Disclaimer: Los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CullensTwiMistress, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to CullensTwiMistress. I'm only translating with her permission.
Capítulo 24
Enero da paso a febrero sin mucha fanfarria, mientras Edward se instala cómodamente en la casa junto con Ellie y conmigo. Es realmente desconcertante lo fácil que ha sido toda esta transición. Estaba esperando peleas o mucha incomodidad entre Ellie y Edward, pero no ha habido ninguna.
Cual sea la relación que los dos han desarrollado antes de que él viviera oficialmente aquí floreció en un tipo de lazo de padre e hija. Puedo ver en sus ojos lo mucho que la ama, así como puedo ver lo mucho que Ellie lo admira. Ella comparte cosas con él que sé que nunca me contaría a mí, y me alegra saber que ella confía en él de esa manera.
Cada mañana, le doy un beso de despedida a Edward, y le doy a Ellie un abrazo antes que los dos se suban al coche de Edward y se vayan. Ya no tengo que llevarla a la escuela. Al principio, creí que sería raro; que Ellie se quejaría o diría algo negativo, pero a ella simplemente no le molesta la situación. Ir en coche es mejor que el autobús, sin importar quién proporcione el transporte.
Esto me ahorra un viaje hacia el otro extremo del pueblo, lo que me recuerda que puedo parar a conseguir café de camino al trabajo y no apurarme tanto. Es una pequeña victoria, pero la aceptaré de todos modos.
Nuestras vidas parecen bastante fáciles; naturales. Es constante, día tras día.
Algunos pensarían que es aburrida, pero me gusta dónde estamos... como familia. Nuestra rutina diaria es bastante consistente, pero hay un nivel de emoción que surge cuando pasamos tiempo juntos.
A Edward le gusta cocinar, así que esto es algo que intentamos hacer juntos con regularidad.
Algunas noches, nos sentamos juntos en la sala, y mientras él mira televisión, leo un libro con mis pies en su regazo. Intercambiamos pocas palabras, pero la cercanía y la conexión que compartimos sigue estando allí.
Así que, está bien, somos un poco aburridos, pero estamos cómodos, y eso es lo que cuenta. Puedo verme con él por el resto de mi vida, y ese definitivamente es un pensamiento raro. Ciertamente no es algo en lo que hubiera esperado pensar después de mi divorcio de Alec.
Cuando Edward y yo vamos a la cama por las noches, hemos establecido una buena rutina. Estoy cerca de mi pico sexual, y afortunadamente, Edward puede mantener el ritmo con facilidad. Esa parte de nuestra relación es increíble, y por suerte nunca ha flaqueado en los meses que hemos estado juntos.
Cuando dormimos, a Edward le gusta acurrucarse, y aunque a mí no, saber que él me busca y necesita tocarme mientras duerme es dulce.
Esta noche es noche de cita. Intentamos hacer eso todos los sábados. Es algo solo para nosotros dos, ya que nos proponemos pasar tiempo con Ellie de forma regular durante el resto de la semana. Ella sigue siendo el centro de mi mundo, y Edward lo respeta y admira de todo corazón.
Ellie a veces se queda a dormir con algunas de sus amigas los fines de semanas, por lo que esto nos permite tener tiempo a solas en la casa. En estas noches de sábado, sentimos que podemos simplemente dejarnos llevar y ser libres. Todavía me siento rara al tener sexo mientras Ellie duerme en la habitación al final del pasillo, pero supongo que es una realidad. Esta es la parte a la que me lleva más tiempo adaptarme. Cuando ella está en casa, mantenemos las cosas discretas, y nos amamos con suaves susurros y embestidas fáciles.
Por suerte, esta noche es una de esas noches donde Ellie está en casa de Alice. La casa es nuestra y Edward definitivamente estará dispuesto a eso. Él ha estado ansiando profanar la estúpida cocina apropiadamente, de una vez por todas. Me parece muy gracioso, en serio, pero él insiste que debe hacerse a toda costa. Por supuesto, cuando él me da esa sonrisa torcida y acerca mi cuerpo al suyo, nunca puedo resistirme a él.
—Entonces, cuando volvamos a casa, ¿esto es lo que tienes en mente? —bromeo.
—No me juzgues, mujer. No hemos tenido tiempo a solas en tres semanas. —Se inclina sobre la mesa y lleva mi mano a sus labios, besando mis dedos suavemente—. Tienes puesto ese pequeño atuendo de bibliotecaria que tanto me gusta, Bella. Las últimas dos horas han sido pura tortura.
Cuando él me habla así, mi cuerpo al instante reacciona por sí mismo y termino siendo un desastre húmedo y cachondo. Maldito hombre, me manipula fácilmente. Sacudo la cabeza para despejarla de la neblina lujuriosa.
