Las aves revoloteaban en los alrededores cuando un cuervo vigilante aterrizó en el tronco que solían usar como asiento.

—EL CUERVO ESTÁ DE REGRESO. —Señaló All Might, viendo al ave picotear la corteza.

—Deberíamos adoptarlo. —Dijo Jiro a modo de broma.

—No... Esos animales te sacan los ojos si te duermes... Aunque espera... ¡YO NO TENGO OJOS YOHOHOHOHO!

La risa del esqueleto que resonaba por el área fue eclipsada por un dulce sonido que venía desde lo profundo del bosque. Jiro apenas reconoció la vibración causada por el agudo tono de la voz; corrió tras la guitarra de Brook para evitar que la melodía se escuchara por completo, por lo que comenzó a tocar desenfrenadamente.

—Que vitalidad Jiro-s~an. —Aplaudió el musico ante el rock pesado.

—¡ES UNA VILLANA, ESTAMOS BAJO ATAQUE!

—¿ESTÁ SEGURA JOVEN JIRO?

—Ella fue una de las involucradas en el ataque el día que fuimos al centro comercial... Si escuchamos su voz, nuestros cuerpos no podrán moverse.

—Entonces... solo debemos seguir haciendo ruido —Respondió Brook.

—S... —La respuesta no podía salir de los labios de Jiro, pues se sentía ahogada comenzando a desvanecerse hasta desmayarse, desplomándose en el suelo junto con la guitarra.

—¡Jiro san! —Brook se agachó para asistirla, mas escuchó como tras él, igual caía Toshinori.

—¡All Might san!

Sin el sonido de la guitarra que interrumpiera la melodía, y por la posición del esqueleto. Terminó por caer a un lado de la heroína.

—Vaya... —El hombre de cabello crespo morado, dijo impresionando. —Tenías razón... La chica era el oponente perfecto para Indila...

—Por eso te pedí acompañarme. —Respondió el rubio de ojos oscuros llevando una máscara de oxígeno y cargando una tableta en mano leyendo los archivos de los presentes. —Desconocía si la falta de oxígeno fuera efectiva con el esquelet por su falta de nariz... Pero parece que sí.

—Estos groseros, ¿Cómo se atreven a burlarse de mi ausencia de nariz? —El esqueleto pensó ofendido y paralizado, mientras el hombre rubio le arrancó uno de sus cabellos rizados, para afilarlo con la punta de los dedos y clavarlo en la frente de Jiro. Sumiéndolos a tanto como el emisor como receptor de los recuerdos bajo un profundo sueño.

—¿No vas a usar tu habilidad en All Might?

—Para el necesito un recuerdo del Capitán... Si quiero que ambos no despierten, necesitare de mantenerlos en las memorias del otro... Sombrero de paja podrá solucionar los problemas que tienen los jovenes, pero no podrá con la ultima batalla de All Might...

—Mientras que a él. —Se agachó al nivel del esquelético rubio. —Deberá enfrentar una de las más difíciles batallas del Rey.

El rubio desconocido extendió su brazo para que el ave aterrizara en él. —Raven... —Dijo viendo de nuevo la tableta. —Guíanos a la niña demonio.

Un segundo cuervo arribó volando con una nota en una de sus patas. "El Caballero del mar sigue conciente con sus estudiantes."

—Raven... Necesito que dos de tus cuervos guíen al caballero del mar... Uno para Bunshi y otro para Gubka... Dispersa el resto para mantenerlos vigilados.

—Bunshi... Espera a reunirte con Gubka, no podemos permitir que tú en especial, salgas herido... Cuando estés en una zona segura, duerme al tritón.

—Si Remi...

El cuervo guio al otro hombre por un camino destinito, mientras una parvada de cuervos se dispersaba por los aires.


El cuerpo de Jiro yacía en un estado de debilidad y desorientación, mientras cada parte de su ser parecía protestar por el dolor acumulado. Los murmullos de dolor que llenaban el ambiente resonaban en sus oídos y el penetrante olor a humo y pólvora envolvía el aire, irritaban sus sentidos, haciéndole sufrir una sensación de asfixia.

En medio de la confusión y el malestar, Jiro intentó desesperadamente frotarse los ojos para aliviar la sensación de oscuridad que los envolvía. Sin embargo, al hacerlo, sus manos tropezaron con unos lentes que estaban sobre su rostro. Al retirarlos, descubrió unas antiguas gafas con cristales circulares oscuros, y... Además de este extraño hallazgo, notó que sus manos se sentían extrañas: más grandes, más toscas y de tono más oscuro.

—¿Qué?

—¿Chicos? —llamó confundida, examinando su entorno.

A su alrededor, yacían decenas de hombres, todos ellos víctimas de flechas y espadas, con los proyectiles clavados en sus cuerpos, pero no reconoció a ninguno de ellos.

—¿Quiénes son? ¿Dónde estoy?

Confundida y consciente de la gravedad de la situación, dejó sus dudas a un lado y, con dificultad, se puso de pie para asistir a los heridos, sosteniendo su cabeza por la intensa migraña que tenía.

—¿Quiénes pueden moverse? —Decidió formular así su pregunta, evitando usar la palabra "muertos" para no alarmar a los más débiles como le enseñaron durante el examen de la liscencia, recurriendo así por la ayuda de los conscientes.

—Capitán Brook... —Pronunció uno de ellos muy mal herido. —Dudo que podamos salir de esta.

—Jeje, ahora si acabaron con nosotros. —Dijo otro con una risa resignada.

