Gracias a Li por su lectura previa.


Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo 6

― ¿Me dirás qué ocultas? ―presioné.

Christopher se echó a reír. Estábamos por terminar el postre, necesitaba que dejara de dar tantas vueltas al tema relevante que nos tenía reunidos, porque la manera de prolongar el verdadero motivo a tratar me tenía nervioso.

― ¿Estás ansioso por qué quieres volver a tu casa o por qué tienes una cita?

― No tengo a nadie, pero… ¿habría un problema si hubiera alguien?

El semblante alegre de Christopher se mantuvo en sus facciones, en ningún momento dejó de sonreír. Por supuesto que su actitud fue lo que me hizo sentir mejor.

― Así que tienes novia ¿eh? Y no me habías dicho, ¿por qué?

― No, no… nada de eso ―mencioné― solo me gusta saber que no hay problema.

Su sonrisa se volvió más divertida.

― No tiene porqué. Eres un hombre soltero que se rodea de mujeres hermosas, es lo más normal que estés con alguien ¿no?

Me sentía raro estar compartiendo una conversación sobre mi vida amorosa con mi hijo. Quise imaginar que Christopher era un adulto y no un niño como siempre trataba de verlo.

― Por el momento no hay nadie ―articulé―. Ahora quiero saber qué es lo ocultas.

― Quiero independizarme.

Su respuesta me hizo removerme de la silla. ¡Si era un niño!, ¿por qué querría vivir solo?

― ¿Es una broma?

― No papá, quiero vivir solo. Empezar a ver por mí mismo, trabajar y conseguir mis propias cosas con mi propio esfuerzo.

― Puedes trabajar en Bluebonnet y vivir conmigo.

Christopher sacudió la cabeza.

― No. No quiero aceptar tu ayuda. Quiero hacerlo solo, quiero mostrarme que puedo hacerlo, papá.

― Y podrás, no tengo duda. Lo que pasa es que eres un niño aún y tú ya estas pensando en vivir solo, en independizarte.

― ¿Y estoy mal?

Exhalé derrotado o quizá molesto. Estaba en completa contradicción y la incongruencia de mis palabras se hacían presentes; primero mencioné que lo sentía cómo adulto, pero en mi corazón quería aferrarme a que fuera un niño, mi niño.

Lo miré fijo. No lucía como niño; su rostro había cambiado al de un adolescente, tenía los primeros rastros de aparición de vello facial. Su espalda era más ancha y había ganado más estatura que yo, probablemente dos pulgadas más.

Era un chico inteligente, que nunca ocasionaba problemas.

― No. No estás mal, supongo que es natural, te estás convirtiendo en un adulto ―mascullé.

Christopher sonrió ampliamente.

― ¿Te molesta que quiera vivir solo? No dejarás de ser mi papá, si eso es lo que estás pensando.

Exhalé el aire entre mis dientes, dejando escapar un resoplido nervioso.

― No me molesta, sino que siento que es muy precipitado ―mis hombros se hundieron. Nada, ninguna palabra lo haría cambiar de opinión. La determinación en su mirada me lo advertía.

― Papá, quiero intentarlo.

― ¿Qué dice tu madre al respecto? ―pregunté.

― Sabes que mamá solo piensa en Elina, en que ella luzca bien y no suba de peso, no tiene tiempo para hablar conmigo.

Asentí, no quiero hablar de su madre.

― Está bien ―murmuré―, hazlo. Te estaré apoyando en lo que necesites.

Christopher chocó su puño con el mío, regalándome una sonrisa alentadora. Era notorio que tenía convicción para empezar desde cero.

.

.

Con el pasar de los días el humor de Bella pasó de apagado a estar nuevamente en algarabía total. Parecía que la chica adormilada y en modo zombie desapareció en un tronido de dedos, lo que me causaba felicidad porque había regresado el alma de Bluebonnet.

La empecé a ver nuevamente interactuar con sus compañeros y atacarse de risa con ellos. Me gustaba cada vez más compartir nuestra hora del almuerzo y que ella siguiera dispuesta a aprender.

En nuestras charlas había descubierto que ella tenía una conexión especial con su madre, la cual trataba de mejor amiga y su más grande apoyo. Sentí pesar al escuchar qué su voz se había quebrado cuando narró que tenía solo cuatro años cuando perdió a su padre en un accidente automovilístico.

