FRAGMENTOS

¡Hola! Nuevo capítulo :)

- Kayla Lynnet: ¡Hola! Me hiciste reír mucho, especialmente imaginando a Sesshomaru huyendo de Izayoi con la chancla voladora. ¡Sería épico! Jaja Y sí, Izayoi definitivamente sabe más de lo que aparenta; su intuición maternal es increíble. Entiendo tu frustración con la mamá de Kagome. Fue una escena intensa, y ver a Inuyasha tan destrozado es doloroso. Pero confiemos en que Moroha volverá con su padre cuando todo se calme. Tienes razón al decir que Naraku es un verdadero demonio, y sí, porque sus planes retorcidos mantienen el drama al máximo :) ¡Tus teorías pueden estar cerca de la verdad y seguro que hay más revelaciones por venir! Gracias por compartir tus pensamientos y emociones. ¡Espero que disfrutes el próximo capítulo!

- Rosa. Taisho: ¡Hola! Entiendo perfectamente tu enojo hacia Naraku y Kikyo, ¡son personajes muy intensos! La expresión de Inuyasha definitivamente revela mucho, pero aún no sabemos si Kikyo está o no esperando un hijo (al menos no a ciencia cierta jaja). No puedo culpar a la mamá de Kagome tampoco. Y sobre Inu no Taisho, entiendo tu coraje. ¡No te disculpes por exaltarte, tus emociones son parte de lo que hace esta historia tan viva! :D ¡Cinco días para la boda! Veremos cómo evoluciona la historia para entonces. ¡Me alegra que te haya gustado el capítulo! Nos vemos en el próximo. ¡Besos!

- Lin Lu Lo Li: ¡Hola! Lo sé, el capítulo fue muy fuerte, y el título solo lo representa. Ver a Inuyasha y Kagome perder a su hija y enfrentar las condiciones de Naraku es desgarrador. Kagome está dispuesta a sacrificar todo por su familia, lo que muestra su increíble fortaleza. La rapidez con la que Naraku y sus influencias lograron la custodia de Morohita es muy sospechosa (como todo lo que hace). Y el papel que juega Rin también aún está por verse. También espero que la mamá de Kagome reaccione pronto y se dé cuenta de que Moroha necesita a su padre. Gracias por tu review y tus emociones. ¡Nos vemos en el próximo capítulo!

- Cbt1996: ¡Hola! ¡Vaya, qué montaña rusa de emociones! Me alegra que el capítulo haya tenido tanto impacto. La duda sobre si Kikyo está embarazada sigue presente, y claro que obtendremos respuestas más adelante. Entiendo tu molestia con Naomi, pero su dolor también la hace más comprensible. Por otro lado, concuerdo contigo, Naraku es un villano verdaderamente repulsivo, y todos deseamos que la verdad salga a la luz antes de la boda o, peor aún, de que Kagome sea obligada a tener un hijo de alguien que no ama. Naraku es definitivamente despreciable. ¡Gracias por tu comentario! Me alegra que te haya gustado el capítulo. ¡Nos vemos en el próximo!

- Karii Taisho: ¡Hola, hola! Tu review está lleno de emociones y me encanta. ¡Qué indignación al escuchar a esa tipa llamar bastarda a Morohita! ¿Verdad? Y menos mal que Izayoi llegó justo a tiempo para evitar un desastre. Y sí, Kagome ya tiene demasiados problemas para resolver los de Kagura. La plática de Inu y Kag en la habitación fue desgarradora. También espero que el rumor del embarazo de Kikyo no sea cierto, pero el drama está en su punto máximo (estemos listas para todo). Es doloroso ver a Morohita alejada de su padre y que Naomi parezca más enfocada en vengarse que en el bienestar de su nieta, tienes mucha razón. Por otro lado, Rin tiene un papel crucial que aún no comprendemos del todo. ¿Dónde estaba y por qué no intervino? Sus sentimientos de culpa son intrigantes y pronto lo descubriremos. Y como sabemos, Naraku es experto en sembrar miedo, y Kagome hará lo que sea para proteger a su familia. ¡Esto se está poniendo muy intenso y emocionante! Gracias por tu comentario, nos vemos en el próximo capítulo. ¡Saludos, y espero que disfrutes esta nueva actualización!