—¿Capitán Brook? —Jiro volteó a su alrededor buscando al esqueleto, sin señales de él. —¿Dónde estás Brook?

—Parece que el capitán tiene una contusión. —Mencionó uno de los piratas más viejos.

—No me sorprende despues de ese garrotazo en la cabeza.

—Estás frente a nosotros. —La señaló uno apenas conciente.

—Creo que este es el adiós capitán... Sus armas tenían veneno.

Jiro no podía comprender a qué se referían, pero notó el tamaño de sus manos mientras las pasaba por su pecho, cara y cabello, solo logrando reconocer su enorme afro.

—¿Será que?... —Pensó en la habilidad de la fruta del musico que le permitía revivir una vez... y por como se referían a ella y su físico, entendió que el cuerpo era de Brook. Pero sobre todo... por como palpaba su frio cuerpo debatiendo entre la vida y la muerte... Sabía, que estaba por hacer uso de esa habilidad.

—No... No se den por vencidos. —Dijo Jiro tomando el liderazgo de aquellos que permanecían con vida. —Las clases de Chopper me ayudarán a buscar remedio con lo que tengamos...

—¡Buscaremos ayuda, pero primero debemos tratar las heridas y detener el veneno! ¡¿Dónde está la enfermería?!

—No podemos buscar ayuda... el timón está roto... Y aunque encontremos... ¿Quién ayudaría piratas?

—El doctor del barco ya pasó a mejor vida... Además, que el veneno ya se propagó por el sistema... ni aunque nos cortáramos las extremidades podríamos salir de esta.

—Es nuestro fin.

—¡NO SE DEN POR VENCIDOS! ¡NECESITAN DAR SU PLUS ULTRA!

—Cuando me volví pirata, me hice a la idea de que moriría en el mar, pero tengo remordimiento. —Dijo uno de ellos, tirado en el suelo.

—Laboon. —susurró otro recientemente tuerto recargado en una pared.

—¿Laboon?

Y como si el nombre les brindara unas últimas energías, comenzaron a ponerse de pie débilmente.

—Oye Brook, tu fruta del diablo. ¿Sabes si funciona?

—Si... Estoy segura ¡SEGURO! —Tomó una pequeña pausa antes de entender lo que trataban de solicitar. —Acaso... ¿Quieren que me reúna por Laboon por todos ustedes? —Pronunció gentilmente, recordando el sueño del esqueleto.

—Que sea nuestra ultima voluntad... Que Laboon se entere que no la abandonamos.

Los lamentos y la lealtad de los piratas hacia Laboon afectaron a Jiro, quien dejó escapar algunas lágrimas.

—¡LES JURO! ¡QUE LLEVARÉ SUS VOCES A LABOON!

—¿Voces? —Pronuncio uno de los piratas. —Puedes entregar nuestras voces...

—¿Puedo? ¿Como?

—Jeje... Recuerden que se golpeó la cabeza... —Burló uno, acompañado de unas débiles risas. —El Tone dial que llevas contigo.

Jiro palpó su cuerpo y encontró la caracola que reconoció como las que tenían en Birka. —Pueden grabarle un mensaje.

Sus palabras rápidamente conectaron con el objeto en sus manos, que desencadenaron un recuerdo: Recordó el viaje, cuando compartieron sus objetivos con el pirata que les mostró una caracola, describiéndola como la canción que cantaban con sus nakamas para aquel amigo con el que prometieron reencontrarse.

—Les parece... ¿Qué el mensaje sea el Sake de Binks?... Prometo llevarla siempre conmigo hasta mi reencuentro.

—Su canción favorita...

—¡Muy bien, levántense y no mueran si no hasta el final! —Ordenó uno de sus nakamas.

—Vamos a hacerlo por Laboon. —Exclamaban los piratas.

La joven heroína sintió cómo su corazón se despedazaba al escuchar la última voluntad de los piratas, deseando llevar su vida al límite con tal de transmitir una despedida. Limpió sus lágrimas con los olanes de su muñeca mientras los piratas iban por sus instrumentos y arrastraban el piano para su capitán.

Jiro tomó asiento y dejó la caracola encima de la tapa, mientras los piratas tomaban sus posiciones. La joven quedó impresionada al ver cómo varios cargaban con instrumentos.

—¡Este es el gran final, de los piratas rumbar! —Exclamó uno de los piratas.

Jiro se enfocó en su tarea como un último deseo, decidida a no permitir que ni su tristeza ni su debilidad la detuvieran. Volvió a mirar hacia la tripulación moribunda, cautivada por cómo todos, sin excepción, a pesar de saber que perderían la vida, mantenían amplias sonrisas. Entendió que lo único que les dio una razón para hacerlo era la seguridad de que su voluntad seguiría adelante en sus manos.

Verlos tan decididos la hizo reflexionar rápidamente y cambió su tristeza por determinación, golpeándose con ambas palmas en la cara para eliminar cualquier gesto de debilidad, presionando inmediatamente despues, el botón de la caracola, comenzando así a contar.

—Uno, dos, tres, cuatro...

El piano comenzó a sonar con la alegre melodía que todos en el barco siempre cantaba con gran alegría.

~ ~
Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho

La voz y los instrumentos resonaban con una gran energía, contagiándoles de la vitalidad que tanto carecían. Voces vivaces y vibrantes retumbaban en el barco, en una hermosa despedida no solo para un viejo amigo, sino también para ellos mismos.