—Eso suena divertido, de hecho, pero vagamente recuerdo algo sobre un uniforme de niño explorador. Creo que todavía me debes eso. —Sonrío juguetonamente mientras él se retuerce y estira una mano despreocupadamente bajo la mesa frente a él para ajustarse los pantalones.
Terminamos abandonando el restaurante bastante rápido, y regresando a casa a sanos y salvos sin soltar las manos del otro.
Con torpeza y riendo, cruzamos la puerta con solo las intenciones más sucias en mente. Quiero que me tome en la cocina, diablos, llegados a este punto, pasar el vestíbulo puede ser un problema.
Mis dedos se aferran a sus hombros y sus manos sujetan mi trasero firmemente, levantándome mientras mi espalda golpea la pared detrás de mí.
Parece que será la pared del vestíbulo, entonces.
Dedos rozan mi centro y hacen mi ropa interior a un costado, y justo cuando Edward está a punto de embestir dentro de mí, hay un golpe estruendoso en la puerta seguido por la voz fuerte y retumbante de Emmett.
Respirando rápido, sonrojados, y tambaleándonos, Edward me ayuda a ponerme de pie y rápidamente acomodamos nuestras ropas.
—¿Crees que vio algo? —Mi voz sale en un susurro. Santo cielo, espero que el pequeño panel de vidrio en la puerta realmente sea un cristal de privacidad; sino mi cuñado acaba de tener una increíble vista de la polla de Edward.
La voz de Emmett y los incesantes golpes me sacan de mi pánico momentáneo.
—Bella, Edward, necesito ayuda aquí. Ellie acaba de vomitar en mi coche.
Escuchar el nombre de Ellie hace que la presencia de Emmett sea asimilado, y de inmediato abro la puerta.
—¿Qué está pasando?
Los ojos de Emmett están frenéticos mientras explica como todos en su casa sufrieron intoxicación alimentaria cuando pidieron comida china para la cena. Bueno, todos excepto por él ya que comió pizza. Él intentó llamarnos, pero el restaurante al que fuimos era muy elegante, y tuvimos que apagar nuestros teléfonos.
—Lo juro, Bella, hay vómito por todas partes. —Sus ojos están muy abiertos y su piel está pálida, casi verde.
Su expresión no tiene precio, y me reiría si no fuera porque él está tan asustado. Ellie sigue sentada en el coche sosteniendo una bolsa llena de vómito cuando Edward y yo vamos a ayudarla a entrar a la casa.
—Lo siento, mamá. —Su voz es ronca por el vómito y realmente me siento mal por ella.
Edward me ayuda a llevarla arriba y al baño donde puedo ayudarle a asearla. Ella me echa del baño y me asegura que puede bañarse sola.
—¿Ella va a estar bien? —Edward pregunta desde el pasillo donde ha estado esperándome.
—Sí, eso espero. Esto apesta. —Presiono mi frente contra su pecho y él envuelve sus brazos a mi alrededor.
—Así es. —Se mueve para besar mi cuello pero lo detengo cuando escucho a Ellie vomitar detrás de la puerta a nuestro lado.
—Mierda, no vamos a poder tener acción, ¿verdad? —Suspiro y hundo mi rostro más profundamente contra él mientras acerca mi cuerpo hacia el suyo.
Un tercer sonido de arcada retumba en el baño y me aparto de Edward suspirando.
—Ve a la cama, quizás podamos retomar esto más tarde.
Él me besa rápidamente y me dice que vaya a buscarlo si lo necesito.
Camino hacia el baño y soy recompensada con una niña enferma con su cabeza colgando dentro del inodoro. Muevo su cabello hacia atrás y la ayudo a sentarse. Con una toalla contra su rostro, ella se inclina contra mí y la sostengo hasta que se queda dormida en mis brazos.
Alrededor de las tres de la mañana, puedo poner cómoda a Ellie en su cama. Ella no se ha sentido mal en las últimas dos horas, pero me aseguro de colocar un cesto vacío junto a su cama por si acaso, y entonces camino de puntitas de pie hacia mi cuarto donde espero poder dormir varias horas.
~ALLO~
Abro los ojos y miro alrededor soñolientamente. Notando la hora en el despertador, son casi las siete a.m.
Mi mente está confusa mientras me doy cuenta lo tarde que es y que realmente he tenido varias horas de descanso. Apoyo la cabeza de vuelta sobre la almohada y me estiro hacia Edward, pero él no está aquí. Girando la cabeza hacia su lado de la cama, está vacía. Está despierto. Probablemente sea la razón por la que sigo en la cama.
Mi mente regresa a anoche y recuerdo que el ardor insatisfecho entre mis muslos sigue allí. Estoy sexualmente frustrada y cansada todavía, pero sé que tengo que levantarme y ver cómo está Ellie.
Cruzo la habitación y noto la ropa sucia de Edward en el suelo junto al cesto de ropa sucia. Por alguna razón, esto me molesta. Cierro los ojos y respiro profundamente. Así es él, me recuerdo. Él hace esto todo el tiempo, repito por dentro mientras mis puños se cierran.
