MISTY LULLABY

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

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Capítulo 4: Lo inconveniente de ser o no ser elegido.

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Pocas veces los más conocidos y respetados mandamases de Konoha convocaban a una reunión en calidad de urgente para los ciudadanos más importantes de la ciudad y la que en ese momento se llevaba a cabo, sin duda, iba a ser descrita en los registros como la más vana de todas.

Ni siquiera Sakura, quien siempre ofrecía buena cara hasta a las circunstancias más ridículas, lo podía negar y mucho menos Sasuke, quien estaba bastante cansado de por sí por todas las veces que se había tenido que presentar en sociedad las últimas semanas.

Por su parte, todos los demás asistentes se mostraron alegres e interesados por el motivo de la reunión convocada en la gran sala de conferencias pública de la ciudad. Al parecer muchos ya sabían de antemano el motivo que los había reunido ahí.

—Sai Shimura no solo es uno de los pintores más talentosos que he tenido el gusto de conocer, sino también un ávido coleccionista y tenemos la suerte de que haya decidido añadir a nuestra Konoha como su siguiente obra a adquirir — sobre el escenario, Jiraiya, uno de los ancianos más respetados del pueblo y quien ostentaba un título importante como conde, presentó al silencioso y distinguido hombre parado a su lado.

En palabras de Ino Yamanaka, sentada a un lado de su mejor amiga, era un muchacho probablemente unos cuatro o cinco años mayor que ellas. Con cabellos negros, ojos oscuros y piel pálida. Un hombre justo con el atractivo exacto de un vampiro de literatura gótica.

—¿Cómo Uchiha-sama? — la pelirrosa preguntó, inocentemente.

—No, definitivamente no se parece a ningún Uchiha, pero... Es lindo — Ino respondió agitando su abanico frente a su rostro y recorriendo sin pudor al visitante de arriba a abajo —. Lo suficiente para que valiera la pena venir.

—Oh, tú de verdad no cambiaras nunca — Sakura sonrió. Su amiga siempre había sido una catadora de hombres experta y nunca desperdiciaba oportunidad de inspeccionar uno, aunque nunca hacía nada más al respecto.

—¿Quieres que lo haga?

—Sabes que no, sin ti, no tendría a nadie que me hiciera reír.

Por su lado, Sasuke estaba pensando todo lo contrario a eso.

La visita de ese pintor, por más famoso que se dijera ser, no justificaba para nada el haberlo sacado de su hogar. En lugar de estar ahí perdiendo el tiempo pudo haberse ocupado en otras cosas cómo rectificar los registros contables del negocio familiar o repasar la lista de mujeres con las que podría intentar hacer el sacrificio de casarse, además de su prima.

Y hablando de ella, había estado rogando al cielo casi de rodillas que su trabajo como anfitrión de los Hyugga llegara a su fin pronto, pues cada vez le era más difícil contenerse en discutir con Neji, soportar el ego de Hiashi y no perder los estribos por el carácter de Hinata. Lamentablemente, su deseo por mantener a raya su mal genio y su paciencia cada vez más puesta a prueba, tuvo que tener que seguir aguantando acompañarlos a todas partes, incluida esa aburrida reunión.

—Dios mío, ¿por esto me salte el almuerzo? — ni siquiera Itachi estaba un poco contento de estar ahí y de hecho parecía ser el más miserable de todos.

Justo cuando Sasuke decidió que lo que pasaba en el escenario no era de su interés y se permitió contar cuántas personas habían asistido, fue que se dio cuenta de que Sakura también estaba ahí, sentada en los bancos laterales, a la derecha.

Esa mañana llevaba un sencillo pero elegante vestido de un suave verde y el cabello recogido en su nuca, lo que dejaba al descubierto la blanca y aparentemente suave piel de su cuello. Se veía preciosa y el Uchiha, sin querer, suspiró al pensarlo.

