Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
El amplio jardín trasero fue el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia, Lily observó a su alrededor, sin duda el lugar lucía completamente maravilloso, sin duda era la boda de ensueño de cualquier niña campesina, la mujer que se casaría con Lorcan tenía que ser hermosa, y sobre todo, afortunada, había escuchado muchos rumores, pero no quería creerlos, esa chica si bien, estaba en la misma situación que ella, tenía que tener suerte, de salir de una villa, y tener una mejor vida, al inicio, Lorcan le había parecido agradable, y bastante atractivo, algo de eso tenía que existir en el fondo.
Sonrió educada cuando Edward Lupin se colocó a su lado, después de esa sensación, se replanteó sus pensamientos, ella también era afortunada, no por salir de la villa y ahora ser una princesa, tenía doble suerte de que hubiesen elegido un buen hombre para ella, para que fuese su marido, sin embargo, el solo estar a su lado, provocaba demasiados sentimientos que desembocaban en una angustia enorme, al saber cuáles serían sus obligaciones una vez que los unieran en matrimonio.
La gente podía decirle que exageraba, que Edward era joven —no tan joven como ella o su hermano, pero no era tan viejo como otros hombres de la corte—. Y se veía que estaba bastante bien cuidado, era atractivo, o eso decían algunas mujeres en la corte, era amigable y educado, aun así, saber que ella tendría que yacer con él cada noche, no era algo que le agradara saber, quizás con el tiempo se acostumbrara a ello, pero por el momento, quería regresar a esa villa.
Su mirada se desvió cuando James apareció en el jardín, Druella iba siguiéndolo, con una sonrisa triunfante, no porque fuese a ser la reina consorte, sino porque tenía la fortuna de ser quien yaciera con alguien como él.
La ceremonia comenzó unos momentos después de que James se acomodara en el lugar privilegiado que habían colocado para él, Lily sonrió al ver a la novia salir al jardín, no podía verla, a causa del velo que la cubría, pero sin duda todo en ella era hermoso, Lorcan era afortunado, si la joven era o no, de baja cuna, su belleza lo compensaba por completo, observó a los hermanos idénticos, ambos tenían una mueca bastante interesante, Lorcan por su parte, parecía odiar cada instante de ese momento, Lysander, por el contrario, observaba con cierto interés a la joven, como si por un momento, quisiera intercambiar lugar con su hermano, pero luego desvió la vista, en un modo tan despreocupado, que le hizo creerse tonta a Lily por pensar algo como eso.
Los votos fueron los más bonitos que había escuchado, dichos en un tono de devastación que hizo que todos los presentes comenzaran a decir un montón de cosas, los susurros eran bastante desagradables, el sacerdote los observó enfadado, y aunque eso hizo que bajaran más la voz, no los detuvo, y menos, al ver la cara de placer del rey, que parecía el único dichoso con aquel matrimonio, aquello sin duda era todavía más sorprendente, y no ayudó para nada a que la gente dejara que esa ceremonia terminara tranquila al menos.
La sorpresa en el rostro de Lily fue algo que sin duda confundió al rey, y a Edward, éste último la sujetó ya que tenía el temor de que perdiera el conocimiento o algo, algo que no le agradó para nada al regente, que se giró enfadado, viendo a los recién casados, intentando volver a llenarse de malvado goce, al saber que había hecho de Lorcan Scamander el ser más miserable de la existencia humana.
—¿Todo bien, princesa? –Le preguntó Edward –parece que está apunto de desvanecerse, ¿Qué es lo que le ha sorprendido tanto?
—La prometida de Lorcan –murmuró.
—Su esposa –la corrigió –es una chica de una villa cercana –le recordó.
—Sí, lo sé, pero… ¿Por qué? –Lo observó incrédula.
—La información que ha llegado a los oídos de todos, es que Lorcan la deshonró, y el rey le otorgó clemencia, ya que su padre quiso apedrearla por la vergüenza que trajo a su familia, así que hizo que Lorcan la desposara.
—Pobre Audrey –musitó triste.
—La conoce –soltó sorprendido.
—Éramos de la misma villa –lo observó –Audrey es mi mejor amiga.
—Por sus estatus nuevos, lo más recomendable que no se mezcle con ella, princesa.
—Pero es mi mejor amiga –soltó.
—Y la mujer de Lorcan, para nadie es un secreto que la relación entre el rey, y los Scamander es algo tensa y complicada.
—Es curioso, si así es la situación ¿Por qué el rey tendría a Lysander como su mano derecha? –Cuestionó enfadada.
