Capítulo 8: ¿La peligrosa hermana menor?
Ella la miró con indiferencia -Lo que realmente me sorprende es que creas que puedes salirte con la tuya- Más exorcistas se aglomeraron en torno a la embajada celestial.
-¿De verdad pretende enfrentarlas sola?- Preguntó en voz baja Husk -¿No cree que deberíamos ayudarla señor?-
Lucifer no estaba seguro, su instinto gritaba por recuperar a su hija de forma grupal, pero antes de llegar ahí, su hermana le había dicho que tenía órdenes directas de su padre, sólo por eso esperaría y le daría sólo UNA oportunidad.
-¡Regrese al cielo princesa y no intervenga!- Charlie la observaba confundida, por el honorífico.
La menor sonrió con altanería, sus tres pares de grandes alas blancas se desplegaron en su espalda mostrando su magnificencia, en su cabeza apareció su gran halo de nueve puntas luminoso, era más grande y brillante que el de los ángeles normales (símbolo de su estatus) y en su cabello ahora suelto apareció su corona que a diferencia de sus hermanos era plateada con cristales que colgaban en delgadas cadenas por su cabello. Tanto los pecadores como las exorcistas se sorprendieron por el cambio, no era necesario mucho más para darse cuenta de que realmente ella es un ángel de alto estatus en el cielo.
-Tú no me das órdenes, Lute- respondió con indiferencia -Sólo mi padre puede hacerlo… con algo de suerte… jiji- suspiro -Este juego se acaba ahora- Las exorcistas se pusieron alertas con sus lanzas a la defensiva.
-¿Señor la dejaremos sola?- Vaggie estaba preocupada.
-Sí- Estaba preocupado, pero tenía curiosidad por el poder de su hermana.
Con sólo un movimiento de su mano Charlie desapareció de las manos de las exorcistas y apareció al lado de la princesa del cielo -Vuelve con tu padre Charlie y quédate con él- ella se quedó pasmada -¡Ve!-
Obedeció y corrió hasta su padre, lo abrazó y luego a su novia -Papá… ¿Qué está pasando?... ¡Debemos ayudarla!- estaba angustiada.
-veamos qué sucede primero-
-¿En realidad es una princesa?- su padre no alcanzó a responder.
-Lute, tú y tus exorcistas no deberían estar aquí. En el juicio de hoy se les prohibió volver al infierno-
-¡Me importa un carajo lo que diga la maldita Corte Celestial! ¡Estos sucios pecadores mataron a Adan!... Si a la Corte Celestial no le importa, ¿Por qué deberíamos seguir sus órdenes?- estaba molesta -Estos malditos pecadores merecen desaparecer definitivamente-
-Tú no eres quien decide eso- respondió con calma -De hecho la Corte es quién puede decirlo, y los anteriores exterminios fueron hechos a nuestras espaldas, nosotros nunca aprobamos ni aprobariamos un acto tan barbárico y detestable- Las piezas comenzaban a encajar, los pecadores comenzaban a entender quién es ella -Como sea esto terminara ahora- levanto su mano y una alabarda negra apareció en ella -Como la nueva embajadora del cielo en el infierno… Yo Salael Nightstar, hija menor del Padre creador y princesa del cielo, te condeno a ti y a todas las exorcistas a la inexistencia-
-Jajajaj, no me hagas reír enana- la exorcista que estaba al frente de ella se burló. Sin hacer ningún gesto ella comenzó a arder por un fuego negro.
-Hmp, qué insolente- sus compañeras saltaron al ataque, pero comenzaron a retorcerse en el suelo con muecas de dolor, y la sangre dorada comenzó a salir por oídos, ojos, nariz y boca. Todos quedaron desconcertados.
