Gracias a Li por su lectura previa.
Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 10
No podía, ni quería despegar mis ojos de su carita risueña.
Era una niña preciosa y también ruidosa.
De manera disimulada acerqué mi nariz al fino cabello de Nicole. Aspiré varias veces su delicioso olor, me estaba haciendo adicto con tan solo unas horas.
La bebé no dejaba de saltar sobre mi regazo, balbuceando todo el tiempo de manera cantarina. No parecía cansarse nunca de sus gritos y gorgoreos.
Mis manos sostuvieron con fuerza su pequeño cuerpo, observándola de pie sobre mis piernas. Me di cuenta que Nicole tenía la suficiente fuerza para estar de pie, sus cortas y regordetas piernas podían sostenerse, mas no la había visto dar un paso sola.
Era imposible no sonreír cuando ella lo hacía todo el tiempo, era feliz y lo demostraba con sus gritos y risas.
Apoyé mi frente en la suya y ella balbuceó entre risas destentadas.
También había notado que no tenía ni un solo diente, no recordaba qué tan normal era que a los nueve meses las encías estuvieran libres y repletas de baba.
― No creí que vendrías pronto.
Levanté la mirada y verifique que Bella había visto mi proceder. Era obvio que notaba que no quería separarme de la niña, desde que llegué no podía apartar mi tacto de Nicole.
― Sinceramente pensaba tomarme unos días ―fui honesto―. Tengo un viaje a Italia y estaba dispuesto a adelantarlo, pero también sabía que necesitaba salir de dudas.
― Estás en tu derecho ―reconoció― si decides hacerle una prueba, estaré de acuerdo.
La convicción en sus palabras me hacían reconocer que tenía razón. Bella no titubeaba en ningún momento, había estudiado sus palabras, sus anécdotas y era detallada en sus relatos, no ocultaba nada.
No mentía.
Lo único que podía notar era un cansancio acumulado en su rostro, llevaba más de una hora que no dejaba de bostezar, me atrevía a pensar que les estaba robando horas de sueño a las dos.
Me incorporé con la firme intención de marcharme.
Al dar la vuelta me di cuenta que la sala de estar estaba en completo orden, ya no estaban las montañas de juguetes por doquier, sino que era una área despejada y limpia, ¿en qué momento lo había hecho?
No podía creer que estuviera tan concentrado en Nicole que no pude percatarme de que Bella convirtió el pequeño apartamento en un lugar ordenado.
― ¿Cómo fuiste tan rápida? ―articulé mi duda en voz alta.
Bella me acompañó a la puerta.
― Estabas tan ensimismado con la oruga que tuve que aprovechar, me has ahorrado tiempo, casi siempre limpio la estancia después de dormir a Nicole.
― ¿Es así todos los días? ―pregunté.
Resopló mientras sonreía. Se notaba acalorada, quizá por su esfuerzo.
― ¿Te refieres al desorden? Oh, claro. Desde que Nicole gatea hay juguetes en todos lados, no quiero imaginar cómo será cuando camine ―encogió sus hombros― supongo que tendré más paciencia.
― Ahora entiendo tu cansancio en la oficina ―murmuré.
No quería comparar, no era válido. Pero me fue imposible no recordar a Irina, ella nunca tuvo que pasar por nada de esto sola, siempre estuvo la niñera desde el primer día que llegamos con Christopher a casa, nunca tuvo que cambiar un pañal de madrugada porque para eso estábamos yo o las nanas. Tampoco le fue necesario nunca lavar un biberón ni mucho menos levantar juguetes.
En cambio Bella hacía todo a la misma vez y aún así levantarse temprano para ir a la oficina.
― Puedo ayudar a dormir a Nicole ―me ofrecí, me sentía mal dejarla con la niña despierta.
― Oh, no te preocupes. La oruga duerme apenas obtiene lo que quiere, su leche, comer de mí la hace feliz.
Asentí.
― Entonces, nos vemos mañana.
Abracé fuerte a Nicole dejando un beso en cada mejilla. Algo se removió dentro de mí cuando la niña gimoteo por mis brazos, gruñó molesta porque quería seguir estando conmigo.
Soltó un pequeño llorido cuando estuvo en brazos de su madre.
Noté la angustia en el rostro de Bella cuando intentó arrullarla sin éxito, había empezado a llorar y cada vez lo hacía más fuerte.
