—Es una enfermedad hereditaria.

—¿Hereditaria?— repite confundido Mo. Sabe más o menos el concepto de ello, pero todavía le parece tan increíble escucharlo. No cree que el hermano mayor esté mintiendo, tan serio y más en un asunto bastante delicado.

Le asusta y confunde tanto saber algo nuevo sobre su ex. ¿Por qué He Tian nunca se lo dijo durante sus días de relación? ¿No confío lo suficiente en él? Se siente traicionado y dolido. Tanto que aprieta los puños con fuerza, frunce su ceño aún más y sus ojos parecen querer cristalizar se, aguarse y llorar un poco. Se aguanta a cualquier llanto y mínima lágrima, quiere verse fuerte y seguir escuchando.

—Yo no la heredé. Sin embargo, Tian sí. La heredó de nuestra madre. Que murió pocos años después de que él naciera. — Suena algo melancólico. Quizás hasta muy triste por el recuerdo de la mujer que le dio la vida.

"Cierto. La madre de He Tian murió." De hecho y si logra recordar, alguna vez hace ya bastante tiempo, Tian le comentó que su madre murió por una enfermedad. Fue un día que estaba en su casa en las montañas. Pero no sabía que esa enfermedad era hereditaria, menos el nombre de está.

—¿Cómo se llama la enfermedad?— pregunta con intriga pero un tanto temeroso y apenado por preguntar. No obstante, quiere saber más a fondo del estado de salud de Tian y ahora que tiene la oportunidad y apenas lo está descubriendo, necesita preguntárselo al hermano.

—Es la enfermedad de Huntington.

Mo no sabe que decirle o responderle. Nunca antes había escuchado del nombre de aquella enfermedad con nombre extraño y raro. ¿En serio existe? ¿De que consiste? ¿Puede preguntarle más o ya sería muy incómodo?

—No la había escuchado antes...— confiesa un poco nervioso y a su vez un tanto cohibido. Se siente incluso hasta mal el no saber algo acerca de aquella enfermedad.

—Es una enfermedad poco común, más inusual entre los jóvenes. No cualquier persona tiene conocimiento de ella.— explica muy brevemente pero tampoco le da detalles indispensables acerca del tema.

Mo asiente sin saber si tomar las palabras del adulto como una forma de que no se sienta tan mal por no conocer absolutamente nada de dicha enfermedad. Que no es la única persona que no sabe acerca de ella.

—Yo... De verdad no sabía. No tenía ni idea de que estuviera enfermo.— mira hacia el suelo por algunos pares de segundos que parecen casi eternos. No sabe que más agregar exactamente.

Cheng lo analiza. Sabe que no está mintiendo, el Omega de cabellos rojos no tenía ni idea hasta en ese momento, que su hermano posee una enfermedad incurable. Incluso se ve frustrado, muy sorprendido y puede que triste, quizás todavía procesa todo lo que le está diciendo.Suspira pesado, ya no lo puede culpar tanto ahora. Pero todavía debe seguir con su plan, debe hacerle entender aún más la seriedad del asunto.

Debe admitir que le sorprendió mucho encontrarlo justo en ese hospital, a esta hora y en aquellos pasillos. Pero le hace su trabajo mucho más fácil y rápido. Porque justo después de ver a su hermano que desde ayer en la noche está hospitalizado, pensaba ir a buscar al Omega para hablar con él seriamente. No sabe dónde vive, pero planeó en averiguarlo por su cuenta sin la necesidad de preguntarle a su hermano.

—Él decía que tenía que salir por asuntos familiares, nunca lo vi tomar pastillas o algo así. Nunca lo vi realmente mal por estar enfermo... — añade Mo para alzar la mirada buscando más respuestas.

Ahora comienza a comprender las cosas. Cuando de vez en cuando iba al hospital, o a veces salía por algunos días enteros excusando que son asuntos familiares, nunca entró en detalles y todo este tiempo le mintió diciendo que se trataba de su tío, cuando en realidad ha sido él el que tiene problemas de salud.

