.
Me sonrió al abrir la puerta, y para nuestra sorpresa, Sesshomaru se tambaleó al verse descubierto.
–Mmhh –carraspeó mientras se acomodaba la corbata–. Solo vine a ver si necesitaban algo.
No pude evitar sonreír al ver lo patético que se veía.
–Lo que me faltaba –soltó Rin– ¿No tienes algo que hacer, Sesshomaru?
–¿Así es como tratas a un viejo amigo que no has visto en años? ¿Cuántos han sido? –Me preguntó.
–Más de cinco –respondí a espaldas de Rin.
–Más de cinco años ¿Y no te alegras de verme?
–Para ser honesta, no, para nada. Ahora si me permites, iré a despedirme de mi sobrina.
–Rin, espera –pidió mi hermano.
Ella se apartó enseguida y lo miró fijamente.
–¿No tienes compañía? Después de todo, ese es tu pasatiempo favorito, ¿o me equivoco? –Soltó una risa– ¿O lo cambiaste por espiar tras las puertas?
Luego de un largo silencio mi hermano se hizo a un lado para dejarla pasar. Al hacerlo lo escuché soltar un suspiro pesado.
–¿En qué piensas? –cuestioné al acercarme a él, viendo juntos cómo Rin desaparecía por el pasillo.
–¿Cómo es posible que cinco años puedan cambiar tanto a una persona?
–¿Hablas de Rin?
–Y de quién más –aclaró.
–Bueno, sí, no voy a negar que ha crecido bastante y que ahora se ve más como una…
–Mujer.
Lo miré de inmediato.
–Oh, no. No lo harás –solté y él sonrió de una manera especial.
–¿Hacer qué?
–Sabes de lo que hablo.
–Claro que no –se defendió–. No tengo la menor idea de lo que estás hablando.
–Sesshomaru, te lo advierto. Rin no es como las mujeres que sueles estar –afirmé– Crecimos con ella, la conocemos desde que era una niña pequeña, prácticamente somos familia.
–Así como lo fue Kagome –soltó sonriendo divertido– Y eso no te detuvo ¿O sí? Es más, querido hermanito, tuvieron una hija, y dudo mucho que la cigüeña les haya hecho el favor.
Guardé silencio al verlo tan decidido.
–Eso es diferente.
Sesshomaru estalló en risa.
–No soy tan idiota como crees, Inuyasha. Sé muy bien lo que hacían cuando nuestros padres se iban de viaje.
–Bueno, ya. No estábamos hablando de mí.
–¿Por qué te enfadas? Te molesta que saque a relucir tus pecados.
–¡Cállate!
Se libró antes de que pudiera golpearlo. Pero esto no se quedaría así, la conversación aún no había terminado.
–Papi.
–Dime princesa.
–¿Qué es una tía?
Solté un suspiro al tiempo que tapaba su pequeño cuerpo con las sábanas.
–Bueno, verás, nosotros llamamos tíos o tías a los hermanos o hermanas de nuestros padres.
–¿La tía Rin es hermana de mi mami?
–Así es.
–Entonces, ¿el tío Sesshomaru es tu hermano?
Sonreí.
–Qué inteligente eres mi amor.
–Papi.
–Dime.
–Y la tía Sango ¿también es hermana de mi mami?
No supe qué responder, pero le sonreí de inmediato.
–Tu tía Sango es un caso especial. A veces nosotros los adultos consideramos hermanos a alguien que no necesariamente lleva nuestra sangre.
–No entiendo.
Sonreí y besé su frente.
–Aún eres muy pequeña para comprenderlo, pero cuando crezcas lo harás. Los amigos también se pueden convertir en familia, así como Miroku.
–¿Hablas del doctor malo?
Solté una risa suave.
–Sí princesa, hablo del doctor malo. Él también es tu tío.
–No quiero.
–¿Por qué no?
–Él me pica con las agujas y me hace llorar.
–Y si te prometo que no volverá a hacerlo ¿Lo aceptarías?
Moroha me miró con sus hermosos ojos brillantes.
–Sí.
–Qué buena niña eres –La llené de besos, disfrutando de su risa.
Aún no podía creer lo mucho que había cambiado por ella, Moroha se había convertido en mi salvación y mi mayor debilidad.
–Papi.
–¿Qué pasó?
–Si todos tienen un hermano, ¿por qué yo no?
Aquella pregunta me tomó por sorpresa y me dejó helado.
–Hoy has hecho demasiadas preguntas, mi pequeña curiosa –dije al verla luchar contra el sueño–. Pero, creo que ya es hora de dormir.
–Te quiero, papi.
–Y yo te amo mi amor.
Besé su mejilla antes de encender la pequeña lámpara de su mesa de noche y apagar la luz.
