Disclaimer
Ranma y ninguno de los personajes de Ranma 1/2 me pertenecen, todos son propiedad y autoría de Rumiko Tahakashi. Este fanfic es realizado sin fines de lucro
A primera vista
Ranma miraba al vacío desde el tejado del hogar Tendo, el cual le respondía con una enorme negrura, hacía un rato que el sol se había ocultado y la luna había decidido ocultarse por esa noche, dando la impresión de que podría devorarlo en cualquier momento, si en verdad creyera eso. Su cara era de molestia, se podía decir desde lo lejos, sus cejas se encontraban muy juntas y su mejilla era cubierta por una tela en un intento de que la herida que había abajo sanara lo más pronto posible, cosa que iba a ser difícil, ya que el chico no dejaba de tocarla a cada rato, en parte porque le molestaba y en parte en un intento de desquitarse con quién le había hecho tremenda herida.
Bufó por lo bajo y luego se quejó del escozor que sintió cuanto intentó remover la cinta que se adhería fuertemente a su mejilla, desistió de su idea, Kasumi siempre había sido muy buena en los primeros auxilios, y era obvio que no cedería fácilmente. Enojado, se acercó a la orilla del techo y dejó caer parte de su cuerpo para poder ver a través de la ventana que estaba justo debajo de él, al principio no pudo ver bien, pero pronto su vista comenzó a acostumbrarse y poco a poco se fue mostrando lo que había dentro.
Una pequeña y delicada figura yacía plácidamente en su cama, con una respiración lenta y pausada, se le notaba tranquila y apacible, ante la vista, su coraje se fue apaciguando de a poco, sin embargo el sentimiento no duró demasiado, ya que, entre aquellos delgados brazos, se encontraba un pequeño cerdo color negro disfrutando de un tranquilo sueño junto a la chica, las ganas de golpear a alguien volvieron, y en su ser, se filtró la idea de que quería entrar al pequeño lugar y zarandear a la chica hasta que despertara, vería su cara de confusión y tal vez un poco de miedo, para rápidamente pasar a una de enojo, se gritarían, el pequeño cerdo saldría a su rescate, pelearía contra él y así podría destruir todo cuanto estuviera a su alcance en excusa de que fue culpa del pequeño ser, saldrían todos de prisa de la pequeña alcoba, levantarían a todos en el proceso, la pelea se trasladaría ya fuera al patio o al frente del lugar, o en el mejor de los casos al dojo, pero al final todos estarían enfadados y bastante despiertos, y tal vez, al cabo de un rato, todo se calmaría y ahí era cuando, finalmente, podría ir a dormir sin problema, sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos, no debía hacerlo, no importaba cuanto lo deseara o necesitara.
El chico soltó un suspiro algo cansado y decidió que lo mejor era que dejara de ver a través de ese cristal, no estaba seguro de cuánto resistiría el no llevar a cabo lo que su mente había planeado, fastidiado se recostó en el techo a la misma altura en la que se encontraba la cama de la chica, no era la primera vez que lo hacía, sobre todo si habían discutido con anterioridad, justo como ese día, el hacer eso le daba la sensación de que, no importaba lo molestos que estuvieran el uno con el otro, la podía sentir cerca de él.
Justo después de eso es que al fin se pudo relajar, por desgracia, cuando eso le pasaba, ciertos pensamientos y dudas comenzaban a asaltar su mente, como, por ejemplo, a veces no se entendía para nada a la chica, ni el porqué se molestaba con él cuando las demás prometidas se presentaban, es decir, él no le decía nada cuando la bola de ineptos que creían que ella era bonita aparecían y comenzaban a pretenderla, solamente realizaba su labor tal y como le había dicho su tío.
Tampoco era su culpa que, cualquiera que se le acercara, buscara pelea, no era como si fuera él quien buscara la pelea, aunque admitía que lo agradecía, así podía practicar más y ser mejor artista marcial, y de paso quitarse algo de estrés, y es que en verdad que no comprendía el porqué tantos tipos se le acercaban a la peliazul, no es como si tuviera un cuerpo despampanante como Shampoo, quien realmente tenía un muy buen cuerpo, o habilidades culinarias como Ukyo, quien sus guisos siempre eran exquisitos, no comprendía qué era lo que alguien podría ver en una chica tan simple como ella.
