Gracias a Li por su lectura previa.
Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 18
― Papá, ¿estás molesto conmigo?
Sacudí la cabeza mientras arrancaba el auto fuera de la escuela. Presté atención al auto negro que nos perseguía, sabía que buscaban una fotografía mía junto a mi hija, no entendía qué sucedía.
Por lo regular no tenía el acaparamiento de ningún medio, ¿por qué ahora?
― Papi… ―Elina siguió presionando―. ¿Por qué estás así?
― Nada ―mentí―. Tengo mil cosas en la cabeza acerca del trabajo.
Divisé por el rabillo del ojo que mi hija me observaba fijamente.
― Pensé que estabas molesto porque mamá te hizo venir a por mí ―susurró―. Tal vez estabas ocupado con tu otra hija y te quité tiempo con ella.
― No es así. Nicole es cuidada por su abuela mientras su madre y yo estamos en Bluebonnet.
― ¿Ella trabaja contigo?
Supe que había cometido una imprudencia y al instante me arrepentí.
― Elina… ―volteé a mirarla en lo que llegábamos a una luz roja― me gustaría pedirte un favor, no platiques con tu madre nada de Nicole.
― ¿Por qué? Antes nunca te importaba mis conversaciones con mamá, ¿por qué ahora sí?
― Porque Nicole es una bebé. Es una niña inocente que quiero proteger, así como lo hice con ustedes cuando eran bebés. Por favor, cariño, hazme esa promesa ¿sí?
― Mamá nunca lastimaría a una bebé.
Hice una mueca, poniendo en duda su afirmación.
― Solo prométeme que no dirás información de tu hermana a nadie.
― Lo prometo, papá ―levantó su palma en alto.
Sonreí. Confiaban su promesa y su inocencia.
― ¿La visitas todos los días? ―Indagó en ese tono bajo.
― Sí. Nicole tiene problemas para que sus dientes salgan y la está pasando mal, llora mucho. Así que estoy tratando de ayudar a cuidarla, de mejorar su mal rato.
Seguí conduciendo. El auto que nos seguía había sido perdido de vista.
― Christopher dice que se parece mucho a ti, papá ―guardó silencio como si meditara sus palabras―. Me mostró algunas fotos en su celular y… en realidad es muy linda, está muy gordita y es pelirroja.
Sonreí al escuchar cómo hablaba de Nicole. Tal vez a Elina le costaría más tiempo adaptarse a la idea de tener una hermana, entendía que era normal procesar que mi cariño ahora estaba compartido y aunque muchas veces me desesperaba su actitud, me convencí que su encuentro estaba cerca de ocurrir.
― ¿Te gustaría acompañarme a comer? ―pregunté aligerando el tema.
Emocionada aplaudió.
― ¡Comida japonesa, papi!
.
.
Desde ese día la situación se empezó a poner extraña. Había paparazzis tomando flashazos de mí en cada situación, no fue la excepción cuando fuimos a que tomaran muestras de nosotros para las pruebas de ADN.
Para distraer un poco a los indeseables tuve que pedir a James que nos acompañara.
Por supuesto que él venía en un auto distinto y llegó media hora después, me arrepentí de haberle pedido ayuda apenas lo vi aparecer en el laboratorio.
Me molestó de sobremanera que ignorara a Bella, así que le lancé una mirada severa para poder controlarlo.
― Puedes ser un poco cortés ―gruñí entre dientes― el saludar a Bella te aseguro no te dejará mudo, ni se te caerá la lengua a pedazos.
― Oh, no te preocupes por mí, Edward, para saludos hipócritas prefiero mejor que no me hable ―intervino Bella siendo directa.
Caminó a la primera silla que estaba frente a nosotros, dándole una mirada acusatoria a James.
― Lo siento, pero no puedo verla del mismo modo ―habló por lo bajo.
Nicole se quejó en mis brazos. Ella demandaba que no debía detener mis pasos para hablar con James, le gustaba que caminara por la pequeña sala de espera para ella apreciar cada cosa que llamaba su atención.
Empecé a caminar y sonreí al escuchar los balbuceos que mi niña producía.
― Es muy bonita ―James dijo cuando pasamos frente a él.
Me detuve. James sonrió ampliamente y sujetó la mano hecha puño de Nicole, mi niña de inmediato le regaló una sonrisa alegre, acompañada con esos gorgoreos llenos de felicidad.
Mi amigo siguió sonriendo y sin poderse resistir la tomó torpemente en sus brazos. Era ridículo que tuviera una musculatura enorme y no pudiera sostener a una bebé.
Aseguraba que ya había caído ante los encantos de mi bebé.
