Anteriormente en Arashi…
Akari volvió al entierro de su amigo Shun, no obstante, una plaga ha estado golpeado esa zona y era obra de Venenum, así mismo, parece que Akari ha derrotado a Kurobe… o eso parece.
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Kirameku inazuma todoroku raimei
¡Fuke yo Arashi!
¡Yobe yo Arashi!
¡Arashi yo sakebe!
Kenshin kenshin...
kage utsushi
Seigi no ninja sora kake kenzan
¡Arashi, Arashi!
¡Waga na wa Arashi!
¡KENSHIN NINJA ARASHI KENZAN!
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Uzumaku tatsumaki todoroku jinari
¡Fuke yo Arashi!
¡Yobe yo Arashi!
¡Arashi yo sakebe!
Kenshin kenshin...
kage utsushi
Seigi no ninja chi owari kenzan
¡Arashi, Arashi!
¡Waga na wa Arashi!
¡KENSHIN NINJA ARASHI KENZAN!
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Una dura batalla se libró entre Akari y Kurobe finalizando con la victoria de la peli roja y al hacerlo, se le quedó mirando un momento.
- Hace rato también estabas llorando en frente a esa tumba… no entiendo cómo es que llorabas y quien es esa persona.
- ¡Es Arashi!
- ¡Corran, es Arashi! – varios monjes aparecieron y fueron tras la peli roja – ¡asesina!
- ¡Han matado al señor Kurobe!
- ¡Señor Kurobe!
- ¡Maldita Ichikawa Akari! – los sujetos revisaron el cuerpo del sujeto.
- Está muerto.
- ¿Qué haremos? No hay nadie de alto rango cerca.
- ¡Entiérrenlo al lado de la señora Tsurune!
- ¡Sí!
- Hay que informar el maestro Doken en el templo del pueblo que el señor Kurobe está muerto – Akari escuchó esto ya que descubrió que Doken era una de las manos derechas de su tío.
- Me hicieron más fácil todo, entonces con eso iré a matar a uno de los altos rangos, no me interesa ninguno de ustedes, ninjas de bajo rango – Akari decía escondida por lo que se fue de ahí hacia el templo del pueblo.
En el sitio, algunos ninjas llegaron a donde estaba Doken el cual había perdido un ojo, era calvo y poseía algunos tatuajes de gotas de veneno alrededor de su cuerpo.
- ¿Qué has dicho? Así que Arashi mató a Kurobe-san ¿no? – el sujeto decía al ninja que le informó – mierda, entonces estamos en problemas, la base secreta que estamos haciendo se retrasará y más por este calor.
- ¿Las babosas no aguantan el calor?
- No, no la soportan – Akari estaba escondida y solo sonrió al escuchar eso.
- Eso si es música para mis oídos.
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De nuevo en el cementerio, tal y como los ninjas dijeron, enterraron el cuerpo de Kurobe al lado del de la persona que le había estado llorando.
No obstante, la tumba de uno de los líderes de Venenum comenzó a sacudirse y fue cuando de la tierra, fue saliendo una mano y así sucesivamente el cuerpo de Kurobe salió de ahí.
Tomó un momento para que se recuperara de eso y no fue hasta que estaba de nuevo con la respiración normal que se dirigió a la tumba a su lado.
- Mi amada Tsurune, he vuelto a la vida de nuevo… ¡todo porque dominé el arte secreto de transformarme de cadáver a un hombre vivo! – el peli negro decía limpiándose algunas lágrimas de sus ojos – un día estaré a tu lado… hasta entonces espérame amada mía, solo espérame un poco más, volveremos a estar juntos.
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Akari estaba alistando algunas cosas y fue cuando tiró varias semillas que encontró cerca hacia donde estaba Doken el cual saltó hacia atrás evitando ser golpeado, pero algunas de estas sí le dieron en el cuerpo.
- ¡¿Qué demonios?!
- ¡Doken, es tu fin! – Akari saltó hacia el sujeto y cuando estaba por sacar su espada, Akari fue más rápida y lo decapitó – quitándole la cabeza, el ninja muere de golpe, así evito que te transformes.
Uno de los monjes logró ver eso y huyó para dar aviso de que su amo había sido asesinado por la peli roja, pero lo que no sabían es que Kurobe regresó a esa base y fue una sorpresa para todos.
