Disclaimer: Los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CullensTwiMistress, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to CullensTwiMistress. I'm only translating with her permission.
Epílogo
Junio a menudo trae mucho cambio para nosotros. Es cuando las clases terminan; cuando Edward concluye las cosas con sus estudiantes y se prepara mentalmente para dejarlos ir y poder recibir a otros nuevos en septiembre siguiente. También es cuando nuestra casa se convierte en un lugar para pasar el rato para Ellie y sus amigos.
Este año no es diferente. Ellie ya tiene dieciocho años y ya es grande. Ella ha florecido maravillosamente y no tengo miedo de dejarla ir. Es inteligente y madura, lista para conquistar el mundo. La universidad será buena para ella.
Mientras la miro subir al escenario para recoger su diploma, una sonrisa se dibuja en mi rostro mientras las lágrimas caen por mis mejillas.
—¿Por qué lloras, mamá? —pregunta Ella desde su lugar en el regazo de su papi.
Deslizo un dedo por su mejilla regordeta, y sonrío cuando el brazo de Edward intensifica su agarre alrededor de mis hombros, abrazándome contra él.
— Oh, cielo, estas son lágrimas de felicidad, tu hermana es una niña grande ahora. Hoy es un día especial para ella, ¿recuerdas?
Gabriella fue una sorpresa para nosotros. Justo cuando creí que la menopausia había comenzado a asomar su horrible cabeza y había detenido las visitas de Andrés, resultó ser que estaba embarazada. El aumento de hormonas en mi cuerpo había hecho que mis píldoras diarias fueran un poco inútiles, resultando en nuestra pequeña Ella.
Ella asiente su pequeña cabeza en respuesta, y mira al frente mientras otros estudiantes suben al escenario y recogen sus diplomas.
Los dedos de Edward juegan con las puntas de mi cabello y me inclino contra él, disfrutando de sus caricias sutiles. Decirle que estaba embarazada fue difícil. Nos habíamos acostumbrado a la vida tal como era; fácil, cómoda, rutinaria.
Estábamos felices, realizados, y en un lugar de nuestras vidas donde podíamos juntar nuestras cosas e irnos en cualquier momento. Ellie tenía edad suficiente para confiar en ella para pasar unos días sola en casa, y nos aprovechamos de eso tan a menudo como podíamos.
Pero el rostro de Edward cuando le conté sobre el embarazo —esa mirada de asombro, deseo, sorpresa y éxtasis— valió cada estría adicional y dolor corporal, e incluso el largo parto.
Él amaba a Ella incluso antes de que supiéramos que era una niña. Me encantaba el hecho de que pudiera darle su propio hijo y hacerlo tan feliz. Él dice que le di un regalo que jamás supo que quería.
Aunque no fue sin dificultades por mi parte. Yo era mayor, y mi cuerpo ciertamente ya no era el de una mujer de veinte años, pero estaba feliz.
En el fondo de mi mente, hubo un pensamiento persistente que algo podría pasarle al bebé que crecía dentro de mí, hasta que llegué al tercer trimestre, pero fue un embarazo fácil, así que esos pensamientos fácilmente se extinguieron.
Por supuesto, Alec y Kate no estuvieron muy contentos con las noticias. La tristeza de Alec fue evidente en su voz. Las llamadas entre él y Ellie no fueron lo que solían ser ya que ella hablaba con entusiasmo sobre ser hermana mayor.
Fue un movimiento estúpido de su parte, pero no fue algo que fuera mi culpa, y me negué a sentirme mal al respecto. Kate estaba cayendo en una profunda depresión en ese momento así que su vida hogareña era complicada. Nada de eso justificaba su falta de participación en la vida de Ellie, pero al menos ella nos tenía a nosotros.
Llegados a ese punto, Edward actuaba más como un padre de ella que Alec y estaba agradecida de que tuviera la guía y el amor incondicional de Edward.
Darle a Edward una hermana menor la hizo crecer en mis ojos. Me hizo verla como lo que era—casi una adulta.
Lo que hace que hoy sea mucho más fácil de enfrentar.
Cuando la ceremonia termina y estamos todos reunidos en nuestra casa, me dot cuenta de cuántas personas realmente quieren a mi hija.
Esme y Carlisle están aquí, abrazándola y felicitándola, mientras Ella se aferra al pecho de su abuela como un pequeño koala. Esme anunció la semana pasada que se irían a Europa a finales del verano. El plan es quedarse allí por unos años para poder visitar y disfrutar por completo cada país. Vendrán de visita para las festividades importantes, y por supuesto con la internet, la comunicación no faltará.