Sabía que lo que pensaba era mentira, él conocía muy bien cuáles eran las habilidades de la chica, y saltaban tanto a la vista que era imposible no verlas, aún si fueras ciego saltarían inmediatamente, nunca había conocido a nadie igual, y menos que fuera mujer, tenía una determinación única, que podía rayar en ocasiones en terquedad, y aunque muchas veces la había puesto en grandes problemas y peligros, era también algo único en ella, que admiraba y odiaba.
Era esa misma osadía la que le casi la había arrebatado de su lado en varias ocasiones, sin embargo, la que nunca podría sacar de su mente sería en definitiva la última, cuando estuvo seguro de que… Sacudió la cabeza de forma enérgica alejando todos aquellos recuerdos amargos, si ha habido algún momento en su vida que sintió miedo, en definitiva fue esa, y aunque le gustaría decir que esa sería la última, estaba casi seguro de que no sería así, sobre todo con una chica tan testaruda como ella cerca de él, un tipo que atraía el peligro como un imán, y es que no importaba cuántas veces se lo dijera, ella nunca le haría caso aún si le rogara que huyera y lo dejara atrás, si había algo de lo que estaba seguro, es que ella estaría ahí, a su lado, sin dudarlo.
Y esa era otra cualidad de ella que era imposible de ocultar, era una persona bastante leal, leal a sus amigos, a su familia, a sus ideales y a lo que creía correcto y justo, hizo una sonrisa burlona al pensar en eso, puesto que, sin importar lo íntegra que quisiera intentar ser, de cualquier forma era una persona con flaquezas, y se equivocaba, mucho más seguido de lo que le gustara admitir y reconocer, pero aún así era bastante loable la forma en la que intentaba actuar, y aunque nunca se lo dijera, le parecía algo tierno, para él era como verla crecer, el tratar de conservar la justicia infantil y entender la de la adultez.
Cuando veía a Akane junto a las demás chicas, era algo digno de ver, Shampoo derrochaba sensualidad y liderazgo, algo que era característico en las amazónicas, más de una vez se le había arrojado con la firme intención de tener un momento íntimo con él, y siendo honesto, a él le encantaría, era hombre, tenía sus puntos débiles, y aunque intentara reprimirlos, no podía evitar algunas reacciones fisiológicas naturales de su cuerpo, el cual en ocasiones se negaba a obedecerlo, sin embargo, no importaba cuánto la china lo intentara, ni cuanto su cuerpo lo deseara, había algo que simplemente nunca conectaba con el momento ni la situación, así que estaba seguro que nunca nada pasaría jamás con ella, aunque no creía que sirviera de mucho que dijera algo, la desgracia siempre lo perseguía, y era atrapado en un momento poco oportuno, justo como esa mañana. Rodó los ojos, ahora podía recordar el por qué el día había comenzado tan mal.
La parte contrastante era Ukyo, aunque la mayor parte del tiempo usaba ropa de hombre, ella también podía llegar a ser sensual y atractiva, cuando se lo proponía, sin embargo tenía el mismo detalle que con la peli morada, no podía verla como mujer, sólo como aquél amigo que conoció en su infancia y a quien, en cierta medida, quería, inclusive si se esforzaba podía intentar verla como una amiga mujer, no hombre como sus recuerdos, pero nada más, su corazón, para con ella, era de cariño, y protección hacia un recuerdo del pasado, de alguien con quien hizo conexión en un momento, y de una persona que hace okonomiyakis deliciosos, sin embargo, jamás sería de verla como mujer, como pareja, como posible amor, y eso era algo que le dolía, porque sabía que en cuanto se lo dijera, perdería una amistad, una que en verdad le importaba.