Ojalá estuviera sentada a su lado y no con esa hueca de Yamanaka, quien, a pesar de parecerle insufrible a él, pudo ver que tenía una innegable facilidad de hacer sonreír a su amiga, sin esfuerzo. Lo que fuera que estuviera diciéndole a Sakura, la hizo relucir de jovialidad y brillar como una estrella.

Que envidia.

"Vamos Sakura, voltea a verme. Estoy aquí" hizo un llamado mental a la pelirrosa no pudiendo hacer uno verbal.

—La conocida colección del señor Shimura consiste en pinturas que muestran la belleza representativa de los lugares que visita, hecha carne y hueso en sus mujeres, y ahora es el turno de Konoha de darle una nueva musa para que nos represente — esa declaración consiguió apartar la atención del Uchiha de su ángel para regresarla a Jiraiya —. Es por eso que nos reuní aquí. Vamos a hacer una votación para escoger a la distinguida y bella dama que será retratada en nombre de nuestro pueblo.

—Y seguro que no nos dejaran opinar a nosotras, así que serán los insulsos hombres a nuestro alrededor quienes decidan, ¡por dios!, ¿qué van a saber ellos de verdadera belleza? — Ino resopló molesta, importándole poco que su lado estuviera Shikamaru Nara, quien fingió lo mejor que pudo no darse por aludido

—Sea como sea, no tengo dudas de que al final serás elegida, no te preocupes — Sakura intentó mermar el mal humor de su amiga, consiguiendo el resultado que deseaba por la forma en que la rubia sonrió orgullosa.

La noticia de que una doncella del pueblo sería elegida para ser pintada, lo que en automático le daría el título de la más hermosa en Konoha, emocionó a más de una y despertó en ellas la ardiente esperanza de ser escogidas. Lo más cerca que estarían de participar en un concurso de belleza sería ese momento y algunas inclusive se felicitaron a sí mismas por haberse esmerado más en su arreglo personal esa mañana.

Como se dijo anteriormente, muchos ya sabían lo que iba a tratarse en la reunión de ese día y al parecer, tuvieron tiempo y ventaja para prepararse.

Visto a grandes rasgos ser elegida para la pintura no era solo una cuestión de reconocerse como la más bella de la ciudad, sino que también podría proporcionar beneficios tanto para ella como para la familia de la que venía. ¿Quién no querría presumir a futuros pretendientes o colegas y socios que su hija había recibido tal honor? Al final, en Konoha todo eran apariencias y si tenías eso resuelto, lo demás te sería dado sin rechistar.

Sasuke, por su lado, reflexionó un momento acerca de cómo, si la decisión fuera enteramente suya, no dudaría en escoger a Sakura. No solo era la dama más bonita en todo el salón, sino que no había nadie que pudiera representar a Konoha de manera más fiel y adecuada. Siendo una ciudad caracterizada por su colorida flora y majestuosa naturaleza, solo ella sería capaz de emularla genuinamente.

Solo hacía falta ver su precioso cabello y el color de sus ojos para concluirlo.

Sakura era por completo vida, dulzura y belleza. Justo como la primavera.

Aunque, por la forma en que su expresión se mantuvo tan serena como siempre, parecía no estar interesada en ser la modelo seleccionada.

Como Itachi tenía una habilidad especial para sacudir el mundo de su hermanito de la peor forma posible, el hombre interrumpió las reflexiones y la larga inspección que Sasuke estaba haciendo de la dama al otro lado del salón, con las palabras más atroces que pudo haberle dicho en esas circunstancias:

—Escuche que ese hombre también es famoso por coleccionar pinturas de mujeres desnudas.

Como un latigazo, la cabeza de Sasuke se giró para enfrentarse a su familiar.

—¿Qué dijiste? — su voz sonó entre sorprendida y horrorizada.

—Sí, eso me contaron por ahí — Itachi respondió como si nada, aunque luego entrecerró los ojos en un gesto de sospecha dirigida al pintor sobre el escenario —. Espero que no intente llevarse más de una pintura cuando se marche. Todas las señoritas de Konoha son miembros decentes e intachables de nuestra sociedad.

