¨¡Novato, deja de estar distraido! ¡Mueve el trasero para ayer!¨
¨...¨
Sin decir nada el bastardo asintió y se acercó a donde tenía que estar. Dios, odio a los nuevos y su timidez. ¿Tanto les cuesta iniciar una conversación? Entiendo que prefieran estar a veces lo más alejados de los demás, pero eso no es práctico. Y también es aburrido. Siguiendo con mi mirada al nuevo chico, me aseguré de dejarle bien en claro mis sentimientos detrás de la máscara.
En general todos tenemos máscaras así que los sentimientos transmitidos no son los mejores, ¡pero eso no es lo importante! ¡Geo y Pyro se entienden bien, ninguno molesta al otro! Hasts generamos cristales.
¨Aprovechándote de que ya no eres el más nuevo, ¿eh? Como se esperaba de ti¨
Quien habló fue la misma mujer molesta de siempre. Miré hacia arriba y bufé de puro desprecio. Ella, la mujer demasiado alta para el bien de todos, se atrevió a verse arrogante a más no poder. A su lado su fiel aliada en eso de ser un incordio se rió con la misma locura a la que nos tiene acostumbrados, solo que más contenida.
¨No quiero escuchar eso de quien no perdió ninguna oportunidad de decir cómo estaba por debajo de ti. Y si, si, en más de un aspecto. El hecho de que seas tan alta no te da derecho a meterte con los demás. ¡Mucho menos con alguien que te cuida la espalda!¨
La sonrisa de esa bruja se acrecentó mas no dijo nada, prefiriendo mirar a un costado, al grandulón que le encantaba boxear. ¨Al margen de tus amenazas, ¿cómo ha ido la exploración? ¿Encontraste algo?¨
¨Negativo. No hay absolutamente nada a la vista. Tampoco he encontrado lo que vinimos a buscar. En general Espinadragón es tan monotona como temíamos¨
Suspiré cansado ante la dolorosa verdad de que nos mandaron aquí a no molestar o a mantener el dominio Fatui en el área. Ya de por sí es innecesario cuando estamos a un paso de tener influencia muy relevante en Mondstant, pero si no nos dejan explorar los restos de ese dragón o tratar de robar algo de aquel Alquimista, ¿de qué sirve quedarse aquí? Solo se matan Hilichurls, y eso aburre muy rápido.
No es que me la quiera pasar de combate en combate, pero un poco de emoción no haría daño, ¿no? Los de arriba podrían ser un poco más comprensivos con nosotros, sus fieles cuasi-esclavos.
Aún sin decir nada, el tipo tímido se recostó la espalda en un árbol muerto y nos miró a todos con deseos apenas contenidos de iniciar una conversación. No dándole el gusto, lo ignoré, prefiriendo que el bastardo dé el primer paso. Somos soldados, no un grupo de adolescentes: si queremos socializar, lo hacemos. No tenemos tiempo para mierdas tan inútiles como la autoestima o el temor al rechazo.
Mientras no nos mates, te aceptaremos. No tenemos otra opción.
¨Nee nee, ¿puedo ir a explorar un poco? Creo que podría haber Aventureros cerca. ¡Quiero darles un susto!¨ Ugh, como siempre la loca y sus bromas que buscan dar un paro cardíaco. Antes de que alguien más hablara, decidí que esta vez sería yo quien le aguara la fiesta.
¨Nuestra posición está asegurada, pero sigue siendo delicado de momento. No podemos asustar a los locales más de lo que ya lo hacemos. Podríamos darles un motivo para dudar de nuestra buena voluntad¨ Por más que tengamos un objetivo noble, al final ninguna de las Seis Naciones nos entenderán. Esto es algo que solo la Tsaritza comprende y ella es la única que nos tolerará.
Para el resto del mundo somos villanos, no héroes, y aunque el tiempo nos dará la razón, hasta ese día seremos los antagonistas del mundo... Pero claro, no espero que alguien tan descerebrada como ella lo entienda. Su mente está ida de tanto que inhala ese polen de mosquitos glorificado.
¨Pero estoy abuuuuriiiiida. ¿No puedo darles un susto? Uno pequeñito. ¡Prometo que no le haré tanto daño!¨
¨Me preocupa que es lo que consideras como 'no tanto daño', la verdad...¨
La loca, en un acto de madurez tal que solo se le podría ocurrir a una genio, me sacó la lengua e hizo sonidos de asco. Yo solo suspiré, acostumbrado ya a esta mujer y sus locuras. La bruja alta tan solo negó con la cabeza, más entretenida que otra cosa y el boxeador de aire nos miró sin entender del todo. Los otros, metidos en su propia discusión sobre quién era el más fuerte, no participaron de nada.
En cuanto al tímido, solos nos miraba sin casi respirar. Sumando otro rarito a este grupo, quise suspirar de nuevo, ya cansado de tener que lidiar con inadaptados. ¿Qué dice eso de mí? Yo soy un tipo perfectamente funcional la mayor parte del tiempo... Bueno, es verdad que una vez me pasé con mi enojo y creo que dejé con retraso mental a un tipo, ¡pero eso estuvo totalmente justificado! Todos sabían cuánto me costaba obtener alimento decente.
Esa carne lo valió totalmente.
¨Je, de verdad se llevan muy bien. Como se esperaba de los mejores amigos¨ Y aquí va esta de nuevo queriendo que seamos amigos. Dios, solo de pensar en tener que lidiar yo también con sus locuras fuera del trabajo me dan ganas de dimitir. Además, estoy seguro de que ella solo quiere tener a alguien que la ayude a lidiar cuando esta loca hace berrinches de niña pequeña. No hay otra razón.
¨...¨ La loca se quedó en silencio, desconectada de esta realidad por escuchar semejante bazofia. No queriendo verme igual de tonto, chasqueé los labios, llamando la atención de las dos.
¨Ni soñando somos amigos. Ella me quiere muerto y yo también¨
¨¡! ¡M-Miserable!¨
¿Ven? A la más mínima provocación ella se puso furiosa y se abalanzó a atacarme. Por suerte la bruja alta, aunque todavía del lado de esa loca, por lo menos siempre se ha asegurado de que todos salgamos en una pieza. Sosteniéndola y levantándola en el aire casi como un animal, no me perdí como, a través de esa máscara, esos ojos me estaba juzgando duramente. Sin motivo, por supuesto, porque todas mis acciones son razonables. Si señor.