—La enfermedad no se presenta a temprana edad, aunque hay casos que son una excepción.— carraspeo, Mo se preocupa todavía más al escuchar eso.— Mi madre la diagnósticaron que la tenía hasta los treinta. Cuando estaba embarazada de mi hermano.— comienza a explicar. Él lo recuerda perfectamente, tenía nueve años en aquel entonces. También recuerda la reacción de su padre al enterarse de ello, lo desesperado que estuvo por darle las mejores y más costosas atenciones para que no le pasará algo grave.— A He Tian se la diagnósticaron mucho antes. Aunque todavía no tenga o no presente los síntomas, ha estado llevando un tratamiento adecuado desde hace más de un año. Cómo aún es muy joven, no presentará algún síntoma grave de momento.— hace una breve pausa. Recuerda los últimos años de vida de su madre.

Ella comenzó a portarse muy diferente, a portarse rara e intranquila, presentando anomalías a la hora de caminar, amnesia, confusión, delirio, un comportamiento impulsivo y nervioso. Entre otras cosas más. Recuerda cuando en una ocasión, ella no reconoció a su esposo, ni a sus propios hijos. Pero Tian eran tan pequeño para recordarlo con tanta precisión.

—Los síntomas tardan también por el tratamiento que se le ha estado dando. Sin embargo, eso no significa que no continúe enfermo. Solo que los síntomas todavía no se presentan.— termina de explicar He Cheng esperando algún comentario del pelirrojo quién procesa toda la información dada.

—¿Enserio está muy mal?

—Empeoro ayer. ¿Y sabes por qué?

—No. ¿Por qué?

—Porque su Omega que lo marcó, con el que está enlazado, decidió dejarlo. — le dice directamente y sin titubear lo cuál provoca cierta impresión en Mo.

Guan Shan se siente atacado. No puede creer que lo estén culpando a él, y peor aún, que se sienta con toda la culpa que recae en él cuando no debe ser así. No pensó que He Tian estuviera tan mal hasta el punto de que esté hospitalizado. Tan sólo se imaginó que a lo mucho, estaría deprimido, quizás con insomnio, náuseas, y esto solo por la ruptura. Pero realmente su rompimiento le afectó mucho más por el hecho de que está enfermo. Es una enfermedad en la que sus síntomas tardan en hacerse presentes.

"La madre de He Tian murió por esa misma enfermedad".

Recordar aquello le afecta y duele demasiado. Le preocupa, le angustia y le hace olvidar casi por completo las cosas malas de él. Hasta siente que va a devolver su desayuno por todas las fuertes emociones que lo invaden.

—... Tú no sabes porque terminamos. — es lo primero que se le ocurre decir, no quiere sentirse responsable por el estado en qué se encuentra Tian ahora mismo. Él no tuvo la culpa del desenlace de la relación.

—Lo terminaste tú. — le corrige. Al parecer está al tanto de que quien rompió con el otro, fue él.

—... Es algo muy fuerte que pasó.

—No me quiero meter en sus asuntos o problemas personales de ex pareja. Pero si necesito dejarte en claro por lo que está pasando mi hermano. — añade con total seriedad, el aura que desprende es intimidante que no se sabe si lo hace a propósito o ya es algo habitual e instintivo que hace sin darse cuenta.

"Oh mierda". Guan Shan no sabe cómo actuar o que más decir. La situación en la que lo están poniendo es muy difícil. Incluso si huye, no se sentiría bien consigo mismo. Realmente se prometió así mismo no volverlo a ver, no volver a creer en él, no regresar, pero... Las cosas ahora son muy diferentes y más por la situación que le están planteando.

—¿Y qué quieres que haga?— pregunta frunciendo el ceño. ¿Qué puede hacer él? Si a Tian lo están atendiendo posiblemente los mejores médicos con las más costosos tratamientos. Él no puede hacer algo significativo por su ex.

—Habla con él.

—¿Sobre qué?

—Arregla las cosas con He Tian.

—¿Cómo?

—¿No existe la posibilidad de que regreses con él? — pregunta, lo cuál hace quedar mudo a Mo e incómodo.—¿Qué pasó para que decidieras terminar con Tian?— necesita saber.

—Es una larga historia. Y realmente, no tengo tiempo ni ánimo de contarla.— piensa en voz alta con cierto desánimo.

