N/A: Hace más de 10 años que no escribo nada de este tipo, así que espero que sea de su agrado... era una idea que no podía descartar, simplemente se me ocurrió y aquí esta el resultado. No se si alguien ha escrito algo parecido… pero lo publico de todas formas xD Los personajes no me pertenecen, solo los tomo prestados un rato.
Un fuerte golpe en su rostro le hizo despertarse, medio aturdido y sin fuerzas comenzó a abrir sus ojos de manera lenta; veía todo borroso y oscuro, sabía que estaba en algún lugar del castillo de Dressrosa pero simplemente no lograba descifrar en donde exactamente; le habían cambiado de habitación como dos veces ya, se imagino que estaría en algún calabozo o algo parecido. Trato de moverse un poco, dándose cuenta que seguía con aquellas esposas hechas de Roca de Mar, sin mencionar que estas estaban afirmadas por una especie de cadena que se le hacía mantener los brazos hacia arriba; quizás cuánto tiempo llevaba en esa posición casi no sentía los brazos ya, además que mantenía sus pies casi colgando del suelo, solo la punta de su calzado tocaba el piso.
A unos pocos centímetros de él podía divisar una silueta que se le hacía bastante familiar, trato de enfocar la vista para poder confirmarlo, sin embargo esto no fue necesario.
Una risa llena de maldad resonó en aquel silencioso lugar, logrando que Trafalgar abriera los ojos, sintió como un escalofrío recorrió su espalda sin piedad, puesto que ya sabía de quién se trataba, más trato de mostrarse lo más sereno que pudo, alzó la vista dedicándole una mirada llena de odio al otro.
- Oye no me mires así, es tu culpa que te encuentres en esta situación, Law -dijo con tono burlón, mientras reía un poco observándolo de pies a cabeza.
El otro simplemente no le respondió nada, ya no estaba seguro de cuánto tiempo había transcurrido desde que fue capturado, ¿Serían sólo unas horas o quizás un par de días? Ya no estaba seguro, de lo que si estaba seguro era que le dolía en extremo todo el cuerpo, puesto que cada ciertos ratos el mayor iba a torturarlo a modo de diversión, golpeándolo con los puños, dándole latigazos o con lo que se le ocurriera en el momento.
Lo que el cirujano no sabía es que esta vez no venía con intenciones de seguir golpeándolo, lo que el rubio quería ahora era algo completamente distinto, pero que le haría un daño mucho más grande que uno físico sin duda. Eso era lo que Doflamingo quería, una herida que le quedara de por vida al otro en su corazón y su mente, que no se olvidará tan fácilmente.
- ¿Vienes a golpearme hasta el cansancio de nuevo? - se atrevió a preguntar con rabia Law al ver que el mayor le examinaba de pies a cabeza.
La pregunta saco de sus perversos pensamientos al mayor, quien ahora lo miro directo a los ojos a través de sus lentes rojizos, y con maldad se relamió los labios soltando una suave risa.
- No, está vez tengo pensando algo más divertido -soltó sin más con un tono grave.
- ¡No te atrevas a tocarme! -gritó el Capitán de los piratas Heart, sintiendo como el temor se apoderaba de su mente y cuerpo.
- Creo que no lo has notado, pero no estás en posición de exigir nada, mocoso -con su poder inmovilizó las piernas del menor al mismo tiempo que se acercaba más a Law.
Con una de sus manos le agarro con fuerza del cuello, apretando de este y acto seguido posó sus labios sobre los del menor besándolo con violencia, no duro mucho el momento debido que Trafalgar mordió con fuerza el labio del otro provocando que le sangrara un poco logrando que Doflamingo se separara y enseguida le asestará un fuerte golpe en la cara como respuesta.
Se relamió los labios un tanto molesto pero divertido mientras observaba cómo el cirujano escupía sangre debido al golpe que acababa de recibir.
- ¡Hijo de puta! -gritó con furia Law.
- Veo que tendré que cambiar de estrategia...-susurro más para sí mismo .- Prefiero saltarme los mal gustos, e ir directo al grano.