~ ~
El sake de binks será
Lo que vamos a entregar
Ni el viento, la marea nos podrá parar
Cae la tarde sobre el mar
Y en el cielo escucharás
El cantar de los pajarillos al volar

De mi pueblo yo me voy
Con orgullo zarpó hoy
Ese canto es la fuerza para navegar
Hey, borras su esplendor
Y la brisa de la mar
Que nos va acompañar a dónde hay que viajar.

El sake de binks será
Lo que vamos a entregar
Navegar por el mar
¡Piratas hasta el final!
Este barco es nuestro hogar
Siempre nos hace llegar
Calaveras en las velas nos hará notar

La tormenta viene ya
Y muy pronto llegará
El sonar de los tambores nos alcanzará
No te vayas a rendir
Es momento de vivir
Que el Sol siempre volverá a salir
~ ~

—Los tambores... Aquellos que llaman al dios del sol... —Jiro pensó durante unos segundos, mas pronto regresó a la canción, sin embargo su voz se volvía cada vez mas quebradiza ante la impotencia de no poder hacer nada mas que tocar un piano, para darles una ultima despedida.

~ ~
Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho

El sake de binks será
Lo que vamos a entregar
Viviré
Por aquellos que ya no están
Me despido está vez
Para siempre así será
No te preocupes
Que la vida seguirá

El sake de binks será
Lo que vamos a entregar
Es la fuerza y el vigor que nos ayudará
En huesos te encontrarán
Tú destino así será
Sin un final la historia siempre va a continuar

Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho
Yo-hohoho, yo-hohoho
~ ~

Las voces, aunque seguían cantando con fuerza, se extinguían gradualmente entre los coros, siendo los golpes en la madera los que marcaban el trágico fin de cada uno de ellos, mientras cumplían su juramento de no rendirse hasta el último compás.

Los instrumentos seguían sonando, pero ahora eran los últimos alientos de los músicos caídos, uno tras otro. Jiro, con el corazón destrozado, se aferraba al piano, dejando fluir sus lágrimas que se mezclaban con la melodía, lamentando la pérdida de aquellos piratas desconocidos.

—¿Hay alguien? —Llamó entre sollozos, sin recibir respuesta alguna. —Cualquiera... —Sus palabras se ahogaron entre lágrimas. —No quiero morir... —Un estruendo resonó cuando golpeó su rostro contra las teclas, continuando con su llanto desesperado y agudo, ahogado por las lágrimas y los fluidos que salían de su nariz.

—Senséis... Momo~... Kaminari... —Pronunció sollozando. —No quiero... —Su vista se nubló y en un desesperado intento por un milagro, pronunció un ultimo nombre. —¿Nika? —Dijo perdiendo la vida sobre el dañado suelo de madera.


Koda estaba aterradísimo, parado frente a una mujer gigantesca y espeluznante que medía casi nueve metros de altura. Tenía el cabello rosa alborotado, ojos rojos y penetrantes, y su mera presencia era suficiente para hacer temblar a quienes estaban a su alrededor.

—¿Quien? ¿Es usted? —Las palabras no eran capaces de ser pronunciadas por su boca debido al nivel de terror que experimentaba.

—DEJARME ¿PARA UNIRTE A LOS SOMBREO DE PAJA? —Quejó la emperatriz —BUENO, ESTÁ BIEN... HAZ COMO QUIERAS DESPUES DE IRTE.

A pesar del comentario, no era capaz de articular palabras, ya que ni su cuerpo ni su mente podían responder.

—PERO NECESITO QUE PAGUES UN PRECIO POR DESERTAR.

Un aura impresionante y hostil comenzó a emanar de la mujer, quien se regocijaba con el miedo de Koda, lamiendo sus labios.

—AMO TOMAR LA VIDA DE LAS PERSONAS... YA VEO... TANTO DE ME DESPRECIAS QUE PREFIERES MORIR ANTES QUE QUEDARTE DONDE NO QUIERES, JINBEI

—¿Jinbei? —Sus ojos en espiral no permitían a Koda siquiera buscar al mencionado.

La postura firme de Jinbei era aplaudida por los piratas, quienes admiraban su valentía al no retroceder ni doblegarse ante las palabras ni la intimidación. Sin embargo, lo que desconocían era que el tritón estaba tan aterrado que apenas podía respirar. A pesar de su aparente calma exterior, en su interior se libraba una batalla contra el miedo.

—NO SENTIRÉ PENA POR TÍ... ¡BIEN! TIENES UN TRATO.

—¡¿QUEDATE O VIDA?!

Una sombra de lo que era su Haki abrumó al héroe, que apenas podía mantener el conocimiento. Era como si una fuerza invisible lo envolviera, oprimiendo su mente y debilitando su voluntad.

—¿Eh? ¿Qué... quedarme con ella o vivir? —Koda logró voltear a su lado viendo como Luffy presenciaba todo. —¿A quién le pregunta? —Se cuestionó, percatándose que sus penetrantes ojos rojos apuntaban a él.

—¡VI... VI...VIDA! —Titubeó al tener dificultad para dar su respuesta final.

La malévola risa de la emperatriz sobresalió sobre todo, extendiendo su mano para robarle la vida que le restaba al tritón, dejándolo como un charal seco.

—¡JINBEEEEEEEEEEEEEEEI! —Gritó Luffy, al ver a su nakama perder la vida frente a sus ojos.


Los lamentos de dolor no cesaban. No había pasado mucho tiempo desde que uno de los guardias había entrado a su celda para desquitarse a golpes con ambos reclusos, dejándolos malheridos, con algunas costillas rotas a pesar de sus robustos cuerpos. Desconocía cuánto tiempo había pasado. El silencio, la falta de luz y el hambre hacían parecer los minutos como horas y las horas como días. Realmente había perdido la noción del tiempo.