- Valentinehigurashi: ¡Hola, Zeidy! ¡Qué alegría leer tu comentario! Me encanta que hayas disfrutado tanto el capítulo. Kikyo es capaz de cualquier cosa para retener a Inuyasha, (eso lo sabemos muy bien, al menos en mis historias así es jeje) Y Naraku, siempre queriendo más y más... ¡no tiene límites! Definitivamente es momento de que Kagome saque las garras por su hija. Entiendo tu frustración con la mamá de Kagome, todo esto ha sido una jugada sucia de Naraku y Kikyo. Me alegra que el capítulo haya tenido la dosis correcta de intriga y drama. ¡Las cosas están a punto de explotar! Gracias por tus lindas palabras sobre mis historias. Saber que te identificas con ellas y que te han tocado personalmente me llena de alegría (siempre te lo digo, pero es la verdad ¡Me hace muy feliz!). Es increíble sentir esta conexión contigo y con otras lectoras. ¡Son maravillosas! ¡Eso es lo que hace que escribir valga tanto la pena! Y me hace feliz saber que mis capítulos te alegran la semana. Y muchas gracias, trataré de salir de la rutina, de hecho, ya me encuentro en casa de mis padres (y debo decir que había olvidado su pésima conexión de internet jaja) Espero que tengas una semana llena de buena vibra y cargada de buenas noticias. ¡Nos leemos en el próximo! Te mando un abrazo virtual y muchos besos. ¡Cuídate mucho Zeidy y sigue disfrutando!

- Cindy osorio: ¡Hola! Me alegra mucho saber que disfrutaste el capítulo, aunque fue intenso y revelador. Sé que la espera puede ser difícil con tantos acontecimientos y misterios por resolver. Pero ¡Prometo que vendrán muchas más sorpresas y emociones en los próximos capítulos! Gracias por tu paciencia y entusiasmo. ¡Estoy deseando compartir más de la historia! Nos leemos pronto. ¡Saludos!

- MegoKa: ¡Hola! ¡Me alegra que el capítulo te haya impactado tanto! La intriga y los giros inesperados siempre buscan mantenernos al borde del asiento. Entiendo tus sentimientos sobre cómo están manejando las cosas Inuyasha y Kagome. ¡Es un drama tras otro! Sesshomaru está enredado en situaciones complicadas, y los Taisho parecen estar en la oscuridad sobre lo que realmente está pasando. La escena con Izayoi fue intensa y me alegra que te haya gustado cómo defendió a Kagome. Lo de la boda en cinco días y el enredo con Koga realmente añade mucho más drama. Imaginar a Kagome en esa situación es difícil, y entiendo tu desesperación por saber qué pasará y muy pronto lo descubriremos (no revelaré mucho, pero ¡Se viene el drama! jaja). ¡Gracias por tu entusiasmo y apoyo! Continuaré trabajando en la historia y espero no darte un patatús, sino muchas más sorpresas jaja Cuídate mucho y gracias por seguir al pendiente. ¡Un abrazo grande!

- Ferdy Arevalo: ¡Hola! ¡Entiendo completamente tu indignación! La idea de que Kikyo esté esperando un bebé de Inuyasha es para volverse loca. ¡No te preocupes, la historia tiene sorpresas reservadas para todos! La separación de Inuyasha y Morohita fue cruel, y entiendo tu confusión sobre cómo la madre de Kagome presentó pruebas de que ella es la abuela, a pesar de que decían que Kagome había muerto. ¡Es parte del misterio que iremos revelando poco a poco jeje! ¡La boda en cinco días y los planes de Naraku son una locura total! ¡No te preocupes, vamos a ver cómo se resuelve todo! Estoy feliz de que estés disfrutando tanto la historia y que "Ensueño" también te esté gustando. Muchas gracias, también te mando un gran abrazo, besos y muchas bendiciones. ¡Cuídate y nos leemos pronto!

- moroha23iki: ¡Hola! Qué emoción leerte :) ¡Me alegra saber que cada capítulo te está llevando en una montaña rusa de emociones! Es genial ver cómo la historia está generando tanto impacto. Prometo que seguiré trabajando para mantener esa emoción y sorpresa en cada nueva entrega. ¡Gracias por tu entusiasmo y por tu apoyo! ¡Espero que disfrutes de esta nueva actualización también!