Dicho esto sacó una pequeña pastilla de dudosa reputación de uno de sus bolsillos del pantalón, en un rápido movimiento se acercó nuevamente a su prisionero; sabiendo que este no abriría la boca ni por si acaso, con una de sus manos apretó con fuerza la nariz de este, si quería respirar en algún momento tendría que abrir la boca de igual forma; quisiera o no.
Law pegó un ligero brinco cuando vio que nuevamente se aproximaba hacia el, sintió los fríos dedos del mayor obstruyéndose el paso del aire a su nariz, este no cedió, le dedicó una mirada fulminante al mismo tiempo que trataba de deshacerse del agarre moviendo su cabeza hacia los lados, sin éxito alguno.
- No te resistas tanto, te vas a a quedar sin aire a este paso...-susurro al oído del menor al mismo tiempo que le mordía la oreja con algo de brusquedad, Law ahogo un quejido en su garganta.
Sentía como poco a poco empezaba a faltarle el aire, se sentía un poco mareado y su visión se iba borrando lentamente, no sabía que era esa pastilla y la verdad tampoco tenía ganas de saberlo.
El Shichibukai ya estaba perdiendo la poca paciencia que tenía, lo que menos quería era que el otro se desmayara, así no sería nada divertido abusar de él. Acercó su rostro hacia el cuello del joven sin soltarle la nariz, y sin pensarlo dos veces le pegó una fuerte mordida en esa zona, con el afán de que así se dignara a abrir la boca.
Un fuerte grito lleno de dolor por parte de Trafalgar se escuchó en toda la zona y el mayor aprovechó del momento para meterle la pastilla en la garganta, acto seguido le tapó la boca con su otra mano libre para que no la escupiera, aunque sería imposible porque se aseguró de casi meter los dos dedos completamente en la cavidad del menor para que la tragara.
- Ahora es cuando viene lo divertido... voy a hacer que ruegues, que supliques por más... -dijo viéndole el rostro al otro, que mantenía una mirada desafiante pero confundida.
Cuando sintió que Law tragó saliva, se auto convenció que también habría tragado la pastilla, por lo cual retiro su mano del rostro del médico, y lo único que recibió por ello fue un escupo que este le tiró de mala gana. Sin prestarle atención se limpió el rostro sonriendo complacido puesto que solo había sido saliva lo que le arrojó y no la medicina que le había dado.
Hizo unos gestos con sus dedos; con el poder de su habilidad corto dos trozos de la chaqueta abierta de color marrón que traía su prisionero, una de ellas la usó como mordaza para no escuchar los insultos que este le empezaba a lanzar, y con la otra le vendo los ojos, prefería que fuera mejor así por el momento, hasta que la droga surgiera efecto.
Recordó que tenía algo más guardado en el bolsillo de su abrigo rosa, era un tipo de perfume extraño, su sonrisa se amplió al recordar que había comprado "aquello", según fuentes de confianza era bastante bueno. Se roció un poco de aquella fragancia en sus propias ropas y cuerpo preguntándose cuánto tiempo tardarían en mostrar algún síntoma en el menor.
Mientras esperaba se puso a contemplar el cuerpo del cirujano, paseo sus manos por el torso desnudó de este con total calma, sintiendo como Law temblaba un poco debido al tacto, hizo ruidos extraños como queriendo quejarse con rabia, pero él hecho de estar amordazado ayudaba bastante a ignorarlo.
- Bonitos tatuajes ... -comentó para luego pasar su lengua por el pecho de este, dando unas que otras fuertes mordidas dejándole marcas por todo el lugar.
El cirujano trato de hacerle el quite de alguna manera pero le era imposible, unos quejidos de repulsión se ahogaron en su garganta sintiéndose impotente. Un extraño aroma llegó a su nariz, segundos después sintió como todo su cuerpo empezaba a arder por dentro, por sobre todo su parte baja... ¿Que mierda le había dado? Se preguntó mentalmente un poco desesperado sintiendo como su calor corporal comenzaba a aumentar rápidamente logrando que sus mejillas tuvieran un leve sonrojo involuntario.