Akari decidió regresar a la casa de la mujer de su amigo en donde fue recibido por esta, pero de inmediato, notó la tensión del ambiente.
- Yukari-san, lamento si me tardé, sé que prometí quedarme esta noche, pero pasaron cosas y al final fueron cosas que no pude evitar, traté de venir lo más rápido – Akari decía a la castaña – tenía un trabajo que hacer y apuesto que luego de todo esto, la plaga desaparecerá de esta zona. Y luego de eso, continuaré mi camino por lo que me iré.
- ¿Y-Ya se va? ¡Por favor, espera Akari-chan! – Yukari decía yendo hacia la peli roja – solo confiaba en Shun y ahora que él no está… ya no tengo nada.
- Pero Yukari-san.
- Akari-chan – la chica se lanzó hacia la joven abrazándola con fuerza – ¡tengamos una familia unida solo nosotras dos!
- ¡¿Q-Qué haces Yukari-san?! – incluso una de las manos de la mujer se metieron en la zona del pecho de Akari.
- Shun ya está muerto… no importa – Akari finalmente se escapó yendo a toda velocidad.
No obstante, toque de Yukari fue por algo y ahí fue donde se dio cuenta de que lo que decía el monje no era mentira.
- E-Esa niña… fue la que… ¡fue la que asesinó a Shun! ¡Maldita, ¿Cómo pudiste haberlo hecho al que considerabas tu hermano?! – con Akari, esta llegó algo lejos de ahí tomando algo de aire.
- A veces no entiendo a las mujeres y yo siendo una, a lo mejor las mujeres adultas cambian de sentimientos como si nada.
- No, eso no es cierto, Akari-chan… en este mundo hay mujeres cuyos corazones nunca cambian – esa voz dejó en shock a la peli roja y volteó lentamente hacia atrás hasta que se encontró con el dueño de esa voz.
- ¡¿T-Tío Kurobe?!
- Claro que soy yo, he regresado – decía el tipo y era algo que la peli roja no podía comprender del todo.
- E-Eso es imposible… ¡se supone que nadie puede regresar del más allá!
- Te contaré esto Akari-chan – el sujeto comenzó a relatar – hace tiempo, la familia de tu padre y la mía fueron familias de samuráis que sirvieron mucho tiempo a los Tokugawa. Con el tiempo, los pocos sobrevivientes se trasladaron hacia la zona en donde se estableció el clan Ichikawa del cual luego yo crecí con tu padre y no solo eso, sino que durante una misión conocí a mi amada Tsurune.
- ¿Tsurune?
- Sí… no la conociste jamás y solo Ichikawa Kiju sabía de ella. Lastimosamente, me contagié de ictiosis y esa enfermedad hacía que mi piel se fuera cayendo y cualquiera podría alejarse de mí, pero ella no… esa mujer se quedó conmigo hasta el final, por eso te decía que hay corazones de mujeres que no cambian y el de ella fue así. Muchos se alejaron de mí, pero ella no… aunque tu padre fue amable, él se fue alejando de mí por eso – el hombre se le quedó mirando – y fue cuando morí.
- ¿M-Moriste?
- Sí… al final, Tsurune me enterró y frente a mi tumba, se quitó la vida – Kurobe quedó mirando al cielo – lastimosamente ella no sabía que yo había dominado un arte ninja muy peligroso, pero efectivo.
- ¿Y ese sería…?
- Arte Ninja de la Resurrección – el peli negro la miró fijamente – puedo volver a la vida y regresar del Inframundo a pesar de que me maten.
- Por eso es que estabas llorando – susurró Akari, la chica aun así sacó su espada – siento pena por ti… ¡pero no puedo dejarte con vida! ¡tengo que matarte!
- … – Kurobe no decía nada, incluso ninguno notó como es que Yukari pudo encontrar el paradero de ambos y solo se quedó al margen para ver eso.
La pelea inició de nuevo, dándose con todo, chocando espadas y en un momento, el arma de Kurobe rozó el pecho de la peli roja rasgando su ropa dejando casi con el pecho al descubierto y con una herida marcada.
- Parece que ya poseías otra herida ahí – el peli negro señaló el arañazo que poseía en la zona del pecho derecho.