Esa alarmante declaración, completamente hecha a propósito por el Uchiha mayor, hizo al menor cambiar de opinión sobre Sakura siendo elegida para ser retratada. Aun si fuera un rumor o ese tal Sai realmente no tuviera intenciones de hacer dos retratos mientras estaba de visita, el mero hecho de dejar a alguien como él cerca de una mujer tan inocente y gentil como la pelirrosa era simplemente inconcebible.

Ahora, si acaso tenía que votar, lo haría por cualquier otra con tal de que la Haruno quedara fuera de discusión.

Primero muerto que permitir tal aberrante convivencia entre ambos.

—Bien, ¿alguna sugerencia? — justo en ese momento, Jiraiya dejó de divagar en lo que la obra de arte significaría para el pueblo y fue a lo verdaderamente importante.

Sin embargo, todos comenzaron a murmurar entre ellos y no hubo una respuesta clara. Ningún nombre que pudiera iniciar el proceso democrático.

—Yo nomino a mi hermana menor, Hinata — hasta que Neji Hyugga tomó la oportunidad y se levantó de su asiento bajo la atenta mirada de todos.

Sin contenerse de hacer una mueca de escepticismo y rechazo, Sasuke le dio una indiscreta mirada a la nombrada.

¿Hinata?

¿Representante de la belleza en Konoha?

Es decir, la joven no era horrible, pero su cabello negro, ojos perlas y aura apagada no podían en lo absoluto ser el portavoz de la ciudad. Sería como pedirle a la luna que jugara el papel del sol.

Cualquiera con sentido común se daría cuenta de ello.

—Apoyo la opción.

—Igual yo.

—Y yo.

No obstante, adecuada o no, era una Hyugga y ya que todos querían estar en buenos términos con ellos, varios hombres no tardaron en estar de acuerdo, aun cuando la propia Hinata se mostró afligida por la idea y el pintor tampoco lució satisfecho. Tal vez si a alguno de los dos se les hubiera preguntado su opinión acerca de la elección el resultado habría sido diferente.

—¿Alguna objeción?... ¿No? Bueno, entonces felicidades, señorita Hyugga. Ponemos todas nuestras esperanzas en usted.

Bueno, al menos, para tranquilidad de Sasuke, la pelirrosa no tendría que involucrarse en todo ese frívolo circo.

Que se quedaran con su fallido retrato si querían, lo que a él de verdad le interesaba estaba fuera de peligro.


Una vez que la reunión terminó y pudo volver a casa, Sakura decidió pasar el resto del día en la sala de música para practicar un rato.

Era la única habitando la mansión esa tarde, pues sus hermanos se habían ocupado con asuntos importantes y en todo el día no habían estado disponibles, lo que al final ella prefería así.

Cuando estaba sola la inspiración fluía mejor desde su alma y las piezas que podía componer tenían una mejor calidad.

Esto se debía a que terminaban siendo un reflejo de la libertad que la Haruno solo podía experimentar en momentos como ese, cuando no había nadie a su alrededor preocupándose por ella o vigilándola en caso de que necesitara auxilio.

Desde que nació, la vida pareció exigir de Sakura que se acostumbrara a tener personas con ella todo el tiempo, pues sus ojos le impedirían desarrollarse por sí misma como todos los demás e inevitablemente necesitaría la asistencia de alguien. No obstante, siempre hizo todo lo posible por buscar su propia autonomía y no depender de nadie, aunque esto era algo que todos, a pesar de reconocer que había conseguido, se rehusaban a recordar pues siempre estaban dispuestos a tomar la "responsabilidad" de estar con ella y cuidarla aun si no tenían un motivo real para hacerlo.

Nunca lo diría en voz alta y tampoco se atrevería a expresarlo pues sabía que todo era con buenas intenciones, pero, el hecho de ser tratada como poco más que un bebé ciertamente la frustraba.