Su estómago exigía comida que no llegaba, y sus solicitudes caían en oídos sordos. Lo único que sabía con claridad era que el cuerpo donde su mente habitaba estaba esposado y encadenado para contener su gran fuerza. Además, el hombre que lo acompañaba en la celda era el hermano mayor de Sombrero de Paja.

Interesado y para pasar el tiempo, no perdió la oportunidad de conversar con Ace sobre las actitudes de Luffy, haciendo parecer que conocía al tritón. A su vez, Ace no pasó por alto hacer algunas preguntas, curioso sobre la relación que su compañero de celda tenía con su hermano.

Ojiro guardó un minuto de silencio al recordar cómo la captura de Ace había conducido a una guerra en la que este perecería. Sabía lo que le esperaba al agradable sujeto con el que compartía celda, y esa certeza le revolvía los intestinos con una sensación de malestar al no poder hacer nada para detenerlo.

—¿Que sucede, Jinbei?

—No es nada... Un mal recuerdo —dijo, volteándose de lado para evitar la mirada del preocupado pirata. Guardó silencio durante más horas, o tal vez días... en esa profunda oscuridad, era imposible saberlo con certeza.

Tras un tiempo indefinido de dolor, unos pasos se acercaron de nuevo a ellos, anunciando la que podría ser su tercera paliza desde que estaba confinado en el cuerpo del tritón.

El vice alcaide se detuvo frente a la celda, mientras los reos del último nivel estallaban en bullicio ante la presencia de una hermosa dama que caminaba orgullosa, manteniendo siempre su frente en alto, sin importarle los comentarios de los criminales.

—Tienes un visitante especial, Ace. —Dijo Hannybal. —La mujer mas fuerte, noble y la mas hermosa en el mundo. —Dijo con cierta envidia. —Emperatriz pirata, Boa Hancock.

Los ojos de Ojiro, que no solía ser de esa índole, se iluminaron ante la gran belleza de la pirata, preguntándose qué relación tenía con Ace. Sin embargo, al ver a su compañero de celda, se dio cuenta de que Ace parecía tan confundido como él... mientras, que los prisioneros se volvieron locos, dejando salir sus peores y mas degenerados albures al aire.

—¡En esa cola, no me formo; yo me meto! —Gritó uno de los reos, dando comienzo a una serie interminable de albures.

—¡Vamos a jugar a la basura: tú te caes y yo te recojo!

—¿Qué quieres de mí? —Preguntó Ace, con un tono desafiante en su voz.

—Nada en particular... Solo quería venir a ver al hombre que causó la guerra en la que tengo que pelear. —Respondió la emperatriz.

—La guerra donde lo ejecutan está por ocurrir. —Lamentó Ojiro, tensando las cadenas y presionando los dientes.

Mientras los piratas intercambiaban palabras, los gritos a su alrededor inundaban cada vez más los pasillos, volviéndose más degenerados y caóticos.

—¡Quisiera ser tu inodoro, porque ahí se refleja lo que más añoro!

—¡Nací por mi madre, pero me volvi pirata para robarme ese tesoro que llevas entre las piernas!

—¡Oye princesa, quiero que me enseñes como montas esa víbora! —Ahullaron ante salomé.

—Dinos quién es tu ginecólogo, ¡Para chuparle los dedos!

Boa, cambió su semblante refinado, y con una delicada y timida vuelta, posicionó su mano en sus labios y dejó salir una tierna voz de dama en apuros.

—Si siguen gritando, me voy a asustar mucho. —Boa quejó con una expresión adorable, que logró cautivar incluso a Mallegan que, ante su belleza, decidió actuar en contra de aquellos criminales que dedicaron comentarios tan desagradables ante la delicada mujer.

—¡SUFICIENTE! ¡NO VOY A SEGUIR TOLERANDO SUS VULGARIDADES! —Gritó enfurecido Magellan, volteando hacia los reos e invocando hidras hechas de veneno.

El líquido tóxico inundó las celdas, obligando tanto al vicealcaide, los guardias de seguridad y el capitán de la marina, Momonga, a apartarse rápidamente de su camino... Acción que permitió a Hancock aprovechar el caos y la distracción, para acercarse discretamente a la celda, dirigiéndose a Ace, lista para entregar su verdadero mensaje, que gracias a los lamentos y gritos de los prisioneros hicieron difícil que sus palabras fueran escuchadas con claridad fuera de la celda.

Luffy, ha venido por ti... En este momento se encuentra en los primeros niveles.

Tanto ace como Ojiro abrieron sus ojos en sorpresa por sus palabras.

—Es hoy... ¿Qué es lo que debo hacer? ¿Por qué estoy dentro de este cuerpo? Recuerdo desmayarme y despertar aquí... —Gruñó entre dientes el aprendiz de héroe, mientras la emperatriz dio media vuelta y procedió a retirarse.

—¡Oi! ¡¿Es verdad lo que me dices?! —Cuestionó Ace

—¿Por qué debería venir a mentir? —Respondió para despues desaparecer en los pasillos, acompañada de su escolta.

—Si Luffy llega por Ace antes de tiempo, entonces podríamos evitar la guerra...

—¡ACE NO TE DEBES RENDIR! Luffy está aquí, solo debes resistirte hasta que tenga contacto contigo... ¡Ayudaré a conseguir el tiempo sea necesario!

—Siempre es tan impulsivo e imprudente... Si llega a morir aquí, no me lo perdonaré. —Quejó presionando dientes, dejando escapar unas lágrimas. —Luffy...