—Las decisiones del rey no se cuestionan –comentó serio, y un poco enfadado –ni por mí, ni por usted, aunque sea su hermana.
Se quedó callada, Edward jamás había sido tan rudo al responder, suponía que estaba mostrando por fin, que, a pesar de lucir un poco amable, los hombres realmente no querían que ninguna mujer se comportara de esa manera irrespetuosa, sin importar qué título pudiesen tener, princesa o no, Edward Lupin iba a ser su dueño, y decidiría lo que ella puede hacer, decir o pensar, y por lo que le había dicho James, no iba a ser tan malo, como hubiese podido ser otro hombre.
Una vez que pudieron moverse de sus lugares, Lily se alejó de su prometido, no tenía ánimos de soportarlo, aún tenía un poco de libertad, era su prometida, no su esposa, así que fue hasta Audrey, que la abrazó tan fuerte después de un chillido que llamó la atención de los presentes.
—¡Lily, estás aquí! –Chilló contenta.
—Lo estoy –sonrió dándole un poco de confort en el abrazo.
—Esto ha sido una tortura –lloriqueó.
—Es mejor que hablen de esto en un lugar privado, princesa –la voz de Scorpius hizo que Lily se sobresaltara ¿En qué momento él se había acercado? –vamos –las guio.
Las jóvenes siguieron al guardia, las llevó a una amplia habitación en la que no había nadie y se quedó vigilando la puerta, las dos mujeres resoplaron aliviadas de no tener que seguir pretendiendo ser refinadas, volvieron a abrazarse completamente felices.
—Me alegro que estés bien –sonrió Audrey –cuando no te vi en la villa, pensé lo peor, además, el rey James me pidió que nos fuéramos de inmediato, no pude buscarte.
—Lamento lo que ocurrió –admitió.
—No fue tu culpa –bajó la mirada –no es culpa de nadie solo de ese hombre.
—Por los actos de Lysander, tú y su hermano, Lorcan, están en esta situación, si el rey…
—Yo acusé al guardia –musitó –no sabía que tenía un hermano idéntico.
—Es sorprendente –admitió Lily –son completamente diferentes.
—Lo sé –informó –uno me desvirgó a la fuerza –le contó –pero contrario de todo…
La rubia se quedó callada, recordando las palabras de su ahora marido, si el rey se llegaba a enterar todo lo que hacía o decía, ella lo pasaría bastante mal, y por lo que le habían dicho antes de que se acercara a su amiga, Lily era la legítima hermana del rey, y sin duda ella no dejaría que nadie le hiciera o la amenazara, no quería involucrar a Lily en algo así.
—Los nobles y guardias se creen con el poder de hacer y deshacer con la gente de baja cuna –comentó indignada Lily –odio este sitio, no sé por qué alguna vez pensé que sería lindo, ser parte de la realeza.
—Te comprendo, la vida dentro de estos sitios es triste y deplorable.
—Ni que lo digas –aceptó Lily.
—Pero dime, Lorcan me dijo que te comprometieron con alguien llamado Edward Lupin.
—Así es –suspiró frustrada.
—¿Es tan malo? –Preguntó –pensé que al menos el rey tendría cuidado y te comprometería con alguien bueno.
—Lo es, lo es –murmuró, intentando convencerse a sí misma –al menos eso dicen –pero… no es alguien a quien yo… vea de esa manera.
—Si yo, no pude elegir a alguien a quien quisiera –le sonrió –que soy nadie, no me imagino tú, Lily –le sonrió empática –pero esperemos que tu futuro esposo, sea mucho mejor que el mío –la abrazó –tu vida será mejor de lo que esperas junto a él, verás.
—Eso mismo espero –sonrió.
—Bueno, no todas podemos tener la suerte de la princesa Druella Malfoy, que si bien, dicen que el rey es un poco frío, no dejaremos de lado que es el hombre más guapo que haya visto, ¿no es cierto? –Negó –pero que digo, es tu hermano, es claro que no lo ves así.
—Aun así, acepto que es bastante guapo.
—Y, aunque pudo dejar que mi padre me matara a pedradas, no lo hizo –sonrió agradecida.
—Supongo que es más justo de lo que realmente quiere demostrar –sonrió encantada.
La charla no pudo durar mucho, ya que Scorpius interrumpió diciendo que había personas en el festejo que estaban preguntando por ambas, así que tuvieron que salir, volver a pretender que estar en ese ambiente era algo que se les daba bastante bien.