- Annie Perez: ¡Hola! ¡Entiendo tu preocupación! La situación de Inuyasha y Kagome está al borde del precipicio, y es crucial que Inuyasha descubra la verdad antes de que sea demasiado tarde. El drama está en su punto máximo. ¡Te prometo que vendrán grandes revelaciones y momentos decisivos en los próximos capítulos! ¡Saludos!

¡Hola a todos!

Como lo mencioné en Facebook, este en un capítulo especial ¿Y por qué? Bueno ya lo verán jaja

Lo siento por no actualizar el domingo, pero qué puedo decir, ahora me encuentro en casa de mis padres, en otra ciudad, y había olvidado la mala conexión de internet que hay en la casa jaja. Pero ahí voy, acostumbrándome poco a poco y con mucha paciencia, porque la cosa carga ¡un montón!

En fin, me alegra saber que esta historia y los pequeños relatos de Ensueños les estén gustando mucho, y como ya lo leyeron, se revelaron algunas cosas :0

Espero que disfruten de esta nueva actualización ¡Nos leemos!

Atte. XideVill


Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.


CAPÍTULO 13.

KAGOME

Tenía que ser una broma. Definitivamente era eso.

–De ninguna manera –solté– No hay forma de que yo…

–Piensa en tu hija, gatita –señaló Naraku– Piensa en ella antes de decir alguna tontería.

–Si me caso con Koga te daré esas malditas acciones, lo juro, pero ¿Para qué quieres que tenga un… un hijo de él?, no lo entiendo, ¿qué no es suficiente?

–No –soltó, caminando hacia el gran ventanal– Las palabras como los contratos son pasajeros, no son seguros –Volteó a verme–. No me fío. Pero si le das un heredero a los Okami, entonces las cosas cambian y todo tiene más peso.

–No puedo hacer eso… no hay forma de que yo…

–¿Forma? –cuestionó con una sonrisa– Claro que las hay, querida. Hay muchas formas de concebir un hijo; el cómo lo hagas no es asunto mío.

–¿Qué…? –observé confundida.

–Sé que no eres tonta Kagome –concluyó– Confío en que harás bien las cosas.

Abandonó el lugar junto a Kikyo y me quedé pensando en lo que quiso decir. ¿A qué se refería con eso de que existen muchas formas de concebir un hijo?


INUYASHA

Desperté con el insistente sonido de mi celular. No vi quién era, simplemente respondí somnoliento.

–Hola…

–Te odio –expresó la voz del otro lado de la línea– Inuyasha, no tienes idea de cuánto te odio en este momento.

¿Miroku?

–¿De qué estás hablando…?

Y cortó la llamada dejándome con la palabra en la boca. ¿Pero qué había sido eso? Me incorporé involuntariamente y me senté en la cama. Apenas eran las seis de la mañana y bostecé cansado. Seguramente mi amigo estaba molesto porque no lo invité a la fiesta de Kikyo y le pedí que se quedara cuidando a Sango. Sí, seguramente esa era la razón. Ya me disculparé con él cuando lo vea en la clínica.

Sonreí y me giré, destapando las sábanas.

–Buenos días, prince…

La decepción fue abrumadora al descubrir que mi hija no estaba junto a mí. Era cierto, no era una pesadilla, se habían llevado a Moroha. Pero no podía quedarme de brazos cruzados; tenía que hacer algo.

–Hijo, ¿piensas salir? –cuestionó mi padre al encontrarnos en la entrada de la casa.

–Tengo algo urgente que hacer. Por favor, despídeme de mi madre.

–Tu madre no está.

–¿Salió? ¿A dónde fue?

Me pareció extraño no ver a mi madre en casa, especialmente a tan tempranas horas de la mañana.

–No me lo dijo, y al parecer tu hermano tampoco está en casa.

–Qué extraño, Sesshomaru no suele ser el hijo rebelde –dije en un tono sarcástico.

Toga me miró confundido y yo solo negué lentamente con la cabeza.

–De seguro se fue temprano a la clínica, ya sabes cómo es él con el trabajo –planteé para que dejara de preocuparse–. Bueno será mejor que me vaya.

–¿Irás a ver a Moroha?

Me detuve a mitad del camino.

–Sí, pero además de eso, hay algo más urgente.

–¿Qué puede ser más urgente que mi nieta?

Me despedí con un asentimiento de cabeza y salí sin dar respuesta. Y es que era evidente, la respuesta era Kagome.

Llegué a la mansión de los Hirano hace más de una hora, pero nadie salió a recibirme. Necesitaba hablar con ella para aclarar mis dudas; era mi única esperanza, la única que podía traer de vuelta a Moroha.