Podía emprender caminatas ella sola, vestirse sin errores, ocuparse de su higiene y alimentación, había completado su educación adecuadamente, aprendiendo a leer y escribir sin complicaciones y, lo más importante, podía hacerse cargo de su propia seguridad y bienestar. Todo lo había aprendido desde muy pequeña y lo había perfeccionado con los años hasta alcanzar la misma competencia que cualquier otra persona normal. No había sido fácil, pero ya lo tenía todo dominado.

Lo único que parecía todavía no conseguir era la confianza de las personas a su alrededor para dejarle ocuparse de su propia vida.

Si no eran sus hermanos, se trababa de los trabajadores de su casa y cuando la ocasión lo ameritaba eran Ino o Tsunade, pero el objetivo siempre era el mismo para todos: sobreprotegerla.

Era por eso que su don con el piano era tan importante y significativo para ella.

Nadie podía indicarle cómo debía tocar pues nadie sabía cómo hacerlo, nadie tenía miedo de que se lastimara pues solo estaba sentada frente al instrumento mientras se ocupaba en su tarea y nadie se atrevía a interrumpirla mientras componía pues sabían que su talento no se podía cuestionar ni retener.

Un talento que esa tarde estaba demasiado distraída para poner en práctica.

En su mente no había más que la conversación que había tenido con Ino esa tarde, previo a despedirse.

"La única persona que hubiera aceptado fuera elegida además de mi para ser la nueva musa de ese estúpido pintor eres tú, ¡No! ¡Mas bien debías ser tú la elección final! ¡Nadie más! ¡Estoy tan indignada!" Ino había refunfuñado tan pronto como salieron del recinto.

Unos metros lejos de ellas, el señor Yamanaka, quien las acompañaba tomando su distancia, se afligió de que su hija hubiera sido escuchada por los demás asistentes.

"No creo que hubiera sido ni la tercera ni la cuarta opción" Sakura se rió con humor, pero su comentario no le hizo ninguna gracia a tu amiga.

"¡¿Cuántas veces tengo que decírtelo?! Eres la chica más hermosa que conozco y todos los que te conocemos concordarían conmigo. Incluso ese frío y arrogante amigo que hiciste recientemente, quien, por cierto, estaba presente hoy y tampoco hizo frente a esta inconcebible locura"

"¿Uchiha-sama estaba ahí?" cuestionó, incrédula.

"Lo estaba y, a pesar de que todo mundo lo conoce por su boca floja, ahora que sí la necesitábamos decidió no usarla. Tonto"

Ciertamente, la Haruno estaba habituada a que las personas cercanas a ella la vieran como una muchacha bonita, sin embargo, tenía cierta dificultad considerándose a sí misma de esa manera. Es decir, sabía que era linda, pero su autopercepción física no era algo que pudiera desarrollar y fortalecer cuando, para poder verse, casi tenía que plantar su nariz contra el espejo.

Si le dieran a elegir, preferiría ser reconocida como alguien hermosa por sus cualidades interiores o su personalidad y quizá ello tenía que ver con el hecho de que, a su vez, eso fuera en lo que ella se fijaba de los demás.

Aunque, esas palabras de Ino inevitablemente la pusieron a pensar en el hecho de que eso que todo el mundo solía decirle en cuanto la conocía, hasta ese momento Sasuke Uchiha nunca lo había mencionado.

¿Eso quería decir que no la consideraba hermosa? ¿Tal vez era tímido y no había surgido la oportunidad de expresarlo? ¿Quizá, dada su personalidad, no debería esperar cumplidos de su parte, para empezar? O... ¿Será que un gesto dramático como ser elegida como la dama representativa de Konoha es lo que se necesitaría para provocar en él ese pensamiento?