-¡¿Qué les hiciste perra?!- Le gritó Lute amenazante pero desde una distancia segura -Ni siquiera eres una Virtud-
-Eso, ja, no es nada- El cielo rojo comenzó a oscurecerse -Eres una humana de baja monta, no necesitabas saber esta información. Pero te lo diré… es cierto no soy una virtud como mis otros hermanos- Se encogió de hombros -Ellos fueron creados para salvaguardar, administrar y mantener el equilibrio de la creación. Pero yo no-
El aire se puso frío, sus alas se oscurecieron al igual que su halo, ambos ahora eran negros, cerro sus ojos y cuando los abrió su esclerótica era negra y sus ojos dorados brillantes, sonrió de una forma extraña y se elevo hasta la altura de Lute.
-Yo, soy el angel de la oscuridad -el cielo rojo del infiermo se puso negro, y las luces se apagaron, sólo se veían siluetas y sus ojos dorados, los gritos no tardaron en aparecer -Del silencio- Sólo se podía escuchar su voz -y de la destrucción- todo se ilumino lo suficiente para que fuera visible como explotaban las exorcistas y la sangre dorada se esparcia, sólo Lute estaba intacta.
Cuando todo volvió a la normalidad, la princesa está frente a ella -¿Realmente creíste que una simple humana podría enfrentarse a uno de los ángeles primordiales, los hijos directos y más amados del Creador? Que ilusa, somos los seres más poderosos del universo, sin contar a padre claro y los más antiguos- La tomó del cuello y la estrelló en el suelo formando un gran cráter, todos sus huesos se quebraron con un sonido penetrante y desagradable, la menor estaba parada sobre Lute aburrida, con la punta de la alabarda en su cuello -Puedo sentir cada creación de padre en mi ser, fui creada para destruirlo todo algún día, sinceramente no tenían oportunidad alguna contra mí- Bostezo -hay millones de formas en las cuales puedo destruir, pero bueno, eso ya no importa- Le sonrió -Adiós Lute, te irás sabiendo que tus hermanas dejaron de existir por tu culpa- Le enterró su alabarda y se convirtió en piedra bajo sus pies, con un suave movimiento de sus manos se desintegró al instante.
Eso era poder, sin mayor esfuerzo ni exhibición, dejó en claro a todo el infierno el gran poder que posee. Su apariencia volvió a ser la de antes, sin alas, sin halo, sin corona, con esclerótica blanca y ojos de distintas tonalidades de azul. El cielo volvió a ser rojo y la temperatura volvió a ser la misma, los pecadores que habían estado observando se marcharon cuando la vieron moverse hacia el rey del infierno.
-Hmp, problema solucionado- Les dijo como si nada -Lamento mucho que los hayan atacado, pero eso no volverá a suceder- Creo un portal -Será mejor que volvamos al hotel, ahí podemos hablar de forma tranquila y privada- el grupo estaba algo inseguro, Charlie fue la primera en entrar, el resto la siguió.
Antes de ingresar Lucifer le dijo -No crees que te excediste un poco, hermanita-
-Ya sabes, sólo sigo órdenes- Su hermano levantó una ceja -y me desagradaban esas perras, quería hacerlo rápido, aún no termino de almorzar y el almuerzo que prepararon Zazy y Leroy estaba exquisito- él negó con la cabeza y entró al portal, ella lo siguió.
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Sus hermanos mayores los habían seguido en secreto, preocupados por si necesitaban ayuda. No esperaban eso, se sorprendieron por el actuar de su hermanita. Su padre nunca les había dicho el rol que ella cumpliría o que tipo de ángel es.
Cuando su hermano Samael fue desterrado, por primera vez ella dejó ver algo de su poder, cuando su amado hermano cayó.
Ahora comprendían porque su padre se preocupaba tanto cuando ella cambiaba y bueno, ellos a pesar de sólo haber visto un par de veces las consecuencias de cuando esto ocurría, también se preocupaban. Pero ahora con esta revelación sus perspectivas habían cambiado.
Su hermana menor a pesar de parecer frágil, dulce, consentida y dependiente, era peligrosa si perdía su buen humor.
-Volvamos a casa- Joel creó un portal y los tres se fueron.