― Se parece a mí ¿verdad? ―aseguré presumido.
James asintió con la cabeza. El muy idiota se negaba a darme la razón, era obvio que no aceptaría el gran parecido que mi niña tenía conmigo.
Entretanto, Nicole apoyaba la cabeza en el hombro de mi amigo a la vez que deslizaba los pequeños dedos por la piel recién afeitada de las mejillas.
Apreté los labios al ver el rostro desatinado de James. Parecía que no hallaba de qué manera actuar ante la muestra de cariño de una bebé.
Terminó por sostener las dos manitas y apoyar su frente a la de ella, empezó a hacerle muecas graciosas para hacerla reír hasta que lo consiguió.
― ¿Seguiremos con el mismo plan? ―Indagó mi amigo―. Que Bella viaje conmigo y nosotros iremos a dejar a Nicole.
― Solo si ella está de acuerdo ―volteé hacia Bella, pidiendo su aprobación, ella solo me sonrió sin decir nada―. Estoy seguro que Irina es parte de esto.
James me miró extrañado.
― ¿En serio la crees capaz?
― Irina es de las personas que navegan con bandera blanca ―respondí― se hace la inocente para no levantar sospechas. La conozco, sé que tiene contactos con gente así, ella misma filtraba información de nosotros cuando salíamos a comer en familia.
― Lo que siempre has odiado ―acertó James en decir―. Puedo entender que antes lo hacía por estar vigente y que hablaran de ustedes, sin embargo, no entiendo, ¿qué ganaría ahora?
― Supongo que hacerme pasar un mal rato. Quiero que estés atento por si llegan a sacar imágenes de Nicole.
James resopló.
― No se atreverían a meterse con una menor, menos a difundir imágenes. De igual manera, estoy preparado para el siguiente paso que darán.
Dejé un ligero golpe en el hombro de mi amigo.
― Ya sabes lo que tienes qué hacer ―murmuré.
En el rostro de James capté que había entendido mi mensaje. ¿Y por qué no lo haría? Éramos amigos de toda una vida, estaba simplemente tratando de ayudarme y darle una lección a Irina.
Cuando nos llamaron. Una enfermera nos guió hasta una pequeña habitación que tenía los instrumentos necesarios para obtener un poco de muestra; primero fue Nicole que pusieron un hisopo en su pequeña boca, hizo una mueca de desesperación y degustación que a la enfermera hizo reír junto a nosotros.
― Ella ahora puede comer ¿verdad? ―Bella interrogó.
La enfermera asintió. Nuestra bebé tenía alrededor de cuatro horas que no probaba alimento y ya empezaba a estar intranquila.
Llegó el momento de mi turno. Fue fácil y rápido seguir las instrucciones, ahora nos tocaba esperar una semana para los resultados.
Salir del lugar también fue caótico. Bella fue paciente y ella junto a mi niña viajaron con James de regreso al apartamento mientras que yo me dirigí a la oficina.
Ángela cómo siempre me correteó apenas vio que ingresaba a Bluebonnet.
― Señor Cullen, llegaron las zapatillas de la última colección, están en la bodega para ser revisados.
― ¿En dónde está Kate? ―gruñí.
― Ella está en una reunión por videollamada, ¿quiere que le pida que venga a la oficina?
Sacudí la cabeza.
― Cuando llegue Bella, avísale que la quiero ver en la oficina.
Adentré después de ver la cara sonriente de Ángela y resoplé. No tuve tiempo para distraerme con la vista de los ventanales, solo me dediqué a mirar los diseños en los que había trabajado.
Arrugué la frente.
Tomé una hoja y el lápiz en mi mano tomó vida propia. Empecé trazando líneas y curvas, el dibujo fue tomando forma hasta que vi exactamente lo que quería: unas zapatillas diminutas.
Sonreí al ver el dibujo.
Quería hacerme cargo yo mismo de estas zapatillas exclusivas para mi niña.
― Hola ―Bella asomó la cabeza desde la puerta― ¿puedo pasar?
― Ven aquí.
Arrastré la silla hacia atrás y le hice una seña para que se sentara encima de mí. Siendo Bella me ignoró y tan solo se acercó a mí lado.
― ¿Hubo problemas con dejar a Nicole con tu madre?
― No. Había comida y fue suficiente para ella ―la mirada de Bella se estrechó y tomó en sus dedos el dibujo― qué hermoso diseño, ¿desde cuando creas diseños para infantes?
― No lo sé, supongo que Nicole tiene qué ver.
Sus ojos cafés se posaron en los míos.
― Es solo un dibujo ¿verdad?