¨... Dios, no me contrataron para esto¨ A mí tampoco, boxeador del aire.
¨¿Eh? ¿Qué tanto pasa aquí? ¡No podemos tener nuestra competencia en paz! ¡Estaba a punto de ganar nuestro honorable juego!¨
¨Solo era piedra, papel o tijeras¨
¨¡Piedra, papel o tijeras supremas!¨
... Bajé la cabeza ante las tonterías del francotirador. Supuse que los que usaban Pyro están destinados a ser unos bichos raros. Aunque el grandulón del martillo tampoco se queda atrás, también hablando de cómo 'todos tenemos que llevarnos bien porque somos un equipo' y esas cosas que seguro leyó de alguna novela de Inazuma. Incluso cuando todos en cierto modo creemos hacer lo correcto, él es el único que es genuinamente un buen tipo. A veces creo que no debería esta aquí.
Digo, ¿que no su sueño era ser Aventurero? Pero dijo que el llamado al deber le pudo más. Todo lo contrario de mí, que se metió en esto porque la alternativa era no tener nada o peor, quedarme con mi madre. Solo la Arconte comprende que prefiero aguantar a mil de esa loca antes que volver a ver a esa auténtica bruja. Nunca me voy a olvidar de cómo me maltrató incluso al final.
Por mí que se muera de esa enfermedad. Le hará un bien al mundo que no esté en el día prometido.
¨De verdad son unos escandalosos. ¿Por qué estoy metido con ustedes?¨ Dices eso pero bien que estás sonriendo, boxeador del aire. ¿Acaso tú también leiste una de esas novelas? Negué con la cabeza al confirmar nuevamente que soy el más normal de aquí y dejé que los bastardos se congregen para empezar a hacer conversaciones, o maldiciones en el caso de la loca, que apenas podía distinguir. Parecíamos casi un grupo de amigos...
Quise reírme ante ese pensamiento, porque era muy consciente de que, si estábamos cerca, era solo porque habíamos vivido un montón de experiencias mortales juntos. Incluso yo, el más nuevo del grupo, he pasado meses estando solo con estos lunáticos. A las malas es inevitable acabar pareciendo amigos. Pero, al menos yo, creo que el día en que me pueda retirar, los mandaré a la mierda.
No se puede confiar en nadie. Siempre estás solo. Si me interesa proteger a estos tipos es solo para que me protegan mejor. Pensando así, por instinto me dirigí hacia el novato que seguía mirándonos, buscando algo, cualquier momento oportuno para mezclarse, pero no encontrándolo. Él, sin duda, es un bicho raro que aún no entró en confianza, pero estoy seguro de que en algún momento será otro dolor de cabeza.
Así que al menos puedo acelerar el proceso y ahorrarme la esperanza, ¿no?
¨Deja de quedarte ahí como un tonto y ven. Te vas a morir congelado y no, el que seas Pyro no te protege¨ Ni Celestia sabe la cantidad de idiotas que creyeron eso...
El tipo se mostró sorprendido como el idiota que aparentaba y luego mostró un lenguaje corporal incómodo... pero finalmente, aunque a paso de bebé que está en proceso de aprender a caminar, se acercó a nosotros. Ya cuando estaba a una distancia óptima, palmeé su espalda, me reí de cómo pude sentir a sus instintos de combate florecer y y lo empujé en el centro del caos.
¨De verdad odio a los novatos¨
Tal vez con esto abra la boca. Estar aislado te puede funcionar si eres muy apuesto, ¿pero cómo se va a notar eso con la máscara? Estos novatos siempre son unos tontos.
Como era de esperar, el novato no dijo nada cuando se quedó en medio del desastre y los demás tampoco es que le dirigieran la palabra, más metidos en sus propios traseros que en darle una bienvenida al chico nuevo. En ese aspecto creo que queda claro que soy el más normal del grupo, ya que entiendo cómo se debe sentir una persona no tan rara entrando a este circo.
Se veía nervioso, mirando de un lado a otro, y pude sentir en él su instinto de combate activarse, temiendo que en cualquier momento lo atacaran. Ya saben, cosas de gente nueva y racional como yo. Pero, al final, todos terminan dejando de maravillarse por el circo y acostumbrarse al acto. Con el tiempo es que vendrá todo el desprecio a estos payasos si eres normal o te unes a ellos si eres un rarito.
Calmado pero también con un esfuerzo que pude sentir en su respiración, se quedó de piedra en medio, buscando mimetizarse con el entorno o algo así. Suspiré, odiando que ya pudiera ver cuales serían las rarezas del chico nuevo, pero igual me acerqué. Estaba muy cerca de la loca de los mosquitos glorificados y tengo miedo de que quedé atrapado en fuego cruzado. Lo agarré del hombre e ignorando su miedo lo alejé un poco de la loca.
¨¡Te matareeeeee!¨
¨Si, si, yo también te quiero¨ Tan solo sonriendo ligeramente de cómo ella volvió a explotar con energías renovadas, me dirigí al chico nuevo que me miraba tan fijamente que pasaba del halago al acoso. ¨Escucha, novato, estar quieto es bueno a veces, pero trata de cuidarte de ciertas personas. La loca de los mosquitos glorificados-¨
¨¡Soy una Maga Cicin, idiota!¨
¨Lo que dijo, si, es peligrosa. Sobretodo lo es conmigo, pero cuandoe está enojada ella no tendrá escrupulos. Perfectamente podría intentar usarte como mandoble si le das suficiente cuerpo. Mantente alejado de ella¨
¨... ¿Sabes que soy su amiga y que solo por mí no estás en el piso llorando?¨ La mujer alta de repente habló, sintiendo en su voz, aparte de la típica locura que caracteriza a las mujeres Fatui, un toque de maldad pura que me hacía recordar una vez más porqué estaba soltera pese a ser muy hermosa. Que la Tsaritsa tenga piedad del pobre diablo del que se fije ella a continuación.