–¿Hoy no te quedarás con ella?
Pegué un salto cuando escuché la voz de Izayoi en el pasillo.
–Madre, me asustaste.
–Lo siento cariño.
Sonreí.
–No, hoy dormiré en la habitación.
–¿Con Kikyo? –cuestionó no tan sorprendida como esperaba.
–Así es.
–Bien, descansa hijo.
–¿No dirás nada?
Ella me sonrió pasando una mano en mi mejilla.
–Mi hijo ya es un adulto y sabe lo que hace. Es tu vida, Inuyasha. Que nadie te diga cómo vivirla.
–Gracias madre.
Al entrar a la habitación, no me animé a encender la luz; no quería despertarla ni tener que dar explicaciones sobre por qué estaba allí. Simplemente me recosté a su lado y no me molesté en taparme con las sábanas. Después de todo, esta noche iba a pensar sobre muchas cosas.
KAGOME
–Bonita, ¿viste mis llaves?
Tomé el llavero y se lo mostré.
–Siempre pierdes las cosas, Koga. Deberías ser más cuidadoso.
Me sonrió y me atrajo hacia él, dándome un beso corto en la mejilla.
–No sé qué haría sin ti.
Fingí una sonrisa y me aparté de él. Las cosas no podían ser peores; Naraku me había obligado a irme de viaje con Koga, supuestamente por cuestiones de trabajo. Lo único que había hecho en estas semanas era estar encerrada en esta habitación de hotel: no podía salir, no podía comunicarme con nadie y, sobre todo, no podía contactar a Inuyasha para saber algo de Sango o de Moroha.
Desde aquel último encuentro, mi mente no había hecho más que reproducir aquellas imágenes en mi cabeza. Aún recordaba la mágica sensación de sus manos sobre mi piel; sus besos y sus labios jugando con los míos, sin duda eran mi perdición en las noches cuando Koga yacía dormido a mi lado.
Sin embargo, me sentía culpable por alguna razón y aún no comprendía muy bien el porqué. Tal vez por estar pensando en otro hombre cuando mi prometido dormía junto a mí, o tal vez era el hecho de que había puesto un somnífero potente en su bebida antes de dormir. Sea cual fuere el motivo, odiaba sentir esta culpa.
–¿Qué sucede, bonita? ¿Por qué dejaste de sonreír de pronto?
–No es nada. Solo pensaba –dije sentándome en el sofá– Estamos aquí más de una semana y…
–Extrañas Tokio.
Asentí al mirarlo.
–Los Hamptons no está mal, pero…
–Sé lo que quieres decir –dijo sentándose junto a mí– Si quieres que nos vayamos, solo dímelo y nos vamos esta misma noche.
Sonreí.
–¿Y tu trabajo?
–Ya he hecho lo necesario y he visto que todo funciona correctamente, así que no es necesario que nos quedemos mucho más tiempo.
–¿Lo dices enserio?
–Estoy hablando muy en serio, bonita. Si eso te hace sonreír de nuevo, estoy dispuesto a hacerlo.
Se inclinó para darme un beso y justo en ese momento alguien llamó a la puerta. Koga sonrió y se incorporó de inmediato.
–Justo a tiempo.
–¿Qué cosa? –cuestioné.
–Ah, ya lo verás.
Al abrir la puerta, varios trabajadores del hotel entraron para acomodar toda la comida. Miré a Koga con una expresión interrogante, preguntándome quién sería capaz de comer tanto. Una vez que nos dejaron solos, no pude ocultar mi asombro.
–Estás loco –solté– Estás completamente loco.
–Lee la tarjeta –animó señalando la pequeña hoja sobre la mesa.
"Espero que después de tanto esperar, podamos disfrutar de nuestra última noche en los Hamptons. Acepta este detalle como mi disculpa por no pasar más tiempo contigo.
Atte. El hombre más afortunado del mundo."
Lo miré de reojo y no pude evitar sonreír.
–Eres un gran mentiroso.
–Espera recibir un beso, no un insulto –dijo divertido caminando hacia mí.
–Has mentido al decir que podríamos irnos esta noche si te lo pedía, cuando ya tenías planeado regresar a Tokio sí o sí.
–No tienes pruebas –rodeó mi cintura.
–Esta es la prueba –dije mostrándole la tarjeta– Escribiste, última noche en los Hamptons. Ya lo tenías planeado.
–Me niego a aceptarlo.
–Koga…
–Qué hermosa eres –dijo de pronto.
Recién fui consciente de la posición en la que nos encontrábamos; Koga sujetaba mi cintura y yo tenía la espalda contra el mueble del comedor.
–Kagome…
Mi cuerpo se tensó de inmediato y lo aparté bruscamente. Él me miró con confusión en los ojos.
–Yo no soy ella.