—Escúchame, él no va a morir, y tú tampoco. —Proclamó el tritón.

Jinbei intentó romper las cadenas con sus colmillos y aplicar toda la fuerza de sus músculos, pero su debilidad debido a la falta de alimento era muy notable. Su cuerpo, normalmente robusto y lleno de energía, ahora temblaba de agotamiento.

—Es inútil. —El segundo comandante, respondió sin esperanza.

—No... Luffy viene en camino, no me daré por vencido y espero que tu tampoco lo hagas... Si logro liberarme, podré conseguir algo de tiempo. —Rezongó jalando sus cadenas, hasta provocar que las venas de su cuerpo saltaran.

—¡Detente! Los caracoles verán que tratas de escapar y vendrán a golpearte hasta dejarte inconsciente.

—Podría funcionar... —Respondió Jiro. —Si llegan por ti, trataré de causar la mayor cantidad de problemas, aunque tenga que sufrir las consecuencias... Luffy debe de llegar a ti.

—¿Por qué le tienes tanta fe? Es un idiota impulsivo.

—Lo es... —Dijo con una sonrisa. —Y eso lo llevará a convertirse en el Rey de los piratas.

—¡Oi, oi, Jinbei! ¿Qué no servías a Barba Blanca?

—Barbablanca. —Ojiro quedó impresionado ante escuchar el nombre de ese monstruo capaz de causar tsunamis. —¿Lo hacía?... Saltando entre Yonkos. —Burló para sí mismo

—Desconozco el día de tu ejecución... Pero intentaré guardar mi energía para ese día llegue.

—Jinbei...

Esas fueron las ultimas palabras de Ojiro, para despues enfocarse a meditar, para sentir la vida correr por su cuerpo.

Un día pasó, pareciendo una eternidad, y el joven en el cuerpo del tritón se enfocó a concentrar su energía en sus manos... el cuerpo parecía mas experimentado y familiarizado con ello, por lo que logró recubrir de ambición sus manos de manera intermitente al no tener la suficiente experiencia, y con ellas rompió donde se encontraban ancladas, dejando las que lo atrapaban fácil de retirar, más dejó que siguieran en su cuerpo y cubrió su fechoría con el mismo. Permitiéndose así finalmente descansar.

Las voces de Hannybal y Mallegan resonaban nuevamente, acompañadas por un grupo de guardias armados con espadas, listos para escoltar al buque al invitado estrella y próxima ejecución: Portgas D. Ace.

Las pesadas puertas de acero se abrieron con el chirrido metálico, permitiendo que dos guardias ingresaran para cambiar las cadenas del condenado por unas que le permitieran caminar.

Jinbei observaba con atención cada movimiento, especialmente los de Mallegan, consciente del peligro mortal que representaba su fruta del diablo.

—Si logro conseguir el tiempo suficiente para que Luffy llegue, sé que podremos escapar.

Antes de que la puerta se cerrara, Ojiro embistió a ambos hombres, derribándolos al suelo y causando la ira de Malegan, quien comenzó a liberar su veneno para atacarlo. Sin embargo, anticipando esta situación, Ojiro tomó las cadenas que solían mantenerlo prisionero y las arrojó al alcaide, esperando que el Kairoseki tuviera efecto sobre él.

Mallegan, disgustado, apartó las cadenas que en realidad eran de hierro y las dejó de lado, mientras Ojiro adoptaba una postura de Fishman Karate que aprendió de Jinbei, confiando en que su cuerpo de tritón pudiera hacer lo que su forma humana no podía.

Tomó una profunda bocanada de aire y sintió la humedad a su alrededor. Preparó su ataque para manipular el agua del ambiente, pero al lanzar su golpe de karate, no ocurrió nada más que hacer retroceder a los guardias ante la amenaza del ataque.

—JINBEI... NO LO ESPERÉ DE TI... SOLO DEBES SABER, QUE TUS ACCIONES REPERCUTIRAN EN TU REINO.

¿Mi reino? ¿Que... He hecho? Condené a toda una especie por mis acciones.

Una enorme hidra de veneno comenzó a formarse en la espalda del alcaide, pero Ace intervino rápidamente. Atrapó el cuerpo de Mallegan, impidiendo que liberara por completo su veneno, mientras las esposas de Kairoseki debilitaban su cuerpo.

—¡JINBEI! ¡AHORA!

Ace...

—¡SI!

El tritón preparó los ataques que había aprendido durante sus lecciones, golpeando con fuerza el estómago del alcaide. Esto provocó que el alcaide emitiera una flatulencia tóxica que afectó a quienes estaban cerca.

—¡VOLVIO MALLEGAN EL PEDORRO!

—¡EEEH PEDORRRO! —Cantaron los reos.

—¡Vámonos! —Ace jaló a Jinbei de sus cadenas —La habilidad de Mallegan tienen el efecto secundario que lo hacen este enfermo del estomago todo el tiempo... Aprovechemos, esta es nuestra oportunidad.

—¡Te sigo!

—Jinbei... Gracias.

—Agradéceme cuando salgamos.

—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAACEEEEEEEEEEEE! —Se escuchó la voz de Sombrero de paja resonar por la zona de escaleras.

—¡LUUUUUUFFYYYYYY! —Llamó Ace, mas una sombra los nubló antes de reencontrarse.