–Lo lamento mucho señor Taisho, pero el señor Naraku no se encuentra en estos momentos.

–No vine a verlo a él –Le dije a la muchacha que me atendió– Quiero hablar con la señorita Escargot.

–Ella no… lo siento, pero se encuentra indispuesta.

–¿Indispuesta?

–Así es, tal vez si regresa más tarde ella pueda…

–No cuento con demasiado tiempo como para volver más tarde, ella me tiene que escuchar ahora –expresé mientras avanzaba y subía por las escaleras.

–Señor Taisho, por favor, usted no puede…

Me detuve.

–Le voy a pedir que no interfiera –advertí mirándola– Es más, por su bien le recomiendo regresar a sus actividades.

–Pero…

–No tardaré, se lo prometo, me iré en cuanto termine de hablar con ella. Y Naraku no tiene por qué enterarse.

–Señor Taisho yo…

–Le pagaré, usted ponga un precio –ofrecí.

Después de hacer esa pequeña oferta y pagar por su silencio, logré escabullirme dentro de la mansión. Tenía que encontrarla, pero había tantas habitaciones, ¿cuál era la suya?

–Sé que puedes oírme –comencé al abrir la primera habitación, no había nadie– Y también sé por qué no quieres verme. Pero por favor, necesitamos hablar.

Solo había silencio en las otras habitaciones, nada fuera de lo normal, la casa parecía completamente vacía, pero no podía rendirme tan fácilmente.

–Me quitaron a Moroha, se llevaron a mi pequeña hija y no hiciste nada ¿por qué? –cuestioné tomando la perilla de la última habitación– ¿No te afecta nuestro sufrimiento? ¿Desde cuándo te has vuelto tan… insensible?

Abrí la habitación y no había nadie. Me sentí como un completo idiota, hablando solo. Suspiré y salí de la habitación.

–Se supone que eres su madre, Kagome… –susurré.

.

Una vez más me encontraba esperando frente a una puerta, pero esta vez era la de la mansión de los Higurashi. Luego de unos cuantos minutos perdidos volví a subir al auto.

Saqué mi celular y marqué un número de inmediato. La primera vez no funcionó, así que lo intenté de nuevo por segunda vez.

–¿Hola?

–Rin –solté de inmediato.

–¿Inuyasha…? –susurró bajito.

–Sí, soy yo.

–Espera un momento –pidió y así lo hice. Después de unos largos segundos, escuché cómo se cerraba una puerta– Bien, ahora sí podemos hablar. Lo siento, pero…

–Tu madre estaba cerca –dije lo evidente.

–Sí, y supongo que eres tú el que está esperando en la entrada.

–No me recibirá ¿Cierto? –concluí soltando un suspiro.

–Lo siento, pero ya sabes cómo es mi madre, intenté hablar con ella, pero…

–No te preocupes –¿Qué otra cosa podía decir? – Lo entiendo, mejor cuéntame, ¿cómo está Moroha? ¿durmió bien? ¿Desayunó algo?

–Ella… –La escuché reír– Está muy bien, es todo un amor ¿nos es así bebé?

Cuando escuché la risa de mi hija mi corazón se detuvo. Al parecer Rin le estaba haciendo cosquillas.

–No, tía Rin… –Moroha seguía riendo.

–¿Puedo hablar con ella? –pregunté mientras luchaba por contener las lágrimas.

–Moroha, hay alguien que quiere hablar contigo.

–¿Es mi papi?

Sonreí con tristeza.

–Hola mi amor –dije al teléfono.

–¡Papi!

Escuché a Rin hacer un pequeño sonido indicándole que hablara más bajo.

–Papi, creo que no puedo gritar.

–Entonces hablemos en voz baja, como si fuera un secreto… –susurré.

–¡Sí…!

Sonreí, sabía que se le haría complicado.

–Perdón…

–No pasa nada princesa.

–Te extraño mucho, papi ¿cuándo vas a venir por mí?

–¿Quieres que venga?

–Sí…

–¿Ya terminaste de ver la habitación de tu mamá?

–No, pero… quiero estar contigo.

Me senté bien en el auto.

–¿Qué pasa mi amor? –pregunté al notar aquel tono triste en su voz.

–Papi…

Entonces la escuché llorar y aquello me estrujó el corazón.