¨Y no sabes cuánto te lo agradezco. Ahora, déjame que estoy educando¨
¨Más bien maleducando¨
¨Puff, aún mejor que la mayoría de profesores en el mundo¨ Mi experiencia en Sumeru me hizo apreciar todo lo que está mal con la educación: en mi opinión, uno solo debe aprender lo que le resulta útil. ¿Averiguar los misterios del mundo, culturizarte? ¿Cómo va a importar eso cuando nuestra Diosa ya nos da todas las respuestas que necesitamos? Y tenemos al Doctor: no necesitamos pensar.
... Por otro lado, tenemos al Doctor: estaría bueno que alguien más piense, ¿no? Pero bueno, él no me dirige, así que bien por mí. Y no es que el sea TAN malo si la Tsaritsa lo eligió. Si es digno de acompañarnos en nuestra noble meta, asumo que debe tener alguna clase de virtud que nadie ve... ¿creo?
Dejé de pensar en lo aterradores que a veces eran nuestro Heraldos para centrarme de nuevo en el chico nuevo que veía todo con el mismo asombro de un niño pequeño a nuestras armas. Es casi lindo. Casi. ¨Continuando, la señora alta de ahí es nuestra honorable líder. Es la más fuerte, la de mayor rango y aquí entre nosotros, es la única que veo dirigiéndonos y no explotando en el proceso¨
¿Me incluí a mí por error? No, pero la presión que estaba sintiendo de ella me dejó claro que si decía algo incorrecto iba a quedar atrapado en su hielo hasta nuevo aviso. Y creo que si me congela el pie en esta montaña, directamente tendrían que anputarme. Así que por eso fui bueno, doy el ejemplo y por favor deja de mirarme, jefa, que das mucho miedo.
¨...¨ Y el chico nuevo sigue sin hablar. Si no moviera la cabeza, creería que se murió del susto o algo.
¨... E-En fin, el grandulón de Anemo es nuestro segundo al mando. Es un tipo muy centrado, capacitado y a veces puede ponerse un poco gruñón con la existencia en general: si lo ves así, no lo molestes o dale algo de tomar. Eso lo suele calmar¨ Ignorando el 'te estoy escuchando' del único tipo de aquí que respeto, finalmente me dirigí a los dos que estaban compitiendo en piedra, papel o tijeras porque sino este lugar sería un caos.
¨...¨ Aunque no dijo nada y su máscara impedía verle la cara, pude sentir la sorpresa de la pura absurdez que estaban viendo sus ojos. Las ovejas negras del escuadrón no paraban de gritar cosas vergonzosas como 'Papel Protector Insuperable', 'Tijeras Cortadoras de Cosmos' o 'Piedras Continentales', entre varios otros que temo de procesar. El morirme de pena ajena por culpa de esos raritos no es cero.
Aclarándome la garganta para llamar su atención, expliqué lo mejor que pude... esto.
¨Ellos son... son por así decirlo nuestros miembros más energicos. Son tipos que se la pasan compitiendo porque al parecer el de Pyro le hizo 'algo imperdonable' al otro y ahora no paran de competir. Usualmente solían ser más... mortales, pero la líder los convenció de mejor enfocar su odio en algo más saludable. Y el resultado es... es... es eso, supongo¨
¨¡Piedra Planetaria!¨
¨¡Papel Cubre Planeta!¨
¨...¨
¨...¨ Si... yo tampoco tengo palabras. En ese sentido tu silencio dice mucho, novato. Ansioso por dejar de ver ese espectáculo digno de una novela de Inazuma, y de las malas, acerqué a mi lado el cuerpo del novato que por una vez no se resistió a un punto violento y lo hice mejor mirarme a mí. Alejándome un par de pasos y posando como había practicado para este día, decidí que era momento de cerrar con broche de oro.
¨¡Y yo soy la retaguardia! Como todos nosotros, hace tiempo que dejamos atrás nuestros nombres. Llámame solo Geo para abreviar, ya que no hay otro Geo entre nosotros. Soy... no te voy a mentir, soy bastante important-¨
¨¡Eres relleno! ¡Relleno absoluto! ¡No vales nad-¨
¨-e y tengo el rol de ayudar al equipo, no solo en combate, sino en sus necesidades generales. Comprenderás que es una labor un tanto laboriosa, ¿no?¨
¨...¨
¨Tomaré tu silencio como un sí. Y si no, pues vas a estar de acuerdo, ya que hasta que sepamos bien qué esperar de tus capacidades, estarás haciendo lo que yo. ¡Vas a trabajar mucho, así que prepárate!¨ Ya diciendo todo lo que quería decir, procedí a dirigirme a la maldita que se la pasó toda mi presentación metiéndose hasta con mis mascotaas y me puse a ponerla en su lugar mientras la jefa seguía arrullándola como a una bebé.
¿En cuanto al novato? Siguió sin decir nada, y verlo de reojo me confirmó que sería el rarito del grupo que solo se queda quieto en un rincón mirando. Viendo como al parecer seguiría siendo el único medianamente normal, me enfoqué en liberar mis frustraciones con la loca de los mosquitos. Nos gritamos quien sabe cuanto tiempo, dando a nuestro grupo una imagen desastrosa para el nuevo.
Pero eh, eventualmente se unirá. No es como que le quede de otra.
...
Más tarde ese día, cuando la temperatura comenzó a bajar a límites peligrosos y el ambiente se volvió más sombrío, nos calmamos lo suficiente para inciar la fogata y, por ende, donde haríamos nuestras comidas. Amaba las salchichas, pero inclusso yo comenzaba a sentirme agotado de comer siempre lo mismo. Ni siquiera podíamos ponerle algo: el pan se vuelve duro demasiado rápido y quemarlo tampoco es la alternativa.
La loca de los mosquitos se fue a charlar con la líder como si hace unos minutos no quisiera, y cito textualmente, 'usar mis intestinos como bufanda para la líder'. Los locos de la competencia por una vez dejaron de lados sus diferencias y comenzaron a cuidar que la comida no se queme juntos, sin decirse ni una palabra. El segundo al mando estaba más al pendiente de descansar que otra cosa, recostándose contra un árbol al lado de una pequeña fogata.
Estoy seguro de que eso va a terminar mal...