Exhalé derrotado. No podía dejarla así, con la niña llorando de esa manera cuando ella estaba a nada de caer de bruces dormida.
Volteé hacia ella y la miré.
― Dámela ―quité a la bebé de sus brazos y empecé a arrullar su pequeño cuerpo― me iré hasta que se duerma.
Bella no pudo refutar, tan solo no dejaba de observarme.
Quería que se diera cuenta que no estaba sola, ya no.
.
.
― Tiene que ser algo jodidamente urgente para que me hayas sacado de la cama a esta hora de la mañana ―James masculló después de acompañarme en la mesa.
Eran exactamente las 6 am. Había elegido su restaurante favorito para desayunar, no debería de quejarse.
Chasquee los dientes antes de darle un sorbo al café. El olor a tocino era delicioso y también antojable.
― Descubrí que tengo una hija ―revelé, ganándome la atención de James que no tenía la mejor mueca.
Su rostro de incredulidad acentuó la arruga en su entrecejo, dándole más años que en los que en realidad tenía.
― ¿Qué dices? ―inquirió―. ¿Es una broma?
― Anoche la conocí ―dije sin más― fue el motivo para reunirnos hoy, necesitaba hablarlo con alguien porque siento que estoy en un sueño.
― Espera… espera, hombre. No puedes soltar una noticia de este calibre y que no pregunte. Empecemos por el principio. ―ahí estaba su vena de abogado saliendo a flote―. ¿Quién es la madre? ¿Desde cuándo estás enterado?
― Ayer me enteré ―reconocí.
― ¡Guau! ―Exclamó, sacudiendo la cabeza―. ¿Y quién es la madre? ¿Cuántos años tiene tu hija? ―James bebió su taza de café, sin dejar de mirarme con verdadero interés.
― Tiene nueve meses ―confesé― y su madre es Bella.
Los ojos de James se abrieron al máximo, parecía que se saldrían de las cuencas en cualquier momento.
― Maldita sea… ―logró decir― sigues bromeando, ¿cierto?
― Bella es Bree ―delaté―. Debí darme cuenta que su manera de mirarme se debía a algo muy grande, no era normal que me odiara de la forma que sentía.
― Cullen, ¿ya te escuchaste? Estás hablando como si fueras un adolescente soñador.
― Es que si la conocieras, es una bebé hermosa ―conté emocionado.
James chasqueó los dientes.
― ¿Tienes una prueba de paternidad?
― No tengo porqué tenerla ―gruñí― con Christopher y Elina no fue necesario, así que Nicole tampoco lo requerirá.
― Estuviste en una relación de años con Irina.
― Te estás desviando del tema ―pronuncié.
― Edward, no fue ninguna desconocida, compartieron muchos momentos. No puedes ahora simplemente actuar por impulso, antes de estar comprobado por una prueba genética.
― James, ¿de qué estás hablando? ―expresé con mis dientes apretados―. No entiendo tu sermón cuando eras tú quien me animaba con Bella. Ahora tenemos una hija juntos. Es una locura, ¿verdad?
― ¿Bella te está exigiendo algo?
Me quedé pensativo. No lo había hecho, aunque debería y como padre era consciente en proveer para las necesidades de la niña.
Mi mente viajaba a velocidad sin tener nada claro.
― Tengo que hacerme cargo de sus gastos ―acerté en decir―. ¿Crees que puedas ayudarme? ¿tendré que ir con un juez?
― Edward, detente.
― ¿Por qué? ―indague.
― Estamos hablando de términos legales. Podré ser un cabrón cuando veo a una mujer y distraerme con facilidad, pero cuando se trata de mi trabajo, mi olfato selectivo no me permite confiar en nadie.
― James, no tengo porqué darte explicaciones y aún así, estoy de humor para contarte.
Detalle mi conversación con Bella, no importó el tiempo que tardé en hacerlo, quería que conociera sobre lo que había hablado con ella. Le expliqué los motivos sobre el aumento de peso que ahora tenía, así como todo lo que había utilizado para hacerse pasar por otra persona y el porqué decidió suplantar otra personalidad.
Aunque… si lo analizaba bien, Bella Swan era una experta en el camuflaje.
― Edward… ―frotó los dedos en sus párpados antes de enfocarse en mí― de verdad me preocupa que des credibilidad a esa historia juvenil.