Cheng medita un poco que hacer. Lo único que busca, es la felicidad y bienestar de su hermano. Y para ello, necesita al Omega de cabellos rojos.

—Mo Guan Shan, necesito tu ayuda. No quiero perder a mi hermano. — dice duramente pero con sentimiento de tristeza cargado en su voz. El nombrado se queda callado por un rato. — No tan pronto.

—¿Me llevarás con él?

Ahora quiere verlo, necesita verlo, necesita escucharlo y ver por sus propios ojos, que no se encuentra tan mal. Todavía no sabe de qué forma puede ayudarlo, pero ahora que el Alpha mayor le metió cierto grado de culpa y duda, necesita volver a encontrar su mirada con la de He Tian.

No cree conciliar el sueño durante la noche si decide marcharse sin antes verlo.

—He Tian está por aquí.

Sigue al hermano mayor hasta el cuarto donde está hospitalizado, con la esperanza de que Tian no esté en un estado terminal y que sólo esté durmiendo.

"Por favor, no mueras, Alpha."

Y es que no soportaría que ese fuera el verdadero desenlace de sus caminos.

Π Ω μ

Los sueños parecen ser lo único que logran reconfortar lo un poco. Es el único lugar "imaginario", a veces lúcido pero que se siente tan real al mismo tiempo donde puede tener a Mo Guan Shan a su lado.

Estos días sin estar a su lado y consiente de que Mo lo rechaza le han sido un martirio horrible. No hay mañana, tarde y noche que no lo extrañe con demasia. Su aroma natural que lo enloquece, su piel tibia o a veces cálida, sus cabellos rojizos, su ceño fruncido, sus pequeños labios de sabor a lujuria y su mirada única. No olvidará sus caricias, sus toques, sus pequeños colmillos y la sensación que emana de su cuerpo cada vez que hacen el amor o esté le besa con tanto amor y cariño.

Mo es su complemento, su otra mitad, su alma gemela o su hilo rojo si hablamos en términos románticos Japoneses. Toda su vida comenzaba a tener tanto sentido, llena de colores con el Omega pelirrojo a su lado. Con su meta u objetivo de hacerlo feliz y envejecer juntos —aunque aquello fuese imposible para él—, todo se ha arruinado.

¿Acaso él no merece amor? Quizás se merezca todo el odio de Mo Guan Shan porque, como tanto ha temido ser desde pequeño y Mo lo ha dicho, él es un monstruo.

Nadie lo ama. Nadie lo extrañaría ni lloraría por él si es que muere al siguiente día. Solo ha sido una persona de mierda, celosa, posesiva que arruina todo lo que más le hace feliz y ama porque cree que es correcto y buena la forma en como protege a su ser más querido.

Π Ω μ

Mo entra en la no tan pequeña habitación. Sin duda alguna se notan ciertas diferencias de los hospitales que él ha ido a éste. El aroma que desprende el lugar es a medicina, alcohol y quizás a algodón con lavanda para amortiguar o disminuir los deprimentes aromas de medicina, cosa que no solo funciona, también opaca increíblemente el aroma de los pacientes hasta volverlo casi neutro. No a Betas porque hasta ellos tienen un olor cítrico pero que no resalta de los Omegas y Alphas. El lugar te hace envolverte con su aroma neutro y nivelado, equilibrado. Es como sí ahí las esencias naturales de cada persona se desvaneciera casi en su totalidad, como si fuese reemplazado por otros aromas más comunes y menos fuertes siendo algo impresionante.

Cuando lo ve recostado en la camilla, con vendas en los brazos tanto como en su cuello, con un aspecto agotado, siente que su mundo se sacude y su corazón se acelera. Su Omega interior sale afectado al estar enlazado con él y no haberlo visto en toda una semana le perjudica un poco, quiere correr hacia él y con sumo cuidado ir hasta el abazache para abrazarlo. Despertarlo suavemente, decirle que está aquí y no piensa marcharse de ahí, no lo dejará solo de nuevo.