Pero bueno, eso me deja sin mucho que hacer, la verdad. Creo que me llevo bien con la mayoría de aquí, pero más o menos así es como suelen terminar nuestros días: algunos a lo suyo y otros con alguien más, en general yo siendo uno de los que se quedan solos. A veces me uno a alguno de los dos intensitos, pero ahora mismo cualquier perturbación puede desencadenar una avalancha, así que están descartados.
El boxeador del aire tiene que descansar de vez en cuando y de verdad no quiero estar cerca de esa loca, así que...
¨Te encanta estar solo, ¿eh, novato?¨
El idiota recostado junto a una roca me miró un par de segundos antes de volver a centrarse en observar como la vida sufre en esta montaña. Esperando eso, no me enojé y me senté a su lado, mirando hacia el cielo gris que tanto nos quita emoción. Hacía más frío aquí que en el centro por motivos varios, pero al parecer, si el novato tiene problemas, tiene pinta de que nunca lo va a admitir.
Supongo que es mi deber ser un buen superior, ¿no? Después de todo, quiero ser mejor que esa loca y creo que la gente que suele ser como el novato no ha... tenido las mejores experiencias. En este punto es imposible achacar su actitud solo a la timidez. Debe haber algo más y por eso yo...
¨...¨
¨... ¿Es duro, novato? ¿Tanto te cuesta estar aquí?¨
El agente novato no respondió como ya esperaba, pero pude sentir como sus musculos se tensaban. Sabiendo que estoy tocando un nervio, esperé el momento apropíado pasra seguir hablando. He lidiado con mucha gente como este tipo y sé que a la mínima que se sientan sobrepasados se van a encerrar en sus propias burbujas. Sin mirarlo y haciendo todo lo posible para verme afable, lo esperé.
Pasaron unos segundos tensos y luego vino un silencio que era suficiente para sacar respuestas. Sonriendo un poco debajo de mi máscara, decidí ser apoyo que a mí me hubiera gustado recibir. ¨Sé que esto no es lo mejor, ¿sabes? Somos Fatui: no somos precisamente buenas personas en el sentido estricto de la palabra y al menos yo te puedo asegurar que mi vida no me ha hecho tomar las mejores decisiones¨
¨...¨ Aunque siguió sin decir nada, pude ver de reojo como me miraba. Noté en él una genuina curiosidad y algo más oscuro que no quería revelar. Casi enternecido por la inocencia de este tipo, me reí no tan dulcemente mientras apoyaba mi cabeza contra la roca... Craso error, ya que el frío casi me hizo chillar de forma obviamente masculina. Aun así, controlando mi impulso de ser un idiota, lentamente enderecé la cabeza y me aseguré de que no se notara nada.
¨Creo que no has tenido las mejores experiencias. No te estoy analizando profundamente antes de que asustes: sino que... bueno, he conocido a gente como tú en el pasado. Gente que pierde la luz de su vida y solo vive por vivir, sin tener ninguna clase de fe en que las cosas puedan mejorar¨
¨... Kugh¨ ¿Oh? Al parecer acerté. Digo, ya esperaba estar en lo cierto, ¿pero hasta el punto de demostrarlo con un sonido? De verdad este escuadrón reune bichos raros, ¿eh? Casi riéndome de la desgracia reunida a mi alrededor, pensé en lo emocional que deberíamos ser todos, en que todos esperan que nos rompamos a llorar... Pero, al final, ninguno lo hace.
Porque somos soldados. Nuestra oportunidad de llorar por lo perdido ya la tiramos. Ahora solo nos queda seguir hacia adelante. ¨¿Sabes? Si bien no espero ni quiero que me cuentes tu vida cuando somos casi desconocidos, te puedo asegurar que todos nosotros hemos vivido nuestras propias dosis de mierda. Todos hemos perdido algo. Al menos yo te puedo decir que he... fracasado en lo que me importaba, por así decirlo¨
¨...¨
Si bien no dijo nada, su lenguaje corporal tenía, entre varios otros sentimientos, un cierta curisoidad. Sin sentir que eso fuera algo por lo que llorar, me animé a contarle mis traumas a un desconocido, como está mandado. ¨Estuve a punto de trabajar en un Banco, ¿sabes? El más grande de nuestra gloriosa Región. Me había esforzado, luchado y sudado como no tienes idea, pero finalmente yo, un chico humilde que rozaba la pobreza, estaba a punto de empezar mi camino a la clase alta¨
¨...¨
¨... Si te preguntas qué pasó, básicamente no le caí bien a uno de mis posibles jefes, yo reaccioné ligeramente a su desprecio y perdí mi oportunidad. Peor aún, me puso en la lista negra de un montón de posibles lugares donde podría trabajar y fue una mancha imborrable que nunca podré quitar cuando, tal vez, incendié su casa¨
¨...¨
Sin tener que verlo para saber qué estaba sintiendo, me carcajeé ligeramente, feliz de ver que este chico nuevo no es de los locos. Mirando hacia el fuego que estaban controlando los dos idiotas, me permití sentirme un poco nostalgico por mi pasado. Lejos de sentirme cómodo con esas experiencias, sí que me gusta sentir el paso del tiempo.
El cómo el dolor, por más fuerte que sea, algún día quedará en el olvido si vives lo suficiente. Si vivo muchos años, seguro que esto pasará a hacer algo de lo que me voy a olvidar.
¨No me mires así. Me aseguré de que no hubiera nadie. No estaha TAN enojado. Pero... creo que al final le di la razón¨ Suspiré al recordar la cara del bastardo toda roja. Si, fue divertido y si, lo haría de nuevo, pero... el bastardo tuvo razón. ¨Me tachó de incivilizado, de no poder contener mis impulsos oscuors, sea lo que fueran, y de que podía ser un peligro para la empresa. ¿Y qué crees? Estoy seguro de que los empleados sufrieron mucho la ira del bastardo¨
¨...¨
El novato transmite sentimientos variados, la mayoría bastantes oscuros. No era mi intención ponerlo así, pero si va a convivir con nosotros, más vale que se vaya haciendo a la idea de que no es el único que sufrió. Cada humano tiene una historia que contar, ya sea aliado o enemigo: saber eso es lo que al final nos hará lo suficientemente sabios como para tomar las decisiones que mejor nos convengan.