—Princesa Lily –sonrió una mujer –es un enorme placer conocerla –hizo una reverencia, provocando una sonrisa incómoda en Lily –no creí que sería tan hermosa, pero supongo que debí suponerlo, su madre era hermosa.
—Gracias, lo cierto es que no recuerdo mucho de mi madre.
—Lo supongo, su hermano as… -Se detuvo a tiempo, provocando un silencio incómodo y largo, todos bajaron la mirada.
—Iré por un trago –se disculpó y se alejó.
Los demás también se dispersaron, Scorpius soltó una risa burlona, así que logró que la pelirroja lo observara, a veces, se le olvidaba que, a pesar de ser un guardia, encomendado de su cuidado, él también era un príncipe, así que sabía muy bien como era aquel mundo, se notaba en su comportamiento lo mucho que odiaba a esa gente.
—Habría sido maravilloso, si el rey hubiese estado a su lado –sonrió.
—Es bastante sádico, ser Malfoy –murmuró Lily –oculto en una piel de oveja.
—No estoy oculto, es solo que odio tener que pretender que no hay esta oscuridad en mi persona, todos tenemos un lado oculto y perverso, aunque a algunos les dé miedo demostrarlo o siquiera pensar en su monstruo interior.
—No lo veo así –comentó, girándose a verlo.
—No se puede ser completamente blanco o negro, las sombras no siempre se proyectan a tus espaldas, princesa, a veces, están delante de ti.
—Bueno, yo…
—Y no hablo de que sea precisamente un lado malvado y cruel, hay todo tipo de matices en las personas, y es eso lo que nos hace fascinantes –sonrió –o al menos eso creo yo.
La joven princesa le sonrió, suponía que al final, estaba de acuerdo con él, el claro ejemplo era su hermano, que todos pensaban que era cruel, despiadado sin corazón, pero era capaz de ser justo, y darle oportunidades a los demás de redimirse, como lo hizo con Lorcan, aunque éste no fuese quien hubiese deshonrado a Audrey.
La fiesta transcurrió sin más incidentes de parte de comentarios fuera de lugar de los nobles, Lily tuvo que soportar a Edward Lupin a su lado después de todo, ya lo había dicho James, era su primer evento juntos, y por lo dicho por Pansy, que ambos estuviesen en lugares separados no era lo mejor, bailó con él tanto como soportó y el banquete fue algo delicioso, aunque no tanto como lo que preparaban en el castillo a diario.
—Supongo que sigue enfadada por lo ocurrido en la ceremonia –comentó Edward.
—¿Enfadada? –Le sonrió –No veo la razón por la cual tendría que ofenderme, mi señor.
—No quiero esa clase de matrimonio –admitió –no quiero ser esa clase de maridos, que subyugan a su mujer, o que le prohíben juntarse con otras, pero… usted es la princesa, la hermana del rey, que no es muy popular en esta familia.
—Ella ha sido mi mejor amiga desde que recuerdo –informó –y sí, no recuerdo absolutamente nada de ésta vida de lujos –le sonrió –solo la de la villa, y Audrey siempre ha estado para mí en los mejores y peores momentos, ¿entiende cómo me siento al no haber estado ahí ese día?
—No hubiese podido hacer nada –le informó.
—Lo sé, pero al menos hubiese podido cubrir su cuerpo con el mío, cuando su padre comenzó a apedrearla por algo que ella no pidió.
—El rey reparó el daño –rezongó Lupin –fue más piadoso con ella de lo que lo ha hecho con nobles en años.
—Por qué tener que unir tu vida a alguien a quien no amas, es buena forma de hacerlo.
—Temo que hemos dejado de hablar de los nuevos señores Scamander –murmuró Edward.
—Lo lamento –suspiró –no era mi intención ofenderlo.
—No lo negó, así que se siente de esa manera, por tener que casarse conmigo.
—Comprendo que usted se sienta de la misma manera, señor Lupin, no pretendo hacerme la víctima al respecto, sé que usted también está forzado a esta unión, mi señor.
—Supongo –fingió una risa.
La mirada de Lily fue hasta su hermano, que estaba bailando con una noble, que reía fascinada por lo que fuera que él estuviese contándole, sus miradas se encontraron, le regaló una sonrisa de lado, y el movimiento hizo que Edward la girara, y lo perdiera de vista, después de eso, se disculpó con el hombre y fue a esconderse, se dejó caer sobre el pasto, y se quitó los zapatos.
—Los pies me están matando –se quejó.
—Supongo que ha bailado demasiado esta noche.