Una ola gigantesca de veneno inundó el piso 6, cubriéndolos por completo, tanto a ellos como a los reclusos circundantes. No tardó en que Ojiro perdiera el conocimiento debido a la cantidad de toxinas peligrosas corriendo por su sistema. Con la debilidad provocada por el hambre de días y los esfuerzos para liberarse, su cuerpo terminó sucumbiendo al veneno, perdiendo la vida sin lograr saber qué sucedió tras su intento de escape.

A pesar de la emotiva reunion de los hermanos que no permitirian huir sin intentar ayudar a quien le inspiró a Ace a escapar y sin la liberación de los criminales del nivel 6, pronto tanto Sombrero de Paja como sus compañeros de fuga fueron afectados por el veneno y volvieron a ser atrapados entre los barrotes de la prisión, pero esta vez, todos en el último nivel. A pesar de la voluntad del héroe que permitió que el capitán se reencontrara con su hermano, al final, la habilidad de Luffy para amistar a los revoltosos no pudo ser ejecutada, llevándolos así hacia una derrota inevitable.


Acudiendo al desesperado llamado del cocinero, Shoji se dirigió junto con Brook a una sala, donde una hermosa y letal mujer araña se encontraba torturando al pirata.

Decenas de manos comenzaron a nacer una sobre otra, tomando a la araña de distintas partes del cuerpo y sometiéndola al privarle de movimiento.

—¡ROBIN CHWAAAAAAN! —Exclamó el cocinero con lágrimas en sus enormes ojos de cachorro.

—Nosotros nos encargamos Sanji san. —Dijo el esqueleto, congelando y cortando las telarañas que lo apresaban. —Busca quien necesite de tu ayuda.

—¡SOLO TOMO ORDENES DE MI BELLA ROBIN CHWAN!

—Busca a quien ayudar. —Dijo Shoji cansado de su actitud.

—¡AAAAAAAAAAAAAAAYE!

—Tuve suerte de que, entre todos los presentes, mi mente fuera asignado a quien tiene más similitud con mi Quirk. —Shoji pensó entusiasmado de poder usar la verdadera capacidad de su habilidad.

El héroe cruzó sus brazos y dejó crecer varios de los delicados brazos de la pirata, rodeando a la mujer, y reforzando los agarres que tenía antiguamente. Impidiéndole mover sus extremidades.

Shoji, con sus ojos cerrados, recordó las lecciones de su sensei y, a pesar del agotamiento provocado por el esfuerzo extra de crear tantas manos, continuó formándolas una tras otra. Sin embargo, la falta de coordinación hizo que sus intentos de romper las patas de la mujer araña fueran apenas efectivas, logrando solo doblarlas ligeramente.

Su experiencia le hizo desarrollar un nuevo nivel de respeto hacia la pirata, pues comprendió que más allá de su habilidad versátil, era su inteligencia, precisión y concentración para dominar tantos elementos individuales, lo que la convertía en una adversaria letal. Así, reconoció plenamente el merecimiento de su sobrenombre: Niña Demonio.

—Brook san... Necesitaré de su ayuda... Estoy algo descoordinado... —Pronunció el héroe.

—YOHOHOHOHO, Debes estar cansada... No te preocupes, Robin san... Por algo vine contigo.

—Si no puedo controlar el poder de Robin... Tendré que buscar como usar mis limitaciones con una estrategia. —Pensó el héroe, cerrando sus ojos para concentrarse y cruzando sus brazos para crear una enorme telaraña de manos, para atrapar a Black María en su propio juego.

Al ser una figura geométrica plana, y no una extensión de su cuerpo conformado por miles de brazos actuando en perfecta sintonía; le fue mas sencillo poder maniobrar la habilidad, y atrapó patas y manos de la pirata... que, con una siniestra sonrisa tocó con las puntas envenenadas de las patas, las manos de Robin, afectando su cuerpo original.

Con una gran dosis de la toxina corriendo por su cuerpo, los músculos se debilitaron, y su vista se desvaneció, solo escuchando los llamados del musico preocupado por la pirata, hasta perder completamente la conciencia.


La música del violín sonó por el campo de batalla, envolviendo a los enemigos en una alegría inusitada. Sin dudarlo, comenzaron a dejarse llevar por aquella melodía, olvidando completamente el combate, para sumergirse en un carnaval imaginario que parecía cobrar vida ante sus ojos.

—Eso será suficiente. —Dijo Brook en el cuerpo de Jiro, descansando en su hombro el violín que fabricó Momo.

—No sabía que podias hacer eso. —Denki celebró sorprendido.

—¡Yohohoho! Cualquiera puede si comprende los efectos de la musica sobre la mente.

—¿Yohoho? ¿Estás bien? —Yaomomo revisó a su compañera.

—¡Increíble! ¿Ya te lo habían dicho?... ¡Estas llena de sorpresas Jiro!

—¡No es tiempo de halagos, los demás están en problemas! —Ordenó Momo.

El trio continuó avanzando, esta vez guiados por una suave y dulce melodía en el violín, que ocasionó los enemigos cayeran en un estado de sueño profundo; permitiendo encargarse de la situación sin tener casualidades hasta la llegada de los héroes profesionales que se encargaron de los villanos.

Con la experiencia de la heroína dominada, el esquelético cuerpo de Brook yació inmóvil mientras su mente apenas recobraba la conciencia impidiéndole hacer uso de su movilidad.

Trató de observar cuidadosamente lo que ocurría a su alrededor, pero su visión ligeramente borrosa y falta de fuerzas le impedía moverse por el momento, dejándolo ver como un genuino cadaver que, ironicamente, carecía de vida alguna.