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En el salón del hotel todos los residentes estaban sentados, Lucifer estaba examinando a su hija, estaba intacta. Salael era la única sentada en la barra del bar, los miraba ajena a la familiaridad con la que entre ellos trataban de curarse. Por su naturaleza nunca ha podido curar a otro con su magia, de hecho a ella misma le cuesta curar sus heridas, las escasas veces que se les ha hecho. Suspiro, comenzaba a inquietarse y sentir incómoda, deseaba volver más que nunca con sus hermanos y ser abrazada por su pseudo papá Zazy.
-Yoooo- Comenzó a decir, llamando la atención de los presentes -Creo que es mejor que vuelva a casa- Se bajó del taburete -Lucifer- llamó a su hermano de forma formal, mientras él no le contara a su hija su parentesco, ella se aguantaría y lo trataría distante -Sinceramente lamento mucho lo que ha ocurrido hoy, nada de esto volverá a ocurrir, te lo prometo-
-No fue tú culpa- respondió el rey del infierno, era extraño, muy extraño hablar con su hermana de esa forma, las veces anteriores que ella lo había visitado en el infierno siempre habían estado sólos, al menos desde que Lilith lo dejó, así que siempre la trató con familiaridad.
-Ellas pertenecían al cielo y como representante del cielo, es mi deber disculparme. El anuncio oficial se hará hoy en la noche, pero bueno ya lo saben, yo soy la nueva embajadora, así que espero que podamos trabajar juntos sin problemas y con una nueva mirada- se inclinó levemente con los ojos cerrados.
Charlie saltó hacia ella -No necesitas ser tan formal, Sally- le sonrió mientras le tomaba las manos -¿Así que en realidad eres una princesa del cielo?- quería saberlo todo.
-En realidad Charlie, soy LA princesa del cielo- sonrió con altanería -En términos simples de los nueve primeros ángeles creados por padre, soy la única chica- le guiño un ojo -Así que sólo hay UNA princesa celestial, el resto son príncipes- su boca se asemejo a la de un gato, mientras colocaba su mano derecha en su mejilla. -Así que… como la menor y la única niña, soy la consentida de la familia, ji ji, rara vez se me ha negado algo-
Lucifer bufó demasiado fuerte con el ceño fruncido, sabía que era verdad, si bien él era el favorito de su padre, no podía competir con su hermana ya que, ella desde muy temprano aprendió a manipularlos sutilmente y lo peor es que todos lo sabían pero nadie hacía nada.
Charlie se volteó a mirar a su padre -¿Ustedes se conocían en el cielo?- él se congeló -Sally comentó que incluso había conocido a mamá-
Su hermano la asesinó con la mirada, ella sonrió mostrando sus dientes -Bien, supongo que ya basta de secretos y de todas formas es algo que te iba a decir cariño- suspiro, estiró la mano hacia Salael, ella la tomó y la atrajo hacia él -Salael es mi hermana menor Charlie-
Angel se río a sus espaldas -¡Buena esa!, no sabía que podías bromear así señor-
Ambos hermanos se miraron unos instantes y respondieron al mismo tiempo -Es verdad, de hecho somos casi gemelos- los del hotel estaban atónitos.
-Soy mayor por casi medio día- respondió su rey.
Su hermana complementó -Mi hermano nació en la mañana y yo en la noche del mismo día- Puso cara de aburrida -Por eso nuestro padre nos nombró similar, pero a él Morningstar y a mi Nightstar. A veces el sentido de humor de padre es algo particular y extraño que nunca comprenderemos-
-Entonces- Charlie se iluminó -¡Eres mi tía!- la abrazó con fuerza por unos segundos -Y tengo…¿siete tíos?- Estaba emocionada.