Yo no elegí ser parte de lo que el resto del Teyvat considera una organización terrorista, pero es el lado de la historia del que me tocó estar, y mientras comprenda bien que este lado es que más me conviene, menos me va a frenar las historias del otro bando... O al menos eso quiero pensar: tampoco es que fuera muy academico para empezar. Ese niño que fue a estudiar a Sumeru se encargó de hacer resonar mi nombre por todas esas veces que me metí con él.
No soy un buen tipo. Nadie aquí lo es.
¨... Mi vida no ha sido buena, pero no me malentiendas: no me estoy victimizando. Por más que queramos culpar a los demás, al final son nuestras propias acciones las que deciden nuestro camino. Elegí arruinar mi vida porque no me controlé, y te puedo asegurar de que nadie aquí me tiene simpatía...¨
¨...¨ Me estaba juzgando. La presión que sentí de él sin duda era la misma que muchos me dieron antes de entrar aquí. Pero... por alguna razón, eso me tranquilizó un poco. Me hizo sentir menos aislado del mundo. Porque estar aquí con estos locos tiene muchas desventajas, pero quizás la peor es que empiezas a tener valores morales extraños. No aptos para cualquier persona decente.
Es bonito que este novato tenga un alma relativamente pura... Pero supongo que también es triste, porque el camino que tendrá que recorrer no es bueno para la gente como él... Y dios mío, sueno como un anciano.
¨Je, de hecho, se puede decir que mis motivos para haber terminado aquí son relativamente mansos en comparación¨
¨¿Hm?¨ Volví a reírme... solo que esta vez no había ni una pizca de felicidad en mí. Decidí que era mejor cortar el tema antes de que se enterara de cosas que es mejor no pensar de inmediato. No quiero que se ponga a abrazar a estos raritos o algo peor.
¨¿Interesado? No te culpo, yo fui igual, aunque... créeme que es mejor no saber estas cosas, al menos no de inmediato, sino quieres que el conocimiento nuble las acciones que debes tomar¨ Le sonreí aunque no se notara mucho para calmar el ambiente. ¨Solo diré que aunque su historia pueda hacerte llorar, esa loca de los Cicin no merece ni un poco de compasión. Es una loca y loca siempre será¨
Da igual cuanto la hayan violado...
¨¡!...¨
¨... Si... Puede que haya dicho eso en voz alta. Me suele pasar. Por favor ignora eso, ¿si? No arruinemos tu primer día¨ Digo, probablemente ya esté arruinado, pero a lo mejor podemos repuntar para que esto no se convierta en un desastre que nos afectará en el combate futuro. Por más que no quiera más gente aquí, sé reconocer que estamos cortos de personal. Las batallas nos están costando.
Es en parte por el que estamos en esta parte de Espinadragón: para aclimitar al novato al grupo antes de irnos a una verdadera misión. Que sea un martirio que me está matando de aburrimiento y frío al mismo tiempo es otro asunto, pero es innegable que es necesario. Sobretodo con este novato tan silencioso que no se atrevió a siquiera hablar con nadie.
De verdad, de todos los posibles nuevos compañeros, ¿por qué teníamos que tener a un silencioso que, a juzgar por su cuerpo, a duras penas debe rondar los 20 años? Casi es como un adolescente, y como antiguo adolescente, sé que toda es subespecie debe estar encerrada en un sotano para nunca salir.
¨...¨ No dijo nada, por supuesto, pero se noto más calmado. Feliz porque no se viera totalmente traumatizado por ese pequeño desliz, sentí que ya me habíá entretenido suficiente con el chico nuevo y que también merecía un tiempo para mí. Levántadome con más esfuerzo del requerido por culpa de la nieve tan fría como mi ex cuando me vio, decidí que bien podría decirle unas últimas palabras.
Un consejo para su trabajo, de un soldado a otro.
¨Recuerda que todos somos personas. Todos tenemos una historia. Pero, al final, por más duro que sea, en el mundo que te tocó vivir tienes que aceptar la realidad: debes aplastar sueños, destruir vidas, si quieres mantener tus propios sueños. Por tus objetivos tendrás que convertirte en un monstruo... y puede que nunca vuelvas a ser normal, pero mientras al final obtengas lo que quieras, el peso de lo que cargues no debería ser algo imposible de llevar¨
... Si soy honesto, la mitad de lo que dije lo saqué de una de las novelas que leen esos dos amantes de la literatura basura, pero bueno, mientras nadie se entere...
Esperé un par de segundos para pensar adónde debía ir a esperar la comida. Ya había dejado de mirar al novato, pero entonces...
¨... Suena... duro...¨
¨¡!¨
Sorprendido, me giré de forma casi dolorosa hacia el novato de voz muy juvenil, encontrándolo mirando hacia el frente, emanando de él un aura llena de sensaciones que son propias de alguien con su voz. De repente mirándome a mí, sentí, por alguna razón que no entendí... que debajo de esa máscara había el intento burdo de una sonrisa.
¨Pero yo... lo intentaré...¨
... De verdad, tenía que ir y decirle todo esto a un mocoso. Dios, de verdad doy asco. Por eso es que acabé.
Sin animarme en devolverle las palabras y de siquiera mirarlo, me alejé lo más rápido posible del chico, queriendo que esta nieve me tragase con tal de no sentir más este sentimiento horroroso hacia mi persona.
Por la Tsaritsa, cuando se entere esa loca, ella no me dejará dormir de todo lo que se va reír. Maldición...
Son... personas. Si, definitivamente lo son, ¿no? Al final, por mucho que me esfuerce en tratar de convencerme de lo contrario, ellos son, al igual que yo, personas que tienen sus propias vidas, sus propias complicaciones, justo como yo. Y por mucho que yo quiera estar por encima de ellos, al final nada cambiará que partimos de un mismo molde. Somos personas y yo... yo no soy diferente de ellos.
Es extraño, ¿saben? Antes de verlos, estaba más que convencido de hacer lo que debía. Creí que sería fácil y solo me camuflé para saber qué esperar de estos bastardos, ver si soltaban alguna información interesante. Y quizás lo que soltaron sí fue algo interesante... pero no fue útil. Solo me creó dudas que antes no estaban y me impiden levantar mi espada tan alto como debería. Aún ahora, la tengo escondida, incapaz de atreverme a sacarla.