Ella no lo entiende todavía, pero verla aferrarse a Esme como lo está haciendo, estoy segura de que la extrañará. Como todos lo haremos.
Mi suegra es una de las mujeres más maravillosas que conozco.
Cuando Edward me propuso casamiento, Esme me ayudó a planificar las cosas así teníamos una ceremonia privada y pequeña. No tenía idea de qué hacer, y Rose insistía que una boda en un juzgado era inapropiada. A decir verdad, mi boda con Edward fue la más bonita de las dos que tuve, sin lugar a dudas.
Estuvimos afuera en el club de campo rodeados por la naturaleza y nuestras familias. Eso era todo lo que quería y necesitaba. Ver el rostro de Edward iluminarse mientras caminaba hacia él fue la vista más maravillosa, especialmente con el sol brillando intensamente sobre nosotros y los sonidos de la naturaleza rodeándonos. Fue celestial.
Cuando nos enteramos que estábamos esperando a Ella, Esme y Carlisle se mudaron aquí para estar más cerca de nosotros. Su presencia, junto con la de mis padres, me dieron la oportunidad de comenzar mi propio negocio e irme de Newton's.
Ella pasa tiempo con ambas familias. Ella es mimada, pero en el buen sentido. Recibe todos los abrazos y besos que ella quiere. Una niña jamás puede tener suficientes de esos.
—¿Mamá? —La voz de Ellie me saca de mis pensamientos.
Sonrío y rodeo sus hombros con un brazo. No puedo creer que ella ya tenga dieciocho años.
—¿Qué pasa, cariño?
—Nada. Solo... Gracias... por esto. —Señala a las personas que deambulan a nuestro alrededor, riendo, hablando y comiendo.
—No hay problema, cielo. ¿Lo estás pasando bien? —pregunto, sonriendo y entonces, al notar la expresión seria en su rostro, me pregunto qué está pasando por su cabeza.
Ella asiente, mordiéndose el labio inferior, haciéndome sonreír de nuevo. Es como mirarse en un espejo. Uno que te dice que te ves veinte años más joven.
—Sí... Solo... Corté con Mike —confiesa, su voz temblando ligeramente.
—Oh, cariño, lo siento. ¿Estás bien? —Mirando alrededor, noto a Mike hablando con sus padres, los tres parecen estar mirándonos a Ellie y a mí. Espero que se vayan pronto.
—Sí. —Se sorbe la nariz—. Es solo que, ya sabes, fue mi primer... novio. Y no puedo.. No quiero estar atada cuando me vaya el próximo otoño. Es más fácil así.
La abrazo fuerte y la siento respirar profundamente.
—Estoy bien, en serio. De hecho, estoy aliviada. —se ríe y me aparto para examinar su rostro.
—¿Estás segura? —pregunto, mirándola a sus hermosos ojos, aliviada de que ella no está desmoronándose en su propia fiesta de graduación.
Ella asiente y sonríe, mordiéndose la uña del pulgar.
—Oh, definitivamente. Hay un chico adorable que viene a la tienda todos los sábados. Tal vez intente hablar con él ahora.
Oh, la juventud... Pongo los ojos en blanco y sacudo la cabeza, sonriendo.
Ellie trabaja a tiempo parcial en la librería del centro, y no puedo decir que esta sea la primera vez que escucho sobre un tipo que viene y despierta su interés. Mike jamás entraría a una librería; jamás pasó a verla en el trabajo. Quizás eso debería haber sido una señal de que los dos jamás estuvieron destinados a estar juntos, pero no me correspondía decir nada. Él siempre fue bastante amable y respetuoso con ella, así que nunca hubo una razón para que yo me entrometiera.
—De acuerdo, bueno, ¿qué tal si cortamos ese pastel, eh? —Juntas, caminamos hacia la mesa donde hay un pastel y varios obsequios para ella.
—¿Papi? —Ellie chilla, mientras corre hacia Alec. Él había estado en la graduación e hice hincapié en invitarlo a esta celebración. Kate no está con él, pero estoy contenta de que él viniera. También estoy feliz de que él no se quede por mucho tiempo. Tiene que regresar al trabajo el lunes, lo que hace que este viaje sea muy corto para él.
Mirar al dúo de padre e hija me hace estremecer por dentro. No puedo recordar la última vez que vi a Alec cara a cara con Ellie; han pasado muchos años. Estoy contenta de poder ver esto de nuevo con Edward y Ella. Las relaciones de padre e hija son las mejores.
Alec no ha cambiado mucho, supongo. Pero definitivamente ya no me siento atraída por él.
Camino hacia ellos y Edward se une a mí.
—Me alegra que pudieras venir, Alec.