― Sé que es ella. ¡Bella es Bree! Todo me indica que lo es.
― Tu emoción por Bree es tanta que no estás mirando más allá. ¡Esa mujer te engañó!, se acercó a ti con otra identidad y ahora te sale con una hija ¿No has pensando que pudo ser premeditado?
― Se llama Bella. Isabella Swan, la misma mujer que me aconsejaste cortejar.
― No tienes idea de cómo me arrepiento de ello, porque ahora no confío en ella ―exhaló.
― Es la primera vez que paso por esto, James. No tengo idea de cuales son mis responsabilidades.
― Reflexiona, Edward, si quieres acostarte con Bella o hacerla tu amante es muy distinto a añadir a su hija a una pensión alimenticia. Medita que es lo que quieres hacer.
― Quiero ser un padre responsable ―admití―. No dejaré a una bebé desamparada cuando también tuve parte del proceso. Estoy dispuesto en apoyar a Bella y cumplir con la crianza de la niña.
Sacudió la cabeza. Estaba negándose a aceptar mi decisión.
― No quiero que vuelvas a ofender a Bella ―advertí―. Así como tampoco quiero que pongas en duda mi paternidad, no lo hagas cuando ni siquiera has visto a Nicole, ella es el mismo retrato de mi madre.
― No puedo creer que tu manera tan férrea de ser, se esté desmoronando.
Solté el aliento.
― Y yo no puedo creer que me estés llevando la contraria.
― Aparte de ser tu abogado, soy tu mejor amigo. Me creo con el derecho de opinar de la misma manera que lo has hecho con mi vida.
Rodé los ojos al ponerme de pie.
― Pensé que por ser amigo, te podrías feliz por mí y me darías el apoyo que ahora necesito ―externé.
― Realmente lo hago, Edward. Estoy cuidando de ti como si fueras mi hermano, me preocupo de igual manera que lo haría tu propio padre.
― Entonces, ayúdame, no tengo idea de qué debo hacer, ¿por dónde empiezo?
James se mantuvo pensativo y con su mirada en mí.
― Se empieza por una prueba de paternidad ―aseveró―, no sé puede hacer nada si no existe una prueba genética.
Torcí los labios en un gesto de enfado.
.
Cuando llegué a la oficina, pasaban de las nueve de la mañana.
Lo primero que vi fue a Bella en su cubículo. Estaba tan concentrada que no se percató de mi presencia, hecho que me desilusionó porque no estaba al pendiente de mí.
Caminé hacia ella, pero Ángela me interceptó.
― Señor, tengo los horarios de la reprogramación con el gerente de marketing…
― Dile a Kate que se haga cargo ―pedí. Mi voz fue suficientemente alta para que Bella se diera cuenta, de hecho pude notar que tenía la boca abierta cuando me vio.
― Lo haré, señor Cullen ―mi secretaria asintió.
― Ángela, quiero que en el contrato de la señorita Swan tenga autorización válida para llegar tarde ―hablé y, al instante, empecé a escuchar los murmullos de todos―. También necesito que ordené a los de mantenimiento que hagan un lugar especial para que Bella…. ―la miré detenidamente― y otras mujeres que lactan puedan tener sus descansos para hacerlo sin presiones. Se necesita un lugar apropiado para ello.
Ángela empujó el armazón de sus anteojos que se deslizaba por el puente de su nariz.
― Usted, había pedido acondicionaran la sala de juntas, señor ―discrepó― y ya está hecha.
― Lo recuerdo, sin embargo he cambiado de opinión. Bella necesita privacidad, algo más confortable para que se sienta cómoda ―puntualice.
― Edward… ―Bella intervino―. Digo, señor Cullen, no creo sea necesario ―me sostuvo la mirada― yo estoy tratando de que mi niña dejé mi leche.
― Ángela, por favor, haz lo que te pido ―me dirigí a secretaria antes de volver a centrarme en la preciosa castaña que estaba al lado mío y que no dejaba de mordisquear su sobresaliente labio inferior―. Bella, acompáñame a la oficina.
― Estoy trabajando ―respondió.
Ladeé la cabeza, ¿de nuevo estaba retándome?
Las comisuras de mis labios se elevaron. La sensación de felicidad anclada en mi pecho, me mantenía de buen humor.
― Vamos ―señalé la oficina.