He matado monstruos de todo tipo. He luchado con gente aterradora, tanto aliados como gente que no me caía bien. Me considero poderoso, más que capacitado para vencer a estos bastardos incluso sin el regalo de los Dioses. Pero... después de haber estado ya unas horas con ellos, me doy cuenta de que habría sido mucho mejor tan solo acabarlos sin darles tiempo a invadir mi mente. Por culpa de querer jugar al espía ahora tengo dudas que antes no existían.
Y no deben existir. Porque si quiero obtener las respuestas a mis preguntas, no puedo dudar. Si quiero saber la verdad, si quiero darle sentido a todo lo que viví, necesito... como dijo ese tipo, necesito seguir avanzando. Seguir adelante, no importa cuántos queden atrás y tratando de que al final todos mis sacrificios valgan la pena. Esa es la única en que puedo justificar lo que debo hacer.
Yo... Yo ya no soy un caballero. Ese burdo título ya no me sirve. La propia Orden se encargó de destruir mi creencia en ellos. Ahora los veo como lo que son: unos incompetentes en el mejor de los casos y corruptos en el peor. De cualquier manera, me doy cuenta de que ahora mismo, si quiero cambiar las cosas, solo yo puedo actuar. Ni el Capitán, ni Jean ni Kaeya están aquí. Nunca más estarán aquí.
Debo... debo hacerlo. Tienes que hacerlo, Diluc.
¨... Kuh¨
Verlos a todos estos haciendo su vida, siendo... no felices, pero estando en paz... Todo esto se siente injusto: ¿por qué yo soy el que tiene todas estas dudas mientras estos malditos tienen paz? ¿Desde cuando el mal es el que sonríe al final? No... No entiendo un montón de cosas y sé que soy un tonto, pero... pero esto es...
Mi visión se estaba nublando y cuánto más los veía hacer sus cosas de gente medianamente normal, peor me sentía. Yo... Yo no me arrepiento de mis deseos, no me arrepiento de querer recorrer este camino y lo haré: sin duda recorreré todo lo que me llegue a dar las respuestas que busco. Pero... pero siento que, finalmente, conozco el peso de mis acciones. Al fin sé la magnitud de lo que tengo que hacer.
Ya no soy un Caballero de Favonius ni tengo el apoyo de quienes antes tenía a mi lado. De hecho he visto un nuevo lado de muchos de ellos, sobretodo del maldito traidor. Pensar en lo solo que estoy puede haberme roto en el pasado, pero ahora no. Si bien el Diluc de hace unos días puede no haber funcionado como debería, ahora me siento más... no tranquilo, pero en paz con las circunstancias.
Porque esta fue mi elección. Porque ahora conozco el peso de mis acciones. Porque...
¨...¨
Finalmente tengo el valor de hacerlo.
¨¿Oh? ¡Al fin te estás moviendo, novato! Me estabas preocupando¨
Caminando con determinación, no permití que sus palabras me hicieran flaquear. Ignorando la humanida de este tipo, ignorando el cómo, incluso cuando contó cosas horribles, me demostró que incluso en grupos como este puede existir la camaradería. Ignorando todo eso y enfocándome en acercarme a la líder del grupo que seguía dándole mimos a una pobre mujer que no se merece nada de esto.
Ignoré todo eso porque soy un monstruo. Y solo un monstruo puede encontrar las respuestas que busco.
Aun así... Aun así, mientras aparecían las primeras particulas de mi arma predilecta al mismo tiempo en que mi brazo ya se estaba preparando para arrojarla, no pude evitar sentir que él se merecía algo. Todos estos son gente que están del lado de quienes mataron a mi padre y los odio... pero son personas. Merecen algo.
¨... No será en vano¨
Incluso si me espera la muerte al final, me aseguraré de no desperdiciar su sacrificio.
Mientras mi mandoble ya arrojado se clavaba en el cuello de la líder de este grupo, rápidamente me abalancé para recuperarla, empezando así mi primera batalla.
Mi primera matanza.
¨¿Eh?¨
Sin darles tiempo a reaccionar, agarré mi mandoble firmemente clavado en el cuello de la líder del grupo y, con una maestría producto de años de experiencia, di un giro tal que acabó por cortar la cabeza al completo. Ignorando el baño de sangre que se generó lo mejor posible, giré mi espada para que apuntara a la mujer que estaba todavía recostada.
Hubo vacilación. Por un instante temí de mis acciones, de mí mismo y tuve el impulso de correr, de escapar de mi venganza e intentarlo en otro lugar... Pero eso solo duró una centesima de segundo. Dando frutos a todas mis experiencias recientes, bajé la espada y la clavé de lleno en el cuello desprotegido de la mujer que no se merecía morir así. Pero una muerte es una muerte, da igual como sea, y si va a morir que al menos sea con dudas en su rostro.
Sin poder procesar lo que va a vivir ella y todos los que le rodean.
¨¡!¨
¨¡M-Maldito! ¡Matemoslo!¨
¨¡L-La Maga... ella...!¨
¨... ¿Eh?¨
Reacciones varias encontré en sus voces. Desde la pura sorpresa, pasando por el odio, el miedo y la incredulidad. Sin duda eran las reacciones óptimas para hacer mi trabajo rápido... e incluso si mi cuerpo no quería moverse, forcé a mi mente a tomar el control. Dejando de presionar un cuello que ya nunca más iba a respirar, me giré e intenté abalanzarme contra mi objetivo más cercano.
Una ráfaga de fuego me hizo reconsiderarlo y corrí en su lugar hacia la derecha, en terreno de nadie. Con mi espada en posición para un corte rápido, di un giro en diagonal directo hacia el Fatui francotirador que no me daba por estar muy afectado. Sus momentos eran erráticos, disparados con miedo. Esquivando por centímetros una bala ya a un metro del tipo, me dispuse a levantar mi espada.