Doflamingo sintió que Trafalgar se estaba retorciendo más de lo normal, ademas ahogaba muchos más quejidos que antes, y que su cuerpo ahora estaba ardiente además de sudoroso, guió una de sus manos hasta la hombría de este para comprobar en qué estado se encontraba. Río de manera maquiavélica al percatarse que se estaba endureciendo con suma facilidad.
- Mira nada más como te pones, eso me gusta ... cede ante tus deseos, mocoso. No podrás resistirte por mucho -dijo con tono burlón el rubio, acto seguido apretó la virilidad del contrario y aprovechó el momento para morderle con fuerza uno de los pezones.
El Demonio Celestial soltó un suspiro de satisfacción, deseaba por un momento poder ver esos ojos, deseaba saber si seguirían viéndole con resentimiento pero aún no... debía esperar un poco más, no quería apresurarse, al fin y al cabo, se tomaría su tiempo para torturarlo y hacerlo rendirse.
Metió su mano bajo los pantalones azules con manchas del joven de ojos grises, atrapó el pene de este y comenzó a masturbarle de forma lenta, mientras que se dedicaba a morder la yugular del médico. Logró escuchar un suave pero audible gemido que chocó contra la mordaza... ese sonido le gusto, significaba que de a poco el otro se iba soltando, gracias a la droga que le había dado.
Por su lado Law, no entendía porque su cuerpo le traicionaba de aquella forma, de toda la gente que existía en el mundo, Doflamingo era el menos indicado para tocarlo de esa forma o hacerlo sentir así, sentía que su corazón se le iba a salir del pecho, tanto por la desesperación como por la excitación. Sentía que el placer le estaba nublando el juicio y no le estaba dejando pensar correctamente, lo cual lo asustaba muchísimo, no quería darle en el gusto al rubio ni mucho menos rogarle atención.
De repente sintió que le volvía la vista, el mayor le había quitado el pedazo de prenda de los ojos, veía un poco borroso al principio... no estaba seguro si era por la calentura o por el simple hecho de haber estado con los ojos apresados tanto tiempo. Tenía una mirada sumisa, sus ojos grises brillaban con deseo y con súplica, aunque no saliera palabra alguna de su boca, su mirada hablaba por sí misma. Trato de ocultar la mirada observando a la pared, enseguida sintió como la mano de su captor le tomaba del cabello obligándolo a mirarlo a esos anteojos extraños que tenia siempre puestos.
- Esos ojos están pidiendo algo... -se tomó una pausa mirándole a los ojos y sonrió complacido. - A gritos -dice de una forma lasciva.
Con la ayuda de su habilidad soltó las cadenas que mantenían hacia arriba los brazos de Law, más no le quito las esposas, no era idiota; no le daría oportunidad alguna de escapar. Tampoco aflojo el agarre de las piernas de este, simplemente hizo que se arrodillara ante él. Se puso a la altura del rostro del otro, preguntándose mentalmente si sería conveniente quitarle la mordaza, solo como precaución amarró los brazos de Trafalgar hacia la espalda de este, cosa que no pudiera atacarle si es que tenía la intención de hacerlo.
Después de varios segundos meditándolo, que fueron eternos para el cirujano, decidió quitarle la mordaza, Law por su parte no sabía que esperar, ¿Para que le había quitado la prenda de la boca? Un fuerte escalofrío recorrió su espina dorsal, tenía un leve presentimiento de porque lo habría hecho. Sentía como un hilo de saliva resbalaba por su labio hasta llegar a su mentón era la consecuencia de tanto maldecir contra lo que tenía en su boca le había hecho juntar mucha saliva.
Doflamingo acercó nuevamente sus labios hacia los de Trafalgar, introduciendo su lengua de forma violenta, se sorprendió al ver que no ponía resistencia alguna y pensó que quizás se le había pasado la mano con el medicamento y la fragancia; ya que le habían dicho que mezclar ambas cosas hacía demasiado dócil a la víctima, no le importo, era mejor así... sintió como poco a poco su entrepierna chocaba contra la tela de su pantalón clamando por atención. Una loca idea pasó por su cabeza, cómo sintió que no habría riesgo de mordida se atrevería a hacerlo.