–No, bebé –dijo Rin– No llores, tu papi vendrá pronto.

Tuve que hacer un esfuerzo para no salir del auto y romper esa puerta sólo para estar con mi hija. Me partía el corazón oírla llorar.

–Rin, por favor…

–No te preocupes, Inuyasha. Me quedaré con ella hasta que se calme.

–Gracias –solté–, aunque probablemente se quede dormida.

–Estaré con ella en todo momento –dijo ella– ¿Quieres despedirte de tu hija?

–Sí, por favor.

–Bien.

Moroha aún lloraba cuando le acercó el celular.

–Princesa… –Su llanto se intensificó– Te amo Moroha, por favor se muy valiente ¿Sí?

–Pa… papi…

–Rin, ¡¿qué está pasando?! –Se escuchó a lo lejos.

–Lo siento Inuyasha, pero tengo que cortar…

Y así fue. Solo unos minutos fueron suficientes para desestabilizar todo mi mundo. Mi celular sonó y respondí de inmediato.

–¡Rin!

–¿Qué?

Miré la pantalla y fruncí el ceño.

–Ah, Miroku, eres tú.

–Sí, soy yo, y muchas gracias por la alegría que mostraste al saber que era yo –dijo en tono sarcástico.

–Lo siento, pero tuve unos días muy difíciles.

–¿Qué pasó?

–Me quitaron a Moroha.

–¿Cómo así? –exclamó sorprendido.

–Fue la madre de Kagome, una larga historia, te la contaré en la clínica.

–Sobre eso…

–¿Pasó algo? –solté de inmediato– Miroku dime ¿Es Sango? ¿Está bien?

–Inuyasha, necesitas venir inmediatamente.

–Habla de una vez, Miroku, me estás poniendo nervioso.

–Ella acaba de despertar.

.

Pulsé desesperadamente el botón del elevador; necesitaba llegar con urgencia al piso de cuidados intensivos. Que Sango haya despertado significaba mucho para mí. No solo era la posibilidad de saber más sobre cómo Moroha llegó a mí, sino también el hecho de que ella es la única que podría decirme con exactitud qué fue lo que le pasó a Kagome hace más de cinco años.

–Ah, Inuyasha, al fin llegaste.

–Miroku ¿Cómo está ella? –Solté apenas lo vi y ambos caminamos por el pasillo.

–Está bien, Larry le está haciendo algunos estudios, ya sabes cómo es esto. Tardará unas horas.

–No tengo tanto tiempo, necesito hablar con ella.

–Espera un minuto, Inuyasha –Miroku me detuvo– No estarás pensando en interrogarla ¿cierto? Te recuerdo que ella acaba de despertar, posiblemente esté algo desorientada y…

–Pero necesito hablar con ella.

–No hasta que esté completamente estable –dijo severo.

Tomé aire y lo miré fijamente.

–¿Qué pasa, Miroku? ¿Por qué de pronto empiezas a actuar tan aprensivo por una desconocida?

–Todo es tu culpa… –musitó por lo bajo– Haz lo que quieras. Si quieres interrogarla, adelante, no voy a oponerme.

–¿A dónde vas? –cuestioné al verlo irse.

–Tengo pacientes que atender.

–Espera, Miroku…

Era inútil insistir; mi amigo ya había desaparecido en el elevador. ¡Maldición! ¿Por qué últimamente todo me estaba saliendo mal?

Mi celular comenzó a sonar y al ver que era mi padre supe que algo no andaba bien.

–Padre.

–Inuyasha, estoy aquí con Myoga.

Lo sabía. Solté un suspiro y entré a mi consultorio.

–¿Qué te dijo? –pregunté sentándome en el escritorio.

–Consiguió los papeles originales de la custodia de Moroha. Hijo, esto no es nada bueno.

–Dilo de una vez –solté– ¿A qué nos enfrentamos?

–La custodia de Moroha fue otorgada a Naomi Higurashi por la voluntad y decisión de su madre.

–¿Qué quieres decir?

–En los papeles figuran dos firmas, una de ellas es la de la madre de Moroha, Kagome Higurashi. Hijo, estamos jodidos.

Dejé de respirar por un momento y me costó horrores recuperar el aliento. No podía ser posible que la propia Kagome se deleitara con este sufrimiento, no podía ser que ella nos hiciera esto.