Era algo que llevaba tiempo pensando, en al fin decir la verdad, pero cada que lo intentaba, el temor le invadía, aunque no era la clase de miedo a la que estaba acostumbrado, como cuando había un gato que simplemente se paralizaba, o cuando se enfrentaba a alguien fuerte, que era entre emoción y expectativa, este miedo le hacía doler el pecho, aunque ligeramente. Recordó cómo en la mañana, a la hora del almuerzo, estuvo a punto de al fin hablar con la chica, pero su suerte no ayudó, así que la plática quedó inconclusa, sin embargo, por la mirada que puso la chica justo antes de perderse de su vista, estaba casi seguro de que ya sabía de qué se trataba, eso le alegró y preocupó, puesto que ahora no sería capaz de postergarlo más, tenía el tiempo contado.
Después de eso su día fue en decadencia, Kodachi se mostró, y con ella su hermano, de pronto el chico cerdo hizo su aparición repentina mostrándose por demás alegre por ver a la peliazul, lo cual hizo que su sangre hirviera, si había alguien que le sacara de quicio era su amigo, y es que no podía comprender el porqué derramaba tanto amor por la chica, aún podía recordar las palabras dichas por el cerdo "Fue amor a primera vista" Bufó
¿Cómo podía decir aquello con tanta soltura? Si de principio ni siquiera le prestaba atención, todo fue a partir de ese estúpido accidente dónde ella lo tomo al final como su mascota, sin embargo, él aseguraba que, desde el momento en la que la vio, quedó flechado por su belleza y su femineidad. Ese era el principal motivo por el que, cada vez que lo veía, quería golpearlo y lanzarlo lo más lejos posible, el idiota no sabía de lo que hablaba.
No existía algo como el amor a primera vista, no se podía, no había forma en que, sin conocer a alguien pudieras sentir esa clase de amor o cariño, el amor se forja a través del conocimiento, comprensión, compañerismo, de trabajar juntos, de hablar, de tratarse, de poder confiar en el otro, de saber que estarán ahí en las buenas y en las malas, él era un artista marcial de calidad, no podía estar creyendo en cosas tan fútiles como esas.
"Tú tienes suerte Ranma, tu no tendrás que esperar a que alguien se enamore de ti, ya que la hermosa Akane es tu prometida" había dicho Daisuke en una ocasión "Sí, tu nunca sabrás lo que es que te rompa el corazón alguien de quien te enamoraste a primera vista" había secundado Hiroshi. En esa ocasión no había entendido tampoco las palabras de sus fieles amigos, ellos conocían a la Akane grácil, la que se enfrentaba diariamente a chicos con el único propósito de evitar una cita con alguno de ellos, a la que era buena estudiante y buena compañera, pero nada más.
Nadie conocía a la verdadera, él fue el primero en descubrirla, en saber que ella no podía nadar, que sus cualidades culinarias y doméstica dejaban mucho que desear, que sin proponérselo podía matar a cualquier persona con cualquiera de sus guisos, pero que aun así, no dejaba de intentar mejorar, todos conocían lo determinada que podía ser, pero no lo obstinada, que podía saltar al fuego, literalmente, por alguien, nadie conocía lo graciosa que podía llegar a verse con bigote, ni lo mal que era dormir junto a ella.
Tampoco nadie conocía lo tierna y agradecida que podía ser cuando estaba enferma, ni lo delicada que se podía ver, ni lo linda que podía llegar a ser cuando se lo proponía, de cómo cuando se sonrojaba otorgaba un cierto aire infantil y sensual a su rostro, ni lo bien que olía después de bañarse, nadie olía como ella, no importaba si usaban los mismos productos, ni el hecho de que en las mañanas, antes de irse a la escuela, veía su cuerpo entero criticando lo que ella consideraba defectos, los cuales él se los había hecho notar, como sus caderas, excelentes para el deporte, y su pecho, que era ideal para el combate y para la vista de cualquier hombre.
"A primera vista" dijo en algo apenas un murmullo, la frase le sabía extraña, tonta en cierta medida, difícil. ¿Había en serio alguien que creyera en algo tan absurdo como eso? Si supieran lo violenta que era, que a la menor provocación le arrojaba cualquier cosa que hubiera a su alcance, su fuerza descomunal casi comparable a la de un gorila y que su voz podía alcanzar octavas que estaba seguro nadie más podía no dirían algo así a la ligera. Si conocieran a la verdadera Akane, sabrían que era voluble, que su mirada te podía congelar o derretir en un instante, dependiendo del humor que tuviera, que cuando comenzaba a llorar sentías que el mundo se destruía a tu alrededor y que serías capaz de hacer hasta lo imposible por no verla así, que con una sonrisa podía desarmarte sin necesidad de nada, que aunque ella no se veía como una mujer, poseía una belleza envidiable que cualquiera, menos ella, se habían dado cuenta y que, sin pensarlo, darías tu vida por ella, en definitiva aquellos que decían eso no sabían de lo que hablaban.