Pero reacciona, no se deja manipular ni ceder por sus instintos primitivos y bajos deseos. Se adentra al cuarto sin hacer mucho ruido hasta tomar asiento en un sofá aconchonado cerca de la camilla donde Tian descansa. Lo examina en silencio por algunos pares de segundos, parece sudar un poco a pesar de que dentro de la habitación no hace tanto calor.

—¿Está dormido?— se atreve a preguntar, sin alzar mucho la voz.

—Si. Duerme durante el día, en la noche no logra conciliar el sueño.

Mo recuerda que Tian alguna vez le contó que durante la noche no le gusta dormir con las luces apagadas. Sin embargo, todo ésto cambio cuando Mo empezó a vivir con él. Cuando dormían juntos todo estaba a oscuras, sus cuerpos se rozaban y abrazaban uno al otro. No existía miedo ni frío, ellos mismos se daban calor, seguridad y calidez. Tian dormía bien con él a su lado, sin temores, ansiedades ni preocupaciones.

—No creo que deba despertarlo. — murmura sin dejar de observar.

—No será necesario.

Efectivamente no tardó ni un minuto en qué He Tian despertara poco a poco, moviéndose un poco en la camilla y con cierta pesadez abre sus párpados.

Es natural que He Tian pueda sentir cuando está muy cerca de él, incluso mientras duerme. Y esto se debe a la marca. Se ve sumamente exhausto a pesar de que quizás ya lleve un par de horas durmiendo.

—¿Momo? ¿De verdad estás aquí?— pregunta incrédula como si creyera que es una misma alucinación.— Oh no, no me veas así.— se cubre con angustia y miedo. No quiere que el pelirrojo lo vea en el estado que se encuentra, enfermo. Pero admite sentir mucha sorpresa como mucha gran ilusión verlo ahí, a su lado y sin juzgarlo por como se ve.

—He Tian...— murmura su nombre, pensando bien las palabras que debe decir. Toma las grandes manos de Tian que cubre su rostro, se sienten frías pero las quita de su cara y las envuelve con las suyas propias para darles algo de calor, acariciarlas un poco para hacerlo sentir en confianza.

Se ruboriza muy levemente, sentir sus manos envueltas con las suyas es algo raro que le estremece. ¿Quizás porqué extraño mucho aquella pequeña acción de ambas manos juntas? No sabe si es él o su Omega interior quien aprecia dicho gesto lindo.

—Los dejaré hablar. Regreso más tarde.— avisa Cheng de repente, asustando un poco a Mo quien se le había olvidado que no estaban todavía en completa soledad.

El hermano mayor sale del cuarto, cierra la puerta y los deja ahora sí, solos a ellos dos. A una pareja que ya no es una pareja. A dos seres que han sido enlazados pero que a su vez su compromiso ha terminado.

He Tian mira expectante a Mo, pero también desvía las miradas hacia donde sus manos están envuelta en el calor de las manos del Omega. Tan pequeñas y protectoras, acariciando con un poco de timidez las suyas. Le parece un gesto sumamente adorable que piensa guardar en su memoria hasta el último de sus días.

—¿Viniste a verme? ¿Cómo te enteraste que estoy aquí?— habla primero Tian, preguntando y deseando saber la respuesta.

Realmente le ilusiona escuchar que Mo fue a buscarlo hasta parar a él, que realmente se preocupó por él. Que no lo encontró en la casa, que quizás contacto con su hermano y esté le dijo donde estaba. Le gustaría escuchar de los labios del colorado que lo extraña y vino para regresar con él.

Pero son solo fantasías suyas.

—Yo no...— guarda silencio, luego le dirá cómo es que llegó hasta ahí. Pero ahora mismo, hay algo que no lo dejará en paz hasta preguntarle:— ¿Por qué no me lo dijiste?¿Por qué no me dijiste que tienes una enfermedad tan grave?

—¿Para qué? No quería tu lástima.— bufa molesto como un poco incómodo.— Además mi enfermedad, no cambiará las cosas entre tú y yo.

—... Me lo hubieras dicho de todas maneras. Pero al final, no confiaste lo suficiente en mí para decírmelo. — suspira decepcionado y con pesar.