Un quejido de frustración escapó de los labios de la doncella cuando se dio cuenta de lo egocéntrico que era siquiera preguntarse porqué Sasuke no se había fijado en ella de esa manera, incluso llegando a barajear la ya lejana posibilidad de obtener su admiración a través de un acto que, aunque le causaba curiosidad por experimentar, también era muy tímida para hacerlo.

Eso había sido ir demasiado lejos.

No obstante, todo tenía un trasfondo inofensivo. Sólo quería saber qué opinaba él de ella. No solo en lo físico, sino en lo demás.

¿Qué sería lo que un hombre tan franco y valiente a la hora de expresar su opinión tendría para decir acerca de ella?

La otra noche en la cena de Tsunade, afirmó que él le agradaba y había estado en lo cierto, sin embargo, no dijo que fuera mutuo. Cabía la posibilidad de que sólo lo hubiera dicho para ganar la discusión con su primo, aunque algo dentro de ella le decía que no era así.

Que por más detestable que los demás decían que era, Sasuke no sería capaz de utilizarla solo como un argumento.

El par de interacciones que hasta el momento habían tenido daban a entender que ella caía lo suficiente en su gracia como para animarse a compartirle su tiempo y un poco de conversación, lo que la hacía feliz de que fuera así.

Porque más que solo agradarle, sentía algo cercano a admiración por él.

Sasuke parecía no tenía miedo de nada, ni de presentarse en un lugar que sabía estaba lleno de personas que cuestionarían su presencia o de dejarlos ver esos defectos que había escuchado eran tan notorios en él, producto de esa guerra de la que había vuelto hacía seis años y, mucho menos, de hacer que escucharan lo que tenía que decir les pareciera amable y educado, o no.

Para una muchacha que difícilmente podía negarse a recibir compañía o consideraciones indeseadas por temor a ser ingrata, eso era una auténtica aspiración a ser.

Alcanzar el nivel de valor que el Uchiha poseía era algo que solo en sus mejores sueños podría conseguir.

Volviendo al presente, pensando en ello y en todas esas cosas que últimamente colmaban su cabeza cada que evocaba a Sasuke, fue que consiguió que al fin una melodía también se hiciera presente en su mente y, sin perder tiempo, a toda prisa comenzó a escribirla.

Golpes tan repentinos de inspiración eran algo tan raro para ella que le fue más apremiante capturar cada nota musical, una tras otra, que reflexionar el hecho de que era gracias a aquel joven que estaba logrando escribir una canción.

Estaba escribiendo una canción por y para Sasuke Uchiha.

Solo que estuvo tan inmersa en ello que solo se dio cuenta una hora después, cuando la pieza estuvo terminada.

Los temblorosos y asombrados ojos verdes de la ninfa recorrieron la partitura frente a su rostro, finalmente con la consciencia de quién había hecho posible su realización y, aunque se sintió enormemente avergonzada, no pudo evitar que una sincera sonrisa se le escapara.

Acababa de escribir una de las mejores canciones que se le habían ocurrido y no había sido solamente porque sí.

Tenía un motivo y un nombre.

—Esto significa... ¿Qué acabo de experimentar lo que llaman "tener una musa"? — se preguntó a sí misma en voz alta, llena de ilusión.

Sí, sin duda acababa de hacerlo y había elegido a la persona menos convencional del mundo para serlo.

La menos convencional, claro, pero también la más pura y real que alguna vez había tenido el gusto de conocer.

—¿Y quién sería esa persona? — sin embargo, antes de que pudiera cavilara más en lo que acababa de hacer e intentara tocar su nueva creación, una tercera voz irrumpió en la habitación.

—H-hermano... — Sakura se sorprendió por la intromisión y observó la figura de cabello pelirrojo adentrarse a la estancia, peligrosamente lento —. N-no te oí llegar.

Aunque quiso aparentar total tranquilidad para no dar una impresión de culpabilidad, por la forma en que sus manos temblaron y su rostro se puso pálido como una hoja, Nagato Haruno, el primogénito de la familia y el más sagaz de todos los hermanos, supo de inmediato que algo pasaba.