De ese modo quedaron solas ella y su madre, tomando la decisión de no separarse.

En otra conversación surgieron sus ganas por comer pizza. Tenía la duda si tenía algún problema gastrointestinal, porque quería llevarla a cenar.

Fue cuando escuché casualmente una conversación entre ella y otra compañera.

― Al salir iré a comer pizza ―Bella contó con cierta fascinación.

Tanya le sonrió, pero también hizo un gesto extraño. Ambas estaban tomando agua frente a la pequeña estación de café que había en las instalaciones. Sin embargo mis ojos estaban fijos en las torneadas piernas de Bella y sus zapatillas altas, tenía una finura para lucir cada zapato.

Sacudí la cabeza, obligándome a salir de mis pensamientos. Me estaba obsesionando con las piernas de esa mujer, lo cual era irrespetuoso.

― ¿Estabas en una dieta? ―Tanya le preguntó, y yo agradecí internamente su interés―. Antes te cuidabas demasiado en no consumir grasa y ahora parece que ya no te importa.

― No. Bueno, no sé si llamarlo dieta, estaba tratando de perder un poco de peso porque… no me sentía a gusto. Es decir, mi peso no era el que tengo ahora, antes era muy delgada y de pronto…

― Te salieron cuervas ―Tanya terminó la frase por Bella―. Para mí estás perfecta, tienes una figura bonita a pesar de ser bajita.

Bella le sonrió animada.

― Qué me dices tú qué pareces modelo ―Bella comentó y fue mi turno de alejarme de su conversación.

Cuando me encerré en la oficina pensé que era verdad lo que mencionaba Tanya. Bella había llegado con un régimen estricto de alimentación y de pronto parecía no tener interés en seguir en ello.

Lo que me parecía correcto porque no necesitaba estar en ninguna dieta.

El tema de Bella se convirtió en mi favorito, quitándome el tiempo y ganas de pensar en otra cosa que no fuera ella. Así que cuando la hora de salida llegó casi corrí para alcanzarla y poder invitarla a cenar.

La encontré cerrando la puerta de la nevera compacta, su reacción ante mí fue graciosa, había dado un respingo y se notaba nerviosa.

― Parece que viste un fantasma ―bromeé.

― No. Lo que pasa es que… a esta hora no hay nadie, es decir, nadie viene a esta parte.

Estreché los ojos.

― ¿Estás nerviosa? ―inquirí, llevando las manos a mis bolsillos.

Bella aferró su bolso del almuerzo a su pecho, lo abrazaba con mucha fuerza qué empezaba a causarme intriga.

De pronto cerró sus párpados tan solo un instante, me vio y parecía más preocupada de lo normal.

― Edward, hay algo que quiero decirte.

Ladeé mi cara, estaba tratando de averiguar si la seriedad en sus palabras y semblante tenían un significado que debía preocuparme o no.

― No estás pensando en marcharte.

Al ver que sus hombros se hundieron en derrota, me alarmé.

― No. Es un tema distinto, llevo tiempo queriendo hablar contigo, sin embargo no sé por dónde empezar.

― Me alegro que no quieras dimitir, porque no estoy dispuesto en aceptar que te vayas ―argumente―. Ahora, respecto a lo que quieras hablar conmigo, deberías empezar por el principio. ¿Qué sucede?

― Ah, yo… yo… ―empezó a balbucear.

― Bella, ¿desde cuando eres tímida y te cuesta expresarte?

La vi resoplar y dejar de golpe sobre la mesa su bolso de lona, se peinó la coleta con demasiada molestia, como si su larga melena le causara enfado.

Volteó hacia mí, girando su cuerpo entero. Quería reír de su actitud amenazante porque terminaba mirándose linda, sin embargo no pude hacerlo porque algo en su pecho llamó atención.

Tenía una mancha en su blusa blanca, una marca redonda justo en su pecho derecho.

― Bella, tienes algo ahí ―dije en voz alta, señalando su busto, pero tratando de no incomodarla.