Se supone que ellos se decían todo. Que se querían tanto y que se tenían mucha confianza. A Mo realmente le decepciona el hecho de que su ex no le haya dicho algo tan importante como su enfermedad hereditaria en su momento.

—Te lo iba a decir. Solo no quería que lo supieras tan pronto.— suspira pesado. Sin soltarse del agarre de las manos de Shan.— Pensaba hacerlo cuando nosotros nos...— hace una pequeña pausa y titubea al mencionarlo.—Casáramos.— murmura decaído.

Las cosas son difíciles de hablar entre los dos. Entre la incomodidad de recordar ciertos detalles y el dolor de saber que no volverán a estar juntos como lo fue antes.

—Las vendas son...— menciona Mo para cambiar un poco de tema. Desenlaza el agarre de sus manos con las del Alpha para inspeccionar de manera cuidadosa los brazos de esté, y también su cuello.

—Las mordidas que me hice.— responde molesto e incómodo. Agradece que Mo se preocupé por él, pero tampoco quiere esa clase de atención hacía él por parte de su ex. Pero no puede evitar contradecirse porque le parece muy lindo que el pelirrojo lo quiera cuidar como si de su enfermero personal se tratará.—Además que intente otras cosas más.

Silencio otra vez. Cada uno mide sus palabras, el que decir, que comentar para no herir al otro. Especialmente Mo Guan Shan, quién hasta hace apenas unas horas busco olvidarse por completo de su ex, no encontrarse nunca con él, superarlo y seguir adelante con su vida. Pero ahora que sabe la situación en la que está Tian le provoca cierta culpabilidad, le duele un poco la cabeza además de los mareos que todavía siente entre ratos. No lo odia, tampoco siente pena por él, si bien antes sentía rechazo hacia su persona debido a las cosas que sucedieron entre los dos, ahora lo único que quiere es que mejore su salud, que dejé de sufrir y siga sus propios rumbos a su futuro.

Un futuro donde no debería estar Mo Guan Shan.

—He Tian, yo no quiero que mueras. — dice con seriedad y queriendo volver a unir sus manos con las del azabache, pero esté las aparta.

—¿Y para qué estar vivo?— frunce el ceño apretando sus nudillos con coraje y frustración. — Le hago daño a la persona que más amo, te lastimo, te soy insoportable. Por eso terminaste conmigo. — le recalca con pena y dolor, en cómo él también se siente culpable por como las cosas terminaron entre los dos. Se arrepiente y sufre al recordar el animal que fue hace días.

Quiere borrar ese momento de los hechos. Quiere eliminar esa escena de sus historias.

—¡Pero no quiero que mueras, He Tian!— exclama insistente y enojado por lo pesimista del azabache. No quiere verlo llorar, no quiere verlo tan decaído ni que no le importe que será de su vida. Mo de verdad desea que el Alpha siga vivo, que luche.

No quiere romper el lazo de esa manera tan dolorosa e hiriente.

De nadie nunca antes se había enamorado, nadie más que He Tian.

«Fin del vigésimo noveno capítulo»

Palabras: 3,241.

Fecha de publicación: sábado 29 de mayo del 2021.

Escritor: JaquiiAleWorld

Fandom: 19 Days

Au: Omegaverse

Nota del escritor:

Recuerden que ya estamos en el arco final de la historia, cada vez más nos acercamos al clímax del fanfic.

Supone que ya estoy en vacaciones de verano, pero entré a unos cursos intersemestrales para adelantar materias de mi carrera así que Weno, empezarán el 07 de junio. Lo bueno es que la historia la tengo acaba desde hace varias semanas, solo la releo y editó un par de veces antes de su publicación. Solo espero que no sea muy pesado el curso porque en un solo un mes no pondrán lo que llevaríamos en 3 o 4. Me animé porque es gratis, porque quiero adelantar y no tengo mucho más que hacer en junio ya que las clases presenciales aquí del semestre serán hasta agosto.

Noticias: mañana vuelvo a actualizar, ahre.

Oigan si estuvieran en la situación de Mo, ¿Qué harían ustedes? ah... Que cosas.

Espero se queden conmigo hasta el final del fic.

En fin, nos vemos mañana sin falta!