Y el hecho que no haya papel higiénico en el rollo solo agrava esta ira.
Soy un desastre malhumorado, cansado y emocional cuando termino con mi necesitada ducha y me visto para el día. Claramente necesito dormir más, pero sé que no puede suceder de inmediato.
Suspirando, bajo las escaleras. No hay razón para que esté tan molesta por algo tan intrascendente, pero lo estoy. No puedo explicarlo.
Así que, cuando veo a los dos amores de mi vida, riendo y jugando videojuegos, mientras yo estoy metida en mi cabeza maldiciendo a los dioses de la limpieza del vómito y papel higiénico, sin mencionar las pequeñas hadas que guardan la ropa sucia, rompo en llanto.
Unos brazos me envuelven con dulzura, y me aferro a él.
—Regresa a la cama, cariño. Yo puedo con esto. —Su voz es dulce y calma la ira que rápidamente crecía dentro de mí.
Asiento contra su pecho justo cuando siento a Ellie abrazarme por detrás. Me encuentro en un sándwich de Ellie y Edward y se siente bastante maravilloso.
—¿Cómo te sientes, cielo? —mascullo contra la camisa de Edward.
—Estoy bien, mamá. Ve a la cama. Creo que también volveré a la mía. Edward me dio un poco de esa cosa rosa. —Asiento ante su explicación y la siento soltarme.
—Vamos, regresemos a la cama —susurra Edward.
Le dejo guiarme hacia arriba, pero cuando llegamos a la puerta de nuestro cuarto, me detengo abruptamente al ver la ropa sucia.
—Necesitas recoger ese desastre —le recuerdo.
Él pasa por mi lado y rápidamente levanta todo del suelo y lo mete en el cesto.
—Es temprano, Bella. La ropa no era una prioridad exactamente esta mañana.
Pongo los ojos en blanco.
—No es una prioridad ninguna mañana. —La amargura sale de mi boca, haciendo que Edward encogerse.
Él no se enoja muy a menudo; demonios, él normalmente está tranquilo y sereno, mientras que yo estoy emocionalmente dispersa.
Pero la expresión en su rostro mientras camina hacia mí me hace dar un paso atrás.
—Ahora no, Bella. Ha sido una noche difícil. Ven a la cama, necesitas dormir un poco —ordena. El tono en su voz no es molesto sino que cansado. Supongo que tiene razón, ahora no es el momento.
Respiro hondo y me subo a la cama sin decir palabra. Escucho movimientos detrás de mí, y entonces el cuerpo de Edward está presionado contra el mío, anclándome y mostrándome que le importa.
Cierro los ojos y me permito relajarme contra él mientras la frustración abandona mi cuerpo.
Esta no es la primera discusión que hemos tenido por cosas insignificantes como ropa sucia o papel higiénico, y ciertamente no será la última, pero por más insignificante que parezca, nos hace reales.
~ALLO~
Necesitamos otras tres semanas antes de finalmente poder defenestrar la cocina apropiadamente.
Edward me sorprende al recogerme para nuestra cita vistiendo pantalones caquis, una camisa a juego, y una pequeña bufanda a rayas alrededor de su cuello. Lo miro con atención, sin saber qué está planeando, pero cuando me ofrece galletas, estallo en carcajadas.
No logramos salir de la casa. Ellie no está enferma esta vez, así que la encimera de la cocina es usada a fondo.
Así también como la pared junto a la puerta de la entrada.
~ALLO~
Llega junio, y tanto ha pasado en los últimos meses que ni siquiera me doy cuenta que la escuela terminará pronto para Ellie y Edward.
A estas alturas, hemos tenido todos los cumpleaños, celebraciones familiares, y festividades juntos. Somos una verdadera familia.
Papá se siente mucho mejor; es increíble verlo ahora. Se encuentra en la mejor forma de su vida y tiene planeado un viaje de pesca con Edward y Emmett. Me niego a ir. No más pesca para mí. Mamá, Rose, Alice, Ellie y yo estamos planificando un día de spa. Esto, por alguna razón, me está gustando más.
Además, ahora que tengo alguien en mi vida que realmente le gusta cuando cuido de mí misma, vale la pena hacerlo.
Edward jamás duda en decirme que soy hermosa, incluso cuando no me siento así. Sin embargo, siento lo mucho que nos ama a Ellie y a mí. Está en las pequeñas cosas, y me he dado cuenta lo importante que es decirle lo mucho que lo aprecio y lo amo. Este amor y comprensión entre nosotros hace que recoger su ropa sucia sea un poco más fácil.
He aprendido que la vida es tomar los limones que recibes y hacer limonada. A veces, es dulce; a veces ácida, pero siempre buena. Esto es especialmente cierto cuando a las personas con las que la compartes no les importan los pequeños defectos e imperfecciones en la mezcla.