Lily se giró y le sonrió a Scorpius Malfoy, sin duda era bastante silencioso, si quisiera matarla, lo podría hacer sin problemas, pensó la joven, normalmente le perdía el rastro cuando estaba con los demás, logrando olvidarse de que la vigila, y claro que cuando huye de los demás, ni siquiera se acuerda de él, hasta que le hace notar su presencia.
—Sin duda –admitió –dígame, Ser Malfoy, ¿sería muy grosero de mi parte retirarme?
—Es una princesa, sin duda tiene muchas más ventajas que el resto, sin contar al rey.
—Aun así, supongo que aún tengo que pedirle permiso a mi prometido –suspiró.
—Al diablo su prometido, la escoltaré a sus cámaras si es lo que desea, le informaré a la servidumbre que le preparen un baño caliente e informen que se retiró a descansar.
Le sonrió agradecida, pero se quedaría hasta que soportara o le sangraran los pies, no iba a dejar a Audrey sola otra vez, negó, él le tendió la mano y la ayudó a ponerse de pie, al regresar a la fiesta, notó que Druella había estado sentada, observando de un lado a otro, y que su hermano, siendo quien era, se había esfumado del evento también.
No pudo negarse a bailar con otros nobles, por cortesía, le dijo Edward, forzada a estar ahí por un rato más, hasta que, por fin, después de un rato, no encontró a Audrey, y su estómago se retorció al notar que Lorcan tampoco estaba entre los presentes, solamente Lysander, que hablaba con la que supuso era su madre.
—Vayamos a descansar, Ser Malfoy –murmuró Lily.
Avanzó rápido, casi corriendo, como si la fuesen a detener y obligar a que pasara toda la noche siendo la distracción de los nobles, al llegar a sus aposentos, la tina estaba preparada para que tomara un baño, le sonrió a Scorpius, que negó dándole poca importancia, cerró la puerta tras ella, y permaneció fuera, cuidando de la entrada.
Los pies los tenía bastante hinchados, tuvo que darse un masaje para que dejaran de punzarle de forma insoportable, se quedó ahí, hasta que el agua se enfrío por completo, supuso que no había nadie ahí, por los pocos sirvientes que había, y los que habían ido del reino del centro, habían sido puestos a disposición de los anfitriones, para que pudiesen atender a los nobles que asistirían.
—Sigues despierta –la voz de su hermano le aceleró el corazón.
—Sí –musitó –no… ¿se le ofrece algo? –Cuestionó.
—Tu prometido me buscó, me informó los hechos –comentó.
—Los hechos, ¿Cuáles hechos?
—Tu relación con la esposa de Lorcan.
—Audrey es mi mejor amiga.
—Era –sentenció –quizás digas ¿por qué voy a hacerle caso a este idiota que ni siquiera es mi marido aún? –Frunció el cejo –pero bueno, soy el rey, supongo que, ya que viene de mí, te quitarás esa estúpida idea, de que por que irán al castillo, podrán seguir siendo las mejores amigas –se giró para salir.
—Ella no ha hecho nada –soltó –ha sido usted quien la forzó a casarse con un hombre que la forzó –acusó –y que no conforme con eso, tendrá que estar con él el resto de sus días.
—Tengo la ligera impresión de que este reclamo no viene por parte de tu amiga.
—Quizás Edward Lupin es un mejor prospecto que Lorcan Scamander –soltó –pero como usted es el rey, no sabe lo que se siente estar forzado a contraer matrimonio con alguien a quien te impusieron y no con quien quieres –gruñó furiosa.
James soltó una risa burlona, se giró y salió de los aposentos de su hermana, sin darle más importancia a su berrinche, así que completamente furiosa, salió también siguiéndolo, él era más alto, y rápido, así que tenía casi que correr tras él, iba tan enfadada, que ignoró por completo a Scorpius Malfoy, que le había dicho algo en cuanto la vio salir de las cámaras, y ya que al igual que a quien ella perseguía, no le hizo caso, el rubio fue tras ella.
Llegaron hasta el ala del rey, que entró a las cámaras, los guardias postrados en la puerta la dejaron pasar y después cerraron la puerta, observaron a Scorpius Malfoy, que sostenía la empuñadura de su espada, puso los ojos en blanco, y gruñó, inclinó la cabeza y cuando escuchó la voz de Lily un poco arriba del tono normalmente usado para su majestad, hizo un ademán de cabeza, indicándoles que se fueran, que él vigilaría esa puerta a partir de ese momento, los dos guardias lo dudaron, pero el rubio también tenía una buena reputación, así que no quisieron meterse en problemas, y se marcharon sin más.