No habíamos hecho ninguna presentación en la graduación ya que el avión de Alec aterrizó justo a tiempo para que él lograra llegar aquí. Él no se había sentado con nosotros, y apenas lo vi en el estacionamiento para decirle que viniera aquí.
La comunicación jamás fue nuestro fuerte, a menos que se tratara de Ellie, y solo ha disminuido en los últimos años entre nosotros dos. Mayormente por el nacimiento de Ella y todo con lo que él ha tenido que lidiar con respecto a Kate.
—Estoy orgulloso de ti, cariño. —Sujeta a Ellie contra él y la abraza fuerte—. No me perdería de esto por nada del mundo —continúa, asintiendo en dirección a Edward y a mí en reconocimiento.
Ella camina hacia su padre y jala de su pierna, pidiéndole que la tome en brazos.
—Estoy feliz de que estés aquí —dice Ellie, separándose de su abrazo—. Papi, ella es Ella. —Ella se ríe cuando Ellie la toma, y la coloca sobre su cintura—. Ella, él es mi papi. Se llama Alec.
Ella inclina la cabeza a un costado con asombro, mirando a Alec atentamente. Ella sabe que Edward es su papi, pero cuando Ellie lo llama Edward, la confunde un poco, y de vez en cuando lo llama Edward, imitando a su hermana mayor. Creemos que ella lo entenderá mejor cuando crezca.
—Alik —repite Ella—. Es como la tía Alice, ¿eh?
Ellie se ríe.
—Sí, algo así.
Ella se dirige a Alice y a Rose como tías. Es dulce y ella no conoce nada mejor. Alice es una fuerza para ser animada. Entre la naturaleza ruidosa y bulliciosa de su padre, y la apariencia y el encanto de su madre, ella ciertamente se ha convertido en una chica hermosa. Ella se graduará el próximo año, y se irá a la universidad.
Ella y Jasper tienen grandes y elaborados planes. Con suerte, podrán realizarlos a todos. Son tan dulces juntos. Supongo que el amor verdadero no conoce edades.
La risa de Carlisle y Charlie capta la atención de Ella y ella se baja de la cadera de Ellie y corre hacia sus abuelos.
—Ella es dulce —admite Alec, incómodamente frotándose la nuca—. Tienen suerte —continúa en voz baja.
Edward, que ha estado en silencio observando todo este tiempo, rodea mi cintura con un brazo y me acerca a su costado.
—Ella es increíble, y sí, estamos muy bendecidos. —Sonriendo, me mira a mí, a Ella, y entonces a Ellie y de vuelta a mi exmarido antes de continuar—. Es muy amable de tu parte haber venido, Alec.
Los dos hombres asienten incómodamente, y Ellie me mira con curiosidad, poniendo una cara que me hace reír.
—De acuerdo, bueno, ¿qué tal si conseguimos un poco de ese pastel antes de que se acabe? —Con suerte, la comida le quite algo de incomodidad a esta situación.
~ALLO~
Si alguien me hubiera dicho que algún día, mi actual marido y mi exmarido estarían juntos hablando y bromeando, no les habría creído.
Ver a Edward reclinarse casualmente contra la parte trasera de la casa mientras Alec explica algo, agitando sus manos, haciendo que los dos hombres se rían, hace que mi corazón dé vuelcos.
No muchos hombres estarían haciendo lo que Edward está haciendo ahora mismo, hacerse amigos del ex de tu actual esposa, pero él está seguro de su virilidad y confía en mí. Es la cosa más sexy que existe.
Sus ojos se encuentran con los míos desde el otro extremo del patio, y su sonrisa se triplica cuando me guiña un ojo. Todo mi cuerpo se sonroja de color carmesí. Con suerte, cuando seamos viejos y canosos, él seguirá teniendo el mismo efecto en mí.
~ALLO~
—Bueno, eso salió bien. —Suspiro, quitándome la camiseta, dejándome solo en un sostén y ropa interior. Ni siquiera es sexy.
Edward se sienta en el borde de la cama y se quita las medias.
—Sí. Estoy muy orgulloso de ella.
Es tarde, los invitados se han ido, la casa está limpia, y los niños están en la cama. Bueno, Ella se encuentra en su cama mientras que Ellie está en la casa de su amiga. Es sábado por la noche, y estoy esperando una llamada borracha en alrededor de tres horas pidiendo que la traigan a casa. Le dijimos que tuviera cuidado y le advertí que no se subiera en el coche de nadie. Puede que yo haya sido una persona tímida durante toda la secundaria, pero he tenido mis ojos abiertos al criar a una adolescente, además tuve a Rose como hermana. Ella ciertamente no fue una persona tímida.