Frente a el se paseó un hombre fornido que amarraba con cadenas a Jinbei, dejando sus músculos tensos mientras aseguraba los pesados eslabones alrededor del tritón. Al mismo tiempo, otro hombre, delgado y de aspecto cohibido, dejaba escapar unas toxinas paralizantes que se esparcían por el aire, envolviendo a Jinbei en una nube venenosa, mientras 3 atentos cuervos cargaban en sus patas pequeñas notas para los villanos que se encargaban de aprisionar a las victimas perdidas en los recuerdos.

Brook, inmóvil y sin párpados que pudieran delatarlo, observaba atentamente el desarrollo de los acontecimientos. Su mente, a pesar de estar algo lenta debido a la reciente recuperación de la conciencia, se enfocaba en analizar cada detalle, cada movimiento de los villanos que rodeaban a sus nakamas y algunos de los estudiantes. Sabía que necesitaba entender sus intenciones antes de actuar para planear su próximo paso de manera efectiva.

Una bella mujer de cabellera Lila junto con un hombre moreno de morado cabello crespo, arrastraron a Zoro, sin parar de quejarse a cada segundo al tirar de sus brazos.

—¿Tenían que dejarnos al más pesado? —Quejó la mujer dejándose caer en la nieve, exigiendo un descanso.

—No pudimos traer a los otros dos... Este viejo tetón consumió toda mi energia. —Reclamó el hombre.

—No importa si no los traen por ahora... —Dijo tranquilo el rubio que cargaba la tableta, viendo el historial de Zoro, dejándose de preocupar por los chicos a su cargo. —Raven informó que el pelirrojo parece estar convulsionando por una fuerte fiebre... No debe tardar mucho en perecer. —Complementó permaneciendo unos segundos en silencio, sintiendo lastima por el chico.

—¡Kirishima san! —Pensó Brook preocupado, indeciso de si usar su espíritu para ver el estado de los chicos, o permanecer a escuchar el resto de los planes.

—La suerte no estuvo de su lado... Vivió los recuerdos del mas suicida del grupo.

—Lastima... ¿El pelirrojo es el que se endurece? —Mencionó el chico de cabellera morada.

—Si.

—Un Quirk defensivo... No es de mucha utilidad para ellos... Déjalo morir. —Sugirió la mujer de brazos cruzados. —¿Qué hay del otro?

—¡Déjame dar un respiro! Solo recupero el aire, e iré por él. —Quejó sofocado y agotado el hombre delgado de bigote poblado, quien se había encargado de cargar a Sanji e Iida.

—¡¿Por qué no dejaste que cabeza de musculo lo trajera?! —Reclamó el pelimorado.

—El cargó al tritón...

—...

—Touché.

—¡¿Por qué no vas tu?! —Cuestionaron acusatoriamente al rubio encargado de la tableta, que no sucumbía a las múltiples quejas de sus compañeros.

—Por qué él se encarga de mantenerlos en trance. —Defendió el moreno musculoso de cuello inexistente.

—Estúpido Head&Shoulder lame botas...

—Solo danos los cabellos del capitán ¡Y ya! Ninguno de los demás podrá despertar.

—Disculpe mi interrupción... —Señaló el nuevo integrante de bigote tupído. —Pero si llegamos a punzarnos por accidente, terminaras como ellos.

—Cállate Flanders

—¡¿Flanders?!

—¡Si! ¿Qué va a saber el nuevo?

El rubio se acercó al recién integrado y, sin previo aviso, arrancó uno de sus cabellos... Que, en cuestión de segundos, se transformó en una aguja que brillaba intensamente en ambas puntas antes de entregárselo.

—Y esto ¿Para qué, o qué? —Preguntó confundido.

—Úsalo en caso de que te atrapen. —Dijo el rubio de ojos negros, dejando al recién llegado aún más perdido.

—No es que quiera ser grosero o mal agradecido... Pero, quedaré atrapado en sus recuerdos al igual que ellos...

—No seas idiota... Piensa más allá que eso. —Reclamó el pelimorado acercándose, cargando a Ochako y Tsuyu. —El Quirk de reminiscencia se activa con momentos fuertes, sean positivos o negativos... En su caso serán traumáticos o difíciles de superar... Si por una imposible razón terminas atrapado por ellos o en situación de peligro, usalo... De esa manera tendrán que enfrentarse a la simulación de tu evento para que puedan salir de el.

—Nada es imposible. —Murmuró el rubio.

—¡Oh, vamos! Tenemos el equipo perfecto... Todos los reportes apuntan a lo mismo... Este grupo es imposible de derrotar con fuerza fisica o de manera independiente. Pero juntos. —Dijo refiriendose a su equipo. —No podrán siquiera acercarse.

—Eso mismo pensó el equipo anterior de Indila, y fue capturada por la policia. —Excusó el lider encargado de mantener en coma sus victimas.

—En mi defensa, una de las acompañantes de las pubertas esas, no estaba registrada en la base de datos.

—Y eso ocasionó que desapareciera otro de los miembros... Si tenemos un descuido igual, los proximos seremos nosotros.

—Eto... Remi Sencho—Llamó el bigotón apuntando al cabello en la mano del capitan, al cual le tenía miedo maniobrar, por el temor a punzarse. —No pretendo ser grosero, pero... ¿De que me sirve que ellos logren vivir mi experiencia atrapado? Si yo no se como se librarán de eso... No quiero ofender, pero no me hace sentido.

—Este es un cabello diferente al resto... —Explicó Remi, sujetando el cabello negro del bigotón, para que lo viera bien. —Las dos puntas brillando significa que es emisor y receptor... Podrás ser testigo de cómo lo superaran, a cambio de que ellos vean como tu sales del dilema que ellos aleatoriamente enfrenten... Es un pequeño precio a pagar por la libertad o conseguir información...