Fue la forma en que ella caminó junto a mí, mientras todos nos miraban.
Cerró de un portazo, haciendo el ruido suficiente para que retumbara en la oficina. Se quedó detenida, mirándome con un deje de furia, tenía mal carácter, no le gustaba recibir órdenes.
― Edward, todos se van a dar cuenta ―dijo― debes ser más precavido porque...
― No estoy dispuesto a ocultar a la niña. Ni tampoco esconderé que tú eres su madre.
Su boca se abrió, empezando a balbucear de forma graciosa.
― Anota mi número personal ―pedí―. Quiero que sin importar la hora me mantengas al tanto de Nicole, hoy no pude hablarte porque necesitaba hacer algunas diligencias. Aparte que no tengo tu número de móvil, necesito que lo anotes ―le tendí mi celular.
Bella no se acercó. Tan solo sacudió la cabeza, como si de esa manera ella saliera del trance en el que parecía estaba.
― Edward, se hará un escándalo muy grande y no ha sido mi intención.
― ¿Qué esperas de mí? ―inquirí―. ¿Pensabas que actuaría igual después de saber qué tengo una hija?
― No. Yo pensé que la visitarías cuando tuvieras tiempo, nunca he querido obligarte a nada, tampoco es mi intención que hagas ningún cambio en la oficina.
― Quiero ser parte de la vida de Nicole ―comenté― y los cambios que pueda hacer, son para beneficio de ambas. Si tú estás bien, ella lo estará.
Suspiró resignada.
― Señor Cullen… ―Ángela nos interrumpió como si no tuviera nada mejor qué hacer, nos miró cuando entró a la oficina―. Aquí están los reportes de la última distribución.
Bella decidió dar media vuelta y abandonar la oficina. Fui más rápido y antes de que saliera le dije:
― Nuestra conversación sigue pendiente, Bella.
No dijo nada, así como tampoco volteó, simplemente salió.
Recordé que en mi celular tenía una foto de Nicole; caminé a la esquina donde estaba la impresora y elegí la imagen perfecta donde la niña me miraba con la más feliz sonrisa ―deslicé mi dedo para imprimir.
― Señor…
Volteé hacia mí secretaria que estaba detrás de mí.
― Oh, lo siento, Ángela, últimamente estoy distraído. ¿Dónde están los reportes?
― ¿Qué hace usted con una foto de la bebé de Bella? ―Preguntó al ver la imagen impresa.
― ¿La bebé de Bella?
Escuché una conocida voz femenina preguntar; quise rodar los ojos.
No tenía el corazón para ocultar la existencia de Nicole, no podía hacerlo.
Hola, aquí estamos de nuevo. James como buen amigo y abogado quiere bajar a Edward de la nube en la que anda, pero ya sabemos que él cayó rendido ante la bebé. Edward está viendo que Bella lleva una vida muy cansada siendo madre soltera, es natural que se sienta con la responsabilidad de aligerar sus días ¿no creen?, y bueno ¿quién creen qué llegó? ¿Qué opinan del capítulo? Les agradezco con mi corazón su entusiasmo, ya el drama casi se acaba y tengo miedo que los momentos dulces las aburran.
Para ver otra imagen de la gordita Nicole pueden unirse al grupo de Facebook *
Aquí los nombres de quienes comentaron el capítulo anterior, saludos: francicullen, Diannita Robles, Car Cullen Stewart Pattinson, Mabelli Masen Grey, Jade HSos, Blanca, Sofia, Isis Janet, Valeria Sinai Cullen, NarMaVeg, Pepita GY, marisolpattinson, Daniela Masen, Cary, Torrespera172(Perita, me da gusto saber que andas aquí, espero todo esté bien, saludos), Flor McCarty-Cullen, Dulce Carolina, patito feo, Lizdayanna, LOQUIBELL, Antonella Masen, Ary Cullen 85, Smedina, mrs puff, sandy56, miop, Dess Cullen., tulgarita, Cassandra Cantu, Maryluna, Jimena, Pao pao, Adriu, Gigi, saraipineda44, wendy andino, kasslpz, Cinthyavillalobo, lunadimm(no sabe), Vodkakalhua, Lili Cullen-Swan, Mapi13, Noriitha, solecitopucheta, The Vampire Goddess, krisr0405, rociolujan Marxtin y comentarios Guest. Háganme saber si me faltó un nombre.
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