—¿Crees que ella estará bien esta noche? —Saco un camisón de mi vestidor, y me dirijo hacia el baño privado.
Los ojos de Edward me siguen, y se pone de pie, uniéndose a mí en la puerta, con solo un bóxer puesto.
—Ella estará bien, Bella. —Se inclina, su respiración inundándome, calentando la piel detrás de mi oreja—. Ahora, ¿qué tal si mami y papi tienen un tiempo a solas?
Con la boca abierta y los ojos pesados, me inclino hacia él, disfrutando el calor de su cuerpo. Mi piel instantáneamente se eriza con anticipación, al mismo tiempo que mi respiración queda atrapada en mi garganta.
—Eso suena como un buen plan —susurro, tragando un gemido cuando sus labios rozan mi clavícula y sus dedos deslizan las tiras de mi sostén por mis brazos—. ¿Te duchas conmigo?
Él presiona su nariz contra mi cabello e inhala voracidad.
—No planeaba dejarte entrar allí sola, cariño.
Puedo sentirlo, tan duro como el acero y caliente por todas partes, mientras me roza y deja un beso en mi sien, en su camino hacia la ducha.
—¿Vienes? —pregunta sugestivamente, sonriendo cuando me hace reír y enarcar una ceja.
Sacudo la cabeza y doy varios pasos hacia el baño, deshaciéndome de mi sostén y la ropa interior en el camino.
Pasando mis manos por la espalda de Edward mientras él está inclinado, ajustando la temperatura del agua, aprovecho y deslizo mis manos en su ropa interior y la bajo por sus muslos.
—De hecho, esperaba poder limpiarme, no ensuciarme. —Mi voz se quiebra cuando él se da la vuelta y rápidamente me envuelve en sus brazos.
—¿Qué te hace pensar que no vamos a lavarnos? —Levanta una ceja desafiante, su erección presionando contra mi vientre, haciéndome retorcer de anticipación.
—Porque siempre me haces sentir muy sucia —admito, dejando besos en su pecho y hombro.
—Creo que eres tú, Bella, quien me hace querer hacer cosas sucias. —Me besa profundamente, plantando besos húmedos y largos en mi garganta, hasta llegar a mi oreja—. Ahora, ¿qué tal si te lavo así puedo ensuciarte nuevamente después?
Y lo hace... plenamente. Me hace sentir bien, sucia, cansada y completamente saciada. Y cuando me quedo dormida después de desmoronarme, una vez en la ducha y otra en nuestra cama, me abraza cerca de él hasta que suena el teléfono, despertándonos a los dos, trayéndonos de vuelta a la realidad.
~ALLO~
Ellie está claramente borracha y riendo cuando entra por la puerta, sostenida por un Edward sonriente. Él me dice que ella ha estado hablando todo el tiempo, contando chistes tontos y comentando lo rápido que pasaban los árboles.
La llevo hacia su cuarto rogando que ella no vomite, donde ella cae boca abajo sobre su colchón, y se queda dormida de inmediato.
Ella va a sentir eso en la mañana, pero nos llamó y confió en que estaríamos allí para ella. No se va a meter en problemas por esto; fue su fiesta de graduación de la secundaria, después de todo. Sabíamos que sucedería, y aunque no me gusta verla así, al menos está a salvo.
Los padres de su amiga estaban allí monitoreando las cosas y asegurándose de que nadie condujera a casa borracho. Prefieren hacerlo en su casa mientras están allí y los niños están en un ambiente seguro. Como padres, algunas decisiones son mas difíciles de tomar que otras.
Ellie es una buena niña, y confío en que sea lo suficientemente responsable para tomar buenas decisiones. Llamarnos, incluso ebria, es una buena decisión.
Alrededor de las cuatro, estamos de vuelta en la cama, acurrucados juntos.
—Rito de pase, ¿verdad? —le pregunto a Edward mientras él jala mi espalda hacia su frente, haciendo cucharita.
—No te preocupes, nena, ella es una buena chica. Lo hicimos bien. —Sus suaves ronquidos hacen eco por la habitación mientras se queda dormido.
Y estoy atascada en la palabra "hicimos". Me hace sonreír, y mi corazón se contrae. Nosotros lo hicimos bien. Lo haremos bien, pase lo que pase.
Estamos juntos. Construimos una familia. Él es todo lo que nunca supe que quería, y más.
Me quedo dormida pensando que conocer a Edward y dejarle entrar en mi vida son las mejores cosas que he hecho. Con todo lo que hemos pasado, él ciertamente ha hecho mi vida menos ordinaria.
FIN
N/T: Todavía nos quedan unos outtakes en EPOV ;)
¡Buen comienzo de semana!