El médico solamente podía ahogar sus jadeos en la boca contraria, sentía que su cuerpo no respondía como él quería, por dentro deseaba no estar consciente pero lamentablemente recordaría todo con lujo de detalles, se sintió asqueado, más se alarmó al sentir como su lívido comenzaba a aumentar de una manera bastante anormal, seguramente también era efecto de la droga... debía ser la fragancia que se puso el mayor, como ahora lo tenía más cerca podía sentir aquel extraño aroma.
Su cabeza batallaba por mantenerse en control, pero iba perdiendo... la excitación ya le estaba nublando la razón, sentía cómo salía el líquido pre-seminal de su hombría, logrando manchar sus pantalones azules, ademas sintió el loco deseo de corresponder a aquel violento beso. Cerro sus ojos con fuerza, y su lengua comenzó a moverse por sí sola, juntándose con la de su captor; quien al sentir como cedía el menor ahogo una risa triunfante entre sus bocas, provocando que le besara con mayor violencia, queriendo dominarlo a toda costa.
Se separó de la boca de este solamente cuando sintió que el chico se estaba quedando sin aire antes que él, Doflamingo metió una de sus manos en su propio pantalón y liberó su notoria hombría que ya se encontraba durísima, se puso de pie quedando su pene frente al rostro de Law, este ya sabía lo que vendría ahora, sintió como la mano del Shichibukai le agarraba con fuerza de sus cabellos, y sin previo aviso metió con fuerza su miembro en la boca del menor, dándole estocadas de forma rápida y brusca, metiéndoselo hasta la garganta logrando que Trafalgar le dieran unas que otras arcadas mientras que su saliva empezaba a escurrir por la comisura de sus labios.
El Demonio Celestial soltó un ronco gruñido, sentía como un calor interno le avisaba que ya no le faltaba mucho para terminar, se relamió los labios con lujuria observando en todo momento a su prisionero, y sin previo aviso se vino en la boca del cirujano, logrando que este se ahogara un poco, por consecuencia de ello tragó parte del semen de Doflamingo; cuando esté retiro su pene de su boca comenzó a toser descontroladamente buscando un poco de oxígeno.
- No creas que he terminado contigo...-susurró.
Corrían unas cuantas lagrimas por los ojos grises del menor, no sabía bien si era por la salta de aire que tuvo hace unos momentos, o porque estaba consciente de todo lo que estaba pasando, una vez más no le dio importancia. La agitada respiración y los jadeos de Trafalgar, no hacía más que motivarlo a seguir, con un movimiento de su mano derecha hizo que el médico quedara nuevamente con los brazos hacia el techo poniéndolo bruscamente de pie, viéndose la notoria erección que este tenía bajo sus pantalones.
- Ahora viene lo realmente divertido -comentó riendo con maldad.
Bajo con violencia el azulado pantalón de su prisionero, quitándoselo de un solo tirón, hasta el calzado salió volando quien sabe en qué dirección. Tomó las piernas de este separándoles posicionándolos a la altura de su cadera, pegando su cuerpo con el del menor, logrando que la punta de su miembro se acomodará entre los glúteos de Law, quien soltó un pequeño gemido que trato de ahogar sin éxito mientras le observaba con aquellos ojos que tenían un extraño brillo.
Doflamingo sin soltar las piernas del médico, comenzó a masturbar su hombría de forma lenta entre medio de los glúteos de Law, disfrutando de cada expresión que esté ponía y como sin éxito trataba de ahogar sus jadeos y suspiros; no pensaba penetrarlo hasta que el joven se lo pidiera, quería torturarlo un rato sabiendo que en algún punto se lo pediría, gracias a las medicinas que le dio.
Trafalgar mantenía los ojos cerrados, no quería mirarlo, se mordía con fuerza el labio inferior sintiéndose impotente al no poder hacer nada para evitarlo, y lo peor de todo era que también lo estaba disfrutando, claramente, no porque él lo quisiera así.
- ¿Hay algo que quieras decirme? -pregunto relamiéndose los labios con lujuria.
La situación era desesperante para Law, nunca pensó que algo así le podía llegar a pasar en manos del Shichibukai, nunca se lo imagino ni en sus peores pesadillas.