¨¡Muere!¨
... Y bloquear el ataca Electro del Fatui del martillo. Con una fuerza ganada de haberme pasado toda mi vida consciente en el mundo de las batallas, me mantuve firme pese a que partía de una desventaja tan importante. Mantuvimos el duelo un segundo en el que mis instintos me decían que mi vida estaba en peligro y, siguiendo sus consejos, hábilmente giré mi cuerpo hacia mi derecha, esquivando el disparo nervioso.
Aún sosteniendo mi espada pero sin mi cuerpo entero para defenderla, obviamente el martillo elemental iba a caer con fuerza hacia mi espada, rompiéndola y forzándome a una serie desventaja. Sin quererme obligar a usar esa cosa espantosa, quité mi espada de su camino a la destrucción con una rapidez aprendida de mi padre y, utilizando una habilidad que aprendí´por mi cuenta, apunté al cuello del francotirador que, escuché, estaba llorando.
El corte fue tan profundo que, aunque no murió de inmediato, le hizo caer al suelo nevado, efectivamente matándolo de aquí a unos segundos. La mirada de mis ojos, una que ha estado muerta desde aquel día seguía sin verse, todavía portando en mi esta maldita máscara Fatui. No queriendo que nadie, ni siquiera, vieran mi cara como la última cosa antes de su muerte, comencé un enfrentamiento de dos contra uno.
El segundo al mando no lo era sin razón. Su fuerza era sin duda loable y tener que esquivar sus golpes era un desafío totalmente distinto. Contrariamente a mi información sobre este tipo de soldados, él golpeaba rápido y de paso defendía a su aliado, dándole libertad para tratar de golpearme en la cabeza para, asumo, matarme en el acto.
Esquivando lo mejor posible estos ataques que solo podían existir mediante la cordinación, si bien reconozco que mi fuerza está lejos de agotarse, los golpes Anemo del segundo al mando sí lograba molestar mi visión ligeramente, lo suficiente para que no pudiera atacar y solo me dedicara a la defensa. Y de a poco iban ganando terreno, haciéndome retroceder hacia una colina donde seguramente esperan darme el golpe mortal mientras estoy en el piso.
Una táctica que, de hecho, es inteligente... tanto que yo la usaré.
Dejando que me hicieran retroceder a un ritmo aceptable, ni rápido ni lento, para que creyeran que lo estoy dando todo, mantuve este juego hasta que mis dedos de los pies estuvieron a la misma altura de esa pequeña piedra que había puesto ahí. Como era el momento, de repente me agaché casi a la altura de sus rodillas y, con una facilidad nacida de la práctica constante, golpeé con todas mis fuerzas ambas piernas del tipo del martillo.
Gritando de la sorpresa, me adelanté emergiendo de a poco y, con una fuerza justa y necesaria, lo hice rodar colina abajo. Antes de que todo volviera al ritmo me anterior, me abalancé contra el segundo, esta vez siendo yo quien tomó la iniciativa. Comenzamos un duelo que obviamente terminaría ganando, solo que el tema en cuestión era cuánto me tomaría.
¨¡Geo, ¿qué esctás haciendo?! ¡Ayúdame!¨
¨... Yo... Yo...¨
Como supuse, ese tipo era mucho más emocional de lo que dejaba ver. Por eso todavía no se está recuperando. Es un buen tipo. Y por eso...
¨¡UGHJ!¨
Clavando mi espada justo en su corazón, el tipo murió casi en el acto. Retirando mi espada ensangrentada, me giré hacia atrás y me fui directo contra el sujeto del martillo que vino gritando con puro odio. No hay duda de que perdió la razón... por eso solo fingir que lo iba a enfrentar de frente y girarme para cortarle la cabeza en el último segundo fue suficiente para matarlo. El tipo ni siquiera se dio cuenta de que le pasó.
Suspiré, de repente la mayoría de mis musculos dejando de estar tan nerviosos. Me permití relajarme, al menos en lo que respecta a mi esfuerzo físico... Sabiendo bien que lo que viene ahora es otra clase de esfuerzo, dudé un poco antes de girarme hacia atrás, viendo al tipo que me quiso dar la bienvenida a su grupo, que quiso ser una buena persona dentro de lo malo que es.
Soltando sonidos estúpidos justificados por la situación, me reí con tan poca gracia que seguro habré matado a algún comediante. Poniéndome derecho, me acerqué de a poco, a paso lento, hacia mi última víctima.
¨Tú eres un buen tipo. Fue un pensamiento pasajero antes, pero ahora lo confirmo. De hecho me diste un buen consejo¨
¨T-Tú... Tú...¨
La incredulidad era comprensible, pero sentí que de a poco sus palabras cobraban un sentimiento oscuro, despreciable y que es muy apropiado. Estando agotado de vivir tantos choques emocionales, decidí también hacerla corta.
¨Los maté a todos, si. Lo hice con mis propias manos y también pienso hacerlo. Es... es para cunmplir mi objetivo. Para encontrar lo que busco. Por eso... por favor muere por mis objetivos¨
Muere para que pueda encontrar la verdad...
¨... ¡ESTÁS ENFERMO! ¡TE MATARÉ!¨
Corriendo con una velocidad suficiente para solo tener que esquivar tres de sus ataques Geo, di un corte con todas mis fuerzas, mucho más impetú que todo lo que he cortado hasta ahora. Para asegurarme de que él muera al instante... para que no esté consciente ni un segundo más del necesario, corté con deseos de matar.
Pasando a través del abrigo, la armadura, la carne y finalmente los órganos, cayeron dos pedazos al suelo nevado, su expresión todavía siendo la de una ira asesina... auqnue, ya con su máscara resquebrajada, noté que había algo más en su expresión. Algo que de hecho es una cosa que veré mucho a partir de ahora.
El miedo a la muerte. El no queer morir.
¨... Me pregunto si yo también soy igual a ustedes... Sé que al menos tú eras mejor que yo...¨
Diciéndole palabras que me atreví a pronunciar cuando estaba vivo, un peso terrible fue levantado de mí. E hicieron acto de presencia cuatro más.
Todo sea por la verdad.
Infiltrarme aquí fue relativamente fácil. Que lástima que eso equivaliera también a una recompensa lejos de ser agradable.