― No. Quiero convertirlos en unas zapatillas cómodas para Nicole.
Se rio nerviosa. Parecía tan sorprendida que volvió a mirar el dibujo y sonrió ampliamente.
― Edward, no puedes distraerte de tu trabajo. Tienes demasiadas cosas que atender para…
― Es mi bebé ―la interrumpí― quiero algo exclusivo para ella y que sus pies regordetes estén cómodos. Además, probablemente se anime a dar sus primeros pasos con ellos ―comenté presuntuoso.
Bella se echó a mis brazos, apretando mi cuello con fuerza excesiva. Fue un acto arrebatado que creí terminaríamos en el piso.
― Bella… ―logré pronunciar al tiempo que removía sus brazos de mi cuello, me aferré a ella cuando estuvo en mi regazo― ¿por qué la euforia?
― Porque me doy cuenta que quieres a mi niña ―me vio directamente con ojos acuosos―. Y nunca creí qué fuera así.
Exhalé por lo bajo.
― ¿Cómo lo imaginaste?
Sus hombros se encogieron y sus dientes empezaron a mordisquear su labio.
― Qué solo serias padre portador, ya sabes… te harías cargo de su manutención y nada más.
― Así que sigues creyendo que soy una persona frívola ―no oculté mi molestia al expresarlo.
Ella intentó ponerse de pie y mis brazos no se lo permitieron. La apreté con fuerza a mí, me sentía cómodo teniéndola encima de mí y no entendía por qué quería alejarse.
― No es correcto que nos veas así.
― No me importan las opiniones de los demás, quiero salir contigo sin pensar en nadie más que no sea nosotros, salgamos esta noche ―pedí.
― No, hoy no puedo ―susurró, rindiéndose y quedándose quieta encima de mí― hoy llega Jasper y quedé en llevarlo a conocer la ciudad.
Fruncí el ceño, mirándola. No iba ocultar mis celos; sin cambiar de expresión sujeté con delicadeza su mentón.
― ¿Prefieres salir con él que conmigo?
― Es diferente. Nosotros... ―dudó― tenemos una relación distinta a una amistad.
Bufé. El mal genio estaba haciendo estragos en mi humor.
― Edward, te expliqué de Jasper, es un buen amigo.
― No me costa ―deslicé la punta de mis dedos por su cuello―. No me agrada que estés saliendo con otro, no importa que repitas mil veces que es tu amigo. No sé sus intenciones contigo ―Correcto, estaba siendo inseguro, simplemente no podía actuar de otra manera.
Su perfectas cejas marrones se juntaron al mirarme.
― Edward, no puedes enfadarte por la visita de Jasper ―sonrió y solo me enfadó más―. Él es como un hermano para mí y un hijo para Renée, créeme.
― El problema no es lo que crea o no de ti ―mascullé―. El problema es que no lo conozco.
― Te lo presentaré ―su mirada se iluminó―. Te prometo que saldremos la semana que viene.
― No es suficiente para mí.
Bella negó con la cabeza.
― Sí te doy un beso, ¿te quedarás tranquilo?
Me acerqué a su rostro en busca de sus labios y em detuve justo antes de besarla.
― Estoy esperando mi beso ―dije impaciente.
Las suaves manos de Bella sujetaron mis mejillas. Fueron sus labios calentitos que se posaron en los míos en un beso delicado.
Para mí no era suficiente, apoyé mi mano en su espalda y la apreté, pegándola a mi cuerpo mientras nos dejábamos llevar.
No iba a soportar más rodeos, me gustaba realmente y la quería para mí…
Hola. Otro sábado por aquí, sobre el capítulo sabemos que Edward no es tonto, él reconoce que Irina trama algo así que le dará un golpe a su ego, ya pronto leeremos esa parte. Ojalá les guste el capítulo, trataré de que las actualizaciones se queden miércoles y sábado para esta historia.
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Aquí los nombres de quienes comentaron el capítulo anterior, saludos: Dulce Carolina, Car Cullen Stewart Pattinson, Valeria Sinai Cullen, Flor McCarty-Cullen, Daniela Masen, ALBANIDIA, tulgarita, Mabelli Masen Grey, kasslpz, Rosemarie28, Isabella Salvatore R, mrs puff, Antonella Masen, Pepita GY, Cassandra Cantu, marisolpattinson, Ary Cullen 85, Diannita Robles, Adriu, LOQUIBELL, Adriana Molina, Smedina, Noriitha, miop, Lili Cullen-Swan, krisr0405, Mapi13, saraipineda44, patito feo, Isis Janet, rociolujan, The Vampire Goddess, Cinthyavillalobo, Marxtin y comentarios Guest
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