—¿Estás seguro que funcionará?

—Que importa si funciona o no. —Dijo el hombre de cabello morado. —No olvides que somos desechables. Consigue lo que nos pidieron o muere en el intento. No hay otra opción.

—No seas grosero Bunshi... Hay maneras mas sutiles de decirlo. —Regañó Indila, a lo cual el rubio agradeció para continuar con su explicación.

—Tienen meses de relacionarse, deben conocer bien que palabras y modos usar para lograr un trato o convencerse de liberarse si estuvieran en nuestros cuerpos... Y de paso, si pueden conseguir cualquier información que tengan sobre nuestros movimientos; mejor.

—... —El timido adulto sudó de los nervios ante el plan de emergencia. —Con todo respeto, pero... Soy un hombre de familia que está aquí contra su voluntad... Mi experiencia no es tan basta como la de ustedes... Realmente dudo poder salir de los líos en los que se meten esos jovenes.

El capitán, tan metódico y analítico como siempre, le hizo entrega de la tableta que tenía en su pantalla, las fotografías de los estudiantes, siendo ¼ parte de ellos seleccionados.

—Los cuatro marcados con verde son los más débiles; según sus registros escolares y su seguro médico, no han pasado por fuertes desgracias... Si cambias con ellos no tendrás problema alguno... Incluso sus quirks son sencillos de usar.

El hombre vio la foto de Hagakure, Mineta, Koda y Aoyama, y procedió a revisar con detenimiento sus datos, quedando un poco mas tranquilo con la idea.

—Solo como último recurso. —Accedió guardando el cabello en un pequeño estuche de metal, que usaba para guardar sus anteojos.

—Igual no serrá necezarrio. —El musculoso se estiró, listo para ir por los demás. —Tenemos el equipo perr-fecto parra mantenerlos inconscientes.

[Gubka: Quirk; Absorción, Capaz de absorber y neutralizar cualquier tipo de golpe]

—Raven confirmó que todos estan incocientes... Solo falta ir por el resto. —La mujer que terminaba de leer uno de las notas en los cuervos, mencionó, peinándose sus mechones hacia atrás.

[Indila: Quirk; Canción de sirena, su bella voz es capaz de petrificar los cuerpos de quien sea la escuche]

El cuervo en el hombro de Indila graznó para despues salir volando.

[Raven: Quirk, Cuervos. Su cuerpo crea una banda de cuervos, los cuales puede controlar a voluntad y ver a través de sus ojos. Perfectos para espionaje]

—¿Por qué él no se presenta en persona? —Quejó el nuevo, que desconocía la identidad de su compañero.

[Medd: Quirk; toxinas, puede crear toxinas para debilitar cuerpos; dejándolas inactivas por varios dias dentro de un ser humano a través de ingesta y activarlas en el momento que desee.]

—Él debe permanecer fuera del alcance de todos... A diferencia de nosotros, Raven no tiene ningún Quirk defensivo o inmovilizador. En este sitio sin red, la única manera de comunicarnos es el. Por su seguridad, lo mejor será que incluso nosotros no estemos enterados de su ubicación.

—Como si algo pudiera salir mal. —Burló el de cabello crespo.

[Bunshi: Quirk, moléculas. Es capaz de separar y unir moléculas para crear reacciones químicas]

—No seas tan arrogante. Separar temporalmente las moléculas del oxígeno para que se sofocaran solo los mantendría dormidos durante unos momentos. No serviría de mucho si no fuera por el Quirk de Remi.

[Remi: Reminiscencia, puede transferir la conciencia entre dos personas para que vivan las memorias ajenas. Solo logrando que el recuerdo avance sin perder la vida hasta superar el momento traumatico, podrán salir de su simulación]

—Nada está escrito... Cualquiera de ellos podría despertar... Por eso será mejor que Bunshi y yo quedemos de guardia.

—Y yo zea zu guardaespae-ldas. —Proclamó Gubka.

—Por ahora no es necesario... Mantendremos a este grupo bajó control... Tu encárgate de reunir al resto con Medd e Indila... —Pronunció recuperando su tableta y descansando comodo recargándose en el suave busto de Nami, usandolo como almohadas. —Solo faltan... La niña demonio, el cyborg, el amante del algodón y God Usopp... Prioricen a la niña demonio y el cyborg, no podemos permitir que despierten.

—Entendido.


Sundancer explicando los nombres:
¿A ustedes no les cuesta pronunciar o recordar los de los Boku no Hero Academia? A mi me costó, y me señalaron que todo este tiempo he escrito mal el de Nemuri (Lo escribía Nerumi) Cuando tenga tiempo en 6 meses TToTT lo corregiré.

Bueno, los nombres de los 'Villanos' de este incidente son:

Indila: Nombre de una cantante Francesa
Bunshi: Moleculas en Japonés
Remi: De reminiscencia; Hecho de venir a la memoria lo que está lejano en el tiempo o casi olvidado.
Medd: Su linaje proviene de personas con quirks curativos, por lo que le llamarón Medd, por medicina. Sin embargo su similitud con un personaje de los Simpsons, hace que le llamen Flanders.
Raven: Su cuerpo produce cuervos... No hay mas explicación. Toda su familia tiene el mismo Quirk, por lo que tienen nombres similares.
Gubka: Apellido Ruso, la palabra significa 'Esponja' (Imaginenlo hablar con un marcado acento Ruso)