¨Casi nada sirve. Apenas hablan de cosas que yo ya no asumía desde antes...¨ Frustrado, dejé los papeles en mi bolsillo sin molestarme en cuidarlos. Información insuficiente o no, al final es información que puede ser aprovechada por gente indeseable. Mientras los Caballeros de Favonius no se involucren en esto, todo irá como debe ir. Esos corruptos no harán ninguna cosa bien.
Dicho eso, no es una perdida total.
¨... Tengo la fuerza suficiente¨
Este no fue un escuadrón cualquiera: dentro de los cientos de escuadrones que fueron enviados por todo Teyvat estos eran un grupo relativamente prolifico: cumplieron varias misiones difíciles, se enfrentaron a oponentes que suenan impresionantes y hasta, de alguna forma, se involucraron con las Comisiones de Inazuma, vaya a saber uno porqué razón. Aparte de que tenían un poco de estima entre la gente del Desierto de Sumeru por haber ayudado en cuestiones de vida o muerte.
Sin duda no eran poca cosa... y tampoco es que fueran tan malas personas.
¨...¨
Me quedé en silencio y lentamente me giré hacia atrás, devolviéndome la mirada todo el desastre que generé. Era una vista horrible, muy apropiada para alguien como yo. Eran un desastre que solo en cuestión de tiempo alguien hallaría. La idea de ocultar los cadáveres surgió, pero esconder tantos es casi imposible. Lo único que se me ocurre es arrojarlos al mar y que ocurra lo mejor, pero hacer tanto esfuerzo por esto es un poco...
¨Y cargar tantos cadáveres... Incluso yo no soy tan insensible¨ Si no estoy vomitando es solo porque mi entrenamiento me preparó mentalmente para situaciones como esta... y porque, a estas alturas, con todo lo que viví esto no es nada. Tal vez mi matanza haya sido lo peor que he hecho, pero lo que viví estos días ha sido...
Si, no estoy bien.
Pero no tengo que estarlo.
¨... El escuadrón Fatui más cercano está cruzando la montaña hacia Liyue. Dudo que a cualquiera de ellos le llegue la información de lo que ocurrió aquí¨ Puedo irme sin mirar atrás en pocas palabras... pero, incluso si no tiene sentido porque no es como si no lo volviera a hacer, supongo que mi padre no me crió para ser tan malo. Por lo menos no lo suficiente.
Suspirando y tragándome cualquier negativa, con lentitud avancé hacia el tipo de Geo que pareció querer integrarme en su grupo y, tras mirarlo, empecé a cavar a un lado suyo con mis manos, sintiendo el ardor de la nieve a través de mis guantes. Puse mala cara, pero seguí, queriendo irme antes del anochecer.
¨... Lo siento, pero no creo poder conseguir lápidas¨
No creo que eso sea lo que me remarcarían si pudieran hablarme, pero me da la impresión de que, una vez que se desquitaran conmigo de todas las formas posibles, algunos de ellos insistirían en que les haga un entierro apropiado mientras no paran de remarcar lo insulso de mi intento.
Sé que al menos el tipo de Geo lo haría. Parece lo suficientemente divertido.
... Ah, creo que pareció es mejor, ¿no?
... Si, no estoy bien, pero no necesito estarlo.
Repítete eso y algún día te lo vas a creer, Diluc.
¡Hola a todos! Aquí TheGenesis, un escritor mediocre con relativa experiencia en esto de fanfiction... y también en abandonar mi cuenta por casi cuatro años, ¡pero esa es otra historia!
Ahora, bueno, a lo importante. He jugado Genshin Impact casi desde que salió y he sido un jugador constante desde entonces. Con épocas mejores y peores, pero me gusta mucho el juego y por mucho que tenga algunos problemas, en este punto voy a ir hasta el final.
El tema con Genshin para mí siempre fue que es una narrativa que quería escribir y con la que tenía muchas ideas, pero que pecaba de estar en constante actualización. Hay un montón de cosas que se han descubierto desde que yo pensé mi primera historia y la mayoría van en contra de mis ideas del juego. Claro, podría haberme ido con mis propias teorías, pero no me siento tan cómodo en un universo del que no sé tanto.
No leo los libros y mi experiencia con el multiverso de Hoyo es jugar unas horas al Star Rail antes de dejarlo. Y no ayuda que Genshin en general sea una historia que se toma su laaaaaargo tiempo para desvelar cosas. Es muy difícil para mí sentirme cómodo escribiendo para este juego, y creo que siempre lo será hasta que por lo menos termine el capítulo de Teyvat.
Pero bueno, el tiempo pasa, la inspiración no se va y en este punto he aceptado que el único momento en que me sentiré cómodo escribiendo sobre Genshin es cuando ya no esté más, así que aquí me tienen. Por eso, y para probarme a mí mismo, les traigo el primero de, espero, varios proyectos con este juego que me encanta.
Tuve algunas ideas sobre cómo iniciar, pero sentí que al final le debía a Diluc inaugurar mi paso por el fandom: como mi primer DPS, como el sujeto que me acompaña desde mi segundo día en Genshin y como un tipo que necesita algo de amor, decidí que voy a empezar con él. Y qué mejor forma que ahondando en quién es Diluc, lo que creo representa y... para qué mentir, un poco mi deseos con él.
Esta historia no durará mucho. De todas mis historias actuales, será la más corta, pero es porque lo importante es Diluc: sus pensamientos, sus creencias y sus luchas. Ya habrá tiempo para historias más largas o intentar algo romántico incluso: de momento, esto es lo que habrá.
Actualizaciones... Bueno, depende de la recepción, pero la idea que tengo es que sea un capítulo al mes. Si veo que tiene apoyo, la haré un poco más corta la espera. Si nadie lee esto, capaz no tenga tanta prisa en cumplir la fecha XD. Pero tranquilos, con o sin apoyo voy a completar esta historia. Por mi amor a Genshin, a Diluc y a todo lo que significa para mí, por lo menos voy a llevar esta historia hasta el final.
En fin, gracias a quien leyó esto. ¿Les gustó? ¿Les disgustó? Mi estilo no suele ser el mejor para fandoms más 'de acción', así que me gustaría que me dijeran cómo sintieron la lectura. O no. Los dejó a ustedes decidir. Sin más que decir, nos vemos en más o menos un mes.