- Cuando luché contra Shun-nii, lo hice porque tenía que pelear contra él ya que lo enviaste a matarme, fue duro para mí ya que no quería matarlo… ¡él era como un hermano para mí y lo sabías!
- ¿Ella no lo mató de gusto? ¿Shun era un ninja metamórfico? – Yukari se preguntó mirando a la peli roja que continuaba con su espada empuñada.
- Él es miembro de Venenum por lo que sus muertes no importan, ellos están destinados a morir como sea – decía el sujeto sacando su espada como la peli roja, incluso notó algunas lágrimas en sus ojos.
De nuevo se lanzarían con todo al ataque, pero justo se estaban por dar el ataque final, parecía que el tiempo se detenía para que ambos se miraran.
- Mi amada Tsurune… te prometo que iré para allá pronto – Kurobe pensaba con calma.
- Tío Kurobe… hiciste daño a toda mi familia, así mismo, hiciste que me quedara sin nada y nada más como una ninja metamórfica, pero a través de todo este tiempo, me he vuelto fuerte y te diré una cosa… ¡no me importa tus intenciones! ¡te tengo que matar! – Akari decía eso mientras justo cuando estaba por atacar a Kurobe, sintió más fuerza y más rapidez.
Y finalmente, pudo hacer un corte limpio al cuello de Kurobe haciendo que su cabeza saliera volando hasta que aterrizó en el suelo frio del cementerio.
- Como ninja, me aseguraré de que no vuelvas a usar tu arte ninja nunca más… pero… – Akari se encaró con la cabeza del peli negro – ¡¿no querías pelear?! ¡Ya habías perdido la voluntad de pelear ¿no?!
- Yo hace tiempo… morí… no me importa ahora... Akari-chan – Kurobe decía con calma sintiendo como sus fuerzas se iban – ya solo… te queda derrotar al líder.
- ¿Cómo encuentro al líder?
- No… te diré… Akari-chan – los ojos de Kurobe se iban cerrando – amada Tsurune… ya voy para allá.
Finalmente, Kurobe había muerto y esta vez de forma definitiva.
A pesar de todas las cosas que había hecho con su familia, Akari tuvo la dignidad de cavar de nuevo la tumba al lado de la mujer que el peli negro declaró tantas veces, amar.
Ya cuando lo hizo, tomó el cuerpo de Kurobe y junto con su cabeza, la enterró. Hizo unas pequeñas oraciones y finalmente, decidió partir de ahí sabiendo que había acabado con el asesino de su familia.
En otro lado, había unos ninjas que estaban construyendo una especie de base y usaban el arte ninja de metamorfosis para ir haciendo esa fortaleza más rápido.
- Hay que acelerar todo, han matado a dos de nuestros líderes, hay que apresurar el paso – los demás se decían, no obstante, no tenían idea de que alguien más estaba acechando.
- Acabar con ustedes será muy fácil – Akari exclamó apareciendo ahí a lo que los shinobis se pusieron en posición de combate.
- ¡Maldita Arashi!
- ¡Acábenla en venganza de nuestros señores!
- Hm, no ocupo transformarme para vencerlos a ustedes – la peli roja terminó decapitando a todos los ninjas y así mismo, acabó destruyendo la fortaleza que estaba edificando lo que haría que la plaga se acabase por siempre.
Cuando el nuevo día llegó, Yukari se encontraba frente a la tumba de Shun rezando por él y así mismo, pensaba en la peli roja.
- Shun… realmente me equivoqué con Akari-chan, puede que ella fuera tu asesina, pero es una gran chica fuerte y realmente estarías feliz de verla… espero algún día pueda perdonarme.
Y lejos de ahí, Akari se iba en su caballo, así mismo, se acarició la herida que tenía en el pecho producto de sus peleas.
- Ya estoy cerca… de acabar mi venganza.
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Akari ga hashiru hate shinaki gen'ya o
Akari ga sakebu taiyō ni mukatte
Roshi ga Roshi ga
Roshi ga naite iru
Mabuta no shichi wa ima doko ni
Furimuku na Akari
Ashita wa omae no mono
¡ROSHI SHOJO AKARI!
Akari ga yuku...
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Continuará…