–Pero… pero yo soy su padre, ¿no hay algo que se pueda hacer? ¡Yo no autoricé que me quitaran a Moroha!

–Hijo, tranquilízate, por favor. Ya estuve hablando con Myoga y, lamentablemente, no hay mucho que se pueda hacer. En la partida de nacimiento de Moroha no figuras como su padre, por lo que la única tutora legal de mi nieta es Kagome. Ella es la única que puede tomar decisiones sobre ella y, por ende, puede otorgarle la custodia total a Naomi, y así lo hizo. No hay nada que podamos hacer, salvo, claro...

–¿Qué? –insistí ante su silencio– ¿Qué opción tenemos?

–Es una locura, pero si Kagome firmó esos papeles, solo puede significar una cosa.

–Ella está viva, padre, te lo he dicho desde que Moroha llegó a la mansión.

–Entonces tenemos que intentar contactarla, hablar con ella y hacerle cambiar de opinión. Ya puse a trabajar a algunos hombres de Myoga, espero que con su ayuda podamos…

–Padre, por favor no actúes tan precipitadamente.

–Ella es mi nieta y tú eres mi hijo. Claro que voy a actuar así al ver su sufrimiento.

Solté un suspiro pesado.

–Gracias...

–Te mantendré informado.

–Está bien, pero por favor ten en cuenta lo que te dije.

–Bien.

Después de aquella llamada, me costaba mucho mantener la calma. Tenía los nervios comiéndome los huesos, y pensar en mi hija y en cómo lloró cuando hablé con ella solo empeoraba las cosas.

Necesitaba un trago…

Mi celular vibró sobre el escritorio y saltó una notificación de mensaje.

"Shinjuku Gyoen, 456. (16 horas)"

El remitente era un número desconocido. De alguna manera, eso me dio curiosidad y marqué el número de inmediato. Sin embargo, mi sorpresa fue mayor cuando escuché la voz de la operadora diciendo que el número que intentaba llamar no existía.

Dejé de pensar en eso, probablemente se trataba de una de esas tantas estafas por celular.

–Doctor Taisho.

–Adelante –ordené poniéndome de pie.

–Vengo a informale sobre la paciente, Sango… –Larry miró su expediente– Aún desconocemos sus apellidos, pero creo que muy pronto lo sabremos.

–¿Cómo está ella?

–Por el momento, la tomografía cerebral no mostró daños severos y, al parecer, sus análisis están dentro de lo normal. Las heridas están cicatrizando adecuadamente, pero debido a la gravedad de las mismas, se recomienda un mayor reposo.

–Bien, al fin buenas noticias.

–Hay algo más.

–¿Qué ocurre? –cuestioné.

–Desde que despertó, se ha negado a responder nuestras preguntas. Y las heridas de bala que tuvo fueron graves, sabes a lo que me refiero. Intentaron matarla; no fue una simple bala perdida –Larry parecía serio al hablarme–. ¿Quiere que llame a la policía?

Lo miré de inmediato.

–No lo hagas.

–Pero es nuestro deber como clínica, esa mujer es una desconocida, ¿y si tiene familiares buscándola?

–Si ese es el caso, ella nos lo dirá, pero mientras tanto, no involucremos a más personas.

Larry soltó un suspiro pesado antes de acercarse.

–¿Tu padre está enterado de esto?

–Mi padre tiene muchas cosas en las que pensar. No hay que incrementar su carga.

–Inuyasha –soltó– Espero que te hagas cargo de esto si algo llega a salir mal.

–Me he hecho cargo de esto desde el momento en que esa mujer llegó a la clínica –aclaré– Y no ha pasado ni pasará nada malo. Puedes confiar un poco más en mí, Larry, por favor, te lo pido como amigo.

El hombre frente a mí me miró mientras se rascaba la nuca.

–¿Quién los entiende? –soltó de pronto– Primero está el otro que se cree dueño de los pacientes y ahora tú que está por volverme loco.

–¿Qué quieres decir? –dije saliendo del consultorio y siguiendo a Larry– Espera ¿Quién se cree dueño de los pacientes? Larry…

Este me sonrió antes de entrar a la habitación de Sango.

–Bien, supongo que ahora es asunto tuyo –dijo Larry dejando pequeñas palmadas sobre mi hombro y acercándose para susurrarme– Disfruta hablando con una pared…

Entré y, al hacerlo, sentí la intensa mirada de Sango sobre mí.

