EL ADIOS


Antes de leer: Se recomienda escuchar la canción TALLULAH del grupo NIGHTWISH, ya que este capítulo (en realidad los 3 pero más este) está inspirado en ella.

Tomas mi mano y me acercas a ti, muy cerca de ti

Tengo un presentimiento, no tienes las palabras

Encuentro una por ti, beso tu mejilla, digo adiós y me alejo

No mires atrás porque estoy llorando

James Hook odiaba una canción con toda su alma. A su edad ya no recordaba el nombre ni la letra, pero las notas las sabía de sobra. Las sabía porque cada año la tocaba durante gran parte de la noche sin importar que su tripulación se llegara a quejar.

Y con cada nota que salía de su viejo piano, los mares parecían compartir su tristeza al recordar aquella imagen de quien alguna vez amó.

En los momentos en que la música, el alcohol y las olas eran sus únicos compañeros parecía que la veía de nuevo, tan resplandeciente en un vestido negro muy ad hoc a ella, tan perfectamente atemorizante como creyó que llegaría a ser.

Como si hubiera estuviera pasando, ella seguía en la cubierta de su barco bailando torpemente con Hades y Morgie antes de pasar a sus manos. Él es el único que entonces la puede guiar para bailar con más elegancia pues su pasado como parte de una familia rica aún resaltaba en sus habilidades.

Luego la ve irse de nuevo con su ahora esposo hasta que su recuerdo desaparece. No sólo del barco y no sólo el de ella, pues el duelo que vino con su boda se alargó cuando todo el grupo de amigos tomó su propio camino.

Y entonces está solo de nuevo, con Smee y su tripulación, pero solo.

Le veo caminando de la mano del baterista de pelo largo de la banda

Enamorado de ella o eso parece, está bailando con mi hermosa reina.

Ni siquiera me atrevo a saludarte, todavía tragándome el adiós

Pero sé que el sentimiento sigue vivo

Lo había perdido todo. En un sólo parpadeo ya no había nada de su antigua vida. Ya no había gloria, ya no había peleas con Peter Pan, no había aire fresco ni había mar, no había nada más que una mugrosa costa donde su barco encalló para siempre.

La isla de los perdidos fue el nombre que se le dio a esa infame prisión y el nombre no pudo haber sido más fiel a la forma en que todos sus moradores se sentían.

Luchó por sobrevivir un día a la vez y, aunque ahora estaba más cerca de su antiguo grupo, no volvió a saber de ellos.

Un día el rumor llegó a él como un secreto a voces. La emperatriz del mal no había sido vista en varios meses y una noche un hombre salió de su vivienda para no volver más.

Los pocos que sospechaban del matrimonio de Hades y Maléfica se atrevieron a decir las noticias con todo y nombres y el resto se limitó a teorizar, pero él sabía la verdad.

Una vez perdí la paciencia, ¿así que me castigas ahora?

Siempre te amaré, no importa lo que hagas

Te recuperaré si me das una oportunidad

Pero hay una cosa que debes entender

El capitán ya no era lo que alguna vez fue. Ya no había elegancia ni modales, ni siquiera ropa decente que pudiera usar en ese miserable lugar. Pero aún seguía siendo James. Así que cuando se enteró, su corazón dio un vuelco. Aquella relación que lo había limitado a ser un simple amigo había llegado a su final y ahora él podría por lo menos volver a verla.

Entró en su casa como si tuviera permiso y anunció su visita. Por un momento creyó que no sería bienvenido pues ella ahora era la mujer más temida en la Isla y el mundo y él un simple capitán sin mares para navegar. Sin embargo, no lo corrió.

-¿A qué se debe la reunión escolar?- le preguntó Maléfica sin ganas, claramente cansada.

-Escuché que se fue

-Sí, lo hizo.

-Lo siento mucho...

-Está bien. El amor es estúpido y una pérdida de tiempo.

A pesar de que Maléfica sonaba desinteresada, él notó al instante que su mirada no resplandecía como la última vez que la vio. Tampoco notó en ella ambición o propósito alguno. Se veía tal y como él lucía cada vez que se miraba en el espejo.

Entonces supo que estaba deprimida.

Fuera por Hades o por el confinamiento, ella lo estaba. Por primera vez en los años de conocerse, lucía tan frágil y común como cualquiera de todos sus piratas, incluyéndolo. Por primera vez sintió que podría hacer algo por ella. Por primera vez sintió que podría sacar de su pecho aquel amor que lo torturaba...

Pero cuando se decidió a confesarse formalmente, cuando quiso siquiera acercarse a abrazarla, el llanto de un bebé se escuchó desde la profundidad del pasillo.

-¿Tienes un hijo?...

-Sí. Es una niña

-Y supongo que Hades es el padre...

Ella sólo asintió con las pocas fuerzas que le quedaban y entonces el mundo de Hook terminó de derrumbarse. Realmente no importó si Hades la había abandonado o si ahora se odiaban. En el sentido más exquisito y cursi, ese bebé uniría sus historias para siempre y era posiblemente el resultado del único amor genuino que albergó esa isla a cuatro años de su encierro.

-Siéntate mientras hago que se calle

Él le sonrió de lado y cuando la vio desaparecer en el pasillo, las lágrimas se acumularon en sus ojos, pues con ese bebé había perdido por completo algo que nunca fue suyo.

Hook salió de ahí y así como no volvió a buscarla, la canción tampoco volvió a sonar en su barco.

Tallulah, es más fácil vivir solo que temer que el tiempo se acabe.