El sol comenzó a alzarse por el este, lanzando hermosos destellos dorados y rojizos por doquier mientras comenzaba a bañar todo a su paso, había pasado la noche en vela, revolvió su cabello en señal de desesperación y algo de cansancio, sin embargo, no estaba molesto, pronto la ciudad comenzaría a cobrar vida, así como el hogar en el que ahora residía, las discusiones y peleas llegarían y la paz terminaría, sin embargo, aunque todo eso debería causarle molestia o estrés, no lo hacía, ya que ya se había acostumbrado a ese estilo de vida. Al mirar los colores en el cielo, no pudo evitar pensar en los ojos de cierta chica que pronto se abrirían, ese color le gustaba, por decir lo menos.
Se estiró un poco intentando quitarse lo acalambrado de su cuerpo mientras lanzaba un bostezo al aire y, sin pensarlo, sonrió, porque, pese a todo lo malo que podría decir de Akane, pese a todas las debilidades, flaquezas y errores que pueda tener, era obvio que esa chica era única, y que cualquiera se enamoraría de ella sin pensarlo dos veces, y es que, ella tenía algo que no había visto nunca en ninguna otra persona, y que pudo descubrir el mismo día que se conocieron.
A veces pensaba en ese día con algo de nostalgia y gracia, preguntándose si tal vez, se hubieran conocido como chico y chica, algo habría cambiado, seguramente sí, pero no para mejor, si ese día se hubiera mostrado como chico, no habría podido ver a la Akane detrás del caparazón que había formado a lo largo de los años, cuando la conoció, conoció a la verdadera, una chica sencilla, amable, dispuesta a brindar una mano amiga a un completo extraño que, seguramente, se veía bastante asustado por la repentina sorpresa de llegar a casa de personas que no conocía y tendría que quedarse ahí sin opción a réplica.
Recordó cómo sus ojos brillaban de una forma única, llenos de luz y honestidad, tenían un color tan único que simplemente lo dejó asombrado, la curiosidad lo atrapó, y se preguntó si acaso aquella chica no conocía maldad o dolor alguno, después descubriría que sí, y la curiosidad lo picó más ¿Cómo alguien que había sufrido de esa manera podía tener tanta vida en sus ojos? Él no podía, estaba seguro. Luego estaba aquella sonrisa, tan radiante, tan honesta, con una risa tan melodiosa que te hace adicto y quieres oírla todo el día, esas eran las armas más poderosas de ella, y ni siquiera lo sabía, y era lo que hacía que te desarmaba sin siquiera proponérselo, con tales armas era muy fácil que cualquiera se pudiera enamorar de ella a primera vista, tal y como él lo había hecho la primera vez que la vio, aunque esa confesión, se la llevaría con él a la tumba, porque no existía algo tan ridículo.
Notas del autor
Este fanfic fue realizado como parte de la dinámica de la página de facebook #MundoFanficsInuyashayRanma para su #Rankane_week_2024 en su dinámica #por_amor_al_fandom
Para el primer día, tenemos #dia_1_Amor_a_primera_vista, de ahí el título de este fanfiction, no soy buena con los nombres para los fanfics así que agradezco mucho el ya tener el nombre listo para la historia. También agradezco mucho la invitación por parte de #MFFIYR para participar en esta divertida dinámica.
La idea es que sea un fanfiction por día, pero como todo buen escritor, se me vino el tiempo encima y no los pude terminar, así que, posiblemente los fanfics no salgan conforme a como deberían ser, uno por día, pero intentaré que salgan los siete, por eso es que este fanfic es tan corto.
Como siempre, agradezco a todos los que leen mis fanfics, porque sin ustedes, estos no tendrían vida, y también agradezco a todos los que pueden y quieren dejarme un review, siempre son bienvenidos.