–Hola… –comencé.


KAGOME

Me había afectado mucho escuchar a Inuyasha mientras intentaba encontrarme en la mansión de los Hirano. Por un momento, quise mandar todo al diablo e ir a su encuentro, decirle que sí me dolía ver cómo sufrían los dos, pero me vi obligada a quedarme escondida en el armario.

Pero ahora no tenía escapatoria. Se suponía que debía estar en la cita con la modista, pero mis planes fueron interrumpidos por alguien más.

Le sonreí mientras me llevaba la taza de café a los labios. Era evidente que había mucha tensión entre nosotras y no estaba segura por cuánto tiempo más iba a soportar esto.

–Y dime, querida ¿Cómo está tu prometido?

Tragué el líquido caliente antes de responderle a Izayoi, quien me miraba con demasiada fijación.

–Bien... Bien –Tosí con disimulo– Me comentó que recientemente cerró un contrato importante con unos inversores de Estados Unidos.

–Ya veo, es todo un hombre de negocios.

–Así es –Volví a sonreír con incomodidad.

–Y cuéntame ¿cuáles son sus planes a futuro? Supe que ya no falta nada para la boda.

–Así es…

–¿Piensan tener hijos?

¿Por qué tenía que hacer esa pregunta? ¿Por qué ahora?

–No... no, Koga y yo no hablamos de eso.

–Pero, ¿por qué no? Los hijos son la alegría de una pareja –Izayoi me sonrió– Mi hijo, Inuyasha, nos hizo abuelos. Aunque Moroha llegó a nuestras vidas cuando tenía cinco años, siempre me he preguntado cómo habría reaccionado si Inuyasha me lo hubiera contado hace más de cinco años. Sin duda, habría enloquecido. En aquel entonces, él era solo un joven inmaduro; ahora, con treinta años, ha madurado mucho. Pero en ese momento, a sus veinticinco años y con un hijo en camino, definitivamente me habría vuelto loca.

Soltó una risita.

–Señora Izayoi…

–Y bueno, también está la madre de mi nieta, asumo que por ese entonces tendría sus veintidós años, muy joven ¿no te parece?

Nuestras miradas se cruzaron. Durante largos y difíciles segundos, ninguna de las dos dijo nada. Me resultaba imposible responder a la pregunta, y menos aún podía ignorar que estaba hablando con la madre de Inuyasha. Me sentía incómoda, como si estuviera hablando con mi propia madre y tuviera que contarle que había quedado embarazada del hijo de su mejor amiga.

–Kagome ¿cuándo se lo dirás a mi hijo?

No parpadeé; me resultaba incluso difícil tragar mi propia saliva.

–Puedes estar segura de haber engañado a todos, pero no a mí –Izayoi hablaba con aquella calma que la caracterizaba– Te conozco desde el día en que naciste y te he visto crecer como si fueras mi propia hija. No me pidas que ignore esta farsa. Entiendo que puedas tener tus propios motivos para fingir ser alguien que no eres, y los respeto, pero no puedo aceptar ver el sufrimiento de mi hijo por culpa de esta mentira.

Izayoi tomó mis manos sobre la mesa y las acarició con suavidad.

–Kagome… Tú y mi hijo me han hecho la abuela más feliz del mundo al darme a Moroha. Y no estoy molesta por eso, ¿cómo podría estarlo? Esa pequeña llegó a nosotros como un regalo y una esperanza para mi hijo. Para todos fue una sorpresa enterarnos de que estabas viva, pero para mí Inuyasha fue un gran alivio. Sabes, él siempre se ha culpado por tu supuesta muerte –Apreté mis manos bajo las suyas tratando de contener un sollozo– Desde aquel accidente, Inuyasha no ha vuelto a ser el mismo. Perderte significó para él, perder toda motivación para seguir viviendo. Por favor, lo que te voy a pedir es de una madre que sufre por el dolor de su hijo, a otra madre que estoy segura también sufre al ver el dolor de los que ama. Habla con Inuyasha; se deben una conversación que dejaron pendiente hace más de cinco años.


INUYASHA

Llevaba más de tres horas intentando que Sango me respondiera al menos una pregunta, pero todo parecía inútil. Era como hablarle a una pared y esperar a que esta me contestara.

–Bien… –solté cansado, levantándome de la silla– Supongo que hoy no lograré hacerte hablar.