–Mierda… –musitó por lo bajo– Espera, por favor…
Fui hacia la habitación y cerré la puerta con seguro.
–Escargot, lo lamento, enserio lo lamento, yo… no lo pensé.
No respondí; en ese momento, todo mi cuerpo temblaba. ¿Qué estaba a punto de hacer? Si Koga no hubiera mencionado mi nombre por accidente, tal vez nosotros... No. Tenía que pensar en otra cosa.
–Bonita, ábreme por favor.
Forcejeó la puerta en varias ocasiones hasta que por fin se dio por vencido.
–Está bien, ódiame si eso te hace sentir mejor. De hecho, en estos momentos, yo también lo hago.
Apoyé mi cuerpo en la puerta y me dejé caer con lentitud.
–Voy a salir por unas horas, está bien. Te dejaré sola, así que puedes salir y comer algo si deseas.
Después de unos minutos, escuché la puerta cerrarse. Entonces pude respirar tranquila y salí de la habitación. Al hacerlo, todo seguía igual que como lo dejamos; la comida estaba aún sobre la mesa junto a las bebidas y los cubiertos. Sin embargo, algo llamó mi atención cuando intenté sentarme: Koga había dejado su abrigo tirado en el suelo. Lo levanté y al intentar sacudirlo, algo cayó lentamente. Era una foto muy pequeña y algo antigua. En ella aparecía una niña pequeña, sonriendo y mirando a la cámara. ¿Quién podría ser ella?
INUYASHA
Casi todo estaba preparado para la celebración del cumpleaños de Kikyo. La mansión nunca antes se había llenado de tantas luces y decoraciones. Para mi tranquilidad y la de mis padres, Naraku se había encargado por completo de la organización, así que no necesitábamos preocuparnos por los últimos detalles.
–¿Quién es esta hermosa princesa?
Mi madre me miró, y me devolvió la sonrisa mientras ajustaba los últimos detalles del peinado de Moroha.
–¡Papi!
Moroha salió corriendo hacia mí.
–Hola, mi amor –La cargué y ella recostó la cabeza sobre mi pecho.
–Creo que esta pequeñita te tiene muy enamorado.
Le sonreí a Izayoi mientras dejaba un par de besos en la cabeza de Moroha.
–Es mi hija, siempre voy a estar enamorado de ella.
–Mira nada más –Mi padre se sumó a la conversación– Denle una hija a un Taisho y verán cómo se vuelve loco por ella.
Mi madre y yo sonreímos mientras intercambiábamos una mirada.
–Cariño, creí que estarías ocupado discutiendo asuntos de trabajo con tus amigos.
–Me aburrí y vine a comprobar si todo estaba bien aquí con mi nieta.
–Estoy bien, abuelito –respondió Moroha.
Toga me miró con disimulo y asintió.
–¿Y Kikyo? ¿Todo está bien con ella? ¿Le hizo algún desplante otra vez?
Negué.
–Ella se ha estado portando muy bien con Moroha ¿no es así?
–Si –aseguró mi hija– Es buena conmigo y con Kuma.
–Bien –dijo mi padre, acariciando la cabeza de su nieta–. Pero si pasa algo, me lo dirás, ¿verdad, Morita?
Ella asintió estirando los brazos para que Toga la cargara. Izayoi les sonría mientras acomodaba el vestido de Moroha.
–Creo que ya es hora –solté–Los invitados deben estar esperándonos. Iré a ver si Kikyo está lista.
KAGOME
Desde que llegamos a Tokio, Koga y yo habíamos evitado hablar sobre la incómoda situación que vivimos en Los Hamptons. Yo no quería mencionarlo y al parecer él tampoco tenía planeado arruinarlo todo entre nosotros.
Pero ahora, que estábamos los dos solos en el asiento trasero de su limusina blindada, la curiosidad me estaba carcomiendo. Quería saber quién era esa misteriosa niña que había visto anteriormente.
–Koga…
–Llegaremos dentro de poco.
–Lo sé, pero…
–Escargot, lo lamento –soltó de pronto–. Sé que fui un idiota al llamarte por otro nombre, lo sé, y me arrepiento demasiado, bonita –Tomó mis manos–. Por favor perdóname.
¿Qué se esperaba que dijera? La verdad es que yo no quería hablar de eso, sino de otra cosa. Le sonreí y asentí ligeramente con la cabeza.
–Está bien, no te tortures por eso.
–Pero…
–Ya pasó, fue hace días, no hay necesidad de recordarlo –afirmé.
Koga se inclinó para besarme, pero lo interrumpí colocando una mano en su pecho.
–Te perdono solo si me respondes algo –dije de inmediato.
Él sonrió ampliamente y recargó la espalda en el asiento.
–Bien, lo haré.