- ... Métela ya ...-susurro casi para sí mismo, para su desgracia el mayor lo oyó claramente.
Silencio.
Hubieron unos segundos de absoluto silencio que parecieron eternos, cuando repentinamente sintió que algo comenzaba a invadir su interior sin delicadeza alguna, soltó un grito de dolor y sorpresa mientras se retorcía. Unas cuantas lagrimas salieron de sus ojos y rodaron hasta sus mejillas. De una sola embestida le habían penetrado, le había dolido hasta el alma, pero no estaba dispuesto a demostrarlo, no quería mostrarse débil, la excitación que alguna vez sintió en un segundo se esfumó gracias al dolor, aunque su pene seguía del todo erguido.
Doflamingo soltó un suspiro lleno de satisfacción al sentir como aquella cavidad le apretaba de forma tan deliciosa. Espero unos segundos, dándole tiempo al otro para acostumbrarse a la invasión. Luego de eso empezó, sin previo aviso, a embestirle de forma suave, aunque rápidamente se olvidó de la gentileza haciendo las estocadas cada vez más rápidas y profundas, le tenia totalmente excitado la situación.
Guió sus labios hacia el cuello del menor mordiendo con algo de brusquedad esa zona mientras le embestía con frenesí, los gemidos de ambos no se hicieron esperar; uno quejándose de dolor y el otro de puro placer, nunca pensó que poseer al que pudo haber sido su discípulo sería tan embriagante y placentero. Los gemidos por parte de Law se hacían cada vez más fuertes e intensos, al parecer algo estaba por aproximarse, alejo su rostro del cuello del otro para concentrarse más en la penetración mientas le observaba detenidamente el rostro, simplemente le encantaba lo que veía.
- Me fascina oírte así... -dijo entre jadeos con un tono burlón.
Simplemente no respondió, ya no tenía fuerzas para decir nada, un intenso calor en su parte baja le dio a entender que ya estaba por terminar, sin poder controlarse por mucho tiempo más sintió como su pene se corría en su propio abdomen y parte del pecho, machándose a sí mismo; solamente unos segundos después sintió como el mayor soltaba un ronco gemido, acto seguido un líquido caliente le llenaba su interior sin piedad.
Finalmente retiro su semiduro miembro del interior del otro, tenía ganas de seguir torturando al chiquillo, pero una llamada le hizo detenerse. Su DenDenMushi que había dejado sobre un mueble comenzaba a sonar, suspiro con fastidio, no le quedaba de otra que ver qué es lo que había pasado ahora.
Observó de reojo a Trafalgar, con una sonrisa maquiavélica mientras escondía su virilidad bajo el pantalón.
- No te relajes, mocoso, volveré enseguida... -dijo acercándose lentamente.
Para sorpresa de Law, tomó los pantalones azules y se los volvió a colocar al menor, luego se dignó a encadenarlo de la misma forma que había estado antes de que sucediera todo aquello, sin embargo no le limpió el semen que había quedado en el cuerpo del cirujano.
Tomó su Den Den Mushi sin contestar aún, y sin decir ni una palabra más, se atrevió a salir de la habitación dejando al médico totalmente solo, se oyó un sonido de un cierre, le había puesto llave a la puerta para que nadie entrara a verlo.
Law por su parte luego de haberse venido, se le había ido todo el efecto de las drogas, tenía una mirada perdida; se encontraba mirando hacia el suelo y estaba temblando de los nervios y del asco por lo que acaba de suceder, tenía ganas de gritar, de llorar... pero se contuvo lo mejor que pudo, no iba a darle ese placer a Doflamingo. No demostraría debilidad... no frente e él.
" ... Cora-san..." pensó mordiéndose con fuerza el labio inferior logrando que este sangrara un poco.
" ¡Te juro que te vengaré! " fue su último pensamiento en ese momento, dándole un poco más de fuerzas, no se rendiría tan fácilmente.
N/A: Esto lo escribí hace tres años, y lo vengo publicando ahora… porque se me olvida que tengo cosas guardadas por ahí jajaja. Cualquier comentario… ya saben… los leeré :3 Gracias por leer mis locuras.