Sango me miró por un momento y luego desvió la mirada hacia la ventana de la habitación.

–Sí, ya es tarde, supongo que la hora del almuerzo pasó hace mucho –comenté mirando mi reloj de muñeca.

Eran las cuatro y veinte de la tarde, la hora perfecta para dar un paseo en el parque con Moroha y Kuma. Pero esta vez, no sería así. Solté un suspiro y salí de la habitación. Me sorprendió ver a Miroku sentado en la pequeña sala de espera con un café de máquina en las manos.

–¿Ocurre algo? –cuestioné ocupando el lugar junto a él.

–¿Debería?

–Tú nunca tomas café de máquina –comenté recargando la espalda en el sillón– ¿Por qué comenzar ahora?

–Estoy algo estresado.

Sonreí.

–¿Estresado? ¿Tú? –dije con sorna– No tienes a nadie a quien cogerte esta noche ¿o cuál es el problema?

–No estoy de humor para tus estupideces, Inuyasha.

–¡Ey! Tranquilo, amigo…

–No puedo estar tranquilo –exclamó mirándome con enojo– Desde que me encargaste cuidar a esa mujer todo se ha vuelto una maldita complicación.

–¿Qué quieres decir con complicación? Solo es cuidarla, y ver cómo está…

Miroku miró con disimulo su entrepierna y me maldijo.

–Oh, ya veo –solté aguantando la risa– Complicación…

–Búrlate si quieres, pero todo esto es culpa tuya.

–Oye, no me puedes culpar por tus… defectos.

Solté a reír.

–Inuyasha, no estoy bromeando. Esto es serio.

–Tranquilo, suele pasar –dije para tranquilizarlo.

–¿Así? ¿Te pasó alguna vez?

Lo miré fijamente y sonreí con malicia.

–Creo que Moroha es la respuesta.

Y volví a reír.

–Inuyasha, enserio, no estoy para juegos –soltó levantándose.

–Conozco a un muy buen urólogo que estoy seguro que…

–Nada de eso –declaró con enfado– Yo estoy bien, soy capaz de hacer sentir placer a una mujer.

–Y no lo dudo, amigo mío, pero a veces estas pequeñas "complicaciones" son producidas exactamente por eso, por una mujer.

Miroku se detuvo mirando su café y noté la presión que ejercía en él.

–Necesito relajarme –soltó– Sí, necesito tomar aire fresco, necesito pensar, necesito pasear –comenzó a divagar– He escuchado de un lugar muy bueno, sí, tengo que salir de aquí…

–Miroku…

–Me tomaré lo que resta del día libre–dijo saliendo de la pequeña sala.

Solté un suspiro al quedarme solo nuevamente. ¡Genial! Más problemas y complicaciones. Justo lo que necesitaba.

Doctora Becky, se solicita su presencia en la sala de operaciones a las cinco en punto –habló una enfermera por los comunicadores.

¿Cinco en punto? ¿Qué hora era?

Saqué mi celular y miré la hora, faltaban diez minutos para las cinco de la tarde. Desbloqueé la pantalla y lo primero que se mostró fue aquel mensaje.

"Shinjuku Gyoen, 456. (16 horas)"

¿16 horas? Eso era… ¡A las cuatro! Pero ya iban a ser las cinco. ¡Maldición! Corrí a los elevadores y llamé a todos. Aún no entendía el porqué, pero sentía una gran urgencia de presentarme en ese lugar. Al llegar al estacionamiento subí rápidamente al auto y arranque con prisa. Puse la dirección en el GPS y lo demás dejó de importar.

El lugar era el Jardín Nacional de Shinjuku Gyoen. Ya pasaban de las cinco y no había mucha gente. Fui con la esperanza de encontrar algo o a alguien que hubiera enviado ese mensaje, pero cuando llegué al lugar exacto, no había nada ni nadie. Caminé un poco más, revisé diferentes áreas donde podría estar alguien esperando, pero solo encontré silencio. Pasaban de las cinco; había llegado tarde.

Demasiado tarde.

Di marcha atrás, cruzando un pequeño puente. Todo esto me parecía una completa tontería. En primer lugar, ¿por qué había venido hasta aquí? ¿Por qué estaba perdiendo mi tiempo en esto? ¿Por qué le hacía caso a un número desconocido? ¿Por qué estaba perdiendo la cabeza? ¿Por qué…?

–Hola, ojos bonitos…

Continuará...