Solté un suspiro y busqué su mirada.
–La noche que me llamaste Kagome, esa noche encontré una foto en tu abrigo –antes de que pudiera decir algo, tomé sus manos–. No estaba husmeando en tus cosas, te lo prometo. No fue intencional; tu abrigo estaba en el suelo y al levantarlo, la foto cayó y entonces la vi.
Koga soltó un suspiro y agradecí no sentir tensión en sus manos.
–Quiero saber ¿quién es la niña de la foto?
–¿Por qué?
–Curiosidad, quisiera saber más de ti, ya sabes, después de todo serás mi esposo y no habrá secretos entre nosotros.
Tenía que usar esa mentira a mi favor. De algo me tenía que servir ¿o no?
–Ella era… mi hermana.
–¿Tienes una hermana? –solté sorprendida.
Conocía a la familia Okami, y nunca había escuchado sobre una hija.
–Tenía –respondió con la voz apagada– Murió hace mucho.
–Lo lamento.
–Está bien, fue hace muchos años, ella era tan solo una niña.
–¿Cuántos años tenía?
–Cuatro, y yo tenía siete cuando se la llevaron.
–¿Quienes?
–Era muy pequeño para entenderlo, pero al crecer comprendí muchas cosas –dijo con dolor–. Mi padre era un hombre muy influyente, y lo sigue siendo; ese es el motivo por el cual secuestraron a mi hermana. Creyeron que era yo, el heredero de la familia Okami, pero se equivocaron. Y al darse cuenta de su error, los secuestradores… ellos…
Tomé sus manos.
–Lo lamento mucho –fui sincera.
Realmente podía comprar su dolor. El dolor de perder a alguien querido. Koga me miró y envolvió mis manos con las suyas.
–No he hablado de esto con nadie, mi padre siempre ha querido mantenerlo en secreto, ya sabes, para evitar mostrarnos vulnerables.
–Puedo entenderlo.
–Gracias por estar conmigo, bonita– dijo besando mis manos– Soy muy afortunado de tenerte.
Al besar mis labios no pude hacer nada. De alguna forma estaba tan concentrada en mis pensamientos que me tomó desprevenida.
–Ya llegamos, señor Koga.
¡Lo había olvidado! El tan esperado evento de cumpleaños de Kikyo. No podía evadir esta tortura, simplemente no podía, y todo gracias a Naraku. Al ocupar nuestros lugares, mi ansiedad era evidente. Volvería a ver a cierto hombre que se había adueñado completamente de mis sueños, y aún no estaba lista.
Cuando las puertas se abrieron y el presentador comenzó a hablar, mi pulso se detuvo. Vi entrar a Kikyo del brazo de Inuyasha, ambos sonreían, y las cámaras no desaprovecharon la oportunidad de capturar el momento. Entre aplausos y pétalos de rosas que caían con suavidad, vi a mi hija en brazos de Toga Taisho. Ella sonreía, se veía muy feliz, lo que provocó que soltara una pequeña risa.
Inuyasha volteó y, al hacerlo, Moroha estiró los brazos pidiendo que la tomaran. Él lo hizo y, al hacerlo, Kikyo se sumó a ellos sonriendo y tomando de la mano a mi hija. Moroha le sonrió y así, juntos, los tres posaron ante las cámaras.
Mientras los flashes iluminaban todo el lugar, mi sonrisa desapareció al imaginar la posibilidad de que Moroha, mi hija, me olvidara y olvidara todos momentos que vivimos.
Tenía miedo.
Miedo al cambio.
Miedo a que ya nada sea igual.
Miedo a perderla.
–Bonita, ¿Te sientes bien?
Miré a Koga y recién fui consciente de mi respiración agitada.
–Sí, sólo… necesito un poco de aire…
–Escargot…
–Tranquilo –dije levantándome con cautela–, estoy bien no te preocupes, iré un momento al baño, necesito retocarme el labial.
–Pero…
Y lo dejé con la palabra en la boca, me escabullí entre tanta gente y agradecí no ser vista por Naraku o alguno de sus guardias. Una vez dentro del baño, noté que no estaba sola; había tres señoritas muy refinadas mirándose en el espejo. Al entrar, me echaron una mirada de reojo, pero siguieron hablando como si yo no existiera.
–Pero lo que estás diciendo es una acusación muy seria, Fuyi. ¿Estás segura de eso?
–Completamente –aseguró la mujer– En el club ya todos lo comentan.
–Pero…
–Pero nada –replicó y yo atiné a fingir que me lavaba las manos–Si digo que Kikyo Hirano está embarazada es porque está embarazada y punto.
Una punzada dolorosa atravesó mi pecho y miré a las mujeres de inmediato.
–Que… ¿Qué fue lo que dijiste?
Continuará...