Su rostro enrojeció en la tonalidad más alta. Bajó su mirada hacia su busto y tomó el bolso de nuevo, apretándolo a su pecho, sus ojos expresivos no dejaban de verme entré avergonzada y… ¿asustada?

― Lo siento, debo irme ―farfulló, caminando a la salida.

Por supuesto que no me quedé quieto y caminé a su lado.

― Bella, estás empezando a preocuparme. Mejor dicho, me has preocupado desde que llegaste a la empresa, pero no te vas a alterar por una mancha que bien se secará, ¿no?

― Si, Edward, entiendo.

― Pareces escandalizada por una simple mancha ―la detuve, antes de cruzar la puerta―. Me gustaría que cenaras conmigo.

Amplió mucho los ojos.

― ¿Qué? ¿Cómo una cita?

― No sé cómo suena para ti ―dije nervioso, pasando una mano por mi nuca―. Hablo de cenar juntos ―elevé mis hombros―. Pienso que sería bueno conocernos más.

Mi móvil empezó a sonar, mientras la mirada de Bella seguía poniéndome más nervioso.

― Creo que deberías responder la llamada, parece que es urgente, pueden ser tu esposa o tus hijos.

Hice una mueca viendo la pantalla del iPhone que mostraba una imagen de Carlisle mostrándome el dedo medio, era la foto elegida de mi contacto.

¿Por qué tenía que hablarme justo hoy?

Acepté la llamada al mismo tiempo que Bella salió de Bluebonnet sin darme oportunidad de explicarle que era mi hermano quien llamaba.

― ¿Qué quieres?

Carlisle empezó a reír tan burlón como era siempre.

¿Así agradeces que te esté haciendo un maldito favor, hermano?

― Espero que sea algo importante, porque… ―miré hacia la puerta de vidrio y aprecié la soledad del pasillo.

La fiesta de Alice me volverá loco, hermano, de verdad espero que Elina no te haga lo mismo porque sino enloquecerás.

Bufé. No quería volver al mismo tema de siempre.

― Carlisle ―gruñí―. ¿Qué pasó?

Ah sí, Renée Dwyer trabajó en el mismo hospital donde estoy, por cierto, es el único del pueblo rioes viuda y tiene una hija… En efecto, su nombre es Isabella Swan, aquí la conocen como Bella, aquí todo el personal habla bien de ambas.

― Eso ya lo sé.

También tengo su nueva dirección en Nueva York.

― Aquí también tengo su dirección, Carlisle, está en los archivos ―pellizqué el puente de mi nariz mientras mis pasos continuaban de un lado y otro―. ¿Eso es todo?

La chica es madre soltera reveló, haciendo que me detuviera de golpe y que me desconectara por completo de la llamada.

¿Acaso es eso lo que ocultas Bella Swan?

Caminé hacia mi oficina y abrí los archivos del personal, elegí el nombre de Isabella.

― No la busques Edward ―me dije en voz alta.

Pero mi razonamiento estaba muy lejos de obedecer mis pedidos. Quería verla…


Hola, otro sábado más. Sé qué muchas han adivinado sobre Bella y me dejan sorprendida con sus teorías porque lo hacen muy bien. Hoy me gustaría saber sobre este capítulo ¿qué piensan? Por cierto, el siguiente capítulo es bajo el punto de vista de Bella. Les dije que no habría mucho drama y después estaremos adaptándonos a la historia.

Recuerden que para imágenes alusivas respecto a cada capítulo pueden unirse al grupo de Facebook, hoy conoceremos a Christopher *

Aquí los nombres de quienes comentaron el capítulo: Rosemarie28, Adriana Molina, marisolpattinson, Car Cullen Stewart Pattinson, ALBANIDIA, Ary Cullen 85, tulgarita, Elizabeth, Diannita Robles, Daniela Masen, Iza, Pepita GY, Dulce Carolina, Flor McCarty-Cullen, Valeria Sinai Cullen, Antonella Masen, mrs puff, Smedina, Cassandra Cantu, rociolujan, Jade HSos, Adriu, The Vampire Goddess, miop, Noriitha, may jhonson D, Mapi13, Maryluna, saraipineda44, krisr0405, sandy56, Lili Cullen-Swan, Jimena, karo29, Marxtin, sandy56, Marxtin, y comentarios Guest

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