-Si algo así- respondió indiferente su tía -Aunque no son tan geniales, de hecho son bastante aburridos-
-Eso no me importa- Miro a su padre -¿Los conoceré algún día?-
No le gustaba la idea, pero bueno, ya todo se había ido al carajo -Es probable, pero hay que ir con calma patito-
Salael puso su mano en el hombro de ella -Nuestra relación familiar y todo eso es algo complicada en estos momentos- Le explico -Pero lo estamos resolviendo, y cuando nosotros lo tengamos relativamente resuelto te aseguro que de a poco los irás conociendo -Su sobrina estaba entusiasmada- Como te prometí el hotel es algo que se evaluará, como embajadora, trataré contigo el tema pronto-
-¡Muchas gracias!- agradeció con su cara iluminada.
-Nunca he tomado ningún cargo administrativo en realidad, así que cuando lo tenga claro, hablaremos- su sobrina volvió a abrazarla, pero está vez con suavidad -Bien, fue un placer verlos a todos, pero debo volver para comenzar cuanto antes a trabajar- Eso no era la verdad, sólo quería terminar de comer y que su hermano la abrazara mientras dormía un poco.
-Sí claro- murmuró burlesco el soberano, intuyendo acertadamente que eso no es lo que haría precisamente al llegar.
-Hermano- lo miro seria -Se supone que deberías volver conmigo, recuerda que aún tenemos cosas pendientes con padre y reuniones por los cambios ocurridos durante el juicio- él se puso tenso -Sin embargo, debido a lo ocurrido con mi linda sobrina- No lo demotró en ese momento pero por dentro gritaba, amaba finalmente decirle así -dejaré que te quedes y mañana vendré por ti-
-gracias- ella lo abrazó y le susurro al oído para que sólo él pudiera escuchar -Padre no estará del todo feliz por dejarte aquí, pero puedo manejarlo, sólo procura estar listo mañana a primera hora- Se separó de él, se despidió moviendo su mano, simplemente desapareció.
-Todo esto es emocionante… Me alegra mucho al fin conocer algo de ti papá… y estoy muy feliz de que te reconectar con tú familia- Charlie le sonrió con sinceridad -Por cierto papá… ¿De qué cambios hablaba mi tía Sally?-
-Deberíamos comer algo antes de hablar de eso- todos asintieron y fueron a la cocina.
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Salael volvió al comedor, sus hermanos seguían comiendo, ella nunca se enteró que en realidad habían estado en el infierno.
-¿Y Luci?- preguntó Joel preocupado.
-Su hija fue retenida por las exorcistas, así que lo deje con ella- Respondió mientras se sentaba y volvió a servirse comida -hubiese sido muy cruel traerlo de regreso-
-Eso es cierto- la apoyó Leroy.
-Además, mañana temprano iré por él- Comió un bocado despreocupada, ignorando la cara de terror de su hermano mayor. Su padre les había dicho que no permitieran que ella lo dejara irse, aunque claro está era una situación especial, su padre lo comprendería ¿no? -Joel, creo que después de comer iré a hablar con padre… ¿Crees que tenga tiempo?-
-Lo tendrá, no te preocupes- hizo una pausa -Te acompañaré, tal y como te prometi-
-Esperen, esperen, ¿De que me estoy perdiendo- preguntó curioso el pelinegro.
-Lo siento Zazy, pero no puedo decírteloooo- canturreo la respuesta su hermana, divertida por la cara de él.
-Así es Az, tendrás que aceptar que estás fuera de esto- Se burló su hermano mayor.
El pelinegro miro ofendido a su hermana, herido -¿De verdad me cambias por él? ¿Ahora ustedes tienen secretos?-
Leroy se rió -¿Estás celoso de Nuestro hermano Joel? Azy- preguntó fingiendo inocencia, sólo quería fastidiarlo un poco, rara vez podía hacerlo.
-No seas ridículo- respondió mirando hacia otro lado con los brazos cruzados en su pecho.
-No seas tan dramatico Zazy- lo abrazo por el cuello y apego su cara a la de él.
-Además lo que realmente quiero, después de hablar con padre, es volver a dormir un rato, pero contigo si es posible-
-Hmp, veré que puedo hacer-