—Acabo de llegar, es la hora de cena — el hombre de voz y personalidad impasible le recordó incluso señalándole la ventana, donde se veía que el sol a lo lejos estaba poniéndose. Internamente Sakura se sorprendió por lo tarde que se le había hecho trabajando, lo que también fue captado por su familiar —. Parece que tu recién descubierta musa absorbió demasiado tu tiempo y atención.

Nagato no era en lo absoluto entrometido, a diferencia de Sasori o Karin, y nunca se había metido tanto en su vida, así que Sakura no se sintió obligada a contarle sobre sus descubrimientos acerca de Sasuke, lo cual agradecía sobremanera. No solo porque realmente sus pensamientos sobre él eran aún muy confusos, sino porque no quería que su hermano mayor los malinterpretara o quisiera frenarlos.

Después de todo, no podía olvidar que aún si a ella le agradaba el Uchiha, a su familia no.

—Eso creo... — respondió con una pequeña sonrisa para después levantarse del taburete frente al piano —. En fin, vamos a cenar, debes tener mucha hambre y yo quiero contarles a todos lo que se habló en la reunión de hoy.

Sin esperarle, Sakura se encaminó hacia la salida, dispuesta a terminar ahí la conversación, aunque, antes de que pudiera cruzar el umbral de la puerta, la voz de Nagato la detuvo.

—¿No estas olvidando algo, princesa?

Un poco dubitativa y apenada, la joven de cabello rosa regresó hasta donde su hermano estaba para darle un abrazo tímido y un cálido beso en la mejilla. Se había puesto tan nerviosa por ser descubierta que se olvidó de darle la bienvenida como normalmente acostumbraba.

—Lo siento...

—Tranquila. Aunque no era eso a lo que me refería — ante sus palabras, Sakura se mostró confundida por lo que él tomó una de sus partituras esparcidas sobre el piano y se la pasó junto a una pluma —. Te faltó titular esta última pieza.

—Ahhh, e-es verdad — la joven tomó ambas cosas y las observó largamente. Hubiera podido hacer eso después, pero, por la forma en que su hermano se cruzó de brazos y se quedó plantado a su lado, parecía ser que no tenía más opción que hacerlo en ese momento.

Aun cuando entendió a la perfección porqué su hermano estaba prácticamente ordenándole que lo hiciera frente a él. Nagato no era entrometido, al menos no de forma evidente, sin embargo, tenía sus métodos a la hora de obtener la información que quería y, en cuanto la vio escribir el dichoso título de su nueva canción en la parte superior de la partitura, se vio satisfecho con sus habilidades una vez más.

—Bien, ahora vayamos a cenar, pequeña señorita. Prometo que esta "Genuina Actitud" tuya quedará entre nosotros — fueron las palabras que el pelirrojo le dijo mientras la dirigía a la salida.

"Al menos hasta que se convierta en una amenaza de la que de verdad me tenga que preocupar" fue lo que pensó, solo para sí mismo.


Unos días más tarde en una residencia distinta, la señorita Ino disfrutaba de un merecido almuerzo en compañía de sus queridos perros cuando recibió la visita de la actual persona de moda en la ciudad.

—Lamento estar infortunado su comida, señorita Yamanaka — Sai Shimura se disculpó con una sonrisa a todas luces, falsa.

—No se preocupe, sin embargo, estoy sorprendida por su visita. Ni siquiera hemos sido presentados formalmente — de hecho, su padre iba a molestarse cuando se enterara que recibieron al pintor en su ausencia.

Acudir a una señorita soltera sin invitación era toda una falta de educación.

—Le ruego me disculpe, pero me temo que no tuve otra opción — el pelinegro, quien en todo momento se mantuvo de pie en medio del gran salón en el que se encontraban, fingió muy mal un tono de voz afligido —. Pero, verá, la señorita Hinata ha caído enferma repentinamente y me he visto en la obligación de buscar una nueva modelo para mi pintura de esta ciudad.

—¿Y esa sería yo? — Ino enarcó una ceja.

—Bueno, la vi ese día en la reunión y realmente era a quien esperaba que todos escogieran — los ojos del hombre analizaron de nueva cuenta a la distinguida mujer de cabellos de oro y volvió a asentir para sí mismo con la cabeza, satisfecho —. Al menos el universo me ha dado esta nueva oportunidad, claro, si usted acepta ser mi nueva modelo.

Internamente, Ino se sintió más que contenta de ser reconocida y elegida personalmente por el artista. Ella debió ser la opción obvia desde el principio.

Aunque...

—Señor Shimura creo que puedo ofrecerle algo mejor que ser su modelo para esta obra en específico.

—¿Y eso sería?

—Haga lo que le digo y lo averiguara.

A pesar de no ser una persona que dejaría que otros lo manipularan o cambiaran sus planes, ni siquiera por todas las recompensas del mundo, hubo algo en la postura y la expresión resuelta de Ino que consiguió interesarle lo suficiente como para darle el beneficio de la duda.

—La escucho entonces.

Con el poder concedido, una zorruna sonrisa se abrió paso en el rostro de la hermosa chica, así como una absoluta determinación a ver cumplidos sus deseos.

—Bueno señor, conozco a alguien que sería la perfecta musa para la obra representativa de Konoha, incluso más que yo...

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"Creo firmemente que el que Hinata se enfermara antes de que esa dichosa pintura fuera siquiera iniciada es señal de que, como yo creía, nunca debió ser seleccionada para empezar.

No logra salir de mi cabeza que Sakura era la única opción válida y justa para representar la belleza de nuestra ciudad. Ni siquiera saber que fue salvada de relacionarse con ese pintor inmoral ameniza mi frustración y el verdadero motivo de ello hace aún más grande mi pesar.

No me atrevería a decírselo a nadie, pero una parte de mi hubiera adorado ver la hermosura y perfección de Sakura en una obra de arte.

Tal vez el talento que decían ese hombre poseía ni siquiera alcanzaría para plasmar la esencia de la pelirrosa ni podría transmitir completamente la luz de su alma hacia el exterior, pero... Al menos así existiría un objeto tangible al que poder acudir para proyectar mis cada vez más confusos sentimientos por ella en lugar de a su simple imagen en mi memoria.

Como un cristiano a la cruz de su iglesia, esa pintura podría convertirse en mi punto de adoración.

Lamentablemente eso no podría ser, aunque iba a repetirme a mí mismo hasta que finalmente lo comprendiera, que ni en esta ni en ninguna otra circunstancia, valía la pena sacrificar la inocencia de Sakura para mis deseos egoístas, por más que estos también fueran puros y ardientes."

-Del diario de Sasuke Uchiha.

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NOTAS FINALES:

iiiiii, la que se nos viene amixes. Yo tenía planeado que fuera un fic mega tranquilo, pero ya se me metió en la cabeza ponerle sazón y no me puedo detener.

Quiero decirles que, si acaso se preguntan porque motivo ya no actualizo con la misma rapidez que hacía con mis demás historias, esto se debe a que estoy lidiando con una falta de motivación del tamaño de una montaña y realmente ya me cuesta más trabajo sentarme y ponerme a la tarea de escribir. Achaques de la edad yo digo.

Sé que estaban acostumbrados a mi ritmo de trabajo anterior, pero les pido sepan comprenderme. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo por no dejar de subir historias y me gustaría que fueran un poco comprensivos, por piedad.

Mil gracias a todos los que estuvieron comentando los capítulos anteriores y en serio les agradezco con toda mi alma que estén dándome su apoyo (en serio lo necesito). Plis cuéntenme qué les pareció este cap, que les provocó, si les gustó o no, cualquier cosa que ustedes deseen, ya saben que sus comentarios son todo para mí.

Nuevamente gracias y sin más que decir, nos leemos luego! Bye!